Azulitha
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Soy un museo lleno de arte pero tú tenías los ojos cerrados
El hijo que cuesta más.👩🏻🍼💔
Cuando eres mamá de más de un hijo, hay uno que cuesta más.
Es el que te contesta, el que te reta, el que te “prende”💔, el que hace que leas todos los libros de ayuda, por el que tomas sesiones de terapia, por el que escuchas podcasts, videos, audios.
Ese es el hijo que cuesta más. Y cuesta más porque es el que se parece más a nosotros, es el que proyecta aquello que aún no hemos visto en nosotros mismos, es el que nos recuerda lo que somos, es el que nos refleja que aún no somos la mejor versión de nosotros.
👉🏻Este hijo necesita más amor y más atención de la que te imaginas✨, es el que necesita más control aunque te ruegue con su actitud que necesita estar solo, es el que necesita una mamá presente porque aún no puede autocontrolarse.
Así es que aunque a veces sientas que no puedes con él, abrázalo fuerte, verás que no se moverá.
Aunque sientas que quieres explotar ante algo que te diga, voltea y dile, “te amo como eres”, y notarás que su semblante se relaja.
Aunque quieras gritarle que por ahí no, que ese no es el camino, para y mejor toma su mano y guíalo hacia donde tu creas más conveniente.
🙌🏻Aunque quieras perder la paciencia, no lo hagas porque cada acto de rebeldía es un grito desesperado de tu hijo para que lo voltees a ver, enséñale que no tiene que hacerlo de esa forma, que basta con que te diga que necesita, dile siempre “aquí estoy”, “aquí sigo”, “te escucho”, “dime que necesitas”, “aquí estoy siempre”.👩🏻🍼❤️
💔Y aunque no sepas cómo, da por hecho que todo saldrá bien, porque lo único que tú hijo necesita es tu presencia, tu tiempo y tu mirada.
Ese hijo que cuesta más, es el menos fuerte y el que te necesita más, es el que no sabe por dónde, es el que te escogió como mamá porque sabía desde antes de nacer, que tú podrías guiar sus pasos siempre.✨🙌🏻
Créditos: AZULITA 💦🌊💍💎💠
Los abuelos que dan amor a sus nietos desde pequeños, dejan marcada su alma para toda la vida
"Te quisé odiar, pero no lo hago porque al hacerlo me hago daño a mi. Odiar es desgarrar por dentro el alma. Me decepcionaste mucho..sí, pero no te voy a odiar...Hiciste cosas que me hirieron sí...pero no te voy a odiar...Me traicionaste y me mentiste, me fallaste, pero no te voy a odiar. Cuando supe de tu juego me sentí envuelta en capas y capas de furia, se rompió mi dique de paz y te quise hacer daño, brotó un yo que no me conocía..pero decidí no odiarte. Me alejé, pusé distancia, tomé medidas para mantenerme tranquila y equilibrada y no fué nada fácil, pero no te voy a odiar, porque si te odio te doy poder....ya no más! Hace mucho has dejado de ser parte esencial de mi vida, eres digno de mi compasión.... acepté sanar y lo hicé.... Gracias Dios mío!
El cuento de la cebolla.
Había una vez un huerto lleno de hortalizas y árboles frutales.
Era un gusto sentarse a la sombra de los árboles.
Pero un buen día, empezaron a nacer unas cebollas especiales.
Cada una tenía un color diferente; rojo, amarillo, naranja, morado... Los colores eran deslumbrantes, como el color de una mirada o de un bonito recuerdo.
Después de varias investigaciones, resultó que cada cebolla tenía dentro en el mismísimo corazón una piedra preciosa.
Ésta tenía un topacio, otra un rubí, otra una esmeralda...
Pero por alguna incomprensible razón se empezó a decir que aquello era peligroso, inadecuado y hasta vergonzoso.
Total que las bellísimas cebollas tuvieron que empezar a esconder su piedra preciosa con capas, cada vez más oscuras y feas, para disimular como eran por dentro.
Hasta convertirse en cebollas vulgares e incluso otras optaron por esconderse entre la tierra nuevamente.
Pasó por allí un sabio que le gustaba sentarse a la sombra del huerto y que entendía el lenguaje de las cebollas, empezó a hablar con cada una de ellas y les preguntó:
SABIO: ¿Por qué no te muestras como eres por dentro?
UNAS contestaron: Porque me obligaron a ser así...
OTRAS: No sé, pero me enseñaron a parecerme a los demás.
Otras: Porque me duele el rechazo.
Todas coincidieron en que las capas se las fueron poniendo otras “normales” e incluso ellas mismas lo hacían para evitar que les etiquetaran como algo “raro”.
El sabio se echó a llorar, pensando en la “atrocidad” que se estaba cometiendo con tan valiosas cebollas y cuando la gente lo vió llorando, pensó que llorar ante las cebollas era de sabios...
Por eso desde ese día, todo el mundo llora cuando una cebolla nos abre su corazón.
EL B***O LLAMADO C**O:
Un granjero entró a una carrera con un b***o llamado C**O y ganó.
El granjero estaba tan contento que volvió a entrar de nuevo a la carrera, y volvió a ganar, entonces el periódico local publica una nota que decía:
C**O DEL GRANJERO A LA CABEZA.
pero el obispo se molesta y ordena que el granjero no vuelva a las carreras, al día siguiente el periódico publica:
OBISPO FRENA EL C**O DEL GRANJERO,
esto fue exagerado para el obispo y ordena al granjero deshacerse del b***o.
El granjero decide regalarlo a una monja de un convento cercano, el periódico se entera y publica lo siguiente:
MONJA TIENE EL MEJOR C**O DE LA CIUDAD.
El obispo se desmaya, le informa a la monja que se debe deshacerse del b***o, ella lo vende por 10 pesos, se enteran del periódico y publican:
MONJA VENDE SU C**O POR 10 PESOS, esto fue demasiado para el obispo, por lo que ordenó a la monja volver a comprar al b***o y conducirlo a las llanuras para que ande libre, al día siguiente los titulares decían:
MONJA ANUNCIA QUE SU C**O ES SALVAJE Y LIBRE.
El obispo es enterrado al día siguiente.
MORALEJA:
Preocuparse por la opinión pública puede traer mucho dolor y miseria, incluso acortar la vida.
Deje de preocuparse por el c**o de los demás, sólo ocúpate del tuyo.😬🤪😂
Vive y deja vivir.
Pocos soportan a una mujer de temple duro y buen carácter.
Muchos piden una y cuándo por fin la conocen le temen porque les sabe a :
Muy arrogante, demasiado determinante, exigente, fuerte, rebelde, libre, poderosamente tierna, endiabladamente segura de si misma y por si fuera poco, sensible, empática y sencilla.
Descubren que no son fácil de manipular. Se vuelven una mujer difícil para los que no están a su nivel. Ni están dispuestos a estarlo.
Porque resulta que no son sumisas, ni obedientes, ni conformistas, ni calladas. Que no viven bajo la sombra de nadie, ni a costillas de un hombre, sino a la misma altura, con o sin tacones.
Una mujer así, no combina con la mediocridad de nadie.
Ni con el miedo de un hombre.
Dicen que hay tres amores en la vida, yo solo he tenido dos y no sabría decir quién me dejó más jodida.
El primero fue el amor de mi vida, creí que envejecería con él.
Formamos una familia, creí tenerlo todo junto a él y me dijo sin nada, se llevó lo mejor de mí.
Él me enseño el dolor del desamor.
El segundo me ayudó a sanar mis heridas, a dejar de creer en cuentos de princesas, junto a él conocí la frialdad, a ser más madura y dejar atrás esa niña inocente que cree en el amor.
Él me enseño a decir adiós.
El tercero no ha llegado y sinceramente no estoy preparada para conocerlo.
UN GRITO DEL ALMA.
—–Azulitha 🖤🥺💔
Estas palabras es para la mejor madre del mundo, Mi mamá 🥺😍❤️
Por fin me atrevo a escribir este tema
Usted será sin duda mi mejor poema
No hay emoción más grande que escribirle créame, no hay nada que merezca más la pena. Nunca lograré darle todo lo que usted me ha dado por eso le dedico estas palabras, Entienda que hoy no escribo con el puño algo así se escribe solo con el corazón. Siéntase feliz, convéncese de que es grande hoy escribo para usted con el orgullo de un gigante Venga, quédese aquí y abráceme por un instante en sus brazos seré siempre el mismo niño de antes. Es mi ángel, mi paz, mi felicidad constante todo lo que hace es amarme Es el hombro donde puedo acurrucarme es la sombra que me guía sin hablarme. Descubrí en usted el amor más elegante ese que nos perdona sin ni siquiera juzgarme Tomé de usted las fuerzas para levantarme hoy soy el que soy porque de usted tomé gran parte. Es la única que sabe comprenderme, Usted iría al fin del mundo para buscarme, lo sé y no descansaría hasta encontrarme, A veces sueño que vuelo en el tiempo y me acuerdo en los momentos más duros de su pasado, que yo daría todo por usted Se lo juro que lo haría si pudiese, sin dudarlo para no verla llorar, que llore usted es como un disparo una tristeza en mi corazón . Sonría fuerte porque usted es admirable mi amiga, mi fiel confidente, esa es mi madre No hay hombre que merezca su presencia en mi vida es usted la mujer más importante. Usted es el motivo de mi vida, usted como el sol de la mañana Es mi tesoro y mi alegría, MAMÁ Es usted mi fuerza y mis ganas Usted es el aire que necesito Cuando la vida me ahoga y necesito respirar Quiero que me diga que te quedes para siempre Y que al abrir los ojos cada mañana estará Qué bonito es tenerla, que duro pensar que el día de mañana nos separará el futuro es triste imaginarlo y dudo que pueda aceptarlo Mamá, abráceme y desáteme este n**o. Hoy quiero tenerla y no soltarla ni un segundo siento que conocerla ha sido lo mejor del mundo, El mundo desconoce lo especial de su persona y es que usted como persona tiene el diez más rotundo. Guía mi rumbo, mi senda y mi camino porque allí donde voy sus palabras vienen conmigo No sufra mamá, que si usted sufre me castigo vaya donde vaya su voz será mi abrigo. El tiempo va pasando y más nos alejamos intento hacer mi vida pero nada es como antes Quiero volver a casa y ver que todo ha sido un susto que si alguien le hace daño, me lo llevo por delante. Que el tiempo pare ahora, pida un deseo que yo hago por que se cumpla, me tiene aquí delante Si quiere puedo quedarme, no tengo prisa que espere todo lo urgente que hay algo más importante. Estoy llorando, mamá, pero no es malo es porque nunca te he contado nada de esto y lo he guardado Mamá, este es su regalo esta palabras es para usted por ser todo lo que más amo. me duele las veces que Le hice daño con mi forma de actuar o mis palabras. Le pido perdón, mamá, por cada una de las veces. Por otro lado estoy feliz por tenerla y quiero contarle al mundo que la conocí que tengo la mejor madre del mundo
y que TE AMO MAMÁ y Feliz cumpleaños mami 😇❤️😍
Era una noche que fuimos a cenar con unos amigos del trabajo, debo decir que estoy casada desde hace 10 años y tengo 2 pequeños, soy bajita tengo unas buenas tetas y una cola que muchas regresan a verla cuando paso cerca. Me gusta cuidar mi cuerpo y me gusta vestirme sexy.
Cenamos y de paso bailamos y tomamos, todos regresaban a verme. Estábamos todos muy alegres y uno de mis amigos quería que vayamos a seguir la fiesta obvio tenía otras intenciones, porque desde hace meses quiere conmigo, pero yo decidí ir con mi amante, él era mi profesor a quien siempre admiré mucho.
Ya íbamos algún tiempo saliendo así que moría por estar en sus brazos así que nos encontramos y fuimos a un motel, mientras íbamos en el auto jugábamos a tocarnos y besos excitantes, abrí el cierre de su pantalón y saque su v***a mojada y dura me la lleve a la boca y me la comía con tantas ganas, el me enseñó cómo se debe comer una v***a, hasta que llegamos al motel.
Ya ahí el ambiente era otro pues las ganas de ambos eran tan fuertes que nos comimos a besos, él se quitó la ropa y yo mi vestido apretado que volvió locos a todos en la cena, me quito el brasier y se comió mis senos con muchas ganas mientras me tocaba mi conchita mojada y ganosa por él, yo ya muy mojada me subí arriba de él y empecé a moverme como le gusta no sin antes darle una chupadita a su v***a.
Luego cambiamos de posición, me puso piernas al hombro y me daba v***a tan rico y profundo, luego fuimos al sillón donde yo me puse otra vez arriba de él moviéndome tanto y a su ritmo llegue a un orgasmo delicioso, ahí me puso en 4 y me dio v***a tan fuerte y seguido que se vino enseguida
La mujer
Es como un buen cafe
Huele delicioso,
Te quita el sueño,
Y te llena de energía!!!
Cuidala
Porque siempre
Hay uno esperando
A que le falles!!!
Si es fría entiendela,
Si es tierna quierela,
Si es cachonda cumplirle,
Si es celosa cuidala,,
Si es cariñosa abrazala,
Si es complicada escuchala!!!
Y el gran secreto
Es hacerla venir muchas veces
Para que nunca se vaya!!
Cuando terminas una relación de bastante tiempo,
la sociedad espera que guardes una especie de luto.
Que esperes y que ni se te ocurra salir con alguien.
Lo que la sociedad no sabe es cuanto tiempo pasaste siendo infeliz,
Cuanto aguantaste y soportaste,
Cuanto de ti mismo dejaste ahí esperando que todo cambiara.
Así que no le debes luto ni tiempo a nada ni a nadie.
Si llega alguien a darte todo lo que esperabas dejate ir como gorda en tobogán...
si no funciona al menos te diste una oportunidad y si funciona jamás terminaras de agradecer.
Luto a los mu***os.
Vivimos en un mundo donde el s**o es gratis y el amor cuesta, donde perder un teléfono da más miedo que perder la moral, donde está de moda emborracharse y consumir dr**as, porque si no haces eso, estás viejo y fuera de moda, donde los hombres engañan a sus esposas y la esposas a sus esposos y si no lo hacen, es por temor a ser atrapados, donde las jóvenes tienen más miedo de estar embarazadas que de contraer el SIDA, donde la entrega de pizzas es más rápida que una ambulancia, donde la ropa decide el valor de una persona y el dinero es más importante que los amigos y la familia. Triste realidad 😥
— Jamás te trataré como mi esposa. Nunca tocaré tu asqueroso cuerpo. ¡Quién sabe con cuántos hombres habrás estado antes de mí! Escúchame bien princesa Abril, jamás tendrás mi corazón, ni siquiera un lugar en mi cama y a partir de este día, procura no cruzarte en mi camino, porque si lo haces puede que pierda los estribos y terminaré matándote.
Después de decir todo lo que quería sin darle oportunidad de hablar Alessandro salió de la habitación tirando la puerta con fuerza.
Abril sabía que el rey la odiaba, aunque nunca se imaginó que tanto.
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Abril estaba sentada en la cama abrazando sus rodillas, el frío invierno calaba sus huesos como filosas espinas, ella intentaba cubrir su pequeño y delicado cuerpo lo mejor que podía, pero en aquel palacio abandonado en el que había sido enviada a vivir no le daba el cobijo que necesitaba.
Abril era la primera hija del rey de Venobich, un hombre cruel y despiadado que veía a todos sus hijos como simples herramientas.
En el reino Laios el heredero al trono siempre era el primogénito, no importaba el género del niño, sin embargo el rey no quería a una niña pequeña y enfermiza como su heredera, así que la envió a la parte más recóndita del palacio para que muriera en silencio.
Abril se había aferrado a la vida con todas sus fuerzas, a pesar de que solo recibía una comida al día y de que no tenía las condiciones adecuadas para sobrevivir ella no se dio por vencida y se aferró a la vida de manera admirable.
En el silencio y entre lágrimas se repetía una y otra vez.
_ No quiero morir, no quiero morir, Dios, si me estás escuchando ayúdame por favor, no quiero morir.
Abril repetía esas palabras cada día, una y otra vez. Nadie lograba entender por qué un ser tan débil y desafortunado como lo era ella seguía aferrándose a la vida, un día una de las sirvientas que le llevaba comida una vez al día le preguntó.
_ ¿Por qué sigues queriendo vivir?, ¿Acaso no sería más fácil dejarse morir?, así todo el dolor y el sufrimiento que estás sintiendo desaparecería.
Abril tenía 12 años, a esa corta edad 6 años habían sido un in****no, pero ella no se rendía ante las garras de la muerte que cada día le susurraba al oído que dejara de luchar.
Mientras comía la espesa sopa con un hambre voraz Abril le contestó.
_ ¿Por qué no te tiras de la torre más alta de este castillo?
_ ¡Estás loca!, si lo hiciera moría.
_ Lo ves, así cómo tú vida es valiosa para tí, mi vida es valiosa para mí, así que deja de pedirme que muera, por qué no lo haré.
Ella continúo comiendo en silencio, al terminar la sirvienta tomó la bandeja con los platos vacíos, ella no había dejado ni una sola miga, se lo había acabado todo.
Después de que la sirvienta se fuera Abril se asomó por la ventana, fuera la nieve había empezado a acumularse, mientras veía a través de la ventana alzó su mirada al cielo y volvió a decir su pequeña oración juntando sus dos manos.
_ No quiero morir, por favor Dios, no permitas que muera.
Abril continúo haciendo la misma oración durante tres inviernos más, a la primavera de su quinceavo cumpleaños aquella sirvienta que siempre le llevaba comida le llevó un hermoso vestido, hermosas joyas y adornos para decorar su cabello.
_ ¿Por qué has traído todo eso?
Preguntó con curiosidad.
_ Su majestad me pidió que trajera todo esto, que la pusiera hermosa, él quiere verla.
Habían pasado 9 años desde la última vez que Abril había visto a su padre, ella aún recordaba las crueles palabras que le había escupido con rechazó la última vez que le había visto.
"No necesito a una hija tullida como mi heredera, así que muere de una maldita vez"
_ ¿Sabes por qué quiere verme?
_ No, solo me dijo que me diera prisa.
Aquella sirvienta le dio un baño de agua fría, todo el cuerpo de Abril se estremeció al sentir el agua fría derramándose por su delgado cuerpo, ella deseo que todo eso acabará rápido, pero no fue así, fue largo y tortuoso, ya que debía quedar muy limpia.
Después de bañarse la sirvienta la ayudó a vestirse, ella le puso un hermoso vestido blanco pulcro, después le colocó dos adornos de flores una a cada lado de su larga cabellera rojiza, después aplicó un maquillaje ligero, por último ella adorno su cuello con un pequeño collar con un zafiro en forma de lágrima.
La sirvienta hizo que se mirara en un espejo roto que había en una esquina de la habitación, ella se veía hermosa, a pesar de no haber vivido en condiciones adecuadas Abril se había convertido en una hermosa joven de cabello rojizo, con la piel blanca y pálida como la harina debido a que casi nunca recibía los rayos del sol ya que siempre estaba encerrada en aquel frío palacio. Sus ojos dorados como el sol brillaban y sus labios rojos como el muérdago se veían hermosos y delicados.
Mientras Abril se veía en el espejo la sirvienta colocó el último adorno en su cabello que estaba en el fondo de la caja que había traído, era un fino velo, cuando Abril lo vio se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, iba a casarse, como nunca llegó a su vida la muerte su padre quería deshacerse de ella de otra manera, con el matrimonio.
Abril no dijo nada, solo deseo que sea cual sea el lugar al que la enviaran fuera un mejor lugar que en el que vivir.
_ Ya está todo listo, sígame por favor, su majestad la está esperando.
Abril caminó con paso relajado por los pasillos del palacio, todos los que la veían murmuraban a su paso preguntándose, ¿Quién sería?, ¿ Y de dónde había salido?
Ella tenía el cabello rojo, rasgo único de la familia real Venobich, por eso todos se habían quedado tan sorprendidos al verla ya que nadie recordaba que ella era la primera princesa del reino de Laios.
Abril continúo caminando, ignorando por completo los murmullos de la gente, ella fue llevada a la sala del trono, ella no se inclinó, ni saludo al hombre que le veía con frialdad y desprecio sentado desde su silla, él le dijo.
_ Mi querida hija, veo que has crecido hermosamente.
Aunque las palabras de aquel rey parecían dulces a Abril le parecieron un insulto. Su padre sonrió con malicia y le dijo.
_ Este día serás enviada al reino de Cosset, debido a las constantes guerras he decidido enviar a mi hija más amada para formar una alianza de paz.
Abril no se quejo, ni dijo nada, simplemente se quedó de pie escuchando las palabras de su padre deseando que todo eso acabará pronto, ese vestido que llevaba era pesado e incómodo, los zapatos que ella no estaba acostumbrada a llevar le apretaban y hacían que le dolieran los pies.
_ Querida hija, espero que tengas una buena vida junto a tu esposo.
El rey le hizo señas a unos guardias que vestían un uniforme blanco, ellos debían ser los soldados del reino de Cosset, él rey dijo.
_ Escolten con cuidado a mi preciosa hija.
Los guardias se acercaron a Abril y le dijeron.
_ Por favor síganos, un carruaje la está esperando.
Abril no se despidió de su padre ni hizo una reverencia antes de marcharse, ella solo dio media vuelta y siguió a los guardias.
Mientras veía su espalda su padre le dijo.
_ Que esté contigo la luz de Airón.
Esas últimas palabras parecieron afectuosas para los guardias que la escoltaban, solo los que pertenecían al reino Laios sabían lo que significaban esas palabras.
"Que la muerte venga pronto a visitarte"
Aunque Abril había vivido toda su vida encerrada sin recibir ninguna educación ella había aprendido a leer antes de ser encerrada, ahí ella ocupó su tiempo para leer, ella también supo que las últimas palabras de su padre eran un deseo de muerte para ella.
Abril no se dio la vuelta, ella camino con su rostro en alto ignorando todo a su alrededor, al salir del palacio vio un enorme carruaje blanco con decoraciones de oro esperándola en la entrada, uno de los guardias la ayudó a subirse al carruaje.
Abril se asomó por la ventana, desde ahí miro como dejaban atrás el palacio, ella pensó que sentiría algo al dejar su lugar de orígen, sin embargo no sintió nada, no hubo pesar, ni alegría, ni tristeza, ninguna emoción la embargó.
Ella cerró la cortina de la ventana del carruaje y dijo para sí misma.
_ Esperó que mi vida en el reino de Cosset sea mejor de lo que fue en este lugar.
Marca de matrimonio
Al salir de la ciudad los guardias usaron un pergamino de teletransportación para llegar al reino de Cosset, esa era la primera vez que Abril usaban la magia de teletransportación, ella se sintió mareada y como si todo su cuerpo fuera destruido y vuelto a armar.
Cuando los guardias abrieron la puerta del carruaje diciéndole que ya habían llegado encontraron a la joven princesa jadeando de dolor, ellos no le preguntaron si alguna vez había viajado usando pergaminos de teletransportación, pero ellos habían dado por sentado de que lo había hecho ya que se trataba de una princesa.
La primera vez que se viajaba con los pergaminos de teletransportación podía ser muy cansado, pero nunca escucharon que fuera doloroso, ellos pensaron que la princesa estaba fingiendo y la ignoraron.
_ Por favor baje princesa, no haga esperar a su majestad el rey.
Ellos la obligaron a salir del carruaje aún cuando Abril apenas y podía mantenerse en pie, cansada y adolorida ella caminó casi arrastrándose.
Ellos la llevaron a un enorme templo, Abril camino sin detenerse, cada paso resultaba doloroso y agotador, cuando entraron al templo ella vio que estaba decorado hermosamente con flores, el lugar estaba lleno de gente y en el fondo había una enorme estatua de Juno, diosa del matrimonio, los guardias le dijeron que caminara si detenerse, en el altar junto a la estatua había un hombre, Abril tenía su vista borrosa y hasta que no estuvo lo suficientemente cerca no pudo distinguir las facciones de aquel hombre.
Él era alto, de hombros ancho y músc**os apretados, tenía el cabello negro y unos hermosos ojos verde esmeralda, entre más se acercaba más grande le parecía aquel hombre a Abril. Él tenía una expresión de desagradó en su rostro que no se molestó en ocultar.
Él debe ser el novio, pensó Abril, eso significaba que esa era su boda.
Ella caminó hasta quedar frente al rey de Cosset, Alessandro Veriatte. Abril no se inclinó haciendo ninguna reverencia, tampoco habló con palabras dulces solo dijo.
_ Hola.
Sus palabras fueron cortantes, no mostraron ningún sentimiento, ni dolor, ni rabia, ni temor, tampoco hubo odio, sus palabras sonaron vacías.
El rey frunció el ceño, molesto de que ella fuera tan insolente, que lo despreciará de esa manera delante de todos como diciendo.
No me inclinaré ante ti, no mereces mis respetos.
Lo que el rey no sabía era que Abril no tenía la menor idea sobre la etiqueta que debía mostrar en presencia de alguien con un alto cargo ya que ella nunca había recibido tal educación.
El rey extendió su mano, molesto al tener que tocar a la hija de su enemigo jurado; Alessandro quería acabar con esa situación lo más pronto posible, así que acortó la ceremonia y dijo.
_ Frente a la diosa Juno uno mi vida a ti, a partir de hoy seremos marido y mujer.
Abril no dijo nada, simplemente se quedó en silencio sin saber que hacer, ni que decir, él rey le dio una copa de vino y le dijo.
_ Bebe.
Abril hizo los que él le mandó, él rey hizo lo mismo, después puso la copa en un mesa y con una daga que había en la mesa se hizo un pequeño corte derramando sangre sobre un pergamino y le dijo a Abril que hiciera lo mismo, cuando la sangre de los dos se mezcló, el pergamino brillo y una marca apareció en la mano izquierda de Abril y de mano izquierda de Alessandro.
Era una marca que los unía como pareja, la marca no podía borrarse y el único momento en el que desaparecía era el momento en el que uno de los dos moría, liberando al otro de su compromiso, de su juramento delante de la diosa.
Abril miro la marca en su mano, era como un tatuaje de un color dorado brillante como el oro que resaltaba en su blanca piel.
Él le dijo.
_ Ahora eres mi esposa, esperó que te comportes como tal.
El rey no la beso, ni tomó su mano, se suponía que debía hacer esas dos cosas pero él decidió omitirlo, ella sabía lo que eso significaba, aunque seas mi esposa no te trataré como tal.
En ese momento Abril hizo una pequeña reverencia y le dijo.
_ Estaré a su cuidado de ahora en adelante.
Alessandro molesto camino hacia la salida, Abril lo siguió en silencio mientras todas las miradas llenas de odio se concentraban en ella.
Alessandro se subió al carruaje que los estaba esperando en la entrada, Abril se quedó de pie frente al carruaje, Alessandro le dijo desde el interior del carruaje.
_ ¿Acaso no piensas subir?
Abril subió al carruaje, el cochero se puso en marcha inmediatamente. Alessandro cerró sus ojos, el solo verla hacía que se pusiera furioso y quisiera tomar su delicado cuello entre sus manos y romperlo. El reino de Cosset había sufrido mucho por culpa del rey de Laios, después de años de guerra un día el rey de Laios envió un mensajero pidiendo una tregua a través del lazo del matrimonio, el reino de Cosset había sufrido mucho por la guerra, al final no tuvo más opción que aceptar el matrimonio.
Cuando llegaron al palacio Alessandro se bajó primero del carruaje y le dijo a uno de los sirvientes que guiará a la princesa a su habitación. No hubo banquetes, ni bailes por el matrimonio, eso fue algo que en vez de hacerla sentir triste o enfadada hizo que Abril se sintiera aliviada ya que podía ir directamente a descansar, algo que deseaba profundamente ya que aún se sentía mal por el viaje.
Una sirvienta la guió por los pasillos de aquel magnífico castillo y la llevó a una habitación.
_ Esta será su habitación, por favor no salga sola, si necesita algo tire de la cuerda que hay al lado de su cama y vendré de inmediato.
Abril miro la exquisita habitación que le habían dado, al parecer ahi tambien era una prisionera, aunque se alegro de que su prisión fuera más hermosa que la anterior, antes de que la sirvienta se fuera abril le pidió que le trajera algo ligero para comer y una cesta de frutas.
La sirvienta asintió con la cabeza y se retiró.
Abril revisó la habitación era una habitación digna de una princesa, después ella se quitó el velo y los adornos de su cabello, los adornos eran pesados y le provocaron un fuerte dolor de cabeza, después intentó quitarse el vestido pero no podía hacerlo por su cuenta, debía esperar a que la sirvienta regresará para pedir su ayuda. Sin nada más que hacer Abril se quitó los incómodos zapatos que habian estado apretando sus pies y se tiro en la cama, era tan suave y mullida que Abril sintió como si estuviera durmiendo sobre una nube, ella no recordaba haber tenido una cama tan blanda en toda su vida, ella miro el techo de la habitación y pensó.
Creo que tendré una buena vida en este lugar.
Nunca te amare
Abril terminó quedándose dormida ya que la sirvienta nunca volvió, al parecer tampoco iba a tener sus tres comidas en ese lugar, ella suspiró con gran pesar y dijo.
_ ¿Cuándo será el momento en el que podré comer todo lo que quiera?
Abril se tocó el estómago y comenzó a hablar con él.
_ Estómago por qué siempre te tienen que castigar de esta manera, preferiría una paliza si con eso obtengo mis tres comidas.
Toc toc.
El sonido de la puerta siendo tocada hizo que Abril se alegrará, quizás era el momento de su primera comida.
_ Esperó que hayan traído la cesta con frutas que pedí.
Abril volvió a hablarle a su estómago que gruñía del hambre.
_ Tranquilo estómago, por fin llegó la hora de comer.
Abril se levantó de la cama y abrió la puerta, la sirvienta que no había llevado su comida estaba frente a la puerta, ella llevaba las manos vacías.
Será que no tengo derecho ni aún sola comida en este lugar, no estarán pensando en matarme de hambre, ¿Verdad?, Pensó Abril mientras fruncía el ceño.
_ ¿Dónde está mi comida?, ¿Por qué no la has traído aún?
_ Lo siento, se me olvidó.
Mintió descaradamente la sirvienta.
_ Pues ve y tráela inmediatamente.
_ No será necesario, su majestad la está esperando para cenar.
Los ojos de Abril se iluminaron, la sirvienta pensó que era por qué iba a cenar con el rey, pero en realidad eso era lo que menos le importaba a Abril, ella lo único que quería era tener una buena comida, no le importaba si era en unas caballerizas o juntó a un hombre que decía que la mataría con la mirada cada vez que la veía, a ella lo único que le importaba era llenar su estómago con una buena comida.
La sirvienta llevó a Abril hasta el comedor real donde la esperaba su majestad, el rey.
Cuando Alessandro la vio llegar parecía que quería lanzarle el cuchillo que sostenía en su mano y atravesar su cabeza, cualquiera hubiera temblando de miedo ante esa mirada, sin embargo Abril ni siquiera le prestó atención a su mirada, la comida había captado por completo su atención, ella tomó su lugar en la mesa junto al rey, inmediatamente tomó una cucharada de la sopa que tenía frente a ella y se la metió en la boca.
El rey la miró con desprecio y le dijo.
_ Al parecer el rey Venobich no educó adecuadamente a la princesa, sus modales son horrorosos.
El rey tenía razón sobre los modales de Abril así que ella no se sintió ofendida en absoluto y siguió comiendo su sopa.
Ella se la acabó toda y luego siguió con la carne, luego con el pescado, ella dejo los platos completamente limpios; Alessandro tuvo la impresión de que no le habían dado de comer en años, ella comía como si fuera su última comida.
Abril probó todo lo que había en la mesa, había cosas que ella en su vida había probando como la carne de cordero, ella estaba tan feliz por esa comida que por poco y llora de la felicidad.
Alessandro alargó su mano para tocar el cabello rizado de Abril, estaba todo alborotado ya que había estado durmiendo, cuando ella sintió su mano tocando su cabello se quedó completamente quieta, se preguntó si el rey la mataría en ese instante, ella cerró sus ojos y pensó.
Por lo menos me dejó tener una buena cena antes de morir.
_ Si no fuera por el color de tu cabello pensaría que eres un mendigo de la calle.
Habló el rey con la voz cargada desprecio, Abril abrió sus ojos al sentir que él retiraba su mano y pensó.
Al parecer no me quería matar, solo quería comprobar que mi cabello fuera real y no teñido.
Abril no dijo nada, por experiencia sabía que cuando un hombre estaba enfadado lo mejor era quedarse en silencio, no decir nada para endurecerlo aún más ya que con eso solo hacía que la castigarán.
Cuando ella vivía en el palacio y replicaba algo el mayordomo que iba de vez en cuando a visitarla para asegurarse de que aún no había mu**to, la castigaba sin comida durante dos días enteros, en ocasiones fueron hasta tres días seguidos de ayuno, desde ese entonces Abril había decidido que lo mejor era quedarse en silencio escuchando los regaños sin replicar.
El rey se levantó molesto y le dijo.
_ Vuelve a tu habitación, el verte hace que se me revuelva el estómago.
Abril ya había comido hasta saciarse, aunque no había tenido la oportunidad de probar el postre, ella asintió con la cabeza y se levantó de la mesa.
Cuando volvió a su habitación Abril le pidió a la sirvienta que la ayudara a quitarse el vestido, pero ella alegó que estaba ocupada y se marchó rápidamente.
Abril suspiró profundamente preguntándose cómo iba a hacer para quitarse el vestido, cuando de pronto ingresó el rey a su habitación, ella lo miró con desconcierto preguntadose que hacía ahí si hacía solo unos minutos le había dicho que de fuera por qué no quería ver su cara.
Es verdad, está es nuestra primera noche de casados. Pensó Abril. Eso explicaba lo que el rey hacía ahí.
_ Aún llevás ese estúpido vestido, es ridíc**o que pretendas ser una novia ya que toda esta boda no es más que una farsa.
El rey se rió con amargura y le dijo.
_ Jamás te trataré como mi esposa, nunca tocaré tu asqueroso cuerpo, quién sabes con cuántos hombres habrás estado antes de mí, escúchame bien princesa Abril, jamás tendrás mi corazón, ni siquiera un lugar en mi cama y a partir de este día procura no cruzarte en mi camino, por qué si lo haces puede que pierda los estribos y terminé matandote.
Después de decir todo lo que quería sin darle oportunidad de hablar Alessandro salió de la habitación tirando la puerta con fuerza.
Abril sabía que el rey la odiaba, aunque nunca se imaginó que tanto.
_ Al parecer tampoco soy bienvenida en este lugar, solo esperó que no me hagan aguantar hambre, puedo con todo menos con eso.
Un calor sofocante
Abril busco algo para cortar el corsé de su vestido ya que de lo contrario sería imposible quitárselo y al ver la actitud de las sirvientas ninguna la ayudaría a quitárselo.
Ella rebuscó entre los cajones, por suerte para ella encontró una caja de coser que tenía de todo, ella sacó unas tijeras y comenzó a cortar el corsé intentando no lastimarse.
Cuando se quitó el vestido sintió que volvía a respirar, después se dio cuenta de que ella no tenía nada que vestir, ella había llegado a ese lugar solo con lo que llevaba puesto, no había nada más que pudiera ponerse y ella acababa de romperlo.
_ Por qué seré tan tonta y ahora que haré, el rey me ha dejado en claro que no puedo pedir nada en este lugar, y aunque lo hiciera dudo que las sirvientas me lo den.
Abril se acostó en la cama solo con su ligero vestido de interior que llevaba puesto y se puso a pensar qué haría para obtener ropa, ella dio varias vueltas en la mullida cama acariciando las suaves sábanas de seda, luego le vino una idea, como no tenía ningún vestido que remendar tendría que hacérselo ella misma, mientras buscaba algo con lo que cortar su vestido había encontrado vários juegos de sabana, podía usarlas para hacerse un vestido o dos.
Abril se levantó de la cama, sacó una sábana blanca y otra verde limón, y se puso manos a la obra, por suerte ella era buena costurera así que podría hacerse un vestido sencillo, eso era mejor que ir por ahí solo con ropa interior.
Mientras cortaba las sábanas Abril dijo.
_ Solo espero que no se molesten por cortar las sábanas.
Ella se encogió de hombros y se dijo.
_ Si lo hacen tendré que aguantar el regaño, no se puede hacer nada, necesito mi ropa.
Abril se quedó despierta toda la noche haciendo su vestido, ella uso unos cuantos adornos del vestido de novia para que su vestido no se viera tan simple, en la madrugada pudo terminar su primer vestido, uno de color verde limón con adornos de encaje blanco.
Ella se probó su vestido y al ver que le quedaba como un guante sonrió satisfecha, después recogió los trozos de tela y los escondió para que las sirvientas no los encontrarán, después se fue a dormir.
Al día siguiente nadie fue a despertarla para desayunar, Abril se despertó al medio día, poco después entró una sirvienta de cabello castaño, ella le dijo que se llamaba Rena, le llevó una comida sencilla que consistía en sopa de vegetales, un trozo de pan, agua y una manzana, las sirvientas creían que dándole una comida tan pobre la estaban molestando, sin embargo para Abril quien no podía tener tres comidas diarias ese era un lujo, ella se comió la sopa y el pan, dejó la jarra con el agua y guardo la manzana por si no le daban cena.
Al terminar la sirvienta recogió los platos y se retiró en silencio.
Abril usó el resto del día para hacerse otro vestido y ropa interior.
A la hora de cena la misma sirvienta, Rena, volvió a su habitación con una bandeja de comida, la cena fue más copiosa que la del medio día, le había puesto un filete de ternera con patatas y una ensalada, también tenía una manzana como postre, Abril se comió toda la comida dejando limpió los platos y guardo la manzana como había hecho al mediodía, la sirvienta se quedó mirándola, sin embargo no dijo nada sobre su extraño hábito de guardar comida.
Las estaciones fueron pasando, la primavera término y le dió lugar a un caluroso verano. Por primera vez aquella habitación que se habían convertido en el hogar de Abril se volvió una verdadera cárcel, hacía tanta calor que era insoportable, ella salía al balcón pero el sol tocaba todo el día y no le daba ni un respiro, incluso las noches se habían vuelto calurosas, ella le había pedido en varias ocasiones a las sirvientas que quería salir de la habitación, pero decían que no podían dejarla salir, que eran órdenes del rey.
Una noche en la que Abril sentía que moriría de la calor se escapó de su habitación, no habían guardias resguardando su puerta así que no tuvo ningún problema con escapar, ella fue al jardín, se sentó junto a una fuente y disfrutó del aire fresco que se mezclaba con el agua de la fuente.
Por primera vez en días sintió que volvía a respirar, ella se quedó un buen rato, cuando tuvo que volver a su infernal habitación lo odio, pero no quería meterse en problemas, ella volvió procurando que nadie la viera.
Después de ese día cada noche se escapaba e iba a la fuente para refrescarse, metía sus pies en la fuente y disfrutaba del agua fresca que bañaba sus pies.
Alessandro salió a caminar un rato, el calor sofocante de su habitación lo estaba volviendo loco, mientras caminaba por el jardín vio a una joven sentada en el borde de la fuente con sus pies metidos en el agua, él se preguntó quién era tan desvergonzada para hacer eso.
Él se acercó un poco más, al ver un cabello rizado rojizo supo de quién se trataba, era su esposa Abril Venobich, Alessandro apretó los puños con fuerza para aplacar su instinto asesinó, cada vez que él la veía quería matarla, su cabello le recordaba al rey Ricard Venobich quien había matado cruelmente a varios de sus hermanos hacía unos años.
Cada vez que la veía su sangre hervía y lo único que deseaba era matarla, ella era tan pequeña y delgada que solo necesitaba apretar con un poco de fuerza su cuello para matarla, él se dio la vuelta y volvió a su habitación.
Después de ese día él descubrió que Abril se escapaba cada noche de su habitación para ir aquella fuente a refrescarse, él encontró su comportamiento vulgar, sin embargo lo dejó pasar, hizo como si no supiera lo que estaba haciendo y dejo de pensar en ella.
La villana y la víctima
El verano pasó, dándole paso al refrescante otoño. Abril siguió escapándose durante las noches, encontraba divertido el caminar por los jardines durante la noche, sobre todo por qué cuando llegara el invierno no podría volver hacerlo, sus ropas eran ligeras y no tenía un abrigo, cuando llegará el invierno tendría que quedarse en su habitación refugiándose del frío, deseando que llegará nuevamente la primavera.
Abril siempre había odiado el invierno, esos meses ella siempre sufría por el frío, deseo que ese fuera diferente, pero lo dudaba, las sirvientas la ignoraban y cuando se quejaba solo recibía un trato peor, las sirvientas dejaban de llevarle comida, esos días Abril se comía la fruta que escondía hasta que ellas decidían volver.
Eso había pasado las veces que Abril se había quejado por el calor sofocante de su habitación y nuevamente cuando protestó por qué no le llevaban su comida, después de eso ella dejó de quejarse por el bien de su estómago y aún cuando necesitaba algo nunca pedía nada, ella se las apañaba con lo que tenía en su habitación.
El otoño pasó en un abrir y cerrar de ojos, cuando llegó el invierno Abril tuvo que dejar sus paseos nocturnos, pero de vez en cuando harta de su encierro salía al jardín por un momento y luego regresaba.
Una noche mientras daba un paseo por el jardín Alessandro la vio, él no se acercó a ella, ni dejo que lo viera, él se quedó observándola desde las sombras, al ver que ellas estaba descalza y que no llevaba un abrigo si no que iba envuelta en una manta pensó que la princesa era extravagante y después se marchó.
Ese invierno no fue tan malo como lo había sido en el reino Laios para Abril, aunque no tenía ropa adecuada para el invierno su habitación se mantenía calidad y agradable, también tenía mantas suficientes como para no aguantar frío.
Cuando él invierno acabó y la primavera dio inició nuevamente Abril se sintió feliz ya que podría volver a dar sus paseos nocturnos.
Abril estaba cantando una canción mientras veía a través de la ventana de su balcón el hermoso jardín lleno de flores cuando una de las sirvientas entró y le dijo.
_ Princesa, hoy hace un buen día, por qué no da un paseó por el jardín.
_ ¿Puedo hacerlo?
_ Por supuesto, su majestad ha dado su permiso.
Abril muy emocionada salió de su habitación y se dirigió al jardín, ella había estado tan emocionada que se le olvidó ponerse los zapatos, solo tenía un par y le resultaban incómodos, por eso ella nunca los usaba.
Mientras paseaba por el jardín sintió la hierba fresca y suave bajo sus pies, ella caminó por primera vez bajo la luz del sol disfrutando del hermoso jardín de flores que brillaba intensamente.
De pronto escuchó una voz femenina que le habló, era una hermosa mujer de cabello castaño, ella llevaba un bello vestido rojo que hacía que resaltará entre las flores blancas que habían en el jardín.
Es una mujer muy hermosa.
Pensó Abril mientras la veía, ella se acercó y le preguntó.
_ ¿Tu eres la princesa Abril Venobich del reino de Laios?
Abril asintió con su cabeza en respuesta; aquella mujer se rió burlonamente y dijo.
_ No puedo creer que mi compromiso con Alessandro fuera roto por alguien tan insignificante como tú.
_ ¿Quién eres?
_ Soy Victoria Vampel, era la prometida de su majestad desde que éramos jóvenes, se suponía que debíamos habernos casado hace un año atrás, pero por tu culpa eso no pasó.
_ Lo siento.
Dijo Abril sin darle mucha importancia a lo que estaba diciendo la mujer.
Victoria se molestó al ver su indiferencia, ella la empujó haciendo que Abril se cayera sobre las rosas que había detrás de ella, varias espinas se le clavaron en la piel, otras en los pies descalzos mientras forcejeaba por salir.
Victoria la veía disfrutando de su dolor, Abril le pidió ayuda a la sirvienta que la había estado acompañando en su paseo, sin embargo ella no movió un dedo por ayudarla, ella dijo con indiferencia.
_ No quiero salir lastimada, fue su error caer en las rosas, salga por su cuenta.
En ese precioso momento Abril se dió cuenta de que iba todo eso, había sido planeado con anticipación, la sirvienta estaba confabulada con Victoria.
De pronto Victoria se lanzó al suelo y dio un grito de dolor, Abril pensó que se había vuelto loca, ni siquiera ella había gritado de esa manera cuando había caído en los rosales.
Alessandro que pasaba por ahí corrió en auxilió de la dama que estaba gritando, cuando vio a Victoria corrió a su lado y le preguntó qué le sucedía, ella mintió diciendo que la princesa la había lanzado al suelo y que por accidente había caído en los rosales.
Hasta ese momento Alessandro no se había percatado de que Abril estaba enredada entre los espinos, él la ayudó a salir de entre los espinos, después le preguntó.
_ ¿Qué ha pasado aquí?
Antes de que Abril dijera alguna palabra Victoria y la sirvienta inventaron una historia en la que Abril era la mala y Victoria la víctima, eran dos contra uno, Alessandro ni siquiera la dejó hablar cuando la juzgó.
_ Eres igual que tú familia, cruel y despiadada, estas tan bien en el palacio que piensas que tienes el derecho de pisotear a los demás, desaparece de mi vista en este momento.
Abril se rió con ironía, ella nunca había estado bien en ese palacio, pisotear a los demás, se reía de ese término ya que eran las sirvientas y esa mujer que era como una serpiente venenosa la que la pisoteaban y lastimaban, pero él no le creería, no importaba que dijera él pensaría que ella era la culpable, Abril se levantó, las espinas en sus pies se clavaron más y le hicieron sangrar, ella se alejó lo más rápido que pudo y volvió a su habitación, al llegar se quitó todas las espinas que pudo, sin embargo había otras que no alcanzaba y no sabía cómo haría para sacárselas.
Alessandro llevó a Victoria al palacio, después de darle una taza de té para que se calmara la envió devuelta a su casa, Alessandro mandó llamar al mayordomo y le dijo.
_ Envía un médico para que vea a la princesa.
_ Enseguida su majestad.
El mayordomo cumplió las órdenes del rey sin hacer ninguna pregunta.
Un castigo que es una bendición
Cuando el médico llegó le retiró las espinas restantes, las limpió y le dijo.
_ Procure no mojar las heridas, sus pies están en peor estado, intenté no levantarse de la cama hasta que estén mejor.
_ Gracias doctor, lo tendré en cuenta.
Le diré a las sirvientas que cambien el vendaje y revisen con regularidad las heridas para que no se infecten.
Abril sabía que aunque le dijera a las sirvientas que cambiarán su vendaje y revisaran sus heridas ellas no lo harían.
_ Doctor podría dejarme los vendajes, los cambiaré yo misma, no me gusta que ot— Jamás te trataré como mi esposa. Nunca tocaré tu asqueroso cuerpo. ¡Quién sabe con cuántos hombres habrás estado antes de mí! Escúchame bien princesa Abril, jamás tendrás mi corazón, ni siquiera un lugar en mi cama y a partir de este día, procura no cruzarte en mi camino, porque si lo haces puede que pierda los estribos y terminaré matándote.
Después de decir todo lo que quería sin darle oportunidad de hablar Alessandro salió de la habitación tirando la puerta con fuerza.
Abril sabía que el rey la odiaba, aunque nunca se imaginó que tanto.
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Abril estaba sentada en la cama abrazando sus rodillas, el frío invierno calaba sus huesos como filosas espinas, ella intentaba cubrir su pequeño y delicado cuerpo lo mejor que podía, pero en aquel palacio abandonado en el que había sido enviada a vivir no le daba el cobijo que necesitaba.
Abril era la primera hija del rey de Venobich, un hombre cruel y despiadado que veía a todos sus hijos como simples herramientas.
En el reino Laios el heredero al trono siempre era el primogénito, no importaba el género del niño, sin embargo el rey no quería a una niña pequeña y enfermiza como su heredera, así que la envió a la parte más recóndita del palacio para que muriera en silencio.
Abril se había aferrado a la vida con todas sus fuerzas, a pesar de que solo recibía una comida al día y de que no tenía las condiciones adecuadas para sobrevivir ella no se dio por vencida y se aferró a la vida de manera admirable.
En el silencio y entre lágrimas se repetía una y otra vez.
_ No quiero morir, no quiero morir, Dios, si me estás escuchando ayúdame por favor, no quiero morir.
Abril repetía esas palabras cada día, una y otra vez. Nadie lograba entender por qué un ser tan débil y desafortunado como lo era ella seguía aferrándose a la vida, un día una de las sirvientas que le llevaba comida una vez al día le preguntó.
_ ¿Por qué sigues queriendo vivir?, ¿Acaso no sería más fácil dejarse morir?, así todo el dolor y el sufrimiento que estás sintiendo desaparecería.
Abril tenía 12 años, a esa corta edad 6 años habían sido un in****no, pero ella no se rendía ante las garras de la muerte que cada día le susurraba al oído que dejara de luchar.
Mientras comía la espesa sopa con un hambre voraz Abril le contestó.
_ ¿Por qué no te tiras de la torre más alta de este castillo?
_ ¡Estás loca!, si lo hiciera moría.
_ Lo ves, así cómo tú vida es valiosa para tí, mi vida es valiosa para mí, así que deja de pedirme que muera, por qué no lo haré.
Ella continúo comiendo en silencio, al terminar la sirvienta tomó la bandeja con los platos vacíos, ella no había dejado ni una sola miga, se lo había acabado todo.
Después de que la sirvienta se fuera Abril se asomó por la ventana, fuera la nieve había empezado a acumularse, mientras veía a través de la ventana alzó su mirada al cielo y volvió a decir su pequeña oración juntando sus dos manos.
_ No quiero morir, por favor Dios, no permitas que muera.
Abril continúo haciendo la misma oración durante tres inviernos más, a la primavera de su quinceavo cumpleaños aquella sirvienta que siempre le llevaba comida le llevó un hermoso vestido, hermosas joyas y adornos para decorar su cabello.
_ ¿Por qué has traído todo eso?
Preguntó con curiosidad.
_ Su majestad me pidió que trajera todo esto, que la pusiera hermosa, él quiere verla.
Habían pasado 9 años desde la última vez que Abril había visto a su padre, ella aún recordaba las crueles palabras que le había escupido con rechazó la última vez que le había visto.
"No necesito a una hija tullida como mi heredera, así que muere de una maldita vez"
_ ¿Sabes por qué quiere verme?
_ No, solo me dijo que me diera prisa.
Aquella sirvienta le dio un baño de agua fría, todo el cuerpo de Abril se estremeció al sentir el agua fría derramándose por su delgado cuerpo, ella deseo que todo eso acabará rápido, pero no fue así, fue largo y tortuoso, ya que debía quedar muy limpia.
Después de bañarse la sirvienta la ayudó a vestirse, ella le puso un hermoso vestido blanco pulcro, después le colocó dos adornos de flores una a cada lado de su larga cabellera rojiza, después aplicó un maquillaje ligero, por último ella adorno su cuello con un pequeño collar con un zafiro en forma de lágrima.
La sirvienta hizo que se mirara en un espejo roto que había en una esquina de la habitación, ella se veía hermosa, a pesar de no haber vivido en condiciones adecuadas Abril se había convertido en una hermosa joven de cabello rojizo, con la piel blanca y pálida como la harina debido a que casi nunca recibía los rayos del sol ya que siempre estaba encerrada en aquel frío palacio. Sus ojos dorados como el sol brillaban y sus labios rojos como el muérdago se veían hermosos y delicados.
Mientras Abril se veía en el espejo la sirvienta colocó el último adorno en su cabello que estaba en el fondo de la caja que había traído, era un fino velo, cuando Abril lo vio se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, iba a casarse, como nunca llegó a su vida la muerte su padre quería deshacerse de ella de otra manera, con el matrimonio.
Abril no dijo nada, solo deseo que sea cual sea el lugar al que la enviaran fuera un mejor lugar que en el que vivir.
_ Ya está todo listo, sígame por favor, su majestad la está esperando.
Abril caminó con paso relajado por los pasillos del palacio, todos los que la veían murmuraban a su paso preguntándose, ¿Quién sería?, ¿ Y de dónde había salido?
Ella tenía el cabello rojo, rasgo único de la familia real Venobich, por eso todos se habían quedado tan sorprendidos al verla ya que nadie recordaba que ella era la primera princesa del reino de Laios.
Abril continúo caminando, ignorando por completo los murmullos de la gente, ella fue llevada a la sala del trono, ella no se inclinó, ni saludo al hombre que le veía con frialdad y desprecio sentado desde su silla, él le dijo.
_ Mi querida hija, veo que has crecido hermosamente.
Aunque las palabras de aquel rey parecían dulces a Abril le parecieron un insulto. Su padre sonrió con malicia y le dijo.
_ Este día serás enviada al reino de Cosset, debido a las constantes guerras he decidido enviar a mi hija más amada para formar una alianza de paz.
Abril no se quejo, ni dijo nada, simplemente se quedó de pie escuchando las palabras de su padre deseando que todo eso acabará pronto, ese vestido que llevaba era pesado e incómodo, los zapatos que ella no estaba acostumbrada a llevar le apretaban y hacían que le dolieran los pies.
_ Querida hija, espero que tengas una buena vida junto a tu esposo.
El rey le hizo señas a unos guardias que vestían un uniforme blanco, ellos debían ser los soldados del reino de Cosset, él rey dijo.
_ Escolten con cuidado a mi preciosa hija.
Los guardias se acercaron a Abril y le dijeron.
_ Por favor síganos, un carruaje la está esperando.
Abril no se despidió de su padre ni hizo una reverencia antes de marcharse, ella solo dio media vuelta y siguió a los guardias.
Mientras veía su espalda su padre le dijo.
_ Que esté contigo la luz de Airón.
Esas últimas palabras parecieron afectuosas para los guardias que la escoltaban, solo los que pertenecían al reino Laios sabían lo que significaban esas palabras.
"Que la muerte venga pronto a visitarte"
Aunque Abril había vivido toda su vida encerrada sin recibir ninguna educación ella había aprendido a leer antes de ser encerrada, ahí ella ocupó su tiempo para leer, ella también supo que las últimas palabras de su padre eran un deseo de muerte para ella.
Abril no se dio la vuelta, ella camino con su rostro en alto ignorando todo a su alrededor, al salir del palacio vio un enorme carruaje blanco con decoraciones de oro esperándola en la entrada, uno de los guardias la ayudó a subirse al carruaje.
Abril se asomó por la ventana, desde ahí miro como dejaban atrás el palacio, ella pensó que sentiría algo al dejar su lugar de orígen, sin embargo no sintió nada, no hubo pesar, ni alegría, ni tristeza, ninguna emoción la embargó.
Ella cerró la cortina de la ventana del carruaje y dijo para sí misma.
_ Esperó que mi vida en el reino de Cosset sea mejor de lo que fue en este lugar.
Marca de matrimonio
Al salir de la ciudad los guardias usaron un pergamino de teletransportación para llegar al reino de Cosset, esa era la primera vez que Abril usaban la magia de teletransportación, ella se sintió mareada y como si todo su cuerpo fuera destruido y vuelto a armar.
Cuando los guardias abrieron la puerta del carruaje diciéndole que ya habían llegado encontraron a la joven princesa jadeando de dolor, ellos no le preguntaron si alguna vez había viajado usando pergaminos de teletransportación, pero ellos habían dado por sentado de que lo había hecho ya que se trataba de una princesa.
La primera vez que se viajaba con los pergaminos de teletransportación podía ser muy cansado, pero nunca escucharon que fuera doloroso, ellos pensaron que la princesa estaba fingiendo y la ignoraron.
_ Por favor baje princesa, no haga esperar a su majestad el rey.
Ellos la obligaron a salir del carruaje aún cuando Abril apenas y podía mantenerse en pie, cansada y adolorida ella caminó casi arrastrándose.
Ellos la llevaron a un enorme templo, Abril camino sin detenerse, cada paso resultaba doloroso y agotador, cuando entraron al templo ella vio que estaba decorado hermosamente con flores, el lugar estaba lleno de gente y en el fondo había una enorme estatua de Juno, diosa del matrimonio, los guardias le dijeron que caminara si detenerse, en el altar junto a la estatua había un hombre, Abril tenía su vista borrosa y hasta que no estuvo lo suficientemente cerca no pudo distinguir las facciones de aquel hombre.
Él era alto, de hombros ancho y músc**os apretados, tenía el cabello negro y unos hermosos ojos verde esmeralda, entre más se acercaba más grande le parecía aquel hombre a Abril. Él tenía una expresión de desagradó en su rostro que no se molestó en ocultar.
Él debe ser el novio, pensó Abril, eso significaba que esa era su boda.
Ella caminó hasta quedar frente al rey de Cosset, Alessandro Veriatte. Abril no se inclinó haciendo ninguna reverencia, tampoco habló con palabras dulces solo dijo.
_ Hola.
Sus palabras fueron cortantes, no mostraron ningún sentimiento, ni dolor, ni rabia, ni temor, tampoco hubo odio, sus palabras sonaron vacías.
El rey frunció el ceño, molesto de que ella fuera tan insolente, que lo despreciará de esa manera delante de todos como diciendo.
No me inclinaré ante ti, no mereces mis respetos.
Lo que el rey no sabía era que Abril no tenía la menor idea sobre la etiqueta que debía mostrar en presencia de alguien con un alto cargo ya que ella nunca había recibido tal educación.
El rey extendió su mano, molesto al tener que tocar a la hija de su enemigo jurado; Alessandro quería acabar con esa situación lo más pronto posible, así que acortó la ceremonia y dijo.
_ Frente a la diosa Juno uno mi vida a ti, a partir de hoy seremos marido y mujer.
Abril no dijo nada, simplemente se quedó en silencio sin saber que hacer, ni que decir, él rey le dio una copa de vino y le dijo.
_ Bebe.
Abril hizo los que él le mandó, él rey hizo lo mismo, después puso la copa en un mesa y con una daga que había en la mesa se hizo un pequeño corte derramando sangre sobre un pergamino y le dijo a Abril que hiciera lo mismo, cuando la sangre de los dos se mezcló, el pergamino brillo y una marca apareció en la mano izquierda de Abril y de mano izquierda de Alessandro.
Era una marca que los unía como pareja, la marca no podía borrarse y el único momento en el que desaparecía era el momento en el que uno de los dos moría, liberando al otro de su compromiso, de su juramento delante de la diosa.
Abril miro la marca en su mano, era como un tatuaje de un color dorado brillante como el oro que resaltaba en su blanca piel.
Él le dijo.
_ Ahora eres mi esposa, esperó que te comportes como tal.
El rey no la beso, ni tomó su mano, se suponía que debía hacer esas dos cosas pero él decidió omitirlo, ella sabía lo que eso significaba, aunque seas mi esposa no te trataré como tal.
En ese momento Abril hizo una pequeña reverencia y le dijo.
_ Estaré a su cuidado de ahora en adelante.
Alessandro molesto camino hacia la salida, Abril lo siguió en silencio mientras todas las miradas llenas de odio se concentraban en ella.
Alessandro se subió al carruaje que los estaba esperando en la entrada, Abril se quedó de pie frente al carruaje, Alessandro le dijo desde el interior del carruaje.
_ ¿Acaso no piensas subir?
Abril subió al carruaje, el cochero se puso en marcha inmediatamente. Alessandro cerró sus ojos, el solo verla hacía que se pusiera furioso y quisiera tomar su delicado cuello entre sus manos y romperlo. El reino de Cosset había sufrido mucho por culpa del rey de Laios, después de años de guerra un día el rey de Laios envió un mensajero pidiendo una tregua a través del lazo del matrimonio, el reino de Cosset había sufrido mucho por la guerra, al final no tuvo más opción que aceptar el matrimonio.
Cuando llegaron al palacio Alessandro se bajó primero del carruaje y le dijo a uno de los sirvientes que guiará a la princesa a su habitación. No hubo banquetes, ni bailes por el matrimonio, eso fue algo que en vez de hacerla sentir triste o enfadada hizo que Abril se sintiera aliviada ya que podía ir directamente a descansar, algo que deseaba profundamente ya que aún se sentía mal por el viaje.
Una sirvienta la guió por los pasillos de aquel magnífico castillo y la llevó a una habitación.
_ Esta será su habitación, por favor no salga sola, si necesita algo tire de la cuerda que hay al lado de su cama y vendré de inmediato.
Abril miro la exquisita habitación que le habían dado, al parecer ahi tambien era una prisionera, aunque se alegro de que su prisión fuera más hermosa que la anterior, antes de que la sirvienta se fuera abril le pidió que le trajera algo ligero para comer y una cesta de frutas.
La sirvienta asintió con la cabeza y se retiró.
Abril revisó la habitación era una habitación digna de una princesa, después ella se quitó el velo y los adornos de su cabello, los adornos eran pesados y le provocaron un fuerte dolor de cabeza, después intentó quitarse el vestido pero no podía hacerlo por su cuenta, debía esperar a que la sirvienta regresará para pedir su ayuda. Sin nada más que hacer Abril se quitó los incómodos zapatos que habian estado apretando sus pies y se tiro en la cama, era tan suave y mullida que Abril sintió como si estuviera durmiendo sobre una nube, ella no recordaba haber tenido una cama tan blanda en toda su vida, ella miro el techo de la habitación y pensó.
Creo que tendré una buena vida en este lugar.
Nunca te amare
Abril terminó quedándose dormida ya que la sirvienta nunca volvió, al parecer tampoco iba a tener sus tres comidas en ese lugar, ella suspiró con gran pesar y dijo.
_ ¿Cuándo será el momento en el que podré comer todo lo que quiera?
Abril se tocó el estómago y comenzó a hablar con él.
_ Estómago por qué siempre te tienen que castigar de esta manera, preferiría una paliza si con eso obtengo mis tres comidas.
Toc toc.
El sonido de la puerta siendo tocada hizo que Abril se alegrará, quizás era el momento de su primera comida.
_ Esperó que hayan traído la cesta con frutas que pedí.
Abril volvió a hablarle a su estómago que gruñía del hambre.
_ Tranquilo estómago, por fin llegó la hora de comer.
Abril se levantó de la cama y abrió la puerta, la sirvienta que no había llevado su comida estaba frente a la puerta, ella llevaba las manos vacías.
Será que no tengo derecho ni aún sola comida en este lugar, no estarán pensando en matarme de hambre, ¿Verdad?, Pensó Abril mientras fruncía el ceño.
_ ¿Dónde está mi comida?, ¿Por qué no la has traído aún?
_ Lo siento, se me olvidó.
Mintió descaradamente la sirvienta.
_ Pues ve y tráela inmediatamente.
_ No será necesario, su majestad la está esperando para cenar.
Los ojos de Abril se iluminaron, la sirvienta pensó que era por qué iba a cenar con el rey, pero en realidad eso era lo que menos le importaba a Abril, ella lo único que quería era tener una buena comida, no le importaba si era en unas caballerizas o juntó a un hombre que decía que la mataría con la mirada cada vez que la veía, a ella lo único que le importaba era llenar su estómago con una buena comida.
La sirvienta llevó a Abril hasta el comedor real donde la esperaba su majestad, el rey.
Cuando Alessandro la vio llegar parecía que quería lanzarle el cuchillo que sostenía en su mano y atravesar su cabeza, cualquiera hubiera temblando de miedo ante esa mirada, sin embargo Abril ni siquiera le prestó atención a su mirada, la comida había captado por completo su atención, ella tomó su lugar en la mesa junto al rey, inmediatamente tomó una cucharada de la sopa que tenía frente a ella y se la metió en la boca.
El rey la miró con desprecio y le dijo.
_ Al parecer el rey Venobich no educó adecuadamente a la princesa, sus modales son horrorosos.
El rey tenía razón sobre los modales de Abril así que ella no se sintió ofendida en absoluto y siguió comiendo su sopa.
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