Bufido nocturno

La herida horizontal
el narci generalizado
el dolor empotrado en los hombres
un prurito incesante

Si la brújula de sus recuerdos hubiera sido la ciudad, los puntos cardinales serían aquellos verdes furtivos que aún persisten como bestias dolientes en medio del cemento. El norte, los largos huertos de calle Pircunche, sombreados por ciruelos, cerezos y albaricoques, donde en el silencio de la tarde los conejos eran devorados por los perros. El sur, los aromos ribereños del Cautín, en cuyas ramas la ropa quedaba tendida para siempre. El este y el oeste eran pampas con margaritas e idealistas cardos indisciplinados, que aún le envían secretas cartas en verano.

Quizás ya no tienes tiempo para pensar
Antes sí lo tenías
Pero humores amargos atravesaban tus huesos
Y una mariposa negra te aleteaba en el sentido contrario
Quizás ahora bebes menos que antes
O te fumas varios menos al día
Pero pensar en lo ejecutado te parece improducente
Ahora debes llenar formularios y enviar informes
Ahora tienes una novia que no te da problemas
Y el dinero para ensuciar tu nariz y olvidar.

Te mentí
te mentí porque había en la verdad una rigidez engañosa
totalmente
no conforme, no certera, no apta
las palabras allí tenían costras que no plegaban en ningún sentido
lejanas de las mareas interiores donde suceden las verdaderas desapariciones
y las cosas se fugan con velocidad de gacela hacia su realidad más egoísta, inasible
alli donde surgen las corrientes que movilizan los dialectos de las criaturas acuáticas

porque había en la verdad un zumbido amenazante, torpe para mi silencio
La verdad no era suficiente o peor que eso, mucho peor.
Era un dolor en el pecho, una varilla vigilante, una condena.
Te mentí

Nací en Temuco. Hija de padre y madre muy jóvenes que se casaron por el motivo de mi llegada.
Por situación económica y pocas posibilidades mis padres vivieron al alero de mi abuelo paterno, carabinero de civil y mi abuela. Ambos gente con muy poca escolaridad y educación. En realidad casi todos mis tíos vivieron ahí hasta que algunas tías se casaron y se fueron.
Mis padres se separaron cuando yo tenía 7 años, mi mamá se fue con mi hermano bebé donde madre y yo quedé con mi padre en esa casa. Mi padre no tenía muchas condiciones para la vida laboral, sobre todo por su carácter muy inseguro. A mi prima le pasó algo parecido y nos criamos con mi prima en condiciones parecidas, pero a mi prima la adoptó mi tía como madre ya que la mamá de ella desapareció. Mi madre se mantuvo más o menos pendiente. Sin embargo debí hacerme cargo de mí misma.
Mi abuelo era abusador. Mi prima tocó la peor parte. Yo traté de defenderme.
Mi familia cuando lo supo se disgregó. Mi prima se fue con mi tía y yo me quedé ahí.
Jugábamos en la calle con hartas amigas, todas mujeres, con mi prima (mi familia) éramos las más pobres del barrio y vivíamos entre gente de izquierda y educada y creo que nos miraban raro porque mi abuelo era muy excéntrico, después de jubilarse tuvo una micro, un taxi, criaba perros, cazaba pájaros en el patio, y tenía aspecto de dina, pero no creo que haya participado mucho en temas políticos.
Además no teníamos madre presente con mi prima. Una familia enteramente fuera de la norma.
No sé que pensarían de nosotros.
Yo era tímida, muy tímida. Miraba el mundo desde el silencio casi. Buenas notas, no me costaba estudiar.
Hartas carencias pero igual consideración por parte de tíos.
Mi padre se fue con una nueva relación creo que cuando yo tenía 9. Era colectivero y hacía lo que podía por mí. Me amaba pero no suplía mis necesidades.
A veces visitaba o me iba temporadas con mi madre que vivía en Santa Rosa y luego en Pueblo Nuevo. Se hizo comerciante ambulante y de feria. Muy trabajadora hasta el día de hoy. Ella tenía una pareja que era un tipo que no puedo catalogar porque es el padre de mi hermano más chico. Hizo daño. Sobre todo a mi hermano de padre y madre.
Mucha pobreza, mucha precariedad.
Podría decir más cosas.

Los días están perfectamente hechos para caminar por ahí con el llanto en los poros
Que realidad más palpable que ir a casa atravesando calle tras calle pensando en todo el fracaso que desencadenaste sin salir siquiera de ese repetido trayecto y que pronto abrirás el portón de tu casa con la misma ansiedad que luego mirarás el brillo que la tarde deja entrar por tu ventana para pensar que es el mismo brillo que tienen los hogares felices y te conformas con ese color inmenso que el atardecer entrega, sin embargo, a todos por igual.
Tener la idea que ese instante es el planeta cabal con todas sus posibilidades, con todas sus grietas y desiertos, con sus torrentes y sus distancias geográficas.
Pensar que allí ha podido pasar una vida completa, visillo tras visillo, más aún ahora que renovaste las cortinas para que la luz atravesara más transparente.
Todo empeora cuando suenan las campanas de la tarde con un sinsentido propio de los tiempos y te preguntas si habrá alguien más alimentando su locura con aquel sonido que bien podría ser solo un recuerdo y que bien sabes no es más que una añeja melancolía, un tópico repetido cuyo valor estético solo depende de quien advierte que un momento puede ser una historia consumada.
Los días están perfectamente hechos para llegar a casa, abrir la puerta y largarse.

Animales de ciudad

También hay bosques en la ciudad
arroyos y frutales silvestres por florecer
a veces el ulmo y el arrayan
viajan de la nada al sentido
en cualquier esquina y de repente
pero hay también hojas oscuras
que crecen en árboles que arden todo el verano
y brisas alquitranadas que nos enseñan el aroma de la soledad
los vehículos llevan a bestias y aves sin alas
de una madriguera, de un refugio a otro
de sarcófago a sarcófago
todos andan buscando su lugar, sus rastros
los olores de sus sexualidades infectadas
Aquí todo está extraviado
las almas humanas se olfatean y siguen en su desvío permanente
porque las huellas se han borrado
las señales a veces solo están en un par de hojas oscuras
en una casa incendiada
en una acera llena de colillas
La sed se sacia a tramos agobiantes
Los sauces llorones aparecen como grandes oasis pero lloran
y los aromos también indican cosas que ya no existen
las personas no siempre se detienen a mirarlos
pero saben y se frotan cada tanto en sus cortezas cual costra fosilizada.

No sabemos si de pronto todo se acaba
O si bien estamos ya dentro de un final
No hay tiempo para salir de este bosque
Vamos y volvemos
Sorbemos agua y comemos el pan igualmente atorados
Hacemos los juegos del amor
Y en ese acto ruge la risa de un demonio que pasa inadvertido
Regresar a la cueva bajo la luna es lo único bello
Animales de ciudad

También hay bosques en la ciudad
arroyos y frutales silvestres por florecer
a veces el ulmo y el arrayan
viajan de la nada al sentido
en cualquier esquina y de repente
pero hay también hojas oscuras
que crecen en árboles que arden todo el verano
y brisas alquitranadas que nos enseñan el aroma de la soledad
los vehículos llevan a bestias y aves sin alas
de una madriguera, de un refugio a otro
de sarcófago a sarcófago
todos andan buscando su lugar, sus rastros
los olores de sus sexualidades infectadas
Aquí todo está extraviado
las almas humanas se olfatean y siguen en su desvío permanente
porque las huellas se han borrado
las señales a veces solo están en un par de hojas oscuras
en una casa incendiada
en una acera llena de colillas
La sed se sacia a tramos agobiantes
Los sauces llorones aparecen como grandes oasis pero lloran
y los aromos también indican cosas que ya no existen
las personas no siempre se detienen a mirarlos
pero saben y se frotan cada tanto en sus cortezas cual costra fosilizada.

No sabemos si de pronto todo se acaba
O si bien estamos ya dentro de un final
No hay tiempo para salir de este bosque
Vamos y volvemos
Sorbemos agua y comemos el pan igualmente atorados
Hacemos los juegos del amor
Y en ese acto ruge la risa de un demonio que pasa inadvertido
Regresar a la cueva bajo la luna es lo único bello

"En lugar de oponer magia y ciencia, seria rncjor ponerlas en paralelo, como dos modos de conocimiento, diferentes en cuanto a los resultados teoricos y practicos [...] pero no por el género de operaciones mentales que ambas suponen, que difieren menos por su naturaleza que en funcion de los tipos de fenomenos a los que se aplican [...] . Para transforrnar un yuyo en una planta cultivada, una bestia salvaje en animal doméstico, hacer aparecer en una o en otro propieclades ali- menticias o tecnologicas que, en el origen, estaban completa- mente ausentes o podian apenas sospecharse; para hacer de una arcilla inestable, pronta a desmenuzarse, a pulverizarse o rajarse, una alfareria solida e impermeable (pero solo a con- dicion de haber determinado, entre una multitud de materias organicas e inorganicas, la mas apta para servir de desengrasan- te, como también el combustible conveniente, la temperatura y el tiempo de coccion, el grado dc oxidacion eficaz); para elabo- rar las técnicas, frecuentemente largas y complejas, que permi- ten cultivar sin tierra o sin agiia, inodificar granos 0 rafces toxi- cas transformandolos en alimentos o bien utilizar esa toxiciclad para la caza, la guerra, el ritual, era necesario, no lo dudemos, una actitud de espiritu verdaderamente cientifica, una curio- sidad asidua y siempre vigilante, un apetito de conocer por el placer de conocer [...]. El hombre del neolitico 0 de la proto- historia es, pues, el heredero de una larga tradicion cientifica (Lévi-Strauss, 1962a: 21, 23-24)

Llevo años pensando
un día dejaré de pensar
para dar paso a la respiración
a la contemplación y al goce
ahora hago un interludio
donde no puedo menos ni más
que intersectar ambas acciones
solo para descansar un rato.
Estoy realmente cansada.

"un impulso momentáneo, un estado de ánimo oscuro o un espanto terrible sin posibilidades de enlace, sin comuni- cabilidad, sin efecto en el sistema" de Lhuman, algo que no llega al sentido.

Los días están perfectamente hechos para caminar por ahí con el llanto en los poros
Que realidad más palpable que ir a casa atravesando calle tras calle pensando en todo el fracaso que desencadenaste sin salir de ese mismo recorrido y que pronto abrirás el portón con la misma ansiedad que luego mirarás el brillo que la tarde deja entrar por tu ventana para pensar que es el mismo brillo que tienen los hogares felices y te conformas con ese color inmenso que el atardecer entrega sin embargo a todos.
Tener la idea que ese instante es el planeta cabal con todas sus posibilidades, con todas sus grietas y desiertos, con sus torrentes y sus distancias geográficas.
Pensar que allí ha podido pasar una vida completa, visillo tras visillo, más aún ahora que renovaste las cortinas para que la luz atravesara más transparente.
Todo empeora cuando suenan las campanas de la tarde con un sinsentido propio de los tiempos y te preguntas si habrá alguien más alimentando su locura con aquel sonido que bien podría ser solo un recuerdo y que sabes no es más que una añeja melancolía, un tópico repetido cuyo valor estético solo depende de quien advierte que la memoria no es un hecho consumado.
Los días están perfectamente hechos para llegar a casa, abrir la puerta y largarse.

Ejercicio mental / o complejo de Alejandra

Dentro de una casa con candado, indistinta de las otras, en un barrio que casi siempre brilla en los atardeceres, apacienta su ansiedad caminando de un lado a otro de la pequeña sala principal.
Pensando y asumiendo perspectivas impensadas sobre los hechos,
la tenue luz que va dejando la tarde invernal le provee de un recurso cinematográfico que le conmueve y le substrae del tiempo.
Advierte como la tragedia le ronda, le ve allá afuera de reojo tras el visillo. El candado no ha fallado nunca, por eso se asegura de que allí esté.
Se acerca la noche, lo sabe, pero ese breve instante del día es el momento del despojo, y su mente, que es una inteligencia donde han venido a parar una cantidad inusitada de tórridas experiencias, pequeños y grandes trozos de lectura, demasiados viajes en transporte público, teorías nunca aplicadas, datos relevantes sin relacionar -o al menos no en sentidos estrictos-, categorías hermosas desechadas por improcedentes, sueños olvidados al primer abrir de ojos, favores sin pagar y amores completamente malheridos,
encuentra un punto de fuga
( )
No es evasión, es un viaje consciente,
una oración que antecede al próximo día.

Hey!
Ya no queremos hablar de amor pero ahora es el amor quien nos habla, nos desmenuza desde su existencia más fáctica que nuestros poemas y nos modela con su propio barro
El cansancio que tenemos es como una rendición y entonces nos quedamos ahí escuchando sus métricas asediantes inevitables, sus redobles de tambores, sus caídas libres y vuelos en fuga.
Ahora el amor camina por la casa, sube la escalera y se pone la bata de seda que siempre evitamos por cursi. Le bajamos el perfil al problema pero sabemos que tarde o temprano el ritmo de esa musiquilla nos dejará sordos a nuestros propios latidos.
Ya no queremos hablar de amor, pero ahora es el amor quien nos habla.

Aquello que perdiste y que te obligó a mantener de por vida ese rostro de niña avergonzada.

llueve preciosamente,
preciosamente como siempre ha llovido

Algunas materialidades se pudren o se oxidan

Otras son esponjas sumergidas

El alma. como es invisible, incorpórea, quizás solo una idea

se encuentra a sí misma

en las gotas

con su transparencia.

Dios ha mu**to pero nos ha dejado su trono para jugar a la silla musical.

Quisiste enredarme en espinos, pero no sabias que ante el dolor me disipo como una sombra.

Me hiciste correr tan lejos que perdí el camino de regreso.

Cuando callas para seguir el silbido del viento
Un latido dentro de ti te ensordece y la veleta enloquece por tu culpa, por consentir al siempre borracho corazón

Ahora, hay un zorro que lame tu piel, el agua de tu piel

Como una fotografía de guerra
gobernaste desde lejos
con tu sola expresión de fuego
congelaste la existencia en una escena
Se sumerge ya el día
y no es posible saber si volveré a sentir
la fragancia primera del amor

Tu nombre es como un pastel de letras con sabor a crema moca;
cuando lo veo escrito no puedo vocalizar más que un par de sílabas, las otras se me derriten en los labios. Incluso peor, a veces me parece una torta del Marriet que saboreo con los ojos pero que no probaré, lo sé.
Así como mi boca, también mi pecho te mira.

Rompo el mito pero creo otro cuando me miro al espejo y me fotografío antes de sentarme a la mesa.
Recuerdo que olvidé poner las flores.
las flores ornamentales.

Éramos una trenza de sexualidades incompletas, recuerdos sombríos de cuartos hostiles, un n**o de placeres mal vividos, mal ejercidos como derecho y como deber.

Teníamos los brazos cansados y las caderas quebradas y en el mal amor los cuerpos así se buscaron .
en ese estado
en esa falta de tibieza y suavidad
rotos, cercenados.

Tu dorso se adhirió al mio y entonces nuestros pliegues se hicieron textura de una sola bestia que se estremeció de ternura y musitó delicados sonidos, dulces emisiones.,
señales que reconocimos como a una madre que regresa.

Sigo siendo un ave de altura aunque en inmundas cloacas me haya alimentado.
Mi única defensa es esta claridad, esta suavidad de espuma cuando mi voz te toca
Desde un horizonte no geográfico vengo volando para posarme a hurgar en esta tierra, en sus profundidades de raíces, de musgos y gusanos.
Aquí quisiera quedarme un momento para mirarnos y vivir este escaso tiempo que tengo para endulzarme entre líquenes y flores primaverales. El cambio de estación me ha sido favorable

Un día nos buscamos entre lodazales y angustias;
y otro sobrevivimos a la bruma nocturna para sentir el agasajo del día.

Ojalá pudieras venir ahora y acompañarme en este vuelo.
Desde lo alto se aprecia bien el mundo y sus sentidos en eterna colisión.

2010 - 2011

Has de estar en mí
aunque vayas lejos
aunque rompan tus olas
y se quiebren tus manos en otras tormentas
Porque el día de la calma estuviste aquí silbando una melodía alegre
y hoy el viento la vuelve a traer como húmeda brisa
como gotas evaporadas de tu rompiente.

2010 - 2011
calla mi boca
y, contra todo, mi lengua crece hacia adentro
recorre un paisaje invisible
donde lluvia y pasto
vienen a ser
este beso blando que te doy