Amatzin

¡¡¡ Lanzamiento de Amatzin !!!

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Amatzin es un blog que busca promover el conocimiento y la discusión acerca del idioma náhuat, también conocido como “pipil” o “náhuat de El Salvador”.

Amatzin es un centro de recursos digitales y una biblioteca virtual donde se puede encontrar información, documentos, y análisis que contribuyen a una historia de la lengua náhuat. Cuenta con recursos web, mapas, y un espacio dedicado a los artículos de prensa publicados desde los años 1990 sobre el náhuat y su revitalización.

Amatzin usa Hypotheses.org, una plataforma pública que reúne miles de blogs de todos los campos de las Ciencias Sociales y las Humanidades, y forma parte de un portal más vasto, OpenEdition, una completa infraestructura de edición electrónica en acceso abierto al servicio de la difusión de publicaciones de Ciencias Sociales y Humanidades.

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"A los 60 años, Juan Portillo rememora, aún con miedo, la represión que marcó sus días de niñez y juventud.

"Nací cerquita de Joya de Cerén, en el Valle de San Andrés. Recuerdo bien el día en que mi tata me dijo que por fin iría a la escuela. Tenía siete años. Me puse feliz, porque quería aprender tantas cosas... lo que no sabía era que me iba a encontrar con que, en la escuela Las Anonas, sólo yo hablaba nahuat. En mi casa nadie hablaba español. Fue duro: mi profesora me ponía, todos los días, una hora de plantón, con una piedra en la cabeza, por no saber hablar el idioma. Mis compañeros se burlaban de mí, se reían en mi cara. Yo me quedaba callado, porque tenía la esperanza de aprender. Tardé tres meses en hablar el idioma 'de todos'. Cuando por fin los castigos habían terminado y mis compañeros ya no se burlaban de mí, mi tata me dijo que me iba a sacar de la escuela, porque tenía que ayudarle en la milpa. Ese día lloré. Es que ya empezaban a gustarme las historias que leía, los cuentos... ya no sólo veía los dibujitos, ¡lo entendía todo!

Pero, bien, había que obedecer al tata. Y asimilar otras cosas que pasaban, aunque no se comprendieran. Como cuando me quitaron mis caites. La 'guardia blanca' andaba encima de uno y había que cuidarse, porque si no le iba mal... lo metían preso, en el mejor de los casos. Era prohibido andar caites y ropa de manta. Era preferible andar 'a chuña' que quedar en evidencia con el caite. Así trabajé durante muchos años, cultivando maíz y maicillo; ocultando costumbres de mi casa, para sobrevivir.

Me casé y tuve nueve hijos. Con mis nietos y bisnietos ya perdí la cuenta... nunca sentí la libertad de transmitirle mis tradiciones, por miedo a que les quisieran hacer algo a ellos. Aprendieron poco de todo lo que mi tata me enseñó. Pero les enseñé lo básico: 'Para ser feliz en la vida, hay que respetar las costumbres de los demás'.

Por eso, lo menos que puedo hacer es seguir luchando por mis derechos. Imagínese, he viajado a Estados Unidos y Panamá para hablar sobre mi pueblo... no todo ha sido tan malo en mi vida"."

http://archivo.elsalvador.com/vertice/2001/10/15/vert8.html