Rita Collins

No podía creer que estaba teniendo la primera"Fotografía" de mi futuro sobrino o sobrina en las manos. Estaba feliz por Leonore, obviamente, sin embargo dentro de mi había un pequeño celo.

- Cómo se pusieron mamá y papá cuando delos dijiste? Me habría encantado ver su reacción. Van a ser abuelo y eso supongo los tiene felices- estábamos en mi casa, la había citado para poder platicar y sobre todo celebrar solo nosotras la bendición de que mi hermana sería mamá.

Leonore Skeeterrrrrr

Noté cuando Richard salió de la casa y como estaba tan inquieto. La llevaba a ella del brazo y Caleb solo me echó una mirada a mi y a mi hermana que a p***s podía sostenerla. Sentía el corazón latir demasiado rápido y el enojo recorrer mi sangre.

Leonore lo notó obviamente pero yo fingí que no pasaba nada, después de todo era su momento y se tenía que celebrar la noticia de su embarazo.

Él tardó un tiempo considerable y cuando estaba a punto de irlo a buscar lo vi entrar de nuevo. Me puse de pie y empecé a despedirme de todos y especialmente de mi hermana, mi suegro y mi cuñada.

Cuando Richard se acercó hizo lo mismo, no necesitaba decirle que quería irme, era más que obvio. Me adelante al auto y esperé a que el chófer lo trajera.

No dije nada solo subí, Richard hizo lo mismo pero todo el camino no hablé ni una sola palabra. No lo regrese a ver pues estaba tan molesta que sabía no lo podía ocultar.

Al llegar a nuestra casa simplemente me fui directamente a nuestra habitación, la cual estaba separada, aunque fuera la misma. Especificaciones por la condición de Richard, no había puertas pero en verdad deseaba que la tuviera.

Entré a mi baño para empezar a desmaquillarme con rabia y con lágrimas en los ojos por el enojo, la frustración y el malestar de saber que Richard no estaba siendo sincero del todo.

Cuando levanté el rostro ahí estaba él recargado en la puerta.

- Es tarde, tienes que descansar.

Richard Croft

Selene Anderson

Esperábamos a mi hermana y Roberth, además de a mi suegro. Regina me había pedido que checara que la mesa estuviera lista en lo que ella iba con su padre a ayudarlo con lo que necesitara.

Así que aproveché que Caleb hablaba con Richard y por su gesto no estaba contento, yo solo esperaba que esto saliera bien. Fuis con la mujer que Caleb había traído, ella no me agradaba pero no era de las que juzgaban o se hacían un juicio a la primera.

Así que me acerqué a ella con el pretexto de ofrecerle una copa de champagne.

- Que tal el clima de Londres? Te ha favorecido? La mayoría de los extranjeros se quejan de lo nublado o de las lluvias a mi en lo personal me encanta.

El tenía un par de semanas que se había ido y aunque me dijo que no podía ir y me dio llaves y contraseñas, me explicó el estado en el podía encontrarlo y lo complicado que podría ser verlo de esa manera.

Le pedí al chófer que me llevará y así fue, llegamos a la casa en la que Richard de refugiaba y dónde había pasado días de aprendizaje por su condición.

Al entrar pude ver qué había comido muy poco, seguramente solo lo minimo.

Lo escuché en el estudio, podía oírlo hablar y caminar de un lado a otro, toque la puerta y evidentemente no se percató de mi presencia. Así que entré y lo miré mientras me sentaba en uno de los muebles de la habitación. No sé cuánto tiempo fue pero me di cuenta de su aspecto descuidado, de su cabello revuelto y del desorden a su alrededor

Richard Croft

Las tardes lluviosas de Londres tenían su encanto, el frío y los días nublados eran definitivamente parte de mi paisaje favorito pues me recordaban a mi esposo...

De pronto un flash back de la noche en Ritz hizo que mi piel se erizara y sintiera una punzada entre mis piernas. Sus dientes, sus dedos presionando mi piel y las marcas de su boca y deseo aún estaban por toda la piel blanca, esa noche sin duda había conocido una faceta totalmente diferente de Richard y me había encantado.

El auto empezó su camino por el sendero cubierto de espesos cedros que rodeaban la propiedad "la mansión del bosque" me gustaba llamar a mi nuevo hogar.

El vidrio cubierto de gotas de lluvia me permitía presenciar la majestuosidad de mi "nido de amor", era más pequeña que la mansión Croft, pero definitivamente era una casa espectacular. Que el término pequeña no aplicaba para el ciudadano promedio.

El chófer abrió la puerta y coloco un paraguas al bajar - Gracias Philips!-

- Para servirle señora- era gracioso que ahora fuera una señora, cuando Philips me había conocido como la "Señorita Collins" y luego la novia del señor Croft...ahora sí esposa.

- Llámame Rita Philips.
- No podría señora, el señor Croft me despediria.

Solo le sonreí por el sarcasmo, él había sido de los empleados que Richard había traído con nosotros a la nueva casa, la lealtad de ellos era con Richard, pues tenían años a su servicio.

Al entrar a la casa escuché las voces que venían del vestíbulo, dejé mi bolso y mi abrigo y la señora Moriel (nuestra ama de llaves) hablaba con una desconocida.

Traía un atuendo completamente negro, de falda corta, medias térmicas y una blusa de cuello de tortuga. Su cabello negro estaba sujeto en una coleta alta y en su mano una bolsa con papeles y lo que parecía una revista.

- Llegó la señora Croft- a lo que la desconocida volteó.
- Señora? Si a p***s se ve de mi edad. Cuánto tiene? 24 o 25 años a lo mucho?

- Perdón?- dije algo desconcertada por la familiaridad con la que me hablaba.
- Disculpa mis modales. Se me olvida que los ingleses son tan particulares. Mi nombre es Samantha Scott, soy reportera de la revista Vogue novias. Hice una cita con usted por teléfono, recuerda?

La nebulosa de mi mente no se desbloqueó para nada, no recordaba haber hecho eso. - Perdón, pero no recuerdo haber hecho ninguna cita...

- Oh ya veo porque no lo recuerdas, fue su cuñada Regina Croft la que autorizo la cita.

- Lo siento pero mi cuñada, no creo que... Permita corroborarlo.

Luego de una llamada Regina me explico que efectivamente ella había hecho la cita, que pensó que me había avisado pero que entre una cosa y otra seguramente la olvidó. Me dijo que estaba en un asunto y que llegaba en una hora a mi casa. No entendía porque Regina me había hecho una cita con una revista tan importante, como Vogue.

- Listo, perdón por hacerla esperar.
- No te preocupes linda. Tu casa es muy bonita.
-Gracias, te ofrezco algo de tomar?
- Café está bien.
- Marceline, podrías traer un servicio de te y café por favor?- la chica del servicio asintió, aún no me acostumbraba a dar órdenes era muy extraño.
- Te molesta si fumo?
- A mi no, pero a mi esposo si y seguramente se dará cuenta del olor a ci******lo, te parece entonces si pasamos a la terraza? Está techada pero al aire libre.

Ella sonrió y nos encaminamos a la parte de atrás de la mansión a una linda terraza techada con vista al bosque y el lago.

- Ustedes los ricos siempre tienen sorpresas.
- Perdón, pero yo no soy...
- No digas la frase por favor. Eres la mujer más afortunada que conozco.
- Qué frase?
- "Yo no soy rica" yo no tengo dinero"- ella rodó los ojos y luego encendió su cigarro - Demasiado cliché. Mi jefa, mi editora fue a tu boda, y quedó fascinada contigo y quiere llamar al artículo "La última Cinderella"- ella hizo el gesto como si estuviera viendo una marquesina en algún punto de el cielo de mi terraza. - veo que aún no entiendes el porque del título. Verás... Te puedo tutear cierto? Es que eso de tratarte como una señora me resulta muy del siglo XV con las diferencias sociales y demás.

Me dio risa su descaro para hablar y de inmediato supe por su acento que era una chica Estadounidense, a Richard le caería muy mal y eso me causó gracia. - Por supuesto, no tengo problema, llámeme Rita. Es gracioso el comentario del clasismo para alguien que hace escasos minutos me llamó "Ustedes los ricos"

Ella sonrió y dio una calada al ci******lo, era bonita..guapa. no tenía una belleza deslumbrante como la de Regina, pero ella exudaba confianza y había algo de se*******ad, con toques de picardía. La pulsera de víbora que tenía en su mano era clave de su personalidad seguramente.

- Tienes razón, me disculpo por ello, es solo que tú historia me resulta fascinante.
- No entiendo por qué.
- Te digo rápidamente eres una chica universitaria, pasante de literatura inglesa que de pronto conoce al hombre más rico y cotizado de Londres que tiene siglos soltero, mayor y muy atractivo. Si me dices que hace el amor como los dioses te juro que te pongo un altar te rezo todos los días.

Me puse roja de inmediato porque otro flashazo de la noche del Ritz llegó a mi mente, apreté las piernas por puro instinto. A lo que ella soltó una carcajada tremenda.

- definitivamente te pondré una veladora.

- Es por eso del artículo.
- Si, la sociedad de Londres es muy Cotilla, y necesitan un nuevo cuento para soñar ,por algo Kate y Diana son tan amadas pues representan los sueños de todas las niñas con el príncipe azul, pero tú con la realeza de los corporativos. Si me preguntas tu vida suena a una novela cursi de Wattpad, pero eso solo sería mi envidia hablando.

Me reí junto con ella y empezó a explicarme en qué consistía la entrevista y básicamente querían fotografiarme con mi vestido de novia (los dos) y hacer una sesión de fotos replicando todo el look de ese día para aparecer en la portada de la revista junto con una entrevista y fotos de Richard.

- Necesito hablar con mi esposo acerca de esto y si me pasas la entrevista para que él la vea y la información para que la analice a detalle y te confirmo? A mí me gustaría pero necesito la opinión de él.

- Seguramente el pesado de mi hermano dirá que no!- en ese momento entró Caleb vestido de forma deportiva con una sudadera gris y pantalones a juego. Si aspecto era más juvenil y jovial que el de sus hermanos. Era mi cuñado favorito. Regina como siempre impecable, un solo cabello no tenía fuera de lugar y vestida como una princesa en un vestido negro y diadema. - Si quieres puedes entrevistarme a mi, soy más interesante.

- Y un libro abierto - dijo Regina mientras saludaba a la periodista - Solo necesitas buscar en sociales y estará su fotografía.

Miré a la periodista y tenía una sonrisa pícara, y obviamente no perdió detalle de Caleb. - No hablen así de mi Richard. Caleb - lo saludé de beso en cada mejilla y a Regina igual. Noté el intercambio de miradas y como ella le pasó su número telefónico. Nos despedimos y antes de irse me dijo al oído.

- Eres milagrosa mujer - me guiño un ojo y salió de mi casa.

- uff una americana, son tan vulgares- dijo Regina y recordé el tono de voz de Richard - Hablaré para que sea otra la que lleve la entrevista.

-Creo que mi hermana se puso celosa. La territorial Regina.
- Es que a excepción de Richard ustedes parece que eligen lo más molesto para unir a la familia- el comentario me resultó incómodo por qué sabía que mi hermana no era precisamente de su agrado.

- también tenías reservas de Rita, solo que Richard te puso en tu lugar rápidamente- Regina se puso roja y yo solo me empecé a reír.

La tarde continúo en ese modo, entre risas, planes platicas incómodas sobre mis resultados de fertilidad y el sermon de Regina sobre darle un heredero a la dinastía Croft.

Al final mis cuñados se retiraron y la lluvia empezó de nuevo de forma suave y tranquila. Me fui a la habitación y Richard aún no llegaba, salí al balcón y me cubrí con una manta mientras daba pequeños sorbos a mi té.

Las palabras de esa mujer seguian en mi mente "Ustedes los ricos" "Todos hablan de ti" "La nueva cenicienta" y en qué mi vida había cambiado por completo ahora era una señora de sociedad y sentí un peso en mis hombros que jamás había tenido.

Esa mujer me vio y fue tipo "no hay nada impresionante en ella, que le vio" seguramente era lo que pensaba todo mundo. Richard era mucho para mí, yo podría estar a su nivel algún día?

Mientras estos pensamientos se formulaban mi mente pensaba en los acontecimientos del Ritz. Richard había mostrado una personalidad completamente distinta, como jamás hubiese imaginado. Qué pasaría si se alteraba de más? Qué pasaría si los medicamentos al retomarlos no funcionaran igual?

De pronto empecé a respirar con mayor fuerza, qué pasaría si este nuevo Richard me gustaba más y cuando los medicamentos volvieran yo ya no quisiera al Richard estructurado y metódico?

El del Ritz era apasionado, sin límites pero también colérico y agresivo. Todo lo sentía mucho más, el deseo o el enojo, incluso al sentirse feliz. Me recordaba un poco a Caleb o Roberth, no parecía muy distinto a ellos. Este Richard me gustaba tanto como me asustaba, que pasaría si el Richard que conocí a no me pareciera suficiente o peor, si este Richard no sintiera tanto amor por mi? Que le pareciera poca cosa? Él una vez dijo "eres la mujer perfecta para mí, la única que me.ha entendido" y eso era verdad, pero con el Richard estructurado yo funcionaba con este nuevo...una Leonore sería más aceptable.

El miedo me invadió, yo no imaginaba mi vida sin él, no me imaginaba sufriendo porque él no me quería y me había cambiado por alguien más adecuado a él, alguien más interesante y mucho más refinado.

Me puse de pie y empecé a darle vueltas al anillo en mi dedo, la preocupación en esta ocasión era totalmente real. Necesitaba alguien que pidiera explicarme pero estaba sola en esto Richard no me lo prohibió pero era evidente que no quería que lo comentara con su médico o su psicóloga, estaba entre la piedra y la pared.

- Tienes que calmarte Rita, el te ama y será así siempre - me lo repetí pero entre más lo hacía, menos real me parecía. En ese momento escuché pasos afuera de la enorme habitación, lo miré entrar con el cabello despeinado y algo húmedo por la lluvia, - Te extrañé - le dije cuando lo vi y su sonrisa torcida me robó el aliento, definitivamente este Richard me estaba volviendo loca de amor....

Habíamos vuelto de la luna de miel más maravillosa del mundo con el hombre más increíble y yo estaba más enamorada que nunca.

Richard estaba tan relajado que incluso cumplió con todos los clichés de mi mente, como el entrar a nuestro nuevo hogar conmigo en brazos.

La casa era hermosa, en todos los sentidos y perfectamente amueblada.

Al pasar de los días yo fui agregando toques a la casa para hacerla mucho más cálida y acogedora. Después del trabajo empezaba a dar detalles a la casa y a hacerle de comer algo que amaba.

- Richard? La cena está lista- le dije al entrar a su despacho, a pesar de que tenía a las personas del servicio para ayudarme en todo lo de la casa me gustaba hacer algunas cosas como la cena a mi sola.

Richard Croft

::::::Honey Moon:::::

Podría acostumbrarme a esto? Si, la verdad era que si. Habíamos estado tres días en una mansión privada en las Maldivas, con Richard todo era lujoso en extremo y Siempre me daba lo mejor, aunque de pronto se me olvidaba que era la esposa de un hombre rico pues aún veía los precios o me cuestionaba si podía permitirme un regalo tan caro.

Habíamos hecho el amor casa que podíamos y los paseos a las tiendas y lugares lindos era de verdad más de lo que podía imaginar.

A la librería Richard no me había acompañado pero fui con su guardaespaldas y compré algunos libros de autores locales, después de todo yo estaba buscando "talentos" pasó la editorial dónde trabajaba, así que había comprado de todo un poco.

Al entrar a la casa fui corriendo hasta dónde estaba mi esposo sentado con un tablero de ajedrez, de inmediato supe que ya estaba planeando algo... así era mi Richard.

Me senté en sus piernas y le di un beso largo y apasionado. - Deberías de ver qué lugar tan hermoso vi para hacer ir a cenar hoy, está en el mar pero tienen musica en vivo en el mar y tienen un sin fin de helados en la carta- empecé a mirar el tablero y luego a él - Se puede saber que estás planeando?

Richard Croft

Regina me había organizado una despedida de soltera en Ibiza, según ella sería solo cuestión de un par de días en realidad yo no quería dejar a Richard, lo había visto muy poco las últimas semanas y de verdad deseaba ya poder estar con él sin separarnos.

Richard había sido muy sincero cuando dijo que a Regina era muy difícil decirle no.

Metía las cosas en mi maleta, Richard ya me había dado desde hace un tiempo una tarjeta de crédito platinum ilimitada, yo solo había comprado un helado con ella y solo porque ese día no llevaba nada de cambio. Con esa tarjeta había comprado todo lo que Regina me dijo para ir a mi despedida de soltera que según ella sería super tranquila y muy aestethic.

La puerta de mi habitación bde abrió y pensé que era mamá.

- Creo que ya terminé de arregla la maleta má. Te habló la directora de la orquestas para la boda?- regresé a verla y se trataba de Leonore. - Hola, no pensé que vendrías.

Leonore Skeeterrrrrr

Ya estaba el sol cayendo cuando el chófer me trajo a la mansión, Regina se bajó y hasta que mi madre volteó a ver a Richard me percaté de su presencia. Estaba en el portal de mi casa sentado supongo que esperando.

- Hermano no puedes ver esto- le dijo mostrándo la enorme caja dónde venía mi vestido de novia con su bolsa y todo lo necesario.

Saludó a mi madre y a Regina y yo solo lo veía con una sonrisa en el rostro de lo feliz que me hacía verlo.

- Ve con él Rita, yo me encargo de tu vestido.

Ellas entraron a la casa y yo subí hasta dónde él estaba.

- Se perdió señor Croft? O porque está tan solito aquí?

Richard Croft

:::::::El segundo vestido:::::::

Mi madre estaba muy contenta y mis amigas estaban ahí para ver la prueba final de mi vestido de novia. Parecía una princesa, lo había amado desde que lo vi en el boceto de la diseñadora. Era perfecto, me recordaba mucho a Richard.

Mi vestido de novia era elegante, simple, con un toque de brillo y precioso. Era muy esponjado, mamá había dicho que parecía una princesa de Disney y la tiara que llevaba con el velo largo eran el toque especial.

Mi cuñada estaba junto a mi madre cuchicheando algo y dando pequeños aplausos de alegría. No entendía porque pero en el tiempo que tenía conociendo a Regina sabía que algo se traía entre manos.

Cuando trajeron la bolsa dónde estaba mi vestido me quedé sorprendida pues era demasiado pequeña para el tipo de vestido que era y al bajar el cierre me quedé helada...

Era un vestido muy estructurado y me atrevería a pensar que muy sensual. Un vestido con piedras hermosas, corset y encaje. Pegado al cuerpo y un escote imperio cubierto por un fino tul chantilly según la explicación de la diseñadora más famosa de Londres. Ella me daba la explicación pero yo me sentía aturdida. Empezaron a ponermelo, pero yo estaba muda, por un lado el que no era mi vestido pero sin lugar a dudas era increíblemente hermoso. Me observé y me veía muy elegante y hermosa. Resaltaba cada curva y me daba la sensación de parecer una especie de hada de la luna o algo así.

- Este no es mi vestido - dije en un hilo de voz, estaba algo nerviosa en realidad.
- Qué dices linda?
- Este no es mi vestido.
- Si, lo sabemos. Es tu segundo vestido. Regina lo pidió para ti.

- Cómo? Este vestido se hizo con partes del vestido de novia de la madre de tu futuro esposo. El tul del escote y las tiras que cuelgan son de su velo, es magnífico y muy delicado. El encaje es de su vestido de novia al igual que el corset. Regina trajo el vestido y nos pidió que lo confeccionaramos para ti.

En ese momento se me llenaron los ojos de lágrimas, el vestido era hermoso y de eso no me quedaba ni guna duda. Pero esto era algo que le debía corresponder a ella, era el privilegio que debía tener ella.

- Es una manera de tener a mamá con nosotros ese día. Además de las joyas que usarás y que Richard ya te dio.

Miré a Regina que estaba ahí observándome

- Regina, yo no tengo palabras...
- Di que lo usarás, a mamá le hubiese gustado que la esposa de Richard tuviera algo tan importante para ella.
- Esto te corresponde a ti Regina. Para cuando tú te cases.

- Eso no sabemos cuándo pasará o peor aún, si pasará - sentí el n**o en su garganta y la manera en la que se le quebró la voz. - Quiero que tú lo lleves, Richard es como un segundo padre para mí, es el hermano que más quiero y verlo feliz contigo me hace quererte tanto como a él y se que mamá está feliz porque el encontrara al amor de su vida.

La abracé muy fuerte y sentí como ella estaba tan emocionada como yo. Faltaba una semana para la boda y esto era algo muy estructurado. Cada detalle era minucioso y muy agotador pues yo quería que ni hubiera errores ni imprevistos para que Richard estuviera lo más cómodo posible. Si él estaba haciendo el esfuerzo por darme la boda de mis sueños pues yo tenía que esforzarme mucho para que todo funcionara.

- Es hermoso!- le dije mirándome en el espejo.
- Tu te ves preciosa en realidad. Entiendo porque mi hermano está loco por ti.
- Lo amo más que a mi vida.
- Lo sé, por eso es que quiero que tengas este privilegio. Es tu segundo vestido, para que bailes tu primer vals como la señora Croft.
- Claro que sí. Aunque estoy nerviosa con esa situación. Richard está tomando clases al menos eso me dijo y yo también, para practicar juntos. Pero no sé, quiero eu él esté cómodo con todo esto. No quiero que nada lo afecte.

- si sigues como hasta ahora de tomarlo en cuenta para todo, explicarle y que todo esté en orden las cosas saldrán muy bien.

- Gracias!
- De nada Rita, tu solo ama a mi hermano y tendrás mi apoyo siempre.

Ella salió y me quedé observándome, necesitaba hablar con él, quería reafirmar que estaba seguro de todo esto y de decirle que esto era mucho más de lo que siempre soñé.

Richard Croft

Había estado preparando lo de la lista de canciones para la boda y en ese momento el mensaje de Richard iluminó la pantalla de mi móvil.

Así que solo vi un "estoy esperando afuera, sal y sube al auto. Te tengo una sorpresa"

Richard Croft

Había ido a elegir las vajillas que se utilizarían en la boda y a la elección de mi vestido. Había sido una experiencia... única, era la manera en que podía describirla.

El móvil sonó y mi mamá se me quedó viendo. Leí el mensaje de Richard y la sonrisa apareció en mi rostro haciendo que las dos mujeres que me acompañaban sonriera.

- Supongo que es mi hermano - dijo la pelinegra de ojos azules - Creo que ese desayuno va a quedar pendiente, ella a partir de este momento va a dejar de prestarnos atención - Dijo Regina Croft, a mi madre.

- Si recuerdo esa sonrisa, disfrútalo cariño- dijo mamá - A dónde te dejará el chófer?

- En el puente del reloj- le dije al chófer, que para esta época del año era un lugar lindo y dónde se podían ver las puestas de sol escasas que se daban en Londres.

El auto se estacionó en la caseta del puente y empecé a caminar hacía dónde estaba él, a la mitad del puente y mirando al río.

- Hola señor Croft - le dije sonríendo y abrazándolo depositando un beso en la mejilla.

Richard Croft

:::::::: El vestido::::::

Habían pasado dos semanas desde mi plática con Richard, dos semanas en las que yo era la mujer más dichosa del mundo.

La organizadora de bodas resultó una verdadera bendición. Suponía Richard le había comentado algo a su hermana porque ella fue la que me envió un texto informándome sobre la cita con la mujer que había venido a salvar mi boda.

Ella era especialista es hacer eventos de la socialité londinense, incluso había organizado la despedida de soltera de su majestad la princesa Kate.

Papá me había dado sus ahorros para el vestido y yo se los recibí porque al final de cuentas él dijo que había ahorrado para un momento así. Cuando la primera de sus hijas se casara.

A mamá todo el shock por casarme con Richard ya se le había pasado y a cada nada me hacía preguntas del banquete y de cuentas personas aproximadamente vendrían, aún cuando papá no paraba de refunfuñar de que Richard no había ido a hablar con él de la fecha. Mi cita con la casa de modas donde compraría mi vestido era en unas horas y me alegraba poder compartir esto con mi madre, pero definitivamente había alguien que quería que compartiera esta felicidad y que se había mantenido al margen.

::::::::::::::: UNA NOCHE ANTES:::::::

Estaba esperando a Leonore Skeeterrrrrr con mi hermana siempre habíamos hablado del día en que nos casaríamos a mí me dolía mucho que ella se había alejado, cuando nosotras éramos muy unidas.

Escuché la puerta de su habitación abrirse y de inmediato fui a buscarla. Toqué la puerta y ella me abrió.

- Leonore, podemos hablar? Puedo pasar?-

Se puede ser más feliz en la vida? No lo sabía pero si estaba segura de que en este momento yo era la mujer más feliz.

Si alguien me hubiese dicho hace dos años que yo estaría en estas fechas pensando en una boda y comprometida con uno de los hombres más tiernos, inteligentes, dedicados y guapos del planeta no se lo creería.

La tarea no era fácil obviamente, ser esposa de un Croft no era tarea sencilla, sin embargo ser esposa de Richard Croft era algo que se debía pensar cinco veces.

No solo por las peculiaridades de la condición de mi esposo, sino también por toda la carga social y familiar que se requería. Él estaba renunciando a todo por mi y eso no lo terminaba de creer.

En mi mente yo podía renunciar a todo por él porque era un hombre espectacular en todos los sentidos, sin embargo, yo no tenía nada especial más que la capacidad de amarlo sin condición alguna

Él no paraba de decir que yo era hermosa y eso había elevado mi autoestima, quién no lo haría? Si los Croft parecían una especie de dioses nórdicos, tallados o sincelados por un artista.

Era imposible no mirarlos cuando ellos aparecían e incluso el insoportable de Roberth, nadie podía decir que era ridículamente hermoso por ese lado entendía un poco a Leonore.

Richard era todo lo que una mujer podría soñar en un hombre. Atento, espléndido, increíblemente bello, excelente amante y muy inteligente, sin mencionar obsenamente rico.

Caminé más rápido para llegar a la editorial dónde pensaba dejar mi solicitud, ser escritora era mi segundo sueño y sin importar que me convertiría en la señora Croft, yo deseaba ser algo más que una esposa abnegada. No le había dicho a Richard que vendría a esta editorial porque conociéndolo seguro la compra para que yo me quedé y no era eso lo que deseaba, quería demostrarme que yo podía.

Al dar la vuelta en la esquina me tope con una de las tienda de novias y los vestidos hermosos inundaron mis pupilas logrando hacer que soltara un suspiro.

Toda niña sueña casarse con un príncipe azúl y eso era lo que yo iba a a hacer. Me quedé embelesada con los vestidos que parecían dignos de una princesa.

Mi sonrisa se reflejaba en la vitrina y pasé los dedos por el frío vidrio y podía imaginarme en algo así, algo estilo cenicienta porque literalmente este era mi cuento, una mezcla entre Cinderella y Bella.

Me emocioné tanto que pase a la tienda y empecé a observar a las mujeres que detalladamente buscaban sus atuendos para ese día especial. Una de las encargadas me preguntó si deseaba asesoría y yo simplemente le sonreí asintiendo.

Yo sabía que deseaba lucir como princesa pero no tenía idea de que vestido podría ir conmigo.

Ella me explico que por mi cabello, estructura corporal y mi belleza quedaría cualquier modelo. Yo me puse roja por qué aún no me acostumbraba a qué las personas pensaran que yo era bonita.

Pude tocar las telas, los encajes y la seda. Mi sueño se haría realidad en un par de meses y yo sería la protagonista de un cuento donde el príncipe era un tanto peculiar y la princesa realmente quería hacer feliz a ese hombre a costa de todo y de todos. Yo estaba lista para ser la nueva señor Croft, la esposa y la mujer de Richard Croft

:::::::::Hawaii::::::

Habían pasado tres semanas desde el último altercado con Roberth, Richard había estado trabajando en lo de los hoteles y yo estaba cien por ciento comprometida con la labor. Incluso le había pedido a mi madre consejos cobre el tipo de menú que podía checar en cada uno de estos lugares.

Hasta ahorita los informes estaban algo complicados, pues en la mayoría de los hoteles había detalles, sin embargo dos de ellos estaba comprobado que estafaban a los Croft.

Había conseguido el permiso con mis padres para viajar por motivos de trabajo, ellos aceptaban y se habían hecho a la idea que como prometida de Richard tenía que estar al pendiente de lo que él me pedía, así que me dejaron viajar.

El avión de Richard era muy cómodo y él sabía que estaría acá, en Hawai, él me había dicho que no podría venir pues tenía que revisar la contabilidad de otros tres hoteles y empezar a hacer las estrategias para mejorar todo.

Toda la cadena hotelera de los Croft era enorme y en este país el hotel era inmensamente lujoso, había opulencia por dónde fuera y yo como buena espía había llegado en un taxi.

Pedí una habitación promedio y me instale. Estaba absorta con el paisaje de este lugar y definitivamente ya sabía dónde quería pasar mi luna de miel con Richard, quería playa.

Si en la tierra había un paraíso, definitivamente era este sitio.

El primer día pasó sin problemas, más que algunos detalles con las maletas y la ubicación de las áreas comunes.

El hotel era enorme y me tomo un día conocerlo a fondo, su playa privada y los restaurantes, que aún no los recorría del todo.

:::::::::Segundo día:::::::::

Estaba en traje de baño de dos piezas tumbada al sol, esperando que mi piel dejara de ser tan trasparente y tomara un poco de bronceado, Londres y su clima frío, lluvioso y gris habían quedado atrás.

Sentí que algo me cubrió el sol y justo cuando abrí los ojos para ver quién se robaba la vitamina D de los rayos noté al hombre de cabello oscuro, ojos azules como agua marina y rostro que parecía sincelado por los dioses.

- Richard!!!

Richard Croft

Richard no venía, dejó que yo tuviera mi momento con ella sin presiones. Me mandó con el chófer a la oficina de la psicóloga que estaba en un edificio médico muy alto, todo de cristal.

El lugar era lujoso pero acogedor, en colores cremas y resaltaban los toques de verde oscuro y dorado..

Ella era una mujer como de unos 55 años, alta y esbelta. Se veía que en su tiempo de joven era bonita, pues ahora era una mujer guapa y que se veía muy intelectual.

Por unos minutos me miró con genuina curiosidad, una mirada que sinceramente me intimidó.

- Buenos días, soy Rita Collins, me hicieron una cita con usted- de pronto me sentí intimidada, está era la mujer que sin duda alguna conocía a Richard más que nadie.

Richard Croft