Acapantzingo cuenta su historia
Página creada por Gabriela González y David Andrade Pérez para preservar las memoria de Acapantzingo
Desde chicos amamos correr atrás de una pelota, marcar fantásticos goles en "las canchas", formar parte de un equipo y soñar con algún dia ser campeones.
¿Reconocen a alguien en la foto?
Si no nos equivocamos fue tomada allá por 1972 o 1973 en un lugar de nuestro poblado que hoy se ve muy distinto
Los que hacemos Acapantzingo cuenta su historia creemos reconocer algunos ;) de estos pequeños jugadores.
Gracias a nuestro vecino Cuco por la foto.
Hoy 30 de abril, celebremos también a los niños que fuimos.....a aquellos intrépidos aventureros que supimos correr por las calles polvosas de un Cuernavaca que ya no es, los que trepábamos a árboles repletos de mangos o ciruelas para disfrutar del manjar inconfundible de una fruta recién cortada, los que soñábamos con ser quien hoy somos, o tal vez con ser alguien distinto........¡Felicidades a todos!!!!
Continuemos trabajando por un mundo mejor para los niños de hoy.
Cuenta la leyenda que desde los tiempos de la época prehispánica se tenía el conocimiento de la existencia de los nahuales, personas que tienen la capacidad para transformarse o cambiar su aspecto al de un animal.
Antiguamente se afirmaba que eran brujos, que a través de rituales podían transformarse en animales o algunas otras creencias afirman que cuando el brujo duerme, su alma se desprende y deambula hasta incorporarse en un nuevo animal.
Lo cierto es que esta historia de nahuales nos lleva en el tiempo, hace mas de setenta años, cuando según nos contaron algunos vecinos, el rumor de que un nahual recorría las calles de Acapantzingo en las noches comenzó a circular.
Algunos decían que se comía las gallinas, otros que los perros le ladraban desesperados al verlo pasar, hasta que una noche, uno de los vecinos lo vio, le disparó, y el nahual (mitad perro, mitad humano) salió corriendo, perdiéndose en la oscuridad.
Al otro día grande fue la sorpresa, cuando un vecino que vivía cerca del panteón amaneció con una herida en su pierna, y lo vieron caminando con dificultad por la calle Galeana.
¿Conocían esta historia?
Acapantzingo cuenta su historia
Siendo niño, ¿quién no soñó con portar un traje de chinelo y salir al ritmo de la banda a recorrer las calles de Acapantzingo?
Hace unos cuarenta años, nuestro vecino y amigo Antonio Correa así posaba para la foto con su traje de chinelo, en plena calle Galeana, según nos cuenta casi frente a la casa de Audelio VG .
¿Tienes fotos para compartir?
¡Mándanos mensaje con ellas!
No hay paisaje, en Acapantzingo, que haya sido mas veces modificado que la actual Unidad Deportiva "Chato Balderas".
De ser una mina de arena hueca hace mas de 60 años, pasó a ser centro de acopio de basura......aunque no lo crean, cientos de toneladas de basura sirvieron para rellenar el terreno donde actualmente se encuentran estas canchas.
Por aquellos años, era habitual sentir el olor apestoso a basura que llegaba desde ese lugar, así como escuchar las continuas quejas de las amas de casa por la cantidad de moscas que invadían sus hogares debido a los residuos que se acumulaban allí.
Una vez cerrado el tiradero, los mismo vecinos fueron ayudando con las tareas para rellenar y nivelar lo que hoy en día es la parte sur del campo. A veces, si ibas a pedir el campo para jugar un partido, te pedían a cambio un camión de arena.
Cuando el terreno comenzó a tomar forma, allá por 1984, jugar un partido en el Chato Balderas era salir empolvado de pies a cabeza, fue hace un poco mas de una década cuando le colocaron pasto sintético, y las condiciones mejoraron totalmente.
El "Chato Balderas" fue y es lugar obligado de paso para todo niño que creció en Acapantzingo, es espacio de gritar goles, celebrar victorias y lamentar derrotas, es emoción en sus tribunas, es el espacio donde el fútbol llanero aún es recordado como el inicio de lo que es hoy.
Otro día, hablaremos sobre quién fue el "Chato Balderas", personaje histórico de Acapantzingo a quien le debemos el nombre que lleva nuestra unidad deportiva.
¿Tienes alguna foto que quieras agregar sobre la unidad deportiva Chato Balderas?....compártela con nosotros!!!, también puedes compartir historias sobre este lugar tan emblemático de Acapantzingo.
Ustedes que todo lo saben ;) ¿ por qué calle de Acapantzingo van desfilando estos jóvenes de la secundaria 10 Miguel Salinas?
¡Si llegan a reconocer a alguno doble mérito!!!!
Durante el siglo pasado, en cada casa de Acapantzingo, no podía faltar.
El calendario de Galván se publicó originalmente para guiar la vida de los campesinos,
Para saber cuándo sembrar y cosechar basándose en las fases de la luna.
Con el paso del tiempo fueron agregándose artículos relacionados a la historia, filosofía, principios morales, etcétera.
En un principio tenía un tamaño compacto, de siete centímetros por diez centímetros luego aumentó a diez por quince.
El calendario de Galván se sigue editando desde hace 195 años.
¿Lo conocías?
Muy cerca de los límites del Ejido de Acapantzingo se encuentra este lugar.....
Para algunas familias un paseo, acostumbraban ir allí los fines de semana con sus hijos para que los niños jugarán entre "las bolas", que en realidad son esculturas que representan el sistema solar (se puede apreciar mejor desde una vista aérea)
Incluso algunos ejidatarios sacaban sus cargas de arroz por las calles de el nuevo fraccionamiento.
¿Recuerdas alguna historia de tu niñez vinculada con éste lugar?
Entre las muchas tradiciones que se han ido perdiendo, está la costumbre de arrullar al Niño Dios cada 24 de diciembre al finalizar la Misa de Nochebuena.
Con semanas de anticipación, el atrio de la iglesia de San Miguel Arcángel se llenaba de pequeñas voces que a coro entonaban un : Pica, pica perico, pica, pica la rosa, siguiendo el ritmo con sus bastones de madera decorados con cascabeles y llamativos colores.....o un dulce: A la rorro Niño, a la rorro ro, duérmete Mi Niño, duérmete mi amor, a la rorro Niño, a la rorro ro,que viniste al mundo sólo por mi amor...... eran las pastorcitas, que ya estaban ensayando para acunar a Jesús el 24 por la noche.
En los últimos tiempos, a principios del 2000 era doña Armanda Calderón, quien junto a sus nietas, organizaba a las niñas de la colonia para que ofrecieran este símbolo de amor a Jesús recién nacido, antes muchos años antes (y espero que me puedan ayudar con su memoria) fueron otras vecinas de Acapantzingo, fieles devotas, quienes se encargaban de organizar a las pequeñas vecinas que ofrecían este espectáculo mezcla de fé, tradición y amor a nuestros orígenes.
¿Te tocó participar siendo pastorcita?
¿Te gustaría que volviera esta tradición?
Es 12 de diciembre, desde temprano se escucha la campana de la iglesia invitándonos a Misa.
Entre vuelta y vuelta, los niños ya están vestidos con sus trajes de manta y sus huaraches, una mamá insistente dibuja nuevamente los bigotes de Juan Diego en la carita de su hijo. Otra rehace las trenzas que hace un rato estaban perfectas, y ahora se fueron deshaciendo. Es día de fiesta.
Todos se acercarán a la Guadalupana a dar gracias por la vida de sus niños, otros pedirán por su salud, porque le vaya bien en la escuela, porque con el tiempo se transforme en un hombre o una mujer de bien.
La fe nos mueve, nos contiene, nos hace ver con esperanza el futuro incierto.
¿Alguna vez te vestiste de "indito"? =)
¿Te animas a compartir tu foto?
=)
¿Ya listos para las posadas?...... en pocos días mas el aire frío de la noche se llenará de olor a ponche, y en alguna que otra calle de Acapantzingo se escuchará un animado "Dale, dale, dale no pierdas el tino"...... Claro, no nos olvidemos de la razón de todo esto: Dos humildes peregrinos buscando posada para que en unas semanas su Hijo llegara a este mundo.
¿Te acuerdas de alguna posada en especial a la que hayas asistido siendo niño en Acapantzingo?
13 de noviembre.
La pequeña ermita de San Dieguito (San Diego de Alcalá) luce bellamente decorada.
Cientos de papeles picados atraviesan la calle Galeana (hace muchas décadas llamada San Diego) indicando que hoy será día de fiesta.
Desde hace varios días un grupo de vecinos, encabezados por Audelio Vara (Yeyo) se dedican a armar la portada, engalanar con flores y diseños garigoleados el frente de esta antigua reliquia del poblado de Acapantzingo.
Historias hay muchas, aunque se desconoce a ciencia cierta el año de su contrucción, se sabe que durante la revolución fue casi destruída y vuelta a construir en el año 1945, cuando un grupo de jóvenes del poblado la acondicionó y agregó en su fachada tres arcos, con campanas, que luego durante su restauración hace unos pocos años fue quitado para darle su apariencia original.
En la mañana hubo mañanitas, en la tarde banda y chinelos, toda la calle Guerrero luce repleta de puestos y juegos.
A un costado, imponente, el infaltable castillo.
Un año mas, en Acapantzingo, San Dieguito se festeja.
"Hace ya muchas décadas, tal vez mas de las que recordamos, don Brígido Andrade conocido por todos como el "Chivo" se juntaba con amigos el día primero de noviembre. Subían al campanario de la iglesia de San Miguel y desde ese lugar tocaban la campana para dar la bienvenida a los difuntos.
Allí permanecían durante la madrugada anunciando la llegada de los muertitos, cada campanada nos iba indicando su llegada.
El "Chivo" no estaba solo, lo acompañaban el "Aguacate" y Rómulo Vara, el "Piojo", el "Gatito", don Flor, Don Chano, Don Serafín.
Con el paso de los años también se sumaron algunos muchachos del pueblo: Cachilo y mis hermanos Hugo y Bebeto, a mis hijos también les tocó acompañar a su abuelo en esta bonita tradición.
Algunas personas de las que nombro ya fallecieron, pero se les recuerda con mucho cariño.
Tristemente, esta tradición ya se perdió en Acapantzingo.
El dos de noviembre, mi papá y un grupo de amigos, contrataba una banda de música para que tocara en el panteón, los familiares que iban a visitar a sus difuntitos colaboraban a voluntad y se les entregaba un recibo.
Al finalizar se hacían cuentas, se le pagaba a la banda, y si sobraba dinero se le entregaba al comité de San Dieguito, para colaborar así con la fiesta que en pocos días se celebraría en el poblado".
Testimonio de Yolanda Andrade vecina de Acapantzingo, hija del Sr. Brígido Andrade.
Se acerca una de las fechas con más tradiciones, historias y anécdotas que tenemos.
Tiempo de ofrendas, de aromas de cempasúchil con copal, incienso y veladoras.
Días en los que el panteón se llena de visitas, de los de aquí y de los de allá.
¿Recuerdas alguna tradición en especial que se tenía en el pueblo?
¿Alguna historia que te hayan contado?
Compártela con nosotros en los comentarios.
En el año 1865, en una de sus tantas cabalgatas por los alrededores de Cuernavaca, Maximiliano se enamoró de Acapantzingo. Fue por esa época donde logró adquirir un amplio espacio sembrado con árboles frutales (aunque algunos pobladores originarios cuentan que los terrenos fueron cedidos al emperador a cambio de que finalizara algunos detalles que aún faltaban terminar en la iglesia de San Miguel).
Una vez que obtuvo el predio, con un proyecto del arquitecto Julius Hoffman, se edificó al estilo pompeyano con una piscina y un ambiente sencillo que generaba un estilo acogedor alejado de la estructurada corte y sus costumbres.
Hay investigaciones que aseguran que el nombre de "Olindo" tiene sus inspiración en el personaje homónimo de Torcuato Tasso en "Jerusalén liberada" donde Olindo y Sofronia aparecen como la pareja ideal del amor, ya que esta obra literaria era una de las favoritas de Maximiliano.
La casa fue habitada durante el primer semestre de 1866 y a finales de diciembre de ese mismo año, cuando la situación política ya no le favorecía a Maximiliano fue donada por él mismo al ayuntamiento local .
Incendiada, según el conocimiento popular, por las tropas juaristas, reconstruída y visitada por Porfirio Díaz en 1897 la "Casa de Maximiliano" o "el vivero" como la conocemos los pobladores de Acapantzingo se ha transformado en un orgullo arquitectónico e histórico para nuestro poblado.
En las fotos podemos ver planos originales y diseño de lo que fuera la residencia por pocos meses de los emperadores.
Información seleccionada de textos de INAH y del X Estudios del Segundo Imperio.
En las fotos imágenes del diseño interior y exterior de la casa, y de los planos
"Yo empecé a la edad de 13 años a enflorar portadas, con una persona que se llamaba Don Carmelo Aguilar"
Desde hace mas de 60 años, empezó a decorar portadas para las iglesias. Junto a Don Carmelo Aguilar, como guía, y junto a otros jóvenes como Polo Quevedo.
Audelio Vara Gómez es una figura distinguida de Acapantzingo.
Su sonrisa amigable, sus anécdotas, su conocimiento de las tradiciones del poblado hacen que sea una persona reconocida dentro de Acapantzingo.
Comenzó ayudando al legendario Don Carmelo y luego a hacer figuras con las flores, y cada vez fue mejorando su técnica y conocimiento sobre este arte indiscutible que no se estudia en ningún lado y que solo la práctica y el amor por las tradiciones lo puede dar.
Su mayor preocupación: que este noble oficio de decorar con flores para cada fiesta patronal no se pierda.
Por eso durante los meses de Mayo, Septiembre, Noviembre y diciembre lo podemos ver frente un arco acomodando flores, buscando figuras, e invitando siempre a quien se quiera sumar.
Hoy en día con la ayuda de Lalo Valora y otras personas del poblado mantiene viva esta esencia de realizar un arco para las andas, la portada de la iglesia, los tableros.
La imaginación es elemento fundamental a la hora de realizarlos. Deja que su instinto de colores e ideas lo vayan guiando. Con diferentes tipos de flores y follajes los va diseñando.
Originalmente realizadas con flores naturales traídas por Yeyo y por Don Carmelo directamente desde los campos de Tenancingo, la iglesia o las capillas de Acapantzingo se veían repletas de vívidos colores.
Después de horas de trabajo intensas, llega el momento de seleccionar las frases que colocarán en la parte alta del arco.
Siempre inspirado por su gran fe, se encarga de elegirla y diseñarla para que de manera perfecta quede centrada y alineada: San Miguel bendícenos, esa fue la frase que se diseñó en la portada de este año que junto a varios vecinos, entre ellos parte de los descendientes de Don Carmelo Aguilar, ha ido enflorando.
Yeyo cuenta que con el paso de los años las técnicas han ido cambiando. Originalmente la estructura de la portada se hacía con vástagos de rosales, hoy en día las portadas ya son mas reforzadas con alambre grueso, fierro, zacate y madera lo que les evita tener que hacerlas nuevas cada año.
Crisantemos, margaritas, claveles, pinochos, todas se suman para lograr un maravilloso resultado.
En pleno 2023, Yeyo se ha trasformado en un maestro de esta tradición, con sus dibujos gargagoleados, su perfecta combinación y elección de flores y de colores
Entre las curiosidades que nos cuenta, por ejemplo, la portada de San Diego se lleva mas de nueve mil flores artificiales. ¡Imaginen el increíble trabajo de colocar esa cantidad de flores en la estructura.
A lo largo de los años Yeyo ha intentado enseñar este noble oficio a los más jóvenes, que se enseñaran y que amaran esta tradición de Acapantzingo, aunque tristemente se ha encontrado con el desinterés de los vecinos.
"Yo quisiera que alguien me ayudara, mi sueño es hacer en San Miguel una portada grande como la de San Diego, pero yo solo ya no puedo".
La próxima fiesta patronal, cuando un día antes escuches los cohetes ¡acércate!, ¡revive y reafirma las tradiciones de nuestro poblado!, Acapantzingo tiene un patrimonio cultural enorme, está en nosotros conservarlo para las generaciones futuras.
Y la próxima vez que veas a Yeyo, lo cruces en alguna calle de Acapantzingo, agradécele por ser un promotor permanente de nuestras tradiciones.
¡Gracias Audelio Vara Gómez "Yeyo" por trabajar tanto por nuestro poblado!.
Acapantzingo en el mapa.
"El movimiento revolucionario destruyó todas las fuentes de información. Todo se destruyó, todo se vendió como papel viejo y carros enteros de ferrocarril fueron transportados a la ciudad de México con valiosos documentos del Estado para terminar sirviendo de envolturas comerciales".
Domingo Diez.
Así fue como mucha información topográfica de nuestro estado, municipio o poblado se perdió.
Sin embargo, y gracias a un extenso trabajo de recopilación y reconstrucción algunos mapas se han salvado.
Uno de ellos data del año 1866, durante el Imperio de Maximiliano y muestra a la ciudad de Cuernavaca conectándose con Acapantzingo a través del Camino a Acapantzingo o Camino de San Pablo.
A pesar de contar con mas de 150 años, ya aparece marcado el Camino de "Acaptzingo" (erróneamente escrito) probablemente por haber sido el lugar donde se encuentra la Casa de Maximiliano (actualmente Museo Etnobotánico, sede del INAH).
Allí podemos encontrar el croquis de un pequeño poblado donde se distingue la Iglesia de San Miguel Arcángel (marcada con una diminuta cruz) y la entrada a la Casa de Maximiliano. Con cuadrados o rectángulos, apenas perceptibles, aparecen marcadas algunas construcciones, a orillas de las calles que recién se iban delimitando. Podemos adivinar el trazo de las actuales Rufino Tamayo, Galeana, 16 de Septiembre, Arteaga, Matamoros y el callejón Degollado (todos estos nombres actuales), por lo cual debemos considerar esa zona como el casco original de lo que hoy es el Poblado de Acapantzingo.
En 1901 se realizó el segundo mapa de Cuernavaca, allí nuevamente aparece Acapantzingo.
En él están perfectamente señaladas la Capilla de San Diego, número 20, y la iglesia de Acapantzingo, número 21, (no se señala si ya era dedicada a San Miguel).
Sobre la barranca podemos distinguir el puente de Acapantzingo, número 36 (actual puente sobre Rufino Tamayo, también conocido a principios del siglo pasado como puente de San Pablo) y finalmente con el número 52: la Casa y Jardín de Maximiliano.
Resulta mas que importante recordar que durante el quinto censo que se realizó en el país que fue allá por 1930 Acapantzingo contaba con un poco mas de 470 habitantes, así que imaginemos que la cantidad de población que había allá por 1,866 o 1,901 (años en que se realizaron estos dos levantamientos) la cantidad de habitantes estaba muy por debajo de esos números.
Gracias a revista "El tlacuache", publicación del INAH por las imágenes de los mapas.
Texto y descripción realizado por "Acapantzingo cuenta su historia".
¿Sabías que una de las campanas que aún forma parte de la Iglesia de San Miguel Arcángel fue fabricada por los habitantes originarios de este poblado?
¿Conoces la historia?
En pocos días mas te la estaremos contando.
Si conoces algún detalle mas sobre esta historia, ojalá puedas comentarlo.
Poner un negocio en la puerta de la casa siempre fue una de las mejores soluciones para aumentar los ingresos.
Claro que si hablamos del ingenio mexicano, este no tiene límites para lograrlo.
Allá por los setentas, en muchas casas de Acapantzingo, por la 16 de septiembre o por Galeana, se improvisaban puestos de revistas donde por unos centavos podíamos disfrutar de la renta de alguna revista.
El proceso era sencillo: elegías tu revista de caricaturas favorita, pagabas, te sentabas en la banqueta y a disfrutar de tus personajes preferidos para después de haberla leído devolverla.
Así pasábamos minutos riendo con las historias de Memin Pingüin, Hermelinda Linda, Kaliman, Lágrimas y risas......¿y ustedes de cuál se acuerdan?, ¿alguna vez rentaste alguna y te sentaste en la banqueta a leerla?
¿Reconocen de dónde es esta vista aérea?.
¿De qué año calculan que será la foto? .
Cuenta la historia que hace muchos años, mas de los que la memoria pueda recordar.....un vecino de la calle Morelos, el General Anzueto, regaló a los habitantes del Poblado de Acapantzingo un San Isidro Labrador.
San Isidro no está solo, viene acompañado de una yunta y de un angel que como bien relata su historia, va sembrando por él.
Desde el día en que el pueblo recibió este San Isidro se hizo tradición que cada domingo visitara una casa distinta.
Es por eso, que todos los domingos y a veces hasta entre semana, se escuchan cuetes anunciando la salida de San Isidro de un hogar, y la entrada a otro.
La ceremonia es sencilla: mayordomos y vecinos acompañan a este santo peregrino, se reza un Santo Rosario, y se canta el himno a San Isidro.
Flores y veladoras acompañarán a San Isidro durante esa semana que permanecerá en el hogar de un vecino hasta el siguiente domingo cuando emprenderá camino, en brazos de sus fieles hacia otro lugar.
Detrás de San Isidro y el Angel, un terciopelo rojo es lugar obligado para colgar figuras de niños, animales, un brazo, una pierna.......muchos de estos milagritos cuentan historias de cosas pedidas y concedidas.
El Santo peregrino solo vuelve a la iglesia para celebrar su día: el15 de Mayo. Para ser festejado, y recordar como muchos de nosotros que Acapantzingo se formó con gente de campo.
Ser niño en Acapantzingo, hace mas de 50 años, era ser dueño de incontables guayabos y mangos que crecían por todos lados.....era ser amo y señor de empolvadas calles que casi no conocían de carros pero sí de partidos improvisados disputados de portería a portería imaginarias donde el gol era gritado a los cuatro vientos y la derrota silenciada en el berrinche de haber perdido.
Ser niño era toda una aventura, podíamos ir al ejido acompañando a nuestros padres, montar un caballo manso, recorrer la vereda que nos llevaba hasta las parcelas y perdernos en ese mar de arroz que tantas satisfacciones dió a quienes lo cultivaban.
Era esperar ansiosos que llegara el día de mu***os, para bajar el panteón y ayudar a acarrear agua con cubetas para ganarnos unas monedas.
Era soñar con un futuro escolarizado mientras bajábamos por la polvorienta calle del panteón para ir a la escuela, casi escondida en lo que había sido una mina.
Ser niño fue fantástico, con sus limitaciones y sus encantos. Con las navidades improvisadas y con los reyes que nos visitaban de vez en cuando.
Los que lo vivimos anhelamos y recordamos con amor esa época maravillosa de nuestra infancia.
Haciendo memoria muchos recuerdan que la calle 5 de Mayo (hoy Rufino Tamayo) tenía una característica casi única: UN ARBOL DE MANGO A MEDIA CALLE........ ¿Se acuerdan de eso?
Cuentan los que recuerdan, que por estos días era cuando una triste rama de huizache se transformaba casi por arte de magia, en un hermoso arbolito de Navidad.
Algunos lo pintaban de blanco, otros lo dejaban al natural, decorado con figuras, o con lo que se pudiera se convertía en el centro de la alegría de todos los niños, que en estas épocas sabían que "algo pasaba" porque había piñatas repletas de fruta y ponche en la iglesia de San Miguel, la alegría era colectiva, y todos juntos se preparaban para esperar la Navidad.
*Fotos de Colecciones Mediateca INAH
Cuentan los que recuerdan, que en Acapantzingo había misteriosos túneles y cuevas.
Algunos hablan de túneles que conectaban la casa de Maximiliano (actual Jardín Etnobotánico) con el Jardín Borda o con la Catedral y que eran testigos de las escapadas de Maximiliano hacia Acapantzingo para ver a la "India Bonita", personaje del cual hablaremos en algún otro momento ya que existe una verdadera controversia sobre su existencia.
Lo cierto es que resulta casi impobible imaginar que existieron túneles que atravesaban barrancas para llegar desde nuestro poblado hasta esa parte del centro de la ciudad, por lo cual casi todo queda en suposiciones que no se llegan a comprobar.
Con las cuevas hay mas certeza de su existencia.
Las historias nos remiten a algunos puntos de Acapantzingo, casi en lo que actualmente es Jardines de Acapantzingo. En esa zona era toda una aventura descubrir cuevas. Por aquellos años, carentes de linternas, prendían cartones aceitados para alumbrarse, y armados solo con una cuerda que ataban en la entrada de la cueva iniciaban la aventura del descubrimiento.
¿Escuchaste hablar alguna vez de estos túneles o cuevas?
¡
A C A P A N T Z I N G O....
V I V A S A N D I E G U I T O!!!!!!!!!
Cuentan los que saben, que el 2 de noviembre era día de fiesta en Acapantzingo.
Por aquel entonces el panteón no tenía la barda alta como hoy lo conocemos, sino un tecorral que lo rodeaba, y la entrada principal era por la calle Galeana.
Después de haber pasado la tarde entre panteones, flores y ceras, iniciaba el recorrido.
Llevando entre las manos algún que otro costal, los más jóvenes y no tanto, iniciaban un recorrido por las calles del poblado. Acompañados por la tradicional música de la banda que por aquel entonces tenía el pueblo, continuaba la fiesta.
Ya casi al final, regresaban cansados, alegres y con sus costales cargados de frutas, y algún que otro dulce que provenía de las ofrendas que estaban siendo levantadas.
Durante muchos años se realizó esta tradición, que llegó a su final por una triste desgracia que hubo por esos años.
Ya se aproxima otra de las fiestas mas importantes de nuestro poblado.....buscando entre viejas fotos, encontramos esta postal de San Diego, de fondo el altar de la iglesia de San Miguel.....¿Sabías que originalmente San Diego era el Santo Patrono de Acapantzingo?. Según cuenta la historia San Miguel Arcángel fue traído de Chapultepec (San Miguel Chapultepec en 1743, hoy San Juan Evangelista).
"Chapultepec conservó por patrono hasta mediados del siglo XVIII a San Miguel Arcángel, y fue solo por un problema entre familias de caciques que se puso bajo la adoración de San Juan Evangelista, llevándose a San Miguel a Acapantzingo, dejando una parte del poblado bajo protección de San Diego de Alcalá el cual se sigue venerando en su pequeña ermita".
No sabemos de qué fecha es esta postal, tal vez si se fijan en la manera en que decoraban el altar podrían ayudarnos a resolver esta duda. .......
Que este 29 de septiembre no falte la cruz de pericón en tu puerta......
Hablar del circo, para los que nacimos y crecimos en el siglo pasado =) resulta siempre una experiencia maravillosa. A lo largo de nuestra infancia fuimos ruidosos testigos de actos que nuestros ojos no podían creer.
La fiesta iniciaba cuando nos enterábamos que el circo llegaba a Cuernavaca. La avioneta pasaba sobrevolando Acapantzingo y otras colonias pobladas, tirando papelitos, anunciando la llegada del CIRCO.....¿Quién de nosotros no gritó "Echen papelitos" al paso de la avioneta?. Por aquellas épocas, en los 60-70 el circo se instalaba en la parte norte del recientemente inaugurado mercado Adolfo López Mateos (recordemos que este centro comercial abrió sus puertas en 1964).
Es por eso que hoy en día, a esa zona del mercado muchos la conocen así, como "El circo".
Era en esa área donde comenzaba la magia.
En poco tiempo ese espacio se transformaba y llegaba a ser el sitio donde convivían animales salvajes y artistas de increíbles talentos.
Allí pudimos conocer seres vivos que pocos imaginábamos magistralmente domados por el hombre, y comprendimos que el suelo no era el límite, sino que había trapecistas que "volaban" y desafiaban la ley de gravedad.
Claro que no faltaban los payasos que nos arrancaban carcajadas, magos, malabaristas, y nosotros como únicos espectadores que al sabor de las palomitas, tortas y refrescos disfrutábamos de la función...
Y cómo olvidar al globo de la muerte?.....esa inmensa esfera de metal dentro de la cual tres motociclistas daban vueltas, esquivándose evitando chocar entre sí.... y no podía faltar el fotógrafo que a las carreras tomaba fotos y las vendía, una foto como la que compartimos aquí, del famoso circo Unión que mas tarde pasó a llamarse circo Fuentes Gasca.
Fue una época maravillosa.
En ese entonces era el Circo Unión el que ocupaba ese espacio.
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