Taller del Zorro
Taller literario para chicos La intención del taller es contagiarle a los chicos la pasión por los libros y la literatura.
Investigador de navidades.
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La sociedad lunar celebró su primer encuentro bajo el amparo del novilunio.
Cuenta regresiva! El lunes 4 de abril a las 17.30 hs. despegamos!
En The man in the Moone, publicada en 1638 anónimamente por Francis Godwin (1562-1633), obispo de Hereford, el protagonista, un personaje español llamado Domingo González, viaja accidentalmente a la Luna con una máquina tirada por 25 gansos, con todo un sistema de poleas y cuerdas para repartir el peso entre las aves.
Un astrónomo apasionado por la luna, Johann Friedrich Julius Schmidt, creó una en madera y metal para tenerla cerca.
Grabado de la diosa Chang ´e, tal como la imaginó Tsukioka Yosh*toshi en Cien Aspectos de la luna. La diosa vive en un palacio de cristal repleto de jaulas con pájaros y estanques con peces.
¿Cómo llegar a la Luna? Jules Verne imaginó que bien se podría usar una bala de cañón hueca y acondicionada como una sala de estar. Entre la tripulación, se encontraban dos perros: Diana y Satélite.
🌘La Sociedad Lunar🌓
Taller de escritura e ilustración
La Sociedad Lunar está dedicada al estudio, contemplación y adoración del satélite errante, reina de los cielos y los espejos. En ella nos preguntamos ¿cómo son sus paisajes? ¿en qué idioma hablan sus habitantes? ¿Cuál su influencia sobre nosotros, los terrícolas?
Invitamos a nuevos miembros a unirse nuestro selectísimo club de lunáticos. Leeremos mitos, leyendas e historias vinculadas a la misteriosa diosa, escribiremos y fabricaremos nuestros propios artefactos de observación.
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Lunes de Abril de 17.30 a 19 hs.
Para chicos y chicas de 8 a 12 años de edad.
Info e inscripción: [email protected]. ar
Islario Fantástico.
Este islario es el resultado de un año de viajes y aventuras en el
que con los chicos que participaron de los talleres descubrimos infinitas islas.
Acompañados por cantos marineros, pertrechados con cartas náuticas y mapas en blanco, custodiados por vientos favorables y guiados por escritores viajeros fuimos recorriendo un itinerario
lector que siempre nos llevó a buen puerto.
Aprendimos a confiar, a corregir, a insistir, a dejar pasar, pero siempre disfrutamos de la escritura, de la lectura, de la escucha y de la compañía del otro.
Gracias a Carolina Arabia por compartir el entusiasmo y guiar
la barca en la tormenta.
Gracias a Astor Klimunda, Azul Ruiz Espinola, Ailén Salas, Catalina Pejnovic, Emma Viggiano, Felicitas Bacco, Joaquín Giay Girart, Lola Starosta, Loli Wacker, Malena Ferreiro, Malena Refojo, Morena Aluminé Pared Vega, Olivia Manfredi De Girolamo, Sarah López Nogueira, Teo Manfredi de Girolamo y Vera Darré por iluminar el mundo.
El zorro empieza a desperezarse. En marzo empiezan los talleres.
Librerías favoritas en vacaciones.
¡Un libro se lee y se come!
En La Tempestad de Shakespeare, Próspero es capaz de provocar una tormenta gracias al estudio de sus libros de magia. Siglos después, un director de cine galés imagina cómo serían los libros que el duque-mago lee en la isla a la que fue desterrado. Sumamos nuevos especímenes a este catálogo: El Libro de todos los animales, cuyas páginas “están levemente recubiertas, según el animal que representen, con pelo, escamas o plumas”; el Libro de los vientos, lleno de sonidos; el resplandeciente Libro del Fuego; el Libro de los Cristales, lleno de maravillas.
Seguimos adentrándonos en el mundo de Un mago de Terramar donde leímos acerca de la Lengua Antigua, hablada por dragones y hacedores de islas, utilizada en sortilegios e invocaciones. Así llegamos a los Kennigar de la poesía escandinava, pequeñas adivinanzas poéticas que buscan nombrar las cosas de un nuevo modo; así, el aire es la casa de los vientos. Se sumaron nuevos kennigar a esta antiquísima tradición; quien quiera convocar a las estrellas deberá llamarlas las luciérnagas de la noche.
¿Qué sucedería si nos encontramos perdidos con la única ayuda de un mapa vacío? Un mapa en blanco sin rastros de tierra ni islas es el disparador de muchas historias.
Imagen: mapa de A la caza del Snark, de Lewis Carroll.
Leímos Ómnibus, de Julio Cortázar y comenzamos a pensar en historias o situaciones que tengan lugar en el transcurso de un viaje en tren, barco o un medio de locomoción inventado. El espacio cerrado y en movimiento como escenario donde todo puede suceder.
Hoy nos visitó la periodista de viajes Carolina Reymúndez, que conoce tantos países como historias. Entramos en un mundo infinito de selvas, frutos extraños, pociones para prevenir hechizos, trenes, ríos, mares, canguros, caminantes apasionados, aguateros del desierto. ¿Cómo se transmite la sensación de un paisaje? ¿Cómo se logra la conexión con el lugar que se quiere conocer? Una clase perfecta sobre viajar y escribir; esa yunta antigua e imprescindible.
Seguimos avanzando con la lectura de un Mago de Terramar y su mundo lleno de artificios, paisajes y palabras. Después desempolvamos un juego de salón victoriano, el álbum de confesiones. Más conocido como cuestionario Proust, se trata de una serie de preguntas que revelan la personalidad de quien las responda. Desde Cézanne a Oscar Wilde, varios fueron los que dejaron plasmadas sus respuestas en estos libros. Registros para el futuro, máquina de crear personajes.
Leímos fragmentos de La Sociedad Errante, de Keri Smith y comenzamos a entrenarnos en el arte de caminar, como lo llamaba Henry David Thoreau. Deambular sin rumbo, pero con los sentidos despiertos, incorporar la incertidumbre, lo indeterminado, el azar como medio creación. El primer paso consistió en divagar dentro de la propia escritura. Tiramos los dados para dar con un libro que respondiera al número obtenido dentro de cada una de nuestras bibliotecas; volvimos a tirar y encontramos la página, volvimos a tirar y apareció la frase luminosa. Unimos voces lejanas que se ensamblaron con extraña armonía. Luego surgieron nuevas historias, poemas, inquietudes.
Gracias a las crónicas de Carolina Reymúndez publicadas en su blog, Viajes Libres, el explorador ansioso podrá, en una misma tarde, tomar té de manteca de Yak en una carpa tibetana y visitar una reserva de animales salvajes en Zimbawe, o probar quinotos en almíbar en San Juan y conocer a una señora que llama Anselmo al viento, para evitar convocarlo con su verdadero nombre.
Después de viajar por regiones subterráneas, celestes y marítimas pudimos corroborar la existencia de islas hasta el momento desconocidas. El viajero que quiera visitarlas deberá atravesar puentes y puertas, responder adivinanzas y acertijos, conocer lenguajes especulares y tener oído musical.
Leímos “Vendrán lluvias suaves”, de Ray Bradbury, y asistimos al melancólico derrumbe de una casa del futuro.
Las poetisas del taller anuncian en versos proféticos el retorno a mundos subacuáticos y una nueva anatomía de algas y branquias; avistan paisajes rojos y banquetes en donde “ nuevas especies de animales se sentarán entre nosotros y hablarán nuestra lengua”.
“Todo lo que sabemos desde siempre sobre el movimiento del mar quedó recogido en los versos de una canción; había una canción para in a China y otra para ir a Japón, una canción para la gran isla y otra para la pequeña. Para volver, no tenía más que cantar la canción al revés”, cuentan los Nukta. Cada isla trae consigo la forma precisa para llegar hasta ella; algunas requieren adivinar complicados acertijos, otras cavar pozos profundos, enfrentarse a brujas, o domesticar tortugas gigantescas.
Leímos Kimonos en la tierra roja, de Rodolfo Walsh y nos maravillamos al imaginar a ese grupo de inmigrantes japoneses, trabajando la tierra en la espesura de la selva misionera. Del género de la crónica saltamos a las efemérides, ese catálogo fantástico que reúne acontecimientos ocurridos en una misma fecha, pero en años distintos.
Así, un día como hoy, se registra el congelamiento de una isla y su transformación en iceberg a la deriva; el nacimiento de una flor con poderes sobrenaturales y el descenso de un hechizo bajo el cual todavía viven ciertos habitantes de una isla amurallada.
Leímos el segundo viaje de Simbad el Marino, donde se describe al ave Roc, animal mítico de dimensiones tan exageradas que es capaz de levantar un elefante con sus garras.
Después comenzamos a explorar cómo las formas azarosas que aparecen al cortar distintos papeles, a mano o con tijera, pueden dar lugar a criaturas insólitas; los habitantes de las islas.