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Ezequiel Moreno es un niño de 11 años cuya vida está marcada por un profundo sentido de compasión y una fe inquebrantable en Dios. Desde muy pequeño, Ezequiel mostró un corazón generoso y una sensibilidad extraordinaria hacia los más necesitados.

Todo comenzó cuando Ezequiel cumplió 7 años. En lugar de pedir regalos para él, decidió que quería hacer algo especial para los demás. En su cumpleaños, con la ayuda de sus padres, preparó comida y la repartió a las personas que vivían en la calle. Ese día, el rostro de Ezequiel se iluminó de una manera única al ver las sonrisas y la gratitud de aquellos a quienes había ayudado. Así nació una tradición que ha mantenido cada año, convirtiendo su cumpleaños en un día de generosidad y amor hacia los menos afortunados.

A lo largo de los años, esta práctica se volvió parte esencial de la vida de Ezequiel. Cada vez que veía a alguien en necesidad –mujeres con niños vendiendo caramelos, ancianos pidiendo en las esquinas– su primer instinto era ayudarlos. Aunque Ezequiel no tiene mucho, siempre encuentra la manera de dar. Al hacer mercado con sus padres, a menudo pedía algo extra. Al principio, sus padres pensaban que era para él, pero pronto descubrieron que esas solicitudes eran para las personas que esperaban fuera del supermercado.

A los 10 años, Ezequiel se convirtió en acólito y fue en la iglesia donde conoció la historia de Santo Domingo Savio. Inmediatamente, se sintió profundamente inspirado por la vida de este joven santo, quien, al igual que él, dedicó su corta vida a servir a los demás con amor y devoción. Encontró en Santo Domingo Savio un modelo a seguir y un reflejo de su propia misión de vida.

Ezequiel decidió entonces que su proyecto de ayuda a los necesitados llevaría el nombre de Santo Domingo Savio. A través de este proyecto, Ezequiel no solo reparte comida, sino también esperanza y amor, siguiendo el ejemplo de su santo favorito.

Nosotros, sus padres, hemos apoyado a Ezequiel en cada paso de este camino. Le enseñamos que no es necesario ser adulto para hacer una diferencia en el mundo. La bondad y la compasión no tienen edad, y Ezequiel es una prueba viviente de ello. Su fe en Dios y su deseo de ayudar a los demás nos inspiran cada día a ser mejores personas y a apoyar su misión con todo nuestro corazón.

Ezequiel nos recuerda que, con un corazón puro y una fe sólida, podemos hacer grandes cosas. Su historia es un testimonio de cómo un niño puede cambiar el mundo a su alrededor con pequeños actos de bondad y un espíritu lleno de amor. Que su ejemplo nos guíe a todos a vivir con más generosidad y compasión, siguiendo los pasos de Santo Domingo Savio y siempre confiando en la guía de Dios.

Ahora, queremos invitarte a ser parte de este maravilloso proyecto. Necesitamos el apoyo de todos: personas, instituciones, empresas, celebridades, YouTubers, creadores de contenido y más. Tu ayuda puede marcar una gran diferencia.

¿Cómo puedes ayudar?

1. **Dona alimentos, ropa o dinero** para seguir alimentando a quienes lo necesitan.
2. **Voluntaría tu tiempo** para ayudar en la preparación y distribución de las comidas.
3. **Comparte esta historia** en tus redes sociales para que más personas conozcan y apoyen este proyecto.
4. **Dale like, comenta y comparte** esta publicación para que llegue a más corazones generosos.

Tu apoyo es fundamental para que "Santo Domingo Savio" siga creciendo y ayudando a más personas. Juntos, podemos hacer un cambio real en la vida de quienes más lo necesitan. ¡Gracias por ser parte de esta misión de amor y esperanza!