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S*xualidad y clítoris
Datos sobre el clítoris que deberías conocer
Dr. Tomás Núñez
Es probablemente el órgano menos divulgado y más desplazado de la historia de la Medicina, a pesar de ser el centro del placer sexual femenino.
Posiblemente el órgano peor tratado de la historia de la Medicina, desplazado en los tratados médicos y en la cultura popular durante siglos, y relegado injustamente a un mero ‘botón’ preliminar de las relaciones sexuales, el clítoris trata ahora de recuperar su estatus como órgano central del placer sexual de la mujer.
Darle al clítoris el lugar que merece, y divulgar acerca de este órgano tan maltratado históricamente es el objetivo de Entre mis labios, mi clítoris: confidencias de un óirgano misterioso, de Alexandra Hubin y Caroline Michel. Este libro hace un repaso de los primeros avances en anatomía del clítoris, y cómo este experimentó avances y retrocesos hasta situarse donde debe estar, en el centro del placer femenino.
No obstante, han tenido que pasar siglos para ello. Aunque es mucho lo que hemos avanzado desde su primera disección en 1559, todavía existen falsas creencias sobre el clítoris que han hecho mucho daño a la mujer como propietaria de su propio placer independiente de su función reproductiva, centrada en el coito.
Historia de un órgano maltratado
El hecho de que el clítoris sea un órgano que sirve exclusivamente al placer sexual ha frustrado durante siglos a los científicos, que trataban de buscar una función reproductiva, relacionada con el coito; para estos, tenía mucho más sentido que el placer se obtuviera de la estimulación va**nal.
Siglos de historia de discriminación de la principal fuente de placer femenino ha dado como resultado una colección de mitos, falacias, frustraciones y conceptos erróneos. Uno de ellos es el punto G, que tanta frustración ha provocado a millones de mujeres tratando de encontrarlo.
Hoy sabemos que el clítoris no es solo un pequeño área visible, como decíamos, sino que es un órgano mucho más grande y complejo, que se extiende varios centímetros bajo la piel, y que puede estimularse desde diferentes ángulos. Por supuesto, aunque de manera indirecta, también desde el interior de la va**na.
Sin embargo, la manera más efectiva de obtener un orgasmo es la estimulación directa de la parte externa del clítoris, el glande, vía manual o mediante la práctica del cu*******us. Esta zona visible es solo la punta del iceberg. Es en realidad el glande de un aparato mucho más complejo, que se extiende interiormente en ramificaciones a ambos lados de la entrada de la va**na.
Por ello, es fácil que desde el interior de esta se pueda estimular algunas zonas de este complejo órgano, pero todo dependerá del tamaño y forma del clítoris, que varía en cada mujer, y de su cercanía a las paredes va**nales.
El mecanismo del placer femenino depende de muchos factores: existen muchas zonas erógenas y el placer sexual (culmine el orgasmo o no) puede obtenerse por muchas vías. Lo que los científicos ya no pueden negar es que el órgano clitoriano es la fuente de este placer.
Pero, para llegar a esta conclusión, el clítoris ha tenido que sufrir maltrado y discriminación. A continuación, algunos datos que toda persona debería conocer sobre el clítoris, curiosidades, y algo de historia.
El clítoris solo sirve para el placer.
Durante décadas se ha especulado sobre la función reproductiva del clítoris en general y el orgasmo femenino en particular, sin llegar a una conclusión. No la hay. Este órgano no tiene ninguna otra función más que proporcionar placer; y, desde luego, no posee una función reproductiva.
No obstante, algunos biólogos han especulado en ocasiones que el orgasmo femenino tendría una utilidad: las contracciones de la va**na en este momento ayudarían al es***ma a alcanzar las trompas de Falopio para fecundar a un óvulo.
El orgasmo va**nal es un mito.
Hoy podemos afirmar que no existen dos tipos de or****os, sino uno solo. Eso sí, existen diferentes formas de obtenerlo.
El cuerpo de la mujer tiene muchas zonas erógenas, y caricias de diferente naturaleza pueden abrir un mundo de posibilidades a la hora de alcanzar un orgasmo.
No hace muchos años era común y aceptada la pregunta: '¿eres clitoridiana o va**nal?' La mayoría de las mujeres no se sentirían identificadas con la última acepción. Eso es debido a que lo que comúnmente se conoce como orgasmo va**nal, técnicamente, no existe, sino que es producto de la estimulación del clítoris desde el interior de la va**na.
El tamaño sí importa
Si bien se ha escrito mucho sobre el tamaño del pene y su relación con el orgasmo masculino, ¿qué hay del clítoris? La obra de Hubin y Michel revela que las mujeres que tienen un glande de mayor tamaño y situado más cerca de la entrada de la va**na disfrutan de or****os con más facilidad.
Es posible que la razón de esto sea que la fricción entre las zonas es más asequible.
El clítoris también tiene erecciones
Al igual que le ocurre al pene, la excitación sexual provoca que todo el órgano se llene de sangre y se hinche. En este momento, el glande 'sale de su capuchón' y aumenta de tamaño.
Durante la fase REM, como también ocurre en los hombres, es posible que el clítoris se hinche y esta reacción se acompañe de lubricación va**nal, un hecho que no tiene por qué ir relacionado con un sueño de carácter erótico.
El clítoris también tiene glande
Efectivamente, el glande del clítoris es esa parte visible, situada por encima de la abertura de la va**na y de la uretra, y cubierto de una especie de capuchón de piel, llamado prepucio.
Este mal llamado 'botoncito' es solo la parte visible de un órgano mucho más sofisticado que se extiende varios centímetros en el interior del cuerpo de la mujer.
Mide de media 1 centímetro y posee miles de terminaciones nerviosas.
Cada clítoris es diferente
El órgano entero mide una media de 9 a 11 centímetros, y el glande, como mucho, 1 centímetro. Cada mujer tiene su propio glande, y es tan diferente como cualquier otra parte del cuerpo, como la nariz: única e indistinguible.
La penetración no es la mejor forma de obtener el orgasmo
Las mujeres alcanzan más fácilmente el orgasmo cuando reciben múltiples estimulaciones, según un estudio publicado por The Journal of S*x Research en 2006, solo el 49,9% de las mujeres llegan al orgasmo únicamente mediante la penetración va**nal. En cambio, cuando la penetración se acompaña de estimulación manual, la cifra era del 70,9% y alcanzaba el 72,8% cuando se acompañaba de estímulos orales.
El órgano menos divulgado
Si bien el órgano reproductivo femenino se ha representado con frecuencia, y de hecho es materia importante en los libros de texto escolares, no ocurre lo mismo con el órgano del placer.
Según la publicación de Hubin y Michel, el 84% de las niñas de 13 años no sabe representar su s**o (aunque EL 54% sí sabe representar el masculino). Por otro lado, una de cada cuatro chicas de 15 años desconoce la existencia de su clítoris.
Estuvo a punto de denominarse 'órgano de Falopio'
La primera vez que se diseccionó el clítoris fue en 1559 a cago del investigador italiano Mateo Realdo Colombo, como plasmó en su obra De Re Anatomica.
No obstante, de no ser por esta publicación, tal vez hubieramos llamado a este órgano de otra forma que, además, nos resulta familiar. Su colega, el también anatomista italiano Gabriel Falopio (quien dio nombre a otra parte de la anatomía femenina, las trompas) trató de robarle el mérito a Colombo.
El universo es una inmensa oscuridad
Dr. Tomás Núñez
Cuando leemos a grandes cosmólogos y astrofísicos como Stephan Hawking, S. Weinberg, M. Rees y B. Swimme, entre otros, nos damos cuenta de que están siempre dando vueltas a tres grandes cuestiones: ¿cuáles fueron las condiciones iniciales del universo, que le han permitido llegar hasta aquí? ¿Hay vida en otros planetas? ¿Es posible una «Teoría del Todo», que explique en una fórmula sencilla todo lo que existe, y permita captar la mente de Dios?
En estos campos, hasta ahora, poco se ha avanzado. Sin embargo, en un punto sí se ha llegado a conclusiones que para una visión global y filosófica de las cosas reviste una gran relevancia, a saber: ¿cuáles serían las condiciones iniciales que dieron origen al universo? Un consejo: evite hacer a los científicos la siguiente pregunta, para no irritarlos: ¿quién colocó ahí aquel puntito infinitamente pequeño y quién lo hizo explotar? Es que son conscientes de los límites de su saber científico, lo que en cierta forma los invita a permanecer en silencio.
La famosa sonda WMAP (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe) lanzada en 2001, que escaneó todo el universo visible, permitió la siguiente constatación: sólo el 4% del universo es visible, y, por eso, cognoscible. El 96% es de una oscuridad total, e invisible. De ese 96%, el 23% es materia oscura, cuya gravedad tendría la función de impedir que las galaxias escapen una de otra, y el otro 73% es de energía oscura, que aceleraría la expansión del universo. Se sabe también que en los primerísimos momentos siguientes a la gran explosión, ocurrió un choque formidable entre materia y antimateria. Casi se aniquilaron una a otra, quedando ap***s una pequeñísima sobra de protones del orden de 1,000.000.001 del cual se originó el actual universo. Originalmente había un 75% de hidrógeno y un 25% de helio; el resto se formó dentro de las grandes estrellas rojas. El astrofísico Steven Weinberg calculó lo que habría ocurrido en los tres primeros minutos (su libro Los tres primeros minutos, el origen del universo) y sus consecuencias hasta los días de hoy. Dice: «si fuese demasiado ligera, la masa se habría expandido excesivamente y no habría condensación suficiente para formar las estrellas y con ello permitir la vida. Si fuese demasiado densa, el universo se retiraría en sucesivas explosiones y los cuerpos no podrían surgir».
Si las energías nucleares hubiesen sido demasiado débiles, no habrían ocasionado la formación de los elementos pesados como el carbono, el oxígeno y otros, necesarios para la formación de la vida. El universo estaría compuesto sólo de hidrógeno.
Si estas energías hubiesen sido demasiado fuertes, habría sólo átomos pesados, y no habría hidrógeno para alimentar las estrellas.
Si la fuerza gravitacional fuese un poco más fuerte, las estrellas habrían consumido rápidamente su energía nuclear interna, habrían tenido una vida más corta, no habrían formado dentro de ellas los elementos pesados, y la vida sería imposible.
¿Qué concluimos de estas constataciones? Que el universo combinó refinadísimamente todos estos factores para que pudiese surgir la vida y los seres inteligentes. En caso contrario, no estaríamos aquí para hablar y escuchar de todo ello. Por más que muchos científicos se consideren agnósticos y quieran evitar alguna teoleología (algún fin, algún propósito), no pueden escapar de esta lógica de las cosas. Parece como que el universo, instintivamente, hubiera intuido que íbamos a surgir, y nos preparó las condiciones, y nos regaló esta esplendorosa cuna que es la Tierra.
Incluso sin apelar demasiado pronto a Dios, ¿cómo no maravillarse y llenarse de gratitud por este sutil camino ya recorrido?
El universo es una inmensa oscuridad
Dr. Tomás Núñez
Cuando leemos a grandes cosmólogos y astrofísicos como Stephan Hawking, S. Weinberg, M. Rees y B. Swimme, entre otros, nos damos cuenta de que están siempre dando vueltas a tres grandes cuestiones: ¿cuáles fueron las condiciones iniciales del universo, que le han permitido llegar hasta aquí? ¿Hay vida en otros planetas? ¿Es posible una «Teoría del Todo», que explique en una fórmula sencilla todo lo que existe, y permita captar la mente de Dios?
En estos campos, hasta ahora, poco se ha avanzado. Sin embargo, en un punto sí se ha llegado a conclusiones que para una visión global y filosófica de las cosas reviste una gran relevancia, a saber: ¿cuáles serían las condiciones iniciales que dieron origen al universo? Un consejo: evite hacer a los científicos la siguiente pregunta, para no irritarlos: ¿quién colocó ahí aquel puntito infinitamente pequeño y quién lo hizo explotar? Es que son conscientes de los límites de su saber científico, lo que en cierta forma los invita a permanecer en silencio.
La famosa sonda WMAP (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe) lanzada en 2001, que escaneó todo el universo visible, permitió la siguiente constatación: sólo el 4% del universo es visible, y, por eso, cognoscible. El 96% es de una oscuridad total, e invisible. De ese 96%, el 23% es materia oscura, cuya gravedad tendría la función de impedir que las galaxias escapen una de otra, y el otro 73% es de energía oscura, que aceleraría la expansión del universo. Se sabe también que en los primerísimos momentos siguientes a la gran explosión, ocurrió un choque formidable entre materia y antimateria. Casi se aniquilaron una a otra, quedando ap***s una pequeñísima sobra de protones del orden de 1,000.000.001 del cual se originó el actual universo. Originalmente había un 75% de hidrógeno y un 25% de helio; el resto se formó dentro de las grandes estrellas rojas. El astrofísico Steven Weinberg calculó lo que habría ocurrido en los tres primeros minutos (su libro Los tres primeros minutos, el origen del universo) y sus consecuencias hasta los días de hoy. Dice: «si fuese demasiado ligera, la masa se habría expandido excesivamente y no habría condensación suficiente para formar las estrellas y con ello permitir la vida. Si fuese demasiado densa, el universo se retiraría en sucesivas explosiones y los cuerpos no podrían surgir».
Si las energías nucleares hubiesen sido demasiado débiles, no habrían ocasionado la formación de los elementos pesados como el carbono, el oxígeno y otros, necesarios para la formación de la vida. El universo estaría compuesto sólo de hidrógeno.
Si estas energías hubiesen sido demasiado fuertes, habría sólo átomos pesados, y no habría hidrógeno para alimentar las estrellas.
Si la fuerza gravitacional fuese un poco más fuerte, las estrellas habrían consumido rápidamente su energía nuclear interna, habrían tenido una vida más corta, no habrían formado dentro de ellas los elementos pesados, y la vida sería imposible.
¿Qué concluimos de estas constataciones? Que el universo combinó refinadísimamente todos estos factores para que pudiese surgir la vida y los seres inteligentes. En caso contrario, no estaríamos aquí para hablar y escuchar de todo ello. Por más que muchos científicos se consideren agnósticos y quieran evitar alguna teoleología (algún fin, algún propósito), no pueden escapar de esta lógica de las cosas. Parece como que el universo, instintivamente, hubiera intuido que íbamos a surgir, y nos preparó las condiciones, y nos regaló esta esplendorosa cuna que es la Tierra.
Incluso sin apelar demasiado pronto a Dios, ¿cómo no maravillarse y llenarse de gratitud por este sutil camino ya recorrido?
El Cerebro, evolución y funcionamiento.
Dr. Tomás Núñez
Desde que se descubrió la verdadera importancia del cerebro su estudio ha estado avanzando a pasos agigantados. Para este articulo intentaré dar una visión actualizada del conocimiento sobre este órgano en cuanto a funcionamiento y capacidades.
El cerebro humano moderno es el resultado de la evolución, relativamente rápida y constante, desde los primeros homínidos hasta el Homo sapiens sapiens.
Se ha podido corroborar que esta evolución ha estado favorecida por otros avances de partes corporales entre las que destacan el pulgar oponible (prensible) y el bipedismo.
En la antigüedad los científicos habían divagado sobre las funciones que desarrollaba este órgano, pero en la actualidad, mediante técnicas como la tomografía computacional o el electroencefalograma ese puede conocer mejor su estructura y dinámica. Este estudio minucioso del sistema nervioso también ha permitido conocer más sobre la unidad funcional y estructural del mismo: la neurona.
Estas células (las neuronas) tienen la capacidad de generar y transmitir impulsos eléctricos a otras de la misma tipología mediante la secreción de neurotransmisores en un contacto llamado sinapsis. Las dr**as hacen variar el equilibrio químico de las uniones sinápticas.
El cerebro desarrolla diversas actividades de cierta complejidad: entre estas funciones destacan la memoria, el lenguaje, el habla, la praxia, la gnosia y la inteligencia.
Hoy en día el estudio del cerebro continua siendo muy activo debido a la complejidad del órgano y, aunque se tiene una visión amplia del papel del mismo dentro del organismo, aún nos quedan muchas incógnitas por resolver.
El cerebro humano tal y como lo conocemos actualmente ha sufrido un proceso de evolución de 2.5 millones de años desde nuestro ancestro más primitivo. Se considera que empezó a aumentar notablemente de tamaño en el Australopitecus africanus - posible predecesor de nuestro género con un volumen cerebral de proximadamente 500 centímetros cúbicos - y lo hizo a un ritmo estimado de 150.000 neuronas por generación.
Pese a tener una estatura similar a la del chimpancé, los cerebros de estos individuos empezaron a presentar volúmenes encefálicos significativamente superiores. Por su parte, los primeros miembros del género Homo mostraban una mediana de 700 centímetros cuadrados y evolucionaron de manera gradual y casi lineal - sin baches - hasta llegar a los 1.400 centímetros cúbicos del Homo sapiens actual.
A lo largo de nuestra evolución las mejoras en el cerebro y el cuerpo se han complementado recíprocamente: cuando una avanzaba, ésta impulsaba la mejora de la otra siguiendo un ciclo de retroalmientación positiva. De esta manera, ponerse de pie fue uno de los primeros hechos trascendentales de la humanidad y está constatado que esto sucedió antes de la aparición de los pulgares prensiles, la habilidad de fabricar herramientas o el desarrollo del lenguaje.
El Cerebro, evolución y funcionamiento.
Dr. Tomás Núñez
Desde que se descubrió la verdadera importancia del cerebro su estudio ha estado avanzando a pasos agigantados. Para este articulo intentaré dar una visión actualizada del conocimiento sobre este órgano en cuanto a funcionamiento y capacidades.
El cerebro humano moderno es el resultado de la evolución, relativamente rápida y constante, desde los primeros homínidos hasta el Homo sapiens sapiens.
Se ha podido corroborar que esta evolución ha estado favorecida por otros avances de partes corporales entre las que destacan el pulgar oponible (prensible) y el bipedismo.
En la antigüedad los científicos habían divagado sobre las funciones que desarrollaba este órgano, pero en la actualidad, mediante técnicas como la tomografía computacional o el electroencefalograma ese puede conocer mejor su estructura y dinámica. Este estudio minucioso del sistema nervioso también ha permitido conocer más sobre la unidad funcional y estructural del mismo: la neurona.
Estas células (las neuronas) tienen la capacidad de generar y transmitir impulsos eléctricos a otras de la misma tipología mediante la secreción de neurotransmisores en un contacto llamado sinapsis. Las dr**as hacen variar el equilibrio químico de las uniones sinápticas.
El cerebro desarrolla diversas actividades de cierta complejidad: entre estas funciones destacan la memoria, el lenguaje, el habla, la praxia, la gnosia y la inteligencia.
Hoy en día el estudio del cerebro continua siendo muy activo debido a la complejidad del órgano y, aunque se tiene una visión amplia del papel del mismo dentro del organismo, aún nos quedan muchas incógnitas por resolver.
El cerebro humano tal y como lo conocemos actualmente ha sufrido un proceso de evolución de 2.5 millones de años desde nuestro ancestro más primitivo. Se considera que empezó a aumentar notablemente de tamaño en el Australopitecus africanus - posible predecesor de nuestro género con un volumen cerebral de proximadamente 500 centímetros cúbicos - y lo hizo a un ritmo estimado de 150.000 neuronas por generación.
Pese a tener una estatura similar a la del chimpancé, los cerebros de estos individuos empezaron a presentar volúmenes encefálicos significativamente superiores. Por su parte, los primeros miembros del género Homo mostraban una mediana de 700 centímetros cuadrados y evolucionaron de manera gradual y casi lineal - sin baches - hasta llegar a los 1.400 centímetros cúbicos del Homo sapiens actual.
A lo largo de nuestra evolución las mejoras en el cerebro y el cuerpo se han complementado recíprocamente: cuando una avanzaba, ésta impulsaba la mejora de la otra siguiendo un ciclo de retroalmientación positiva. De esta manera, ponerse de pie fue uno de los primeros hechos trascendentales de la humanidad y está constatado que esto sucedió antes de la aparición de los pulgares prensiles, la habilidad de fabricar herramientas o el desarrollo del lenguaje.
Ecología sexual y sentido del s**o
Dr. Tomás Núñez
En este articulo describiremos brevemente algunos principios de ecología sexual: la relación entre sexualidad y amor, el papel de la sexualidad en la corporalidad y la personalidad humanas, el proceso de personalización de la sexualidad, los principios básicos de una estética de la sexualidad.
La revolución industrial supuso una auténtica liberación para el hombre. A medida que la ciencia y la técnica iban progresando, se liberaron muchas energías humanas, que se encaminaron al desarrollo de la industria. La optimación de los recursos permitió dedicar cada vez más tiempo a la educación y al progreso de la cultura.
Pero no hemos sabido dirigir con visión de futuro este proceso científico y tecnológico. La carrera descontrolada de la técnica ha tenido consecuencias negativas, porque, cuando la naturaleza es manipulada, se venga. En estos momentos, la ecología se nos impone con fuerza: necesitamos controlar la técnica, impedir un crecimiento desordenado de la tecnología, pues todo crecimiento descontrolado es un cáncer que genera muerte y destrucción.
Para controlar la técnica, el hombre no tiene otro camino que el de volver los ojos a las exigencias de la naturaleza, que marcan las pautas de la armonía entre los diversos elementos de una vida y una cultura auténticamente humanas.
La revolución sexual es uno de los hechos más importantes de esta segunda mitad de siglo. Los progresos técnicos han permitido explorar todas las posibilidades de la sexualidad humana. Y en estos momentos, como sucede en otras ramas de la técnica, necesitamos un planteamiento ecológico de la sexualidad, porque no todas las posibilidades de vivir la propia sexualidad que la técnica hace posibles son de verdad humanas ni tampoco colaboran al progreso y a la felicidad humana.
En estos últimos años, hemos aprendido que, en cualquier rama de la técnica, el mero hecho de que sea posible hacer algo nuevo, no significa que eso sea bueno para el hombre ni para el progreso. Algunas de las posibilidades que abre la técnica crean graves peligros, y, a veces, engendros y monstruos. Los problemas que está planteando la ingeniería genética son de todos conocidos. Y lo mismo sucede en el campo sexual.
De hecho, asistimos a una rebelión de la naturaleza frente a la revolución sexual. Lo que parecía una liberación se está convirtiendo, para muchos, en una maldición: el desconcierto sobre el modo de vivir la propia sexualidad está cada vez más extendido.
Hemos de superar, en el campo sexual, la época ingenua en la que nos encontramos comparable a la ingenuamente optimista en que la técnica y la ciencia nos parecían un camino sin particulares peligros, porque esa ingenuidad es dañina para la naturaleza y para el hombre. Necesitamos adentrarnos en una etapa de desarrollo ecológico de la sexualidad, que permita a las mujeres y hombres de nuestro tiempo encontrar la felicidad que tan ardientemente buscamos.
En estos momentos tenemos bastante información sobre cómo funciona el aspecto físico de la sexualidad, pero hay, en nuestro entorno cultural, una falta de reflexión, y una desinformación generalizada, sobre lo que es el s**o en si mismo, y sobre cuál es su función y su sentido dentro de la personalidad y de la vida humana. Esta falta de reflexión y este desconocimiento provocan muchos errores prácticos, y muchas frustraciones psicológicas, a la hora de vivir la propia sexualidad. Vamos, por eso, a detenernos un momento en esta cuestión.
Se trata de reflexionar sobre la realidad, describir qué es el hombre, el cuerpo, el s**o y el amor. Y desde esa descripción, comprender más profundamente el hondo sentido que tiene la dimensión sexual de nuestra personalidad. Así sabremos mejor cómo vivirla.
Las neurociencias y su evolución en el tiempo.
Tomás Nuñez. ThD
La neurociencia está integrada por un grupo de disciplinas científicas enfocadas al estudio del sistema nervioso. El cual, está formado por el sistema nervioso central y sistema nervioso periférico. Uno de los objetivos primordiales de las neurociencias que persiguen es conocer los mecanismos de regulación y control de las reacciones nerviosas; así como, el funcionamiento cerebral.
El cerebro y las neurociencias
El cerebro como sistema de control es estudiado actualmente por las neurociencias. Su evolución empezó desde la época de los griegos y continúa desarrollándose hasta el momento. El cuerpo humano es un complejo entramado de redes nerviosas que están controladas por el cerebro. Todos los días de forma continua millones de neuronas permanecen conectadas transmitiendo impulsos con información específica a cada órgano del cuerpo.
El cerebro es una estructura sumamente compleja y aún se desconocen varias propiedades acerca de su funcionamiento. No obstante, la investigación realizada por las neurociencias ha permitido profundizar en la estructura, función e importancia del sistema nervioso.
Importancia de las neurociencias
Entre los aspectos más importantes de las neurociencias es el estudio de la capacidad de aprendizaje de los individuos que está asociada directamente con la habilidad para sobrevivir. Más allá de la teoría de la evolución de Darwin, el cerebro fue utilizado en mayor o menor medida para aprender. Desde la recolección de alimentos, hacer fuego, cazar, establecerse e implantar actividades para vivir; hasta llegar a las revoluciones industriales y el desarrollo de la inteligencia artificial.
Ciertamente, todo ello ha sido posible a través del aprendizaje, que está vinculado con el perfeccionamiento de las funciones cerebrales y la eficiencia de las interacciones neuronales. Estos factores son estudiados minuciosamente por las neurociencias.
Por otra parte, en esta década del siglo XXI, las neurociencias están experimentando la integración con otros campos del saber. Por ejemplo: la embriología, fisiología, bioquímica, farmacología, psicología, neurología, bioingeniería, ciencias de la computación e inteligencia artificial.
Antecedentes históricos de las neurociencias
Primeros contactos con las neurociencias
En Grecia en el siglo V a. c. Alcmeon de Crotona realizó la descripción de los nervios ópticos que localizó durante disecciones que llevó a cabo. En sus descripciones propuso que el cerebro era el asiento del pensamiento y las sensaciones.
Similarmente, Corpus Hipocraticum señalo: “los hombres deben saber que las alegrías, gozos, p***s, aflicciones y lamentaciones proceden del cerebro y de ningún otro sitio. Y así, de forma especial adquirimos sabiduría y conocimiento, vemos, oímos y sabemos lo que es absurdo y lo que está bien, lo que es malo y lo que es bueno, lo que es dulce y lo que es repugnante…Y por el mismo órgano nos volvemos locos y delirantes, y miedos y terrores nos asaltan…sufrimos todas estas cosas por el cerebro cuando no está sano…Soy de la opinión que de estas maneras el cerebro ejerce el mayor poder sobre el hombre”.
Por otra parte, Aristóteles participaba de la idea de que el centro del intelecto residía en el corazón, sostenía que la naturaleza racional del hombre era debido a la capacidad cerebral para enfriar la sangre sobrecalentada del corazón.
Más adelante, Galeno con fundamento en la tesis de Hipócrates y en la diferencia estructural existente entre el cerebro y el cerebelo, propuso que el cerebelo actuaba sobre los músculos. Así mismo, que era el receptor de las sensaciones y conservaba la memoria. Además, relacionó los ventrículos cerebrales con las cavidades del corazón estableciendo que las sensaciones y movimientos dependían del flujo de los humores hacia o desde los ventrículos cerebrales a través de los nervios.
Las neurociencias en el siglo XVIII
En este periodo se planteó que el tejido nervioso desempeñaba una función glandular. Con base en la teoría de Galeno se estableció que los nervios eran el conducto que transportaba los fluidos secretados por el cerebro y la médula espinal hacia la periferia del organismo humano.
Respecto a la anatomía cerebral, Vesalio dio a conocer varios detalles. No obstante, el concepto de la localización ventricular y de las funciones cerebrales permaneció inalterable. Análogamente, la invención de las máquinas hidráulicas contribuyó para reforzar la teoría ventricular cerebral. Esta teoría expone que: “los líquidos expulsados desde los ventrículos bombean al organismo, por eso los músculos aumentan de tamaño durante el movimiento”.
Correlativamente, René Descartes defendió la teoría mecanicista de la función cerebral para explicar la conducta animal. Sin embargo, esta no explicaba la complejidad de la conducta humana debido a que el individuo posee intelecto y alma dada por Dios. Descartes creía firmemente que el cerebro controla la conducta humana en lo que esta tiene de animal y que las capacidades especiales del hombre residen fuera, en la mente (“l’esprit”).
Con base en esta teoría surgen dos líneas de pensamiento que en la actualidad perviven. Por un lado, la filosofía mecanicista que interpreta el cuerpo como una máquina y como tal debe analizarse incluido el cerebro. Y, por otro lado, la línea mente-cuerpo, que es compartida por algunos neurocientíficos.
Las neurociencias en los siglos XIX y XX
El surgimiento de las neurociencias tuvieron como punto de partida los descubrimientos de Santiago Ramón y Cajal, quien estudiaba las proteínas y las neuronas como la base de la estructura celular del cerebro. Sobre las neuronas, aportó que: “el sistema nervioso está formado por células independientes: las neuronas, que contactan entre sí en lugares específicos”.
Así mismo, Ramón y Cajal creo una nueva teoría neuroanatómica y describía la estructura neuronal. Además, establecía los mecanismos que las gobiernan, el desarrollo, degeneración y generación del sistema nervioso. Estos elementos constituyen los fundamentos de las neurociencias en la actualidad.
El perfeccionamiento de las neurociencias sería difícil sin el avance de la neurofisiología, ciencia que surgió a finales del siglo XVIII con las investigaciones de Galvani acerca de la influencia de la electricidad sobre la actividad de las células constituyentes del tejido muscular.
La teoría neuronal fue confirmada a través de diversos estudios, entre ellos el realizado por Ross Harrison. Un embriólogo que por medio de cultivos tisulares corroboró la teoría y demostró que las prolongaciones de las neuronas, las dendritas y axones son estructuras continuas del cuerpo neuronal y se desarrollan a partir de esta.
Descubrimientos más avanzados
Más adelante durante el siglo XIX, los científicos Emil Dubois-Reymnd, Johannes Muller y Herrmann von Helmholtz desarrollaron los fundamentos de la electrofisiología. Además, Helmholtz descubrió la actividad eléctrica de las neuronas durante la transmisión de información entre células.
En la misma línea de investigación, el médico Charles Bell y el fisiólogo Francois Magendie aclararon la ruta de transmisión de las señales entre el sistema nervioso y la periferia del organismo. Por otra parte, el neurofisiologo Charles Scott confirmo tajantemente la teoría de Ramon y Cajal acerca del contacto interneuronal, al que denomino sinapsis.
Al finales del siglo XIX, la farmacología empieza a desarrollarse y adquiere mayor interés cuando Claude Berenard, Paul Ehrlich y John Langley demostraron que los fármacos interactúan con receptores celulares específicos. Este descubrimiento constituye la base para los estudios actuales acerca de la transmisión química sináptica. Posteriormente, alrededor de 1960 el bioquímico Hornykiewicz observó que el cerebro de personas enfermas de Parkinson mostraba una baja concentración de dopamina. De esta forma, se establece una correlación fisiopatológica entre el déficit de un neurotransmisor y la presencia de un trastorno neurológico.
Años recientes
En años recientes, el desarrollo de las neurociencias se ha vinculado con la psicología. Disciplina que está presente en la sociedad desde la época griega con los mismos cuestionamientos acerca de la naturaleza de la mente y el comportamiento humano.
Conclusión
Finalmente, se establece que las neurociencias están en continua evolución, de tal forma que los planteamientos y la confirmación de diversas hipótesis han llevado a descubrimientos relevantes para comprender la estructura cerebral. Asimismo, el enfoque multidisciplinario que las caracteriza permite indagar diversos aspectos para responder a los cuestionamientos relacionados con el funcionamiento específico del sistema nervioso y de cada uno de sus componentes.