Irene Hume
Desde que tengo memoria he creado relatos, cuentos y poemas dentro de mi cabeza, pero fue recién en los últimos años que comencé a volcarlos sobre papel.
El silencio que habita es mi primer libro de poesía, editado por Enero editorial.
Con este atardecer despide la Patagonia al verano, y nos despidió a nosotros. ¡Hasta la vuelta!
¡Falta muy poco para la edición 2023 de .feria, en la ciudad de La Plata! Y la prestigiosa y querida será parte.
En el stand 69 se encontrará mi libro, El silencio que habita, junto con todos los títulos de la editorial.
¡Para no perdérsela! Charlas, lecturas, mesas de acción gráfica y música en vivo.
2 y 3 de diciembre en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti, La Plata.
El calafate en flor sintetiza la primavera en la Patagonia sur. Por esos parajes sigue su recorrido La Tierra dilatada, ahora por Puerto Santa Cruz, lugar donde vivió su protagonista.
Gracias, amigos del pueblo y del campo, por la amable lectura.
Una gran alegría cuando me llamaron de la para decirme que el Concejo Deliberante había declarado de interés cultural a La tierra dilatada.
Siempre agradecida❤️
Esta semana viajaré hacia estos cielos patagónicos 🧡❤️
El jueves 15, a las 16:30h, en la feria provincial del libro, tendrá lugar la presentación de “La tierra dilatada”, mi libro de no ficción sobre un pionero en la Patagonia,
Será en el Salón Auditorio “Luis Villarreal” del Complejo Cultural Santa Cruz, Río Gallegos.
santacruz
Recibí una propuesta para presentar mi nuevo libro en la 29 Feria Provincial del Libro, en Santa Cruz. Me siento honrada por la invitación y muy contenta de poder participar.
Es casi natural que “La tierra dilatada” viaje a la Patagonia, lugar donde eligió afincarse el protagonista del libro.
¡Allá vamos!santacruz
.lg.arte with Primer Viaje
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Segunda parte
Primer Viaje se mudó a lo de Mariana B., mi amiga astróloga. Como escribí atrás en una madera del bastidor, "soñado y pintado, sin saberlo, para mi amiga Mariana".
Nunca imaginé que mi pintura iba a ir por esos rumbos.
Mientras yo viajaba por el cosmos otra gran amiga y escritora, Irene Hume, publicaba su primer libro de poemas. .hume
El Silencio que Habita me impactó no sólo por lo que dice, el estilo, la profundidad de las ideas y sentimientos sino porque en él encontré la letra para esta pintura y otras más que vendrían luego. Sincronicidad total y perplejidad compartida. Tres amigas coincidiendo en un mismo plano.
En una de las fotos verán el poema de Irene que escribí en el revés de la tela.
Aclaro que no sé nada de astronomía ni de astrología así que me disculpo por algún que otro error de concepto o información. Tampoco sé de crítica literaria y se nota.
# astronomia
Gracias, Carlos, librero abierto y generoso, de esos que tienen tiempo para charlar del barrio, de libros, ¡de la vida! En su librería de Martínez, .dellibro además de encontrar una oferta amplia y nutrida de títulos, un patio abierto al fondo invita a sentarse a leer al sol.
Allí podrán encontrar El Silencio que habita, de Enero editorial.
ENERO] with Repost app] Pablo Mendez] with Repost app] Libros para buscar en la Feria de Editores 2022 (parte 1) en Pablo Mendez]. leyó, escribió sobre y recomienda estos libros: "Pranzalanz" (, 2022) de , "El silencio que habita" (ENERO], 2021) de .hume, "Distrito territorial San Telmo" (Ayarmanot, 2019) de , "La felicidad es una zanahoria capitalista" (, 2021) de Christian Broemmel, "Setenta veces siete" (, 2019) de Dalmiro Sáenz, "La intensidad" (, 2021) de Marta Dillon, "Diario de un librero" (, 2018) de Shawn Bythell, "La despoblación" (, 2022) de Marina Closs, "Tierra fresca de su tumba" (, 2020) de y "No soñaras flores" (, 2020) de .
La nota completa:
http://www.solotempestad.com/fed2022xmendez/
baudracco
blatt
Todas las librerías donde podrán encontrar El silencio que habita y otros títulos del catalogo de Enero editorial.
Hoy estaré por aquí, leyendo junto al resto de los autores de Enero editorial.
Hace mucho que no leía una novela in extrema res. Así se desarrolla Nada se opone a la noche, de
Delphine de Vigan. Comienza, ya en la primera página, con un acontecimiento trágico en el seno de
una familia. Luego vuelve atrás en el tiempo para relatar, desde dos generaciones atrás, la historia
de ese núcleo de personas, en especial la de su madre y de sus abuelos, que culmina en esa
situación.
Escribe lo que muchos autores antes que ella: la biografía de su madre. Pero Delphine de Vigan le da
una impronta particular: nos interpela, por momentos, a través de un monólogo interior, en los que
se permite dudar, cuestionarse, poner de manifiesto lo descarnado que puede resultar escribir sobre
la propia familia.
Y también traza paralelismos entre la vida y el oficio de escribir: las diferentes maneras en que cada
miembro de una familia vive un cierto acontecimiento y lo que recuerda de él.
No hay una sola manera de relatar una historia, no existe una única realidad.
Un escritor al que siempre vuelvo es Luis Sagasti (Bahía Blanca, 1963); vuelvo a su mirada aguda, imprevista, sobre las cosas y los hechos, a su forma original de relacionar y entrelazar acontecimientos aparentemente inconexos. Mis libros preferidos: Bellas Artes y Maelstrom. De este último: “La noche es un libro siempre abierto en todas las páginas al mismo tiempo. Y lo mejor: un libro al que no se le reza ni se le pide nada. Eso sí, hay que vencer el cansancio de los párpados para poder leerlo. El cielo lleno de lenguaje”.
De su autoría, también, es un libro inusual, compuesto en su totalidad por notas al pie.
Grafía
denme el blanco
en la escritura
allí
donde se corta el aliento
sólo se percibe el tamborileo
sobre el vértice de un rayo que
atraviesa el párpado
hasta la médula impaciente
hasta que tiembla
la retina, el tímpano, la fibra
de los músculos
tensados
justo antes del habla
con el ojo en la mirilla
y al filo del obturador
las palabras estancas
cabeza, abdomen, cola
como partes de una abeja
que aún es larva
ni graves, ni agudas
no vuelan, no caminan
aunque pretenden conocer
la voz exacta
del sentido
déjenme sólo
lo que no se oye
aun si causa una vibración
cuando rasga la punta del aire
la pausa
a la que obliga
el ademán de la coma
como una palma en alto
el intervalo de la batuta
antes del címbalo
la respiración contenida
el ahogo
la sentencia unívoca
del punto
Irene, 2020
Me gustaría conocer la cabaña en Vermont, EEUU, donde se instalaba a escribir Robert Frost, durante los meses de verano y otoño. No sólo porque me encanta la naturaleza e imagino la belleza de esos bosques de abedules, sino para imaginarme cómo sería escribir siempre en un mismo lugar.
Mi mente funciona mejor cuando cambio de sitio; o en movimiento, por ejemplo cuando salgo a caminar. Es entonces que descubro el final para ese cuento, la palabra exacta que faltaba en un poema.
Leí, no hace tanto, y lo recomiendo, a Nicolás Lavagnino (Buenos Aires, 1974), un libro de cuentos titulado La Comedia Sueca. Son historias sorprendentes, visionarias, múltiples: enanos en redes bancarias, viajes al pasado en busca del punto cero del amor, mudanzas de cuerpos... Como dice Yamila Begné: “Los personajes (de los cuentos) sufren o se contentan o hasta pueden, quizás, ser felices. Pero sus reacciones quedan detrás de las palabras, oprimidas, omitidas, y los acontecimientos no dejan de ser nunca acontecimientos: no hay traducción entre lo que ocurre y lo que se siente. Esa es la marca sueca”.
“−Ahí le dejé el machete. Y el serrucho.
La vieja está sentada, la espalda derecha como un tronco. El cabello fino y enmarañado es de color marrón, igual al pasto y los yuyos secos que se ven más allá del porche. Parece mirar un punto fijo en mi frente.
−Que quede limpito, pelado.
−Alimañas −digo, mientras miro de reojo su falda larga, el gesto amargo como quien se acuerda de lo que no puede olvidar.
−No importa lo que hay. Lo quiero todo despejado.
Creo entender por qué hubo otros que no quisieron hacer el trabajo. Tomo las herramientas y salgo, los ojos de la vieja pegados en la nuca como lentejuelas de acero”.
Fragmento del cuento “Limpito”, de un libro sobre el que estoy terminando de trabajar.
Estoy terminando de leer La loca de la casa, de Rosa Montero. Un libro delicioso, en el que se mezclan literatura y vida, biografías ajenas y autoficción. Dice la autora: “Para ser, tenemos que narrarnos, y en ese cuento de nosotros mismos hay muchísimo cuento: nos mentimos, nos imaginamos, nos engañamos”.
En lugar de escribir un decálogo, esta autora española optó por narrar sus experiencias como escritora, prácticas con las cuales nos podemos sentir identificadas/os. “… pero cualquier narrador profesional sabe que se escribe, sobre todo, dentro de la cabeza. Es un runrún creativo que te acompaña mientras conduces, cuando paseas al perro, mientras estás en la cama intentando dormir. Uno escribe todo el rato”.
No le faltan ingrediente alguno al libro: romance, miedos, dudas, humor, erotismo. “Es la tórrida historia de amor y salvación que hay entre Rosa Montero y su imaginación”, dice en la contratapa.
Una biblioteca que me encantaría conocer es la que se encuentra en Bursa, Turquía. Bursa fue la primera capital otomana, y Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La biblioteca se llama Kedili Tekke, significa albergue con gatos. Está en un edificio histórico, que fue construido por Sheikh Ahmet en el siglo XVI, sus dueños alimentaban allí a los gatos, y se convirtió en poco tiempo en el lugar favorito de los lectores. Los felinos de la biblioteca son atendidos por el Centro de Animales Callejeros del municipio de Osmangazi, y son grandes compañeros a la hora de sentarse a leer.
Del otro lado del Mar de Mármara, en Estambul, sobre la calle Çukurcuma hay un antiguo edificio pintado de color granate que también quisiera visitar. Alberga el Museo de la Inocencia, abierto en 2012 por iniciativa de Orhan Pamuk, el nobel de Literatura. El escritor concibió este museo casi al mismo tiempo que la novela El Museo de la Inocencia (2008) y contiene objetos relacionados con la obra.
“…al poco de conocerse, hablándole de la guerra, diciéndole: “Pero las heridas de verdad son las otras. Las que nadie ve. Las que la gente lleva en secreto. Ésas son las que lo explican todo””.
“…a veces la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias”
(Terra Alta, Javier Cercas, Premio Planeta 2019)
“”How does distance look?” is a simple direct question. It extends from a spaceless within to the edge of what can be loved. It depends on light.”
“Geryon´s life entered a numb time, caught between the tongue and taste.”
(Autobiography of Red, A Novel in Verse, Anne Carson, Vintage Books, 1998
Las bibliotecas de casa no están más que vagamente ordenadas. Aún conservan libros de toda la familia, incluso textos de estudio, aunque los chicos ya se han ido de casa. Hay sectores de libros en castellano y otros de volúmenes en inglés, pero me gusta el desorden general en que se encuentran; porque para buscar un libro debo recorrer los estantes, y entonces me topo con otros títulos y los comienzo a hojear. Muchas veces termino descubriendo/releyendo un libro distinto al que estaba buscando.
Mi mesa de luz tiene aquellos que acabo de leer, estoy leyendo, y los próximos a encarar. Y mi e-book, que de por sí es toda otra biblioteca, una que puedo llevar conmigo cuando viajo.
La Feria Internacional del Libro de Buenos Aires tiene una superficie de más de 45.000 metros cuadrados y es la más concurrida en el mundo de habla hispana.
Durante sus casi tres semanas de duración la visitan más de un millón de lectores y más de doce mil profesionales del libro.
Días y horarios
Lunes a viernes de 14:00 a 22:00.
Sábados y domingos de 13:00 a 22:00.
Recomiendo a la gente de , los encuentran por Instagram. Se pueden suscribir gratis. Todos los meses proponen un autor, proveen la biografía con datos curiosos de su vida y su trayectoria literaria. Además, recomiendan películas, música y arte basados en el autor y obra del mes.
Me resulta muy interesante la propuesta de porque me permite leer acompañada y traspasar la frontera de las obras propuestas hacia otros territorios que están emparentados con el libro y que completan la lectura de una manera entretenida y original.
Los que desean pueden colaborar con un “cafecito” que es una contribución ad honorem que sirve para que el espacio pueda continuar mejorando su propuesta.
Releo a William Trevor en su idioma materno
“Shame isn´t bad, her voice from somewhere else insists. Nor the humility that is its gift.” (Cheating at Canasta)
“How slightly we know ourselves until something happens. Mary Bella broke the silence that had lasted. How blurred the edges are: what we can do, what in the end we can´t.” (Last stories)
En mi infancia tuve la suerte de aprender otros idiomas. Podría decir que mis lenguas maternas son el castellano y el inglés. Mi madre nos hablaba a mis hermanos y a mí en castellano, mientras que mi padre lo hacía en inglés. A través de este último, tuve acceso no solo a la posibilidad de ampliar la comunicación sino a una cultura diferente que me permitió entender comportamientos, pequeños gestos de personajes de diferentes libros que, a veces, se diluyen en alguna traducción.
Puedo pensar en ambos idiomas y a menudo me encuentro con mayor frecuencia haciéndolo en inglés. Sin embargo, me inquieta saber si sería capaz de escribir en inglés sobre los mismos temas, o con un tono parecido.
Reviso fotos y es otra manera de volver a lugares, momentos, que no es más que otra manera de viajar.
Hay destinos en donde es posible que converjan dos de mis grandes pasiones: la literatura y los viajes.
En 2019 (en donde teníamos mayor movilidad) estuve en Edimburgo, Escocia, un verdadero paraíso literario.
📎Museo de los escritores – Foto 1 y 2
El recinto, construido en 1622, rinde homenaje a la vida de tres grandes escritores escoceses: Robert Burns, sir Walter Scott y Robert Louis Stevenson. Se pueden ver sus retratos, libros y objetos personales, incluyendo el escritorio de Burns y una imprenta en la que se produjeron algunas novelas de Scott.
📎 La Biblioteca nacional- Foto 3
Ubicada en el centro histórico, es la doceava más grande del mundo y cualquiera puede consultar su colección. Cuenta con cerca de un millón de libros, entre los que cabe destacar, entre otros, algunas copias de la Biblia de Gutenberg y el First Folio, la primera publicación de la colección de obras teatrales de William Shakespeare.
📎Festival Internacional del Libro de Edimburgo- Foto 4
El Festival programa más de 900 eventos, que son disfrutados por personas de todas las edades. Cada año, escritores de todo el mundo se reúnen para formar parte de este foro único en el que la audiencia y el autor intercambian opiniones sobre temas de gran actualidad en todo el mundo.
Hay lugares donde uno se queda, y lugares que quedan en uno. Es una frase que alguna vez leí y no recuerdo al autor.
A fines de 2018 realicé un crucero a la Antártida y las islas Georgias. El viaje fue motivado por el deseo de visitar lugares remotos e impolutos, y por amor a la naturaleza.
Visitar ese destino tan particular fue inspirador a tal punto que, a mi regreso, como dice la frase de inicio de este post algo quedó en mí.
De esa inmensidad inconmensurable nació este libro, El silencio que habita, que edité el año pasado con Enero editorial, que abre con un epígrafe: “He conocido el silencio de las estrellas y el mar”, Edgar Lee Masters.
Para quienes se quieran asomar a El silencio que habita, en el link de mi bio hay más información.
Leyendo a Clarice Lispector (Lazos de familia)
Algunos de mis subrayados:
“Y consideró la cruel necesidad de amar. Consideró la malignidad de nuestro deseo de ser feliz. Consideró la ferocidad con que queremos jugar. Y el número de veces que mataremos por amor".
“Y las rosas le hacían falta. Habían dejado un lugar claro dentro de ella. Al retirarse de una mesa limpia un objeto, por la marca más limpia que queda entonces se ve que alrededor había polvo. Las rosas habían dejado un lugar sin polvo y sin sueño dentro de ella".
Hoy, sábado 9 y mañana, domingo 10 tendrá lugar LEER en el río, en el Centro Municipal de Exposiciones San Isidro. Del Barco Centenera y el río. Organiza la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de San Isidro y Librería y Editorial Notanpuan. La entrada es gratuita de 13 a 20 Hs.
Allí encontrarán el stand de Enero editorial, y estará a la venta mi libro, como así también otras obras de otros autores con los cuales comparto catálogo del sello editor que alojó mi libro.
Los que me conocen saben que escribo hace tiempo. No puedo precisar cuándo esto que se manifestaba como una necesidad placentera traspasó la frontera de lo privado para hacerse público. Participé en algunos concursos donde tuve menciones y premios a la vez que en forma paralela algunos de mis textos fueron publicados en medios digitales y en antologías en papel.
El año pasado, vaya a saber por qué, fue el año en el cual ese impulso de escribir alcanzó un punto bisagra y arrastró con mayor fuerza esa barrera que resguardaba a la escritura como una pasión íntima.
Publiqué con Enero editorial mi primer libro de poesía, El silencio que habita y participé de un concurso en España de relatos breves, cuyo jurado Borja García Bercero, Pompeyo Bernárdez y Leticia Conti Falcone me galardonó con el Primer Premio.
Ninguno de estos dos puntos de llegada fue tenidos en mente como objetivo. A veces, la vida nos sorprende en forma grata y espero que así siga siendo
Leer es quizás la primera forma de viajar. Lo hemos hecho desde nuestra infancia cuando aún no podíamos decidir adónde ir. Abrir un libro era volar lejos de casa y encontrarnos de golpe en la isla asiática de Borneo de la mano de Emilio Salgari en “Los tigres de la Malasia” o embarcados en una aventura para dar “La vuelta al mundo en 80 días” gracias a Julio Verne o en medio de la selva por obra y gracia de la pluma de Rudyard Kipling, los libros nos transportaban adonde queramos.
Para mí, los libros siguen siendo un pasaje de ida y vuelta a cualquier sitio, a otros países e incluso a otros mundos. Gracias a ellos tengo un mapa mental de lugares favoritos en el mundo, aunque nunca los haya conocido.
La ficción me permite, como lectora y escritora, viajar hacia afuera, hacia adentro. El viaje que cada libro nos propone tiene la magia que encierra el solo hecho de aceptar la propuesta.
Visité innumerables destinos a los que nunca fui de manera física, sin embargo, estuve, sentí, percibí, olí y palpé.
Recorrí las verdes colinas de África, de la mano de Hemingway, también un pueblo costero mexicano cuando descubrí el libro La Perla de J. Steinbeck.
Los libros, muchas veces, funcionaron como guía para acelerar el deseo de conocer lugares, territorios hasta entonces no visitados como, por ejemplo, la India (La forêt des 29, Irène Frain).
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