cioccolato e soda
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ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ nuestros votos 💘
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El verso de unos de los poemas que me gustan mucho habla sobre el tiempo que estrangula a una estrella. Siempre me ha parecido un verso que tiene un significado muy denso incluso si se le separa del poema que, a decir a verdad, también tiene una carga emocional difícil de llevar. Por mucho tiempo y debido a razones que solo tú y yo conocemos, sentí que mi estrella fue víctima de un terrible sueño que no era más que una cruda realidad.
La tristeza que todos los días me acompañaba parecía pequeños y afilados aguijones que buscaban acabar conmigo. Cualquier persona esperaría que yo dijera algo similar a 'qué bueno no fue así', pero gracias a que ciertamente sí lograron acabarme, haciéndome entender mucho de lo que hasta entonces ignoraba, es que más tarde pude saborear los beneficios de una nueva y hermosa oportunidad.
No solo el tiempo sino también las consecuencias de muchos actos que son mejor no recordar acabaron con mi estrella y yo me consumí junto a ella perdiendo todo mi brillo, mas con algo de esfuerzo logré juntar los pedacitos y agregar otros nuevos para construirme otra vez. Sin embargo, el trabajo no es perfecto, todavía hay varias marcas visibles que solo tú puedes ver porque eres tú quien me ha sabido entender y quien me ha amado no a pesar de ellas sino incluso también con ellas.
Tú, con tu amor que es tan fácil como suspirar; tú, con tu amor que se siente como millones de besos que me acurrucan y protegen, quien me ha acompañado durante un largo camino que a veces todavía está cubierto de piedras, con tu amor has sabido hacerme sentir que no estoy sola porque sin importar a donde mire, ahí estás tú.
Todavía mi estrella llora sus brillos de vez en cuando y entonces me siento nadando en un pozo oscuro de nuevo, pero al mirar a mi alrededor consigo otra estrella que me ayuda a encontrar mi luz. Gracias por ser esa estrella. Gracias por brillar tan bonito y ayudarme a hacerlo a tu lado. Gracias por seguir aquí, por no rendirte conmigo, por conocer todos mis rincones y amarlos sin condiciones.
No me gusta pensar en el futuro pero a veces inevitablemente lo hago, pero cuando pienso en los mejores escenarios siempre estás tú allí a mi lado, y aunque sé que el siempre es muy relativo, de lo que sí estoy muy segura es de este amor hacia a ti que perdura.
Cada tanto que puedo te lo digo, pero como son nuevos votos, hoy otra vez te recuerdo que te amo y te seguiré amando porque eres la persona que con tan solo su existencia me ha hecho creer que nunca todo está pedido.
Sigamos escribiendo esta historia nuestra que atesoro en mi vida como una de las más importantes, tan llena de amor e ilusiones y de sueños realizados y que quedan por cumplir.
Te amo como jamás he amado a alguien, Taekwoon.
🦁She makes me shine❤️
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ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ our first christmas tree! (🇹🇭)
ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ a lovely christmas, 221220
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Una vez más la época decembrina se hacía sentir, y a pesar de las dificultades que todos tuvimos que enfrentar este año, el entusiasmo por las festividades que estaban por venir si bien había abandonado a algunos, en otros tantos todavía se mantenía vivo. Por suerte, Davika era parte de esos que aún ansiaban la Navidad y el Año bueno.
Claro que sería diferente, ella misma sentía algo de cálida tristeza al recordar que no pudo viajar a visitar a su familia en Bruselas, o que no había podido tampoco viajar a Corea para ver a los padres de su ahora esposo, así como no pudo, además, seguir con el curso habitual de su trabajo; sin embargo, incluso cuando su normalidad —como la de todos en todo el mundo— se vio afectada, ella tenía todavía mucho por lo cual agradecer este año, pensando que después de todo, no lo recordaría con amargura.
¿Las razones? Muchas, de verdad, mas una de ellas y también una de las más importantes, era que ese año se había casado con el hombre de su vida, lo que ahora le permitía estar en un nuevo hogar en donde disfrutaba de su vida de casada y de aquella pequeña familia que poco a poco construía al lado de Taek. La felicidad que sentía por compartir su primera Navidad de aquella forma no se igualaba con ninguna otra.
Desde muy chiquita, Davika había sido criada con las costumbres navideñas: decorar la casa, colocar el pino, compartir ricas cenas en familia, los obsequios; en fin, esto y aquello que hacían de diciembre algo mágico, o mágico según como de pequeña lo consideraba, pues al crecer notó que solo se trataba de haber sido afortunada al estar rodeada del más puro amor y cariño que siempre la acompañó, el de sus padres, el de su familia; por lo que era de esperarse que aquellas tradiciones se quedaran con ella, despertando cada último mes del año para dibujar en ella una genuina sonrisa.
Varios días atrás, la modelo le había dicho al coreano que debían comprar un pino y tambien los respectivos adornos navideños. Ya hasta su cafetería brillaba gracias a sus adornos y su casa no podía quedarse atrás. Lo malo era que ella había estado muy ocupada con las grabaciones de los dramas y su tiempo se había acortado de manera significativa; no obstante, su esposo no perdía la costumbre de sorprenderla y un día, después de que ella llegara a casa del trabajo, la llamó a la sala para que viese la sorpresa que tenía lista: había armado el pino por su cuenta, aguardando a su llegada para empezar a decorarlo con ella. El pino era inmenso, frondoso, hermoso incluso cuando todavía no estaba adornado. Más allá, un sinfín de cajas se apilaban unas sobre otras a la espera de que su contenido fuese descubierto. Eran los adornos destinados no solo al pino, sino también a otros lugares de la casa, incluyendo los exteriores.
En ese momento, la mestiza se echó entre los brazos del más alto y desbordando alegría le agradeció por todo aquello. Él le explicaba cómo fue que armó el pino, lo que hizo para encargar cada cosa y lo mucho que deseaba no arruinarlo y lo tanto que deseaba explotar su espíritu navideño. Todo lo que Taek mencionaba no hacía más que aumentar la felicidad en ella, pero sin duda fue eso último que mencionó lo que terminó por hacer que casi llorara de la felicidad, y sí, casi, porque al final no lo hizo ya que no quería arruinar el momento, incluso si solo eran lágrimas de alegría.
—Mi amor, me encanta saber que después de tanto tiempo, pudiste tomarle gusto a esta época. Gracias, de verdad gracias por compartir estos momentos conmigo. No sabes lo feliz que me hace.
—No me tienes que agradecer, verte así es el mejor pago. Eso me hace feliz a mí —musitó mientras sus brazos se cernían en torno a ella, estrechándola contra su pecho conforme sus palabras llegaban a su corazón. Y la verdad es que ambos bien podían permanecer así, abrazados y llenandose de mimos en medio de la sala, pero habían cosas por hacer y poco tiempo que perder, por lo que con un beso se separó de Taek y fue directo con las cajas. Había que revisar una por una, pensó, y eso hizo en cuanto tomó la primera y la abrió. Enseguida un montón de flores, esferas, luces y tantas cosas más se hicieron ver, por lo que volvió a sonreír al notar que todo era completamente hermoso, y eso que recién comenzaban y aún quedaban muchas cajas más por abrir. Era cierto que todo estaba precioso, eso no se podía negar, pero también era cierto que mientras más aumentaban las opciones de la decoración, más difícil era decidirse por una en concreto.
Pensó un momento.
¡Claro!
Todo necesitaba un punto de partida, y parecía mentira que el más común en esos casos eran los colores.
¿Cuáles serían los colores que iban a predominar en la decoración? Bien era el color de las luces, bien era el color de los adornos.
Debía definirlo, pero como no estaba sola, entonces tendría que ser discutido en voz alta.
—Oye, Taek, ¿qué colores prefieres? ¿Te parece si combinamos rosa viejo con adornos dorados y algunos más pequeños verde claro? Y luces amarillas, solo esas, así me parece más elegante —Él pareció pensarlo un poco, mas al final respondió con gran satisfacción.
—Sí, me gusta la idea de esos colores. Yo pensaba que los rosados y dorados estaban bien, pero el verde le va a dar el toque. Opino lo mismo acerca de las luces. Hay muchas cosas, puedes revisarlo todo a excepción de las cajas selladas, esas cosas van para la entrada y el patio... Cuando llegue el momento, solo las sacamos y allí las abrimos directamente, ¿mhm? —Dicho eso, terminó acercándose a la modelo para besar su frente y luego volver al pino para colocar las luces que le darían vida. Mientras tanto, Davika se sintió tranquila al ver que habían coincidido en ideas, así que entre charlas, risas y, sobre todo, mucho amor, ambos continuaron en la labor de armar su primer árbol de Navidad como pareja. La modelo terminaba de separar los adornos conforme los colores escogidos cuando vio que su Taekwoon batallaba un poco con las luces.
—¡Amor, amor! Voy, te ayudo —Dejó por un momento lo que hacía y se reunió con él—. Mira, es más fácil si lo haces de abajo hacia arriba. O bueno, así acostumbré a hacerlo yo. Primero las luces y luego, claro, los adornos... Mh, hagamos esto: me subo en las escaleras y cuando ya las hayas pasado por debajo, me las alcanzas y las acomodo arriba, ¿de acuerdo?
En ese punto todo lucía como mucho trabajo por lo grande que era el pino, pero lo cierto era que no, que se hacía con sumo gusto ya que para ella, y sabía que ahora también para él, aquello era algo bastante significativo y especial.
El trabajo pasaba por desapercibido. Solo notaba la alegría y el ambiente festivo que comenzaba a vibrar en su hogar.
Subió en la escalera tal como había dicho y allí aguardó por él, esperando que no se le complicara lo que acababa de explicarle.
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ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ a new pet (🇹🇭)
ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ welcome to the family, 070620
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—Tengo una sorpresa para ti hoy, pero me temo que no sabrás de qué se trata hasta que hayamos almorzado. ¿Quieres que vayamos a almorzar a algún sitio en especial?
—¡Sabes que sí! ¿Qué tal nuestro restaurante especial? ¿A qué hora nos vemos?
Solo fueron necesarias algunas cuantas palabras para decidir en dónde y a qué hora se reunirían para comer juntos. Cuando se trataba de ver a su esposo, muchas veces el lugar era lo de menos. Para ambos era siempre más importante poder compartir con el otro, cosa que muchas veces resultaba complicado por los horarios de los dos. Al menos todas las noches eran de ellos. Y aunque su emoción era bastante grande a causa de la cita que tenían prevista, lo cierto es que la idea de que él tuviese una sorpresa para ella hacía que la espera y la intrigan fuesen más fuerte que cualquier otra emoción. Por tanto, no perdió tiempo y tras arreglarse apropiadamente para su salida, Davika partió de casa con dirección al punto de encuentro.
Bastaba observar a la pareja junta para disfrutar de un verdadero romance tan dulce como la miel; incluso si en público no se mostraban tan afectivos, las miradas de complicidad y sus manos atadas ya transmitían esa aura romántica de quienes están enamorados. Teniendo siempre de que hablar, fue una conversación la que los acompañó durante su almuerzo, el cual resultó, como era habitual, uno bastante ameno y propio para mantenerlos a ambos sumamente felices.
Una vez terminado su plato, la mestiza dijo:
—Cariño, no me malinterpretes, no es que no quiero comer postre. De hecho, sabes que nunca lo dejo pasar y, en esta ocasión, quiero un rico helado de chocolate. Pero… la verdad es que quiero pedirlo para llevar porque así podré comer en el camino. Quiero darnos prisa… —A Taekwoon no le quedó más que reír y hacer realidad su deseo. Gracias a eso, minutos después ya estaban abandonando el lugar y poco más tarde se hallaban en el interior del auto que, finalmente, los conduciría al destino de su sorpresa.
Tal como había dicho, la modelo comió su helado durante el viaje. También le fue difícil dejar de hacer preguntas. La ansiedad por saber de qué se trataba todo la estaba devorando viva. Al llegar, tanto la modelo como su esposo se apearon del vehículo. Pensó que al llegar entendería de qué iba todo aquel asunto, pero no estuvo más lejos de la respuesta que entonces.
—Amor, ¿de qué se trata? ¿Ya me dirás?
—Falta poco. Ven conmigo —y tras hacerse con la mano de su esposa, Taekwoon empezó a caminar con ella siguiéndole los pasos. Davika seguía sin entender nada cuando de pronto y sin más, Taek se detuvo frente a una tienda de animales —Bienvenida, Mai. Es hora de que ya tengas el hurón que siempre has querido tener.
La expresión que entonces se dibujó en el rostro de Davika fue de sueño. No podía creer que hablaba en serio, pero sí, era verdad, lo que deseaba desde hacía ya mucho tiempo por fin se hacía realidad. ¿Lo mejor? Que era gracias a él. Presa de una emoción inexplicable, la tailandesa se lanzó en los brazos del coreano y bastante agradecida lo estrechó en un fuerte abrazo.
Su felicidad era suficiente para explicar el hecho de que, prácticamente como una niña pequeña, arrastró consigo al mayor hasta el interior de la tienda. Adentro se encontraron con cualquier cantidad de especies de mascotas que podían ser criadas bajo el cuidado doméstico; sin embargo, en lugar de detenerse a verlas, ella preguntó en dónde podrían hallar los dichosos hurones. Una vez obtuvieron respuesta, no dudó en ir directamente al lugar señalado.
—¡Oi! Todos son muy adorables… ¡Mira, mira! Esos están durmiendo juntitos —Observar a los hurones tras el cristal era todo un espectáculo. Algunos se mostraban más enérgicos que otros, pero todos realmente eran hermosos, algo que complicó las cosas cuando Taek le pidió que se decidiera por uno.
¿Qué hacer? Aquello le tomaría un largo momento, creyó; solo que al ver uno que se acurrucaba en sí mismo, como buscando calor mientras olisqueaba al aire, su atención fue a parar solo a él. Con una enorme sonrisa Davika quiso saber si se trataba de un macho, siendo una respuesta negativa la que recibió. Era una hembra. Su sonrisa aumentó y, sin decir más nada, le indicó a su esposo y a la chica que los atendía que era aquella pequeña huroncita la que deseaba llevar a casa.
De la adopción se encargó Taek, así como también del encargo de un par de cosas que su nuevo animalito necesitaría: alimentos, juguetes, un espacio para su comodidad, etc. El único trabajo de la mestiza fue ir, escoger un hurón y dejar que este, ahora acunado entre sus brazos, le brindara una satisfacción y una ternura enorme.
—¿Qué nombre planeas ponerle, amor? —preguntó Taek conforme la ayudaba a subir al auto para regresar a casa—. ¿Ya tienes algo en mente?
—No lo sé, estaba pensando en algo como Tuli…
—¿Pann? —agregó el coreano provocando que ambos rompieran en risas.
—No, bobo. Aunque no suena mal. Puede ser Tuli Pann. Pann su apellido —bromeó Davika entre risas—. Como sea, me gusta Tuli. ¿A ti te gusta? —la respuesta afirmativa de Taek la hizo, entonces, sentirse por completo segura.
—Tuli será tu nombre. Ahora vayamos a casa.
Con la reciente integrante de su familia ya bautizada, con Taek al mando del auto y ella sin dejar de llenar de mimos y arrumacos a su hurón, todos se encaminaron de regreso a su hogar.
Porque sí, un hogar era lo que aguardaba por Tuli. Allí no le faltaría amor ni seguridad, así como a todos no les faltaría alegría por la presencia de la nueva mascota. Estaba segura de que los cachorros y los gatos también sabrían darle la bienvenida.
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ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ready for the big day (🇹🇭)
ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ i do, do i?, 200420
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En una de mis tantas películas favoritas aparece una frase que siempre me hizo pensar acerca del amor. Aquella frase decía que algunas novelas de amor no son épicas, y que muchas otras solo consisten en pequeños cuentos. Por bastante tiempo pensé que no había otra cosa más cierta que esa, que era una verdad universal imposible de negar. Y al menos así me mantuve pensando antes de darme cuenta que, en realidad, cuando se trata de amor toda novela es épica, incluso si la historia se fragmenta en breves relatos.
No llegué a esa conclusión basándome en la característica de gran longitud que posee la épica. La duración, larga o corta, en este sentido es irrelevante, y es irrelevante porque el tiempo no puede cuantificar las emociones. Lo que me llevó a pensar así fue el hecho de la evidente mezcla de la fantasía con la realidad, y las grandes hazañas que realizan los héroes en esos poéticos relatos. Cuando experimenté con el corazón abierto lo que es el amor, comprendí que, como en esas historias, lo imaginativo se confunde con lo real y que hay grandes batallas que han de librarse en medio del caos que puede generar el hecho de estar enamorado.
Posiblemente mi yo del pasado habría dicho que enamorarse era tema sencillo y que no hay cosa más rosa que esa, pero la persona quien soy hoy se reiría de inmediato al escucharlo. Necesité de varias heridas y tropiezos para darme cuenta de ello, necesité de varios micro relatos —un tanto desafortunados— para notar que mi historia épica de amor dio inicio cuando la di por terminada; empezó cuando creí que podía vadear e ignorar mi verdad; comenzó en el momento justo que dije, mintiéndome, "habrán muchas oportunidades más". Que existieron, sí; que funcionaron... Sí, pero solo para comprobar que el coprotagonista de mi historia era, es y siempre sería uno solo.
—¿Quieres ser mi esposa?
No puedo decir que el haber respondido con un sí a esa pregunta fue el primer capítulo de nuestra historia, o acaso el epígrafe de ella. No puedo hacerlo porque el haber dicho que sí fue únicamente el inicio de un capítulo más, un capítulo nuevo, de esta historia que ambos escribimos desde hace ya mucho tiempo. Por él creo en la existencia del único gran amor de tu vida; por él creo que dos personas sí pueden estar destinadas; por él creo no solo en los finales felices, sino también en los finales reales, esos que están compuestos de tanto buenos como de malos momentos, finales que pueden sonreír y llorar, pero que a pesar de eso, siempre el amor podrá más.
Y hablando de esos momentos agridulces, la experiencia de organizar una boda no es tarea fácil. Gracias a algunos amigos y al organizador de la ceremonia todo se ha hecho más llevadero; sin embargo, la dificultad está presente cuando, después de todo, sí resulté ser la típica novia.
—Me gusta esta... Pero esta también. Creo que la decisión final será esta. ¿Sí es la mejor?
Sí, como jamás lo imaginé, yo, Davika Hoorne, no podía decidir cuál invitación era la más cercana al tema de la boda, ni cuál sería la mejor decoración para el lugar, mucho menos precisar los grandes y pequeños destalles, ni escoger un solo vestido cuando la gran mayoría de todos los que me probaba eran sumamente preciosos. Mi madre, mi mánager y mis hermanas —además de los encargados de llevar todo a cabo— aportaron algo para ayudarme en la escogencia de tantas cosas, porque hacer partícipe a TaekWoon era incluso mucho más impreciso; al final, él también era el típico novio que le gustaba todo lo que a su novia le gustara. Aun así, entre los dos hacíamos un excelente equipo.
Sacar a flote una celebración como esa, que al principio había tenido la intención de ser sencilla pero durante el camino fui dudando de que realmente fuera así, resultaba un gran reto y más cuando el tiempo no ayudaba mucho. Sentía que no jugaba a nuestro favor y que algo olvidábamos, aunque la verdad no fuese así. Nos había costado horas de trabajo, el cansancio se podía sentir cuando las noches eran cortas y los días más largos; no obstante, el recorrido también iba siendo pavimentado de buenos, graciosos e inolvidables recuerdos.
El organizador y asesor —el cual ya antes mencioné pero no precisé su nombre — es un viejo y buen querido amigo de gustos espléndidos e ideas propicias para hacer realidad nuestra boda soñada. Junto a él y sus empleados, en especial una que también es parte de mis buenos amigos, me regalaron desde el comienzo de todo aquello memorias que jamás podría olvidar. Es mucho lo que me gustaría contar, y creo que nunca terminaría de relatar con exactitud todos los buenos instantes que mi boda con Taekwoon me estaba dejando.
Y hablando de buenos instantes, el día de mi sesión de fotos pre boda fue uno de los más hermosos. Estar de pie frente a una cámara nunca antes había sido tan especial, o bueno, miento, la verdad es que sí; pero aquel día estuvo acompañado de un aura casi mágico, celestial, parecía sacado de un cuento de hadas. Fue como el primer paso que daba hacia el altar.
Ante la dificultad de decidir por uno solo, escogí dos preciosos y largos vestidos: el que usaría en la boda y el que vestí para lucirlo junto a una enorme sonrisa en aquellas fotos que retratarían para siempre este gran momento. Ambos vestidos han sido especiales para mí, pues cada uno fue pensado con creatividad y una fantástica delicadeza, y también con el único objetivo de hacerme lucir como la princesa que ese día aspiraba a ser.
Acepto,
¿Acepté?
La cuenta regresiva en la espera del gran día ya había comenzado. Todavía quedaban unos días antes para aceptar, otra vez, seguir enlazando mi vida junto a la vida del hombre que amo profundamente.
Este capitulo de mi historia épica romántica se compone de un collage de vivencias y emociones, o de una pintura hecha a puntos en donde cada uno de ellos forma una imagen mucho más grande, dejando como resultado una significativa obra de arte para quien pudiese apreciarla al contemplarla.
Si tuviese que decir algo más sobre este momento que me inspira tanto, con mi alma y mi corazón lleno de flores como un campo en primavera que no ha sido cortado ni maltratado, diría que estoy llena de ansias del futuro: del futuro junto a él, del futuro que me permitirá decirle sí, te acepto, continuemos porque te quiero, porque nuestras presencias siguen recostadas abrazadas observando el paisaje que somos y el paisaje que seremos.
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ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ 한국 ♡ ประเทศไทย
ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ you are all i want
ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ my sweet boy, 160221
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Esta casa no es muy grande y aun así tiene suficiente espacio para sus inquilinos. Algunos son amigos, otros familiares y también están los que son de cuatro patas. Hay de todo viviendo en esta casita, pero hay un huésped especial que se ha hecho lugar en la habitación más grande de todas.
¿Cómo sacarlo de aquí? De verdad se preguntó la dueña muchas veces en el pasado, antes de darse cuenta de que él ya había echado raíces y había rentado el lugar por una suma alta que le garantizaba estadía de por vida. Ella aún no lo sabía; sin embargo, eventualmente, se daría cuenta y descubriría que él, después de todo, era un buen hombre que solo necesitaba de un lugarcito acogedor.
Necesitaba de un lugar al cual llamarle hogar.
Ella se lo dio, le permitió ponerse cómodo y hacerse de todo el espacio que quisiera, ya se había encariñado lo suficiente como para no dejar que se fuera. Era algo que no podía ni quería imaginar.
Él estaba al día con las deudas. Pagaba de la siguiente forma: todos los días abonaba cuotas de varios besitos, mimos, sonrisas y cuidados hasta que terminaba de saldar el pago, el cual tenía por monto felicidad, alegría, mucho amor y tranquilidad.
La dueña, con un inquilino así, claro que se sentía muy satisfecha. Por eso cuidaba ella también de él para que no se fuera, para que supiera que allí siempre tendría un lugar en donde vivir.
De ese modo ambos fueron llevando, cada vez un poco más, un mejor y próspero negocio. Ella le daba un hogar con todas sus comodidades y él pagaba el precio justo y necesario.
Ella le daba su corazón. Él pagaba con amor.
¿Qué tal me salió el cuento? ¿Es un poco obvio o no? ¿O te ha resultado aburrido? Te dejo esta nota junto a este boleto (http://imgbox.com/CypElVXD) para decirte que te amo y que sí te he preparado un regalo. Cuando vuelvas a casa, encontrarás un proyector en la sala (en donde también he preparado un lugar para ambos) que nos dejará ver una película muy cursi y romántica,
Te amo. Tendremos una cita que no puede fallar.
Gracias por ser todos mis días.
¡Y gracias también por las flores! Son tan bellas como todas las que siempre me das.
Tuya siempre,
Davi (tu prometida).
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ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ cita al aire libre ; 생일 축하해요!
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Los pocos días que llevaba en Corea los había disfrutado al máximo junto a Taekwoon. Si bien tenía que regresar a Tailandia mañana y eso le causaba un poco de tristeza, no dejaba que eso arruinara sus planes. Deseaba hacer que cada hora valiera la pena. Esa razón la motivó a empezar el día muy temprano; sin embargo, tampoco era el único motivo. Tratándose del cumpleaños del mayor, aquella fecha no era una cualquiera, al contrario, era muy especial para ella. Amaba poder celebrar un año más de vida de la persona que se había ganado su corazón por completo.
No fue extraño que lo primero que hizo al despertar fue llenarlo de besos y felicitaciones. En ese momento ninguno de los dos quiso alejarse del otro. Una respuesta normal ante todas esas largas semanas que habían pasado desde la última vez que pudieron compartir la cama. Si ella hubiese podido pedir un deseo, habría pedido que él no tuviese responsabilidades para así celebrar su día en el calor de su hogar temporal. Seguro él también habría deseado lo mismo.
Con una promesa de hacer su día inolvidable, Davika despidió al mayor y se puso manos a la obra. Primero debía asegurarse que la primera sorpresa llegara con éxito, ya que ahí se hallaba, además de varios regalos, la invitación a la cita que le preparaba. Con la posibilidad de hacerlo diferente al año anterior, la tailandesa se había encargado de reunir todo lo necesario y percatarse de que todo saliera como lo había planeado. No le tomó mucho tiempo encargarse de todo aquello, por lo que pudo aprovechar un poco más de una hora para vestirse y tomar un taxi que la llevaría directo a la playa Eurwangni, una de las más cercanas a Seul y que, gracias a eso, permitía un viaje como aquel de solo un día.
La playa le traía muy hermosos recuerdos debido a que más de una ocasión fue escenario de hermosas memorias junto a él. Pensar que estaba allí de nuevo con el mismo propósito de compartir un momento con el coreano, la hacía sonreír y aumentaba también su emoción. Estaba tan entusiasmada que desbordaba energía, así que pronto llegó al espacio que había reservado. Ella solo llevó varios globos que luego ató a varias cestitas que contenían más comida. Por lo demás, ya todo estaba listo y decorado para una celebración íntima y muy bonita.
Pastel, vino, comida, algunos otros postres y bocadillos eran parte del festín, además de la decoración delicada y sutil que añadía el último toque. Los resultados fueron mejores de cómo lo había imaginado. Aprovechándose de eso, por supuesto que con su Polaroid se encargó de retratar cada pequeño detalle, pero más que eso, trataba de tenerla lista para capturar la primera reacción del mayor al encontrarla allí. Lo bueno es que por suerte no tuvo que aguardar demasiado. Tras unos minutos de espera ya podía verlo apearse de una camioneta y caminar hasta ella. Davika terminó por recibirlo con una sonrisa tan enorme y contagiosa como la alegría que brillaba en su mirada.
—¡Feliz cumpleaños! —gritó enseguida, apresurandose para tomarle la foto que tanto quería. Era un hecho que, durante las próximas horas, él sería el protagonista de su cámara.
En el fondo el sonido del mar les brindaba la más hermosa melodía, mientras que el sol, brillante en todo su esplendor, presagiaba un hermoso día que se vestía para celebrar la vida de quien hacía la suya una más cálida y divertida.
ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ 한국 ♡ ประเทศไทย
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ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ un día sin ti
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Normalmente empezaba sus días admirando a su esposa nada más al despertar, disfrutaba verla descansar, tranquila, flojita y sobre todo confiada de que él se encargaría de lidiar con cualquier cosa que pudiera perturbar su sueño, fuera real o parte de una pesadilla, sin embargo ahora que tenía que trabajar en Corea y que ella debía hacerlo también en su cafetería de Tailandia le tocaba lidiar con el hecho de extrañarla todo el tiempo.
Leo llevaba una vida muy feliz a lado de la modelo, estaba de más decir que ella era el motivo de sus sonrisas, su buen humor y hasta de su actual mejora en sus interacciones sociales. Su comportamiento había evolucionado desde que la conocía dejando de ser tan serio y reservado dando paso a un Taekwoon más relajado. Eso le dio la oportunidad de conocer a un montón de personas agradables que le hacían compañía mientras resolvía sus asuntos y aun con eso no hacía menos difícil el hecho de que la tenia a kilómetros de distancia y que lo único que anhelaba era volver pronto con ella, por eso luego de estar rodeado de personas durante el trabajo resultaba más cansado llegar a casa, o donde se estuviera quedando y sentirse solo de nuevo. Se decía a si mismo que todo pasaría pronto, que debía ser fuerte y así de ese modo se daba fuerzas para no correr como loco a ella.
Administraba su tiempo, se ocupaba de comer e hidratarse bien, petición de su mujer, ordenaba todo lo que necesitaba y del lugar donde estaba por manía, incluso se ejercitaba y mientras tanto para sentirla un poco más cerca enviaba mensajes, fotos o simplemente la llamaba para recordarle cuanto la adoraba y prometer cientos de besitos al volver. Cualquiera pensaría que se trataba de un adolescente enamorado por lo meloso que llegaba a ser, pero la verdad a él no le importaba nada de eso, la extrañaba y saber que ella lo extrañaba también siempre le daba ánimos para cumplir sus deberes y terminar sus pendientes.
Si el día le rendía demasiado podría poner alguna película o salir a tomar fotografías para mostrárselas después, sin embargo lo que nunca faltaba a lo largo del día sin importar que estuviera haciendo sería la música que tanto los unía, ya fuese la que ella le había dedicado o cualquiera que le hiciera pensar en ella.