Erick Mendiola

Erick Mendiola

Esta pagina es una compilacion de historias de terror con las que podras tener dulces pesadillas.

10/11/2023

La madre descuidada.

Sara siempre había querido tener una gran familia. Tenía un gran instinto maternal y no le importaba quedarse en casa para cuidar a sus hijos. Su matrimonio le había dado tres pequeñitos a los que quería mucho. Rodrigo, el mayor, de siete años de edad, seguido por Santiago de seis y Angie, la más joven, que todavía no había cumplido el año.

Su madre los procuraba con toda la paciencia que podía, pero cuidar a tres niños y hacerse cargo de los quehaceres de la casa, era un trabajo demasiado extenuante para una mujer sola.

Su marido, Jonás, trabajaba como ejecutivo en una empresa pero prácticamente no llegaba a su domicilio más que para dormir. Apenas tenía tiempo para compartir con sus hijos y nunca podía ayudar a su esposa porque alegaba sentirse demasiado fatigado.

—Trabajo muy duro para mantener a los niños y a ti, tú estás en la casa todo el día —era su réplica favorita cada vez que Sara le reclamaba.

La noche anterior al horrible día en el que la desgracia tocó a su puerta, ambos habían acudido a un concierto nocturno para evadir un poco la rutina familiar. Llegaron tan tarde a casa, que Sara apenas pudo dormir.

Al día siguiente se llevó un disgusto al descubrir que Santiago había mojado la cama.

—¡Cómo vuelvas a hacer esto, te cortaré el p**i! —lo amenazó, mientras arrancaba las sábanas para ponerlas a lavar.

Se dispuso entonces a efectuar sus quehaceres con un dolor de cabeza terrible, malhumorada y cansada. Entre los gritos de los niños que peleaban por cualquier cosa y los llantos de la bebé. Fue una jornada larguísima para ella.

Por la noche, luego de dar de cenar a los varoncitos, Sara se encontraba bañando a la pequeña Angie en la bañera. El grito de dolor de uno de sus hermanos la hizo correr a toda prisa a la planta baja.

Santiago se encontraba en el suelo, sin sus pantaloncitos ni su ropa interior, todo ensangrentado.

—Santiago se volvió a hacer p*s encima, mamá —le dijo Rodrigo, quien llevaba unas tijeras en la mano—, así que le corté el p**i como dijiste.

Horrorizada, Sara tomó a su hijo en brazos para llevarlo al hospital, sin percatarse de que el mayor se había ido a esconder bajo el coche por temor a que lo castigara. La mujer lo arrolló accidentalmente.

Sara se llenó de desesperación al ver que ahora sus dos hijos se encontraban heridos, casi sin vida.

Se acordó entonces de que había dejado a su bebé en la bañera y subió corriendo a toda prisa para sacarla, pues nunca se había quedado sola en el baño. Era tarde. Angie se había ahogado en la tina. Sara se echó a llorar enloquecida ahí mismo.

—Cariño —dijo Jonás al entrar en casa, horas después—, ya estoy aquí.

Al subir a la planta alta se encontró con una escena espantosa: Sara se había cortado las venas. Los cuerpos de sus hijos mu***os, estaban con ella.

09/11/2023

Muerte por microondas.

Elisa era una de las muchachas más populares de su campus. A pesar de que había hecho un esfuerzo enorme por entrar a la Facultad de Medicina, cada vez descuidaba más sus notas por pasársela en fiestas y saliendo con chicos. Su madre ya le había advertido que no toleraría más ese comportamiento.

Si Elisa no aprobaba en su siguiente examen, la obligaría a dejar la escuela para que se pusiera a trabajar, pues no toleraba que perdiera el tiempo.

Aquella noche, Elisa se despidió de su mamá que como siempre, tenía que trabajar de noche. La había dejado a cargo de su hermanita menor, Nati, quien todavía era una niña pequeña. Pero como la muchacha tenía otra fiesta dentro de unas cuantas horas, tuvo que convencerla para que no la delatara.

—Si me guardas el secreto de que voy a salir, mañana te llevaré un helado —le dijo mientras la arropaba—. Voy a volver antes de que llegue, mamá. Te dejó la luz de la lámpara encendida.

Y tras esto, Elisa se arregló y salió de casa para abordar un taxi rumbo a su fiesta. Al llegar a la celebración se divirtió mucho.

Bailó con sus amigas y con el chico que le gustaba, cantó y hasta se bebió unas cuantas cervezas. Por la madrugada volvió a abordar un taxi para volver a su hogar, pues su madre llegaría en un par de horas y no podía descubrir que la había desobedecido.

Elisa se deshizo a toda prisa de sus ropas impregnadas con olor a alcohol y tabaco, revisó a su hermanita y luego se metió a bañar con rapidez. Después de vestirse, se dio cuenta de que su pelo no se secaría a tiempo como para desp*star a su madre, así que tuvo una loca idea.

Consiguió meter la cabeza en el microondas y ponerlo a funcionar para que con el calor, su melena se secara más pronto.

Cuando su mamá entró en la casa era como si nada hubiera sucedido.

—Buenos días, hija. Veo que ya estás lista para irte a la universidad —le dijo.

Elisa sonrió y se dirigió triunfante a clases. Estaba cansada pero segura de que iba a pasar el examen. El sordo dolor de cabeza que comenzaba a atosigarla, debía ser a causa de la resaca y nada más. Se tomó dos aspirinas.

Entró a su aula con cara de haber pasado una mala noche y nadie reparó en ella sino hasta que se desplomó contra el suelo. Asustados, sus compañeros acudieron a ayudarla y se dieron cuenta de que no reaccionaba. Intentaron tomar sus signos vitales y no los encontraron.

Elisa había mu**to de repente.

Horas después una autopsia revelaría la horrible verdad tras su colapso inesperado. Su cerebro se encontraba totalmente achicharrado; el calor del microondas lo había quemado a tal extremo, que los sesos se habían transformado en una pasta pegajosa y chamuscada.

Si tan solo la joven hubiera sido honesta con su madre, o priorizado sus responsabilidades, no habría mu**to de una forma tan terrible.

08/11/2023

La mu**ta en el autobús.

Mónica trabajaba en una empresa de teleoperadores en un horario poco convencional. No era el mejor trabajo del mundo, ni tampoco era como si le gustase mucho trabajar de noche, pero al menos pagaba sus cuentas. En aquella ocasión, la chica se subió a él como siempre y se sentó en uno de los asientos de en medio; el transporte iba prácticamente vacío a excepción de un joven, que estaba enfrascado leyendo lo que parecían ser sus apuntes universitarios mientras escuchaba música en su celular.

Mónica se dispuso a mirar por la ventana cuando más adelante, el bus recogió a un par de hombres que llevaban consigo a una mujer. La tenían colgada de los hombros, la cabeza gacha y el pelo que le tapaba la cara completamente, hacían imposible distinguir su apariencia. La muchacha supuso que estaba ebria y que aquellos dos individuos debían estar llevándola a casa.

Al menos eso esperaba.

Subieron sin mirar a nadie y se sentaron en la parte de atrás, con la mujer en medio de ellos. Esta seguía sin reaccionar y sin saber porque, Mónica tuvo un mal presentimiento.

Miró por encima de su hombro hacia ella y uno de los hombres le devolvió una mirada amenazante antes de volverse a su compañero y susurrarle algo. Entonces los dos miraron hacia ella de forma intimidante, lo que la hizo apartar la vista de inmediato.

Mu**ta de curiosidad, Mónica sacó un espejo de mano de su bolso y fingió empolvarse la nariz. En realidad lo estaba usando para espiar al extraño trío y sobre todo a la mujer, a quien ya se le veía el rostro.
de costumbre, salió de su turno noctámbulo de madrugada.

El cielo todavía estaba oscuro pero por suerte ya a esas horas pasaba un autobús que la podía llevar a casa.

Casi grita al darse cuenta de que estaba enfermizamente pálida, con los ojos abiertos de par en par y vidriosos.

Mónica cerró el espejo de golpe y se tensó. La expresión de esa mujer era de auténtico terror y la miraba con fijeza. Una vez volvió a abrir el espejo y se dio cuenta de que no dejaba de mirarla. Sin embargo no se movía, permanecía totalmente inmóvil.

Temblorosa, guardó el espejo con manos temblorosas y se lamentó por estar aún lejos de su casa.

Una mano la tomó del hombro y la joven volteó, aterrorizada. Era el chico que estaba leyendo antes. Se veía asustado. Se inclinó hacia ella para hablarle al oído:

—Bájate conmigo en la siguiente parada y no mires a las personas de atrás.

Mónica decidió hacerle caso. Se bajaron juntos y tan pronto como el autobús estuvo lejos de ellos, el muchacho le dijo algo que le heló la sangre:

—Esos tipos llevaban a la mujer como si estuviera borracha o inconsciente, pero estaba mu**ta. Sé lo que digo. Soy estudiante de medicina y ella presentaba todas las características de rigor mortis. Cuerpo rígido, manos amoratadas y mirada vidriosa. Tenemos que llamar a la policía.

07/11/2023

El secreto de la bodega del castillo.

Adquirir aquel viejo castillo en ruinas en una de las zonas rurales más populares de Francia, había sido una estupenda inversión para Louise y Arnaud, una pareja muy enamorada cuya pasión era remodelar antiguas propiedades para volverlas productivas. Lo primero que hicieron fue restaurar los detalles originales de la construcción, conservando tantos de ellos como fuera posible y modernizando los que se habían perdido.

Tenían planes de transformar el lugar en un hotel de lujo para los turistas que iban a conocer los viñedos franceses. El área era muy conocida por su producción de vinos y ese castillo contaba incluso con su propia bodega de barriles que llevaban años añejando el vino más sabroso de la región.

Tanto Louise como Arnaud se llevaron una grata sorpresa al abrir uno y probar el delicioso licor que contenía. Aquel era sin dudas el mejor vino que habían bebido en su vida.

Tenía un gusto exquisito que no sabían identificar del todo, pero eso no importaba.

Estaban seguros de que la inauguración del hotel sería un éxito si servían aquella bebida. Llenos de emoción lo prepararon todo para recibir a los primeras huéspedes, con una fiesta en los jardines del castillo. Pero antes tuvieron que curarse de la brutal que resaca que les dio, por celebrar la noche anterior emborrachándose con el vino maravilloso.

La apertura fue todo un éxito. Decenas de personas se quedaron encantadas con la fiesta, las instalaciones y por supuesto, el licor. Algunos hicieron ofertas de inmediato para adquirir el lote completo de barriles, pero la pareja se negó en redondo.

Aquel detalle era una clave más en el éxito de su nuevo negocio y no lo dejarían ir tan fácilmente.

Muchos huéspedes se quedaron a pasar la noche en el castillo y en los días siguientes, un barril se agotó y Arnaud quiso sacarlo de la bodega. Notó entonces que seguía pesando demasiado y le quitó la tapa para mirar en su interior.

Al hacerlo se llevo una tenebrosa sorpresa.

En el fondo del bote yacían los restos humanos de un niño pequeño, cruelmente escondidos dentro del vino añejado. El vino que se habían estado bebiendo a lo largo de aquellos días.

Sintió que el estómago se le revolvía y de inmediato llamó a la policía.

Las autoridades sacaron todos los barriles de la bodega y uno por uno, los fueron revisando revelando la macabra verdad del castillo.

Hace mucho tiempo, los niños que vivían en los alrededores empezaron a desaparecer misteriosamente. Sus padres, campesinos pobres al servicio del barón que habitaba allí, sospechaban que era él quien se llevaba a sus hijos, pero sin pruebas y con el poder que el hombre ostentaba, nada pudieron hacer al respecto.

Una investigación más profunda en la antigua sala de torturas, reveló que los pequeños habían sido cruelmente maltratados y asesinados, antes de colocar sus cuerpos en los barriles. El vino se impregnó con la esencia de cada uno de ellos, dotándolo de ese sabor tan peculiar. El hotel nunca más volvió a abrir.

06/11/2023

La Gitana.

Pamela se consideraba a sí misma como una mujer muy ocupada. A pesar de que no estaba casada ni tenía hijos, poseía un buen trabajo en una empresa de renombre, un coche del año y un apartamento que muchos envidiarán por su ubicación. Tales lujos desde luego, tenían que sostenerse con un trabajo arduo y constante.

Fue por eso que no le hizo gracia cuando aquella mañana, mientras se dirigía a su oficina, una gitana la detuvo a mitad de la calle muy angustiada.

—Tendré que disculparme señora, pero es necesario que le lea el futuro —le dijo ella con urgencia—, he detectado en su aura algo terrible, que me hace pensar que podría estar usted en peligro.

Sin esperar su respuesta, tomó la mano de Pamela y analizó cuidadosamente las líneas de su mano.

—Sí, aquí hay algo, pero no puedo verlo con claridad —dijo la gitana—, tendré que echarle las cartas para averiguarlo. Pase usted a mi local y veremos si…

—No me haga perder más tiempo —le espetó Pamela desagradablemente—, no creo en estas cosas y no voy a dejar que usted me estafe.

Y sin más, prosiguió con su camino dejando atrás a la gitana.

Aquella tarde, Pamela se quedó pensando en sus palabras y mientras más le daba vueltas, más se angustiaba pensando en que aquella desconocida podía tener razón. Si era una charlatana no pasaba nada pero, ¿qué tal si decía la verdad? Después de todo, se veía muy asustada. Y a lo mejor ni siquiera quería cobrarle por el mismo motivo.

A la mañana siguiente, lo primero que hizo antes de llegar a trabajar fue visitar el local de la gitana. No la encontró a ella, pero sí a una anciana que la atendió de inmediato.

—Mi hija me dijo que a lo mejor iba a venir —le confesó, sacando un sobre—, fue por eso que me dejó esta carta para usted. Dijo que era urgente que la leyese.

Pamela le dio las gracias y prosiguió pues, hacia su oficina, donde pensaba abrir la carta. No obstante, en el momento en que cruzaba la calle un camión dio la vuelta bruscamente en la esquina y pasó arrojándola. Fue un accidente terrible. La mitad del cuerpo de la mujer quedó destrozado y ella murió instantáneamente.

Mientras la policía inspeccionaba el lugar, uno de ellos se acercó al cuerpo y vio que aún aferraba en la mano un sobre. Dentro, había una carta que ponía lo siguiente:

Estimada señora:

Le escribo esto para advertirle que el día de mañana, no salga de su casa por ningún motivo, ya que morirá atropellada. Cuando no pasó a verme, decidí tirar las cartas por mi cuenta, ya que me inquietó mucho la mancha que vi en su rostro. El destino es inminente y debe usted tomar precauciones. Ojalá que cuando lea mi mensaje, no sea demasiado tarde.

Al leer estas líneas, el policía sintió un escalofrío que le recorría el cuerpo, pero no quiso comentar nada con sus compañeros.

04/11/2023

El túnel de los gritos.

En las proximidades de las Cataratas del Niágara, existe un túnel muy pequeño y estrecho, al cual nadie se atreve a entrar y que ha originado una leyenda corta y escalofriante. Este lugar se encuentra justo bajo la vía de un tren, que se traslada entre las ciudades de Nueva York y Toronto. Se cuenta que hace mucho tiempo, ocurrió allí el más cruel de los asesinatos.

Fue hace demasiados años, justo durante el siglo pasado, cuando las primeras casas comenzaron a construirse en los alrededores. En una de ellas vivía una familia sumamente disfuncional, conformada por una pareja y su pequeña hija.

El padre era un borracho empedernido, que a causa del alcohol solía maltratar mucho a su mujer y a la niña. Pero su esposa lo aguantaba, pues pensaba que con el tiempo iba a cambiar y a buscar trabajo.

Eso nunca ocurrió y cuando las escenas de violencia se volvieron más frecuentes, la madre se armó de valor para abandonarlo con su hija. Hizo las maletas y quiso marcharse cuando él no estaba, con tan mala suerte que en el preciso momento en que cruzaban la puerta, su marido las descubrió, volviendo del bar.

Como de costumbre, se abalanzó sobre su esposa para golpearla con saña, mientras le recriminaba el querer abandonar. La niña, al ver esto, corrió a casa de sus vecinos para pedir ayuda.

Desgraciadamente ellos vivían al otro lado del túnel, por el que había que cruzar un largo camino. La niebla proveniente de las cataratas, hacía que fuera muy difícil ver por donde se iba. La pobre criatura se tropezó y buscó a tientas una dirección.

Mientras tanto, su padre había entrado en el túnel después de matar a su madre, incendiando la casa en la que vivían con una lámpara de aceite.

La niña fue alcanzada por él, quien en completo estado de ebriedad, derramó todo el aceite restante sobre su cuerpecito y luego arrojó una cerilla encendida, para quemarla viva. Fue tanta su agonía y tan terrible su muerte, que sus gritos de dolor se quedaron impregnados en las paredes cavernosas del túnel.

Los lugareños se sintieron horrorizados al descubrir un crimen tan atroz. Al padre de la pequeña nunca más lo volvieron a ver, se dice que horas después de matarla escapó y que probablemente murió como un vagabundo.

Lo cierto es que desde entonces, pocos fueron los que se atrevieron a pasar por el túnel de nuevo y esta es la razón:

Se dice que si te adentras en él, puedes escuchar los gritos aterrorizados de la niña mientras es quemada y mientras más avanzas, más probabilidades tienes de encontrarte con un pequeño cuerpo fantasmal, carbonizado y deformado por las llamas.

Quienes han llegado a estar en el interior de este lugar, aseguran que no solo han escuchado el eco de sus gritos, sino que también se han sentido observados y han experimentado un ambiente muy pesado.

Actualmente, el túnel se encuentra abandonado pero de vez en cuando todavía recibe visitantes valientes.

03/11/2023

El perro atragantado.

Como todos los domingos, Javier había llevado a su familia a dar un paseo, para distraerse de la rutina de cada semana. Con su esposa, Marta, fueron al cine con su pequeño hijo de seis años, Juanito. Pasaron un momento muy agradable aquella mañana y por la tarde, al regresar a casa, el niño no podía esperar a ver a su inseparable amigo, Max.

Al perro lo habían adoptado desde que era un cachorro y a Javier le gustaba porque era de una raza grande y protectora, estupendo para cuidar de la casa.

Apenas entraron en su hogar, Marta soltó un grito. Max se encontraba de pie frente a la puerta de un armario en la planta baja, chillando con nerviosismo y rascando la puerta con su pata. Tenía el hocico manchado de sangre y le costaba mucho respirar.

Javier se acercó a él y se dio cuenta de que tenía un corte profundo en la garganta, como si alguien hubiera tomado un cuchillo y tratado de degollarlo. Ahora el animal se atragantaba con su propia sangre.

Tras ver que no les faltaba nada, supuso que alguien había intentado robarles sin éxito.

—Voy a llevar al perro con el veterinario —le dijo a Marta, al ver que Juanito había empezado a llorar por su mejor amigo—. Cierra muy bien la casa y llama a la policía para denunciar un intento de asalto.

Sin más, Javier tomó al perro y lo llevó a la clínica para mascotas, donde fue rápidamente atendido por el veterinario.

Al estar revisando su hocico, el hombre sacó algo que le obstruía la garganta y tanto Javier como él se quedaron horrorizados: era un dedo humano. Max había mordido a alguien que intentaba robar su casa y él, para defenderse, había atacado al pobre perro con un cuchillo, haciéndole un corte limpio y profundo.

Javier recordó como su mascota gemía y trataba de señalar algo dentro del armario cuando habían llegado. Todo el color desapareció de su rostro en ese instante. El ladrón nunca había salido de casa, ¡se había ocultado y Max solo intentaba advertirles!

Desesperado, el padre de familia corrió a su coche mientras intentaba comunicarse a su casa, pero nadie cogía el teléfono. Marcó al celular de Marta, pero la contestadora siempre saltaba.

Ahora tenía un mal presentimiento.

Cuando llegó a su calle, vio a lo lejos un par de patrullas estacionadas enfrente de su jardín y se estacionó a toda prisa. Sus vecinos también empezaban a asomarse para ver qué estaba pasando.

Javier esquivó a uno de los policías que intentó cerrarle el paso y entró en casa, encontrando un sangriento espectáculo.

Su esposa y su hijo habían sido asesinados, y yacían sin vida sobre la alfombra. Alguien había apuñalado salvajemente a Marta, mientras que Juanito mostraba una herida terrible en el cuello, peor que la de su perro.

En venganza por el dedo que le había sido arrancado, el delincuente había salido de su escondite y se había cobrado sus vidas.

Nunca lograron atraparlo.

02/11/2023

Accidente en un barranco.

Era ya bastante tarde cuando Marcos decidió tomar una carretera de la Sierra Ecuatoriana, al volver a casa de un viaje de estudios. Se encontraba haciendo un posgrado y aquella región era vital para su trabajo. Aunque hubiera querido partir más temprano, pues no le gustaba conducir de noche, las circunstancias no se lo permitieron.

Sintoniza una estación en la radio y se dispuso a manejar con mucho cuidado, pues la zona en la que transitaba era sumamente peligrosa. Había precipicios y curvas en los que, si uno no tenía cuidado, podría sufrir un feo accidente.

Estaba con los ojos puestos en el camino cuando de pronto, algo a la distancia llamó su atención.

Parecía una persona haciendo señas.

Al acercarse, vio que era una mujer que movía sus brazos para pedir ayuda. Como pudo, Marcos se detuvo a un lado del sendero y se dirigió a ella.

—¡Por favor, ayúdeme! —le pidió ella, suplicante— ¡Acabamos de tener un accidente y mi hijo está atrapado en el auto!

Marcos se dio cuenta de que la mujer se encontraba en un lamentable estado. Tenía una contusión en la cabeza y la cara y los brazos manchados de sangre.

—Cálmese, dígame dónde está y llamaré a la policía de inmediato.

La mujer lo condujo unos metros más adelante y señaló un barranco. La pobre iba por la carretera con su esposo cuando el coche se les había volcado, rodando cuesta abajo.

Como pudo, Marcos descendió hasta el vehículo que estaba tumbado boca abajo. Miró en el interior y se quedó helado.

En el asiento del conductor había un hombre mu**to y con la cabeza ensangrentado. Y a su lado, se encontraba la misma mujer que minutos antes lo había detenido. Sin vida.

Marcos sintió que se le ponía la piel de gallina y entonces oyó un llanto en el asiento trasero.

Un pequeño bebé se encontraba asegurado en su asiento, milagrosamente con vida. El hombre se las arregló para sacarlo de ahí y con mucho trabajo, volvió a subir por la barranca para llamar a la policía.

Cuando los oficiales llegaron, acompañados por una ambulancia, confirmaron la muerte de la desventurada pareja.

El niño por suerte, estaba bien y no había sufrido más que unos cuantos rasguños durante la volcadura del auto. Ahora estaba huérfano pero al parecer tenía familiares que podrían hacerse cargo de él.

—Tuvo suerte de distinguir el coche al fondo del precipicio —le dijo uno de los policías a Marcos—, con esta oscuridad era seguro que no los habríamos hallado hasta el día de mañana. Y quién sabe si ese bebé seguiría con vida.

Marcos no supo cómo explicarle que la madre del niño había sido quien lo había guiado hasta ahí. Ni él mismo estaba seguro de lo que había pasado.

Esa noche, después de pasar toda la velada sin dormir, llegó a la conclusión de que el espíritu de la mujer había permanecido unos momentos más entre los vivos, con tal de asegurarse de salvar a su hijo.

01/11/2023

Leyenda del árbol de Sakura.

Tiempo atrás, en un feudo del Antiguo Japón, existía una joven muy delicada y hermosa llamada Sakura, la cual era muy conocida en aquellos territorios por su belleza. A temprana edad consiguió numerosos pretendientes, todos ellos de buenas familias y distintas edades.

Sus padres finalmente, decidieron casarla con un hombre mucho mayor que ella, un guerrero muy acaudalado y diestro en batalla, que además de ser un orgulloso soldado, les daría una vida llena de comodidades.

Sakura no era feliz con este acuerdo, pero desde pequeña la habían enseñado a obedecer y fue por eso que no protestó contra el matrimonio.

El día del casamiento, sus doncellas la vistieron con un kimono de color blanco en señal de su pureza, arreglaron su pelo con flores y pintaron su rostro de tal manera, que Sakura parecía una princesa. El señor de la guerra se quedó encantado.

Finalmente la llevó a vivir a una casa en medio del campo, pues era muy celoso y no quería que ningún hombre le arrebatara el cariño de su esposa.

Un día, el guerrero tuvo que salir de nuevo a pelear y antes de irse, le advirtió a la joven que por ningún motivo podía salir de su hogar. Él se marchó y Sakura se quedó muy sola.

Día tras día observaba el mundo a través de su ventana, anhelando la compañía de alguien.

Cierta mañana se dio cuenta de que había un muchacho arreglando las flores de su jardín. Era un jardinero, al cual el señor de la guerra le había encargado mantener sus plantas.

Sakura se puso muy contenta y lo saludó, tras lo cual se pusieron ambos a conversar. Por fin tenía a alguien con quien hablar.

Pero con el paso de los días, esa bonita amistad que había surgido entre ellos se transformó en un apasionado amor. Aprovechando la ausencia del marido de Sakura, los jóvenes se dispusieron a estar juntos tanto como pudieran y cada día eran muy felices.

Sin embargo, una tarde el señor de la guerra se presentó en casa y al ver lo que estaba sucediendo entre su mujer y el jardinero, se puso furioso. Deshonrado, sacó su espada y los mató a ambos.

La sangre de Sakura y su amado se derramó sobre el suelo y fue a mezclarse en las profundidades de la tierra, de donde brotó un árbol hermosísimo. Su tronco era muy estilizado y de sus ramas brotaron cientos de flores rosadas, que inundaron con su exquisito aroma todo el jardín.

El señor de la guerra, conmovido ante tanta belleza, decidió conservar el árbol para que pudiera consolarlo de su traición. Sin saberlo, le había dado una segunda oportunidad a los sentimientos entre Sakura y su jardinero.

Hoy en día, se dice que cada vez que los árboles de cerezo japoneses florecen, Sakura y su verdadero amor vuelven a encontrarse en algún lugar del universo, ahora sin obstáculos que les impidan quererse.

Es por eso que este árbol simboliza el amor y la esperanza.

31/10/2023

La cama de bruja.

La encontraron en un mercado de pulgas a la vuelta de su casa y pensaron que podía venirles de maravilla en su hogar. Cuando John y Mandy vieron aquella litera desgastada, pero en buen estado y a tan excelente precio, no dudaron ni un segundo en adquirirla para sus hijas.

Nancy y Lisa eran pequeñas todavía, pero no cabían más dentro de la cama para bebés que por mucho tiempo habían compartido. Cosas de dormir en la misma habitación.

Así que aquella misma tarde, después de comprar la litera nueva, la montaron y le colocaron sábanas rosas para las niñas.

Aunque desde el primer momento las niñas se mostraron recelosas de dormir ahí, terminaron convenciéndolas y las arroparon. Esa sería la primera de muchas noches extrañas en la casa del matrimonio.

Al día siguiente de traer la litera a casa, las niñas se despertaron adoloridas y sintiéndose mal.

—Será cosa de que se acostumbren —dijo John, no queriendo darle demasiada importancia—, ya que se habitúan con el paso del tiempo.

Pero pasaron los días y las pequeñas en vez de dormir mejor, comenzaron a enfermarse a una velocidad vertiginosa y a manifestar problemas físicos. A menudo se quejaban de que les dolían todos los huesos y por si fuera poco, sufrían horribles pesadillas.

—Yo creo que algo anda mal con esa litera, desde que la trajimos a casa han estado ocurriendo cosas extrañas —dijo Mandy—. Además no sé por qué, pero tengo el presentimiento de que hay algo malo en su habitación.

Lo que decía era absolutamente verdad, pues hace días que notaba como las puertas se cerraban y se abrían sin que nadie interviniera, escuchaban susurros extraños en la noche, la radio cambiaba de frecuencia sola y lo peor, habían llegado a encontrar cuervos mu***os en la puerta principal.

El colmo del asunto ocurrió una noche, en la que creyeron ver la silueta de una mujer sentada a orillas de la condenada litera. Aquello terminó de una vez por todas de destrozarles los nervios.

Tras ver que la situación había empeorado demasiado, John estuvo de acuerdo en llamar a un pastor para que acudiera a bendecir la casa.

Cuando el religioso llegó, lo primero que hizo fue rezar para alejar las malas energías del lugar. Sin embargo, había algo en el ambiente que lo incomodaba de sobremanera.

Pidió ver la habitación de las niñas y hacia allá se dirigieron. Tan pronto como el reverendo vio la litera, supo que una presencia mala habitaba en el lugar y recomendó a John y a Mandy que la quemaran.

Entre los tres la llevaron al sótano y ocasionaron un pequeño incendio, que destruyó por completo el mueble. Rápidamente apagaron las llamas antes de que se extendieron al resto de la casa, creyendo escuchar los lamentos furiosos de una voz femenina.

Desde entonces se acabaron todos sus problemas.

Al investigar un poco más, Mandy y John se enteraron de que la litera había pertenecido a una mujer que practicaba la magia negra.

Nunca más volvieron a comprar muebles baratos.

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