Durante años mantuve silencio porque sabía que no tenía nada interesante que decir, y es que el arte funciona, al menos para mí, como una marea. Tengo miedo.
Hay veces que hay que saber recogerse y esperar a tener la fuerza necesaria para escupir un puñado de olas. Unas olas que rompan la calma imperante, sacudan todo a tu alrededor y provoquen por un instante el caos más absoluto. Como podrás intuir, llevo un tiempo encerrado en mi cabeza intentando averiguar por qué me sentía constantemente nervioso e incompleto. Me he enfrentado a mis miedos, a mis
traumas y a mis pesadillas. Y tras nadar en las oscuras profundidades solo he logrado comprender una ínfima parte de por qué soy como soy. Este puñado de canciones fueron escritas en la soledad de mi dormitorio sin saber muy bien lo que querían decir. Ahora, desde la distancia, las comienzo a descifrar cuanto más me alejo de ellas. Podría resumirlas todas en una frase. Tengo miedo a morirme. A que se mueran las personas que quiero. A perderme y perder el rumbo y no saber muy bien quién soy ni para qué estoy aquí. Eso es JAVLA, un puñado de olas que escupo con la esperanza de romper la "Jaula" en la que estoy encerrado por decisión propia. Javla significa "Ma***to" en sueco. La mitad de la sangre que recorre mi cuerpo proviene del reino vikingo del norte. Por eso soy un hombre alto y pelirrojo que usa mucho la palabra "chacho". Un hombre alto y pelirrojo que solo quiere que escuchen su mensaje para no sentirse tan jodidamente solo en este viaje. Quizás juntos aprendamos a mirar hacia adentro y desviemos un poco la atención de todo el ruido que hay ahí afuera. Respirar, recogerse y esperar la siguiente ola.