Jairo Buitrago Autor

”¥ “š ¡s ©xico ±ol ‡¨ðŸ‡´

¡Buenos días! Que este sábado sea un día lleno de alegría y diversión.

¡Feliz viernes! Disfruta del fin de semana y relájate.

¡Buenos días! Que este jueves te traiga nuevas oportunidades y bendiciones.

https://www.youtube.com/watch?v=nSxd4LO5ago

Buenas tardes, me gustaria compartirle el link de mi nuevo video en mi canal de you tuve, espero lo disfruten, espero les guste, les envió un beso.

Send a message to learn more

¡Feliz miércoles! Disfruta de este día y hazlo especial.

¡Buenos días! Espero que tu martes esté lleno de logros y satisfacción.

¡Buenos días! Empieza la semana con energía y positividad.
¡Feliz lunes! Que este día sea el inicio de una semana llena de éxitos.

¡Feliz domingo! Aprovecha para relajarte y disfrutar de tus seres queridos.

¡Buenos días! Que este sábado sea un día lleno de risas y momentos inolvidables.

¡Feliz viernes! Llegó el fin de semana, ¡disfrútalo al máximo!

AROMA DE MUJER

Por esas veces en las que uno se escapa de la rutina. Ocasiones en las cuales no se puede planear nada, solamente sales y piensas que todo estará bien. La vida misma te entrega una recompensa, una salida una nueva historia… marcela, así se llama, o eso creo que ella dijo para despistar, sin embargo su aroma es algo que no se podría olvidar, o aquel vestido verde manzana, o su sonrisa, o ese cuerpo al moverse bajo mis manos… solamente evocar las memorias me hará estar libre.

Me posiciono en aquel viaje que tuve hacia Medellín, por aquellas tierras paisas. Necesitaba darme un descanso y viajar siempre ha sido un escape, y miren la ocasión amerita para aquellas vivencias que se quedan entre mi piel, entre mi mente, aunque también se queda entre estas líneas que la harán inmortal. Jamás he planeado algo, sin embrago en mi poder llevo algunos artículos, quizás por morbo, o tal vez la esperanza de encontrar musas para la inspiración.

Me recomendaron un bar, este me encanto ya que se encontraba en una terraza de un edificio. Allí podía mirar gran parte de la ciudad, la música la disfrutaba, las vistas sin hablar. Mujeres bellísimas, ciudad d esta eterna primavera. Fue tan entrada ya en la tarde noche, entre las cervezas y buenas piezas de baladas americanas, pop y demás, fue allí donde la vi llegar. Una señal divina, un susurro de la misma afrodita. Mujer guapísima.

Como en su momento lo dije, aquella mujer llevaba un vestido verde manzana, corto, su cabello negro llegaba hasta el inicio de sus nalgas, y el mismo principio de mis fantasías. Su figura delgada, delicada. Allí se posaba una mujer que encendió completamente mis más finas ganas. La vi entrar, no negare que la seguí con la mirada, la seguí de principio a fin. No pude evitar pensar en lo que escondería debajo del vestido, en su sabor, en la expresión de ella al follar… solicitaba que me permitiera una fracción de su vida para cualquier cosa…

Me enfrasque entre ms cervezas y pensar, jamás he sido de dar aquellos primeros pasos, aunque esta vez la sorpresa fue mayor. El barman me entrego una cerveza en nombre de aquella chica de vestido verde, de sus cabellos azabaches, de aquella piel almendra, y sus labios rosas. Cruce la mirada hacia el sitio donde ella se ubicaba. Allí enseñándome aquella sonrisa perfecta, mientras me daba señales para sentarme con ella.

Una gran sorpresa fue para mí, cuando al quedarme a su lado, ella se me presento como marcela, comenzamos a charlar como si fuéramos viejos conocidos. Me atrapo en el aire en aquel instante cuando menciono aquel conversatorio del que yo había salido, mas fue una sorpresa cuando menciono algunas líneas de mi viejo libro… “Me fascinan las mujeres, no hablo solo de admirarlas como quién disfruta de un cuadro, o quién chifla desde lejos; Yo admiró el arte en sus rostros hacer el amor, la templanza en la piel al tacto de una caricia, la magia que provocan unos buenos besos por su cuello.”

─Veo que me has leído… ─Le dije a ella mientras la miraba, pero aquella sonrisa de ella hacia mí me parecía que es una lectora maravillosa…
─Si, pero más que leerte he degustado de aquellas líneas, de cada una de tus frases, sin embargo más la que leí.
─ ¿A que lleva tanta fascinación?
─La manera en la que describes el coito, o esa forma en la que permites ver a una mujer… eso… aunque…

Dejo aquel aunque entre el aire, mientras yo miraba su boca, las tiras de su vestido caer por sus hombros, como la tela cubría su piel, esa mima almendrada donde mis besos deseaban hacer nido.

─Veo las mujeres como lo que son…
─ ¿Qué somos?
─Obras de arte
─ ¿Así?
─Si, obras completas, bien he dicho en cada una de mis líneas.
─ ¿Que tan cierto es eso que te gusta la cara de una mujer al hacer el amor’?
Allí en ese preciso instante fue donde las señales se habían puesto un tanto claras para mí.
─ Pienso que eso más que decirlo, debería comprobarse.
La mirad de ella se convirtió en un dulce poema, pero de esos que humedecen el alma, los de aquellos infiltrados entre las bragas de las mujeres.
─ ¿No te gustaría agregar una nueva historia a esa colección de relatos que llevas a la luz?

Recuerdo que luego de media hora de besos, la habitación de mi hotel se convirtió en una sala del placer, en los aposentos de los gemidos. Llegando hasta el hotel, ella me tomo de la mano, entrelazo sus dedos a los míos. Un poco bajita si, palabras románticas de mi boca hacia ella también. Entramos al ascensor, rápidamente ella lo cerró, me devoro la boca, lo hizo con deseo con pasión. En medio de cada uno de sus besos, me pedía que ojala fuera la mitad de bueno como en mis relatos. Mordí su labio, la acerque más hasta mí. No tardamos en estar las puertas, del que sería ahora la revelación de mis ganas.

Habitación 403, besos al por mayor y sabor de mujer. Entramos allí, más tardamos al abrir la puerta, que ya posarla sobre la cama. La vi allí, parecía una diosa, sus cabellos sobre su rostro, sus labios entre abiertos, sus piernas aun cubiertas con aquel vestido que pronto estaría en algún lugar de la habitación. Sin pensarlo demasiado me pose de rodillas ante ella, comenzando a besarle sus tobillos, admirando sus sandalias romanas blancas, degustado el sabor de su piel. A medida que subía entre sus muslos, sentía sus manos enredarse entre mis cabellos.

La note como empezaba abrir sus piernas, poco a poco, sentí mis besos siendo llaves. Mis manos sentían la piel de sus piernas, mientras continuaba la ascensión. Entre caricias, subo mis manos, hasta tocar las telas de su vestido, sin perder de vista un segundo, levante para allí encontrarme con su punami perfecto, allí depilado, limpio, majestuoso. No me sorprendí al saber que no llevaba bragas, me sentí halagado. Allí en aquel momento, nuestras miradas se encontraron. Note su dulce sonrisa, disfrute de cada momento acercándome a su s**o, del cual un dulce aroma salía.

Resbale mi lengua desde abajo hacia arriba, disfrutando de aquel sabor de su dulce s**o. La escuche emitir un sonido leve, mientras mi lengua sentía un dulce orgasmo con aquel sabor de ella. Lentamente resbale mis dedos dentro de ella, masajeando con mi lengua. Su reparación aumentaba, al tiempo el calor en la habitación. Deje mis dedos dentro de ella, creando una sinfonía. Admiraba su rostro llegando aquel punto de excitación, sus labios creando pequeñas notas calientes.

No pude evitar acercarme hasta su boca, dejando mi mano libre, resbalar con mis dedos por sus labios, ver sus hermosos dientes perlados, su lengua suave entre las yemas de mis dedos. Hacía de cada movimiento de mis dedos un placer perpetuo para ella. Sus cavidades a cada minuto que pasaban se encontraban en la humedad perfecta, la tibieza de su cuerpo. Inspirado completamente en su delicada figura, en su abdomen plano, sus pechos pequeños aun cubiertos por el vestido, sus labios delgados, los cuales me permití besar con tantas ganas, con tal deseo al terminar jadeamos juntos.

La miraba temblar un poco, comencé a bajar las tiras que cubrían sus hombros, comenzar a desnudarla, ver sus pechos, su piel, acercar mi lengua sus pechos, degustar de tal manjar, dejarla enredar sus dedos entre mis cabellos. Yacía completamente desnuda sobre aquella cama, admirando su desnudez por completo. Delicada, morbo al cien. Camine hasta la ventana de mi cuarto. Admire la enorme ciudad de esta eterna primavera, con ella a marcela esperando por un poco más.

─ ¿Ya has terminado?

Le regrese a mirar, observarla. Determinar cuál musa del placer era ella ahora. Lienzo en blanco dispuesto por mis besos, por mis caricias.

─La paciencia es una virtud, y la noche recién comienza. Soy tan devoto del cuerpo de una dama, que para mí sería una tragedia solo un orgasmo.
─Eso quisiera sentirlo yo.

Camine otro poco por la habitación, buscando un pequeño bolso que siempre me acompaña. Allí mientras ella se posaba boca abajo, observándome caminar. Hice pausa al tenerlo entre mis manos, corrí la cremallera, observando algunos juguetes que allí llevo siempre. Jamás sabes cuándo puedes estar con una bella dama.
─ ¿Tengo algún limite par el placer?
─ ¿Limites?
─ ¿Si, no sé qué te puede gustar o no?
─Simplemente sorpréndame.
─Perfecto, tengo carta blanca.

Su mirada fue un dulce poema, y mi imaginación se podría considerar un nivel del in****no o del cielo, todo depende a cuantos or****os este el uno del otro. Rodee la cama antes de que ella pudiera entender lo que yo quería hacerle. Me acerque hasta sus nalgas, rodee su cuerpo con mi brazo, haciendo que se posara en cuatro, ella quedando sorprendida. Devore aquel conjunto de placeres en el que ella solicitaba de mí. Mis dedos participes de su s**o, mi lengua catadora de su delicioso ano. La humedad me sorprendió, a medida de mis masajes en sus cavidades.

Tome el vi****or que llevaba en mi bolso, introduciéndolo en delicioso s**o. Allí permitiéndole sentir un placer mayor. La vi desplomarse sobre la cama, quedando apretando las sabanas, gimiendo, dejando que sus cabellos cubrieran su rostro. En un acto de complejo sadismo, de mi parte. Comencé a enrollar su cabello, mientras mi mano libre comenzó a darle velocidad al vi****or. Jale sus cabellos, para así besarla, sentía su piel, su espina dorsal, me encendía cada vez que la escuchaba, me prendía cada vez que palpaba los centímetros de ella.

La libere dejándola con su respiración acelerada, con el vi****or aún se su c**o. Me acerque al pequeño recipiente que tenía, el cual unte entre mis dedos, un poco en mi miembro. Ella desesperada pregunto…

─ ¿¡Dios!, cuando vas a entrar?

Sin responder más allá con caricias sobre sus nalgas, comencé con mis dedos llenos de aquel lubricante a masajear su ano, la note morder las sabanas, note como su cuerpo se preparaba para aquella invasión. Lentamente deje que mis dedos comenzaran hacer espacio, permitir que cubriera mi dedo. Cada vez sentía sus jadeos tan profundos, tan deliciosos, causando temblores entre mi miembro. La rodee con mis brazos, dando una vuelta junta, haciendo que ella quedara sobre mis piernas.

No solicite decir palabras, ella poso sus manos sobre mis muslos, dejándome acomodar perfectamente aquello solicitado. Deje que fuera ella la que se deslizara, la que se permitiera entrar. Sentí la resistencia de su ano entre mi miembro, como poco a poco iba entrando, como ella se dejaba deslizar sobre él. Se quedó un instante quieta, esperado acostumbrarse aquello. Sentía no solo sus carnes, también sentía el vi****or entre su s**o. Tome su cabello, bese su cuello, toque sus pechos, mientras entre pequeños movimientos la penetraba. La fricción era indescriptible.

Ella busco mi boca para ser besada, sin límites la bese, rodee su cuerpo delicado entre mis brazos. Toque sus pechos, pellizque sus pezones, me estaba convirtiendo en adicto de sus jadeos. Aparte su cuerpo hacia a mí, sentía el aroma de su cabello, sin contar un dulce baile que ella está haciendo sobre mi miembro. La sentía como subía y bajaba, como su cuerpo se adaptaba al mío, sus frases a las paredes, mis ruegos al cielo, los movimientos rápidos de aquel juguete entre sus cavidades la hicieron correrse, temblar, apretar, para luego desmayarse.

Un tanto agotada, excitada, sin fuerzas… allí sobre la cama me pedía un poco más. No pude más que acariciar su dulce rostro, mientras su boca aún estaba dispuesta. Sin preguntar, ella comenzó, haciendo ahora que mis jadeos, mis gruñidos fuera de su deleite, sus manos pequeñas masajeándome, su lengua un remolino sensacional. Fue inevitable no correrme en su boca, para ella fue poca la piedad de continuar después de eyacular, permitiéndome temblar. Ver como resbalaba por la comisura de sus labios, degustar de un beso tan taboo… que simplemente marco eterna memoria.

La noche siempre será una eterna primavera, algunas líneas son memoria, recuento y demás. Han pasado algunos años desde aquel encuentro, pero evocar su cuerpo, sus cabellos, recordarla en aquel vestido verde, aquella piel almendra, sus or****os tan húmedos como el mar. Parece que aun siento su piel entre mis manos, sus labios en los lugares que le permití besar. La memoria siempre será un dulce momento para perderse de la realidad, sin contar el dulce aroma de una mujer.

GHOST
SECRETOS DE ALCOBA
2022

¡Buenos días! Que este jueves te traiga nuevas oportunidades y logros.

¡Feliz miércoles! Disfruta de este día y aprovecha al máximo cada momento.

¡Buenos días! Espero que tu martes esté lleno de alegría y satisfacción.

¡Buenos días! Que esta nueva semana esté llena de éxitos y buenos momentos.

¡Feliz domingo! Aprovecha para descansar y recargar energías.

Después de ver el final de solo puedo pensar en esto

Creo que podría hacer una colección con ellos, regresar el aliento a un país...

”¥ “š ¡s ©xico ±ol ‡¨ðŸ‡´