GoldenVenus

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01/09/2021

𝑭𝒖𝒕𝒖𝒓𝒐




Tal vez jamás sabría que, o donde era ese lugar, tampoco por qué había terminado ahí ¿Sería capaz de recordarlo? Tan real, tan extraño, el mundo onírico siempre ha sido un misterio, incluso para una diosa.

El pestañear era lento, de pronto se sentía sumergida en una especie de tarro de miel gigante completamente a propósito, o eso creyó antes de que su vista, aún borrosa apenas comenzara a aclararse. Recostada, no lo hubiera notado si no fuera por abrir sus ojos, pues el tacto no ayudaba mucho como para notar el enorme charco de agua que acobijaba su cuerpo, con tal de no caer al vacío que existía en el fondo del todo, ni siquiera podía reflejarse todo lo que existía desde el lado opuesto.

Volteó su cabeza a un lado como única forma de ver lo que había a su alrededor, aunque tampoco había demasiado; Hojas verdes, plantas gigantes sin forma clara, sin un suelo del cual sujetarse, reflejados por una luz nocturna que dudosamente podía serlo. Casi de un suspiro, y gracias a una melodía que venía de ningún lado, levantó su torso; tan ligero que hasta era poco común, y tan pesado a la vez como su contenedor jamás se sintió.

¿Acaso el todo después de tantos años oía sus plegarias? Se había rendido hace mucho, resignada a vivir la vida como un simple mortal no era suficiente. Cuanto se extrañaba, que pese a la sensación insostenible de su cuerpo aún se alegraba de ver en ella que la tez blanca no existía más, y en sus piernas el brillo de su piel morena estaba como la última vez que casi ni podía recordar, en el escaso reflejo del agua la divinidad de Hathor brotaba desde los poros, si es que los tenía.

Si tan solo hubiera quedado en dicho momento no sería una obra del todo ¿O sí?

Aquella melodía tan inexplicable seguía sonando en la punta de su oído, suave, una sinfonía que provocaba la amnesia sobre toda la alegría que había sentido minutos atrás, o sobre lo vivido hace cinco segundos, ralentizaba el tiempo y agudizaba el cosquilleo en las palmas en sus manos, cada vez más lento, era como si quisiera despertar antes de lo que se avecinaba.

Fue cuestión de un segundo cuando la cabeza le rebotó sobre el concreto hecho de agua, arrastrada de la pierna derecha ¿Hacia el fondo? Tal vez hacia otro lugar que necesitaban ella viera. No tenía más remedio que aferrarse, desesperada por su vida, por sus deseos y los miles de plegarias susurradas en vano, aferrarse a lo que jamás podría conseguir, fracasada y con un miedo absurdo a que aquella cadena (literal) le arrancara la pierna. Solo el frenar abrupto y repentino de su cuerpo hizo que el resto de su cuerpo cayera de frente, sintiéndose liquida mientras la música aceleraba el paso del tiempo, todo pasaba sin control alguno de ella, tan rápido y Hathor solo quería parar todo, o al Todo.
Sobre el charco que invadía la mitad de su mentón, una luz de un enorme reflejo morado iba descendiendo, podía afirmar que se trataba de una forma humanoide, aunque tampoco el agua le dejaba ver con claridad, de alguna forma creía ser el único ser dentro de Scarlett ¿Por qué había pensado eso? ¿Era posible que dos entes tan poderosos vivieran en un cuerpo tan débil? O es que el mantener los ojos estancados en su luminiscencia le hacía perder la cordura, y es que no era capaz de mover un solo dedo frente a su presencia ¿Qué era? O peor aún ¿Quién era? Se preguntaba nuevamente en ese espacio seguro, como si no fuera a verla desde el lugar en que había terminado.

“Ya te encontró…” Se escuchó el murmuro burlesco desde el fondo, muy por debajo de su nuca se repetía, antes de que la luz tomara forma. Quiso frotar sus ojos para creer en lo que vio después, pero su cuerpo estaba adormecido, trémulo del miedo al ver ese rostro que conocía tan bien, del único ser humano en el mundo que podía reconocer al instante, pues era quien en los últimos años había visto cada mañana frente al espejo.

ꟷ ¿QUIEN ERES TÚ?ꟷ Como un estruendo se escuchó desde esa alma, de rostro furioso que se acercaba hacia ella con rapidez, el pecho se le apretaba, desde el suelo débil, se hundía con cada paso de esa alma, no entendía lo que pasaba y por alguna razón se resignaba al poder que, siendo mucho inferior, había caído sobre ella “Yo…Yo…” Murmuraba antes de caer, quería pedir disculpas, ladrona involuntaria de un cuerpo que ahora reclamaban, se arrepentía en el interior, sus ojos se cerraron esperando el final de su ser, de su poder.

[Seoul, Korea. Agosto 2020]

De un salto, tal como esa vez en la que cayo, sus recuerdos, el acelerar en su corazón, las ganas de vomitar, todo volvía por primera vez. Su pierna ardía al igual que su garganta, estaba desorientada, aturdida por aquel sueño, más bien esa pesadilla que pedía no tener nunca más. Nada había pasado, estaba completamente a salvo.

O tal vez no…

30/06/2021

𝑪𝒂𝒎𝒃𝒊𝒐𝒔 〖AU〗

✦ (Cazadora)


𝘙𝘦𝘭𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯 𝘮𝘢𝘨𝘪𝘤𝘢

𝗜𝗻𝘀𝘁𝗶𝘁𝘂𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗖𝗮𝘇𝗮𝗱𝗼𝗿𝗲𝘀, 𝗥𝗲𝗴𝗶𝗼𝗻 𝗔𝘀𝗶𝗮, 𝟭𝟱𝟯𝟵.

Preferiría haber usado sus propias lanzas, o “dagas”; esas que tallaba a mano solo para su uso personal, eran ligeras y Scarlett pensaba que conectaban mejor con el centro de su ser, debido a la pureza de su material. Es más, las hubiese usado, pero la resistencia de los monigotes de entrenamiento que estaban ese día especial era más que las de un cuerpo humano como para arriesgarse, se creía que el cuerpo de un dios era mil veces más resistente, ella creía que eran supersticiones impuestas por la institución.

Sus superiores eran conscientes del inagotable poder que albergaba en la joven bruja, y pese aún no tener conocimiento absoluto debido a su temprana edad, eso no les impedía buscar hasta la más mínima excusa para llevarla más allá de sus límites durante los exhaustivos entrenamientos de batalla, en este caso buscaban potenciar su magia para el combate, desde el principio querían convertirla en un arma viviente.

Con suma confianza ató aquel pañuelo negro a su cabeza, dejando que este cubriera por completo su vista; ni una sola mueca existente en su rostro, solo una pequeña mordida interna en la punta de la lengua, por lo demás imperceptible y que sin embargo ayudaba maravillosamente a su concentración. Solo cinco cuchillas entre sus manos debían ser obligatoriamente lanzadas sin ninguna clase de magia, las demás, disipadas por todo el piso del campo principal, difíciles de encontrar, podía usarlas como quisiera.

Lograba escuchar como las compuertas inferiores se abrían con lentitud, dando paso a unos imponentes y pesados muñecos, que Scarlett no sabía, pero estos estaban atados a un riel invisible que los haría moverse a una velocidad que ningún mortal, salvo un cazador, podría localizar. Solo bastó que sonara a alarma para que la bruja comenzara a moverse.

Un salto le permitió caer sobre sus pies sobre aquel pedestal donde le hicieron esperar sentada, su capa negra se alzó al instante, agradecía la gran movilidad que esta le permitió a la hora de lanzar las cuchillas. Una tras otra salían deslizándose de sus manos, parecía como si estas estuvieran perfectamente conectadas a Scarlett, quien guiaba su dirección exacta hasta los monigotes.

Su cuerpo se veía y sentía tan ligero, danzante, pero penetrante como estaca cuando atacaba, ni un solo cambio hubo en su expresión facial, como era de costumbre. Una respiración profunda de su parte y las primeras cuchillas del piso comenzaban a actuar, sin embargo, ya había previsto lo que pasaría. Odiaba el metal, enserio lo hacía, y debido a ello jamás quiso perfeccionar ese tipo de arma, grave error. Apenas unas pocas lograron dispararse, menos aún fueron las que realmente acertaron.

La alarma volvía a escucharse indicando el fin, para cuando levantó ligeramente el pañuelo pudo verse la desgracia, al menos para Scarlett lo era ¿Solo 10? Debía ser una mala broma.

ꟷ Quiero volverlo a intentar.ꟷ Alcanzó a decir justo antes que la Omnia a cargo, la bruja no era una cazadora con margen de error, y cuando sucedía, solo su voz podía delatar la frustración, y a la vez la terquedad que le caracterizaba.

Un día entero pudo haber estado encerrada en esa fortaleza metálica si alguien lo hubiese calculado, en cuanto a ella, no prestaba más atención que a los malditos monigotes, los cuales trató de identificar incluso antes de aparecer, sentía como su corazón palpitaba debido al cansancio, y su expresión comenzaba a romperse luego de tantos intentos. “Quiero intentarlo otra vez” eran las únicas palabras que emitía, cada vez más frustrada, cada vez más agitada, dos, tres, cuatro, salían disparadas, a veces más, a veces menos se alzaban con su magia. Nunca fue una cazadora con margen de error, pero aquella Omnia que la vigilaba, fue la única en saber la razón.

«Respira»

Un susurro en su cabeza, trajo consigo el silencio absoluto en el campo, un respiro de su parte apaciguó las aguas de su mente, sus propios ojos se cerraron, sin notarlo siquiera, el desbalance se estaba apoderando de ella. Luego de ese último respiro, en ese último intento ya nada más importó, era ella y el metal que la rodeaba.

Corrientes blancas recorrían cada espacio de si, equilibrando el movimiento instantáneo que le seguía al sonar la alarma, una melodía que hizo que cada una de las dagas dispersadas se levantaran en posición de ataque, uno que se sincronizaba con el mover de sus brazos al lanzar cuatro de las cinco lanzas que portaba, mientras estas se clavaban en la cabeza, pecho y cuello de los monigotes a la perfección.

La Omnia quedo impactada con la tranquilidad en los labios de la bruja, cuando notó que el centro de su frente se iluminaba en tonos índigo, su tercer ojo por primera vez se activó, y entre el impacto de su inmenso poder, una daga directamente en esa luz roja la sorprendió. Para cuando alzó nuevamente el pañuelo, sabía que lo había logrado.

Una Aqvua única, simplemente única en su especie, afirmó su líder.

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24/06/2021

𝑪𝒂𝒎𝒃𝒊𝒐𝒔 〖AU〗

✦ (Cazadora)


Nunca en toda su vida podría olvidar aquella historia sobre el día en que los dioses traicionaron sin piedad a sus más fieles seguidoras: Las brujas.

Hace muchos siglos atrás, las brujas eran conocidas como la mano derecha de cualquier dios, eran sus seguidoras, sacerdotisas, así como Eleanor Black lo fue, junto con su madre. Ambas solían adentrar al bosque cada luna llena, para rezar en nombre de Selene, la luna que admiraba con devoción. Sin embargo, a los dioses solo les importaba no ser olvidados, comenzaron una nueva religión con ese fin, y con ello llegó la masacre. Hermanas, tías, abuelas, todas colgadas o quemadas, asesinadas por el amor de esos dioses camuflados. Eleanor lo sabía con apenas diez años de edad, fue Selene quien delato a su madre y la dejó morir a manos de esos tiranos.

El Todo y la Nada la guiaron a la orden de Rosacruz, donde fue criada, y llevada a un continente totalmente desconocido. Ahí, dio a luz una bebé, mitad inglesa, mitad coreana, con ojos tan oscuros que podían reflejarse en ellos el juramento de Eleanor que ahora le pertenecía a su primogénita; llenar sus manos con la sangre de Selene, tal como lo intentó ella hasta el día de su muerte.

Scarlett era su nombre, nacida bajo el sol en escorpio y con una mirada tan penetrante como flecha, podía atravesarte si quisiera. Nadie, a excepción de algunos Omnia, saben de la verdadera edad de la bruja rango Aquva que desde los 1600 aún permanece tan joven como cualquier veinteañera.

Desde su infancia, se podía verle con la nariz siempre metida en un libro, podía ser el que fuera, pero la organización decidió instruirle la brujería desde el principio, adivinación era su área preferida, incluso si la obligaban a aprender cada hechizo y simbología antes de tener un péndulo entre sus manos. Con solo dieciséis años su poder había despertado, y uno de sus ojos lo evidenciaba, tornándose blanco, como un obsequio del Todo y la Nada.

A tan temprana edad fue cuando comenzó a ser entrenada por los mejores de su institución, no solo para perfeccionar a detalle el manejo de sus habilidades, sino que la entrenaron duramente en el combate cuerpo a cuerpo y con arma blanca. Scarlett anhelaba ser tan brillante en combate como lo eran sus superiores, los admiraba, quizás porque era la única familia que alguna vez tuvo, ya que su madre había mu**to a manos de un dios poco después de nacer.

Misteriosa para muchos, jamás mostraba emoción con algo que no fuera sobre su propia persona, apenas podía verse una macabra sonrisa por su parte cuando el péndulo, flotante sobre el gran mapa frente a ella giraba con euforia indicando el indicio de que algún dios había tocado la tierra. Tenía información de toda la región de Asia, nada se le escapó en siglos, hasta ahora.

[[Años más tarde…]]

Esa noche apenas pudo pegar un ojo, y para variar el frio de la gran ciudad le congelaba desde la nariz hasta la punta de sus pies descalzos, pensó que tal vez una caminata a las afueras de la institución podía ayudarle un poco. Era extraño, no recordaba un día tan silencioso como aquel en que todo ocurrió.

Envuelta en un gran abrigo negro caminaba por los pasillos que llevaban desde su dormitorio hasta la puerta de entrada, los ventanales no dejaban ver hacia afuera sino hasta unos metros más tarde, claramente nadie podía ver exactamente donde los miembros de la organización descansaban, o intentaban descansar. Siempre con aquel péndulo en su bolsillo, su más grande arma se balanceaba entre sus dedos, dentro de su bolsillo, recordando los tiempos donde las batallas eran constantes y apenas podía dejar su oficina, observando omnipresente todos los acontecimientos que la guerra desataba. Hacía apenas unos años desde que esa vida estaba olvidada, siendo reemplazada por pequeñas misiones de reconocimiento, y estudios incesantes para perfeccionar a los nuevos reclutas.

Las luces que segundos después atravesaron a su costado apenas le permitieron abrir la puerta de entrada, y cuando lo hizo el color morado y carmín habían robado la oscuridad del cielo nocturno por un fugaz momento, silencioso, jamás en toda su vida había presenciado algo similar. De pronto, un destello de luz cruzaba con tal rapidez que apenas podía procesar la información ¿Un meteorito? No, sabía que eso de ninguna forma podía ser humano o terrenal.

Su corazón estaba a mil por hora, con mucha suerte pudo ocultar esa sonrisa de solo pensar que esos malditos al fin estaban obteniendo su merecido, por primera vez la inmortalidad podía valer la pena ¿En serio estaba sucediendo? En ese momento no importaba si no lo pudo ver venir hasta ahora, solo debía volver a lo que por años se le inculcó, todo su entrenamiento daría frutos, algo grande estaba por ocurrir, podía sentirlo como el frio del que apenas se acordaba, como la energía del péndulo en su bolsillo que pedía a gritos indicar el paradero.

Tan pronto como salió volvió a entrar, sus pies ni siquiera tocaban el piso cuando a vista y paciencia de todos, se encerró en su oficina.

ꟷ Ya es su hora de caer…ꟷ Cantaba bajito mientras miraba directamente como la amatista giraba sin control sobre un área del mapa, bailando ante la melodía de la alarma que ella misma había activado. Ya nada ni nadie podría desviarla de su camino, la promesa de su difunta madre debía ser cumplida.

06/06/2021

𝑬𝒏𝒕𝒐𝒓𝒏𝒐




ꟷBuenos días ¿Qué es lo que va ordenar hoy? ꟷ Su sonrisa era tan radiante como la luz del sol que golpeaba la vitrina aquella mañana, tan sincera como jamás pensó que sería. Así, Scarlett a la luz de sus compañeros volvía mejor que nunca, al mismo tiempo que la diosa, dentro de su cuerpo, trataba de adaptarse (Lo más que podía) a la realidad.

Algunos días pasaron desde que el trabajo ya formaba parte de su nueva vida, la confusión de la antes diosa era mucho más complicada de manejar a esas alturas, más aún frente a tantos desconocidos. Parecía ayer cuando hábilmente desarrollaba cada una de sus actividades como diosa, que por ningún motivo pensó ser de un segundo a otro tan incapaz de siquiera definir lo que el trabajo significaba para un ser mortal. Su orgullo estaba por los suelos, forzada a recibir ayuda de la dulce Ji Eun, incluso más de lo que ella quisiera; de algún modo estaban juntas en todo momento, y, según la diosa, esa chica parecía su mayor salvación desde su caída.

El aroma del amargo café se había vuelto su favorito desde el primer momento en que cruzó esa puerta, incluso podía ser la única razón para no huir entre el pánico de la primera vez que ya se hacía costumbre vivir. Así podía estar horas frente a la caja, recibiendo pedidos de una fila interminable, a la que, solo algunas veces, le gustaba imaginarla como esa horda de mortales arrepentidos que dejaban una ofrenda para ella a cambio de un milagro, era una buena forma para olvidar que ahora era una de ellos.

La imaginación se mezclaba muchas veces entre sus propios deseos, y eso hacía que la fantasía de encontrar a los suyos se repitiera una y otra vez. Un deseo que se intensificó desde aquella vez dentro de la multitud en los múltiples carros de comida callejera que aquella noche abundaban; Hathor juraría hasta por su propia existencia que pudo sentir frente a ella una energía extrañamente familiar en el mortal (¿Realmente sería un mortal?) con quien chocó ¿Podría tratarse de otro dios? Y si así fuera ¿Cuándo volvería a verlo? Tal vez la idea de estar completamente sola ya no era tan cierta, sin embargo, hasta el momento aún lo estaba.

Durante la tarde la fila se hacía un poco más larga, las palabras de sus clientes, ralentizadas como en una película, se hacían cada vez más aburridas. “Luces más radiante” decían aquellos que no la habían visto antes, y realmente lo sabía, una diosa quisiera decir, más solo se dedicaba a brindarles una cálida sonrisa, se recordaba que debía seguir con el show por un par de horas más.

No entendía aún como una simple cafetera iba a ayudarla con su misión en la tierra ¿Cómo el Todo iba a perdonarla de esa manera? La monotonía definitivamente no era lo suyo, mucho menos el escuchar una y otra vez conversaciones tan simples y banales que sentía que su sentido común comenzaba a pudrirse en su interior. Existía algo más, podía intuirlo, pero ¿Qué?, tal vez la vida de su contenedor no era tan simple como pensaba, o tal vez podía ser una herramienta para un fin que solo el Todo podía saberlo, y que la Nada se negaba a decirlo.

ꟷ Ya es hora, ¿Qué quieres de cenar hoy, Scar?
ꟷ ¿Mh? Ah, no lo sé… quisiera tomar un atajo esta vez, sola.ꟷ Respondió a la chica, pensando en si tal vez podía tratarse de una frase con doble intención. Su entorno actual difícilmente cooperaría para calmar esa inquietud que traía dentro, necesitaba un atajo, tal vez.

La noche comenzaba a caer, una a una las luces de la gran ciudad se encendían y un ligero viento otoñal enfriaba la punta de su nariz, como queriendo apartar solo por un fugaz momento esa ola de pensamientos y la tristeza que aún permanecía firme en su interior, la seguía como una extraña brújula en el camino a casa. Le costaba admitir que ser un mortal, sobre todo en un entorno tranquilo, no era tan malo como creía; mas el olvido la perseguía en su camino, existía, y temía más de él que de lo siguiente que podría poner el Todo en su camino. Debía de hacer algo pronto para que, lo único que tenía de su pasado no desaparezca, debía hacer algo rápido, debía forjar ese camino para el que sin saberlo estaba destinada.

“No te aferres a lo que no es tuyo” se repetía antes de entrar a casa.

26/03/2021

ᴘʟᴀʏʟɪꜱᴛ ᴅᴀɴᴄᴇ




1. 𝘙𝘦𝘢𝘭 𝘎𝘳𝘰𝘰𝘷𝘦 - 𝘒𝘺𝘭𝘪𝘦 𝘔𝘪𝘯𝘰𝘯𝘨𝘶𝘦 𝘧𝘦𝘢𝘵. 𝘋𝘶𝘢 𝘓𝘪𝘱𝘢
https://www.youtube.com/watch?v=_oL3kJD2zOk

2. 𝘕𝘢𝘪𝘭𝘴, 𝘏𝘢𝘪𝘳, 𝘏𝘪𝘱𝘴, 𝘏𝘦𝘦𝘭𝘴 - 𝘛𝘰𝘥𝘳𝘪𝘤𝘬 𝘏𝘢𝘭𝘭
https://www.youtube.com/watch?v=MIxJKqK970Q

3. 𝘙𝘢𝘴𝘱𝘶𝘵𝘪𝘯 - 𝘉𝘰𝘯𝘦𝘺 𝘔
https://www.youtube.com/watch?v=16y1AkoZkmQ

4. 𝘠𝘦𝘴 𝘴𝘪𝘳, 𝘐 𝘊𝘢𝘯 𝘉𝘰𝘰𝘨𝘪𝘦 - 𝘉𝘢𝘤𝘤𝘢𝘳𝘢
https://www.youtube.com/watch?v=32wDFCM7iSI

5. 𝘚𝘰𝘭𝘥𝘪𝘦𝘳, 𝘗𝘰𝘦𝘵, 𝘒𝘪𝘯𝘨 - 𝘛𝘩𝘦 𝘖𝘩 𝘏𝘦𝘭𝘭𝘰𝘴
https://www.youtube.com/watch?v=XBdQoVSaYJw

6. 𝘞𝘩𝘦𝘯 𝘪 𝘬𝘪𝘴𝘴𝘦𝘥 𝘵𝘩𝘦 𝘵𝘦𝘢𝘤𝘩𝘦𝘳 - 𝘈𝘉𝘉𝘈 (𝘔𝘢𝘮𝘮𝘢 𝘮𝘪𝘢 2 𝘷𝘦𝘳𝘴𝘪𝘰𝘯)
https://www.youtube.com/watch?v=YSN08rz66zE

7. 𝘏𝘦𝘢𝘥 𝘖𝘷𝘦𝘳 𝘏𝘦𝘦𝘭𝘴 - 𝘛𝘩𝘦 𝘎𝘰-𝘎𝘰'𝘴
https://www.youtube.com/watch?v=jQyazt4RDTM

03/03/2021

𝑨𝒍𝒐𝒏𝒆




“Perdida completa de la memoria” o algo así había escuchado tras la puerta de esa habitación de hospital en la que estaría por última vez, luego de meses de recuperación tras la caída. Para Hathor, era descabellado pensar que una completa desconocida la llevaría al nuevo hogar, como si no fuera suficiente vivir día tras día dentro de un cuerpo sensible y débil, además debía convivir con una mortal. Pero así fue, era ella quien recibía todas las instrucciones tras esa puerta, con la tarea de recuperar una conciencia que tal vez ya no existía, debajo de toda la furia e impotencia de una diosa atrapada, que apenas podía recordar su nuevo nombre: Scarlett Black, ni siquiera eso era de su propiedad.

Sin embargo, el llegar a lo que pronto llamó “Su templo” parecía ser un poco menos horripilante a comparación de la eterna estadía en ese hospital, podía admitir que la joven rubia de ojos castaños daba cierta confianza a la antes diosa, esa que con los días no hizo más que crecer. Comenzó a adorar el pasar las tardes a su lado, observando como preparaba la cena; todos los días algo distinto deleitaba su paladar, a la vez que aprendía de ella eso que, según ella, su Scarlett era muy buena haciéndolo. No sabía cómo ella, una simple mortal podía guardar tanta bondad en su ser, y como jamás lo había visto en toda su existencia.

Y así pasaron semanas, día tras día se levantaba con la luz del sol, y vivía con la esperanza de volver cada vez más lejana ante sus ojos, y se sumergía a favor de esta vida que al caer la noche la soledad en la habitación le pesaba la conciencia. Fingir la vida no era fácil para esa diosa cuando la presión en su pecho le robaba el sueño, menos aún si la imagen de esa chica se sumaba a esa espiral de pensamientos que la hundía con cada hora del reloj.

La mirada esperanzada de esa joven aún buscaba los recuerdos de su amiga, mientras Hathor había tomado ese lugar injustamente, sin saber nada de ella, ni de quien era, o en donde había quedado, ni siquiera una pizca de sus recuerdos quedaba. Suplicaba por respuestas cada noche a las estrellas, y el Todo se negaba, callaba sin piedad alguna sobre ella.

Se sentía atada como esa primera vez, obligada a ser una impostora en un mundo al que no pertenecía, a recibir esa gentileza que no era correspondida; las sonrisas sinceras que nunca llegaban, y que sin embargo debía responder. El vacío seguía ahí, por mucho que quisiera evadirlo, aunque quisiera actuar esa escena, sonriente de la vida cotidiana. Su divinidad la seguía atormentando, su pasado seguía presionando tras su espalda.

¿Por qué? ¿Qué quería de ella? Seguía preguntando a la Nada, repitiéndose en bucle dentro de la diosa, como si ella misma quisiera responder sus dudas. Y es que la idea de el gran Todo siendo cruel solo por su diversión era ilógico para Hathor, quien siempre había obedecido a sus llamados, siempre devota, confiando en su palabra indirecta ¿Por qué un acto así no tendría un sentido?

Y ahí estaba, sola entre la multitud, o incluso con la voz de esa chica a su alrededor, nada se comparaba al miedo de jamás poder encontrar a su familia, con el simple hecho de pensar cómo viven en su situación su cuerpo temblaba desde el centro de su ser. Quería verlos, quería gritar “estoy aquí” pero su pequeña y suave voz no lo permitía, y la sensación de quedar como una completa demente era inminente. Tan solo se limitaba a mirar tras la ventana, con el paisaje de la ciudad de Seoul como lo único que iluminaba su habitación, esperaba una respuesta, una señal, alguien que le dijera “estoy aquí, soy como tú”, hasta que la puerta rechinaba con la voz femenina.

ꟷ Scar ¿Quieres probar la verdadera comida de Seoul? Vamos, yo invito.ꟷ Entusiasta y sonriente, la coreana preguntaba. Sin duda, y con muchas ganas de salir por fin de ese edificio, accedió.

ꟷ Por favor, recuérdame tu nombre.
ꟷ Ji Eun.

28/02/2021

ᴄᴀᴍ




1. 𝘍𝘭𝘦𝘦𝘵𝘸𝘰𝘰𝘥 𝘔𝘢𝘤 - 𝘙𝘪𝘩𝘢𝘯𝘯𝘰𝘯
https://www.youtube.com/watch?v=jQAK6sVovUk

2. 𝘛𝘩𝘦 𝘊𝘳𝘦𝘸 𝘊𝘶𝘵𝘴 - 𝘚𝘩 𝘉𝘰𝘰𝘮
https://www.youtube.com/watch?v=wfwsced55Ps

3. 𝘉𝘪𝘭𝘭𝘪𝘦 𝘏𝘰𝘭𝘪𝘥𝘢𝘺 - 𝘉𝘭𝘶𝘦 𝘔𝘰𝘰𝘯
https://www.youtube.com/watch?v=HkplpL2P9YM

4. 𝘌𝘵𝘵𝘢 𝘑𝘢𝘮𝘦𝘴 - 𝘈 𝘚𝘶𝘯𝘥𝘢𝘺 𝘒𝘪𝘯𝘥 𝘰𝘧 𝘓𝘰𝘷𝘦
https://www.youtube.com/watch?v=sfPOD2zrQSI

5. 𝘉𝘦𝘦 𝘎𝘦𝘦𝘴 - 𝘔𝘰𝘳𝘦 𝘛𝘩𝘢𝘯 𝘢 𝘞𝘰𝘮𝘢𝘯
https://www.youtube.com/watch?v=fy0rYUvn7To

6. 𝘋𝘰𝘭𝘭𝘺 𝘗𝘢𝘳𝘵𝘰𝘯 - 𝘑𝘰𝘭𝘦𝘯𝘦
https://www.youtube.com/watch?v=Ixrje2rXLMA

7. 𝘛𝘩𝘦 𝘎𝘳𝘦𝘢𝘵𝘦𝘴𝘵 𝘚𝘩𝘰𝘸𝘮𝘢𝘯 - 𝘛𝘪𝘨𝘩𝘵𝘳𝘰𝘱𝘦
https://www.youtube.com/watch?v=He5NctQPXK8

27/02/2021

ꜱᴍᴀʟʟ ᴘɪᴇᴄᴇ




𝟝 ℂ𝕠𝕤𝕒𝕤 𝕢𝕦𝕖 𝕕𝕚𝕤𝕗𝕣𝕦𝕥𝕖𝕤 𝕙𝕒𝕔𝕖𝕣:

▪ Pintar
▪ Darme baños de burbujas
▪ Cocinar
▪ Leer sobre mitología
▪ Cuidar de mis plantas

𝟜 ℂ𝕠𝕤𝕒𝕤 𝕢𝕦𝕖 𝕙𝕒𝕟 𝕤𝕚𝕕𝕠 𝕕𝕚𝕗𝕚𝕔𝕚𝕝𝕖𝕤 𝕕𝕖 𝕒𝕕𝕒𝕡𝕥𝕒𝕣𝕥𝕖:

▪ Subir al elevador
▪ Comprar cosas
▪ Hablar con desconocidos
▪ Trabajar

𝟛 𝕒𝕔𝕥𝕚𝕧𝕚𝕕𝕒𝕕𝕖𝕤 𝕢𝕦𝕖 𝕕𝕖𝕤𝕔𝕦𝕓𝕣𝕚𝕤𝕥𝕖 𝕢𝕦𝕖 𝕖𝕣𝕖𝕤 𝕓𝕦𝕖𝕟𝕒:

▪ Soy hábil con las artes, sobre todo pintar.
▪ Suelo escoger el outfit perfecto para cada ocasión, aunque no sé que signifique aún.
▪ Puedo cocinar, aunque aún no lo recuerdo del todo.

𝟚 ℍ𝕒𝕓𝕚𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕𝕖𝕤 ℝ𝕖𝕤𝕒𝕝𝕥𝕒𝕟𝕥𝕖𝕤:

▪ Mi manto protector.
▪ Mis habilidades curativas.

𝟙 ℂ𝕠𝕤𝕒 𝕢𝕦𝕖 𝕥𝕖 𝕞𝕠𝕥𝕚𝕧𝕖 𝕒 𝕤𝕖𝕘𝕦𝕚𝕣:

▪ La vista tras la ventana.

27/02/2021
30/01/2021

𝑳𝒂 𝑪𝒂𝒊𝒅𝒂




[Seoul, South Korea, 2018]

El golpe que la recibió al caer era como si una corriente eléctrica le recorriera de pies a cabeza, sus pulmones apenas podían reaccionar ante la respiración agitada de Hathor, que despertaba confundida por el extraño dolor en su pecho, y esa frase que quedaba estacada en su conciencia; ¿A quién debía encontrar? ¿Dónde estaba? Eran algunas de las preguntas que apenas podía sostener, y mucho menos responder. Los recuerdos abundaban, la culpa por esa alma inocente, la oscuridad que extrañamente se había vuelto luminosa apenas abrió sus ojos. Todo parecía un sueño, uno del que quería salir a toda costa.

Sus nuevos sentidos poco a poco se colaban unos con otros, cada segundo más evidentes y reales para la diosa; la vista se aclaraba en una imagen que conocía a la perfección, si no fuera por el aroma putrefacto que emanaba cerca de ella y el tacto de las sabanas enredadas en sus manos y pies que la interrumpían de repente. Como un encuentro caótico y tortuosamente lento del que intentaba escapar, atada por la escasa fuerza de su cuerpo latiente, que bombeaba y repercutía en cada rincón. ¿Un corazón? Solo eso la hizo enterarse de la verdad de su caída.

ꟷ¿Un cuerpo…mortal?ꟷ Susurró para sí, aterrada, con la mirada cristalizada. Aunque quisiera negarlo, aunque pudiera pensar que era una cruel ilusión, el peso que caía sobre ella era mucho más fuerte.

La ligereza en su andar, su poder, su familia, la diosa que solía ser había desaparecido por completo de un momento a otro, atrapada en esa prisión de carne sin motivo alguno, pequeña, débil. Siempre fue devota y fiel al gran poder que el Todo le había otorgado ¿Esta es su forma de pagarlo? Las lágrimas no dejaban de correr por sus mejillas, sumergida en ese mar de sentimientos confusos, negación y sensaciones que jamás había tenido, y que no le pertenecían en absoluto.

El ruido de los pasillos externos y ese insoportable y agudo sonido proveniente de donde no sabía, solo podían hacerse más fuertes en sus oídos, como el recordatorio a la advertencia de que abandonaría su trono para siempre, arruinando su divinidad casi inexistente una vez más. Necesitaba escapar de ese cuerpo ajeno, de esas cadenas de tela que la mantenían atrapada, de ese recuerdo que la atormentaba y todo lo que había perdido.

Buscando la salida algo especialmente llamó su atención, su cuerpo estaba conectado directamente a tuberías y cables, y del otro lado, la posible causa del dolor tan angustiante en sus oídos. ¿Desde cuándo esto estaba ahí? Apenas sabía de las maquinas, ni siquiera entendía la función de estas. Con prisa, los desprendió.
El error cometido la desgarró dentro de su nueva piel, una sensación tan irritante que agudizaba aún más sus sentidos, el dolor.

El temblor era inevitable en sus piernas cuando decidió levantarse, con la mirada fija en esa puerta, convencida que saldría de esta pesadilla. Su majestuosa presencia era reemplazada por el débil andar, se sostenía de la voluntad y con absoluta lentitud que hasta dolía desde el interior de su ser con cada avance de sus nuevos pies. ¿Tan difícil era ser un ser humano? Y es que, sin saber, los dos años sin ningún movimiento más que el de su pecho al respirar pasaba la cuenta en aquel contenedor de carne. Quería flotar como solía, deseaba morir antes que vivir esa tortura.

Por un instante, parecía estar cerca de la libertad, que todo el dolor en ella había acabado, estaba tan cerca, que se derrumbó todo cuando otro rostro la sorprendió tras esa puerta, una enfermera atónita que miraba extrañada, como si viera a un mu**to volver a la vida.

ꟷ¿Señorita Black?ꟷ Cuestionó anonadada al ver a la antes diosa. ¿Quién era ella? ¿La reconocía? Siquiera pudo responderle antes de que su vista volviera a nublarse, el peso la hacía caer otra vez, con el llanto de ese bebé que había rescatado a lo lejos, le llamaba, pero ya había llegado el final… o al menos eso deseaba.

24/01/2021

𝑻𝒉𝒆 𝑩𝒆𝒈𝒊𝒏𝒏𝒊𝒏𝒈




A lo largo de los siglos, diferentes culturas y seres humanos han intentado dar, a pesar de su absoluta ignorancia, una forma física a lo que ellos consideran como amor, este concepto tan amplio, tan distante que hasta el día de hoy puede ser difícil de entender. Aunque, después de todo, estas entidades han existido desde el principio de la existencia, los dioses, que son mucho más que una simple representación y lo saben muy bien, sobretodo Hathor.

Conocida en el antiguo Egipto y por sus iguales como la madre de los dioses, Hathor es la imagen divina del amor y la fertilidad; un título que sabía llevar a la perfección, pues fue creada con esa intención. Hija del dios Ra, tan majestuosa y poderosa como su padre, gozaba de sus virtudes de protección y curación, usándolas mayormente en las mujeres que clamaban su nombre durante el parto, buscando la ayuda ante las adversidades que podían llegar a sus manos.

Desde el comienzo del cristianismo en la tierra, ya no importaban los rezos o los ostentosos rituales en su honor, mucho menos si la madre no pronunciaba su nombre entre esos gritos de agonía, que incluso ella consideraba exagerados e insoportables con el pasar del tiempo.

Estaba comenzando apenas el descanso en su templo celestial, canalizando su propia energía para la siguiente de sus muchas tareas, cuando el Todo hizo retumbar sus oídos en anuncio de que otro ser humano estaba a punto de nacer. Sin embargo, no esperaba el agudo silbido que como una estaca se presentó, como si algo quisiera advertirle.

— Es solo un mortal más ¿No?— Murmuró para sí misma, seguido de un suspiro pesado.—Ay… si me llamó a mí, por algo será.

Solo eso pudo decir antes de abandonar toda la comodidad de su templo para bajar al mundo terrenal, aunque lo que le esperaba no era ni la mitad de lo que podía imaginar. Incluso podía admitir cierta piedad en lo que estaba frente a ella.

[Londres, Inglaterra, 1984.]

Cualquiera, y más aún ella podía sentir como la energía se volvía cada vez más y más peligrosa. Los médicos moviéndose de aquí para allá con el pánico que difícilmente podían controlar, se mezclaban con el sonido de las maquinas enloqueciendo y aquello que llamó especialmente la atención de la diosa. La madre, sus lágrimas y gritos ensordecedores conseguían nublar todo aquello que sucedía alrededor, ella sabía que no había nada bien en esto; Lo importante no era su rostro de carne y hueso, no era el ruido irritante de su voz. Sus piernas, entre sus piernas fluía un río de sangre, detrás, un bebé prematuro que era incapaz de salir a la luz.

Hathor, envuelta en la luz y el amor que la caracterizaba, desplegó su manto de oro sobre la mujer, protegiéndolos, acogiéndoles a ambos entre sus manos y su fuerza curativa. Ya no importaba cuan pesado sería, o el poder que entregaría, el Todo había puesto un reto frente a ella y no dudaría en superarlo. Sus manos directas en dicho vientre hicieron barreras a la sangre, que llevó a la calma en todo el ambiente, el pequeño ser estaba listo.

Los doctores y enfermeras comenzaron a rodearla poco tiempo después, sin el pánico que abundaba en un principio, con esa extraña, pero reconfortante sensación de que todo estaría bien con dicha operación, como si trabajaran en equipo con la diosa cerca de ellos. Ella seguía totalmente persistente a cumplir su labor, fusionada con la energía de esa mujer, que entre el llanto continuaba luchando, convencida de que su sufrimiento pronto acabaría.

Ni siquiera el Todo y la Nada esperaban lo que estaba a punto de suceder, o al menos eso creía Hathor.

Y es que la diosa estaba tan sumergida e inmersa en el dolor de esa mortal, que aquel pensamiento fugaz, inofensivo por parte de la mujer, fue un zumbido de alerta y profunda ira por parte de la diosa. ¿Cómo era capaz de siquiera pensar en abandonar a esa criatura? ¿Es que los mortales no tienen compasión ni por ellos mismos? Justo en el momento que sentía más amor y piedad por esos seres, recordó lo crueles que sus mentes podían llegar a ser. Justo antes de que el inocente llegara a ese horrible plano terrenal, fue cuando robó aquella alma de bebé entre sus brazos. Un acto de amor que fue brutalmente castigado.

— Hathor...— Escuchó nuevamente el silbido, entre el susurro que se había colado en medio de su cabeza.— Como tus hermanos, nos has fallado.

Tras solo un segundo pasó cuando la oscuridad rodeó todo alrededor, ese vacío inexplicable como la gravedad que lo arrebató de sus brazos. Nunca se había sentido tan débil como en aquel instante, en el que caía en el bucle sin fin que aquella voz le preparaba. Sin embargo, escuchó algo más entre lo diminuta que se convertía.

“El recuerdo será tu mejor arma, o tu peor pesadilla. Encuentralos.”

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