Los Elegidos
Somos un equipo dedicados a comprobar la existencia de un segundo plano.
(CITY VERACRUZ)
BIENVENIDOS SEAN A LA PÁGINA...NO SE PIERDAN LAS TRANSMISIONES EN VIVO,EN LAS CUALES SE HARÁN EXPLORACIONES URBANAS EN DISTINTOS LUGARES CON ACTIVIDAD PARANORMAL.
Pan de mu**to
Me di cuenta de que era primero de noviembre por el olor a incienso que se impregnaba por todos lados. Ese aroma ya se había combinado con el olor a tabaco en mi ropa.
Bajé del camión, caminando de regreso a casa, cansado, pensativo y estresado por el día de trabajo y el tráfico. Crucé la avenida para dar vuelta en la cerrada que me llevaba a casa, y justo en la esquina, una señora anciana, delgada y muy alta, se me acercó para ofrecerme pan de mu**to.
Sacó un trozo de uno que ya tenía abierto y me dijo:
—Ven, acércate. Está muy rico el pan. No te arrepentirás.
Cuando estiró su mano, me percaté de la tez de su piel, extrañamente pálida y pegada al hueso. Sus dedos flacos y largos dejaron caer un pedazo de pan en la palma de mi mano.
Para no hacerle un mal gesto o parecer grosero, le sonreí y le di las gracias.
—Gracias a ti —respondió, mientras también sonreía.
Comí el pan de un solo bocado. La masa se deshacía en mi paladar y endulzaba mi lengua. Terminé chupándome los dedos para limpiar el azúcar que había quedado en ellos, y no pude concentrarme en otra cosa que no fuera el exquisito sabor del pan.
El toque a naranja era delicioso y se percibía de inmediato, pero a su vez, otro sabor y olor me hizo cerrar los ojos para identificarlo y disfrutarlo, pues era tan sabroso como inusual. Quedé paralizado unos segundos, relamiéndome los labios.
Cempasúchil.
Era cempasúchil. Al reconocer el sabor, abrí los ojos solo para darme cuenta de que el paisaje urbano de la colonia se había transformado en un enorme campo abierto lleno de velas, donde varios caminos se adentraban hacia una montaña gigantesca.
Caminé por el sendero más iluminado y, justo frente a mí, cuatro diferentes puentes que atravesaban un abismo se columpiaban suavemente al ritmo de un viento malicioso. Di unos pasos más y vi que la montaña era, en realidad, una pirámide gigante. El abismo era un río que se asemejaba más a un mar embravecido por lo intimidante de sus aguas oscuras.
Iba a seguir caminando cuando una mano se posó sobre mi hombro para detenerme: la misma mano, pálida y huesuda, que me había dado el pan de mu**to.
Mi cuerpo, frío e inerte, quedó desparramado en la banqueta, y la señora del pan de mu**to desapareció entre las calles de la ciudad, gritando entusiasmada:
—¡Prueben el rico pan de mu**to!
Mientras guardaba su guadaña.
(de Drak Oz)
Créditos: Marisol Yañez
Esta historia pasó en la ciudad de OAXACA por 1920, cuando aún era una ciudad pequeña y los pueblos aledaños quedaban un poco lejos.
Contaba mi abuelita que cuando el abuelo era joven una vez venia entrando al pueblo cuando vio a una mujer muy hermosa que le llamaba con la mano, el la empezó a seguir, pero cada vez que casi se acercaba a ella, ella como que corrí rápido y así hasta que se dio cuenta que ya iba a pasar un río y que la mujer en lugar de correr flotaba, entonces cuando vio que ella se alejaba aprovecho para regresar corriendo a la entrada del pueblo, dice que aunque oía su nombre no volteó ya que sabe que eso era malo.
Así hasta que llego a una de las primeras casas y entro ( antes solo se acostumbraba dejar la casas con las puertas de madera emparejadas. No se cerraban como ahora.
Los dueños de la casa lo auxiliaron y le dijeron que fumara un cigarro 🚬 para que el mal no lo siguiera.
De ahí mi abuelita siempre nos decía que había que fumar un cigarro 🚬 cuando entraba el último de la casa para no agarrar mal aire.
Ahora también se usan los inciensos para ahuyentar los malos espíritus.
Los Elegidos
Todos creemos que cosas , como brujas , la llorona y otros entes y espantos solo pasan en ciudades pequeñas o pueblos alejados y que pasa si no es así .
Esto sucedió el sábado pasado por la madrugada.
Dama de blanco o la llorona
Cómo cada fin de semana en mi colonia un grupo de jóvenes se reúne para divertirse, como se imaginarán lo que más abunda en esa reunión es la bebida,aún que hemos sufrido una onda de calor , por las noches llega a llover un poco , yo me fui a dormir, cuando por un frío raro que sentí me desperté me levanté pensando que llovía me asome por la ventana para ver si era así pero lo único que se veía era una neblina anormal , una señora mayor abuela de un par de los chicos que estaban reunidos salió y les gritó muchachos tontos que no sienten eso entren o los van a asustar , sus nietos le dijeron ay abuela ya vas a iniciar con tus cuentos y siguieron con su reunión , en ese momento unos de ellos fueron a comprar más bebida eran cerca de las 3 am , si en la colonia aún a esa hora hay negocios abiertos , se subieron a su moto y en cuanto dieron la vuelta regresaron gritando que se metieran , los demás pensaron que solo los querían asustar y no hicieron caso solo los que iban en la moto se metieron , yo pensé como ellos que era una broma y cerré mi ventana , cuando escuché los gritos de los otros diciendo groserías y entrando a sus casas ,yo solo sentí el frío anormal y vi la neblina no me asome , pasados unos minutos de un silencio muy raro de nuevo se sintió el calor normal , me dormí y al otro día al salir a comprar algunas cosas escuché como algunos de los que estaban reunidos decían , hasta lo borracho se nos bajo, cuando la abuela nos diga algo ay que hacerle caso , otro que iba llegando en burla les dijo ahora que les pasó y uno de ellos dijo se que te burlaras pero ayer vimos a una señora de blanco , el otro comenzó a reír y les dijo tan tomados estaban que ya alucinaban , pero otro le dijo noo en verdad vimos una señora de blanco este y yo , señalando a otro de ellos , íbamos llegando y para no vernos mal íbamos a ir a comprar más para tomar , pero en cuanto dimos la vuelta una señora de blanco salió de la nada no íbamos a hacer caso hasta que vimos que flotaba , nos regresamos y les dijimos a los otros , no nos hicieron caso hasta que vieron como la señora de blanco dio la vuelta y llegando junto a ellos vieron que no caminaba flotaba , fue cuando todos corrieron y hasta lo borracho se les bajó , la abuela al verlos entrar les dijo se los advertí ya los asustaron por andar tomando en noches como estás , les conto que su madre les decía que en noches de calor cuando llega un frío raro deben entrar a casa por qué la dama de blanco se les aparece , algunos creen que es la llorona pero a diferencia de esta , no grita solo trae la neblina y el frío y es peor cuando les toca en carretera por qué se puede subir a los autos y hacerlos desbarrancarse .
Ustedes creen que los entes solo se manifiestan en pueblos y ciudades pequeñas o también se pueden manifestar en ciudades grandes?
Créditos a quien corresponda.
Los Elegidos
los elegidos
Era tarde y la calle estaba desierta cuando me di cuenta de que alguien me seguía. Aceleré el paso, pero los pasos detrás de mí hicieron lo mismo. Giré la esquina y vi los baños públicos de la vieja estación. Sin pensarlo, me zambullí dentro y cerré la puerta de golpe.
El corazón me latía con fuerza mientras intentaba controlar mi respiración. Sabía que no tenía mucho tiempo. De repente, escuché el chirrido de la puerta del baño abriéndose lentamente. Contuve el aliento y me escondí en uno de los cubículos, cerrando la puerta con cuidado.
A través de la rendija, vi una sombra alargada moviéndose por el baño. Era mi perseguidor. Sentí un frío helado en la espalda cuando la figura se detuvo justo frente a mi cubículo.
Silencio. Todo era silencio. De repente, la puerta del cubículo comenzó a moverse, como si alguien estuviera empujándola desde afuera. Me eché hacia atrás, presionando mi espalda contra la pared. El picaporte giró lentamente, y la puerta se abrió un poco.
Con el pánico subiendo, intenté abrir la puerta del cubículo para escapar, pero estaba atascada. La figura oscura entró al cubículo, sus ojos vacíos clavándose en los míos. Era imposible moverse. Estaba atrapado.
Con una sonrisa macabra, el perseguidor susurró: "No hay escapatoria."
Mis gritos fueron sofocados por el eco del baño vacío mientras la puerta se cerraba, sellando mi destino en ese oscuro y ma***to lugar.
Créditos a quien corresponda
los elegidos
LOS VAMPIROS DEL PANTEÓN.
Los tres caballeros victorianos atravesaron el desolado cementerio. El frío imperaba entre las brumas nocturnas y se hacía sentir calando sus huesos. Lucían prolijas camisas, corbatas y trajes con chalecos, cubiertos por largos abrigos que los protegían de la helada nocturna. Sus sombreros hundidos hasta la frente completaban el sobrio atuendo.
Tras dar muchas vueltas los exploradores ubicaron el ingreso que conducía al panteón. Con cautela, y disimulando su miedo, penetraron rumbo al enorme interior bajando por los escalones de piedra. En el neblinoso recinto se palpaba una vetusta sordidez. Desde las derruidas columnas que flanqueaban el pórtico, hasta las rotas y descabezadas estatuas de mármol esparcidas en el suelo polvoriento, todo olía a vejez y muerte. Carecía de ventanas ese antro claustrofóbico, y por las rendijas del techo el viento gemía ululante.
El dato que los había guiado hasta allí parecía inverosímil. Pero los detectives estaban resueltos a terminar con esa pesadilla a cómo diese lugar. Por eso el inspector Johnson, líder de la pequeña comitiva, traía esa afilada estaca dentro del bolso que cargaba a su espalda .
La incursión nocturna del terceto de policías era clandestina. Si sus superiores lo hubieran sabido los habrían arrestado o, peor aún, habrían dispuesto su reclusión en un manicomio. Pero estaban desesperados, tanto como para creer la versión de que ese sá**co criminal no era humano, sino un engendro de las tinieblas: un vampiro.
Desde semanas atrás, las orillas del río Támesis se habían teñido de sangre. La muerte estaba convertida en ama y señora. Mujeres, hombres e incluso niños, conformaban las patéticas víctimas del asesino vampiro. Y ellos, los encargados de salvaguardar a la población británica llegaban siempre tarde, sólo para recoger los cuerpos. Esos cadáveres exangües con dos profundos orificios en sus cuellos perforados.
Avanzaron por aquel ambiente que cada vez se tornaba más tenebroso. Con la mano zurda aferraban la linterna y en la diestra empuñaban la pi***la, prestos para repeler toda agresión. Pero nadie los atacó, el silencio respiraba en las sombras. Al final dieron con una entrada desvencijada que ocultaba la única habitación de ese lugar. Si el sarcófago se hallaba en algún sitio, sólo allí podía estar.
Johnson hizo girar el pomo de la cerradura, y comprendió que no sería preciso usar la fuerza para ingresar. Mediante un suave empellón la puerta se abrió de par en par, dejando escapar un tétrico chirrido. El policía jefe entró mostrando decisión, alumbrando la oscuridad, y seguido por sus subalternos.
Decenas de telarañas cubrían los rincones y la humedad se filtraba por las agrietadas paredes. No encontraron un elegante sarcófago, sino un burdo cajón fúnebre, abierto y con la tapa caída a su costado.
Se aproximaron y lo vieron. Yacía rígido y con los ojos cerrados dentro del ataúd. Tenía que estar mu**to, o al menos así lo parecía. Ellos nunca habían visto a un sujeto con la piel tan lívida y demacrada. Ese cuerpo vestía con andrajos, y olía mal.
Los policías se miraron en silencio. Aún no se creían que ese difunto fuera el tan buscado homicida. ¿La información habría sido falsa acaso? ¿Les habrían tomado el pelo? No sería la primera vez que una carta anónima contuviese una pista errada, ya fuera por ignorancia o por mala fe de su emisor.
Pero no podrían haber ido hasta allí en vano en esa noche gélida. No podían estar inútilmente en ese lugar macabro, con el corazón palpitándoles, llenos de miedo aunque fingieran coraje.
Johnson colocó el filo de la estaca sobre el tórax inerme del mu**to, porque era evidente que ese tipo no respiraba hacía mucho tiempo. Es más, de hecho se empezaba a descomponer, la fetidez que exhalaba golpeaba sus narices.
Levantó el brazo para descargar la masa contra la base del palo aguzado, para traspasar el pecho de aquel ser ma***to.
La estaca se ensartó profundamente, abriendo la desgastada piel y quebrando a su paso los frágiles huesos, atravesando el cuerpo reseco y clavándose en la columna vertebral.
Los policías suspiraron de alivio, nada anormal había sucedido.
Pero entonces sobre sus cabezas oyeron alaridos y, seguidamente, el estrépito de dos cuerpos desplomándose desde la oscuridad del techo.
Las figuras femeninas golpearon contra el suelo y, sin mostrar daño alguno, se fueron incorporando. Aquellas dos mujeres exudaban se*******ad. Estaban casi desnudas. Habían estado prendidas como lapas de la desvencijado techumbrente de esa habitación. Con ojos atónitos los detectives las vieron aproximarse. No parecían agresivas, sino que se les ofrecían. Sus senos voluptuosos sobresalían de sus ceñidos vestidos negros, sus piernas bajo las cortas faldas se veían torneadas y perfectas, y sus rostros aunque lívidos eran hermosos, salvo por el detalle de sus caninos prominentes y afilados.
Al quedar frente a los dos policías subordinados, de súbito fue claro que sus intenciones no eran eróticas. Saltaron con agilidad felina sobre ellos tratando de morder sus cuellos, y se trabaron en un grotesco forcejeo.
Johnson había desenfundado su pi***la pero temía disparar contra los engendros. Era tan reñida la refriega que podría errar el tiro y matar a sus compañeros.
En ese momento, desde la abertura de la pieza entraron otros dos sujetos. Vestían con ropajes negros de fina calidad. Aparentaban ser perfectos caballeros ingleses, salvo por el detalle de sus caninos sobresaliendo de sus labios, y por el brillo amarillo en sus ojos.
El jefe de los policías comprendió que les habían tendido una trampa. La información era falsa: ellos eran la presa. Esa noche los vampiros no tuvieron que molestarse en salir a las calles de cacería. Las víctimas inocentemente habían acudido a su guarida.
Johnson ya oía los gritos de sus compañeros. Habían sucumbido ante la fuerza increíble de las dos dementes que los atacaban.
Logró disparar su arma contra uno de los vampiros, que cayó tras el impacto, solo para levantarse de inmediato. Apuntó hacia el otro y volvió a disparar. La bala pegó en el pecho y lo arrojó violentamente al suelo, pero también éste se incorporó enseguida, sin un rasguño.
La mente del detective buscaba febrilmente encontrar una salvación. La estaca, pensó. De esa forma era que morían los vampiros, le habían dicho. Debía arrancar la estaca al cadáver y enterrársela en el corazón a uno de ellos, luego lo haría con el otro...
No tuvo tiempo, desde atrás suyo los colmillos de una vampiresa le perforaron el cuello. El revólver resbaló de su mano y cayó de rodillas atontado. Su sangre escapaba frenética desde la vena cortada. Luego todo se nubló.
*Texto de Gabriel Antonio Pombo.
los elegidos
👿👿👿😂😎😂👿👿👿
Con una mujer en cinta, que no podía ni mirar sus pies por lo grande de su panza, que había perdido el deseo de arreglarse y verse linda para mí, que pasaba todo el día comiendo antojos de preñada, llegué a sentirme aturdido; ¡Dios mío! Está no es la vida que merezco, soy joven apuesto y con un trabajo que paga muy bien, debería estar con una modelo y no con esta... Tomo las llaves de mi auto y salgo a divertirme, es viernes y una ciudad que no duerme como esta me espera con cosas buenas. Entro a la disco y bailo, como hay mujeres hermosas, estas si provocan de verdad, bebo unos tragos y aspiro un par de líneas, la noche se pone mejor; y es por causa de ella, que hermosura de hembra, alta y blanca, con esos cabellos negros que caen como cascada, ojos verdes seductores y ese traje rojo entallado que hace todos delirar, me ve y se acerca, baila pegada a mi; sin casi las tres de la mañana y me invita a seguir la fiesta en otro lugar, salimos y me guía, hasta un callejón, me besa con pasión y comienza a subir su falda; que piernas, que cuerpo. De repente todo oscurece, y noto algo diferente, ella es más alta, cada segundo más alta, su rostro cambia, ojos de fuego, dientes de león, garras en vez de manos y esa voz de fiera que pregunta:
¿Te gustan las mujeres fáciles?
Toma, aquí me tienes y entonces ese grito espantoso me hizo caer, ella se acerca y golpea cada parte de mi; casi no soporto el dolor, estoy muriendo a manos de la Sayona, ese espanto aterrador que creía no existía y de quien tanto me he burlado.
Autor: Maribel Rodríguez.
los elegidos
LA MALDICION DE MARÍA ☠️
En una fría y lluviosa mañana, la alarma estridente rompió el silencio a las 5 de la madrugada, anunciando el comienzo de un día más para María. Sus dos hijas, aún adormiladas, dependían de ella para el desayuno antes de ir a la escuela. María, con su rutina meticulosa, se dispuso a preparar un desayuno sencillo pero reconfortante: jugo de naranjilla y pan tostado. Sin embargo, mientras llamaba a las niñas para que desayunaran, una oleada de mareo la envolvió repentinamente, casi haciéndola desplomarse. Aferrándose a la silla más cercana, se vio obligada a arrodillarse mientras luchaba contra la sensación abrumadora de vértigo. Este episodio no era nuevo para María; ya había experimentado estas sensaciones antes, un estado de trance que la dejaba sin aliento y aturdida. Con esfuerzo, logró incorporarse y, con una actuación poco convincente, alimentó a sus hijas; ayudó a la más pequeña a vestirse y las despidió hacia la escuela con un n**o de preocupación en su estómago.
En el silencio abrumador de su soledad, María alzó los ojos al cielo, buscando respuestas, ¿Por qué a mí? Dijo con angustia, preguntándose si había otros que enfrentaban las mismas luchas. Las lágrimas brotaron libremente mientras intentaba desesperadamente tranquilizarse con un reconfortante té de boldo. En medio de su tormento emocional, una figura inesperada capturó su atención: un gato blanco, elegante y sereno, se deslizaba con cautela por su jardín, sus relucientes pelajes atrapando los primeros destellos del sol matutino. El felino se acercó con gracia, su presencia casi hipnótica, mientras María, paralizada, lo observaba desde la ventana.
Con una destreza natural, el gato escaló hasta su posición, ronroneando suavemente mientras se acomodaba en sus piernas, buscando consuelo en sus caricias. En ese momento, María sintió una extraña certeza sobre lo que estaba por venir. Justo cuando la angustia amenazaba con abrumarla por completo, el teléfono rompió el silencio. Con manos temblorosas, María dejó al gato descansando en el sillón y se acercó al teléfono.
—"¿Señora María Castañeda?"
—"Sí, soy yo", respondió con voz entrecortada.
—"Lamento informarle, que su esposo, el señor Agustín Paredes, acaba de fallecer. Cayó abruptamente desde una construcción, destrozando su cuerpo. Me gustaría que viniera a la siguiente dirección para identificar su cuerpo..."
María cerró los ojos, incapaz de contener el torrente de lágrimas que brotaba de sus ojos, mientras las palabras de la mujer al otro lado del teléfono se desvanecían en el aire. Dejó caer el teléfono de sus manos temblorosas y se dirigió con paso vacilante hacia el sillón. El gato blanco ya no estaba; en su lugar, yacía la cabeza ensangrentada de su esposo. Pero ya no era una sorpresa. María lo sabía. Había vivido esta pesadilla durante 26 años, perdiendo a 17 amores de manera consecutiva y brutal. Era el destino de cualquier hombre que se atreviera a amarla. Era su maldición…
Créditos a quien corresponda...
los elegidos
Había una vez en el bosque encantado, una hada llamada Elisa y un árbol sabio que había presenciado el paso de incontables estaciones. Elisa, curiosa y llena de vitalidad, buscaba conocimiento.
Un día, mientras Elisa volaba entre las ramas del árbol, este le susurró secretos ancestrales sobre la naturaleza y la magia que fluía en cada rincón del bosque. Fascinada, Elisa le pidió aprender más.
El árbol, con hojas susurrantes, comenzó a enseñarle sobre la importancia de equilibrar la magia con la responsabilidad. Juntos, exploraron los misterios de los elementos y cómo mantener la armonía en el bosque.
Con el tiempo, Elisa se convirtió en una hada sabia, respetuosa de la naturaleza y comprometida a proteger la magia que fluía a su alrededor. El árbol, orgulloso de su alumna, continuó siendo su guía mientras el bosque prosperaba en paz y armonía, gracias a la sabiduría compartida entre un hada curiosa y un árbol sabio.
Créditos a quien corresponda,.
El sol caía a plomo sobre Xochimilco cuando abordé la trajinera que me llevaría a la Isla de las Muñecas. Un escalofrío me recorrió la espalda al escuchar la historia del lugar: una niña ahogada, muñecas como ofrenda, un alma en pena.
Al llegar, la isla me recibió con un silencio sepulcral. Las ramas de los árboles se mecían con un ritmo fantasmal, y las muñecas, con sus ojos vacíos y sus sonrisas macabras, parecían observarme desde cada rincón.
De pronto, un susurro helado me rozó el oído: "Juega conmigo". Me di la vuelta, buscando la fuente del sonido, pero no vi a nadie. Solo las muñecas, meciéndose con la brisa, sus ojos clavados en mí.
Empecé a sentir una presencia invisible a mi alrededor, una presión que me oprimía el pecho. Los susurros se intensificaban, cada vez más cercanos, más aterradores.
"No te vayas", "Quédate conmigo", "Juguemos para siempre".
Corrí por la isla, buscando una salida, un escape de esa atmósfera sofocante. Las muñecas parecían multiplicarse, sus rostros deformándose en muecas de terror.
Finalmente, llegué al embarcadero, donde mi trajinera me esperaba. Subí a bordo, temblando de miedo, y ordené al trajinero que se alejara de ese lugar ma***to.
Mientras la isla se alejaba, pude ver una última muñeca, colgando de un árbol, con una sonrisa burlona en su rostro. Sentí cómo sus ojos me seguían, incluso a la distancia.
Al llegar a tierra firme, me di cuenta de que no solo había escapado de la Isla de las Muñecas, sino que también había escapado de algo más: una presencia oscura que se había aferrado a mi alma.
Esa experiencia me marcó para siempre. Nunca olvidaré el terror que sentí en la Isla de las Muñecas, un lugar donde la línea entre la realidad y lo paranormal se difumina hasta desaparecer.
Créditos a quien corresponda
los elegidos
Maggie llevaba dos días sin comer...
Había servido las últimas ojuelas de maíz a sus hijos. A menos que se tragara su orgullo, la única comida que les quedaba hoy sería la del colegio. Después de dejar a sus hijos, se dirigió, avergonzada, al Banco de Alimentos.
La cola daba la vuelta al edificio. Maggie se puso al final. El viento cortante le atravesaba la ropa desgastada. Necesitaba ropa nueva, pero no podía permitírsela.
Delante de Maggie había una madre a la que había reconocido en la escuela. La mujer vio a Maggie y rápidamente se dio la vuelta.
Avergonzada. ¿No lo estamos todos?
Una hora más tarde, Maggie estaba en el vestíbulo, congelada por el frío. Una anciana se acercó y le preguntó si quería una taza de té para calentarse.
Maggie, cansada y hambrienta, empezó a llorar de frustración e impotencia. La anciana la llevó a un lado y la sentó.
"No pasa nada, cariño. Sé que es duro pero estoy aquí para ayudarte. Me llamo Jean".
Maggie se limpió la nariz con la manga.
"Lo siento mucho. Llevo unos días sin comer nada porque tengo que asegurarme de que mis dos hijos siempre tengan algo que comer. Perdí mi trabajo y..."
Jean abrazó a Maggie y le pidió que esperara allí. La anciana regresó con una taza de té y cuatro tostadas con mermelada de fresa. Maggie, voraz, se lo devoró todo.
"Me siento tan estúpida", se disculpó Maggie después. "Me he avergonzado delante de todos".
Jean rió. "No seas tonta. Aquí nadie tiene de qué avergonzarse. ¿Cómo te llamas, cariño?
"Maggie.
"Cuando te hayas asentado, Maggie, ven a buscarme y te ayudaré".
Caminando de vuelta a casa con dos pesadas bolsas de comida y bebida, Maggie se sintió mejor consigo misma; su pequeña familia podría cenar todos juntos esta noche. Se sintió aliviada de no tener que mentir y decir a sus hijos que comería más tarde.
Aquella noche, los tres se sentaron en el salón, bajo las mantas, a ver la televisión. Maggie no podía permitirse encender la calefacción.
Llamaron a la puerta. Era Jean.
"Hola de nuevo, amor. Siento aparecer así, pero quería asegurarme de que estabas bien". Ella se movió incómoda. "No debí hacerlo, pero busqué tus datos en el banco de alimentos".
Maggie se enfadó un poco con Jean por la intromisión, pero de todos modos le dio la bienvenida. Su amabilidad había significado mucho antes.
"Déjame prepararte una taza de té esta vez, Jean; ve a conocer a mis chicos".
Jean le dio las gracias a Maggie y se fue a dónde los niños.
Con el té hecho, Maggie los llevó al salón pero los dejó caer conmocionada en cuanto entró.
Sus dos hijos estaban sentados, con las gªrg⁴ntas ab!³rtas. Jean estaba de pie junto a ellos, sonriendo, con una n⁴√aja 3ns⁴ngren/tada en la mano.
"No pasarás hambre ahora que no tienes que alimentar a estos dos, amor".
FIN.
Créditos a quien corresponda..
los elegidos
‼️LA RATA GIGANTE DE LA MERCED‼️
El Mercado de la Merced es uno de los más grandes y tradicionales del centro de la ciudad de México. Se dice que debido a la gran cantidad de basura y alimento disponible, las ratas se crían con gran facilidad en la zona, se han hecho muchos servicios de exterminación, con buenos resultados, el número de roedores ha disminuido considerablemente.
Aunque no todas las personas están de acuerdo a que haya menos animales gracias a las medidas tomadas, si no que se lo atribuyen a un elemento más, una rata gigante para ser precisos, que algunos describen como del tamaño de un conejo, otros incluso la comparan con un perro. Quienes la han visto correr por ahí, dicen que hasta come gatos, pero lo mas trágico de esto, es que dicen es capaz de usar un bebe como cena.
Se cuenta que una noche, una joven de 16 años, madre de un bebe de apenas 4 meses, ignorando su responsabilidad lo llevó a otra habitación pues se había cansado ya de sus llantos, después de un par de minutos, de estar solo, el bebe lloraba con más fuerza, a lo cual la joven respondía con un grito ordenándole callar, y escondiendo la cabeza bajo la almohada, pasaron así casi 20 minutos, en lo que la abuela del pequeño llegó a casa, escuchando el llanto de su nieto, reprendía a la joven desde lejos mientras iba hacia él, se llenó su rostro de horror, cuando pudo ver frente a ella, la cobijita del pequeño cubierta de sangre, de un grito desesperado y rabioso le dijo a su hija –Que hiciste con el niño tu…chamaca del demonio-, acercándose al lugar la chica le respondía –Ahí ‘ta el escuincle vieja histérica- pero para su sorpresa él no se encontraba en el lugar donde lo dejó, lo encontraron entonces bajo la cama, con medio cuerpo metido en un hoyo de la pared, cuando lo jalaron hacia ellas se dieron cuenta de que al no caber por el agujero, la rata le estaba comiendo el brazo desde ahí… al serle arrebatado el bebe, salió con furia intentando pelear por él, pero las dos mujeres salieron corriendo de prisa con el niño en brazos.
El clamor popular por dar con el roedor gigante fue tal, que la Secretaría de salud inició una campaña contra la fauna nociva del entonces Distrito Federal. Al mismo tiempo, la historia de una señora cuyo hijo estuvo a punto de ser devorado por la bestia de pelaje grisáceo y cola enorme, que igual roía cajas de cartón que utensilios de cerámica y barro. Durante meses, se llevaron a cabo exhaustivas fumigaciones en todos los rincones que se consideraban un foco de plagas en La Merced. Como resultado, aparecieron más de 700 mil cadáveres por todo el mercado durante los días siguientes.
los elegidos
LIMPIEZA DE HUES0S EN POMUCH, CAMPECHE
Aunque para algunas personas foráneas es un insulto no dejar descansar en paz a sus seres queridos, en la localidad es algo normal, es una manera de rendir tributo y honor a quienes ya no están con ellos.
En el marco de la celebración del Día de Mu***os, Campeche se distingue de otras entidades por su rito tradicional y misterioso de limpieza de huesos del cementerio de Pomuch, que ofrece una experiencia enriquecedora y única.
el 1 y 2 de noviembre, cada región tiene una forma distinta de festejar esta fecha emblemática de la cultura mexicana; en el caso del poblado de Pomuch se manifiestan las raíces y las costumbres mayas.
En dicha comunidad, cuando una persona muere se entierra por un periodo de tres años para después exhumarla el día de Todos los Santos, posteriormente se colocan los huesos en una caja de madera en el interior de un nicho, para ser limpiados por sus familiares año con año.
La muerte para el habitante maya no significa el fin de una vida, es un ciclo más dentro del universo, es como un largo recorrido en el viaje eterno. Nada se termina con la muerte, es una transformación, un cambio de lugar, que tal vez se encuentra en este mismo mundo.
Los Mayas creen en el renacer (ka’a put siijil), por ello, las ánimas retornan cada año a la tierra para disfrutar de una semana de vacaciones entre sus familiares y como agasajo es costumbre dedicarles rezos y comidas, de aquí que la tradición sea conocida como el Janal Pixan, que quiere decir comida para las almas.
En Pomuch también se tiene la creencia de que si la familia no limpia los huesos durante los dos primeros días de noviembre, el espíritu entrará en furia y rondará por las calles del pueblo.
Te imaginas poder ver en vivo toda esta tradición que año tras años se vive .
En los 90’s por el Blvd del Ensuño en lomas de Fátima había una construcción que le llamaban “el templo”.
Ahí se reunían a patinar y a hacer magia 😎.
Una vez unas morras del cobach se reunieron ahí en una sona muy escondida a jugar a la ouija.
La tabla respondía bien y estuvo muy activa cuando de pronto las que estaban de frente a la salida notaron la presencia de un señor chaparrito, moreno que las miraba jugar. Las que estaban de espalda al ver la cara de sus amigas voltearon y lo miraron también.
Una de ellas le preguntó:
-¿qué quieres?
R- ¿están jugando a llamar espíritus?
-si pero ¿quién eres y qué quieres?
R- no les da miedo
-no, responde lo que te preguntamos
R- a ver pregúntale a ella (la tabla)
Una de ellas tomó el marcador y le pregunta “¿dime quién es el?
Y la ouija responde “soy yo”
Tomaron la tabla y salieron corriendo.
No volvieron a ver al señor pero muchas de las cosas que la tabla les dijo se fueron cumpliendo una a una.
Haga clic aquí para reclamar su Entrada Patrocinada.
Videos (mostrar todas)
Categoría
Contato la figura publica
Dirección
Veracruz
Veracruz, VER
Veracruz, 91700
Espacio de gestión, orientación emocional y entrenamiento mental �
Veracruz, 91910
¡Bienvenidos a nuestra comunidad dedicada a celebrar y promover el rol activo, sano y responsable de los hombres en la crianza y la paternidad!
Veracruz
ven acompañame a cocinar y juntos aprendamos esquicitos platillos de la comida Mexicans
Diaz Miron
Veracruz, 91920
Página dedicada a decir la verdad de las injusticias del IMSS
Iturbide S/N, Ignacio Zaragoza
Veracruz, 91700
Servicio de Alimentación ofrecido a hospitales públicos estatales y/o federales de la republica me