Relatos de una ansiosa
Simples relatos de una persona ansiosa común.
Esos pensamientos que suelen llegar de madrugada...
Me consumen hasta quitarme el sueño, me mortifican hasta perder la paz, no los logro hacer callar y lograron hacerme llorar.
Estoy molesta...
La estúpida ansiedad no me deja tranquila, me atormenta, me enloquece, me aniquila.
Saca a relucir mis temores, defectos y complejos, hiriendo a las personas que más me entienden, me cuidan y protegen.
¿Cuando me dejaras en paz?...
Solo lastima y lastimo a los demás, dibujo tristeza en los rostros que provocan en mi felicidad; al hablar es como si soltara veneno hasta no poder más, todo lo digo de una manera que provoca vomitar y se que nadie soportaría tanta suciedad.
¿Porque te sientes tan poca cosa?
Si ese amigo/a te tiene envidia y quizá nunca sepas el por qué, la familia en ocasiones es peor que los enemigos sus pensamientos están basados en diferentes formas de ser educado, ese mal amor te daña diciendo que es mejor que tú, tus compañero/as de escuela o trabajo no te conocen en realidad para decir que no haces bien algo, tus jefes en realidad quieren meterte el pie para que renuncies buscando paz mental, tus vecinos siempre buscarán tus errores para poder saciar sus vidas hablando de la tuya.
NO nadie te observa queriéndote juzgar en el transporte público, NO hay nada malo en ti, NO pienses que no te ves bien, NO estás loco/a por pensar que el mundo está en tu contra, simplemente no estas en el entorno correcto...
Lo peor de tener ansiedad es que ante cualquier dificultad sientes que el mundo se te cae encima, te sientes culpable por creer que no tienes la capacidad de poder salir adelante, sientes que las personas te abandonan justo en el momento que más necesitas ayuda, pero tampoco quieres intentar pedirla por miedo a ser una molestia.
Luego estás pensando que hacer y sobre pensando posibles escenarios, unos caóticos otros no tanto. Quisieras callar tu voz interior que dice que no lo lograrás solo(a) pero te quieres demostrar a ti mismo(a) que si.
De pronto estas acostado(a) en la cama, o quizá en el suelo mirando hacia el techo preguntándote porque te sientes así, te comparas con otras personas que según tu son "más normales", comienzas a llorar por sentir esa frustración o impotencia.
Al final, caes en un sueño profundo dónde todo vuelve a la calma, son minutos u horas dónde estás con paz, hasta que llega la hora de despertar.
Suelo pensar que estoy en un profundo estado de coma, dónde toda mi fantasía acabará con una triste realidad.
No fuí feliz, nadie en realidad me amo no llegué a merecer cariño, las personas que me apoyaban no existen.
En esa realidad solo estoy yo, sola, sin recordar mi nombre o siquiera mi edad, ya no saben que hacer conmigo pues tengo que irme sin rumbo porque ya he despertado.
Los días pasan y los siento más complicados… He perdido motivación, me da pereza realizar actividades que antes disfrutaba, suelo sonreír, pero solo por apariencia.
No puedo fallar, hay personas que no les gusta verme ansiosa, con ganas de llorar o simplemente melancólica. Mi vida ha cambiado tanto de un año para otro… Me siento obligada a seguir adelante, a enfrentar un día más, una guerra más.
Quiero pausar mi vida, respirar, destruir y luego construir, callar mis pensamientos y no escuchar más, no socializar, apagarme simplemente y que mi compañera sea la soledad.
Los días pasan y cada vez tengo más miedo, es como una señal de que todo saldrá mal.
Todo lo que me rodea es maravilloso, todo brilla, sé que hay un arcoíris al final del camino, pero no lo puedo ver… en ocasiones veo sombrío, solo hay lluvia y huracanes, siento que moriré.
Suelo estar alerta, caminar rápido y sin voltear atrás, me persiguen… es mi pasado, mi dolor; me quiere lastimar.
Logro escapar y vuelvo a encontrar el arcoíris, siento que debo quedarme, espero no tener que correr más.
No hay día que tu cabeza este llena de pensamientos fugaces y otros no tan fugaces…
Empieza al primer minuto en que te despiertas, ¿Qué me pondré?, ¿Dónde están mis zapatos favoritos?, ¿Esta ropa combina?... Creo que me veo gorda… desde ahí no podemos parar.
Solemos ver el día pasar, con todos esos pensamientos como música de fondo, es como si estuvieras en un elevador observando como vas bajando de piso en piso mientras escuchas una pieza de opera o de cualquier genero por la bocina.
Las cosas se intensifican cuando sucede algo importante en tu vida, tenemos miedo a lo nuevo, a lo incierto, a las personas y sobre todo… al error.
Creas todo un análisis de porque llegamos hasta ese punto de nuestras vidas, revivimos viejas heridas, añoramos experiencias agradables, pero todo se queda en el recuerdo. No es para nada fácil agradecer y cerrar un ciclo en tu vida, mucho menos iniciar otro… pero siempre tenemos que tratar y tratar.
Todo lo nuevo asusta, pero también sana… te preocupa, pero te hace aprender…
Agradezco a la vida por mi pasado, por mi presente y aunque preocupada por mi futuro, lista para dar lo mejor de mí.