You, me and a cup of coffee

01. 𝒊 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒌 𝒊 𝒇𝒆𝒍𝒍 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒎𝒐𝒄𝒉𝒂.

El día comenzaba con la muchacha de cabellos rubios barriendo con suma tranquilidad los pisos del salón. Faltaban 5 minutos para que den las 8:00 a.m., dándole inicio a la jornada laboral. De a poco iba a llegar la gente adulta para desayunar o buscar sus desayunos antes de ir a trabajar. Así solían ser sus mañanas, acompañada de caras ya completamente familiares, clientes regulares y aroma a café por todos lados, acompañado de algún que otro pedazo de tarta dulce que robaba de su mostrador.

Todo estaba yendo igual que siempre, hasta que sus ojos notaron la presencia de una figura alta entrando por la puerta, llevándose absolutamente toda la atención, no sólo de ella, sino de varias personas que se encontraban tomando café allí. Todo ocurría en cámara lenta en su cabeza, era como una escena de una película. En su mente hasta había música de fondo mientras veía al muchacho acercarse con pasos tranquilos. El mismo observaba con detenimiento el cartel del menú que se encontraba colgado justo detrás suyo. Estaba segura que no era de allí, por lo menos no de ese barrio, ella lo sabría, dios, sería imposible olvidar ese rostro, aquella naricita, esos labios. Hasta su cabello se veía perfecto, no sabía si estaba maravillada o le tenía envidia, pues-

Un carraspeo la trajo de vuelta a tierra, provocando que sus mejillas ardieran al instante. Era increíble como había viajado en tan solo cuestión de segundos.

—Disculpe, buenos días. ¿Qué le puedo ofrecer?— Comentó tratando de poner su tono más comercial, sin llevar su mirada hasta los ojos ajenos, avergonzándose más al oír la risa que éste había soltado, pues estaba segura que había sido más que obvia.

—Buenos días, quería pedirte solo un moca para tomar acá.

Asintió mientras anotaba la orden en la pantalla de su computadora, terminando por darle el precio y recibiendo su pago. Cuando conectó miradas con el chico, sonrió de la mejor manera como si no estuviera increíblemente nerviosa. Quedó atontadísima al ver como éste le sonreía y hacía un gesto con su cabeza antes de darse la media vuelta. Soltó un pequeño suspiro cuando estuvo lo suficientemente lejos, yendo a sentarse en una de las mesas de la esquina mientras utilizaba su celular. No había notado lo tensa que estaba. Bufó y se rio por lo bajo, no podía creer que se estaba comportando como toda una adolescente.

—Concentrate Fran, no es la primera vez que ves a un chico en tu vida.— ''Pero no uno tan lindo'' murmuró su conciencia, queriendo pegarse automáticamente ante aquella auto-respuesta.

Decidió no perder más tiempo y comenzar a preparar los pedidos que habían quedado pendientes y los que eran para delivery, yendo de acá para allá. Entregó cada uno de ellos y volvió al mostrador, observando fijamente el café que se encontraba frente suyo. A un lado de éste había una servilleta la cual tenía escrita una fila de números junto a un ''espero volver a verte por acá ^^''. Arrugó su nariz al ver lo que había escrito, sin duda le daba un poco de cringe, pues nunca había hecho estas cosas. Aquella notita la estaba volviendo loca, por lo que no tuvo mejor opción que doblarla y tomar coraje, agarrando la bandeja con ambas manos.

Vio al muchacho levantar su cabeza, podía notar la duda en sus ojos, seguramente preguntándose cuándo llegaría su café, haciéndola lloriquear en su interior, no podía ser tan boba y tardar con un café solo por una nota. Suspiró y caminó con su mejor sonrisa, dejándole el café en la mesa junto a la servilleta, sin decir nada más que un ''que lo disfrutes'' y darse la vuelta rápido, apurando el paso para esconderse detrás del mostrador, queriendo que la tierra la tragara.

Se mantuvo ocupada limpiando lo que la gente devolvía para no volver a mirar a aquella figura que a lo lejos la atormentaba. Sus mejillas ardían y sentía la necesidad de salir corriendo, cruzar la calle e irse al local de su mejor amiga para enterrarse junto a las flores que ésta vendía. Tomó su celular, abriendo la aplicación de mensajes para poder contarle a su amiga lo que había hecho por impulso, sin evitar los detalles de lo hermoso que era el muchacho. Sin embargo no tuvo respuestas y con un quejido guardó su celular en su bolsillo, continuando con todo el orden de cosas.

Ping!

Sus ojos se abrieron como dos platos enormes. Había tomado su celular nuevamente, esperando encontrarse con la respuesta de la chica de cabellos oscuros, sin embargo fue todo lo contrario. Volteó a ver sobre su hombro, el muchacho se encontraba mirándola fijamente, tapando su sonrisa con la taza de café, dándole el último sorbo antes de levantarse e irse, no sin antes saludarla agitando su mano desde la puerta un tanto avergonzado.

''por una barista así vengo todos los días;)''

Una pequeña sonrisita se dibujó en sus labios gracias al mensaje, riendo suavemente luego y así bajar la mirada nuevamente, escribiendo con manos un tanto temblorosas un corto mensaje como respuesta para dejar que la conversación siga fluyendo como si se conocieran de toda la vida.

Ninguno se imaginaba que aquello le daría comienzo a la historia de amor más hermosa que ambos irían a vivir.