Yamato Hikaru.

Habían pasado días desde que se encontraban encerrado en medio de una tormenta, se sentía más tranquilo desde el primer momento en que supo que sus hermanos estaban bien y con el paso del tiempo su rutina volvía a ser la misma, nunca se había sentido tan feliz de aquello, la monotonía siempre le abrumaba, pero parecía traerle paz en esos momentos después de lo que había ocurrido encerrado en la villa junto a los demás.

También, había pasado días sin saber del italiano, justo después de su última conversación Hikaru hizo lo menos posible por buscarlo, querida darle su espacio y esperar a que él fuera quien lo buscará en todo caso; aquello nunca llegó, días sin saber de su amado le hicieron perder la paciencia, desesperado por saber alguna respuesta concreta del chico busco ir a su habitación, ¿Por qué esperar tanto para saber algo tan importante?

Llegó al lugar con la esperanza de encontrarse con el chico, tocó un par de veces la puerta y espero lo mejor, estaba nervioso y temeroso por pensar en lo que le diría, ¿Un simple hola? ¿Podría besarlo como era su costumbre? Por una parte deseaba que no estuviera, así evitaría sentir tanto nervio y temor por verlo a los ojos. Tocó un par de veces aquella puerta de madera y espero a alguna respuesta, cualquiera que fuera estaba dispuesto a acabar con su miedo ese mismo día.

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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ En la tormenta, día tres.
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Tres días en aquel in****no, bien dicen que cuanto más oscuro se encuentra es porque el amanecer esta cerca, así se sentía, en medio de una abrumadora situación; por un lado, Leonardo había explotado en medio de todos, su hermana se encontraba enfadada con ella (más que de costumbre) y ahora tenía la necesidad de dar explicaciones a el italiano.

En aquellos momentos buscaba la tranquilidad de su habitación, sin ninguna palabra, escuchando lo mejor de su playlist a la par de que trataba de evitar el frio de las ventanas. El llamado de la puerta lo interrumpió, dándose vuelta para ir a abrirla, un suspiro antes de girar la perilla y encontrarse con el italiano, cojeando aún por su esguince, ¿Era sano que caminara? por momentos deseaba decirle que se sentará aunque no sabía como reaccionaría ante su preocupación.

En otro contexto se encontraría feliz y perdido en sus brazos, pero esta vez era diferente, es raro sentir una tensión con la persona que amas. —Estaba a punto de bajar, solo limpió mi escritorio— mencionó al rubio, dándose vuelta y así evitar los ojos del chico, se sentían pesados y temía verlos.
—Vengo a hablar contigo, la cena aún no está lista.

Acompañado del sonido de la puerta cerrándose a su espalda se escuchó en la habitación, sabía que esas palabras estaban por salir de él, pero Hikaru deseaba ano escucharlas, deseaba encontrarse con él en su habitación donde solamente risas se escuchaban entre ambos como días atrás. —Escuchaste lo que dijo Leonardo, ¿Cierto?
Conocía su respuesta antes de escucharla, perdido en las palabras que iba a decir tomó asiento en la orilla de su cama, viendo directamente a el chico en búsqueda de como iniciar aquello.

—Antes de lo nuestro Leonardo y yo tuvimos una relación… bueno, no era formal — y para esos momentos su voz comenzaba a temblar, ¿Cómo reaccionar si tendrías que explicar algo así a tu pareja? —jamás busqué algo formal con él, ambos sabíamos eso, o al menos yo sí — su mirada estaba perdida en él, y en el papel tapiz que envolvía las paredes desde su habitación. —hasta que te conocí fue que deje de verlo y creo que eso le molestó, no busco culparlo porque ninguno la ha tenido, solo buscaba tener su amistad nuevamente, lo queria demasiado para dejar que su odio contra mi creciera.

Para ese punto una lagrima había salido de sus ojos, no solo por su novio, si no que realmente estaba lastimado por que Leonardo había dicho. —tal ves ahí la culpa la tuve yo, pero no quiero adelantarme a nada... lo siento, perdóname por mentir y guardar todo esto, tenía miedo de lo que pudiera pasar si lo contaba, pero creo que todo ha salido peor de lo que esperaba.

Limpió sus lágrimas, esperando alguna respuesta del contrario con su mirada en el suelo, no podía hacer más, rogaría su perdón pero aun así estaba seguro de que nada volvería a ser igual; incluso con Leonardo estaba seguro, aquello había sido la última gota de su paciencia, en esos momentos solo podía pensar en lo arrepentido que estaba por envolverse con un chico inmaduro como él, realmente era la primera vez que había sentido culpa de aquello. No lo buscaría, no quería hacerlo en cualquier futuro, en esos momentos solo buscaba remediar todo el caos que habían ocasionado pues estaba seguro de que estaba con el amor de su vida.

hola me pregu to si alguien quiere un starter fresquito ahora si respondo es que andaba truste

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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ En la tormenta, día dos.
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Existen dos formas de estar en un espacio, una donde el ser humano es dueño de este, mientras que la otra es parte del espacio.

El temeroso Hikaru siempre fue (sin percatarse) parte del segundo, un miembro más de los Yamato, y en esos momentos se sentía de aquella forma, encerrado con un grupo tan poco funcional para él que juraba no era cosa del destino. El italiano se encargaba de algunas tareas mientras que Hikaru de otras, ¿Sería raro pedir que las hicieran juntos? posiblemente y en medio de todo ese caos poco les importaría, pero no quería dejarlo a la suerte, no si Leonardo se encontraba en medio de ambos.
No entendía su forma de ser, la indiferencia de sus palabras y todas las acciones que parecían odiarlo, ¿Cómo una persona podía ser así de un día para otro? aún estaba fresca la memoria donde buscaban la compasión del otro, le costaba lidiar con eso en aquellos días y con él más que con su pareja, y aún así buscaba estar lo más tranquilo posible.

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Era el segundo día y los nervios estaban de punta, Hikaru se sentía estresado por Yukiko y la hipocresía con la que actuaba, estresado por hacer tareas que jamás había hecho, el frío que molestaba sus pulmones, la cercanía condenada que tenía con el italiano y al final estaba Leonardo, un niño que parecía odiar al japones con acciones más agresivas que las anteriores, no podía decirle algo, ¿Qué le reclamaría? al final parecería que el menor de ambos era Yamato.

Aquella mañana su hermana se había encargado de imponerle el desayuno, enojado y con la peor actitud se dirigió a aquello, acompañado de Leonardo y en otra situación daría por hecho que sería tranquilo. Se encontraba observando al contrario detenidamente mientras pensaba en su situación actual, el japones llegaba a sentirse incomodo con ambos en una misma habitación y ¿Cómo no sentirse así encerrados en medio de una tormenta?, pensaba en la conversación que tuvieron, en que todo cambiaría para bien, pero aquello solamente Hikaru lo creía.

En medio de su mirada observó el cuchillo pasar por la mano ajena, acto seguido de ver la sangre caer en medio de toda su ropa, preocupado y con la mejor disposición para ayudarle fue directo a Leonardo. Una sola respuesta fue suficiente para que Hikaru explotará, pocas veces lo llegaba hacer y cada que aquel sentimiento de ira llegaba a él sentía su cabeza explotar, realmente estaba enojado con el menor.

Sus palabras fueron difusas en el momento, solamente hasta que aquella frase lo hizo entrar en su realidad, “…me duele amarte Hikaru” una frase que viniendo de él era nueva, le molestaba en cierto modo aunque a la vez se sentía mal por el contrario; aquello cambió cuando sintió el golpe venir de su parte, su mano fue directo a su mejilla y se contuvo a lo que tenía por decir debido a que Yukiko había entrado a la cocina.

Todo el día pensó en aquello a solas en su habitación, ni siquiera estaba de humor para ver a su novio y cuidar de su herida, no tenía las ganas suficientes para fingir algo frente a todos.

¿Había escuchado algo el príncipe? o peor aún, Yukiko, de todos sus hermanos era la última a la que contaría algo como lo que paso entre Leonardo y él, detestaba a cierto grado la falta de madurez de Leonardo, pero sentía culpa por él, lidiaba con tantos problemas que realmente se sorprendía de verlo sonriente todos los días.

Para ser el segundo día sus ánimos estaban por los suelos, se negaba a salir de sus sábanas y deseaba que todos lo olvidaran por algunos momentos, estaba temeroso y se sentía triste a la vez. Esperando lo mejor, durmió toda la noche en medio de tanto frío de su cama, deseaba que aquello terminara pronto.

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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤEn la tormenta, día uno.
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Desde esa mañana el respirar se le complicaba, su nariz se encontraba helada mientras que sentía un dolor en su pecho que era persistente, culpaba ante todo la baja temperatura que estaban viviendo, un cielo gris acompañado del sonido del viento atravesar las ramas de los árboles. Fue una segunda sorpresa encontrarse con el Italiano en su puerta, irreconocible debido a lo que cubría su cara del frío.

—Creí que no vendrías, no era necesario con este clima…— comentó en un principio, tan angustiado por su novio que no escuchaba lo que decía. —pero me alegro que estes aquí y no congelado en la plaza.

Hikaru juraba sentir las horas en un segundo cuando estaba a su lado, perdido entre sus ojos o tranquilo con la seguridad que le brindaba, una que solamente funcionaba en la burbuja de ambos pues ni él podría protegerlo de lo que venía con aquel cielo nublado; un mensaje basto para sentirse nervioso, un escalofrío recorrió su cuerpo entero antes de mirarlo.
—Al menos estas aquí— un último suspiro salió de él, imaginando en miles de escenarios a él muriendo de hipotermia en la sala común de la villa.

Seguido de algunos minutos en silencio, Hikaru apostó por salir de su habitación en compañía del príncipe, no tardó demasiado en darse cuenta que pocas personas estaban en la sala de la villa, Leonardo estaba a vista de él, acompañado de su hermana Yukiko, Youngsoo y Alesha, poco conocía sobre el par anterior. Hikaru no alcanzaba a comprender lo que estaba pasando, escuchó ordenes y mucho movimiento que lo hicieron acatarlas.

Poco a poco comenzaba a entender que se trataba, estarían encerrado en la villa hasta que la tormenta parará, y esperaba fuera pronto, ¿Cómo sobreviviría con ese grupo? Estaba seguro de que los restantes de la familia Yamato estaban a salvo, eso quería pensar, solamente rezaba a que fuera de esa forma.

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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤa significant gift (parte uno)
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¿Era su amigo?

Le gustaba pensar que las cosas se habían calmado para ambos desde su última charla, parecía que la relación entre ambos estaba tomando un rumbo distinto y aquello le agradaba demasiado a Hikaru, podía notarse en la tranquilidad de sus cejas cada que lo veía pasar y veía un saludo por su parte al igual que de la suya; le gustaba la navidad como a cualquier otro, adoraba los paisajes cubiertos de nieve, las luces que el estaba en todas las calles de la ciudad y como la decoración se volvía menos tétrica con tan poco.
Dudaba muchísimo acerca de los regalos que daría, ¿Qué tal si ninguno de ellos era el indicado? Su temor le hacía creer que sería mejor que al final fueran desechados, temía por tanto pero a la vez deseaba hacer todo. Uno de los más complicados fue el regalo que busco para Leonardo, ¿Una camisa? ¿Una caja de chocolates? Dudaba muchísimo acerca de lo que le regalaría.

Al final había decidido darlo de una forma menos personal, con una sola nota en la envoltura para evitar que alguien lo descubriera, solo una inicial al final del todo para indicarle de quien se trataba.

Querido Leonardo:
Temo decirte que este regalo no es lo que esperaba para ti, busqué por horas algo que pudiera gustarte. Esta envuelto de color azul, como el mar ¿Recuerdas?, como sea, espero lo disfrutes tanto, ¡Feliz navidad! tonto.

HY

Sin más, adjunto la tarjeta y busco meterlo a su habitación para dejarlo sobre la cama, posiblemente nadie lo reconocería debido a todo lo que traía para evitar el frío y si no fuer así nada tendría que perder.

w/ Leonardo Frago de Borbón
regalo. lámpara de lava [ https://is.gd/KxulwG ]

Habían pasado días desde que las cosas tornaron un tinte más claro, todo en calma para ser concretos, sus pulmones parecían estar aún más estables y tenía la dicha de estar en total calma por el momento; el sol comenzaba a alzarse en lo alto, la nieve en todos los jardines parecía tener un tono aún más blanco. Pocas eran sus salidas al exterior debido a las bajas temperaturas y estas eran simples excusas que salían de su boca para evitar a su hermano mayor preguntando por su salud, agradecía y adoraba esa atención que le prestaba, pero comenzaba a cansarse de la monotonía que ello representaba.

También tenía días que no lo veía, no escuchaba su voz que endulzaba sus oídos, deseaba estar a su lado tan malamente que se negaba a estar otro día encerrado en su habitación; buscó su mejor chaqueta y lo acompañó de guantes, gorro y bufanda para evitar enfriarse de forma tan repentina. Sin más se dispuso a caminar hasta donde era la habitación del príncipe, lo conocía tan bien que sabía que se encontraba ahí (o eso quería pensar) y era directo a donde se dirigiría en esa ocasión.

Pasos sin descuido y con el mayo de los miedos a que fuera descubierto se dirigió directo a la habitación en donde se encontraba, posiblemente se trataba de la canción en sus audífonos o el hecho de que deseaba tanto el verlo que no se cuestionó lo último. Al final si alguien mencionaba algo diría que estaba perdido, muchos eran más ingenuos de lo que aparentaban. Para su suerte nadie lo había visto, se encontraba frente a la puerta y con par de veces al llamarla escuchó la manija abrirse, sin más, se retiró el gorro y espero a que él abriera la puerta.

Gianluca Saboya

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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ(my) xmas playlist
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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ☆ cozy little xmas, katy perry
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ★ magic spells, crystal castles
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ☆ h.o.l.i.d.a.y, san cisco
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ★ night running, cage the elephant
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ☆ xmas lights, coldplay

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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤcapitulo tres. la chispa
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Frío invernal, una época que para muchos significaba días de festejo acompañado de familia donde aquel clima de bajas temperaturas podía significar muchísimo para Hikaru, amaba esa época, aunque su asma no le permitía disfrutar de la nieve como muchos lo hacían (incluyendo a sus hermanos) una condena que por mucho tiempo había sido su mayor ironía.
Y aunque pocas eran las ganas de asistir a la biblioteca debido a aquello ahí se encontraba, después de un camino sin mucho revuelo, poco recordaba de aquello más que dos o tres bromas que lanzaron al aire sus hermanos; la sensación de un miedo profundo al estar ahí era increíble, no solo para él, podía olerse en el aire, observarse en cada uno de los asistentes y el mismo había sentido su propio cuerpo estar en un temblor constante, ¿De verdad era el frío o se trataba más de la incertidumbre que los agobia en esa ciudad?

Pasaron minutos antes de que el Cesar comenzara con aquel show, y es que parecía ser eso, bromas de un hombre de no-más-de cincuenta años vestido con exuberantes prendas aunque pronto la diversión que el mismo (trataba) encontró se había desvanecido con la conocida imagen de la mujer, ¿Por qué siempre era ella? ¿Quién estaba detrás de todo eso?, la voz femenina era en todo caso la mejor de las voces y la que más nos tranquiliza, en ciertos casos, es la primera voz que escuchamos al llegar al mundo y el simple hecho de que quien estuviera detrás de todo eso usará aquello le parecía la mayor de las ironías en aquel lugar.

Minutos más y entonces se encontraba entre la multitud de la biblioteca, resguardado por obligación en compañía de su hermana menor; en cierto modo se sentía seguro a su lado, de alguna forma la compañía de alguien le ayudaba a desvanecer el temor que podía tener, sin importar de alguien menor a ella y con el posiblemente con el mismo miedo que él demostraba.

—Estemos juntos, como Kira dijo— dedico aquellas palabras a la japonesa, al momento de que tomaba su mano y entrelazaban sus dedos. — ¿Crees que tarden mucho? Comienza a dolerme el pecho… y no creo que pueda estar demasiado tiempo en el frío.
Aquellas últimas palabras parecieron ser un deseo en lo profundo de él, claro que jamás se imagino lo que estaba por suceder y tampoco lo deseaba.

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El humo comenzaba a llegar a sus pulmones, el calor del lugar había incrementado de forma abismal y para cuando se había dado cuenta la revuelta de las personas desesperadas por salir estaba comenzando, claro que si te encontrabas en un lugar incendiado tu preocupación por salir era inimitable.

Para Hikaru la mejor de sus ideas había sido correr desesperado a el túmulo de gente que se hizo en la salida.

¿Cuántos minutos estuvieron encerrados?, posiblemente solo un par antes de que el menor de los varones Yamato comenzará a sentir las consecuencias de estar ahí dentro; sentía el dolor de su pecho, la dificultad por respirar mientras su vista se comenzaba a nublar, le dificultaba estar de pie justo antes de caer sobre el suelo, a un lado su hermana con palabras incomprensibles, pero con un agarre profundo a sus prendas, no quería perderla en esos momentos.
Sentía que aquel momento era el último de su existencia, ¿Dónde estaba Kira? ¿Por qué los había olvidado a permanecer en ese lugar? Miles de pensamientos más se hicieron presentes durante ese tiempo, era increíble como sus fuerzas se habían desvanecido antes de siquiera intentarlo, tumbado en el suelo con la esperanza de que alguien los rescatará.

—Ve por ayuda— repetía incesantemente hacía su hermana, ella simplemente se negaba a hacerlo, permaneciendo a su lado en todo momento aún cuando las llamas comenzaban a rodearlos.
Fue hasta que entre en aquel trance logró escuchar a alguien (incomprensible para esos momentos) sobre la salida que habían encontrado, sin decir más intentó levantarse con un fracaso en la acción; desesperado por salir de ahí y rescatar a su hermana creyó que lo había logrado hasta que sintió la ayuda de Kira, su salvador totalmente inesperado aunque en el mejor de los tiempos.

Aquello logró darle la fuerza necesaria para comenzar a caminar, ambos devastados por el humo mientras Kira trataba de cargar con ambos, el mayor dirigió unas palabras hacía él y después de asentir se dispuso a caminar en medio de las llamas, deseaba salir y aunque sus fuerzas eran limitadas buscaba hacerlo. Lágrimas salieron al verse en aquella situación junto con sus hermanos.

Dentro de su trance no lograba concebir el paso del tiempo dentro de ese lugar, no supo cuantos minutos estuvieron deambulando en las llamas, aunque solo cuando sintió el frío de la nieve en su espalda soltó un gran suspiro, aferrado aún a la ropa del mayor de sus hermanos y buscando tranquilidad en su respiración fue que se había dado por vencido.

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Sus fuerzas se habían desvanecido por completo, recuerda perfectamente todo lo que pasó después de salir de la biblioteca, el camino al hospital y todo lo que ocurría a su alrededor durante ese tiempo; cuando despertó de aquel trance se encontraba en la camilla del hospital, conectado a todos aquellos aparatos y con mayor tranquilidad para respirar.

Tan pronto estuvo cuerdo buscó su celular, observó el mensaje acerca del culpable del incendio, ¿Era cierto que el culpable se encontraba entre nosotros? Era increíble pensar en la forma en que todo había sucedido, increíble creer que el se encontraba con vida. Después de segundos observando aquella foto, buscó mensajear con sus hermanos, saber si se encontraban bien.

Su misión se había visto interrumpida por un llamado a la puerta, observó el abrirse y una sonrisa se vio reflejada en sus labios al observar aquellos rizos dorados que conocía perfectamente. ¿El príncipe italiano había estado en el incendio?, parecía que no, se alegraba de verlo bien.

—¿También eres enfermero? — bromeó inquietante por tenerlo cerca, esos últimos meses parecía que solo con él lograba despejar todos sus temores, alucinado por la burbuja que el mismo se había construido. — Me alegra ver que estas bien— dijo al chico mientras buscaba la mano ajena.

Minutos después ambos lograban tener una conversación, Hikaru le había contado todo por lo que pasó y como había ocurrido desde su perspectiva. Buscaron otro tema, pero el japones no dejaba de pensar en aquel mensaje, en lo que estaba ocurriendo donde al final solo aumentaba su temor constante, su propia incertidumbre y el miedo que lograba causarle la simple idea de que aquel día pudo ser el último en el que veía a sus demás hermanos.

—Tengo miedo, siempre tengo miedo… pero esto no es normal— ambos habían cambiado el rumbo de su conversación, pero Hikaru no podía dejar de pensar en aquello, terco por hablar de aquello tratando de expresar sus pensamientos dentro de su poca facilidad con el idioma. — ¿Tú no?, digo, se que todos lo tenemos porque es una respuesta a lo desconocido, pero ni Kira logra romperse como yo ¿Estoy mal por hacerlo?

Hikaru era una persona que pensaba demasiado las cosas, se cuestionaba sus propias acciones, aunque todas eso normalmente lo guardaba para si mismo; solo con él pensaba que las cosas eran diferentes, que más allá de tener un titulo nobiliario tenia la humanidad de escucharlo.

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Solo pasó un par de días más en el hospital y aún lograba sentir las consecuencias de lo que había pasado, sus médicos habían dicho que le era imposible salir al frío por algunos días, no pudo ir a la iglesia por la siguiente semana; encerrado en su habitación buscaba cualquier distracción en esas cuatro paredes. Un nuevo llamado que interrumpió su lectura, tan pronto abrió vio al mayor de los Yamato del otro lado, parecía que la misa había terminado.

—¿Cómo estuvo? — mencionó en tono de broma, tratando de amenizar el silencio de la habitación. —Yukiko me dijo que tienes una quemada en la espalda, ¿Cómo sigues con eso?
Poco había sido el tiempo que tuvo para ponerse al tanto, no conocía lo que había pasado en el exterior, o lo que había pasado en la plaza durante su estancia en la biblioteca; ese fue el momento en que estuvo al tanto de todo eso. Su miedo creció conforme más sabía, en silencio escuchó todo lo que debía saber y se contuvo a observar al mayor.

—Tengo miedo, Kira.

ya por fin cambie el nombre soy dios

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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤact 10. moodboard
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El frío embriagador de la mañana le parecía tan acogedor, único y delicioso en cada una de sus palabras; amaba el frío más que el calor, tan solo con ver su mal humor por las tardes de sol era evidente (increíblemente irónico para alguien con asma). Aquel día su estómago estaba revuelto y la sensación de meterse más comida simplemente le causaba náuseas, posiblemente por la cena de la noche anterior o por recordar el in****no que vivían constantemente, temeroso por el futuro y aterrado por despertar cada día con la incertidumbre que la ciudad entera se encargaba de alimentar.

Aquella era su excusa para permanecer dentro de la villa, se engañaba a si mismo y le gustaba aquello, le causaba tristeza pensar en que jamás disfrutaría de la nieve como los demás, de que el simple contacto con la ventisca helada podría causarle un ataque de asma. Asumiendo aquello se dispuso a recorrer los pasillos, sin destino fijo, una salida de sus propios pensamientos.

Después de un par de minutos deambulando, divisó a lo lejos una particularmente conocida, cabello negro y con la mirada puesta sobre una libreta, entre más se acercaba confirmaba la idea que por segundos se le había ocurrido. La heredera italiana se encontraba dentro de la villa Nocte, un suspiro salió de forma involuntaria acompañado de un escalofrió que recorrió todo su cuerpo. No era para menos, ¿Cómo actuar si te encontrabas frente a quien sería tu cuñada?, inconsciente del dato, aunque no poco importante y considerando lo nervioso que Hikaru podría ser, la situación parecía un día cotidiano dentro de su caótica vida.

—Buen día…— musitó esperando que con el tono suficiente para ser escuchado. —¿Podría cerrar las cortinas? — ¿Vivía con ellos todo ese tiempo? No lo sabía, tampoco el porqué de su visita a una villa. —No quiero interrumpirte, solo estaré aquí por la chimenea.

estoy terminando de leer algunas d sus fichas y ando como kris jenner

ya fue mucho dos starters nos vemos el año que viene

like y te mando starter

/ alguien sabe como cambiarle el nombre a la pagina es q este era nomas de mame

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