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Propiedades útiles de los aceites básicos y esenciales
Los aceites grasos son fuentes de ácidos grasos y almacenan vitaminas y sustancias biológicamente activas. Pueden estar en estado líquido o sólido, entonces se denominan mantecas. Los aceites base (almendra, manteca de karité, aceite de coco, aceite de melocotón, aceite de maíz, manteca de cacao, etc.) son absorbidos perfectamente por la piel, aportándole hidratación, suavidad y elasticidad.
Los aceites esenciales como los de lavanda, romero, eucalipto, menta, limón y árbol del té pueden mejorar la eficacia del aceite base y aumentar el resultado del uso del producto cosmético. Tienen efecto antiséptico, cicatrizan heridas, estimulan la circulación sanguínea, eliminan la hinchazón, alivian la tensión muscular, etc.

Causas de la piel áspera en talones y pies
Los pies son nuestro sistema de apoyo y soportan todo el peso de nuestro cuerpo cada día. Piensa en todo lo que tienen que soportar: caminar descalzos sobre arena caliente, tacones altos, zapatos apretados, bailar y hacer deporte. Bajo presión, la piel forma una capa córnea para protegerse de los daños. Esto es algo que nos esforzamos por eliminar. Bajo una capa seca y gruesa de piel áspera, nuestros pies son suaves y blandos.

Tres pasos para unos pies sanos
1. Utiliza el exfoliante al menos dos veces por semana. Aplícalo sobre la piel seca de los pies y masajea suavemente durante unos minutos, después aclara.

2. USAR a diario. Según los podólogos, el problema más común de los pies de la mayoría de las personas es una hidratación insuficiente. Aplique una crema hidratante intensiva después del baño. Masajee el arco del pie con los pulgares y, a continuación, póngase los calcetines. Dedica entre 5 y 10 minutos a cada pie.

3. CUIDE SUS UÑAS. Arréglalas y recórtalas regularmente después del baño o la ducha, ya que en ese momento están más blandas. Utiliza aceite para cutículas.

La salud nos ayuda a cumplir nuestros planes, a resolver con éxito las principales tareas de la vida, a superar las dificultades y, si es necesario, incluso una sobrecarga considerable. La salud, razonablemente conservada y reforzada por una persona, garantiza una vida larga y activa.