Estefania Lau
Un espacio para mostrar, desde la fotografía y la escritura, la esencia de los lugares por donde transito.
El 18 fue el Día Internacional del Migrante y pienso en cómo la migración me trajo a este mundo.
Mis abuelos maternos nacieron en Siria, ambos tuvieron que migrar a Venezuela cuando eran muy jóvenes.
Aunque ambos venían del mismo pueblo Sirio, fue en Venezuela que se conocieron mejor e iniciaron una relación que los llevó a tener una familia.
Por otro lado, mis abuelos paternos nacieron en China. Ya estaban casados y con dos hijos cuando tuvieron que migrar a Venezuela.
A mis 4 abuelos les tocó migrar, no fue una migración totalmente voluntaria. Sus motivaciones principales fueron escapar de la guerra, de la pobreza o simplemente buscar mejores oportunidades para sus hijos.
Mi papá y mi mamá nacieron en Venezuela, aunque ya provenientes de familias extranjeras migrantes.
Vivieron gran parte de su vida en ciudades distintas y se conocieron gracias a que ambos viajaron a otra ciudad de Venezuela a estudiar. Se casaron y de esa unión nací yo.
Trazar una línea desde el nacimiento de mis abuelos y sus migraciones, hasta mi nacimiento siempre me deja con una sensación de mucha impresión.
22 años después de que mis padres tienen a su primera hija, ella también decide migrar, y ellos migran conmigo.
Me gustaría decir que mi migración rompió el patrón y fue una migración con una elección libre, pero realmente no fue así. Fue una decisión premeditada en búsqueda de un lugar mejor para vivir dadas las condiciones de mi país.
Y así siguen los ciclos.
En Chile, un país diferente y a más de 4.000 kilómetros de distancia de Venezuela, conozco a mi pareja. Ambos nacimos en Venezuela, pero nos conocimos en un país totalmente diferente.
Dos personas, que estando en Venezuela probablemente no se hubiesen conocido, pero que en Chile sí lo hacen.
Pienso en cómo me tocó migrar a la misma edad de mi abuelo materno, pienso en las rutas y vidas de mis ancestros, pienso en lo cíclica que es la vida.
Pienso en cómo la migración me trajo a la vida y cómo también es algo que marca gran parte de mi identidad, de quién soy.
En estos 6 años me ha tocado resignificar muchas veces el concepto que tengo sobre ser migrante, un concepto que hoy en día lo abrazo con mucho amor.
🌾 Reseña | Tierra de mujeres (María Sánchez)
Esta semana terminé este hermoso ensayo. Me lo leí con calma, con pausa, disfrutando cada página como disfrutaría una caminata en el campo.
Es un libro que me llevó a las raíces. Me hizo pensar mucho en mi linaje familiar, en la importancia que tienen las mujeres de mi familia y en todas esas historias que quizás no han podido contar.
También me hizo reflexionar sobre la importancia de las mujeres en el campo y como a lo largo de la historia se han invisibilizado sus labores. María en este ensayo le da voz a todas esas mujeres del campo, que por el motivo que sea, no han podido contar sus historias.
Al leer el libro pensaba en lo desconectada que vivo actualmente del campo. Cómo vivir en la gran ciudad ha hecho que me vuelva un poco ajena a los procesos, tiempos, costumbres e historias del campo.
Para mí fue inevitable pensar en mis abuelos, que vivieron sus infancias tan cerca del campo. También cerca de olivos y cosechas. Pienso en lo mucho que me gusta la ciudad pero cómo en gran medida me desconecta de los procesos de la naturaleza y eso me incomoda un poco.
Al terminar el libro quedé con muchas ganas de conectar de manera más profunda con mis ancestras, escribir sobre ellas y darle voz a sus historias.
Podría decir que es un libro que deja el impulso de querer visibilizar aquellas cosas que no se han podido contar.
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Este barrio se ha convertido en parte de mi hogar desde hace más de un año.
Vio nacer mi proyecto, que cada vez se expande más y ahora también es el hogar de mi taller de creación.
Me ha permitido conectar con personas maravillosas, expandir mi creatividad y darme alas para volar.
Me encanta recorrer sus calles llenas de casas antiguas, de murales y colores.
Me gusta que puedo ver caras conocidas y que ya sé de memoria muchos lugares icónicos para visitar.
Es un barrio para caminar, para explorarlo desde sus rincones.
También es un barrio que me ha dado el regalo de ayudarme a reafirmar mi sentido de pertenencia en este espacio que habito.
Sus calles me dieron la seguridad para emprender, la seguridad para quedarme y la seguridad para abrirme al querer.
Agradezco a la vida, por siempre llevarme a aquellos lugares que me hacen sentir bien.
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🌾 Reseña | Tierra de mujeres (María Sánchez)
Esta semana terminé este hermoso ensayo. Me lo leí con calma, con pausa, disfrutando cada página como disfrutaría una caminata en el campo.
Es un libro que me llevó a las raíces. Me hizo pensar mucho en mi linaje familiar, en la importancia que tienen las mujeres de mi familia y en todas esas historias que quizás no han podido contar.
También me hizo reflexionar sobre la importancia de las mujeres en el campo y como a lo largo de la historia se han invisibilizado sus labores. María en este ensayo le da voz a todas esas mujeres del campo, que por el motivo que sea, no han podido contar sus historias.
Al leer el libro pensaba en lo desconectada que vivo actualmente del campo. Cómo vivir en la gran ciudad ha hecho que me vuelva un poco ajena a los procesos, tiempos, costumbres e historias del campo.
Para mí fue inevitable pensar en mis abuelos, que vivieron sus infancias tan cerca del campo. También cerca de olivos y cosechas. Pienso en lo mucho que me gusta la ciudad pero cómo en gran medida me desconecta de los procesos de la naturaleza y eso me incomoda un poco.
Al terminar el libro quedé con muchas ganas de conectar de manera más profunda con mis ancestras, escribir sobre ellas y darle voz a sus historias.
Podría decir que es un libro que deja el impulso de querer visibilizar aquellas cosas que no se han podido contar.
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Últimamente pienso mucho en cómo nuestras vivencias nos unen entre mujeres.
También pienso en las vivencias de las mujeres de mi familia. Cuántas cosas quizás vivieron, o han vivido, que yo desconozca.
Pienso en mis vivencias, en aquellas que en algún momento pensé que solo eran mías, pero que tejen una red con la vivencia de otras mujeres.
He estado intentando hilar en mi mente vivencias de las cuales pueda escribir y que sirvan cómo tejido para otras mujeres.
Esta frase de Annie Ernaux definitivamente me ha motivado.
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Reseña 🌼 • El Acontecimiento (Annie Ernaux)
Annie Ernaux me ha atrapado con este libro desde la primera página.
Con una narrativa honesta y necesaria Annie le da voz a la historia de muchas mujeres, que así como ella, han tenido que atravesar un ab**to de manera clandestina.
Annie narra su propia historia en una forma de hilar y resignificar lo que tuvo que pasar a sus 23 años y lo logra hacer de una sincera y cruda, pero a la vez sutil; lo cual me hizo empatizar con todas sus emociones a lo largo del libro.
Al leerlo navegue por un mar de sentimientos como el miedo, la impotencia, la angustia y la soledad.
Emociones que estoy segura que Annie vivió en su momento y logra representar en su escrito.
En su historia, no solo vemos lo difícil que es para una mujer afrontar un ab**to clandestino. Sino que también vemos temas como la discriminación, el abandono por parte de las redes de apoyo, la diferencia de clases, y cómo los hombres y las mujeres viven de manera diferente los embarazos no deseados.
Es un libro con escenas crudas, pero realistas, que ayuda a poner en debate temas que son importantes.
Admiro su valentía por atreverse a contar su historia, incluso después de tantos años, y darle voz a aquellas que no han podido expresarlo en palabras.
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El libro Días sin ti me dejó con muchas frases que me llenaron el corazón 💚
Me encantan esos libros que, sin buscarlo, te dejan lecciones mágicas de vida.
Además no pude evitar sentirme identificada con un par de frases.
Cómo: "También nos dimos cuenta de que cuando te lo quitan todo hay que quedarse con lo que llevas dentro... La guerra me enseñó a amar de verdad."
No pude evitar pensar en mi proceso de migración. Cómo partes de tu madre tierra con solo dos maletas, dejando todo lo demás atrás.
Es un proceso donde cuando te ves en la obligación de desprenderte de tantas cosas, te das cuenta de que lo único que se queda contigo es todo lo que llevas dentro de ti.
También pienso en cómo migrar me hizo tomar distancia de mis raíces, pero a la vez amarlas y atesorarlas de más.
Por eso la importancia de darle valor a quienes somos, a nuestras historias de vida.
Al hablar o escribir sobre nuestras historias, conectamos con el otro, y nos decimos a nosotros mismos que las cosas que hemos tenido que afrontar también tienen valor.
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Mientras leía el libro "El Cuento de la Criada" de Margaret Atwood no paraba de pensar en esta frase de Simone de Beauvoir que leí hace un tiempo.
“No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida”
Que potente y que cierto.
Eso me hizo pensar en los derechos y los privilegios que tengo actualmente como mujer.
Derechos que en muchas ocasiones los paso por obvios porque una gran parte de ellos existen desde que nací.
Sin embargo se necesitó el legado de cientos de mujeres, las cuales no disfrutaban de esos derechos y tuvieron que presionar constantemente para que las mujeres de hoy en día podamos g***r de ellos.
Una lucha constante contra el sistema, la sociedad, la política, la religión. Una lucha, que como dice Simone de Beauvoir, nunca se acaba.
Luego pienso en cómo mis derechos, realmente son privilegios, porque no todas las mujeres pueden hacer valer esos derechos.
Pienso en las mujeres de Afganistán, como sus vidas cambiaron de un momento a otro y cómo el poco avance que habían logrado dió un vuelco por una crisis política y religiosa.
Pienso en las mujeres de Irán, en dónde constantemente se les exige un tipo de vestimenta adecuada y pueden morir si no cumplen con estos lineamientos. Así como en el Cuento de la Criada se le exige a Defred que debe usar un solo atuendo.
Pienso en muchas mujeres de Niger o Bangladesh, en cómo son vendidas a matrimonios, la mayoría de las veces en contra de su voluntad y siendo menores de edad.
Pienso en mí y en todas las mujeres del mundo, así como pienso en la frase de Simone de Beauvoir.
Me queda cierta sensación de inseguridad ante la pregunta: ¿Al ser mujeres realmente tenemos nuestros derechos asegurados?
Estas últimas semanas he conectado de nuevo con la lectura y me siento muy entusiasmada.
Mi amor por los libros y las historias partió desde muy pequeña.
Creo que en parte gracias a mi mamá que se daba la tarea de leernos libros y contarnos historias.
Ya en la adolescencia seguí por cuenta propia y me encantaba leer.
Recuerdo que siempre le pedía libros nuevos a mis papás y me los terminaba en cuestión de días.
Leía en todo momento que podía. En las tardes, durante las comidas, en medio de reuniones familiares, en los viajes, en la noche antes de dormir.
Los fines de semana a veces me quedaba hasta la madrugada porque siempre quería leer un capítulo más.
Luego pasó el tiempo, llegó la época universitaria, y seguía leyendo pero más pausadamente.
Hasta que llegó un momento en el que solo leía dos o tres libros al año como muchos.
Pero hace poco empecé a explorar nuevos géneros literarios y me siento muy entusiasmada otra vez.
Además por los momentos decidí leer únicamente mujeres autoras y eso me ha abierto a explorar muchas perspectivas nuevas desde la escritura de las mujeres.
Así que me gustaría ir reseñando un poco los libros que leo y las reflexiones que me deja.
Cultivando una lectura más consciente y el compartir literario.
Gracias lectura por esperarme 💚
La primera vez que escuché la música de Jorge Drexler fue a mis 16 años aproximadamente.
Empecé a escucharlo junto a una de mis mejores amigas de esa época.
Sus letras y melodías me han acompañado a lo largo de estos 12 años.
En ellas siempre encuentro un reflejo de mi vida que va variando dependiendo de mis vivencias.
Hoy me siento feliz porque pude comprar una entrada para el concierto que hará aquí en Chile. Mi primer concierto de Drexler 💚
A veces creo que el feminismo llegó tarde a mi vida.
Empecé a leer y conocer más profundidad sobre el movimiento hace 3 años.
En Venezuela no era un tema común. Conocía el término "feminismo" porque ya es parte del diálogo mundial, pero más allá de su definición, no sabía nada.
Cuando comencé a leer sobre los feminismos fue como si me abrieran los ojos.
Entendí que, aunque la teoría me había llegado tarde, soy feminista desde mi adolescencia.
Recordé las cosas por las cuales solía discutir en mi adolescencia, y en la mayoría de los casos se debía a una sensación de control, injusticia y opresión que sentís por parte de las creencias culturales con las que crecí.
El tiempo y los conocimientos que he ido adquiriendo me han hecho entender que esa rabia que sentía en la adolescencia era válida y tenía nombre.
Ahora veo esa época mayor compasión, sin juzgar con tanta fuerza a esas ideas culturales y resignificando las vivencias.
Hoy el feminismo forma una parte importante en mi vida y sé que siempre formará parte de mi identidad.
Día 15
He estado volviendo a las actividades que disfruto.
Siento que ellas se transforman conmigo y eso me gusta.
Escribir
Leer
Fotografiar
Son actividades que han estado presentes en mi vida desde hace muchos años.
A veces les doy una pausa, a veces vuelvo a ellas, pero nunca me abandonan.
Una de las actividades que descubrí en los últimos años fue el baile.
Es una actividad que me llena, me ayuda a drenar el estrés y me hace feliz.
Hoy empecé clases de Lindy Hope y me sentí igual de feliz como cuando tomé clases de salsa cinco años atrás.
Mismas actividades, distintas formas, misma sensación de felicidad.
Día 13
"No tienes que resolverlo todo"
Es una frase que me dijeron hace un tiempo y que me ha dado muchas vueltas en el pensamiento últimamente.
Fue una frase espejo y me hizo darme cuenta de cómo siento siempre la necesidad de intervenir en las cosas que van pasando a mi alrededor.
¿Esta necesidad vendrá de las exigencias que nos imponen a las mujeres de ser las cuidadoras? ¿O será una conducta que aprendí observando a las mujeres con las que crecí?
Desde que me dijeron esta frase he intentado trabajar el desapego ante aquellas situaciones que no me corresponden a mi resolver.
Tomo distancia, escucho, quizás aconsejo o sugiero, pero intento no llevarme la carga de tener que buscar una solución y accionar.
No ha sido facil, pero creo que es una manera de hacer más ligera la mochila de la vida.
Día 11
Mi familia me transmitió el gusto por el café.
En la cultura árabe beber café es casi un ritual.
Por ejemplo, en casa de mis abuelos, nos reuníamos todas las tardes en el patio para conversar y tomar café.
Nos turnábamos para hacer el café del día, pero el ritual siempre era el mismo: Poner a hervir agua en la cafetera grande, agregarle una cucharada y media de azúcar, tres de café, dejar que la espuma suba, apagar y reposar.
Luego lo servíamos en tazas pequeñas y conversábamos hasta que empezaba a caer la noche.
La hora del café también se ofrece cuando hay visitas en casa. Se sirve luego de que la visita tiene un tiempo conversando o casi al final.
Es una forma de asociar el café a la mesa, a la comunidad, al intercambio de palabras.
Con el tiempo lo he ido resignificando.
Ahora también puedo tomar un café sola como ritual y la sensación sigue siendo la misma: Hogar y disfrute.
Día 8
A veces cuando salgo con mis hermanos me imagino cómo serán nuestras vidas cuando todos tengamos más de 40 años.
¿Qué estaremos haciendo? ¿Tendremos familia? ¿Cómo será nuestra relación de hermandad?
Recuerdo cuando tenía 15 años y cómo me gustaba imaginar mi vida cuando tuviese 30.
Ahora que estoy cerca de los 30 pienso en cómo será mi vida a los 40.
Cómo le gusta a mi imaginario adelantarse a los hechos.
Supongo que es una manera de buscar la certeza ante la incertidumbre.
Casi nunca se cumplen las historias de mi imaginario, pero en varias ocasiones las historias reales son mejores.
Día 6
Llevo varios días escribiendo de forma más constante y ya empieza a notar cambios en mí.
He tenido una relación con la escritura desde que era niña y con el pasar del tiempo he aprendido que es una relación que oscila entre la cercanía y la distancia.
Siempre me cuesta volver después de un periodo distante, es como si se cortara la conexión entre mente, emoción y cuerpo.
Pero luego de enfrentar la barrera de la hoja en blanco, el río empieza a fluir otra vez.
Cuando vuelvo a la cercanía, siento como mi energía femenina se hace más presente.
Conecto de manera más profunda con la intuición, le doy más espacio a mi mundo emocional, permito que la sensibilidad habite más en mi vida.
La escritura, como siempre, es un canal que conecta todos mis elementos en un solo ser.
Día 5
Ayer quise escribir pero no pude. Sentía el cuerpo pesado, agotado y sin energía.
Con el tiempo he aprendido a escuchar mi cuerpo y conocerme un poco a través de él.
La primera vez que me habló el cuerpo fue a inicios de la adolescencia.
De un día para otro empezaron a dolerme las piernas y las rodillas, era el crecimiento anunciándose: "Es tiempo de crecer y va a doler un poquito".
Luego me habló mi estómago con una gastritis crónica: "Tienes mucha rabia y estrés acumulado".
Así durante muchos años aprendí que cuando el estómago arde es porque el estrés o la rabia están siendo protagonistas en mi vida.
Ahora cuando el cuerpo me pesa, el sueño prevalece y empieza a aparecer la tristeza el cuerpo me dice: "Las exigencias te están ganando. Hay que descansar"
Anoche antes de dormir me dije: "Vamos a descansar, tenemos el permiso" y así dormí casi 11 horas.
Amaneció un nuevo día con mi cuerpo y mis emociones en mejor sintonía.
🌻
Día 4
Hoy, en el almuerzo, bajé al pequeño jardín de mi taller y me sentí tan a gusto.
Allí rodeada de flores y de plantas me sentí tan acogida.
Reflexioné sobre los lugares en dónde habito y la importancia de sentirme abrazada por ellos.
Esos hogares que no son perfectos pero que te hacen sentir calma, protección, calidez y pertenencia.
Llego a la conclusión de que me gusta poder sentir pertenencia. Un sentir que en muchas ocasiones ha sido abstracto para mí pero que cada vez valoro más.
✨
Día 3
A ambos nos gusta la vida lenta, aunque no siempre podemos tenerla.
Transitamos entre la velocidad de la rutina y la lentitud de nuestra compañía.
Por eso, cuando compartimos los días, nos gusta nutrirnos de esa lentitud.
Despertar de a poco, preparar el desayuno juntos, hablar de la vida.
Caminar por los parques y acostarnos en la grama, pasear por la ciudad y ver los detalles, habitar los espacios y las actividades que nos rodean.
Cada vez más convencida de que la lentitud es como un ave que trae abundancia en cada rama en la que se posa.
Día 2
Me gusta la rutina de mis mañanas. Familia, escritura, desayuno y café. A veces leo mientras desayuno, a veces converso, a veces me pongo al día con el mundo.
Pero hoy fue una mañana especial porque floreció mi cayena y siempre es un día especial cuando florece mi pequeño jardín.
Debe haber florecido en el transcurso de la noche, como un regalo de la naturaleza por el día de ayer en dónde las cosas fluyeron como un río.
La cayena me recuerda a mi tierra, Venezuela.
Siempre que la veo me transporto de alguna manera.
Allá crecía sola, salvaje, en distintos lugares. Siempre llenaba de color los espacios en dónde habitaba.
Ahora, lejos del caribe, siempre me parece grato encontrar parte del caribe en otros lugares.
Gracias pequeña amiga por tu colorido regalo que me transporta a casa.
Ayer leí que
proponía un desafío que encontré muy bello.
24 días de instantes del presente retratados en imágenes y escritura.
Me llegó en un momento en el que quiero volver a conectar con mi yo escritora, que a veces se pierde.
Así que aquí vamos con el primer día.
-
Día 1
Cuando pierdo el centro dudo
me tambaleo
me siento insegura
me siento poco capaz
Y cómo no hacerlo
si ese centro soy yo
y me pierdo de vista
Porque pongo la vista afuera
en el camino
en los deseos
en lo no logrado
en la meta
Así que dudo
porque no me veo
Pero cuando recuerdo, vuelvo
vuelvo la mirada hacia mí
Aquí estoy
Regresa el equilibrio
regresa parte de la certeza
regresa la confianza
Desde el centro
sale la luz
sale la sombra
Pero es mi centro
mi casa
mi hogar
y allí siempre encuentro la calma
En el 2021 tuve la oportunidad de visitar parte del desierto de Chile.
Acostumbrada a la naturaleza más tropical o montañosa iba con la idea de que no me gustaría el desierto, pero realmente fue todo lo contrario.
Al estar allí sentí muchas cosas.
La energía del desierto no se compara con ninguna otra energía natural a la que haya estado expuesta antes.
Tiene una energía magnética que llama, cautiva y atrapa.
En medio del recorrido nos detuvimos en una zona un poco elevada que nos permitió ver el desierto desde arriba.
Fue impresionante ver esa inmensidad. Esa inmensidad que pareciera no tener mucho pero que es hogar de todo un ecosistema.
Cuando te detienes a observar esa amplitud simplemente te llena, con ese todo y esa nada.
Es una inmensidad que me hizo sentir pequeña, pero también parte de ese todo.
Ver cómo la vida también nace, se desarrolla y crece en zonas extremas solo te entrega la seguridad de que ser resilientes ante la adversidad es algo que nos entrega la naturaleza y que forma parte de lo que somos desde nuestro origen.
5 años, todo un viaje.
Si pudiera resumir en dos palabras estos 5 años desde que migré serían: autoconocimiento y crecimiento.
Me he permitido explorar, vivir, reinventar, ser, estar, presenciar, cambiar.
He descubierto nuevas partes de mi y las he integrado a las partes que ya conocía.
Miro atrás con gratitud, con cariño hacia mi tierra madre. Esa que me dió las raíces, que me enseñó el significado de hogar.
Pero también miro mi tierra presente y siento mucho amor por todo lo que me ha brindado. Por permitirme plantar semillas que llevan 5 años creciendo y por recibirme como hija de su misma tierra.
Aquí y allá. Mi corazón es de ambas y mi corazón crece con ambas tierras.
Infinitas gracias.
"La creatividad forma parte del orden natural de la vida. La vida es energía: pues energía creativa."
Julia Cameron
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