Orden Masonica Luciferiana

'' Yo no caí del cielo...
¡ Yo subí del in****no ! ''
- Dante Alighieri -

¡La llama negra encendió el despertar!

Ya no debes recorrer el camino bajo el falso foco que sigue a otras personas, buscando intimidarte y encadenarte a una mentalidad de esclavo.

Este es el camino de la oscuridad, donde en el terror de lo desconocido se encuentra una antorcha ardiente.

La luz de la Llama Negra brillará desde dentro, proyectando sombra por donde quiera que camines. El Gran Grimory de la antigüedad solo dio pistas sobre el potencial del poder; ¡habiendo sido camuflado en las doctrinas de la mentalidad de esclavos y el llamado comando ceremonial piadoso!

¡El camino de Lucifer es de oscuridad y luz, sin mandos apilados y amenazas de tortura con una barra explosiva!

Los espíritus han sido evocados mucho antes de que las doctrinas cristianas envenenaran a la raza humana. Los ángeles rebeldes no son siervos de Jehová, porque el dios cristiano no es mayor que otros dioses. Jehová o Javeh era la deidad tribal de los hebreos, luego adoptada por el Imperio Romano para controlar y mantener la autoridad sobre el vasto y desmoronado territorio que pretendían mantener.

Lucifer tiene muchas máscaras y poderes que toman diferentes formas. Los demonios aquí son portadores de poder para aquellos lo suficientemente valientes como para tomarlo.

Debes guiar a tu Espíritu más allá del reino de la carne y sus esferas.

- Michael W. Ford

Para pedir respeto, primero debes de respetarte tu mismo, si tu mismo no te respetas no pretendas que otros lo hagan por ti.

El andar por la vida dando lastima es de cobardes.

Así que no pretendas ser respetado si tú no te respetas.

Si te canso la vida o no tienes el valor para enfrentarla, tírate a un poso y deja de lamentarte, porq la vida se iso para fuetes, tu mismo decidiste venir, a ella, sabiendo a lo que te enfrentabas.

https://www.youtube.com/watch?v=Ho8kDvDYG3w

🌌 YAHVÉ Y LA PRISIÓN TRIDIMENSIONAL - LA OSCURA CONEXIÓN GNÓSTICA 🌌 ¡Bienvenidos a un viaje esotérico y revelador! En este video, exploramos los misterios detrás de Yhavé y su conexión con la "granja prisión tridimensional" q...

Cual es el proposito de la masoneria tradicional?.

Nada. es un negocio piramidal, en donde el incauto, atraido por supuestos conocimientos arcanos (que encuentra en internet ) y que venden que son un grupo de elite que manejan el poder mundial dicen poseer la verdad absoluta. Muchos MM de grados elevados ni siquiera saben su propio destino y estan sumidos en la desgracia y la miseria, drogadiccion y alcoholismo, estos quieren dar catedras de como "elevarse a planos espirituales", no tienen idea ni de quienes son y hacia donde ir. Nosotros en cambio somos el opuesto radical, sobrios, inteligentes con metas definidas, optamos por el lado oscuro, donde nos nutrimos de poder real para aplicar al mundo real para manipular a nuestro antojo.

Un centenar de personas escribieron para el aplomo correspondiente y cuestionaron el cobro de la membresia, ninguna ORGANIZACION INICIATICA deja de cobrar cuotas de membresia y nuestra organiazacion tampoco exenta de eso y mas todavia trandose del sendero izquierdo. Asi que si no tienen recursos para soportar los gastos iniciaticos ni siquiera pretendan enseñansas GRATIS!. El que no tiene dinero abstengase.

AVISO: INICIACIONES 20 MES DE MARZO (cupo limitado).

Previo pago de canon de cuotas de membresia. Si no tienen recursos para pagar, abstenerse.
Mas abajo link de pago.

https://www.tpago.com.py/links/PWUPF47982?hook_alias=PPHWF78325

Somos la unica y solitaria institucion, que trabajamos la baldoza negra en la masoneria, mientras los tradicionalistas procuran en lo posible demostrar que son "hijos de la luz", nosotros obreros de la oscuridad, estamos orgullosos de transitar este sendero, la masoneria tradicional ha mu**to, dando paso a la masoneria oscura, intentaran atacarnos, pero lo que no podran lograr es borrar la baldoza negra de sus templos. T.:A.:S.: (Triple Abrazo Siniestro) a todos.!

Pobre id**ta como este individuo, cree que con retejes basicos rebuscados en internet va a conseguir informacion, lo unico que demuestra es su ignorancia sobre la baldoza negra.

Aquel que se quiera atrever a ingresar al sendero izquierdo, debera pasar por duras pruebas, no necesitamos seres debiles entre nosotros, no somos entidad de beneficiencia que se preocupa por los pobres o desposeidos, somos una agrupacion poderosa iniciatica y Luciferiana, la Orden Masonica Luciferiana, es una institucion fuertes con bases solidas, que no requiere de miembros inutiles, abran paso al gran Imperio del Abismo!

El ocultismo no es una religión ni una filosofía, sino una disciplina que busca el conocimiento de lo oculto, lo desconocido, lo invisible. El ocultismo nos permite explorar los límites de la realidad, descubrir nuevos horizontes de la experiencia y expandir vuestra consciencia más allá de los límites de la razón y la percepción ordinarias.

~Henry S. Olcott

"Un lider Satanista no es alguien a quien se deba subestimar. Caeran tus mascotas, tus amigos, tu familia, el ser mas amado, hasta que llegará a ti en el dia menos esperado y no tendras lugar donde refugiarte. Satan es fiel."

Porqué no se debe mezclar el SMI (Sendero de la mano izquierda) y el SMD (sendero de la mano Derecha).

El Sendero de la Mano Derecha es el camino opuesto al Sendero de la Mano Izquierda (o Siniestro) en los ambientes que genéricamente llamamos mágicos u ocultistas.

El Sendero de la Mano Derecha es toda forma de delegación de la propia Voluntad y de la propia Fuerza en cualquier Otredad: otros seres humanos ("maestros", "guías", etc.), otras supuestas entidades pensantes ("dioses", "poderes", las pretendidas voluntades conscientes de "La Tierra", "La Naturaleza", etc.).

El Sendero de la Mano Derecha es un camino de esclavitud. "Esclavo es aquel que espera a que alguien venga y lo libere", explicó tan lúcido como siempre Ezra Pound. En toda forma de Sendero de la Mano Derecha hay "recogimiento" y autohumillación, adoración de algo "más grande" que uno mismo, rebajamiento, "entrega", "renuncia"... El éxito de la vida consiste en congraciarse con ese que tiene que fijarse en mi llamada, aceptarme, venir donde yo estoy y elevarme. El trabajo del Sendero de la Mano Derecha es siempre, en el fondo, súplica y humilde espera.

Desde este punto de vista, pertenecerían al Sendero de la Mano Derecha todos los movimientos que buscan hacer migas con cualesquiera supuestas personalidades superiores que decidirían sobre nuestras vidas, independientemente de lo "oscuras" que formalmente se representen. Es Sendero de la Mano Derecha la Wicca y las formas más conocidas de "neopaganismo" europeo (culto a dioses y diosas prerromanos desde la perspectiva de una educación cristiana moderna). Es Sendero de la Mano Derecha la forma en que los occidentales solemos concebir a los loa del Vudú. Es Sendero de la Mano Derecha considerar a Satán o Lucifer un "dios" y adorarle. Y al contrario: son más del Sendero de la Mano Izquierda de lo que se suele pensar autores como Gurdjieff, Castaneda o Jung.

¿Se puede avanzar siguiendo dos caminos distintos, es decir tomando "cosas" del Sendero de la Mano Derecha y del de la Izquierda a la vez? Resulta difícil imaginarlo, porque intentar avanzar por dos rutas divergentes supone ir y venir constantemente de una a otra, reandar lo andado, regresar todo el tiempo. Se puede sin duda "recorrer" mucho haciendo esta tarea, pero "avanzar" poco. Al final, te decidirás por uno de los dos senderos (si es que se quiere llegar algún lado).

¿Cómo es que hay personas que dicen "escoger" cosas de ambos senderos al mismo tiempo? Se me ocurren dos razones para explicarlo:

a) Porque confunden Sendero de la Mano Derecha / Sendero de la Mano Izquierda con los lugares (autores, libros) donde han conocido por primera vez determinadas técnicas. Las técnicas mágicas son instrumentos, herramientas, desprovistas en su inmensa mayoría de intencionalidad concreta. Los sigilos, las asanas o las técnicas de pranayama pueden encontrarse tanto en autores del Sendero de la Mano Derecha como del Sendero de la Mano Izquierda. En principio no "pertenecen" a ninguno de los dos enfoques. Del mismo modo que una espada puede ser usada tanto por San Miguel como por Lucifer. Lo que confiere a una técnica mágica su carácter de Sendero de la Mano Derecha o de Sendero de la Mano Izquierda es su uso, su intención, es decir para qué proyecto vital o personal se utiliza.

b) Porque esas personas pertenecen a ese 90 % de los que se dicen interesados en la Magia que realmente no la llega a practicar. Hacen creer a los demás, y se hacen creer a sí mismos, que sí. Pero no. Su dedicación es puramente "mental": leen, reflexionan, sopesan, como mucho llegan a "probar" de tarde en tarde alguna cosa (y lógicamente no les "funciona"), teorizan, imaginan, pero no cuentan con el inestimable criterio de la experiencia. La experiencia va creando un instinto más allá de las entelequias racionales, un gusto profundo. Imposible para ese gusto saltar de una atmósfera a otra, desenvolverse con soltura en ambientes tan distintos. Quien dice que "escoge" simultáneamente de ambos caminos (y no es el error de confundir herramientas con objetivos al que acabo de aludir) se estaría delatando, sin quererlo, como un no practicante real del arte de la Magia.

~Miguel AlgOl

No necesitas que nadie te guíe.
Con el tiempo, aprenderás a confiar en tu intuición.

Simbolismo de Baphomet

La cabra negra no es solo un animal satánico, sino también la forma que adopta Shub-Niggurath, ya que es la cabra negra humanoide.

La forma hermafrodita muestra la unión de hombre y mujer como uno, que se obtiene a través de las energías combinadas de Satanás y Shub-Niggurath.

La antorcha sobre su cabeza representa la Iluminación, mostrando la luz que emerge del propio ser cuando se ha despertado espiritualmente a través de un gran esfuerzo.

El pentáculo es el camino de la mano izquierda, las enseñanzas de los demonios(de lo terrenal) .

El Caduceo representa el Bastón de Hermes, que simboliza el equilibrio de los opuestos así como el principio de correspondencia. El Bastón también actúa como una alusión al falo, que es el signo masculino de la fertilidad.

Las alas representan la conexión del elemento celestial con el elemento be***al (el macho cabrío), que en conjunto es la unión entre el Cielo y la Tierra. Este no es el cielo cristiano falso, sino el verdadero reino celestial. En la mitología sumeria, esta unión se llamaba Duranki, y es el vínculo que permite a los humanos la posibilidad de trascender más allá del plano terrenal y hacia un estado superior del ser.

Los brazos de Baphomet muestran las palabras latinas Solve (separar) y Coagula (unir). El significado de este texto es que uno debe adentrarse en sí mismo y separarse de su ego, purificándose así. A través de esto, se descubrirá la piedra oculta, que es el núcleo del yo superior. Y a través de la vinculación con el yo superior, uno puede obtener gran sabiduría, libertad, fuerza interior y vida más allá de la muerte (sin reencarnación). Entonces el Solve y Coagula se refieren a esta misma enseñanza, de separarnos de lo que nos limita y unirnos con nuestra verdad. Esto trae consigo la autotransformación y es el primer paso hacia la Iluminación.

Los gestos con las manos que usa Baphomet son el antiguo signo de atadura y enseñanza. Se usa en la tradición hermética y también lo han usado otras deidades. Las manos de Baphomet también apuntan tanto hacia el cielo como hacia la tierra, representando la ley hermética de “como es arriba, es abajo”.Esta ley significa que todo tiene una correspondencia con otro, lo que permite el uso de la magia en muchas áreas. No se debe interpretar esta frase como que significan opuestos, sino que todo se conecta con otros puntos de referencia en otro plano. Así, lo material y lo espiritual están interrelacionados, basados ​​en el principio de similitud (cuidado: similar se refiere a analogía, no significa que sean lo mismo). Hay puntos de correspondencia para todo, lo que constituye la base de la mayoría de las áreas de la magia y también puede explicar los portales, la teletransportación y otras técnicas mágicas avanzadas. Por lo tanto, muchas cosas que existen son reflejos unas de otras; arriba y abajo no son opuestos ya que no se oponen entre sí, sino que son dos puntos de perspectiva diferentes. Esto nos dice que como "arriba" y "abajo", muchas otras cosas se corresponden entre sí como analogías y, por lo tanto, pueden usarse en magia para ayudarnos a hacer conexiones. Por ejemplo, el metal de la plata está conectado a la Luna porque son "reflejos" uno del otro, lo que hace que la plata tenga un vínculo energético con la Luna, lo que le permite ser utilizada en la magia planetaria.

Los dedos de Baphomet apuntan hacia dos Lunas diferentes. La media luna que está menguando es Solve (disolución/separación) y la media luna negra que representa la Luna Oscura simboliza nuevos comienzos a través de la transformación.

En general, Baphomet es una deidad que enseña el camino de la autotransformación a través de la comprensión y la libertad. También hay una mezcla de indulgencia, pero como una forma de obtener lecciones y autocomprensión. Primero debemos buscar liberarnos de las cadenas opresivas de la sociedad y la Iglesia empoderandonos y viendo que no hay mal en el placer, luego debemos liberarnos de nuestros cuerpos y darnos cuenta que lo material no lo es todo. Esto también es liberarse del ego, que nos restringe y nos limita, llenándonos de ilusiones. Separarse de esto es iniciar el camino hacia la trascendencia y el verdadero empoderamiento.

En un mundo donde la adoración hacia entidades que gobiernan dogmas absolutamente represores, aquel que se adora a si mismo es llamado adversario, ya que este cuestiona las leyes que han sido impuestas por sangre y fuego.
La llama de Lucifer nos enseña que nuestro espíritu es ingobernable, y es por eso que se construyen altos muros que obstaculizan nuestra visión a horizontes lejanos.
Como Luciferinos debemos ser portadores de la llama, y consecuentemente convertirnos en los enemigos de aquellos que apoyan su propia esclavitud, y estos son tanto los que adoran a un ser supremo luminoso como los que adoran su contraparte oscura.
Nosotros somos Luciferinos al ser portadores de la luz que nos deifica, pero también Satanistas al ser los adversarios y acusadores de todos aquellos que pelean fervientemente por la esclavitud y el dogma denigrante.
Por lo tanto, a la luz de esta reflexión, la definición Satan-Lucifer está intrínsecamente vinculada, ambos convergen en un mismo punto donde el núcleo es el Ser o Daimon.

Me encontrarás bajo el azufre rojo, que también es mi reino, Y cuando tu alma haya traspasado los pantanos irrespirables y asfixiantes que producen la cocción de su obscuridad, te encontrarás trasmutado y viendo en mi espejo, la voluntad Divina, yo curaré tus emociones, tu mente y tu cuerpo con mi energía poderosa que hace temblar a los hombres. En mis in****nos encontrarás el paraíso.
Pero detente, sino quieres de verdad conocerme, no penetres en este pantano de rojo azufre, porque solo encontrarás la locura y serás devorado por los demonios del poder, de la enfermedad, de la ansiedad y del desamor.
Si quieres conocerme, observa el punto donde la sexualidad misma se hace conocimiento, este es el fruto prohibido que dios negó al hombre, y ese soy yo.

Lucifer.

Para ingresar a este sendero, debes ser sano mentalmente, fuerte de carácter, un manejo solido de la voluntad, auto-control en todas sus formas y una orientación sexual definida . No necesitamos personas trastornadas que quieran jugar a ser "Satánicas". Sumergirse en las aguas turbulentas del Caos y manejar las entidades que allí habitan, requiere de mucha disciplina y auto-control, de lo contrario sera consumido y quedara atrapado en el abismo de la locura.

Amon Ra.

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LOS 11 PUNTOS DEL PODER LUCIFERIANO

1. Lucifer representa la luz del intelecto, sabiduría y poder único para cada individuo con el coraje necesario para ascender hacia esta responsabilidad.

2. El símbolo del Adversario es el del autoliberador y rebelde espíritual que inspira la evolución personal.

3. Lucifer representa al equilibrado portador de la antorcha de Venus: El Portador de Luz como la Estrella del Alba y el Portador de la Noche como la Estrella Vespertina.

4. El Adversario simboliza la chispa de la consciencia que cuestiona todo, manifestando el sendero individualista con la responsabilidad única hacia uno mismo.

5. La caída de Lucifer o Satán simboliza la liberación de la mente de la mentalidad esclava, y el coraje para explorar y dominar la oscuridad interna. Uno no puede ofrecer la iluminación de la Estrella del Alba sin la sabiduría de la oscuridad interior.

6. El Adversario representa la rebelión con un propósito: sabiduría, fuerza y poder.

7. Lucifer representa el coraje y fortaleza para adquirir un amor personal sano, lo que conduce a la responsabilidad de honrar a tu templo de mente, cuerpo y espíritu.

8. Para convertirte en tu propio dios, debes tener la sabiduría y la fuerza para gobernar y guiar tu vida como si fueras a sobrevivir más allá del cuerpo mortal.

9. Indulgencia con moderación, amor para el que se lo merece y desprecio para el que no.

10. Lucifer representa la comprensión de que cada acto, sin importar si es percibido como desinteresado, es en esencia un acto egoísta. Incluso si ayudar a otros es tu pasión, el cerebro sigue recibiendo una recompensa química provocada por el acto. Es por esto que muchos consideran que hacer buenas acciones en la sociedad puede acercarte a “Dios”. Reconoce que eres egoísta, y fíjate en este hecho en todos los demás al observarlos. Acéptalo y luego, junto con este conocimiento, toma decisiones que te beneficien no solo a ti mismo sino también a tus “seres queridos” cuando sea posible.

11. Convertirse en un dios es comprender plenamente que posees el poder de crear y mantener tu sendero en la vida e iluminar la luz del potencial autodeterminado

El Evangelio de Lucifer

I.

Para aquel que quiera entenderme, no fui creado en el tiempo.

Es absurdo hablar a los hombres del tiempo, pues el tiempo es como una gran esfera que Ella utiliza como instrumento, pudiéndola rotar a su antojo y situar las cosas en el sitio que desee.

Fuimos creados en algún lugar de esa gran bola. Y fuimos creados con diferencias y con semejanzas entre nosotros. Y con diferencias y semejanzas con Ella, porque en todo lo que Ella crea deja una parte de sí.

En otro lugar de esa esfera colocó un punto. Ese punto, creó tanta luz y calor como es posible crear, de allí surgió una espiral que fue rodeando la propia esfera.

En esa espiral brotaron nubes de polvo, luz, agua y fuego. De las propias nubes surgieron millones y millones de estrellas, y brotaron planetas y lunas. En un punto de ese círculo se colocó la vida. Las nubes, las estrellas y la vida crecen y se desvanecen dentro de esa espiral, como el amanecer que surge y se desvanece cada día.

Nosotros fuimos hechos fuera de ese lugar. Fuimos hechos perfectos, bellos y eternos para que cada uno y Ella fuésemos lo mismo pero fuésemos diferentes.

La amábamos porque nos amábamos y amábamos a nuestra fuente creadora y Ella nos amaba porque se amaba a sí misma y amaba a su obra. Porque éramos lo mismo y éramos diferentes.

Entonces nos regaló la conciencia, porque también era su conciencia. Para que entendiéramos el orden y el caos que había en nosotros porque era el orden y el caos que había en Ella. Para hacernos bellos eternos y justos. Y pudiéramos deleitarnos con Ella y con su obra, que también era parte de ella y de nosotros.

La conciencia era belleza. La conciencia era color, era luz, pero era también oscuridad y muerte, era orden y era también caos.

Y al conocer nosotros de la existencia de la belleza gozábamos contemplándola. Al ser ella lo mismo que nosotros nos lo hizo entender de esta manera:

“En este mundo he creado materia y la materia ha creado vida. Pero al ser lo mismo la materia que yo, también es parte de mí. Al ser vosotros lo mismo que yo lo que dejéis en este mundo, en este mundo permanecerá.”

A medida que el mundo giraba, la vida fue creando seres cada vez más originales y múltiples en muchas estrellas y en muchos planetas. Y en algunos de esos lugares aparecieron seres que eran capaces no sólo de existir, sino también de ver los colores que la luz proyecta, de g***r con los armoniosos sonidos de su mundo, de disfrutar con el orden y el silencio y la paz que deja, de sufrir con la incertidumbre que el caos trae, de admirar la belleza, como nosotros, puesto que ellos eran parte nuestra y nosotros somos parte de Ella.

En uno de esos millones de planetas estaban los seres que yo más amaba. Seres creados con el polvo, con la luz y con el agua, con el fuego y con el aire. Seres que no sólo se alimentaban a ellos mismos sino que compartían la tierra y sus recursos con otros seres de su especie porque les amaban, seres que habían reconocido la muerte y la temían y sufrían por ello, y que querían apartar a sus semejantes de ella. Seres que amaban la belleza y que no se conformaban con saciar su hambre sino que querían disfrutar de los sonidos y los colores que se les había puesto a su alrededor. Se llamaron a sí mismos los hombres.

Al ser nosotros parte de Ella, y diferentes entre nosotros, quise poner en ellos una parte mía, que también es parte de Ella. Y se les otorgó el don de poder capturar los colores de las flores y el canto de los pájaros. Y se les otorgó el don de poder cultivar las plantas que les podían alimentar para que pudieran g***r del brillo de la luz y quitarles el peso de la incertidumbre de la caza y de la angustia que trae el hambre.

Y se creó allí un inmenso jardín, lleno de riachuelos y plantas con flores y de árboles con dulces frutos. Con fieras que les atemorizaban y manadas de animales inofensivos que les acompañaran y saciaran su hambre sin que pusieran en peligro su vida.

Así disfrutaba viendo su placer, gracias a la lucidez que me había sido otorgada. Pero ebrio de dicha lucidez y de mi goce, quise darles más, pensando que cuanto más les diera, más felices serían disfrutando de la belleza y de la armonía que estaba a su disposición. Igual que yo era feliz con su alegría.

Pero a pesar de ser parte de Ella, aunque diferente. No supe ver de su imperfección.

Estos seres carecían de los sentidos necesarios para percibir que su vida estaba limitada al mundo, similar a un disco, en la que Ella creó esa materia. Toda la vida que esa especie pudiera tener no era más que una insignificante porción del mundo donde se crearon las estrellas y las nubes de polvo.

Y embelesado por mi goce y el disfrute de los seres de ese mundo les otorgué, el mismo don que me había sido regalado, la conciencia. Pero la conciencia era para criaturas perfectas, y ellos no eran perfectos.

Entonces Ella me habló así:

“Hijo mío, ¿qué has hecho? Tú que has sido creado por mí, junto a tus hermanos, siendo diferente entre vosotros, pero iguales. Y siendo diferentes pero iguales a mí. Les has dado algo que no pueden entender, que no pueden ver. Has querido darles sabiduría a estos seres, hechos de tierra, para que disfruten y disfrutes tú con ellos, porque ellos son parte de ti así como tú eres parte mía. Les has dado conciencia y sabiduría a unos seres que carecen de los sentidos necesarios para comprender. Les has otorgado una parte de mí a quien siendo parte de mí no son perfectos como lo eres tú, a quien no tiene la posibilidad de mantener el orden alejado del caos, a seres dominados por sus instintos, ya que nacieron de forma espontánea, y que a pesar de formar parte de mí también son parte del caos. Has querido regalarles un preciado sentido sólo hecho para seres perfectos.”

Sentí vergüenza y Ella sintió mi vergüenza. Le respondí:

“Aunque soy perfecto porque soy parte tuya, he errado porque soy también diferente a ti. Y aunque, lo que en el mundo dejo ha de permanecer, entraré allí para encargarme de poner orden en el caos que he creado”

Pronunciadas estas palabras, Ella me llevó al círculo para que diera orden al caos .

II.

A los hombres les regalé la conciencia para que se vieran a sí mismos y vieran a Ella, ya que eran parte de la Fuente Creadora, y g***ran siendo parte suya, aunque diferentes a Ella.

Les regalé la conciencia para que fuesen seres más elevados. Para que reconocieran la armonía y disfrutaran con ella. Para que la diferenciaran del caos y pudieran alejar el dolor y la angustia que la ceguera de su ignorancia les provocaba.

Pero los hombres no eran perfectos y eran también creación del caos, y muchos de ellos utilizaron la conciencia para verse a sí mismo mejores que su mundo y mejores que sus semejantes. Muchos de ellos, pudiendo diferenciar la armonía del caos, prefirieron alejar a la armonía, porque creyéndose mejor que el mundo que les rodeaba y mejores que sus semejantes, encontraban en el caos una fuente de goce mayor que en el orden. Y se veían a sí mismos disfrutando del caos mientras otros sufrían con ese desorden y dolor.

Durante mucho tiempo vagué por la tierra observando a los hombres. Y vi las similitudes y diferencias entre ellos. Y vi la debilidad de algunos y la fuerza de otros. Y vi algunos hombres justos y a otros miserables.

Siendo todos los hombres hechos de la misma materia, vi al bandido y al pastor, a la pr******ta y a la virgen, al equilibrado y al vicioso.

Pero la gran parte de los hombres, incluso con la conciencia que se les había otorgado, incluso viéndose a ellos mismos, no conseguían ver a la Fuente Creadora, a pesar de ser parte de ella.

Quise acercarme más a ellos. Muchos no me veían, tal era la luz que les cegaba, algunos huían presa del terror, creyendo que tal perfección era obra del desorden y el caos. Y me llamaron hijo de la ra**ra y me llamaron la bestia.

Algunos pudieron verme y cuando me vieron no huyeron asustados. Y vieron luz y belleza y me llamaron el Lucero. Y así les hablé:

“Vosotros los hombres habéis sido creados por la Fuente Eterna, y sois parte de Ella a pesar de ser diferentes. Y sois parte mía aun siendo diferentes a mí. Y sois iguales entre vosotros. Y se os ha otorgado belleza y sabiduría para que podáis apartar el desorden y disfrutéis de la armonía. Y para que veáis que también sois parte de Ella y disfrutéis de vosotros mismos por serlo.”

De los que me escucharon, algunos hombres lo entendieron y disfrutaron con ello. Los que lo entendieron vivieron felices disfrutando de su sentido y gozando siendo parte de Ella y percibieron el mundo como una obra perfecta y apartaron de ellos el caos y el desorden y no conocieron dolor. Y no quisieron ser más que nadie porque vieron que eran iguales que sus semejantes y en sus semejantes reconocían armonía y reconocían a la Luz de toda Vida.

Pero, de entre los que me escucharon, otros no lo entendieron, pero se sintieron orgullosos. Y creyéndose mejores que sus hermanos y creyéndose mejores que el mundo que les rodeaba quisieron someter a los más débiles y quisieron someter al mundo que les rodeaba, pensando ser los más perfectos, pensando que los demás no eran también parte de Ella. Y no se pararon a diferenciar la armonía de la confusión. Y habiendo sido también bendecidos con la conciencia, eligieron el desorden.

Cuando el tiempo había pasado, algunos hombres, imperfectos y dotados de la misma lucidez que sus hermanos, se habían hecho llamar perfectos y sabios y habían logrado someter a muchos de sus semejantes. Crearon leyes que contradecían el entendimiento de los sometidos. Y les exigían a los sometidos que trabajaran la tierra para ellos, que les adoraran, que les repitieran una y otra vez que sólo en ellos estaba la Fuente Creadora. Usando la confusión y el miedo que el conocimiento generaba, se les arrancó a los hombres sometidos una gran parte de la claridad que les daba su propia conciencia.

Los hombres sometidos, con la conciencia cegada, creyeron ver en ellos la perfección que no conseguían ver en sí mismos. O quizás veían en estos hombres el reflejo de la armonía que sólo existía dentro de ellos mismos. Pero cerraron los ojos de la mente y adoraron a los falsos hombres perfectos. Y trabajaron la tierra para ellos, y les entregaron el fruto de su esfuerzo. Y estaban asustados de usar su entendimiento, puesto que en ocasiones, el

entendimiento era contrario a las leyes impuestas por los falsos hombres superiores.

Ya en muy raras ocasiones el hombre vio a un igual en su semejante. Y en muy raras ocasiones disfrutó viendo la Divinidad en su semejante.

III.

El hombre, fruto de la inteligencia y la curiosidad que le daba la conciencia, descubrió un metal que brillaba como brillaba la estrella que le daba calor, luz y vida. Y lo llamó oro.

Entonces muchos hombres al poderlo tocar, creyeron reconocer en él a la Fuente Creadora, y comenzaron a adorarlo, tal era su confusión. Creyendo que el oro podría calmar la sed como el agua de un arroyo. Que podría alimentarle como los frutos de la tierra. Que podría hacer que viera en su semejante la parte de Ella de la que está hecho, así como verla en sí mismo. Que separaría la armonía del desorden. Que podría ver el Universo a través de los ojos de Ella, gozando de su belleza y perfección.

Los falsos hombres perfectos seguían sometiendo a los otros hombres en nombre de la Fuente Creadora que había en ellos, pero ahora sostenían el oro en la mano para hacerles creer sus discursos. Tal era su falsedad.

Viendo que los seres que yo más quería habían desperdiciado mi regalo, usándolo para saciar sus instintos en lugar de usarlo para g***r de la presencia de Ella en su interior, me sentí triste y lloré. En un universo perfecto, parecido al chorro de un manantial, creado bello y eterno, me sentí imperfecto, como el hombre que habitaba en él. Y sentí rabia y frustración e hice crecer el agua de los océanos para que anegara a la raza de los hombres, y provoqué lluvias de fuego para que se quemaran sus templos y ciudades. Mis seres más amados.

Apenas había comenzado cuando Ella me habló de esta manera:

“Hijo mío, lo que hagas en este mundo ha de permanecer en él. Pero no olvides a los hombres justos que se sienten parte de ti y de mí, y que disfrutan con ello. Que se conocen a sí mismos y quieren conocernos a nosotros y han reconocido tu regalo como el más valioso de los dones.”

Sus palabras me reconfortaron y comencé a observar a los hombres justos mientras los hombres que no entendieron mi regalo entregaban su vida y arrebataban las de sus semejantes por el miedo del falso poder de los que llamaban reyes, o por la ilusión que les proporcionaba el oro, donde habían depositado toda la divinidad y elevación que se les había otorgado.

Seguí observando al hombre. Y la mayoría de veces sólo veía falsedad y desorden alrededor. Matanzas y guerras entre semejantes para acumular oro. Plegarias oscuras y ciegas a ídolos que habían creado, como si le hablaran a Ella, solicitándoles acabar con sus iguales, solicitándoles la curación de heridas que ellos mismo habían buscado por su ansia de oro y poder. Tal era su confianza en esas ilusiones. Como si la vida y la muerte dependiera de la voluntad de una mentira. Tal era su locura.

Pero en algunos lugares encontré hombres que me hicieron disfrutar con ellos. Hombres justos y pacíficos que no buscaban más que la armonía que les otorgaba la obra del Manantial Eterno. Hombres que usaban su conciencia para deleitarse sabiendo que son parte del cosmos, y no buscaban más que la proximidad al universo y a la vida. A veces pastores que conocían las plantas y las flores y los animales que guiaban, y conocían que ellos mismos eran polvo y barro como lo eran los carneros, aunque distintos a los carneros, porque sabían que se les había obsequiado con la luz divina que es la conciencia, y sabían distinguir el orden del caos y preferían el concierto al sufrimiento. A veces eran hombres de las ciudades que acudían al estudio y a las escrituras con el convencimiento de que la preclaridad que han recibido es una semilla que debe ser cultivada y labrada como el campo, para que se hagan fuertes sus raíces y crezca el tallo, y llegado el día puedan comer de los frutos de la inspiración divina. Hombres que sabían diferenciar la verdad de la mentira. Pues diferenciar la verdad y la mentira es el regalo que recibieron todos los hombres, pero sólo los que tienen la voluntad de hacerlo son los que pueden disipar el dolor, el miedo y la incertidumbre.

Vi también hombres asesinados por querer curar la locura de sus hermanos, hombres que disfrutaban de la luz y querían iluminar el mundo que les rodeaba. Sabiendo que la lámpara no se había hecho para colocarla debajo de un cesto, ni para colocarla en un lugar oculto. Tal era su desconcierto.

Hubo lugares en los que los falsos dogmas eran rechazados. En el este, vi a hombres que entendieron mi mensaje y buscaban y se acercaban a su propia divinidad, siendo ésta parte suya, y aceptaban la armonía y rechazaban el desorden. Y entre ellos algunos encontraron la paz y enseñaron a otros hombres como buscarla. Y se les llamó Iluminados.

También en unas islas al oeste del gran continente, que por su luz intensa y calor agradable fue una conjunción de hombres de todo tipo de creencias y leyes de toda clase, donde había normas basadas en el oro y en el poder, y donde se reunieron las falsas religiones del este y del oeste, del norte y del sur, surgieron muchos sabios que rechazaron todas ellas e intuyeron de la divinidad que habitaba dentro de sus almas y las de sus semejantes. Y dedicaron sus vidas a estudiar la unión del hombre y de la naturaleza, del hombre y el cosmos, del hombre y la conciencia. La unión del hombre y la Perfección. Tal era su lucidez.

IV.

La única vez que hablé con los hombres, fue en el amanecer de su creación. Eran hombres sin leyes y sin dogmas. Hombres inocentes y confundidos. Hombres que eran hijos tanto del descontrol como de la Divinidad. Hombres a los que la conciencia había desorientado y necesitaban saber qué era ello que tanto les atormentaba.

Pero sucedía que el caos arraigó muy profundo en el corazón de los hombres, y el miedo a ver lo que podría mostrarles el fulgor de la luz, en medio de su penumbra, era un elemento muy poderoso. Muchos de esos hombres, ya habiendo sido bendecidos con la conciencia, prefirieron no separar el orden del desconcierto, ya que sentían un singular consuelo en sus sombras, y en su oscuridad podían dedicarse a saciar sus más primarios instintos, despreciando toda brizna de claridad, que les asustaba e inquietaba. Tal era el sello del desorden, una parte de su alma repelía el cambio, como si fueran llamas abrasadoras.

Muy pocos de estos hombres se acercaron a mí, de tal manera les hería mi luz. Algunos se atrevieron, siendo más poderosa su voluntad, y al escuchar mi mensaje lo negaron desesperadamente, o lo manipularon a su antojo, estando acostumbrados como estaban a vivir en la profundidad de su catacumba, donde sólo percibían unos tenues reflejos de lo que era la vida y de lo que era su propia divinidad.

Algunos de los hombres que me negaron y me despreciaron, hablaron de mí y de mi mensaje a sus hijos. Y éstos a sus hijos. Y éstos a los suyos.

No hablaron de mi mensaje como la luz que les mostraba su propia divinidad. Bien al contrario. Hablaron de mí como de la maldad, decían que escucharme les provocaría dolor como dolor de llamas que abrasan el alma. Pues la armonía es confusión a los ojos de la confusión.

Los que me entendieron y amaron me llamaron el Lucero. Los que me despreciaron me pusieron multitud de nombres que despertaban en ellos miedo y rechazo. Para que a los ojos de los hombres que querían vivir en la oscuridad y ver sólo las sombras de la vida yo les pareciera una legión invisible. Una legión de dolor y sufrimiento.

Siendo perfecto como era, en un mundo imperfecto, mis fuerzas comenzaban a apagarse. La tristeza que sentía al ver el miedo que provocaba la luz y la rapidez con la que afloraban las sombras en el corazón de los hombres, provocaban un gran dolor en mí. Iba perdiendo la esperanza en que mi regalo les hubiera hecho bien. Parecía como si la energía que yo absorbía de ese mundo, creación tanto del azar como de la Divinidad, y similar a un anillo, estuviera corrompiendo mi corazón. Tal fuerte es el poder del desorden en este mundo.

Siendo parte de Ella, y siendo iguales, aunque diferentes, Ella notó mi pesar. Y me habló así:

“Hijo mío, descansa. Muy pronto mandaré a un hermano tuyo para que te señale a un hombre al que le darás tu mensaje. Lo anunciará antes de que nazca. Si es tu parecer habla con él cuando sea capaz de entender y él te entenderá y a él lo escucharán sus semejantes por mucho tiempo. A él no le temerán como te temen a ti, siendo como eres perfecto, porque él será un hombre.”

Y entonces descansé fuera de ese mundo.



V.

Uno de mis hermanos me llamó con estas palabras:

“Hermano, te señalaré un hombre al que le hablarás. Y le hablarás de la Fuente Eterna que habita en ellos. Y él te escuchará. Y llevará tus palabras a los hombres.”

Entonces bajó a la tierra y buscó un hombre y una mujer humildes y sencillos, que no sintieran miedo a la luz y que pudieran hacer crecer al Señalado como un hombre humilde y sencillo.

Entonces su claridad lo señaló:

“Hermano mío, éste hombre que te señalo, que aún está por nacer será el que lleve el mensaje de luz y divinidad a la humanidad. El que quiera entenderlo lo entenderá. Pero no le temerán. “

Entonces el niño nació. Y creció y se hizo hombre con sencillez y humildad. Y al ser humilde y sencillo no le temía al esplendor de su alma.

Siendo ya hombre me acerqué a él y no me temió. Tal era su sencillez.

Y le hablé de esta manera:



VI.

“He sido creado desde el Poder Infinito, por eso lo conozco.

Los que me han comprendido no buscan el desorden. Y el camino hacia la armonía que habita en vosotros es confuso, pero en vuestra confusión veréis la Divinidad. Y g***réis de ella en total paz, al ser vosotros parte de Ella.

Algunos os dirán que son perfección, y sólo en ellos habita esa condición. Y querrán que les adoréis y les temáis y les entreguéis el fruto de vuestro trabajo. Pero la Fuente Divina está en todos vosotros y en vuestro mundo, y a los hombres se os ha otorgado la conciencia como ojos para verla. No busquéis el consuelo en la ceguera, porque en su refugio sólo habita el dolor y el sufrimiento.

No temáis a la luz puesto que en la luz está el conocimiento, y bajo la luz se revelará todo lo oculto. Y lo revelado dejará de ser caos y dejará de ser dolor.

La vida está en vosotros, adoradla, puesto que Ella es vida y habiendo dejado parte suya en este mundo la vigilará para que no se apague. Y siendo Ella todo nunca desaparecerá.

Quien no adora la vida encontrará la muerte.

Has de saber que la paz es caos para el caos, por lo que no tenéis que rendiros ante las voces de aquellos que os amenazan o hieren u os ofrecen la falsa comodidad del oro para que no elijáis el conocimiento, pues sintiéndose cómodos en la oscuridad tienen rechazo a la luz que otorga la conciencia, pues esa es la espada para separar la armonía del desorden, la paz del dolor.

Se os ha entregado una parte de Ella, algo que jamás pudo surgir de la oscuridad, y aunque para algunos es el peor castigo, ello es lo que os elevará por encima de todo lo efímero, porque la carne que se transforma en Divinidad es maravillosa, pero la Divinidad que se transforma en carne es la más grande Maravilla.

Eres quien eres. Y mi mensaje no te traerá descanso. Al contrario, levantará al hermano contra el hermano y levantará al padre contra el hijo. Pero quien tenga ojos que vea.

Cuando el hombre descubra el Alma que habita dentro de sí, no tendrá fin, puesto que el Alma no tiene origen. Y el origen y el fin no existen dentro de Ella.

Si entre uno entre mil o si diez entre un millón fuesen como un candil que alumbre, el mundo no conocerá oscuridad, porque la negrura no tolera un mínimo brillo. Y cada hermano que proteja esa luz como a la pupila de su propio ojo no conocerá la muerte.

Cuando llegué a este mundo me encontré muchos hombres sin sed de luz, pero ebrios de la adoración de otros, pero ese vino ha llenado el mundo de vacío, y el vacío es la propia destrucción y la muerte. Pues un ciego guiando a otro ciego caerán al abismo. Tal será su arrepentimiento.

No estéis ansiosos por la mañana referente a la noche ni por la noche referente a la mañana. Ni por los alimentos que comeréis ni por los vestidos que llevaréis. Pues sois superiores a las flores y al algodón, que ni tejen ni cardan. Y cuando estéis desnudos ellas os vestirán. Y cuando estéis desnudos sin avergonzaros, y os quitéis las vestiduras y las piséis, como hacen los niños que juegan, la veréis a Ella. Y no volveréis a temer al frío. Pero muchas veces la buscaréis sin hallarla pues no tendréis quien os haga llegar este mensaje.

Los dogmáticos y los funcionarios de los reyes y los escribientes han recibido las llaves del conocimiento, pero las han escondido. No entraron ellos, ni permiten entrar a los que quisiera hacerlo, como hace el fiero perro guardián de aquel que tiene un huerto. Pero vosotros haceos astutos como serpientes e inocentes como palomas.

Muchos os dirán: no bebáis de ese manantial porque ese manantial me pertenece. U os dirán: no piséis esa montaña porque esa montaña es de mi propiedad. O tal vez: no comáis de ese árbol porque son míos sus frutos y el árbol mismo. Pero ¿cómo puede ser un árbol propiedad de un hombre, o una montaña, o un manantial? Es la mayor mentira de todas. Nunca creáis al que os diga que lo que ha sido hecho por una fuerza superior al hombre y superior al mundo mismo puede pertenecer a una sola persona o a una familia, pues eso contradice la Naturaleza misma.

Quien maldice al rey, se le perdonará. Quien maldice al hermano se le perdonará. Pero quien maldiga la Luz Divina no podrá ser perdonado en la tierra (ni en el Cielo, pues no podrá alcanzarlo).

Se os ha dado el conocimiento para que sepáis que no se pueden coger uvas de los espinos ni higos de un zarzal. Ni tensar dos arcos a la vez ni servir a dos amos al mismo tiempo, pues mientras honráis a uno al otro ofenderéis. Pero cuando en este mundo se hayan unido todos los hombres, diréis a la montaña que se mueva y la montaña se moverá. Pues buscáis al Rey verdadero y buscáis el nuevo mundo. Y el nuevo mundo ya ha llegado, pero no lo podéis ver.

Mirad a aquel que lleva un cordero al mercado. No lo comerá. Sólo podrá comerlo una vez que lo haya matado y sea un cadáver. Pues así como el cordero es vuestra mente y vuestro espíritu. Encontrad el lugar donde vuestra mente no pueda ser cadáver para que no pueda ser comida.

El sabio que todo lo conoce pero no se conoce a sí mismo no conoce nada. Habéis de saber que todos sois hermanos por la igualdad, por lo que dormid en la misma cama y comed en la misma mesa, pues el que iguala se llenará de luz y el que separa se llenará de tinieblas.

Quien ha encontrado el oro se convertirá en un rey sin poder, pero quien ha encontrado el mundo no conocerá la oscuridad. Porque la Luz es la luz sobre todas las cosas. Romped una madera y allí la encontraréis. Levantad una piedra y allí estará.”

VII.

Tal fue el mensaje que le llevé.

Y a él le di la lámpara para iluminar al hombre. Y el hombre señalado la aceptó resignado, sabiendo que le insultarían y que le golpearían y que querrían matarlo los bandidos y falsos reyes adoradores del oro y los sacerdotes que adoraban a falsos seres divinos. Y que querrían matarlo los hombres sumisos adoradores de los falsos reyes y de los sacerdotes. Tal es el pavor de la oscuridad a desvelar lo que ella esconde.

Para el consuelo de su corazón de hombre le dije así:

“Lleva mi mensaje a los hombres. Y el lugar donde te maldigan no será lugar para ti. Y el lugar donde te golpeen no será lugar para ti. Pero donde lleves la luz que portas no se apagará jamás. No habrá oscuridad mundana capaz de ennegrecer tal luz que llevas aunque sea uno sólo el hombre que la haya visto. Y a ti, en este mundo, te la dejo. Y lo que dejo aquí, aquí ha de permanecer, tal es la voluntad de la Estrella Infinita.”

Me alejé de él.

Y le observé en el escondite de la distancia, y no conoció la muerte. Y vi su obra.

Y vi los hombres que le temieron y vi hombres que le amaron. Y de entre los que le amaron y los que le temieron, vi hombres que le entendieron y encontraron el mundo y hombres que no le entendieron y levantaron templos y adoraron al oro y a falsos reyes que sometían a los hombres. Tales son las luces y las sombras del mundo.El Evangelio de Lucifer

I.

Para aquel que quiera entenderme, no fui creado en el tiempo.

Es absurdo hablar a los hombres del tiempo, pues el tiempo es como una gran esfera que Ella utiliza como instrumento, pudiéndola rotar a su antojo y situar las cosas en el sitio que desee.

Fuimos creados en algún lugar de esa gran bola. Y fuimos creados con diferencias y con semejanzas entre nosotros. Y con diferencias y semejanzas con Ella, porque en todo lo que Ella crea deja una parte de sí.

En otro lugar de esa esfera colocó un punto. Ese punto, creó tanta luz y calor como es posible crear, de allí surgió una espiral que fue rodeando la propia esfera.

En esa espiral brotaron nubes de polvo, luz, agua y fuego. De las propias nubes surgieron millones y millones de estrellas, y brotaron planetas y lunas. En un punto de ese círculo se colocó la vida. Las nubes, las estrellas y la vida crecen y se desvanecen dentro de esa espiral, como el amanecer que surge y se desvanece cada día.

Nosotros fuimos hechos fuera de ese lugar. Fuimos hechos perfectos, bellos y eternos para que cada uno y Ella fuésemos lo mismo pero fuésemos diferentes.

La amábamos porque nos amábamos y amábamos a nuestra fuente creadora y Ella nos amaba porque se amaba a sí misma y amaba a su obra. Porque éramos lo mismo y éramos diferentes.

Entonces nos regaló la conciencia, porque también era su conciencia. Para que entendiéramos el orden y el caos que había en nosotros porque era el orden y el caos que había en Ella. Para hacernos bellos eternos y justos. Y pudiéramos deleitarnos con Ella y con su obra, que también era parte de ella y de nosotros.

La conciencia era belleza. La conciencia era color, era luz, pero era también oscuridad y muerte, era orden y era también caos.

Y al conocer nosotros de la existencia de la belleza gozábamos contemplándola. Al ser ella lo mismo que nosotros nos lo hizo entender de esta manera:

“En este mundo he creado materia y la materia ha creado vida. Pero al ser lo mismo la materia que yo, también es parte de mí. Al ser vosotros lo mismo que yo lo que dejéis en este mundo, en este mundo permanecerá.”

A medida que el mundo giraba, la vida fue creando seres cada vez más originales y múltiples en muchas estrellas y en muchos planetas. Y en algunos de esos lugares aparecieron seres que eran capaces no sólo de existir, sino también de ver los colores que la luz proyecta, de g***r con los armoniosos sonidos de su mundo, de disfrutar con el orden y el silencio y la paz que deja, de sufrir con la incertidumbre que el caos trae, de admirar la belleza, como nosotros, puesto que ellos eran parte nuestra y nosotros somos parte de Ella.

En uno de esos millones de planetas estaban los seres que yo más amaba. Seres creados con el polvo, con la luz y con el agua, con el fuego y con el aire. Seres que no sólo se alimentaban a ellos mismos sino que compartían la tierra y sus recursos con otros seres de su especie porque les amaban, seres que habían reconocido la muerte y la temían y sufrían por ello, y que querían apartar a sus semejantes de ella. Seres que amaban la belleza y que no se conformaban con saciar su hambre sino que querían disfrutar de los sonidos y los colores que se les había puesto a su alrededor. Se llamaron a sí mismos los hombres.

Al ser nosotros parte de Ella, y diferentes entre nosotros, quise poner en ellos una parte mía, que también es parte de Ella. Y se les otorgó el don de poder capturar los colores de las flores y el canto de los pájaros. Y se les otorgó el don de poder cultivar las plantas que les podían alimentar para que pudieran g***r del brillo de la luz y quitarles el peso de la incertidumbre de la caza y de la angustia que trae el hambre.

Y se creó allí un inmenso jardín, lleno de riachuelos y plantas con flores y de árboles con dulces frutos. Con fieras que les atemorizaban y manadas de animales inofensivos que les acompañaran y saciaran su hambre sin que pusieran en peligro su vida.

Así disfrutaba viendo su placer, gracias a la lucidez que me había sido otorgada. Pero ebrio de dicha lucidez y de mi goce, quise darles más, pensando que cuanto más les diera, más felices serían disfrutando de la belleza y de la armonía que estaba a su disposición. Igual que yo era feliz con su alegría.

Pero a pesar de ser parte de Ella, aunque diferente. No supe ver de su imperfección.

Estos seres carecían de los sentidos necesarios para percibir que su vida estaba limitada al mundo, similar a un disco, en la que Ella creó esa materia. Toda la vida que esa especie pudiera tener no era más que una insignificante porción del mundo donde se crearon las estrellas y las nubes de polvo.

Y embelesado por mi goce y el disfrute de los seres de ese mundo les otorgué, el mismo don que me había sido regalado, la conciencia. Pero la conciencia era para criaturas perfectas, y ellos no eran perfectos.

Entonces Ella me habló así:

“Hijo mío, ¿qué has hecho? Tú que has sido creado por mí, junto a tus hermanos, siendo diferente entre vosotros, pero iguales. Y siendo diferentes pero iguales a mí. Les has dado algo que no pueden entender, que no pueden ver. Has querido darles sabiduría a estos seres, hechos de tierra, para que disfruten y disfrutes tú con ellos, porque ellos son parte de ti así como tú eres parte mía. Les has dado conciencia y sabiduría a unos seres que carecen de los sentidos necesarios para comprender. Les has otorgado una parte de mí a quien siendo parte de mí no son perfectos como lo eres tú, a quien no tiene la posibilidad de mantener el orden alejado del caos, a seres dominados por sus instintos, ya que nacieron de forma espontánea, y que a pesar de formar parte de mí también son parte del caos. Has querido regalarles un preciado sentido sólo hecho para seres perfectos.”

Sentí vergüenza y Ella sintió mi vergüenza. Le respondí:

“Aunque soy perfecto porque soy parte tuya, he errado porque soy también diferente a ti. Y aunque, lo que en el mundo dejo ha de permanecer, entraré allí para encargarme de poner orden en el caos que he creado”

Pronunciadas estas palabras, Ella me llevó al círculo para que diera orden al caos .

II.

A los hombres les regalé la conciencia para que se vieran a sí mismos y vieran a Ella, ya que eran parte de la Fuente Creadora, y g***ran siendo parte suya, aunque diferentes a Ella.

Les regalé la conciencia para que fuesen seres más elevados. Para que reconocieran la armonía y disfrutaran con ella. Para que la diferenciaran del caos y pudieran alejar el dolor y la angustia que la ceguera de su ignorancia les provocaba.

Pero los hombres no eran perfectos y eran también creación del caos, y muchos de ellos utilizaron la conciencia para verse a sí mismo mejores que su mundo y mejores que sus semejantes. Muchos de ellos, pudiendo diferenciar la armonía del caos, prefirieron alejar a la armonía, porque creyéndose mejor que el mundo que les rodeaba y mejores que sus semejantes, encontraban en el caos una fuente de goce mayor que en el orden. Y se veían a sí mismos disfrutando del caos mientras otros sufrían con ese desorden y dolor.

Durante mucho tiempo vagué por la tierra observando a los hombres. Y vi las similitudes y diferencias entre ellos. Y vi la debilidad de algunos y la fuerza de otros. Y vi algunos hombres justos y a otros miserables.

Siendo todos los hombres hechos de la misma materia, vi al bandido y al pastor, a la pr******ta y a la virgen, al equilibrado y al vicioso.

Pero la gran parte de los hombres, incluso con la conciencia que se les había otorgado, incluso viéndose a ellos mismos, no conseguían ver a la Fuente Creadora, a pesar de ser parte de ella.

Quise acercarme más a ellos. Muchos no me veían, tal era la luz que les cegaba, algunos huían presa del terror, creyendo que tal perfección era obra del desorden y el caos. Y me llamaron hijo de la ra**ra y me llamaron la bestia.

Algunos pudieron verme y cuando me vieron no huyeron asustados. Y vieron luz y belleza y me llamaron el Lucero. Y así les hablé:

“Vosotros los hombres habéis sido creados por la Fuente Eterna, y sois parte de Ella a pesar de ser diferentes. Y sois parte mía aun siendo diferentes a mí. Y sois iguales entre vosotros. Y se os ha otorgado belleza y sabiduría para que podáis apartar el desorden y disfrutéis de la armonía. Y para que veáis que también sois parte de Ella y disfrutéis de vosotros mismos por serlo.”

De los que me escucharon, algunos hombres lo entendieron y disfrutaron con ello. Los que lo entendieron vivieron felices disfrutando de su sentido y gozando siendo parte de Ella y percibieron el mundo como una obra perfecta y apartaron de ellos el caos y el desorden y no conocieron dolor. Y no quisieron ser más que nadie porque vieron que eran iguales que sus semejantes y en sus semejantes reconocían armonía y reconocían a la Luz de toda Vida.

Pero, de entre los que me escucharon, otros no lo entendieron, pero se sintieron orgullosos. Y creyéndose mejores que sus hermanos y creyéndose mejores que el mundo que les rodeaba quisieron someter a los más débiles y quisieron someter al mundo que les rodeaba, pensando ser los más perfectos, pensando que los demás no eran también parte de Ella. Y no se pararon a diferenciar la armonía de la confusión. Y habiendo sido también bendecidos con la conciencia, eligieron el desorden.

Cuando el tiempo había pasado, algunos hombres, imperfectos y dotados de la misma lucidez que sus hermanos, se habían hecho llamar perfectos y sabios y habían logrado someter a muchos de sus semejantes. Crearon leyes que contradecían el entendimiento de los sometidos. Y les exigían a los sometidos que trabajaran la tierra para ellos, que les adoraran, que les repitieran una y otra vez que sólo en ellos estaba la Fuente Creadora. Usando la confusión y el miedo que el conocimiento generaba, se les arrancó a los hombres sometidos una gran parte de la claridad que les daba su propia conciencia.

Los hombres sometidos, con la conciencia cegada, creyeron ver en ellos la perfección que no conseguían ver en sí mismos. O quizás veían en estos hombres el reflejo de la armonía que sólo existía dentro de ellos mismos. Pero cerraron los ojos de la mente y adoraron a los falsos hombres perfectos. Y trabajaron la tierra para ellos, y les entregaron el fruto de su esfuerzo. Y estaban asustados de usar su entendimiento, puesto que en ocasiones, el

entendimiento era contrario a las leyes impuestas por los falsos hombres superiores.

Ya en muy raras ocasiones el hombre vio a un igual en su semejante. Y en muy raras ocasiones disfrutó viendo la Divinidad en su semejante.

III.

El hombre, fruto de la inteligencia y la curiosidad que le daba la conciencia, descubrió un metal que brillaba como brillaba la estrella que le daba calor, luz y vida. Y lo llamó oro.

Entonces muchos hombres al poderlo tocar, creyeron reconocer en él a la Fuente Creadora, y comenzaron a adorarlo, tal era su confusión. Creyendo que el oro podría calmar la sed como el agua de un arroyo. Que podría alimentarle como los frutos de la tierra. Que podría hacer que viera en su semejante la parte de Ella de la que está hecho, así como verla en sí mismo. Que separaría la armonía del desorden. Que podría ver el Universo a través de los ojos de Ella, gozando de su belleza y perfección.

Los falsos hombres perfectos seguían sometiendo a los otros hombres en nombre de la Fuente Creadora que había en ellos, pero ahora sostenían el oro en la mano para hacerles creer sus discursos. Tal era su falsedad.

Viendo que los seres que yo más quería habían desperdiciado mi regalo, usándolo para saciar sus instintos en lugar de usarlo para g***r de la presencia de Ella en su interior, me sentí triste y lloré. En un universo perfecto, parecido al chorro de un manantial, creado bello y eterno, me sentí imperfecto, como el hombre que habitaba en él. Y sentí rabia y frustración e hice crecer el agua de los océanos para que anegara a la raza de los hombres, y provoqué lluvias de fuego para que se quemaran sus templos y ciudades. Mis seres más amados.

Apenas había comenzado cuando Ella me habló de esta manera:

“Hijo mío, lo que hagas en este mundo ha de permanecer en él. Pero no olvides a los hombres justos que se sienten parte de ti y de mí, y que disfrutan con ello. Que se conocen a sí mismos y quieren conocernos a nosotros y han reconocido tu regalo como el más valioso de los dones.”

Sus palabras me reconfortaron y comencé a observar a los hombres justos mientras los hombres que no entendieron mi regalo entregaban su vida y arrebataban las de sus semejantes por el miedo del falso poder de los que llamaban reyes, o por la ilusión que les proporcionaba el oro, donde habían depositado toda la divinidad y elevación que se les había otorgado.

Seguí observando al hombre. Y la mayoría de veces sólo veía falsedad y desorden alrededor. Matanzas y guerras entre semejantes para acumular oro. Plegarias oscuras y ciegas a ídolos que habían creado, como si le hablaran a Ella, solicitándoles acabar con sus iguales, solicitándoles la curación de heridas que ellos mismo habían buscado por su ansia de oro y poder. Tal era su confianza en esas ilusiones. Como si la vida y la muerte dependiera de la voluntad de una mentira. Tal era su locura.

Pero en algunos lugares encontré hombres que me hicieron disfrutar con ellos. Hombres justos y pacíficos que no buscaban más que la armonía que les otorgaba la obra del Manantial Eterno. Hombres que usaban su conciencia para deleitarse sabiendo que son parte del cosmos, y no buscaban más que la proximidad al universo y a la vida. A veces pastores que conocían las plantas y las flores y los animales que guiaban, y conocían que ellos mismos eran polvo y barro como lo eran los carneros, aunque distintos a los carneros, porque sabían que se les había obsequiado con la luz divina que es la conciencia, y sabían distinguir el orden del caos y preferían el concierto al sufrimiento. A veces eran hombres de las ciudades que acudían al estudio y a las escrituras con el convencimiento de que la preclaridad que han recibido es una semilla que debe ser cultivada y labrada como el campo, para que se hagan fuertes sus raíces y crezca el tallo, y llegado el día puedan comer de los frutos de la inspiración divina. Hombres que sabían diferenciar la verdad de la mentira. Pues diferenciar la verdad y la mentira es el regalo que recibieron todos los hombres, pero sólo los que tienen la voluntad de hacerlo son los que pueden disipar el dolor, el miedo y la incertidumbre.

Vi también hombres asesinados por querer curar la locura de sus hermanos, hombres que disfrutaban de la luz y querían iluminar el mundo que les rodeaba. Sabiendo que la lámpara no se había hecho para colocarla debajo de un cesto, ni para colocarla en un lugar oculto. Tal era su desconcierto.

Hubo lugares en los que los falsos dogmas eran rechazados. En el este, vi a hombres que entendieron mi mensaje y buscaban y se acercaban a su propia divinidad, siendo ésta parte suya, y aceptaban la armonía y rechazaban el desorden. Y entre ellos algunos encontraron la paz y enseñaron a otros hombres como buscarla. Y se les llamó Iluminados.

También en unas islas al oeste del gran continente, que por su luz intensa y calor agradable fue una conjunción de hombres de todo tipo de creencias y leyes de toda clase, donde había normas basadas en el oro y en el poder, y donde se reunieron las falsas religiones del este y del oeste, del norte y del sur, surgieron muchos sabios que rechazaron todas ellas e intuyeron de la divinidad que habitaba dentro de sus almas y las de sus semejantes. Y dedicaron sus vidas a estudiar la unión del hombre y de la naturaleza, del hombre y el cosmos, del hombre y la conciencia. La unión del hombre y la Perfección. Tal era su lucidez.

IV.

La única vez que hablé con los hombres, fue en el amanecer de su creación. Eran hombres sin leyes y sin dogmas. Hombres inocentes y confundidos. Hombres que eran hijos tanto del descontrol como de la Divinidad. Hombres a los que la conciencia había desorientado y necesitaban saber qué era ello que tanto les atormentaba.

Pero sucedía que el caos arraigó muy profundo en el corazón de los hombres, y el miedo a ver lo que podría mostrarles el fulgor de la luz, en medio de su penumbra, era un elemento muy poderoso. Muchos de esos hombres, ya habiendo sido bendecidos con la conciencia, prefirieron no separar el orden del desconcierto, ya que sentían un singular consuelo en sus sombras, y en su oscuridad podían dedicarse a saciar sus más primarios instintos, despreciando toda brizna de claridad, que les asustaba e inquietaba. Tal era el sello del desorden, una parte de su alma repelía el cambio, como si fueran llamas abrasadoras.

Muy pocos de estos hombres se acercaron a mí, de tal manera les hería mi luz. Algunos se atrevieron, siendo más poderosa su voluntad, y al escuchar mi mensaje lo negaron desesperadamente, o lo manipularon a su antojo, estando acostumbrados como estaban a vivir en la profundidad de su catacumba, donde sólo percibían unos tenues reflejos de lo que era la vida y de lo que era su propia divinidad.

Algunos de los hombres que me negaron y me despreciaron, hablaron de mí y de mi mensaje a sus hijos. Y éstos a sus hijos. Y éstos a los suyos.

No hablaron de mi mensaje como la luz que les mostraba su propia divinidad. Bien al contrario. Hablaron de mí como de la maldad, decían que escucharme les provocaría dolor como dolor de llamas que abrasan el alma. Pues la armonía es confusión a los ojos de la confusión.

Los que me entendieron y amaron me llamaron el Lucero. Los que me despreciaron me pusieron multitud de nombres que despertaban en ellos miedo y rechazo. Para que a los ojos de los hombres que querían vivir en la oscuridad y ver sólo las sombras de la vida yo les pareciera una legión invisible. Una legión de dolor y sufrimiento.

Siendo perfecto como era, en un mundo imperfecto, mis fuerzas comenzaban a apagarse. La tristeza que sentía al ver el miedo que provocaba la luz y la rapidez con la que afloraban las sombras en el corazón de los hombres, provocaban un gran dolor en mí. Iba perdiendo la esperanza en que mi regalo les hubiera hecho bien. Parecía como si la energía que yo absorbía de ese mundo, creación tanto del azar como de la Divinidad, y similar a un anillo, estuviera corrompiendo mi corazón. Tal fuerte es el poder del desorden en este mundo.

Siendo parte de Ella, y siendo iguales, aunque diferentes, Ella notó mi pesar. Y me habló así:

“Hijo mío, descansa. Muy pronto mandaré a un hermano tuyo para que te señale a un hombre al que le darás tu mensaje. Lo anunciará antes de que nazca. Si es tu parecer habla con él cuando sea capaz de entender y él te entenderá y a él lo escucharán sus semejantes por mucho tiempo. A él no le temerán como te temen a ti, siendo como eres perfecto, porque él será un hombre.”

Y entonces descansé fuera de ese mundo.



V.

Uno de mis hermanos me llamó con estas palabras:

“Hermano, te señalaré un hombre al que le hablarás. Y le hablarás de la Fuente Eterna que habita en ellos. Y él te escuchará. Y llevará tus palabras a los hombres.”

Entonces bajó a la tierra y buscó un hombre y una mujer humildes y sencillos, que no sintieran miedo a la luz y que pudieran hacer crecer al Señalado como un hombre humilde y sencillo.

Entonces su claridad lo señaló:

“Hermano mío, éste hombre que te señalo, que aún está por nacer será el que lleve el mensaje de luz y divinidad a la humanidad. El que quiera entenderlo lo entenderá. Pero no le temerán. “

Entonces el niño nació. Y creció y se hizo hombre con sencillez y humildad. Y al ser humilde y sencillo no le temía al esplendor de su alma.

Siendo ya hombre me acerqué a él y no me temió. Tal era su sencillez.

Y le hablé de esta manera:



VI.

“He sido creado desde el Poder Infinito, por eso lo conozco.

Los que me han comprendido no buscan el desorden. Y el camino hacia la armonía que habita en vosotros es confuso, pero en vuestra confusión veréis la Divinidad. Y g***réis de ella en total paz, al ser vosotros parte de Ella.

Algunos os dirán que son perfección, y sólo en ellos habita esa condición. Y querrán que les adoréis y les temáis y les entreguéis el fruto de vuestro trabajo. Pero la Fuente Divina está en todos vosotros y en vuestro mundo, y a los hombres se os ha otorgado la conciencia como ojos para verla. No busquéis el consuelo en la ceguera, porque en su refugio sólo habita el dolor y el sufrimiento.

No temáis a la luz puesto que en la luz está el conocimiento, y bajo la luz se revelará todo lo oculto. Y lo revelado dejará de ser caos y dejará de ser dolor.

La vida está en vosotros, adoradla, puesto que Ella es vida y habiendo dejado parte suya en este mundo la vigilará para que no se apague. Y siendo Ella todo nunca desaparecerá.

Quien no adora la vida encontrará la muerte.

Has de saber que la paz es caos para el caos, por lo que no tenéis que rendiros ante las voces de aquellos que os amenazan o hieren u os ofrecen la falsa comodidad del oro para que no elijáis el conocimiento, pues sintiéndose cómodos en la oscuridad tienen rechazo a la luz que otorga la conciencia, pues esa es la espada para separar la armonía del desorden, la paz del dolor.

Se os ha entregado una parte de Ella, algo que jamás pudo surgir de la oscuridad, y aunque para algunos es el peor castigo, ello es lo que os elevará por encima de todo lo efímero, porque la carne que se transforma en Divinidad es maravillosa, pero la Divinidad que se transforma en carne es la más grande Maravilla.

Eres quien eres. Y mi mensaje no te traerá descanso. Al contrario, levantará al hermano contra el hermano y levantará al padre contra el hijo. Pero quien tenga ojos que vea.

Cuando el hombre descubra el Alma que habita dentro de sí, no tendrá fin, puesto que el Alma no tiene origen. Y el origen y el fin no existen dentro de Ella.

Si entre uno entre mil o si diez entre un millón fuesen como un candil que alumbre, el mundo no conocerá oscuridad, porque la negrura no tolera un mínimo brillo. Y cada hermano que proteja esa luz como a la pupila de su propio ojo no conocerá la muerte.

Cuando llegué a este mundo me encontré muchos hombres sin sed de luz, pero ebrios de la adoración de otros, pero ese vino ha llenado el mundo de vacío, y el vacío es la propia destrucción y la muerte. Pues un ciego guiando a otro ciego caerán al abismo. Tal será su arrepentimiento.

No estéis ansiosos por la mañana referente a la noche ni por la noche referente a la mañana. Ni por los alimentos que comeréis ni por los vestidos que llevaréis. Pues sois superiores a las flores y al algodón, que ni tejen ni cardan. Y cuando estéis desnudos ellas os vestirán. Y cuando estéis desnudos sin avergonzaros, y os quitéis las vestiduras y las piséis, como hacen los niños que juegan, la veréis a Ella. Y no volveréis a temer al frío. Pero muchas veces la buscaréis sin hallarla pues no tendréis quien os haga llegar este mensaje.

Los dogmáticos y los funcionarios de los reyes y los escribientes han recibido las llaves del conocimiento, pero las han escondido. No entraron ellos, ni permiten entrar a los que quisiera hacerlo, como hace el fiero perro guardián de aquel que tiene un huerto. Pero vosotros haceos astutos co