Palabras de Vida Eterna

Dios bendiga abundantemente al Padre Crispín en su cumpleaños!

LECTURA DEL DOMINGO 22 DE OCTUBRE DE 2023.
Segunda Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 1 - 5b.
Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los Tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. En todo momento damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones, pues sin cesar recordamos ante Dios, nuestro Padre, la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido, pues cuando os anuncié nuestro evangelio, no fue solo de palabra, sino también con la fuerza del Espíritu Santo y con plena convicción.
Palabra de Dios.

CON-TEXTO
Hemos dejado atrás la carta a los Filipenses, y no porque hayamos agotado la reflexión sobre ella, sino porque hay más Palabra de Dios que debe ser escuchada… ya volveremos para escuchar más, para releer y para seguir reflexionando… hoy, la segunda lectura abre el primer capítulo de la Primer Carta a los Tesalonicenses, y podremos escuchar un saludo en forma de “acción de gracias”, algo muy peculiar de San Pablo al escribir sus cartas; aunque en esta ocasión de forma particular se incluyen tres frases: “os ha elegido”, “la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza” y “con la fuerza del Espíritu Santo”.

Es importante reconocer que la segunda lectura será leída a una comunidad inmersa en una sociedad que está muy lejos de reconocer que en la vida existe un llamado y un Vocador… pues se empecinan en promover una falaz idea de autosuficiencia, autonomía y emancipación de la religión y de la fe… una sociedad que sólo cree en una realidad tangible y objetiva y olvida el mundo espiritual, y con ello, abandona su relación con Dios, su necesidad de Él… lo que a su vez, también libera de la exigencia moral y humana de ser solidarios con los demás, porque el otro, ya no se concibe como un hermano, sino como alguien de la masa y a veces, un adversario… de tal manera que una vez emancipados, no hay a quién responder, no existe autoridad alguna a la que debamos dar cuentas… a la comunidad cristiana que navega en medio de ese mar de olvidos, le será leída la carta de San Pablo a los Tesalonicenses…

RE-FLEXIÓN
Por eso, y ante lo que vendrá en el Santo Evangelio, es importante que reflexionemos unos puntos.
PRIMERO. Siempre es importante mantenerse vinculados con aquellos que nos importan. San Pablo escribe cartas a las comunidades que formó, porque le importaban, y quizá porque también se sentía responsable de ellas… les escribe para decirles que aunque están distanciados, él se mantiene atento de lo que les sucede, de lo que viven y de lo que hacen; eso lleva a preguntar, ¿qué es la unidad?, ¿qué es el vínculo?... ¿se trata de compartir espacios? ¿De estar juntos y reunidos?... ¿basta sólo la aglomeración? Al parecer y desde como San Pablo nos ejemplifica, la unidad y el vínculo va más allá… no importa que de por medio existan kilómetros de tierra o agua… porque el vínculo se alimenta y mantiene de buenos deseos, de acciones positivas y sobre todo oración a Dios por aquellos a quienes nos importan… pero también implica tener una profunda atención y preocupación por sus necesidades, por aquello que les atormenta, por sus aspiraciones, pero sobre todo, por su orientación hacia Dios… velar por la unidad, implica alimentar al otro, acompañarlo en sus momentos de alegría, en los de tristeza, en los de dolor y en los de aridez… porque sólo así, podremos construir un vínculo, uno que sea capaz de darle su justo valor a todo y también de reconocer aquello que es más importante en la vida.

SEGUNDO. Cómo ya lo hemos escuchado en otros momentos y, en repetidas ocasiones, hoy San Pablo nos recuerda algo que siempre debemos tener presente: Dios nos elige, pero también nos acota que la respuesta se de-muestra en la fe, en la esperanza y en el amor… son las virtudes teologales las que nos mantienen firmes y anidan en nosotros un sentido de corresponsabilidad ante la elección que Dios ha hecho de nosotros; aún en las mayores dificultades… el hombre y la mujer, hemos sido mirados por Dios primero, y sólo queda en nosotros la respuesta que demos, y sí es optar por Él, como lo hizo la comunidad cristiana en Tesalónica, esta debe verse en una fe activa, es decir, una adhesión a Cristo transformadora, que cada día, nuestros actos, nuestros sentimientos y nuestros pensamientos sean más los pensamientos, los sentimientos y los actos de Cristo; debe verse en el esfuerzo de nuestro amor, nuevamente, aquí la idea de amor está desligada del banal concepto de sentimentalismo que se ha cargado por la sociedad actual… amar, desde la visión paulina, como la de Cristo, es entregar todo, incluso la vida, por aquellos que amamos… y la vida, es trabajar por ellos, escucharlos a ellos, apoyarlos cuando lo necesiten, salir a su encuentro cuando estén perdidos, corregirlos sin miedo cuando estén errados y acompañarlos cuando la oportunidad sólo requiera eso… en ese sentido, amar no es fácil, por ello requiere de esfuerzo… además, también debe verse desde la firmeza de nuestra esperanza, tener claro que nuestro objetivo no queda limitado a lo que alcancemos en esta vida, sino a lo que viene después, pero sin dejar de lado nuestras responsabilidades de este mundo…

TERCERO. Finalmente, el texto nos recuerda también que el encuentro con Dios tiene como coparticipación la predicación del Apóstol, de la asistencia del Espíritu de Dios y de la plena adhesión a Él… y con ello, podemos tener dos puntos, el primero es que para la Salvación de los hombres la iniciativa viene de Dios, pero también hay más aspectos involucrados: como aquellos que han sido elegidos para llevar su Palabra a todos los rincones de la tierra, lo que implica que dejen proyectos personales, el deseo natural de tener riqueza y poder, que deban someterse a la autoridad de otro, de atravesar la vida en soledad, dejar su hogar a temprana edad, para madurar en la fe, en la esperanza y en el amor al prójimo… no obstante, con eso, se convierten en ejemplo de vida cristiana…. Segundo, ¿hasta qué punto nosotros, desde nuestra realidad específica, nos convertimos en ejemplo de vida?... Pues debemos llevar la Palabra de Dios a los lugares a donde los pastores no tienen acceso, debemos dejar que el Espíritu de Dios nos empape y nos guíe… y sobre todo, debemos mantenernos unidos a Jesucristo, de tal manera que podamos siempre dar su justo lugar a cada situación y tengamos como prioridad nuestra salvación.

EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 28-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero». Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue. ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?».
Contestaron: «El primero». Jesús les dijo: «En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».
Palabra del Señor.

CON-TEXTO
Los domingos pasados nos han estado hablando y orientando sobre el ser buenos como cristianos, pero también sobre ser buenos como humanos, dentro de la sociedad; es por ello que la Palabra de Dios nos ha llamado a corregir a los demás de manera fraterna; perdonar de la misma manera en que Dios nos ha perdonado; así como ir más allá de ser solamente buenos, antes bien, es necesario practicar la misericordia en todo momento y en todo tiempo. Ese recorrido, comenzó con la necesidad de ser conscientes que debemos aceptar la voluntad del Padre, por muy difícil y dolorosa que sea o parezca; así fue el mes de la Biblia, y ahora, el Evangelio de Mateo nos hará una exhortación muy puntual: ser congruentes.
De esa manera, resulta iluminador para la vida y para nuestro tiempo el Evangelio de San Mateo, dado el predominio de la incongruencia actitudinal que prevalece, en diversos niveles y en diversos modos, porque hacer congruente la palabra, con el pensamiento, los sentimientos y las acciones, es una labor muy compleja; sin sumar la necesidad de tomar en cuenta la intensidad, la oportunidad e idoneidad, así como la eficiencia y eficacia; pues es común que algunos digamos una cosa, pero pensemos, sintamos y hagamos otra muy diferente, incluso, a veces, fuera de lugar, en un momento inoportuno y a la persona equivocada; y eso nos sucede al interactuar entre hermanos, en el núcleo familiar, en la vida matrimonial, en la familia extensa, con los amigos, los compañeros de trabajo y/o en el ambiente social. Es por ello que podemos encontrar a algunos diciendo que “no son iguales”, aunque sean peores; y ese estilo de vida es el que se ha normalizado, pensamos en independencia, pero nos esclavizamos del trabajo, el tiempo y dispositivos móviles; queremos el bienestar para todos, pero nos hacemos los occisos cuando alguien se acerca a pedir ayuda; durante el día nos sentimos buenos y los mejores, pero al concluir el día el pecado se carcome nuestra autoestima. Es, pues, difícil ser congruentes en una sociedad que permite todo, incluso las incongruencias, a fin de que emerjan y proliferen ideologías que nos hagan más manipulables. Así pues, ante una sociedad que vive en la incongruencia como un camino ideal, el Santo Evangelio nos propone el camino de la congruencia como la mejor vía.

RE-FLEXIÓN
Así que es de ahí de donde podemos reflexionar algunos puntos.
PRIMERO. En estos tiempos en los que se discute mucho sobre la educación, por la Nueva Escuela Mexicana, resulta atinado reconocer que las Sagradas Escrituras y en especial los Evangelios, tienen siempre un sentido pedagógico, la Pedagogía de Dios; en ese caso, podríamos decir que el Reino de Dios es proceso de Enseñanza-Aprendizaje, en el que el hombre debe abrir sus oídos y su mente, para escuchar y asimilar lo que Dios le da como conocimiento, y no se trata de teorías, sino de algo experiencial que brota del encuentro, de su amor que nos envuelve y nos re-configura; de tal manera que el amor de Jesús, su manera de amar siempre será también una enseñanza… y desde ese enfoque, tendríamos que hacernos dos preguntas, la primera: ¿Hasta dónde escuchamos y aprendemos de la Palabra de Dios?, en especial, ahora que estamos concluyendo el mes de la Biblia; la segunda: ¿Qué tanto nos hemos convertido en instrumentos de Dios? las herramientas para que Dios siga enseñando a los demás cómo se debe amar.

SEGUNDO. El amor también tiene un tono imperativo; porque el amor no se trata de sentimentalismos, enamoramiento o meras sensaciones, sino de actitudes y decisiones; es por ello que aquel “padre” envió a sus dos hijos a trabar en los viñedos, porque el trabajo es bueno y dignifica, porque aunque se tenga más de lo necesario, trabajar siempre será indispensable, para mantenerse activos y saludables; no es de extrañar que los últimos dos domingos, incluyendo el presente, nos hablen de situaciones laborales; hace 8 días hablábamos de aquel hombre que salió en distintos momentos del día para contratar jornaleros; ahora, un padre envía a sus dos hijos a trabajar. En esa pequeña parábola, nos muestra también que el trabajo es un espacio para demostrar realmente de qué estamos hecho, podemos decir muchas cosas, pero al final, lo que importarán son los actos. De tal manera que el amor es un imperativo para trabajar en beneficio de nuestros hermanos; así que concluyamos este punto con dos preguntas también, primero: ¿Nuestro trabajo representa el campo para practicar la solidaridad y el amor?, segundo: ¿Enseñamos a nuestros hijos, nuestra pareja, nuestros padres, nuestras amistades, cómo se debe trabajar en las cosas del amor?

TERCERO. Ante el mandato del padre, sólo hay dos respuestas: sí o no. y aquí es en donde se encuentra el lugar de la congruencia o la incongruencia; porque aquí es en donde caben las múltiples respuestas que damos ante el llamado o mandato divino, podemos decir sí, pero quedarnos inactivos como hizo el primer hijo y también podemos decir no, para luego actuar en pro de los demás; y siendo estrictos, cualquiera de las dos respuestas reflejan cierta incongruencia, pues no se trata de decir no, para darnos tiempos y luego hacer lo correcto; en ese sentido, hay que decir que estamos llamados a hacer de nuestra vida un recinto de congruencia y esa, sólo puede dárnosla Dios mismo, a través de su Espíritu, de tal manera que un día, ojalá sea pronto, pongamos en sintonía nuestros pensamientos (positivos), nuestro sentir, nuestras emociones (constructivas), nuestras palabras (de aliento a los demás) y nuestras acciones (de amor y solidaridad) y eso es lo que deberíamos revisar en nuestra vida.

CUARTO. Importa el tiempo, pero más que ello, la respuesta y la adhesión que hagamos una vez que nos hayamos encontrado con Él; Nuestro Señor viene con misericordia a traernos la Salvación, la Redención y Glorificación, y espera que lo recibamos; de tal manera que quienes lo hacen, quienes abren su corazón; en otras palabras, aquellos que se confrontan con su amor y reconducen su camino, dejando atrás su estilo de vida ligado al pecado, esos son los que se adelantan e ingresan al Reino del Padre; porque de los corazones arrepentidos está lleno el Reino de Dios. Roguemos pues a Dios para que cada una de nuestras palabras y cada acción que hagamos, emanen de Él, y que estas se acompañen de nuestro cariño, afecto y amor, para que vuelvan a Dios, como una alabanza, a través de lo que le demos a nuestro prójimo.

RESUMEN DE LAS REFLEXIONES SOBRE LAS LECTURAS
XXVI Domingo del tiempo ordinario
1 de octubre de 2023 - Ciclo A

Primera Lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel 18, 25-28
La lectura del profeta Ezequiel nos lleva a reflexionar sobre cuándo es justo o no un proceder, sea el de Dios o el del hombre; Justo es Dios, aunque le reclamen, injusto es el proceder del hombre, aunque sienta estar en lo correcto; acota que si el justo se aparta de su justicia, cuando comete el mal, este muere, porque se aparta de Dios que es la vida; a diferencia de aquel que se mantiene al lado de Dios, el que cumple su voluntad, ese conserva su vida y por ende, procede con honradez, no defrauda ni difama a su prójimo, testimonio de ello ha sido Job; así pues, aquel que conoce la voluntad de Dios y se aparta, ese será condenado, pero aquel que se mantenga en la justicia, permanecerá al lado del Padre; por otro lado, si el malvado se aparta del mal que ha cometido, para practicar el derecho y la justicia, ese hombre conservará su vida; porque Dios recibe con agrado aquel que convierte su corazón y deja el camino del mal y los pensamientos perversos; y no se trata de encubrirlos o maquillarlos, sino realmente modificarlos, pues la conversión implica un cambio radical, es decir, una modificación profunda de la mente y del corazón que se verá reflejada en los actos que dan fe del arrepentimiento.

Salmo
Sal 24, 4bc-5. 6-7. 8-9 R/. Recuerda, Señor, tu ternura.
El salmo 24 nos llevará a cantar la exclamación: “recuerda, Señor, tu ternura” y con ello daremos respuesta a la primera lectura. El estilo literario que utiliza es alefático. Mediante este salmo pediremos que nos descubra su camino, para que podamos andarlo; y caminar es sólo a través de la verdad de su doctrina y su presencia manifiesta u oculta, que sabemos que está ahí y eso nos da esperanza, especialmente si nos otorga su mirada de amor y ternura, que envuelve nuestra vida. Y nos atreveremos a pedirle eso, porque sabemos que Él es recto y bondadoso, a tal grado que muestra a los pecadores el sendero, sea aquellos que fueron pecadores o por los que aún lo somos; de igual modo, le muestra su camino a los humildes, tanto a los marginados dentro de la sociedad, como a aquellos que tienen apertura a los mandatos del Señor; el que se muestra dócil, el que vacía su corazón de su propio egoísmo, para rellenarse del Señor.

Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 1 - 11.
Por su parte, San Pablo escribe a los Filipenses, la comunidad que más aprecia, porque ellos respondieron con generosidad ante el Evangelio; y les pide como un “favor”: “tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús”; eso nos debe llevar a sopesar todos nuestros propios actos con una frase sencilla: “¿Qué haría Jesús?”, sí actuaría, entonces, hagámoslo; ¿no lo haría?, no lo hagamos; de tal manera que eso nos llevará a reflejar unidad y amor dentro de la comunidad, sea dentro del núcleo familiar o en un grupo parroquial. De igual modo, nos invita a ser sencillos y humildes, dejando de lado la presunción y la vanidad, que se cuela sutilmente, especialmente en aquellos que están inmersos en la Iglesia; antes bien, hay que poner por delante a los demás, y eso sólo podrá suceder si nos dejamos llevar por el amor, tomando como modelo, el amor de Cristo, que no fundamentó su actuar en su naturaleza divina, sino que desde la humildad de la carne, entregó su vida para Salvación de todos.

Escuchemos al Padre Francisco en esta Semana Bíblica que organiza el Seminario!

RESUMEN DE LAS REFLEXIONES DE LAS LECTURAS DEL DOMINGO 10 DE SEPTIEMBRE DE 2023

La Primera Lectura será del Profeta Ezequiel, que abre camino para entender el Santo Evangelio, de ahí que comenzará diciendo que el profeta recibe la palabra de Dios para guiar al Pueblo que se encuentra en el destierro… ahora, todas las palabras son directas de Dios, dirigidas a Ezequiel, y comienza diciendo “Hijo de Hombre, te he elegido como centinela”, con la misión específica de poner atención y ser fiel a las Palabras de Dios para transmitirlas con su pleno sentido… aquí, está focalizada en la tarea y responsabilidad del profeta de trasmitir la Palabra, pues nunca será fácil confrontar a las personas, mucho menos cuando de por medio está la exhortación de corregir y enmendar el camino…

El salmo 94 nos ayuda a pedirle a Dios que no seamos sordos a su voz, porque el salmista está consciente de que Él tiene el poder de hacer oír a los sordos (y no sólo aquellos que tienen una atrofia en el oído) y hablar a los mudos (como aquellos que no comparten lo que han escuchado), y exhorta a poner en práctica todo aquello que nos es transmitido como voluntad de Dios, que implica también ser compartidos de la Palabra de Dios, a fin de ganar con ello la vida eterna; además, el salmo dice también: vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva, pues su Palabra también ocasiona vida y alegría en el corazón del hombre, pues es fortaleza y energía que empapa y mueve a todo hombre… finalmente, dirá: vengan y pónganse de rodilla, adoremos y bendigamos al Señor, lo que implica es reconocerse delante de Dios como su creatura, así como exaltar su grandeza y omnipotencia que nos ha Salvado y guía nuestros pasos a través de la historia, en donde podemos caminar con humildad y dejado todo egoísmo en ese caminar…

La Segunda Lectura, que es de San Pablo a los Romanos, hace una síntesis preciosa de lo que Jesús enseña sobre la Ley de Moisés, que tiene como punto de referencia el amor al prójimo, referenciado desde el auto-amor… que implica no sólo no hacer cosas malas al otro, sino hacer cosas buenas por él, en el ámbito material y en el ámbito espiritual, ahí, en el ejercicio de este tipo de amor tiene su fundamento todo mandamiento, y que alcanza a todos los hombres, no sólo a los cristianos, sino incluso, a todos aquellos que están fuera de la profesión de fe…

El Evangelio de San Mateo nos habla de la corrección fraterna, en la que debemos tener presente que solamente Dios es perfecto y todos los demás, somos imperfectos, dotados de virtudes y defectos, lo que posibilita la comisión de pecados… de ahí la necesidad de revisar nuestras debilidades, reconocer nuestros errores y enmendarlos; no obstante, siempre será necesario el otro, pues a veces nos encerramos en nosotros mismos de tal manera que no podemos nuestros pecados, así, el hermano, será un espejo que nos muestre lo que ya no podemos ver, pero de manera fraterna; en un segundo momento, debemos preguntarnos por qué debemos corregir al otro, y lo primero que debemos considera que el otro es un hermano con derechos, que debe ser corregido porque es exigencia de la fe, para que también pueda ser salvado; la manera más eficiente, será a través del diálogo, que empapa las palabras de calidez y de afecto, pues en ello se revela nuestro pensamiento, nuestros sentimientos, nuestras intenciones, nuestra personalidad; lo que hacen endeble o bloquean ese espacio de encuentro, es por ello que será siempre necesario el ejercicio de la caridad… además, hay que tener claro y considerar las palabras que utilicemos, conocer al otro, evitar insultos y gritos… de ahí que también, es exigido pedir al señor que derrame palabras idóneas y nos ayude a elegir lugares, momentos y tiempos propios para que se tenga un mejor eco… finalmente, el itinerario de la corrección será primero en soledad y después con dos o tres testigos y finalmente en comunidad; cabe mencionar que el primer lugar será el ofendido, a fin salvar y no perder al hermano, quien deberá dar el paso del reconocimiento de su equivocación para que pueda reorientar su camino… de esa manera, la Iglesia será un recinto de reconciliación y salud espiritual, mental y emocional…

Hoy es el día!

Vive la Palabra de Dios en el Sexto Continente, evangelización en internet.
Fue un gran recurso en la Pandemia, hoy es el lugar de encuentro para quienes quieren escuchar y meditar la Palabra dominical.

«EL SEMBRADOR SALIÓ A SEMBRAR» P. Crispín Hdez. Mateos
Las lecturas de este domingo nos muestran a Dios sembrando su Palabra en el campo de la vida, siendo Cristo el sembrador y sus ángeles los segadores. Veamos.

1. «Unos granos cayeron a lo largo del camino»
Son los que escuchan la palabra pero no la entienden. La Palabra de Dios es útil y eficaz, como una lámpara que alumbra la vida de los hombres, una luz en su sendero. (cf. Heb 4,12; 1ª Tim 4,8; 2ª Tim 3,16; Sal 119,105). Entender la Palabra es dejarse guiar por ella, dejar que el Espíritu ilumine nuestro entendimiento (cf. Lc 24,32), quien nos guiará hacia la verdad plena (cf. Jn 16,13). Para que la Palabra de fruto necesita ser conocida, meditada, reflexionada, analizada y contemplada.

2. «Otros granos cayeron en terreno pedregoso»
Son los que oyen la Palabra pero son inconstantes y no echa raíces. La constancia, la disciplina y la perseverancia son actitudes esenciales en el proceso del discipulado, en el conocimiento y seguimiento de Cristo, sin ellas, cualquier indicio de la Palabra solo es pasajero, sin raíces, sin proyección ni futuro. A través de la raíces, los árboles toman los minerales que proporciona la tierra para conducirlos a las ramas, que a su tiempo darán flores y frutos. Pero sin raíces no hay nada: ni tallos ni frutos. Por eso el conocimiento de la Palabra debe ser constante y permanente.

3. «Otros granos cayeron entre espinos»
Son los que escuchan la Palabra pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas la sofocan. Nada más débil y frágil que una preocupación, una seducción o una ansiedad. Para sobrepasar estas situaciones debemos ser fuertes, estar preparados y vivir en comunión con Dios. La Palabra de Dios nos prepara, nos anima y nos fortalece. Por ello debemos escucharla con atención, brindándole el tiempo y el espacio necesarios para meditarla, orando con ella (lectio divina), haciéndola el centro de nuestra vida y nuestra pastoral, como un eje transversal. Poner a Dios como una prioridad, hará que todo lo demás tengo un valor periférico, dándole a Él su justo lugar.

4. «Otros granos cayeron en tierra buena»
Son los que oyen la Palabra, la entienden y dan fruto. La Palabra de Dios «penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.» (Heb 4,12). Nadie puede comprender los designios de Dios si no es iluminado por el Espíritu Santo. Una vez que entendemos cuál es la voluntad de Dios, estamos capacitados a dar frutos para la vida del mundo (cf. OT # 16). En la Biblia se nos revela que la voluntad de Dios es que «todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad» (1ª Tim 2,4), buscando la unidad con el Padre (cf. Jn 17,21), amándonos unos a otros como Cristo nos enseñó (cf. Jn 15,12). Además, escudriñando les escrituras conocemos que los frutos de la Palabra y del Espíritu son el amor, el gozo, la paz, la tolerancia, la benignidad, la bondad, la fe, la mansedumbre, la templanza y el dominio propio (cf. Gal 5,22). Tú ¿qué frutos estás dando para la vida del mundo? ¿Qué tipo de tierra es tu corazón? ¿En tu corazón hay abrojos y espinos? ¿Eres sofocado por la tentación de las riquezas?

Segunda Lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 13, 11 – 13
Hermanos, alegraos, trabajad por vuestra perfección, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros.
Saludaos mutuamente con el beso santo.
Os saludan todos los santos.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con todos vosotros.
Palabra de Dios.

CON-TEXTO
La parte que será leída de la Carta de San Pablo es el final de la misma; de alguna manera, es un saludo de despedida y en este se encuentra algo que dentro de la doctrina se conoce como Doxología que, para decirlo en forma entendible, es una frase de alabanza a Dios; y en este caso, no es para menos, pues estamos [o estaremos] en la celebración de la Santísima Trinidad… Habrá mucho que decir, poco que entender, por confusión, falta de claridad y lagunas (esperemos que no mentales)…

Esta lectura la escuchará una comunidad que vive en medio de una sociedad caótica, en donde a diario, mirar el amor es más difícil, porque escuchamos de enfrentamientos armados, homicidios, suicidios… de amenazas, divisiones y discursos divisorios, no sólo desde el ámbito político, también en el laboral, escolar y hasta en lo familiar… somos patológicamente conflictivos, destructivos y autodestructivos, al grado de que ha sido necesario inventar normas sociales que regulen nuestra incapacidad para el diálogo fraterno, como aquel que versa: “en una reunión no hables de política, de futbol ni de religión”… a esta comunidad así, le será leída la 2ª Carta a los Corintios, una comunidad que necesita nuevamente conocer a la Santísima Trinidad, pero ahora, con especial énfasis, como modelo de Unidad.

RE-FLEXIÓN
Debemos tener claro entonces que en el cristianismo, hay que hablar del hombre y de Dios, y cuando se trata de Dios, pensar siempre en la Santísima Trinidad, que es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, siempre juntos, unidos en comunión perfecta y eterna [la perijoresis], de tal manera que no podemos pensar en Uno, sin pensar en el Otro [Porque el Padre es Padre por el Hijo mediante el Amor; el Hijo es Hijo mediante el Amor del Padre y para el Padre; y el Amor es en relación al vínculo entre el Padre y el Hijo en su reciprocidad eterna –Perijoresis–.
PRIMERO. Hay que hablar de la soledad a la comunidad. El A.T. nos permitió conocer a Dios todo poderoso, infinito, creador de todo lo visible y lo invisible, guía del pueblo de Israel, juez severo y a veces con tintes bélicos y de venganza; encumbrado en la cima de todos los seres, muy por debajo de Él los ángeles, luego los humanos y todos los demás… pero al final de todo, Él estaba sólo; el A.T. nos presenta a un Dios omnipotente solitario; no obstante, el N.T. y desde la Segunda carta a los Corintios, podemos ver que el Dios uno en realidad es el Dios de la comunión de los Tres: Espíritu Santo, Hijo y Padre. Sólo así podemos entender ahora la diversidad de la creación, la riqueza de la comunión, la corresponsabilidad en el cuidado del otro, como se le cuestiona a Caín y como son expulsados tanto hombre como mujer del Paraíso; sólo así, podemos entender que el centro de toda la predicación de Cristo es EL AMOR, porque Dios es Tres Personas íntimamente relacionadas, formando una comunidad perfecta. Y a eso estamos llamados los cristianos, a alcanzar a vivir en comunidad de amor, en medio de toda nuestra diversidad, sea como esposos, como familia, como grupo parroquial, dentro de una institución laboral o como sociedad, no podemos pensar en el individualismo y egocentrismo como modus vivendi, debemos trascender esa ideología y propagandismo; debemos mirar a la creación como la oportunidad para hacer comunidad, tratando a todos y todo como hermanos, sea nuestro padre, nuestra madre, el sol [como decía Francisco de Asís], nuestra mascota o la misma tierra… porque de lo contrario, la soledad, será nuestro in****no, pues la soledad consume desde adentro y al final, enferma, la mente y el cuerpo…

SEGUNDO. Siempre hay que regresar al misterio del Dios Trino, conocerle de nuevo. Tenemos claro que el mayor misterio de la fe es la Santísima Trinidad, de por sí, hablar de Dios, de manera general, es complicado; entender y más aún explicar que hay Tres Personas divinas sin ser tres dioses, es mucho más complejo, y es que nuestra razón, tiene sus límites, no todo lo podemos conocer, ni siquiera lo que corresponde a la humanidad, entonces, estará más limitada para conocer la Unidad Trinitaria Divina; pese a los alcances que ha tenido la razón, nunca podrá alcanzar la compresión de su Creador, pero no significa que se deba quedar estática, todo lo contrario, deberá tratar de conocer los designios de Dios, así como profundizarlos… especialmente el amor, y en ese trabajo de la razón, cada día nos ha acercado a la claridad de lo que es el amor concreto y actual… ese amor que lleva a dar dinero al pobre, invitar de comer al hambriento, hacer un espacio en el sofá para que otro duerma, platicar con los de la tercera edad para mitigar su soledad, el amor actual es aquel que lleva medicamentos al enfermo y no sólo palabras de aliento, el que presta su oído para oír la tristeza, desesperación y culpa del que vive dificultades… ese es el amor actual, el que hace cosas por los demás…

TERCERO. Juana de Arco dijo: “Dios es tan grande que supera nuestra ciencia”; lo dicho en el segundo punto, nos hace afirmar que la razón está imposibilitada por sí misma para conocer a Dios, el cuál sólo es accesible por revelación, es decir, las maneras en las que Él se ha querido dar a conocer; lo que la ciencia alcanza a vislumbrar, es apenas algo ínfimo de Dios y muchas veces, desiste ante el misterio, lo que no significa que lo haga con humildad y dé el salto de fe que todo cristiano da; no obstante, necesitamos seguir conociéndolo, hoy más que nunca, porque requerimos de un entendimiento profundo y desde el Dios Unidad-Amor, que en nuestro plano, posibilita la realidad tópica [que existe en algún lugar] de una comunidad/sociedad sin espacio para la desigualdad y la discriminación, que permite la participación de todos, fundamentados en el respeto mutuo, en el que los bienes se compartan a todos y cada integrante se mueva bajo un mismo sentir: el amor… La Trinidad es el origen que no da espacio para el individualismo promovido por el capitalismo, y tampoco es el conjunto sin divisiones ni diferenciación, por el que la sociedad es llamada masa, como pretende el comunismo y el socialismo… el cristianismo vela por la comunidad, respetando sus diferencias, a cada persona en su unicidad… es por ello que la Santísima Trinidad ilumina sobre el ser y el deber ser de cada ser humano y de la misma comunidad, en cualquiera de sus formas vinculares: esponsal, familiar, fraternal o social; Dios como comunidad de Personas, nos muestra que debe haber igualdad en la diversidad, donación sin exigencia y disposición a recibir sin cohibición, no hay jerarquías ante la cual doblegarse. De tal manera que la Divina Trinidad es fundamento de la vida, el amor y la convivencia; y así, y siempre será una crítica e inspiración para la Iglesia, toda sociedad y todo tipo de gobierno.
Finalmente y después de todo esto, debemos decir que la misma gloria debe ser dada al Hijo, al Padre y al Espíritu, por el amor que ha tenido a la humanidad, por habernos creado, por trazar la Historia de la Salvación; por venir a nosotros, aunque somos pecadores, por hacerse cercano, aunque no lo comprendamos, neguemos su existencia, dudemos de su providencia o simplemente lo rechacemos abierta o veladamente… demos gloria a Dios, aunque nuestra palabras se queden cortas!.