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Treceava Parte: DOS PARTIDOS DE FÚTBOL Y UNA MISMA REBELDÍA.
“El fútbol es la continuación de la política por otros medios”.
Don Durito de La Lacandona (“DD”, para efectos legales).
Noviembre del 2023.
I.- Vísperas de la Travesía por la Vida-capítulo Europa.
Se ha recibido un reto futbolístico de un equipo femenil de la Europa que resiste y lucha.
El SupGaleano se ha autodesignado “director técnico” del equipo “Ixchel – Ramona”, formado por milicianas. Como debe de ser, el Sup ha estudiado al equipo rival. Reúne a las compañeras que harán el viaje. Analiza con detalle las habilidades y características de cada una de las jugadoras. Va con el Subcomandante Moisés y da su diagnóstico: “nos van a hacer pedazos”. El SubMoy lo queda viendo con cara de “¿y?”, como dándolo por descontado. Pero el ahora finado no ha terminado: “Pero tengo un plan secreto, como dice la Dení. Con eso revolucionaremos el balompié y lo redefiniremos en su esencia: el juego”.
El Subcomandante Insurgente Moisés, coordinador de la gira, está bastante atareado con los cursos de preparación, las actas de nacimiento, los pasaportes y el diseño de la ruta a seguir, así que deja que el SupGaleano proceda “a discreción”. El prospecto de finado sonríe y sentencia: “Discreción es mi segundo apellido” (no me pregunten cuál era su primer apellido porque se necesitarían varias cuartillas para explicarles).
El difunto en ciernes inicia la preparación del equipo femenil. Pero, para que su estrategia tenga éxito, necesita el apoyo del temible, terrible y terrorífico “Comando Palomitas”, el cual, en ese momento está tratando de abrirle un boquete al navío escuela en el que se preparó el llamado “Escuadrón 421”. Desilusionados porque, antes de terminar la zapa debajo de la línea de flotación, el buque se ha transformado en un imponente avión de dos motores dos, fueron a consultar con el SupGaleano qué podrían hacer para prenderle fuego a la aeronave. El Sup los convenció de que no convenía quemarlo, que era mejor esperar a que estuviera en pleno vuelo para derribarlo desde dentro. El amado Amado y el Chinto objetaron: si se cae el avión, también caerá el Comando Palomitas. El Sup respondió que no era momento de detenerse en pequeñeces. Además, el Comando era requerido para una labor más elevada, valga la reiteración, que sabotear un viaje aéreo que ni siquiera completaba la paga para los boletos, ya ni hablar de la falta de pasaportes, y de que la mayoría de la denominada “División Aerotransportada La Extemporánea” se mareaba en el camión de redilas.
Reunidos el Comando Palomitas, el Sup, el Tzotz, el Tragón y la Pelusa en el bunker ultrasecreto que está en el templete del Puy de la zona Tzotz Choj, se procedió a afinar los detalles de lo que, de ahí en adelante, sería conocido mundialmente como el “Brillante y Excelso Plan para Derrotar a un Rival Mejor Preparado, Entrenado y Equipado que Nosotras” (BEPDRMPEEN, por sus siglas en español), subtítulo “Y eso que tienen mejor técnica y dominio del balón”.
La reunión top secret siguió su curso normal. Es decir, el Chuy le quitó a la Lupita la paleta de chamoy, la Verónica le dio un zape al Chuy y, como si fuera el Supremo Gobierno, se quedó con la paleta del Chuy, la de la Lupita y la suya propia. El Chinto y el amado Amado insistían en que sus bicicletas se habían descompuesto “así nomás” y que el Monarca tenía que ver de arreglar. La Pelusa, el Tragón y el Tzotz se asomaban a la mesa buscando galletas, y el Sup impartía la cátedra magistral de “Cómo ganar un partido de fútbol con todo en contra”.
El aparente caos se aplacó cuando el Sup sacó, a saber de dónde, una caja de “Choki La Galleta Diabólica”, y sólo entonces -después de que se despacharon 5 paquetes-, se repartieron las misiones, se hizo el cronograma, y se atascaron con el sexto paquete “en honor a los futuros caídos”. “Y caídas”, se sintió obligado en agregar el Chuy, sólo para recibir de la Verónica otro zape modelo “la igualdad de género no aplica en la desgracia”. La Lupita aprobó la acción con la paleta de chamoy que el Sup le dio para que no siguiera llorando.
Fueron entonces el “tres veces T” Comando Palomitas, el Sup y el ala canina del comando, al semillero y, con las milicianas reunidas, se explicó y practicó el nuevo esquema “pasivo-agresivo” que, como debe de ser, tenía como núcleo protagónico al mentado Comando.
Siguiendo la antigua y probada regla zapatista de “No juegues con las reglas del enemigo”, el Sup desarrolló una especie de mezcla de rugby, con dramaturgia decimonónica, con algo de Anime, con cine muy a lo Hollywood esquina con Cannes, con el impresionismo de Monet, una pizca de Allan Poe cruce con Conan Doyle, algo de la épica de Cervantes, la brevedad de Joyce, la perspectiva de Buñuel, una pizca de Brecht mezclado con Beckett, la sazón de unos tacos al pastor, una cumbia así muy rebajada -raspadita pues-, la Anita Tijoux y la Shadia Mansour rompiendo fronteras -Palestina libre-, y, bueno, no tomé el apunte de todo, pero ya sólo faltaba el balón.
La estrategia en cuestión tenía 3 fases:
La primera era que la Verónica agarraba un muñequito zapatista y se dirigía decidida a la portería contraria, se plantaba frente a la portera enemiga y le hablaba en Cho´ol. La portera, por supuesto, no entendía nada, pero ahí estaban la Lupita y la Esperanza Zapatista que le traducían con señas que la niña le daba el muñequito. Y la Esperanza, como su nombre lo indica, se ofrecía a tomarle una foto con la niña y el muñequito. Para la foto, le decía que dejara el balón, porque la Verónica quería que la abrazara. En el momento en que esto ocurría, la Esperanza pateaba el balón “al fondo de las redes” y todo el equipo gritaba “¡Gol!”. Se practicó infinidad de veces con éxito. Lo único que no se pudo lograr es que la Verónica no le quitara el muñequito a la portera y saliera corriendo.
La segunda variante consistía en que la portera zapatista recibía el balón, se lo colocaba bajo la camiseta deportiva, como si estuviera embarazada y empezaba a caminar como si tal. Todo el equipo zapatista se acercaba a ayudarla y llevarla a los servicios médicos. Claro, como estaban en territorio extraño, las compañeras se equivocaban e iban a dar frente a la portería enemiga, donde, milagro, la portera zapatista “se aliviaba” del balón que, rodando apenas, rebasaba la línea enemiga y se daba a luz un gol que olvídate del Messi y el Cristiano. Mientras, el TTT Comando Palomitas rodeaba a la hermana responsable de la pizarra para “exhortarla” a dar por bueno el tanto conseguido “con el sacrificio de la compañera zapatista y su pichito balón”.
La tercera variante implicaba un riesgo para la protagonista, ya que debía fingir un desmayo. Se practicó sólo una vez en el semillero porque ahí el terreno es de grava (piedra y arena), y se esperaba que en el campo enemigo hubiera pasto. La compañera debía desmayarse a medio campo. El Subcomandante Moisés, alarmado, correría para ver a la compañera y, con él, toda la banca zapatista se volcaba. Todas las compañeras clamaban, en sus respectivas lenguas maternas, por el servicio médico. Como era de esperar, el enemigo no tendría servicio médico, así que se tendría una camilla preparada con antelación. La árbitra querría llamar a los paramédicos, pero el SubMoisés alegaría usos y costumbres de los pueblos originarios, así que mismo zapatistas levantan a la desmayada y la colocan en la camilla. Confundidas por el dolor y la pena de ver a su hermana de lucha caída en combate, las milicianas no atinarían en dirigirse a la banca cargando la camilla, así que terminarían por llegar hasta la portería enemiga. En ese momento, los más primeros dioses, los que nacieron el mundo, harían su trabajo y la compa herida se despertaría sin necesidad de que ningún sapo macho, plebeyo o de la realeza, la besara, y encontraría el balón a sus pies, justo en la línea de gol y con un puntapié sellaría el destino. Era de esperar que, animadas por la alegría de ver a su compañera a salvo, las milicianas gritaran “¡Goool!” Para ese momento, el Comando Palomitas ya estaría al pie del marcador para asegurarse de que se celebrara la vida.
La cuarta no muy recuerdo – ya sé que dije que eran 3, pero ¿no eran 4 los tres mosqueteros? -, aunque era semejante en ingenio, creatividad y picardía a los otras tres.
Según me platicaron las milicianas a su regreso, en los territorios que llaman “Italia” y “Estado Español”, las hermanas enemigas entendieron rápido de qué iba el asunto y empezaron a jugar con el mismo estilo. No sé si se podría calificar por la FIFA como balompié pero, a juzgar por las fotos y videos que me mostraron, aquello fue una fiesta. Resultado: no hubo quien ganó ni quien perdió… y la Verónica regresó con el muñequito que, era de suponer, pertenecía al ahora difunto SupGaleano. No, no se lo devolvió.
“Y ése fue el mensaje para las geografías de todo el mundo: no juegues con las reglas de tu enemigo, crea tus propias reglas”, me declaró el SupGaleano antes de su postrer suspiro.
-*-
II.- ¿Cuántos Chipres caben en un juego de fútbol?
Esto me lo relató el Subcomandante Insurgente Moisés, al contarme detalles y anécdotas del llamado “capítulo Europa” de la Travesía por la Vida. Lo que a continuación relato es lo que logré rescatar de la narración, llena de admiración y respeto, del Subcomandante Moisés.
“Hay una geografía que se llama Chipre. Bueno, de ahí que está partido, o sea pedaceado. Hay chipriota, hay grecochipriota y hay turcochipriota y no me acuerdo cuánto más que se apellidan chipriota. Los capitalistas la dividieron esa tierra, la pedacearon. Y también pedacearon a su gente, su lengua, su historia, su cultura. Y resulta que, aunque es una isla pequeña, pues todos los dineros la quieren y, como hacen de por sí, los dividen, pero cada parte quiere la parte del otro. O sea que en medio de los poderosos y sus guerras, quedan los pueblos.
Bueno, entonces hay un equipo de fútbol en esa geografía que se llama Chipre. Tiene buenos jugadores y son profesionales. O sea que su trabajo es jugar fútbol. Entonces están perdiendo varios partidos y se reúnen entre ellos para analizar y se dicen que es que pierden porque está mal la estrategia de los partidos. Van y le dicen al dueño del equipo, o sea al patrón, que están perdiendo por esa causa, que ellos ya pensaron en una estrategia más mejor y así van a ganar más partidos.
El patrón, o sea el dueño del equipo, los mira con desprecio y les dice: “ustedes ganan o pierden según a mí me convenga. A veces me conviene que pierdan y así se va a seguir”.
Los jugadores saben jugar muy bien, pero también tienen bueno su corazón. Entonces como quien dice se rebelan. Se dicen resistencia y rebeldía, pero en su lengua. Y mandan al dueño del equipo, o sea al patrón, al diablo. Entonces hacen su propio equipo de fútbol. Y se organizan y hacen un su estadio. Esa tierra está dividida, así que, en medio, dicen “en tierra de nadie”, por ahí hacen su estadio y entonces invitan a jugar y a practicar a todo el que quiera. Los otros grupos y colectivos que luchan los apoyan y se organizan bien. No importa si eres chipriota, grecochipriota, turcochipriota o chipriotanoséqué. No se cobra, es voluntario lo que cada quien quiera dar. O sea que, como quien dice, la paga no es lo que importa. Entonces, cada tanto hacen sus partidos y no hay divisiones de nacionalidades, ni religiones, ni banderas, sólo hay fútbol. Y es como una fiesta.
O sea que, como quien dice, esos hermanos lo rompieron esas fronteras que pusieron los patrones y los dueños.
“O sea que como que hicieron su caracol. ¡Tienen un caracol futbolero! Les dije que a ver cuándo se puede que hacemos un juego de fútbol allá en su tierra o acá en tierra de nadie”, dice el Subcomandante Insurgente Moisés, vocero de las comunidades zapatistas, jefe del EZLN, y coordinador de la Travesía por la Vida.
-*-
Vale. Salud y que los juegos, como lo son las rodadas, no sean una competencia sino pretextos para convivir entre diferentes.
Doy fe.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
El Capitán.
México, noviembre del 2023. 40, 30, 20, 10, 2 años después.
https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2023/11/23/treceava-parte-dos-partidos-de-futbol-y-una-misma-rebeldia-el-futbol-es-la-continuacion-de-la-politica-por-otros-medios/
POEMA EN DOS TIEMPOS Y UN FINAL SUBVERSIVO
https://enlacezapatista.ezln.org.mx/1994/09/22/poemas-en-dos-tiempos/?fbclid=IwAR19Pxql1N0UJciWCi4QgGz8n6hHvB6uYarpKCdFap1bcZlMD0NNWxJHt6o
TIEMPO I
Resbalé
por
la
sonrisa
de una palabra
taladrada.
Ése es mi origen…
Pero,
no recuerdo
si fui
expulsado
o
tomé mis cosas
y
me descolgué
pensando…
TIEMPO II
Fueron
palabras
las
que
nos
crearon.
Nos
formaron,
y desplegaron
sus
hilos
para
controlarnos.
FINAL SUBVERSIVO
Pero
yo
sé
que
algunos
hombres
se reúnen
en cavernas,
y CALLAN…
Los zapatistas no estaremos solos nunca más…
Desde las montañas del sureste mexicano
Subcomandante insurgente Marcos
En este país de dolorosa historia llamado México,
abrazado por el mar y, pronto, con el viento a su favor.
Septiembre de 1994, mes en que la historia
le recuerda a este país que Chiapas es todo México.
P.D. que, de la mano de Toñita, viene a pedir un cuento. La Toñita ha decidido adoptar un olote (la mazorca del maíz pero ya sin el grano) y botar el ingrato conejito que no sabe vivir en el lodo. Viene la Toñita a pedir un cuento. Por lo visto no le preocupa en lo más mínimo que yo esté escribiendo y se sienta, con su olote, perdón, su muñeca en brazos. Yo empiezo a pensar una disculpa pero la Toñita no tiene trazas de aceptar nada que no sea un cuento. Yo suspiro y enciendo la p**a para darme tiempo. Entre bocanadas de humo empiezo a contar:
Una noche, una lluvia, un frío
Diciembre de 1984
El viejo Antonio mira la luz. En la hoguera el fuego espera, inútilmente, la carne del venado «cola blanca» que salimos a «lamparear» sin éxito. En la hoguera bailan los colores, hablan. El viejo Antonio mira el fuego, escucha.
Arrastrándose, apenas disputando el sonido de grillos y el balbuceo de las llamas, en las palabras del viejo Antonio se va tejiendo una historia de muy lejos, cuando eran muy mayores los mayores y los viejos del hoy andaban todavía dando tumbos en la sangre y el silencio de una hoguera, como la de esta noche, pero diez, cien, mil, un millón de noches antes de ésta sin venado y con frío, con lluvia, sin nadie que nos lleve la cuenta.
En el principio era el agua de la noche. Todo era agua, todo noche era. Andaban los dioses y los hombres como loquitos, tropezando y cayendo como viejitos bolos. No había la luz para mirarse el paso, no había tierra para acostar el cansancio y el amor. No había tierra, no había luz, no era bueno el mundo.
Entonces los dioses, en la noche, en el agua, se fueron a topar unos con otros y se enojaron y empezaron a decir palabras fuertes y grande era el enojo de los dioses porque grandes eran los dioses. Y los hombres y las mujeres, pura oreja, puro tzots’, hombres y mujeres murciélago, se escondieron del ruido de los grandes enojos de los dioses. Y entonces los dioses se quedaron solos, y cuando pasó su enojo se dieron cuenta de que solos estaban, y grande fue su pena de estarse solos y, apenados como estaban, se dieron en llorar los dioses y grande fue su llanto porque sin los hombres y mujeres los dioses solos estaban. Y lágrima y lágrima, y llanto y llanto, más agua vino al agua y no había remedio pues seguían la noche y el agua llenándose de tanta agua y noche, de la pena llorada de los dioses. Y los dioses tuvieron frío, porque estando solo se siente frío, y más si todo es agua de noche. Y pensaron los dioses en llegar a un buen acuerdo que solos no los tuviera, que trajera a salir de las cuevas a los hombres y mujeres murciélago, que trajera la luz que alumbrara el paso y la tierra trajera para acostar el amor y el cansancio. Y entonces los dioses sacaron acuerdo de ponerse a soñar juntos y llegó en el acuerdo de su corazón de soñar la luz y la tierra soñar. A soñar el fuego se pusieron y agarraron el silencio que nomás por ahí andaba y se soñaron un fuego y, en medio del silencio, del agua-noche que llenaba todo, en medio de los dioses, una herida apareció, una rajadita sobre el aguanoche, una palabrita así chiquita que se bailaba y grande se hacía y chiquita y se alargaba y gorda y flaca se ponía y se bailaba en el centro de los dioses que eran siete porque ahora se veían que eran siete y se vieron y se dieron en contarse y se llegaron al siete porque eran siete los dioses más grandes, los primeros. Y rápido se dieron los dioses en hacerle casita a la palabrita ésa que en medio bailaba, que en silencio bailaba. Y se dieron en arrimarle otras palabritas que salieron de sus sueños, y «fuego» le llamaron a esas palabritas que se bailaban, y ya juntas hablaron y se empezó a traerse la tierra y la luz alrededor del fuego, y los hombres y mujeres murciélago se salieron de las cuevas y se asomaron y se vieron y se tocaron y se amaron, y ya había luz y tierra había, y ya se miraba el paso y ya se acostaban el amor y el cansancio… en la luz… en la tierra. Y a los dioses no los vieron porque se fueron a hacer asamblea general y estaban en su champa y no salían y nadie podía entrarse porque los dioses estaban haciendo acuerdo. Y en la champa los dioses sacaron acuerdo de que el fuego no se apagara porque mucha era el agua-noche y poca la luz y la tierra.
Y se llegó en el acuerdo de llevar para arriba el fuego, para el cielo, para que el agua-noche no lo alcanzara. Y mandaron decir a los hombres y mujeres murciélago que se tuvieran dentro de las cuevas porque iban a levantar el fuego, hasta el cielo dijeron. Y una rueda hicieron los dioses en torno al fuego y echaron en discutir quién debía llevar el fuego para arriba y morirse abajo para vivir arriba y no se ponían de acuerdo los dioses porque no se querían morir abajo los dioses, y dijeron los dioses que vaya el dios más blanco, porque era el más hermoso y así el fuego sería hermoso allá arriba, pero el dios blanco fue cobarde y no quería morirse para vivir, y entonces el más negro y más feo de los dioses, el ik’, dijo que él lo llevaba para arriba al fuego y se dio en agarrarlo el fuego y se quemó con el fuego y negro se puso y gris después y blanco y amarillo y naranja después y rojo luego y fuego se hizo, y se levantó palabriando hasta el cielo y ahí se quedó redondo y en veces es amarillo y en veces naranja, rojo, gris, blanco y negro, y «sol» le pusieron los dioses y más luz se llegó para más paso mirar y más tierra se vino y el agua-noche se echó para un lado y se vino la montaña. Y el dios blanco quedó tan apenado que mucho lloraba y por mucho llorar no miró su camino y se tropezó y se dio en caer en el fuego y se levantó también al cielo, pero más triste su luz que echaba porque mucho lloraba por su cobardía y una bola de fuego triste, pálido, del color del dios blanco, se quedó a su lado del sol, y «luna» le pusieron los dioses a esta bola blanca. Pero el sol y la luna ahí nomás se estaban y no se caminaban y los dioses se miraron con pena y grande fue su vergüenza y se aventaron todos al fuego y entonces se empezó a caminar el sol y la luna se puso a irse detrás de él, para pedirle perdón dicen. Y hubo día y hubo noche y los hombres y mujeres murciélago se salieron de las cuevas y la hicieron su champa cerca del fuego y estaban siempre con los dioses de día y de noche porque de día el sol y la luna de noche. Lo que siguió después no fue acuerdo de los dioses, ellos ya se habían mu**to… para vivir…
El viejo Antonio separa, con sus manos, un tizón de la hoguera. Lo deja en el suelo. «Mira», me dice. Del rojo, el tizón sigue el camino inverso que el señor negro del cuento: naranja, amarillo, blanco, gris, negro. Aún caliente, las manos callosas del viejo Antonio lo toman y me lo da. Yo trato de fingir que no me quema, pero lo suelto casi inmediatamente. El viejo Antonio sonríe y tose, lo vuelve a tomar del suelo y lo remoja en un charquito de agua de lluvia, de aguanoche. Ya frío me lo vuelve a dar.
«Toma… recuerda que el rostro cubierto de negro esconde la luz y el calor que le harán falta a este mundo», me dice y se me queda viendo.
«Vámonos», agrega mientras se incorpora, y agrega: «esta noche el «cola blanca» no vendrá, el comedero no está huellado».
Yo hago por apagar la fogata, el viejo Antonio me dice, ya con su morraleta al hombro y la chimba en la mano, «Déjalo así… con este frío hasta la noche agradece un poco de calor…».
Nos fuimos los dos, en silencio. Llovía y sí, hacía frío…
Otra noche, otra lluvia, otro frío
17 de noviembre de 1993
Décimo aniversario de la formación del EZLN. El Estado Mayor zapatista se agolpa en torno al fogón. Están los planes generales y se han avanzado detalles a nivel táctico. La tropa se ha ido a dormir, sólo los oficiales con grado de Mayor permanecen despiertos. Está también el viejo Antonio, es el único que puede franquear todas las postas zapatistas y entrar donde sea sin que nadie se atreva a impedirle el paso. La reunión formal terminó y ahora, entre bromas y anécdotas, se trazan planes y sueños. Surge el tema de los rostros cubiertos, que si paliacates, que si antifaces, que si máscaras de carnaval. Voltean a verme.
«Pasamontañas», les digo.
«¿Y cómo vamos a hacer las mujeres con el pelo largo?» pregunta y protesta Ana María. «Que lo corten su pelo» dice Alfredo.
«¡N’ombre! ¿Cómo crees? Yo digo que hasta falda deben llevar» dice Josué.
«Que lleve falda tu abuela» responde Ana María.
Moisés mira el techo en silencio y rompe la discusión con un «¿Y de qué color los pasamontañas?».
«Café… como la gorra», dice Rolando. Algún otro dice que verde. El viejo Antonio me hace una seña y me aparto del grupo. «¿Tienes el tizón de la otra noche?», pregunta. «Sí, en la mochila» respondo. «Ve por él» me dice y se encamina al grupo en torno al fogón. Cuando regreso con el tizón todos están, en silencio, en torno a la fogata y con el viejo Antonio mirando fijamente el fuego, como la noche aquella del venado «cola blanca». «Aquí está», le digo y pongo el negro tizón en su mano. El viejo Antoniome mira fijamente y pregunta: «¿Recuerdas?». Asiento en silencio. El viejo Antonio pone el tizón en medio del fuego. Primero gris, blanco, amarillo, naranja, rojo, fuego. El tizón es ya fuego y luz. El viejo Antonio me mira otra vez y se va por entre la niebla… Todos quedamos mirando el tizón, el fuego, la luz.
«Negros», digo.
«¿Qué»?, pregunta Ana María.
Yo repito sin dejar de mirar el fuego: «Negros, los pasamontañas serán color negro…». Nadie se opone…
Otra noche, otra lluvia, otro frío
30 de diciembre de 1993
Las últimas tropas inician su marcha para tomar posición. Un camión se atasca en el lodazal, los combatientes empujan para sacarlo. El viejo Antonio se me acerca con un cigarro apagado en la boca. Se lo enciendo y enciendo la p**a con la cazuela boca abajo, técnica que inventé a fuerza de lluvias. «¿Cuándo?», pregunta el viejo Antonio. «Mañana», respondo, y agrego: «Si llegamos a tiempo…». «Hace frío…» dice él y se cierra la vieja chamarra. «Mmmmh» respondo. Forja otro cigarro mientras me dice: «Necesita algo de luz y calor esta noche». Le sonrío mientras le muestro el pasamontañas negro. Lo toma en sus manos, lo examina, me lo devuelve. «¿Y el tizón?» pregunta. «Se hizo fuego esa noche… no quedó nada» le digo apenado. «Así es de por sí» dice el viejo Antonio con la voz quebrada. «Morir para vivir» dice y me da un abrazo. Se pasa la manga por los ojos y murmura «llueve mucho, ya me mojé hasta los ojos». El camión se desatascó y me llaman, volteo a despedirme del viejo Antonio. Ya no estaba…»
Toñita se levanta para irse. «Falta el beso», le digo. Se acerca y rápido me pone el olote en la mejilla, se corre. «¿Y eso?» protesto. Contesta riendo: «Es tu beso pues… el cuento era para el muñeco, así que ya te dio tu beso». Se va corriendo…
P.D. que reitera el saludo inicial
Hombres que son capaces de volar bajo el suelo,
para quienes no hay ámbitos ni grandes ni imposibles,
con la mirada tensa, prorrumpen en el vuelo
gladiadores, temibles.
Miguel Hernández
Hugo, tzeltal de sangre y mexicano por derecho e historia, fue de la primera generación de responsables políticos del EZLN. Fue de los primeros fundadores de lo que ahora se conoce como Comité Clandestino Revolucionario Indígena y formó a toda una generación de nuestros jefes: Raúl, Juan, Gabino, Gustavo, Ramón, Simón, Fernando, Maxo y otros, ahora miembros del CCRI, aprendieron de Hugo el modo de organizar y dirigir los preparativos de la guerra. Hugo, nombre de guerra de este príncipe tzeltal, en porte y nobleza, escogió el apelativo de «señor Ik‘» («Señor Negro») para identificarse en las comunicaciones. Poco a poco el «Hugo» se fue perdiendo y sólo se le conocía por «el señor Ik‘». Y así recorrió cañadas y municipios explicando el significado de las 4 siglas que, después, darían la vuelta al mundo. Con el cargo de jefe del Comité Clandestino Revolucionario Indígena Tzeltal y miembro del CCRI‑CG del EZLN, el señor Ik‘ marchó al frente de una parte de las tropas que tomaron la cabecera municipal de Ocosingo el día primero del año 94. Cuando, el día 2 de enero, los federales atacaron la plaza, el señor Ik‘ permaneció combatiendo para proteger la retirada de sus compañeros. En la confusión del repliegue de las últimas tropas, el señor Ik‘ quedó en la lista de desaparecidos. Llegaron, después, distintas versiones: que lo vieron peleando todavía el día 4 por el rumbo del IMSS-Coplamar, que el día 3 ya lo habían visto mu**to, con un arma enemiga en la mano y frente a un federal mu**to, que estaba vivo y preso, que se había escapado. Nunca supimos si su cuerpo está en una de las fosas comunes clandestinas que los federales hicieron para esconder su brutalidad y su falta de honor militar. O si, como ahora se dice en las montañas, el señor Ik‘ no murió, sino que vive como una luz que aparece, de tanto en tanto, por entre cerros y cañadas, con el sombrero y el caballo de Zapata. Como el dios negro del cuento del viejo Antonio, el señor Ik‘, con su muerte, dio luz y calor a estas tierras, y vida a la lucha que renace a pesar de todo. El 10 de abril de 1994, al compás del himno zapatista que se entonaba en la ceremonia militar, la mujer del señor Ik‘, que aún lo espera (como todos nosotros), parió un niño. Cosas de estas tierras, de estos mares…
P.D. que se despide con un «no me olvides». En la grabadorita, mientras se imprime el rollo anterior, se escucha a León Felipe decir…
Todos somos marineros
que saben bien navegar.
Todos somos capitanes,
capitanes de la mar.
Todos somos capitanes
y la diferencia está
sólo en el barco en que vamos
sobre las aguas del mar.
Marinero, marinero,
marinero capitán,
que llevas un barco humilde
sobre las aguas del mar.
Marinero capitán,
no te asuste naufragar
que el tesoro que buscamos,
capitán,
no está en el cerro del puerto
sino en el fondo del mar.
Poemas en dos tiempos POEMA EN DOS TIEMPOS Y UN FINAL SUBVERSIVO (Publicado el 22 de septiembre de 1994, suplemento especial de La Jornada) TIEMPO I Resbalé por la sonrisa de una palabra taladrada. Ése es mi origen& #823…
https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=216029301181169&id=100083223014467&mibextid=Nif5oz
NO
NAN, nantli
TZIN
mi
madre
honorable/ venerable
Cinteotl
Tonacatecuhtli Huehueteotl- Tonacacihuatl, Ometeotl
Tlatlauhqui Tezcatlipoca, Xipe Totec
Yayauhqui Tezcatlipoca, Yaotl
Quetzalcoatl
Huitzilopochtli
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Aventurarnos en la negrura para crear poder
Pronóstico del tonalli MATLAKTLI WAN SE TEKPATL (11 CUCHILLO DE PEDERNAL) (Par 50 de 52)
Inicia: Miércoles 29 de Junio (12:00 PM)
Finaliza: Jueves 30 de Junio (11:59 AM)
Tomado de la lámina 8 del tonalamatl in extenso del Códice Borgia.
DESCRIPCIÓN
La escena inferior nos muestra a un hombre desnudo cayendo a las entrañas de la tierra. Observemos la textura propia de Sipaktli, monstruo de la tierra y ser que da nombre al primero de los 20 signos del Tonalpowalli. También podemos notar claramente el ojo de esta creatura mítica, así que nuestro personaje prácticamente está descendiendo a sus fauces. Esto ocurre de noche en oscuridad profunda; los ojos estelares resplandecen (estrellas).
En la imagen superior un personaje muy bien ataviado, porta joyas y collar de turquesa con cascabeles de oro. Sentado en el ikpalli o asiento señorial, levanta un tekpatl (navajón de pedernal) con mango. Lo acompaña una ofrenda de tamales y un platón con una pieza de carne.
RECOMENDACIÓN: Aprovecha la parte nocturna de cada tonalli (día) para crear ritualidad.
INTERPRETACIÓN
En la imagen inferior, es importante destacar que el personaje tiene los ojos abiertos; es decir está vivo y plenamente consciente de su acción. Estas imágenes deben leerse como metáforas; por tanto el individuo se está aventurando en la negrura, lo profundo, lo desconocido, un inframundo. Esto puede ser la muerte, el sueño, las capas más rebuscadas de la mente, la interacción con entidades. Su atrevimiento, su osadía le harán ganar poder.
La imagen superior es el ritual de un personaje pleno, virtuoso. Su pensamiento es florido, bello, como lo indica la diadema de flores que porta. Levanta el tekpatl que es instrumento sacrificial y arma. Llama la atención el respaldo de su ikpalli, hecho con piel de oselotl; condición que otorga un vínculo con lo nocturno. Quizá esté velando armas previo a una cacería nocturna o un combate. Quizá ofrende ese alimento, es decir, ayune. Pero lo que no queda en duda, es su impecabilidad.
Arte, acuarela y diseño: Gerardo Ingram; basado en la lámina 8 del Tonalamatl in extenso del Códice Borgia. Textos: Gerardo Ingram y Nawi Atl.
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Espacio de reflexión decolonial sobre el mundo mesoamericano y las naciones indígenas del siglo XXI
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Sueverzone fundación es un proyecto que integra distintas disciplinas de arte, publicidad y marketing.
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Venta de telas tipo WAX traídas de Africa y Europa varios modelos, realizo envíos por medio de Dhl
Plaza Fray Andrés De Castro 27, Centro
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Espacio abierto para todo público donde además de la librería del Fondo de Cultura Económica, se
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Emprendimiento en el desarrollo de la cultura en áreas naturales como espacios donde se fomente y d
Calle Ciprés
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Viajes aéreos sobre centros recreativos, religiosos y poblados
Calle Sor Juana Inés De La Cruz #209 Cuautitlán Estado De
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Somos promotores de mesas de dialogo sobre temas historicos y del recate de monumentos historicos en Cuautitlán México.
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S**t (Social Club of Arts Toluca) es un espacio de expresión artística, donde lo principal es la músi