Ernesto Maria Caro, Sac.
Página de evangelización del Padre Ernesto Maria Caro.
Este pasaje de la Escritura con frecuencia es mal entendido, pues parecería que el mismo Jesús está en contra de la ley de Dios que dice: "honrarás a tu padre y a tu madre", ¿cómo es que ahora nos pone como condición para seguirlo el aborrecerlos?
Para ello, basta leer con detenimiento el versículo 25, pues, Jesús nos está hablando de una "preferencia". Esto quiere decir que el Reino tiene precedencia incluso, sobre los valores que podríamos considerar más nobles como es el padre y la madre e incluso la misma vida.
Por ello, al entrar en conflicto los valores del Reino con cualquier otro valor "incluido el de la familia", ha de tener prioridad el Reino, aun cuando esto pueda ser sumamente doloroso, pues exige renuncia y supone la cruz. Jesús nos invita a tenerlo como el valor central de nuestra vida. La pregunta que surge es: ¿Está realmente Jesús al centro de tu vida y de tus valores?
Comentario de la Semana # # Ordinario, Ciclo B
✨ENTREGA A DIOS ¡TODO TU CORAZÓN!✨
Cuando amas en verdad a Dios por sobre todas las cosas, los mandamientos dejan de ser vistos como mandamientos y transforman tu vida a un estado natural de correspondencia a ese amor tan grande que él ha dado primero, esto, a su vez, se trasmite a todas las áreas de nuestras vidas, y todo lo que nos rodea entra en plenitud de amor, paz, felicidad. La vida adquiere el verdadero sentido, amar a Dios y amar al prójimo. Y ¿por qué esto es lo más importante de toda nuestra vida? Acompáñame a meditarlo reflexionarlo a la luz de la Palabra.
¡Sigamos evangelizando juntos! 🙏🏻🕊️
P. Ernesto María Caro
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Entrega a Dios ¡todo tu corazón! | Padre Ernesto María Caro | Padre Ernesto María Caro Cuando amas en verdad a Dios por sobre todas las cosas, los mandamientos dejan de ser vistos como mandamientos y transforman tu vida a un estado natural de c...
La liturgia nos propone este texto, donde nos enseña que la vida cristiana está cimentada en la caridad, y nos invita a que trabajemos en esta área tan importante de nuestra vida, ya que nuestro juicio finalmente será en base a la caridad.
Y esto no significa que las prácticas religiosas o nuestro conocimiento bíblico o teológico no sean importantes; por supuesto que lo son, pues deben ser un medio para que crezca en nosotros la fe y, con ello, la caridad. Empecemos por cosas simples, por ejemplo, visitar a los miembros de nuestra propia familia.
¿Hace cuánto que no visitas a tus abuelos o tíos que están enfermos o necesitados? ¿Qué calidad de visita es la que practicas con ellos: la clásica visita de doctor? Si no somos capaces de vivir lo más sencillo, atendiendo a nuestra propia familia, qué difícil será que lo hagamos por los demás. No olvidemos que en esto se está decidiendo nuestra felicidad.
San Mateo ha querido presentar esta enseñanza de Jesús en una gran catequesis, para que ésta sea para los cristianos, lo que fue para los judíos la ley: norma de vida. Por ello nos presenta a Jesús que, como Moisés, sube al "monte" y desde ahí instruye al pueblo. La catequesis empieza con la palabra "Bienaventurados" que puede ser también traducida como "Feliz" o "Dichoso" o quizás como las tres juntas.
La palabra en griego "macario" significa una alegría profunda e interior que está relacionada con la paz y el gozo. Con esta interpretación resulta paradójico, de acuerdo a los criterios humanos decir: "felices los que lloran, felices los pobres, felices los mansos, felices los perseguidos por ser cristianos", sin embargo, esta es una realidad auténtica, pues la verdadera felicidad, el gozo, la alegría, no están donde el mundo nos las propone, sino en donde Jesús nos lo dice: "Sólo en él", llevando una vida auténticamente cristiana.
La felicidad que encontramos en el mundo es pasajera, la que nos ofrece Jesús y su Evangelio es total, duradera y definitiva. Si verdaderamente quieres ser un "macario", un lleno de la alegría, la paz y el gozo de Dios, esfuérzate todos los días por vivir de acuerdo al Evangelio.
¡Claro que todos los cristianos debemos celebrar una fiesta llamada Halloween! Es nuestra velada que nos prepara para alegrarnos por la fiesta de todos los santos que ya gozan del Reino eterno, pero entre el marketing y el satanismo nos la han arrebatado.
Una fiesta llamada Halloween ¡Claro que todos los cristianos debemos celebrar una fiesta llamada Halloween! Es nuestra velada que nos prepara para alegrarnos por la fiesta de todos los s...
Un pasaje lleno de enseñanzas nos presenta la liturgia de hoy, pues Jesús nos invita a reflexionar en si nuestra vida verdaderamente ha cambiado; si verdaderamente hemos entrado en un proceso de conversión o somos como la higuera de la parábola. Jesús quiere nuestra conversión, pues esta es la única manera de agradar a Dios en esta vida y aseguraremos nuestra estancia en el cielo.
Nos ha insistido sobre esto de muchas maneras: nos ha invitado a retiros, a pláticas en la Iglesia; nos ha enviado amigos para hablarnos de su amor y de su plan de salvación y quizás nuestra respuesta ha sido la del evangelio de hoy: Yo estoy bien, no necesito de esto. Esto es para los pecadores, para los que están mal, pero yo estoy bien.
Hay que revisar a conciencia nuestra relación con Dios y pensar: Si hoy fuera mi último día en la tierra, ¿encontraría el Señor frutos en mi vida? ¿Hallaría frutos de bondad, de justicia, de amor, de perdón, de paciencia? El viñador le pide una nueva oportunidad y el Señor la concede. Aprovechemos nosotros también esta oportunidad para que nuestra vida dé frutos en abundancia; esto no sólo dispondrá nuestra vida para la eternidad, sino que además, a los que viven con nosotros, los haremos inmensamente felices.
Es increíble hasta dónde puede llegar la ceguera del hombre.
Para la gente que vivió en el tiempo de Jesús no eran suficientes todos los signos, los milagros, las curaciones que realizó. ¿Y qué decir de nosotros? Somos muy inteligentes para conocer hasta los más recónditos misterios de la ciencia, pero muchas veces nos pasa desapercibido el Dios del amor, que día a día, nos da muestras de su presencia entre nosotros y nos invita a vivir en él. Se habla hoy mucho de visiones, de catástrofes, de violencia, guerras. Es cierto, estos son "signos de los tiempos" y por lo tanto, palabra de Dios. Es una palabra que nos hace ver que el pecado sólo lleva a la destrucción, que la fe verdadera es creer como creyó Abraham, como creyó María: en la oscuridad.
Debemos, pues, estar atentos: Dios nos habla, su palabra es, ha sido y será siempre: Yo te amo.
En el pasaje de hoy, Jesús nos dice que él conoce a sus ovejas y que sus ovejas lo conocen a él. Me pregunto, ¿es que realmente conozco a Jesús? ¿Qué es en realidad lo que conozco de él? La triste realidad de muchos de nuestros hermanos es que no conocen a Jesús porque no leen la Sagrada Escritura.
Por eso decía san Jerónimo, que desconocer la Escritura es desconocer a Jesús. Este conocimiento nos va llevando de la mano hasta llegar a tener la experiencia profunda e interior de Jesús, el conocimiento íntimo, que nos lleva a conocer y a gustar interiormente, como decía san Ignacio de Loyola, el amor de Dios.
Si todavía la lectura del Evangelio no es un hábito en tu vida, dedica algo de tu valioso tiempo a encontrarte con Jesús por medio del estudio de la Biblia que te lleve a conocerlo más profundamente. Conoce a Jesús y verás, como dice el salmo: “Qué bueno es el Señor.”
Dios ha puesto en nuestras manos muchos bienes materiales, humanos, espirituales. Nos ha dado la gracia, la vida; nos ha encomendado el cuidado de nuestros amigos y hermanos para que los ayudemos a llegar a la santidad; nos ha puesto a algunos de nosotros como administradores de bienes y nos ha encargado la promoción de nuestros subordinados.
Todos, cada uno según sus carismas y el llamado propio, hemos sido constituidos en administradores de los bienes del Señor, por ello valdría la pena hoy revisar cómo hemos administrado nuestros bienes materiales.
Para quien está casado ¿cómo ha dirigido su casa, su familia y a los hijos? Para quien tiene responsabilidades con subordinados ¿cómo los ha tratado y ayudado en su promoción integral? No se te olvide lo que hoy dice el Señor que “a quien mucho se le confió, mucho se le exigirá”.
Comentario de la Semana XXIX Ordinario, Ciclo B
✨EL PREMIO LO VALE TODO✨
¿Qué estarías dispuesto a dar en cambio por abundancia sin límite, paz inagotable, gozo eterno, en fin, por lo más valioso en lo que se pudiera pensar? Pues eso es exactamente lo que nos ofrece Dios en sus promesas. ¿Estarías dispuesto a darlo todo, absolutamente todo, por esa riqueza sin fin? En esta reflexión pondremos las cartas sobre la mesa, y verás si tu apuesta es lo suficientemente grande como para ir por todo, arriesgándolo todo.
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P. Ernesto María Caro
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El premio lo vale todo | Padre Ernesto María Caro ¿Qué estarías dispuesto a dar en cambio por abundancia sin límite, paz inagotable, gozo eterno, en fin, por lo más valioso en lo que se pudiera pensar? Pues ...
En diferentes ocasiones hemos escuchado rumores sobre el "fin del mundo". Esto con frecuencia produce inquietud y desasosiego en muchos cristianos, lo cual nos lleva a perder la paz y la libertad que Dios nos regala.
Todos estos rumores sólo buscan confundirnos. Hoy hemos escuchado que el regreso de Cristo, y con ello el fin del mundo, es algo que llegará de sorpresa. Por ello es necesario vivir preparados.
Quien vive en gracia y de acuerdo al Evangelio no está preocupado de cuándo o a qué hora llegará; sabe que cuando llegue será el día más feliz de su vida pues lo verá tal como es y así, su amor y su felicidad, serán colmados. No nos dejemos engañar, y vivamos siempre listos, en la alegría y la paz de Dios.
Jesús continúa llamando hombres y mujeres de todas edades y condiciones para que se unan al grupo de apóstoles, al grupo de hermanos y hermanas que, infatigablemente, anuncian por doquier la Buena Nueva del Evangelio.
No siempre es fácil pues, por un lado nos encontramos con la fragilidad de la naturaleza humana, y con ello, la pereza, el desinterés, la pena, la falta de preparación y, por otro lado, con la dificultad propia de presentar a los demás un mensaje que, a simple vista, parecería traer sólo más problemas y restricciones a la vida.
Sin embargo, si nosotros le respondemos con generosidad, como lo hizo san Lucas y muchísimos hermanos y hermanas a lo largo de la historia, lograremos establecer el Reino, y con ello, llegará la paz y la armonía a nuestra casa, a nuestra sociedad, en fin, a nuestro mundo. No dejemos a Jesús trabajar solo, únete hoy a su equipo de evangelizadores, te lo aseguro: No te vas a arrepentir.
El mundo está hoy necesitando que los cristianos retomemos nuestro papel como profetas. Hombres y mujeres que sepan hablar con valentía, que tengan el coraje de anunciar el Reino y de denunciar aquello que se opone a éste. No es fácil, pues la suerte del profeta siempre es la misma: el desprecio, el descrédito, incluso la muerte.
Sin embargo, ¿cómo podemos quedarnos callados cuando vemos que nuestro mundo va caminando a la oscuridad; cuando los valores morales van desapareciendo, cuando el cristianismo se ha hecho una rutina ritual en lugar de una forma de vida? ¿No te parece que ya es tiempo de tomar de nuevo nuestro papel como bautizados, como heraldos de la buena noticia del Evangelio?
Comentario de la Semana XXVIII Ordinario, Ciclo B
✨¿AMAS LO QUE DIOS AMA?✨
“El hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios” nos dice la Sagrada Escritura, y esto debería causarnos una profunda reflexión para que hagamos un verdadero cambio de actitud en las cosas que se han vuelto obligadas y no encuentran un sentido en el amor de Dios, que es abundancia para nuestras vidas. En esta reflexión buscaremos como elegir siempre esa sabiduría de Dios por sobre todas las cosas y redescubrir ese plan perfecto preparado para nuestro gozo y alegría.
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¿Amas lo que Dios ama? | Padre Ernesto María Caro “El hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios” nos dice la Sagrada Escritura, y esto debería causarnos una profunda reflexión para que hagamos ...
Una cosa que no nos ayuda a crecer en santidad es el maximizar lo que quizás no es importante y minimizar lo que sí lo es. Hoy en día, como en el tiempo de Jesús, se le da mucha importancia a la "exterioridad".
Incluso, en el sacramento de la Reconciliación, se amplifican algunas de las faltas y se pasa por alto la caridad. Existen personas que, cegadas por algunas faltas, muchas veces de índole totalmente exterior o fallas en el carácter, no son capaces de ver sus faltas al amor hacia Dios y la caridad hacia los hombres.
Bien valdría hoy la pena que revisaras cuáles son tus criterios y tus prioridades; cuáles son las cosas verdaderamente importantes para ti, pues de esto dependerá fundamentalmente tu vida moral.
Este discurso de Jesús se genera a propósito de la expulsión de un demonio. Con este pasaje nos deja en claro la existencia de los “ángeles malos” o demonios. Esto lo digo porque hoy es común encontrar personas que niegan su existencia y atribuyen la acción demoniaca a factores únicamente “psicológicos” o “paranormales”. Esta es una de las tácticas favoritas del enemigo del Reino, pasar inadvertido, de incógnito, para tomar a sus víctimas por sorpresa. Es real.
Si bien es cierto que difícilmente puede tomar posesión de una persona, para lo cual necesita un permiso especial de Dios, se ensaña destruyendo o dañando la vida de quien le da cabida, sea con base en la tentación (medio ordinario de su acción), sea mediante la perturbación (la cual requiere una permisión de parte nuestra).
Los juegos como la ouija, la lectura de las cartas y el café, la consulta de adivinos, abren la puerta para que Satanás pueda tener acceso a nuestra vida, no sólo mediante la tentación, sino a ciertas áreas de nuestra vida (pues debilita la fe y la gracia, que son nuestras barreras contra su obrar). Quien ha tenido trato con estas cosas debe confesarse y pedir al sacerdote que ore por él mientras se hace una profesión de fe y se renuevan las promesas bautismales. Si sabes de alguien que ha estado en contacto con esto, es tu deber como cristiano de advertirle y ayudarlo para que pueda recobrar la gracia y cerrar su puerta a la acción del demonio. De esta manera estarás, como Cristo, construyendo el Reino.
Esta oración, a pesar de parecer tan simple, es la oración más perfecta que existe. Sobre todo, porque nos revela que Dios es un Padre y que se comporta como tal. Por ello nos podemos acercar con toda confianza a él sabiendo que no fallará.
La Iglesia lo ha reconocido así, y por ello, recomienda que se rece tres veces al día: en la mañana como parte de las Laudes, en la Misa, y al caer la tarde como parte de las Vísperas. Esta pequeña oración bien rezada tiene una profundidad tan grande que es capaz de llevarnos incluso a las más altas contemplaciones; el problema es que está tan desgastada que la mayoría de los cristianos la dicen de memoria y como pericos.
Intenta este día rezarla en paz, con un corazón abierto al Señor y verás cómo la presencia de Dios se hace realmente fuerte en tu vida