La_unica

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25/04/2024

Ya pasó demaciado tiempo y sería un tonto si dejo que pase un segundo más.yo espero que puedas escuchar tu historia La_unica.

08/01/2024

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LA UNICA.pdf

08/01/2024

Giancarlo Joan Joaquín Ferro

La Única

Hoy, después de mucha labor, hago la primera publicación en Facebook sobre “La única”, esperando que el mensaje albergado en ella llegue a muchas personas y a la vez entiendan la esencia plasmada en la billetera. Y aunque pareciera ser una billetera más, ésta es algo especial para gente especial puesto que nace de una historia de amor y que hoy intento cerrar esta página de mi vida para dar acceso a otras nuevas y en la cual… tu podrías estar presente.
Haciendo una breve rememoración a mi historia, recuerdo que hace 13 años conocí a una bella chica vía Messenger. Por aquel tiempo esto era una locura, solía agregar por agregar direcciones de Messenger con un solo fin: “conocer a mucha más gente”. Los agregaba uno en uno sin tener la mínima idea de quién se tratasen, simplemente hacía lo que muchos hacían. Pero recuerdo que un día curioseando algunos de ellos, al final encontré una que al leer su dirección de correo me llamó mucho la atención. Eran un par de palabras sui géneris, algo que me impactó, me atrajo la curiosidad. Quedé embelesado. E inmediatamente la agregué en mi cuenta.
Este hallazgo había logrado cautivarme. “La Única” …así me pasaba casi todo el día pensando, imaginándome quién y cómo sería aquella persona desde el otro lado de la red. Luego de un par de días tomé una firme decisión, algo que nunca me arrepentiré de haberlo hecho. Cautivado por su originalidad, un día dejé de amilanarme y decidí escribirle sabiendo que ella no miraría mis temblorosas manos. Nuestra primera conversación fue cargada de timidez de ambas partes y muy corta. Por aquel tiempo, no era mi don intercambiar conversación con otras personas, mucho menos con una chica que no conocía. Algunas preguntas puntuales de ambas partes habría sido el tema y punto. Con el correr de los días seguimos con nuestras cortas charlas, pero creo ambos notamos que poco a poco se iba creando una buena conexión entre ambos. Aún no la conocía físicamente, pero la podía imaginar de la forma más pura y bella; la idealizaba viéndola como un ángel vestida de alegría y felicidad; ya que eso generaba en mí. Empecé a sentir algo muy especial por ella y cada vez que la tenía en línea compartíamos muchas anécdotas.
Así se pasó un primer año donde conversamos un poco de todo, reíamos y nos divertíamos mucho. Otras veces, solía mandarle links de músicas románticas para compartirlas con ella.
Sin duda alguna, ella se había impregnado en mi mente y se había convertido en alguien muy importante en mi vida... era mi musa; ya que por aquel tiempo yo trabajaba ayudando a un amigo en su taller; hacía diversos trabajos de instalaciones para eventos, y gracias a ese ideal que tenía de ella me ayudó para crear algunos buenos diseños dejándome llevar por la referencia utópica que tenía de ella. Yo siempre me he considerado una persona creativa, pero ahora se me hacía más claro, más inteligible. El soñarla vestida elegante y rodeada de las flores más hermosas que se haya visto y con un gran reflector tras ella hacían resaltar su hermosura, a la vez, me hacía imaginar divinas decoraciones que no se había visto por ningún lado. Esto me valió ser considerado a mis 16 años, un gran decorador.
Quería conocerla, saber cómo exactamente era su rostro, su cuerpo, su sonrisa; deseaba pedirle una foto suya sin llegar a incomodarla. Así fue que, una recordada tarde la encontré en línea, luego de intercambiar algunas palabras atiné a decirle que la imaginaba como si fuera un ángel. No sé qué hice mal, pero inmediatamente se desconectó. Me quedé apesadumbrado, algo molesto conmigo mismo por mi atrevimiento. Salí. Quedé apenado. Dejé pasar algunas horas, luego con mucho nerviosismo, me volví a conectar para disculparme con ella; pero al hacerlo ¡Ho sorpresa!, ella me había contestado y dejado una foto suya. Al visualizar la imagen, fue como si un dejabú cruzara por mi mente haciendo de las suyas. Maravillado y atónito procedí a escribirle diciéndole que ya antes la había visto. En ese momento ella se volvió a conectar conmigo y me respondió con una pregunta: ¿En dónde? Yo le contesté que la había visto en mis innumerables sueños. Recuerdo que se sonrió mucho por varios días, quizá pensó que yo era uno de esos floreros de esquina. La realidad es que verdaderamente así fue, ella era tal y como la soñaba.
Si, era un gran paso que había dado, pero aspiraba a conocer más de ella. Otra vez fue pasando el tiempo y algunas veces me sentía algo así como frustrado porque parecía que nunca la iba a conocer en persona. Esa tristeza me invadía y me hacía verla inalcanzable. Ya había pasado mucho más de un año y siempre llegábamos hasta amenas conversaciones donde pasábamos gratos e inolvidables momentos.
Cuando llegaba nuestro segundo año de conocernos virtualmente, le hice la proposición para encontrarnos y conocernos personalmente. No dudó mucho y aceptó, pero puso sus condiciones. Me reí. Pero parecía que las cosas iban bien en serio. Nos encontraríamos en la cuadra 18 de la Avenida Perú, en la esquina donde hay una parroquia a las 5:30 de la tarde. Estaba tan emocionado que ni le pregunte cómo llegar a ese lugar y hasta le dije que no se preocupara que estaría allí muy puntual.
Sin embargo, yo estaba perdido. Preguntando a uno y otro me enrumbé decidido a tenerla a mi delante. Tomé como cinco vehículos sin saber que solo se necesitaba dos. Menos mal había salido unas horas antes “Hombre precavido vale por dos” –me había dicho así mismo- puesto que era mi deseo llegar antes de la hora para poder estudiar el lugar y principalmente para verla llegar. Cuando por fin llegué al lugar de la cita, me paré en la esquina justo ante la gran parroquia. Sentía que tenía el corazón en las manos con el solo hecho de pensar que después tanto tiempo por fin la conocería personalmente. Hoy estaba decidido a entregarle simbológicamente hasta mi vida. La sensación que sentía era muy fuerte, me caracterizaba por ser un muchacho muy soñador que en estas situaciones deseaba darlo todo.
Recorría con la mirada todo el perímetro tratando de identificar a mi ángel guiado por aquella foto que guardaba celosamente. Estaba inquieto, pusilánime ante lo nuevo, puesto que tampoco sabía desde qué lugar haría su aparición. Hasta que se apareció una chica y se paró frente a mí. Se produjo un lapso de tiempo en completo silencio. Luego ella me preguntó: “¿Eres Eduardo?” La miré de la forma más extraña y luego… me reí, al parecer no era mi ángel o yo, los únicos en usar esta esquina para conocer a más gente.
Esta situación había logrado desenfocar mi atención y había hecho perder mi concentración, pero al retomarlo de repente mi mirada se había empoderado sobre una fémina que cruzaba la avenida dirigiéndose a mí. El simple hecho de observarla era como si se estuviera reviviendo uno de mis maravillosos sueños. Allí estaba ese rostro angelical que paso a paso venía como en cámara lenta hasta mis tímidos brazos. Parecía que todo a nuestro alrededor se detuviera y solo ella y yo tomáramos vida en aquel hermoso episodio.
- ¡Hola” ¿Eres Carlos?
Jamás olvidaré esta maravillosa escena ni estas melodiosas palabras plasmadas en estas páginas de mi vida. Comencé a sentir una paz interna única; hasta creo ahora, que quizá jamás vuelva a experimentar esta dicha así. Ella me había marcado profundamente en el corazón.
-Sí, soy Carlos… por favor ¿Caminamos?
No sabía ahora cómo comenzar con nuestra charla, esto ya no era igual que digitar un teclado de PC. Estaba nervioso. Pero ¡Hallé la puerta! Decidí contarle que momentos antes, una chica me había confundido con un tal “Eduardo”. Le dije que quizá ese tal Eduardo sea un loco enamorado como yo. Ella se reía y cada vez que lo hacía yo casi explotaba de emoción, me sentía feliz y mejor. Si supieran cuánto deseaba que las horas se hicieran tan lentas para seguir regocijándome a su lado. Verdaderamente que, para mí, fue un verdadero placer haberla conocido y me sentía correspondido en todo sentido. Luego fui personalmente testigo de ver cómo cayó aquel mito que dice: “Las mujeres son las que idealizan su primer beso”. Ahora era yo el que moría por saber cómo seria y cómo así sucedería ese primer beso. Desde luego, yo deseaba que fuera de una manera especial, de la manera más apasionada y real por tratarse de alguien especial. Luego entendí que el primer beso se la daría en su frente, símbolo de respecto y paciencia por lo que sentía por ella. Cuando aquello sucedió, a ella le agrado, me dio una mirada que pareció habérmela tatuado en mis ojos. Fueron tantas las emociones bonitas que experimentaba en esos momentos que casi no reparé si ella sentía a tal punto lo mismo. Luego de mirarnos fijamente a los ojos por un lapso de tiempo, emprendimos nuevamente nuestra caminata y conversamos de lo que haríamos a partir de ese momento.
Pasado algunos días, volvimos a encontrarnos y siempre la pasábamos conversando y delectándonos por diferentes cosas. Hubo una tercera oportunidad y en cada una de ellas nos habíamos hecho una serie de confesiones y promesas… promesas que con el correr de los días nunca lo llegamos a cumplir y luego éstas se convirtieran en tristes páginas que no llegamos a cerrar, en vidas incompletas por vivir. Lamentablemente ya no hubo una cuarta oportunidad; ese grandioso encuentro nunca más llegó. Eso me hizo sentir raro, abandonado. La seguí esperando en la misma esquina, en la misma parroquia y nada. Me juzgué tantas veces y siempre al final no encontraba explicación alguna. Derrotado y cansino de tanto esperar, no sé si por orgullo o qué, un día decidí no ir más. Quizá vilipendiado, quizá honorablemente, pero sentía que yo no tenía culpa alguna, por eso me costaba entender el motivo real por qué había decidido alejarse de mí… hasta el día de hoy. ¡No lo entiendo!
A partir de ello, viví con la idea de encontrar a alguien igual o quizá mejor que ella, pues se había convertido en mi ideal. Pero eso no pudo ser, pero no fue así, no encontraba esa esencia que había impregnado en mí y es por eso que no encontraba compatibilidad con otras chicas. Me había complicado la vida aferrándome a esa idea quimérica de que algún día encontraría a alguien como ella… quizá, no quería darme cuenta, que la estaba esperando.
Sé de muchas historias de vida muy tristes como la historia de mis padres y del amor que se tuvieron de la cual yo fui forjado, pero lamentablemente ausente de comprensión y por eso su historia fue corta. Sin embargo, también sé de historias en donde todo acaba con una pareja exitosa y una hermosa familia… como la de mis abuelos. Ellos, dos personas que se amaron tanto, claro ejemplo de cómo ir por la vida al lado de la persona que más amas. Ellos, luego tomaron el rol de padres para conmigo y he sido testigo presencial de su gran amor y a pesar de todas las circunstancias buenas o malas, siempre siguieron adelante. Eso se había convertido en ideal para mí, por eso vivía con la idea de encontrar a alguien así, que impactara de tal manera mi vida y así poder encontrar la felicidad anhelada. Vivía con la esperanza y la idea de hallar a alguien similar porque dentro de mí, no quería aceptar que aún la seguía esperando a pesar que luché mucho poder olvidarla, intenté mil formas y aun así cada vez que la recordaba era como si la tuviera cerca. Los días la pasaba idealizando con encontrar una persona honesta y sincera y de bellos sentimientos. Esto hacía que la viera como referencia para encontrar a mi compañera de toda la vida. En cada lugar que fui, en cada situación que me encontraba, en cada noche que sentía la soledad siempre pensé en ella; sabía que todo en algún momento mejoraría porque ella albergaba un gran motivo para volverla a ver. Si tendría la oportunidad, caminaría el mundo entero solo para estar junto a ella.
Por cuestiones inesperadas, hoy en día vivo en un encierro, en un penal. Mi lucha ahora tenía que ser más contundente, aquí la soledad te hace pensar e idealizar muchas cosas. ¿Qué tendría que hacer ahora para sacarla de mi mente?
Decidí mantenerme ocupado. Desde que llegué, me acoplé y me propuse a acatar las normas de convivencia y hasta ahora llevo una vida tranquila. En un mes ya cumpliré cuatro años encerrado, pero lo bueno, es que ya solo me faltan dos… o en todo caso, así quiero ver mi situación. He intentado hacer varias cosas como algunos trabajos en textil, en cerámica y un poco de todo. El objetivo era tener mi mente ocupada en algo positivo.
Pero en las noches, los recuerdos vagan por mi mente y mucho más aún cuando suelo ver la luna que trae hacía mí esos grandes recuerdos como cuando recorríamos sonriéndonos por las calles y por la Av. Perú. Sinceramente, esa culpabilidad que aún siento, es una historia que aún se seguirá escribiendo.
Para ingresar a éste lugar existe miles de formas, el problema es para salir. Allí es cuando te das cuenta que la justicia es solo para algunos. Por eso era propicio que laboralmente me dedicara a algo sostenible. Hace dos años pensaba y pensaba qué hacer. Luego vi y me gustó mucho los accesorios que fabricaban. Allí fue donde empecé a dibujar y diseñar accesorios propios. Sentía algo en mí que facilitaba mis creaciones: belleza, ternura, respeto… y ahora resiliencia.
Recuerdo también que paralelamente y día tras día iba escribiendo una carta donde plasmaba mis sinceros sentimientos a través de poemas e historias para aquella persona especial. Escribí bastante de una y otra forma; me ponía en situaciones diferentes y en cada una siempre vivía muy enamorado de ella.
Así, un día escribí una carta algo especial en donde yo trataba de entender por qué vivo así aferrado a esa caprichosa idea. Busqué en aquellas líneas plasmar de forma madura y responsable entender que las cosas sigan marchando por su ciclo natural donde ella sigue su camino y yo el mío y no aferrarme a algo que ya no existe y que quizás… nunca existió o que solo lo viví yo. Recuerdo que en esa carta fingí un dialogo con mi amada donde le preguntaba por qué se había ido sin decirme nada. Y donde ella me respondía de la forma más sutil y honesta que lo había hecho por que se dio cuenta que ella nunca llegaría a quererme y amarme como yo a ella.
Fue desde ahí que entendí que tenía la capacidad de caminar a oscuras y encender el corazón con tan solo pensar en ella. Me di cuenta que a veces el esfuerzo es útil, que todo cuánto uno hace siempre te deja alguna enseñanza. Entendí que querer tanto a alguien te hacía otra persona, porque ese sincero, dócil y protector sentimiento hacía que mis habilidades sociales mejorasen y el poder llegar a los demás ahora se hacía tan fácil. Guardé esa preciada y furtiva carta en un lugar seguro; solo de vez en cuando la sacaba para leer y releer mi obra maestra. Se convirtió en mi tesoro más preciado; cuando vi que sus hojas se iban estropeando, arrugando o manchando con gotas de mis lágrimas no enjugadas a tiempo tomé la decisión de reproducirlo en una cartulina y así fui resguardándola hasta llegar a hacerla en materiales más resistentes. Tenía en mente que algún día se lo entregaría, y ella muy orgullosa la llevaría consigo por todos lados como testimonio que hubo una persona en su vida que la amó con demasía.
Cuando acabé de discernir esta bonita idea, me di cuenta de una clara señal que estaba recibiendo; una señal que me indicaba lo que tenía que hacer. Debía crear algo que ella la llevara consigo a todas partes. ¡Caramba! Cómo dudar de su gran potencial de efectividad e inspiración que hacía brotar en mí.
Por eso, ese mismo día y hasta alta horas de la noche diseñé una primera billetera para damas. Al día siguiente y desde las primeras horas hice una lista de lo que necesitaba; reuní el material y procedí a armarlo, a darle forma. Mis manos dirigidos más por el corazón que por mi mente trabajaban diestramente como si yo tuviera un propósito muy importante. Para mí sí lo era, pero quizá para otros no; quizá por eso es que cuando fui al área donde venden los materiales a pedir lo necesitaba me preguntaron qué iba a hacer, yo les dije que necesitaba los mejores materiales y para que me entiendan, les terminé contando mi historia, por quién lo hacía y el significado que ello tendría para mí… aunque, aún no sé si algún día se lo entregaría por más que yo sí quería hacerlo.
Cuando le acabé de contar la historia, esta persona me quedó mirando fijamente. Al parecer cavilaba con mesura lo que me iba a decir. Hasta pude con sigilo, ver cómo se cubrió la boca para no soltar su sarcástica risa ante mí. Luego, ya algo más serio prefirió mirarme nuevamente a la cara y me dijo:
-La extrañas ¿Verdad? Pero… Ella te dejó, no la tienes a tu lado y a pesar de eso ¿Te esfuerzas por darle un presente que no sabes si lo aceptara o no?
Mis ojos estaban centrados en los suyos tratando de hacer incidir en él, algo de tolerancia y comprensión. Luego bajó su mirada, y con tono apocopado por sus enmarañados sentimientos, me dijo:
-Yo tengo mi esposa, y a estas alturas del tiempo y las circunstancias me siento abrumado y harto de ella. Paramos discutiendo demasiado, otras veces la he violentado con mis palabras y hasta físicamente… la verdad es que ya no quiero ni que venga por acá, ya no la soporto. Por eso, tú me sorprendes con tu historia y lo que quieres hacer por ella… ¡Parece que aún no la conoces bien!
Recuerdo que, algo apesadumbrado cogí los materiales que compré y me fui pensando por qué me había contado todo eso. Si yo le conté lo mío, fue porque creo que fue algo bonito y me inspiraba a realizar tantas cosas bonitas. Me pareció sentir en él, como si estuviese esperando que alguien le preguntara cómo se sentía. De hecho, ésta no fue ni sería la primera y última vez que tocaríamos ese tema. Cuando fui con el señor que hace los moldes, fui también más con la intención de aplicar un experimento social. Quería probar in situ con otras personas que tanta efectividad tendría mi idea de lo que quería hacer. Con la misma dinámica le pregunté si me podía hacer los moldes; me dijo que sí. Me recomendó varias imágenes y cuando me preguntó para qué era, le salí contando la historia. Al final evidencié el mismo efecto: me conto de la mala situación por la que pasaba con su pareja: peleas, golpes, insultos, engaños. A la semana había hablado con más de veinte personas y en cada una, situaciones diferentes, pero llenos de lo común: violencia, agresión e incompatibilidad.
Lo interesante de todo eso es que éstos compañeros interiorizaron conmigo al punto que los sensibilizaba con mi historia. Sé que ellos, a cualquiera no le hubieran contado su situación. Por eso ahí me di cuenta que mi objetivo no era solo hacer una billetera para mi persona especial, sino para cada una de ellas que se identifica ante estas historias y así poderles dar fortaleza, una especie de escudo que ellas puedan tener y llevar consigo en todo momento. Algo que les pueda empoderar y darle la valía verdadera ante sus adversidades. Una herramienta que proteja su honor, su personalidad, su autoestima.
¿Cuál sería ahora los siguientes pasos? ¿Cómo así llegaría a hacer realidad esto?
Otro de mi hobby es escuchar música. Me encanta hacerlo, las románticas son mis favoritas, mi terapia, mi fuente de inspiración; me basta con escuchar una y mentalmente me voy a lugares que nunca he visitado y trae a mi memoria episodios vividos. Cada una de ellas, son como historias que suenan en mi cabeza como si yo las hubiera vivido y luego escrito esa noche pensando en cómo les daría ese valor a ellas en cada situación adversa.
Luego recordé con mucho ánimo, lo aprendido en este lugar. Hacíamos un objeto simbólico que lo utilizaríamos en aquellos momentos de descontrol emocional. Un objeto que nos ayude a sobreponernos de las distintas situaciones adversas. Mientras “Perfec” (mi canción favorita) de Karla y Kevin sonaba en la radio me puse a escribir. Cuando acabé me di cuenta que había logrado darle sentido a una historia donde cada uno de nosotros a pesar de todo, podemos seguir adelante y reponernos frente a todo. Animosamente mescle la historia con la billetera y esa noche sucedió algo mágico: había podido forjar en el cuerpo de la billetera un valor agregado. Esa billetera llevaría implícito la esencia del más puro y bello amor. Ahora tendría la capacidad de ofrecerle a quien la portara la magia intrínseca de la comprensión y las fuerzas necesarias para revertir todas esas situaciones adversas. Quien la use, tendrá presente que, cada quien tiene su forma de ser, porque cada quien es un ser único e irrepetible en la vida.
Esa misma noche terminé mi ansiado proyecto dándole un nombre a la mágica billetera: “La Única”. Como aquella dirección de correo que fue la piedra angular para hacer realidad este noble propósito. No soy escritor, solo escribo para La Única, pero la historia allí plasmada, fue como si alguien muy angelical me la susurrara al oído.
No sé a dónde me llevará todo esto ni como acabará, solo sé que al final, entendí lo que sentía y siento por La Única. Gracias a ella pude lograr muchas cosas de las cuales siento un sano orgullo. Pero también pude entender, que los puros y sublimes sentimientos de mi corazón hacía ella, ya nunca se concretaría; por eso puse todo de mí para asimilarlo y terminar aceptando. Quizá en su momento no hice bien las cosas… pero ese sentimiento que sentía un día se transformó en entendimiento que salió de mi pecho y se alojó en el alma de aquella billetera. A partir de ese entonces, concebí que tenía una misión con la sociedad y no me daría por vencido fácilmente porque sé que algún día, y solo algún día lograré mi noble propósito.

Editado por

BRIAN - PERÚ

Nota: Si te interesa saber que sucedió en estos 3 días… espera la siguiente publicación.

08/01/2024

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LA UNICA.pdf

13/02/2023

Hoy decidí algo muy importante en mi vida y es que si algún día te volveré a ver y no se si debería de buscarte creo que es una decisión compartida, primero quisiera saber si quieres ser encontrada porque no pienso interferir en tu felicidad mucho menos si ya hay alguien a tu lado,solo quiero decir estoy y prometo que al acabar todo volverá a hacer como antes,comprende que solo deseo cerrar esta página en la que me quede atrapado aunque no me fue tan mal o peor diría gracias a los hermosos recuerdos que dejaste en mi pude sobrevivir,decirte como hacer las cosas de la mejor manera pensando como lo hubieras decidido tú gracias a la silueta de tu rostro fui inspirado a creer las decoraciones más hermosas y solo fue porque las comparaba con tu belleza,recuerdo lo que me decía y de lo poco hablábamos y con eso escribí mil historias y compuse versos y poemas que cada palabra que oí de tus labios que puedo decir de esa mirada que define mi resilencia cada ves que te miro en mis sueños puedo decir tantas cosas porque cuando ensiendes en mi decido ser mejor persona,lo que haré lo hago por mí en un intento más de sacarte de mi cabeza y del corazón no espero que esto llegue a ti pero si lo puedes entender ven por mi.

LA_UNICA

28/12/2022

Hola a todos en esta oportunidad me dirijo ante ustedes mediante un familiar quien administra mis redes sociales y he esperado demasiado para poder expresarme. Publicaré una historia que le podría haber sucedido a cualquiera en donde la resilencia llega como un salvavidas y te saca de lo más profundo de la nada y en ese momento entiendes que todo sucede por algún motivo,yo sobreviví porque alguien me guió y me dio la capacidad de poder sobreponerme a todo,hablo de una persona especial,tan única y de la forma en la que me inspira a continuar y seguir adelante y cada día qué pasa me enseña algo nuevo esa historia es tan real que logre hacer físico el amor que siento por ella y así la puedo sentir aunque esté tan lejos.

La historia se publicará el 14 de febrero.