Sibarkia

Pabellon multiusos. Fase I.

El estrato arbustivo está dominado por especies características del sotobosque mediterráneo como son la madroña, el durillo, la labiernaga, la olivilla, brezos, cortejadas por lianoides como la madreselva. Existe un segundo nivel arbustivo representado por la gárriga, tomillos, jaras, cantuesos, lavandas, romeros, santolina, etc… Estos macizos permiten establecer muros y separaciones vegetales que generen diferentes zonas y ambientes en el parque.
El estrato herbáceo está dominado por vivaces de autosemillación, que se mantienen y propagan autónomamente, como gordolobos, malvas, bocas de dragón, chenopodios, calamenta, centaureas, amapolas, margaritas, crisantemos, orégano, tréboles, cardos, alcachofas, euphorbias, etc. Un cortejo amplio y variado que aporte notas de color y contraste, atrayendo a mariposas y abejas.
Estrato acuático: En el “swale” y la charca, aprovechando la humedad de los filtros y para completar su funcionamiento, se establecen eneas y carrizos como principales plantas filtrantes, cortejadas por juncos, lirios, narcisos y aromáticas como la menta, y la hierbabuena.

Vegetación
La vegetación es uno de los elementos caracterizadores del parque, aportando naturaleza y memoria. Se ordena recuperando la
idea de ribera, y estructurando pequeñas zonas de huerta, con la alberca.
El estrato arbóreo está dominado por una especie local, el chopo de la siberia (Populus alba var. villartensis) caracterizado por un único fuste, que se ramifica a media altura, generando una copa alta y despejada que permite generar un bosque luminoso, pero con espacios de sombra tan necesarios. Hacer uso de esta especie, nos permite ponerla en valor y constituir un reservorio que asegure su mantenimiento, ya que comienza a ser difícil encontrarla en su hábitat natural, por los estragos del cambio climático en la zona mediterránea. Esta especie, de carácter más rústica que otros chopos, está adaptada al riguroso clima de interior, y la estacionalidad de los cursos de agua. Tradicionalmente, crecía asociada a barrancos y arroyos, y aportaba madera para la construcción de cumbreras y cubiertas.

Descansaremos a la sombra de un chopo, como tantos agricultores extremeños lo hicieron antaño. Esta especie, mezclada con olmos, arces de montpellier y sorbus, también presentes en la comarca, se planta flanquenado el “swale”, de donde recoge el agua que necesita, conformando un auténtico bosque de ribera.
Se conservan los tres únicos árboles presentes en la zona, salvo por unas higueras deformes fruto de podas abusivas y plagas.
Un gran almendro, una morera blanca, y un naranjo. Estos elementos aportan sombra en la zona más dura del parque.
El resto de especies utilizadas son nuevos almendros, fresnos, almeces, cipreses, alcornoques, algarrobo y olivo, todas especies mediterráneas y adaptadas.

Existe un tercer estrato conformado por plantas vivaces, plantas perennes no leñosas, que se autosemillan, formando macizosque no deben reponerse en el tiempo, sino que se mantienen por sí mismos. Estos macizos permanecen en el parque realizando su ciclo completo, semilla, brote, crecimiento, marchitación, descomposición. Para evitar riesgos de incendios dichos macizos irán
protegidos por cordones de grava que eviten la propagación. Ocasionalmente se pueden realizar desbroces preventivos y hacer acopio del material en la compostera.
Incluimos una pradera muy acotada con el objetivo de reducir la demanda de riego, compuesta por grama y tréboles que se mantiene con el agua acumulada de lluvia.
El estrato herbáceo se resuelve mediante tierra vegetal, semillado con herbáceas rastreras que aguanten el pisoteo, con el objeto de generar una pradera seca, similar a la que encontramos en nuestras dehesas. Este esquema nos permite reducir los
costes de mantenimiento, aligerando la carga de trabajo de los jardineros y proponiendo un espacio con un metabolismo que imita la naturaleza.
El uso de vegetación autóctona y adaptada favorece el asentamiento de fauna amiga, especialmente insectos y otros invertebrados, pero también pequeños mamíferos, reptiles, anfibios y aves. Para facilitar la presencia de estos seres vivos hacemos usos de nichos adaptados como los hoteles de insectos, casas nido, refugios, en topografías, bordes, medianeras, etc.

Diseño del metabolismo
Proponemos un sistema vivo, capaz de reinvertir los excedentes en el mantenimiento del propio parque.
Bonita Mía reduce las necesidades, haciendo uso de plantas de hoja caduca en el estrato arbustivo. Existe una zona representada por las zonas de pavimento duro, que entendemos como un espacio público convencional, y que llevará asociada
unas necesidades de limpieza, especialmente barrido de hojas y restos vegetales, que se compostarán in situ, en la compostera.
El resto de zonas se plantean como un sistema natural, donde se aprecie el paso de las estaciones, marcado por el uso de especies de hoja caduca en el estrato arbóreo. El arbolado caduco aporta grandes beneficios, especialmente en invierno, permitiendo el soleamiento del parque. Salvando algunos accesos para mantenimiento y pasos, las hojas se compostarán in situ,
sin recoger o transportar, sirviendo de abono y manteniendo el frescor. Para facilitar su descomposición se micorrizará el sistema con especies de setas saprófitas o descomponedoras, añadiendo un nuevo elemento botánico, curioso y bello.
El estrato arbóreo recibirá sólo aquellas podas estrictamente necesarias para la formación de una copa de sombra, en los primeros años de crecimiento. No se harán podas anuales que debiliten el árbol, y mermen su estructura y belleza, reduciendo
costes de mantenimiento.
El estrato arbustivo tampoco recibirá podas de mantenimiento, solo retirar los elementos que dificulten el uso.

Diseño del riego
Con el objeto de reducir el consumo de agua y generar resiliencia ante la coyuntura climática, el propio diseño del parque nos permite reducir las necesidades de riego.
Por un lado, hacemos uso de la xerojardinería, o jardinería con poca agua, utilizando especies adaptadas a la climatología mediterránea, caracterizada por largos estiages y lluvias escasas concentradas en los meses fríos. La presencia del “swale” y
la laguna, con un borde húmedo, permite concentrar en este punto las especies con necesidades de riego. El resto de la plantación se organiza con un esquema de mantenimiento, basado en riegos puntuales y copiosos, espaciados tres semanas, de
junio a octubre, durante los 2 primeros años para las especies arbustivas, y los 5 primeros años para las especies arbóreas.
Este proceso, iniciado con la plantación a finales de septiembre, permite que el agua de los riegos penetre en el terreno y se establezcan bolsas de humedad profundas que son buscadas por las raíces. Después de un pequeño período de adaptación la
planta cuenta con sistema radicular sano y profundo, lo que le permite
independizarse del riego.

Diseño de las medianeras.
La parcela se encuentra en un centro de manzana, originalmente de uso residencial. Las medianeras de las edificaciones, sobre todo del alzado Oeste tienen una fuerte presencia, mostrando paños de ladrillo sin revestir de hasta 9 metros de altura.
Con el objeto de integrar y dotar a dichos bordes de uniformidad y esponjar la rotundidad del paramento sin terminar, se diseña un elemento que dota de homogeneidad e integra pequeños dispositivos que contribuyan a la mejora de la biodiversidad, el confort climático y mejora paisajística del ámbito de actuación.
Para ello de construye un paramento a modo de celosía cerámica tradicional, usando piezas de gran formato. La trama generada por la celosía permite la creación de patrones fractales, integrar la iluminación, servir de soporte a vegetación trepadora y
dotar de espacios adecuados para el hábitat de insectos, aves, reptiles, etc…

Un parque para construir ciudadanía. Un ecosistema lúdico de aprendizaje.
La integración de la participación en las fases de diseño y construcción refuerza la conexión y apropiación de la ciudadanía del lugar. Un lugar que hacer colectivamente, un lugar que cuidar y del que disfrutar colectivamente. Estas dinámicas favorecen la gestión de la infraestructura, reduciendo los daños y mejorando la actitud cívica.
La cercanía del instituto de secundaria permite conectar con dinámicas formativas vinculadas a la gestión forestal y el metabolismo del parque. Así, el proceso de compostaje tiene el potencial de la integración de la ciudadanía en el mismo.
Igualmente los espacios resultantes permiten su uso como huerta lúdica o educativa, así como otros potenciales sujetos a la implicación de la ciudadanía.
Con el objetivo de reducir los costes de inversión inicial, así como los asociados a la gestión y mantenimiento de los elementos del parque se propone la creación de un ecosistema de juegos, donde se integran la dotación de pequeños equipamientos lúdico de carácter comercial, con la generación de espacios naturalizados y dotados de pavimentos, topografías y elementos blandos que contribuyan a la construcción de espacios estimulantes, que favorezcan el juego y esparcimiento de manera inclusiva y segura.

Un parque apropiado
Bonita Mía propone crear un parque para la diversidad y la inclusión, un parque accesible que contribuya a crear conciencia cívica y vincule a la ciudadanía con el lugar.
Para conseguirlo integra espacios diseñados para dar respuesta a las demandas y necesidades de los diversos estratos de edad y sectores de la población. Se cuenta con múltiples accesos que conectan con itinerario accesible que permite recorrer todo el ámbito y acceder a las diferentes zonas.

En el acceso Sur desde la Calle Cantarranas se encuentran espacios y dotaciones más duros, enfocados a una población más joven. Resalta una zona de estancia aprovechando las trazas de las viviendas existentes que sirve de colchón al área infantil de mayor inclusión. Aprovechando el desnivel genera espacios de juego a dos niveles.
La adaptación a la topografía existente también se resuelve anexando un graderío vinculado a un escenario a modo de aula abierta o pequeño auditorio. Se reutiliza parte de la edificación existente para alojar el uso de aseos públicos y prestar servicio a la gestión y mantenimiento del parque.
El acceso Oeste, también desde la calle Cantarranas, genera una apertura a nivel de calle, creando una pequeña zona de estancia-mirador sobre la cota general de la huerta actual.
Se crea un itinerario peatonal en diagonal, que une el paso desde el vial de nueva creación y el acceso oeste, en cuya centro se ubica el vergel, representado por una alberca, elemento tradicional de las huertas siberianas, asociada a potentes sombras arbóreas. Una pequeña acequia enlaza con el área de petanca, imaginada como un bancal labrado por el juego de los mayores. Junto a esta zona se adosa un pequeño
espacio de juegos de agua y columpios infantiles, pensando en miradas de custodia mientras mayores y pequeños juegan cerca.
A partir de este punto, hacia el norte, la propuesta aumenta el grado de naturalización de manera progresiva, generando un ecosistema de Juego que permita un disfrute lúdico y el esparcimiento en diversos ámbitos pensados para hibridar los usos.

Reutilización
El grueso de las edificaciones afectadas por el desarrollo del parque son viviendas vernáculas cuya tipología responde a la vivienda de labor. Construidas con piedra, madera, ladrillo y teja cerámica, todos ellos materiales de muy bajo impacto, alta
calidad y bajo coste de mantenimiento. Se propone el desarrollo de una metodología de demolición selectiva y aprovechamiento de los materiales de dichas viviendas
para la construcción del parque, reduciendo así su huella y coste, a la vez que se traslada el valor histórico del sistema de viviendas y huertas propio de los límites urbanos a mediados del siglo XX.
Las trazas de los muros originales de las viviendas conforman la transición entre el acceso principal y atenúan los riesgos del tráfico rodado sobre las áreas infantiles a la vez que dotan a las mismas de espacios de estancia y sombra.
En un contexto en el que la gestión de los residuos es una asignatura pendiente, generando graves problemas logísticos e incrementando el consumo asociado a su transporte y tratamiento, Bonita Mía busca generar una metodología ejemplar que
posibilite la réplica de las dinámicas de desmontaje y reutilización, así como la incorporación a la ejecución de las obras de otros materiales de diferente origen que puedan ser reutilizados.
Reduciendo de esta forma los impactos y residuos generados así como generando un pequeño avance hacia la descarbonización de los procesos constructivos.

El agua es vida.
En el centro se encuentra un elemento estructurador, trabajando con la imagen del antiguo arroyo, una pieza habitual en el diseño urbano desarrollado por la nueva cultura del agua, el “swale”: un canal de reinfiltración, que aprovecha las escorrentías
para mejorar la acumulación de agua en el propio terreno. El swale rodea la zona de juegos de “la montaña”, una estructura concebida como un castillo natural, desarrollando una topografía artificial aprovechando los materiales de desecho de las demoliciones, y equipada con elementos de juego y ejercicio: toboganes, obstáculos, escollera, etc. El juego como exploración del territorio, como conquista, con la idea de estrechar el vínculo entre los herrereños y su territorio.
El agua se hace visible en un pequeño estanque, rodeado por una pequeña pradera de grama y tréboles, una zona de relax, estancia y descanso. El resto de zonas ajardinadas están dominadas por una pradera “seca”.
En la esquina Noroeste de la parcela se crea una clásica glorieta, un recorrido en torno a un jardín de estrato herbáceo equipado con zonas de mesas y bancos. Al fondo, se encuentra la zona de compostaje.
Criterios de diseño según el perfil de usuario:
TERCERA EDAD: espacios apaciguados, reconocibles al imaginario colectivo de la localidad. Áreas de recreo y ejercicio accesibles.
EDAD MEDIA: espacios naturalizados, que inviten a la desconexión. Lugares de relación que fomenten actividades colaborativas.
JÓVENES: dinámicos, que estimulen la imaginación y la comprensión del entorno.
INFANTIL: áreas de juego y estimulación, así como elementos que faciliten la comprensión del entorno.

Del Argullón al arroyo.
Este proceso de domesticación, habitual en el tratamiento de las escorrentías y los cauces urbanos, presenta diversas problemáticas, entre los que destaca la pérdida del paisaje de ribera, generalmente cortejado por huertas y vergeles. La ciudad
da la espalda a sus ríos y arroyos, y como resultado los espacios abiertos que los jalonan, sufren un proceso de colmatación a lo largo del tiempo, redundando en la pérdida de espacios verdes a intramuros de la ciudad. Sin embargo ahora somos
conscientes del error y muchos lugares se han lanzado a la recuperación de sus ríos, como espacios públicos centrales y espacios naturales, refugio de fauna y flora local.
La localización supone una oportunidad privilegiada para pensar estrategias de renaturación a escala local contribuyendo a la conservación de la biodiversidad, mitgando del impacto climático y controlando escorrentías.
Bonita Mía plantea un enfoque para mitigar el proceso de entubamiento y regenerar el eje del antiguo arroyo en una red de infraestructuras verdes.
Se concibe la intervención como parte de un eje de infraestructura verde que pueda reconvertir el “Argullón” en un eje de entrada de la naturaleza en lo urbano, favoreciendo la restauración ecológica y la conectividad a la vez que se generan
espacios multifuncionales.
Se propone el uso de soluciones de restauración ecológica basadas en la naturaleza recreando un pedazo de ribera equipada y trabajando con la idea de huerta y vergel tradicional en las que se desarrolla.
Así, Bonita Mía busca integrar la sostenibilidad, la innovación y el diseño en la construcción y el desarrollo de una Herrera del Duque más habitable y respetuosa con el medio ambiente.

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Se pretende alcanzar los objetivos de generar un parque inclusivo, que integre las diversas necesidades de la ciudadanía local y permita adoptar vínculos de pertenencia mediante dinámicas que favorezcan la apropiación y el compromiso de
la ciudadanía con la infraestructura, el ecosistema y los cuidados de manera colectiva, generando procesos de innovación social que vinculen a las instituciones locales, educativas, el tejido asociativo y el sector productivos.
Para lo cual, durante la fase de redacción de la presente propuesta, y siendo conscientes de la alta demanda por parte de la ciudadanía, se han realizado acciones con el objetivo de identificar las necesidades y problemas y potenciar la integración de ideas y propuestas de la ciudadanía local.
Pese a lo reducido de los plazos se han realizado dos talleres presenciales con representantes del tejido asociativo y educativo
de la localidad, y realizado encuestas a parte del alumnado del IES Benazaire.
La propuesta Bonita Mía, integra los resultados de dichas acciones y cuenta con el aval de las entidades participantes.

Del arroyo al Argullón
El proceso de entubamiento de arroyos en pueblos y ciudades es una práctica común en la construcción de infraestructuras urbanas. El arroyo del Perro era un canal natural que transportaba agua y sedimentos y que al discurrir por el centro urbano, sirvió de canal de recogida de vertidos y pluviales.
En la década de los 70, el cauce del arroyo del Perro fue entubado generando una red mixta de pluviales y aguas negras, canalizando el agua y ocultando de la vista el lecho del arroyo. Esto permitió la construcción de edificios y viarios sobre el antiguo lecho del arroyo, resultando en la pérdida de hábitats naturales y la degradación del medio ambiente urbano.
La operación de entubado ha desdibujado el eje del arroyo impidiendo así la lectura original de la trama urbana que, en la mayoría de los casos, mucho tuvo que ver con la traza del paso del agua, jugando un papel fundamental en las vidas de los
primeros pobladores.
El arroyo "perro" se adentra en el casco urbano desde el sureste, bajando de la sierra del Castillo, bajo un camino que serpentea hasta el collado de la sierra. Discurre siempre bajo el municipio, entubado, y su trazado aún hoy atraviesa grandes
vacíos urbanos, siempre a la espalda, abandonados y desatendidos, una vez que las huertas perdieron su sentido en la economía de supervivencia que caracterizó a los municipios de La Siberia hasta la segunda mitad del siglo XX.

El agua y el bosque como origen Luciana, Pozoba, Hera Oppido, Ferrera, Gerrera y Herrera. La convergencia de diversas circunstancias excepcionales marcó la denominación de este territorio siberiano.
Al igual que Luceres, una de las tres tribus establecidas por Rómulo, nos hace indicar que la primera denominación de Herrera tuviera origen mitológico-pagano.
La pareja de dioses romanos Júpiter y Lucina, diosa de la luz y los alumbramientos, o su equivalente Juno, encontraban en Zeus y Hera, sus correspondientes dioses griegos. Por lo tanto, Lucina y Hera, son una misma divinidad, y Hera resultó ser el tercer nombre de Herrera, reflejando la misma diosa pagana.
El sobrenombre de Oppido, del latín oppidum, ciudad, bosque, zona atrincherada o capital de varios territorios. Por lo tanto, Hera Oppido viene a significar “ciudad de la diosa”.
Aunque Luciana y Hera Oppido convergen etimológicamente, entre estas denominaciones, Herrera del Duque fue llamada Pozoba, que no tiene otro sentido que resaltar la importancia excepcional de, al menos, un abundante manantial o pozo de agua.
El agua es el elemento organizador más importante del territorio, con su labor erosiva modela la orografía, y su mayor o menor presencia determina la vegetación existente, que caracteriza el paisaje resultante. En nuestro caso esta idea nos sirve para configurar el parque, recuperando la ribera del arroyo del “Perro”.

Ángela Ramírez se caracterizó por su compromiso con la cultura local y su participación activa en la creación de un entorno más habitable y saludable, social y físicamente.
Una ciudadana crítica, altamente participativa y comprometida con el desarrollo de su localidad a través de herramientas artísticas.
Desde Bonita Mía, apostamos por integrar los valores de ciudadanía legados por Ángela Ramírez junto con los retos y oportunidades que surgen en el proceso de diseño, construcción y gestión del Parque que llevará su nombre en un momento de
emergencia climática.
Bonita Mía, se propone como un proceso, una experiencia local integradora de refuerzo de redes sociales, que integre y amplíe los diferentes actores vinculados al diseño, construcción y gestión.
Bonita mía se concibe como una infraestructura verde, como parte de un eje de reconexión con la naturaleza, dando respuestas de bajas emisiones y alto valor ambiental.
Para esto Bonita Mía, integra metodologías y estrategias de la Agenda Urbana y la nueva Bauhaus Europea, alineándonos las políticas europeas, nacionales y regionales, abriendo así posibles líneas de financiación.
Con este objetivo, tomamos a Ángela Ramírez como modelo de ciudadana de la nueva Bauhaus Europea. Una ciudadana creativa, comprometida con la inclusión social y la equidad, promoviendo la participación de todos los ciudadanos en la toma de decisiones y en la construcción de una ciudad más justa y accesible.
Una persona comprometida con la sostenibilidad, la innovación y el diseño, con una visión a largo plazo y una actitud activa en la creación de un entorno más habitable y respetuoso con el medio ambiente.
Bonita Mía, plantea integrar la participación ciudadana en todas las etapas del proceso: Diseño, planificación, construcción y gestión del proyecto según las fases establecidas en la Nueva Bauhaus Europea.

PROGRAMA DE DESARROLLO DEL PARQUE “ÁNGELA RAMÍREZ CALERO”,

La libertad programática y metodológica que se extrae de las condiciones del pliego supone una gran oportunidad para abordar la operación de regeneración y creación de un parque sobre el eje del antiguo arroyo Perro, hoy día encauzado.
Desde un conocimiento profundo de las demandas de la ciudadanía local, Bonita Mía se alinea con las metodologías, objetivos y estrategias marcados por la Agenda Urbana, persiguiendo el logro de la sostenibilidad en las políticas de desarrollo urbano y
con la Nueva Bauhaus Europea con el objetivo de abrir un espacio de encuentro para diseñar futuras maneras de vivir y se sitúa en la encrucijada entre el arte, la cultura, la inclusión social, la ciencia y la tecnología.

Que gratificante es trabajar en el pueblo! ”Bonita mia” ha resultado la propuesta ganadora para el parque Angelita Ramírez en Herrera del Duque. Ahora que están de moda los grupitos de superhéroes nos hemos juntado un equipazo de arquitectos locales: Carmen Benítez, María Leal, Lourdes Piñero, Alex Herrera, Jaime Diez y Rubén Alcázar. Gracias al consistorio y jurado por confiar en nuestra propuesta, y gracias a todas las asociaciones que nos echaron una mano con sus ideas: coleccionistas de palabras, la Cantarera, Castillo de Herrera, Flor de Jara, Transiberiana, Media Verónica y asociación de mayores de Herrera del Duque.

Proyectando entre y .

Tierras varias.

La naciente.

Estas calurosas noches en vela dan para escuchar reflexiones y propuestas que nos ayuden a atajar el impacto del cambio climático desde el urbanismo y la arquitectura.
Esperamos que contribuya a reducir los niveles de ansiedad climática!
Un placer participar con Canal Extremadura gracias al COADE.
https://www.canalextremadura.es/node/587767

¿Están las ciudades extremeñas preparadas para el calor? Hoy nos hemos preguntado por cómo están preparadas las ciudades y municipios de Extremadura para abordar asuntos importantes como el del cambio climático. Las zonas verdes, el agua, la energía, las sombras, los materiales... De todo esto hemos hablado hoy con Manuel Herrero, Ana Gallego y Jaime ...