Noe Saul Quezada Agüero
Crear y ayudarnos como una gran comunidad que buscan el Bien común y los fundamentales valores.
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Vida solo hay una 🕐👌🙋🏻♂️
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Reflexión del padre Javier Ávila.
A nueve meses de los homicidios de Javier Campos, Joaquin Mora, Pedro Palma y Paul Berrelleza, la sierra sigue preñada de promesas, ofertas y buenas voluntades. No nos ha llegado la hora del parto para que la verdad y la justicia sean dadas a luz.
La inseguridad sigue viva, muy viva; la muerte sigue presente, muy presente dejando dolor y llanto.
Ayer fue Cerocahui, hoy es Guachochi y todos los dias es cualquier rincón de nuestro Estado.
Nuestro grito sigue siendo por tantas familias que padecen el dolor y la muerte.
La impunidad con su sonrisa socarrona no deja de arropar y de pasearse, ni deja de herir.
Se han implementado las medidas cautelares y se agradece, pero no son un fin sino un medio importante para la construcción de la paz. El fin es lograr la paz, descubrir la verdad, vivir tranquilos.
Se han tenido macro reuniones en Palacio de gobierno, pero son como la oración: ayudan, pero no bastan. Como no bastan los abrazos, las sonrisas, las miradas tiernas ni los simbólicos regalos, las buenas disposiciones y las diversas ofertas.
El dolor y el llanto se siguen paseando por la sierra, no únicamente por la región de Cerocahui.
La protección que dan las medidas cautelares son importantes, pero es toda la sierra la que sigue necesitando con urgencia condiciones de seguridad y protección.
Necesitamos seguir ampliando los reflectores y no dejarlos sólo en Cerocahui. Muchas muertes nos siguen gritando!
Se dice que desde hace tiempo las autoridades tenían muy ubicado al delincuente, sabian de sus movimientos y pareciera que de pronto el mago de los sueños lo hizo invisible. Qué pasó?
Aunque siga molestando nuestra petición, urge una revisión constante de las estrategias de seguridad, porque “la boca de las armas dia a dia sigue gritando muerte”, como nos lo recuerda e P. Enrique Urzúa desde Guachochi.