Psicóloga Lilian Suárez

Queridos seguidores, pacientes y amigos, reciban mi saludo cordial. Quiero comunicarles que por motivos personales durante un tiempo más, seguiré en pausa en algunas redes sociales. Y también decirles que pueden contactarme en la "𝗖𝗼𝗻𝘀𝘂𝗹𝘁𝗮 𝘃𝗶𝗿𝘁𝘂𝗮𝗹 𝗱𝗲 𝗦𝗸𝘆𝗽𝗲" bajo el siguiente nombre: (𝗽𝘀𝗶𝗰𝗼𝗹𝗼𝗴𝗮𝘁𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼𝘁𝗲𝗿𝗮𝗽𝗲𝘂𝘁𝗶𝗰𝗼𝗹𝗶𝗹𝗶𝗮𝗻)
Así como en el Teléfono/WhatsApp +34 675 915 510
Estaré encantada de atenderles.
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Buenos días!

¡Buen miércoles!

Todos contamos con diferentes potenciales de inteligencia, eso es lo que nos hace únicos. En el caso de los niños, conocer las áreas en que destacan, permitirá encaminarles, con el fin de potenciar habilidades y talentos.

Inteligencias múltiples: averigua los talentos ocultos de tu hijo y será mucho más feliz Determinar las habilidades innatas de los niños y animarles a practicarlas, les ayuda a mejorar su autoestima y a conseguir mejores resultados académicos

Como combatir el dolor que produce "el racismo".

Buen martes!

Cambiarse la piel para frenar el racismo: así funciona la psicología de romper prejuicios raciales La estrategia funciona en niños y personas condenadas por delitos de odio. El beneficio de que aprendan que discriminar provoca dolor es universal

¡Buen inicio de semana!
Os dejo una pregunta reflexiva.

No podemos permitir que el temor que experimentamos frente al contagio y a la situación que aún vivimos, se vuelva irracional.

La psicología alerta del aumento de trastornos Agorafobia, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo, estrés postraumático y suicidio son algunas de las afecciones que deja al descubierto la crisis sanitaria y el empeoramiento de las condiciones económicas

El bienestar emocional se ha visto afectado durante el confinamiento. Quizás sea el momento de ocuparnos de restituir la salud psicológica a través del autocuidado consciente y consultando a profesionales.

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El 8% de los ciudadanos cree que necesitará ayuda psicológica para recuperarse de las secuelas del confinamiento El ocho por ciento de los españoles cree que necesitará ayuda psicológica para recuperarse de las secuelas psicológicas que les ha provocado el confinamiento por el coronavirus, según h ...

Aunque existen más de 400 escuelas diferentes de “psicoterapia”, la finalidad que todos los terapeutas perseguimos es aprender una teoría que nos respalde, pero sobre todo obtener las herramientas que permitan a nuestros paciente/clientes/consultantes, desarrollar sus niveles de conciencia y comprensión que les abra o prepare el camino hacia una vida más satisfactoria, más plena, con una sensación mayormente caracterizada por la serenidad.
Desde mi punto de vista, la psicoterapia, sea online o presencial, es una metodología que cuenta con técnicas que propician un trabajo psicológico profundo que puede llegar a lograr cambios y modificaciones que generan la deseada transformación y liberación personal.
Aquí reside lo “terapéutico” de un proceso.

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La queja equivale al llanto. Un pequeño artículo que puede ayudar a reflexionar, si hemos instalado en nuestra vida este modo que nos vuelve pasivos.
¡Buen inicio de semana!

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Superar la queja y aprender a expresar nuestros deseos La queja es el combustible que alimenta muchos conflictos personales. Una de las claves para superar las experiencias conflictivas es, precisamente, dejar de vivir instalados en la queja y aprender a hacernos cargo de las auténticas necesidades que se ocultan tras esta actitud.

¿𝗖𝘂á𝗻𝘁𝗼 𝘁𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼 𝗱𝘂𝗿𝗮 𝘂𝗻𝗮 𝘁𝗲𝗿𝗮𝗽𝗶𝗮 𝗽𝘀𝗶𝗰𝗼𝗹ó𝗴𝗶𝗰𝗮?
No existe una respuesta precisa, por ello intentaré dar una visión panorámica desde el marco teórico de la terapia psicoanalítica y experiencia clínica de varios años con que cuento. Aspectos a tener en cuenta cuando contratamos un trabajo psicoterapéutico.
Comencemos definiendo que la terapia (o psicoterapia) es el tratamiento en sí de padecimientos emocionales, trastornos de personalidad, y malestares psicológicos en general. No es la consulta que inicialmente se solicita con el fin de ampliar la información sobre el proceso que seguiremos.
El terapeuta, en función de la información que recoge en la sesión inicial puede plantear al cliente/paciente, un 𝗮𝗽𝗿𝗼𝘅𝗶𝗺𝗮𝗱𝗼 𝗻ú𝗺𝗲𝗿𝗼 𝗱𝗲 𝘀𝗲𝘀𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀. Dependiendo de la intensidad y profundidad del malestar así como de las reacciones observables, se planteará el intervalo entre sesiones. Y desde luego también el paciente/cliente, puede formular el objetivo que quiere lograr, con lo cual se podrá hacer un estimado. Si es un tema puntual que se quiere trabajar, es probable que en pocos meses se haya alcanzado el objetivo. En cambio, si hay varios temas que se quiere trabajar en paralelo, el tiempo se extenderá.
Aún así, teniendo en cuenta esto que os comento, la realidad es que en cada sesión, el número de caminos que se pueden encontrar es ilimitado, ya que los conflictos no siempre son actuales, sino que vienen de otro momento, otra época de la historia del paciente. En mi práctica voy señalando los nuevos factores que van apareciendo de modo que el paciente también tenga una idea del momento y del lugar que se encuentra en su proceso. Otro punto de consideración son las resistencias que van surgiendo por el camino, que bien pueden retrasar el proceso o bien, darlo por terminado.
Lo que he ido observado en los años de trabajo, es que las personas vienen por un tiempo a terapia de forma sostenida, y una vez que alcanzan el bienestar, encuentran una solución, modifican su actitud o superan el malestar, se despiden, es decir, obtienen “el alta” porque dejan de reunirse conmigo. También es que en el propio proceso fueron aprendiendo a lidiar y a hacerse cargo de sus propios malestares, con lo cual la eficacia de la terapia se asegurará en el tiempo que se prolongue este estado. Este sería el final del trabajo.
Sin embargo, pasado un tiempo incluso años, algunos vuelven con otro motivo y objetivo de trabajo, retomando con ello un nuevo período de terapia. Con lo cual se confirma un tanto lo que Freud escribió en 1937 en su artículo “Análisis terminable e interminable” (Tomo XXIII de Ediciones Amorrortu, pág. 219), que liberar a un ser humano de su sufrimiento es un trabajo largo.
En diferentes artículos que circulan por Internet, se puede leer “𝘁𝗿𝗮𝘁𝗮𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗱𝗲𝗽𝗿𝗲𝘀𝗶ó𝗻 𝗼 𝗮𝗻𝘀𝗶𝗲𝗱𝗮𝗱 𝗲𝗻𝘁𝗿𝗲 8 𝘆 15 𝘀𝗲𝘀𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀”. ¿Cómo se puede estimar algo así sin siquiera entablar una primera conversación con el consultante? No se trata de ir a un odontólogo que puede fijar con cierta precisión la cantidad de sesiones para una endodoncia o un implante. En los temas psicológicos, no se puede precisar porque las variables y factores que intervienen son múltiples y se nos escapa de las manos, tenerlos todos en cuenta.

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Amor por la profesión, es lo que nos une.

𝗧𝗼𝗱𝗮𝘀 𝘀𝗼𝗺𝗼𝘀 𝗧𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼 𝗧𝗲𝗿𝗮𝗽é𝘂𝘁𝗶𝗰𝗼 ⏳⌛️
Te invitamos a conocernos, verás que estamos en diferentes lugares, que llegamos a todo el mundo, que atendemos en varios idiomas y que cada una de nosotras tiene algo en particular para ofrecer a los consultantes.
Lo que nos une es la vocación y el deseo de brindar un buen trabajo psicológico.
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Si tienes preguntas, formúlalas por inbox y también puedes contactar directamente mediante los diferentes enlaces que encontrarás en la web.

Postergar es un truco de la mente para conseguir responsabilizar al tiempo por lo que no decidimos hacer ahora…
Así, nos pasamos gran parte de nuestra vida postergando, aplazando, posponiendo… y con estas acciones vivimos evitando hacernos cargo de eso que nos hemos propuesto, y por lo tanto siempre quedará en una cualidad de: pendiente, no resuelto, inconcluso…
Si no estás conforme con tu organización de vida, solicita orientación profesional

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Buen martes!

Recomendaciones para ir integrándonos a la llamada "nueva normalidad" sin que represente un estrés o un descontrol emocional.

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Nueva Normalidad ✔️ 3 fortalezas en etapa post-COVID-19 La nueva etapa post-Coronavirus va a requerir de 3 fortalezas emocionales que van a ser esenciales para adaptarnos a una nueva normalidad

¡Buen domingo!

Y ahora...nos tocará "des-aprender" 🤷‍♀️

Cómo enfrentarse a los cambios sin morir de estrés Vivimos en una sociedad en la que los cambios se suceden a gran velocidad, tanto en lo económico, lo político como en lo social. Con la tecnología y el consumismo en el centro, toda esta vorágine...

𝗔𝘁𝗿𝗮𝗽𝗮𝗱𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮 𝗽𝗲𝗹í𝗰𝘂𝗹𝗮 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗹
Vivimos entre dos mundos, el de ahí afuera que nos rodea y que nos permite observar los sucesos y discursos externos a nosotros; y el mundo interno. Sí, el interior que todos tenemos y que lo experimentamos como si fuera real en su totalidad. Digo esto porque al ser un mundo subjetivo, propio de cada quien, tiene una forma singular de percibir y percibir-se, de sentir, de querer, de disfrutar, de sufrir, así como de dar valor y significado a las cosas, incluso de sentir un malestar físico; de modo que resulta un mundo muy particular a la vez que complejo.
Este mundo particular se compone de pensamientos, creencias, experiencias, sentimientos, sensaciones, aprendizaje, fantasías, deseos, sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre el mundo en general. Constantemente tenemos evidencia de él a través de lo que nos decimos, de ese incesante diálogo con nosotros mismos.
Sin embargo, ocurre que no siempre gestionamos de la mejor manera todo el contenido que tenemos en el mundo interno. De ahí surge la frase del título que hoy os comparto, con la imagen mental de alguien que se encuentra “atrapado en su propio mundo o película”, con una serie de historias fantaseadas que amenazan con ser limitantes en algunas situaciones.
Sin querer penalizar a la imaginación, observo que ésta puede hacer su contribución y llevarnos a generar una cadena de pensamientos e imágenes subjetivas que terminen afectando a nuestra salud porque dejamos de distinguir si son reales o no, generando síntomas como suele ser el caso de ciertos trastornos del ánimo y las somatizaciones. Y claro, de la misma manera pero en sentido inverso, puede también llevarnos hacia terrenos más placenteros y libres de conflictos.
En la práctica de la psicoterapia, vemos este fenómeno continuamente; pues a través del método instrospectivo que es no es otra cosa que prestar atención hacia dentro de nosotros para entender que nos pasa, se pone en marcha el acto terapéutico. Desde la época de Sócrates y Platón, este ejercicio se conocía como “razonamiento” e incluso el pensamiento griego hablaba ya de “tendencias”, de fuerzas positivas y negativas dentro del hombre. Las primeras ayudan al hombre y las segundas tienden a desmoronarlo.
Aquí existe un punto de inflexión que todavía parece persistir. Psicólogos que sentaron precedente como Watson, en 1913, para quién la instrospección era un serio obstáculo para el “progreso científico” de la Psicología en tanto la autoconciencia no puede ser medida u objetivada y que por eso carecía de “seriedad”, negando así la importancia de la subjetividad. Y, del otro lado los Psicólogos como W. Wundt que la valoraron y la consideraron imprescindible para entender la personalidad y en la actualidad tenemos el caso del neuropsicoanalista Mark Solms que investiga los aspectos subjetivos de la actividad cerebral.
Gracias a este tipo de estudios se ha podido describir que a medida que maduramos o que trabajamos sobre este mundo subjetivo, nuestro psiquismo va ganando lucidez para discernir lo relevante y el trabajo terapéutico por excelencia “𝗶𝗻𝘁𝗲𝗿𝘀𝘂𝗯𝗷𝗲𝘁𝗶𝘃𝗼” también permitirá que el psiquismo acceda a la “mirada objetiva” que puede ofrecer el terapeuta desde fuera.

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¿𝗣𝗼𝗿 𝗾𝘂é 𝗻𝗼𝘀 𝗰𝘂𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗱𝗲𝘀𝗽𝗿𝗲𝗻𝗱𝗲𝗿𝗻𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮𝘀 𝗰𝗼𝘀𝗮𝘀?
Es posible que todo empiece con la idea que algún día vamos a necesitar ese objeto. Pero también es posible que ese objeto “represente algo”.
En el primer caso, es la esperanza sobre la utilidad del objeto (como prendas de vestir). En el segundo caso el valor del objeto es sentimental, por lo tanto el objeto está ligado a una persona o momento emocional (entradas al cine, peluches, cartas, etc.)
También están los coleccionistas de objetos, llaveros, álbumes, revistas, perfumes, relojes, abanicos, miniaturas, entre otros.
Sin embargo encontramos otro tipo de acumulación que no responde a las anteriores causas, que quizás esté más ligado a la dificultad de tener que deshacerse de cosas como bolsas, cajas, viejos apuntes, billetes de transportes, latas, muebles, etc. (La lista puede ser interminable) es decir objetos que 𝗻𝗼 𝗿𝗲𝗽𝗿𝗲𝘀𝗲𝗻𝘁𝗮𝗻 utilidad ni valor sentimental o de colección; simplemente estos objetos pueden haber pasado a tener un estatus de tesoro en la mente de quien los guarda.
La “𝗱𝗶𝗳𝗶𝗰𝘂𝗹𝘁𝗮𝗱” a la que hacemos alusión es la que corresponde más a un trastorno, pues en estas personas surge la angustia irracional con solo “pensar” en deshacerse de sus objetos/tesoros. Incluso pueden ser conscientes al observar que sus espacios se ven reducidos o viven con incomodidad. Y lo que es más grave, es que desarrollan un argumento auto-convincente de la razón que les mueven a “conservarlos”. El caso es que son personas que no ven sus vacíos emocionales o no los quieren ver porque no pueden tolerar la angustia que ello representa y por esa razón han optado por llenarse con cosas a modo de compensación simbólica por sus carencias.
El trabajo psicoterapéutico puede ayudar a superar los conflictos de apego material y muchos otros que generan malestar mental y emocional. No dudes en consultar, nunca será tarde para mejorar tu calidad de vida.

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Mi amiga y colega Elisa Psicoterapia de Mente Activa Psicólogos, nos ofrece importantes alcances para poder identificar lo que es una adicción y su manejo y tratamiento. Seguidla en su canal!

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¿Tengo una adiccion? La Adicción a cualquier sustancia (ma*****na, alcohol, pastillas, co***na...) es un problema que podemos tener todos en un momento determinado. Se trata de u...

Mi amiga y colega Teresa Vallejo Laso ha dado una magnífica charla para la Concejalía de Igualdad de Marmolejo. Aquí os comparto su valiosa intervención, pues nos habla del impacto emocional del Covid-19

COVID 19 y la salud de las mujeres Charla psicóloga Mª Teresa Vallejo Laso

𝗣𝗼𝗱𝗲𝗿 𝗽𝗼𝗻𝗲𝗿 𝗲𝗻 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮𝘀

La cualidad interactiva de la Psicoterapia, abre un horizonte para la expresión. Las palabras están antes que nosotros, pues nacemos en un mundo de palabras. No estoy hablando del lenguaje que es algo biológico y que adquirimos con la maduración. Me refiero al acto de hablar de lo que nos pasa, de contar los sucesos que nos acontecen. Freud descubrió este sistema tratando a sus primeras pacientes y lo bautizó como “talking cure” (𝗼 𝗰𝘂𝗿𝗮 𝗽𝗼𝗿 𝗹𝗮 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮).
El relato que hacemos a una persona de confianza (como la figura terapeuta), es la verbalización que permite descifrar lo reprimido en el psiquismo; lo que sentimos lo expresamos como síntoma pero no tenemos conciencia de su conexión con la psique.
Al principio el relato parece como falto de conexión, y la labor del terapeuta es en primer lugar, escuchar y dejar hablar libremente al paciente, para luego formular preguntas o hacer algún señalamiento o clarificación que fomenten la continuidad de asociación de ideas y con ello permitir que el paciente entre en contacto con su mente.
Esto es lo “𝘁𝗲𝗿𝗮𝗽é𝘂𝘁𝗶𝗰𝗼” del diálogo que se da en las sesiones de psicoterapia. Las palabras por tanto, son representaciones que aportan liberación, focalización del estado mental, así como comprensión del propio comportamiento y el de los demás. Las palabras simbolizan afectos, pensamientos, emociones e impulsos.

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Gracias querido colega Manuel Esbert

𝗘𝘅𝗽𝗲𝗿𝗶𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗿 𝗳𝗲𝗹𝗶𝗰𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗲𝗻 𝘁𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼𝘀 𝗱𝗶𝗳í𝗰𝗶𝗹𝗲𝘀.
Las emociones con las que vivimos conectando en los últimos meses como la inseguridad, la angustia ante la incertidumbre, preocupación por el futuro inmediato, la pérdida de libertad en el contacto con los demás, el dolor de las pérdidas, el miedo a enfermar; vienen generando mucho estrés mental, un gran debilitamiento en nuestro psiquismo y en nuestra salud en general. Ellas producen 𝗺𝗮𝗹-𝗲𝘀𝘁𝗮𝗿 e importantes cambios sobre todo en nuestra capacidad para pensar, razonar, ver salidas y hallar soluciones; es decir, nos llevan al bloqueo.
Hay quienes logran ponerse en el llamado “piloto automático” para no pensar y no sentir. Pero no es la solución porque la mente sigue su tendencia de interferir en nuestro ánimo, aún cuando la bloqueemos el sufrimiento sigue latente.
Es preciso que podamos canalizar todo el maremágnum que experimentamos y poner en relieve nuestro potencial para generar “emociones terapéuticas”, es decir que tienen poder profiláctico, curativo, balsámico porque nos pueden generar armonía que se traduce en 𝗯𝗶𝗲𝗻-𝗲𝘀𝘁𝗮𝗿.
Me refiero a la opción de elegir lo que sentimos y cómo lo sentimos. La libertad de elegir lo que pensamos todavía es nuestra y por lo tanto somos capaces de estimular-nos con ideas que nos lleven a experimentar emociones placenteras, agradables. Aún cuando no tengamos libertad de acción, si que tenemos libertad para pensar, reflexionar y sentir, es decir para transformar la sensación.
Un modo de estar atentos a lo que sentimos es evitar ponernos en “piloto automático”; precisamente porque al adoptar este modo robotizado nos perdemos la capacidad para modificar hábitos, costumbres, creencias y por lo tanto de introducir transformaciones.
Es este el momento para experimentar una nueva forma de sentir-nos en el mundo, de ampliar la mirada y estimular nuestro interior; y empezar a ver en nuestras más sutiles ideas y pequeñas acciones, nuestro potencial emocional con el fin de activarlo y ponerlo en marcha.
¿𝗖ó𝗺𝗼 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿𝗹𝗼? desarrollando formas y fórmulas creativas para vivir el día a día, en las que predomine el disfrute y el deseo por todo aquello que esté a nuestro alcance; incrementando sensaciones de optimismo, confianza, alegría, satisfacción, equilibrio y tranquilidad. Hagamos frente a las dificultades con nuestros propios recursos. La meta es tremendamente importante: 𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿 𝗳𝗲𝗹𝗶𝗰𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗮𝘂𝗻 𝗲𝗻 𝘁𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼𝘀 𝗱𝗶𝗳í𝗰𝗶𝗹𝗲𝘀.

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A medida que comprendemos lo que nos pasa, empezamos el camino hacia el bienestar. A medida que ampliamos nuestro campo mental o conciencia de las cosas, se nos abren muchas opciones y con ello es más probable que veamos la solución o salida.

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A veces, con solo el hecho de cambiar de perspectiva, se abre ante nosotros un campo diferente, con nuevas formas de embarcarnos en el viaje que nos llevará a la deseada meta.
La perspectiva es el punto de vista que tenemos cuando nos posicionamos en un determinado lugar, y observamos algún acontecimiento, persona, situación, incluso, a nosotros mismos. La perspectiva que tenemos involucra aspectos que nos caracterizan como nuestros intereses, gustos, habilidades, aptitudes, hábitos, experiencia, sentimientos, capacidad resolutiva de conflictos, entre otros. Aunque lo más importante es la 𝗮𝗰𝘁𝗶𝘁𝘂𝗱 con la que nos colocamos en el lugar dónde evaluamos nuestro propio desempeño.
Si somos muy exigentes con nosotros mismos, corremos el riesgo de nunca encontrar la manera de hacer un camino satisfactorio hacia la meta. Y si por el contrario, somos muy relajados, laxos, o muy dejados de llevar por el “estado de ánimo” y por todo justificamos esta actitud, tampoco encontraremos la forma de llegar a la meta porque no invertimos en esfuerzo de decidir que ya es el momento para embarcarnos en ese viaje.
Anímate a buscar tu punto de equilibrio en la consecución de tus objetivos en el día a día, así, irás practicando para encontrar tus propios caminos hacia tus metas de vida.

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