Mexican Revolution of 1910

Mexican Revolution of 1910

The Mexican revolution was a period of instability and civil war in Mexico which began with popular rejection of Dictator Porfirio Diaz in 1910

Mexican Revolution, Mexican Civil War, was a major armed struggle, lasting roughly from 1910 to 1920, that transformed Mexican culture and government.The Revolution began with a call to arms on 20th November 1910 - overthrow dictator Porfirio Díaz

06/08/2024
Photos from Mexican Revolution of 1910's post 06/08/2024

El 23 de junio de 1914 la División del Norte triunfó en la Toma de Zacatecas y derrocó a Victoriano Huerta lo que significó el éxito de la Revolución. Este 23 de junio se conmemoran los 107 años de la Toma de Zacatecas, una de las batallas más importantes de la Revolución Mexicana y la que marcó el triunfo definitivo del levantamiento contra el régimen de Victoriano Huerta.

Con la toma de la capital zacatecana el 23 de junio de 1914 culminó la lucha de los revolucionarios contra el gobierno militar surgido del golpe de Estado que había derrocado al presidente Francisco Ignacio Madero, en febrero del año anterior.

Las horas cruciales de la Toma de Zacatecas

Es inexacto señalar que la Toma de Zacatecas tuvo lugar ese martes 23 de junio. En los días anteriores se suscitaron muchos enfrentamientos, y los cañones, principalmente los de los cerros de la Bufa y el Grillo, ya habían disparado incontables granadas.

En algunos de esos combates perdió la vida, por ejemplo, el mayor Javier Medina Barrón, hermano del comandante federal. Para la noche del lunes 22, los hospitales de ambos bandos ya atendían a incontables heridos.

Sería más propio decir que la batalla tenía varios días de iniciada, cuando el 23 dio comienzo su parte principal, que consistió en el asalto final de la ciudad por parte de las tropas revolucionarias .

El general Villa fijó la hora del ataque a las 10 de la mañana, cuando en todos los frentes simultáneamente debería de abrirse fuego.

Felipe Ángeles, un caudillo principal

Ese martes “despertamos tarde”, señaló Felipe Ángeles, “me afeité, me bañé y cambié de ropa interior; nos desayunamos, montamos a caballo…”. Sus preparativos parecían los de un paseo.

Cada jefe acudió al lugar señalado. Y faltando unos veinte minutos para la hora prevista, agregó, “por allá, en la dirección de Hacienda Nueva, se oyó el primer tiroteo. Ahí venía el general Villa”.

Empezaron a tronar los cañones, multiplicados por el eco de los cerros de Zacatecas. Sería entre Vetagrande y el norte de la ciudad, donde tendrían
lugar las acciones decisivas.

Entre ambos poblados hay seis kilómetros de lomeríos pelones, apenas cubiertos de nopaleras y matorrales. Por ahí fueron avanzando las tropas villistas bajo el fuego enemigo.

A los 25 minutos de iniciado el combate tomaron la primera defensa federal por este lado: el Cerro de Loreto (también llamado de la Tierra Colorada) más o menos a medio camino entre las dos localidades citadas.

Hasta ese cerro los atacantes adelantaron un grupo de cañones, de modo que pudieran ametrallar sobre el Cerro de la Sierpe, que sería el siguiente objetivo.

El propósito de Felipe Ángeles era disparar sobre los objetivos por conquistar cuando la infantería se lanzaba al asalto. “Cuando el cañón truena, el enemigo se esconde y nuestra infantería avanza”, decía. Y con una aplastante superioridad en piezas de artillería esta tarea se facilitaba.

Los reveses de la batalla

Sin embargo, los revolucionarios no avanzaron sin sufrir serios reveses. Al inicio del asalto, para tomar el Cerro de Loreto, había caído el general Trinidad Rodríguez, uno de los colaboradores más cercanos de Villa. Más tarde, una granada propia que estalló accidentalmente hizo añicos a un grupo de artilleros muy cerca de donde se encontraban Villa y Ángeles, junto a dicho cerro.

Las tropas que intentaban continuar la terrorífica marcha hacia el norte de la ciudad se detenían, agotadas, y pedían refuerzos, pero no había quien
les prestara ayuda.

Por momentos, incluso, el fuego que caía desde la Bufa y el Grillo era tan nutrido que los soldados preferían dar media vuelta y olvidarse de la revolución; pero, entonces, jefes y oficiales los encañonaban con el revólver y los obligaban a avanzar.

Cerca del mediodía los revolucionarios conquistaron finalmente
el elevado Cerro de la Sierpe, 300 metros al noroeste del Cerro del
Grillo. “Tomada esa posición por el enemigo, la caída del Grillo era
inevitable”, apuntó en su recuento de la batalla el general Antonio
G. Olea, quien dirigía la artillería federal.

Al ver lo ocurrido, este general ordenó dirigir todos los cañones del Grillo contra la nueva posición villista, pero le informaron que se habían agotado por completo las municiones de artillería. De este modo, a los pocos minutos, cayó también este cerro.

Alrededor de la 1 pm. empezamos a ver a los soldados federales corriendo por las calles en el mayor desorden, sin rifles de ningún tipo, y muy pronto corrió la noticia de que los villistas habían tomado El Grillo. A partir de esa primera derrota, el pánico pareció y soldados y oficiales que hasta ese momento habían luchado valientemente perdieron por completo la cabeza y no pensaron en nada más que en salvar sus vidas”.

El cónsul británico en Zacatecas, James Caldwel
En seguida, el foco de la batalla se trasladó al Cerro de la Bufa, donde la lucha se prolongaría algunos minutos más.

Lluvia de balas

Mientras tanto, la población civil de Zacatecas esperaba aterrada dentro de sus casas. “No más de cuatro personas se aventuraron por el centro de la ciudad antes de las 11 de la mañana del 23 de junio”, contó en sus memorias de la batalla el líder obrero –en ese entonces ayudante de tipógrafo– José G. Escobedo.

Uno de los que se aventuraron fue él mismo, quien alcanzó a ver a un grupo de soldaderas llenas de angustia rezando en un templo por sus juanes. Claro, antes de esa hora, los combates se llevaban a cabo en la periferia, pero conforme pasó el tiempo, los tiroteos invadieron las calles de la ciudad. Después del mediodía, aquello se volvió un in****no.

Varios relatos de la batalla coinciden hasta en el término usado: era una “lluvia de balas” la que por la tarde cayó sobre la ciudad. “Ni la nariz podían asomar los curiosos encerrados en sus residencias para ver algo de lo que estaba ocurriendo, a menos de exponerse a recibir una bala, cuya abundancia, al caer la tarde, era incalculable”, explicó Escobedo.

05/08/2024

This Yaqui soldadera (woman soldier) is on the move during the Mexican Revolution of 1910. Yaqui women bolstered their ranks fresh out of slavery in 1911. Photographed in 1913 clad in a trench coat with a scarf on her head, she is either returning from or on her way to the chapel. In those days women had to cover their heads in church, and even today in Mediterranean states they must cover their shoulders to enter chapels if wearing sleeveless garments. These women of the revolution gave blood, sweat and tears for a better Mexico. One in which their children would have rights that they did not. The soldaderas not only fought alongside men in trenches, as they also turned around and nursed them back to health when wounded. They are being honored increasingly in Mexico today.🇲🇽💯

05/08/2024

General Pancho Villa commander of the División del Norte ! Viva MEXICO

24/04/2024

https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=837859165040728&id=100064499570427

ES BUENO SABER..

Las palabras Haiga, Vistes, Naiden, etc. no son errores gramaticales, ni inexactas, quienes las aprendieron a usar es porque vienen de poblaciones dónde alguna vez así se habló, era un español antiguo.

Ansina ti quero
y pos este cariño se dilató,
pero yo lo vide primero que tú,
no hay naiden en el pueblo
que me haiga hecho sentir lo mesmo.
Ansina va la cosa,
ayer te truje munchas flores,
de la orilla del río...
tú me dijites hace muncho tiempo
que son las que te gustan bien harto.
ayer cuando las recivites vide en tus ojos
el brillo de la luna,,,
así como se mira en la noche ,
cuando voy de regreso al jacal,
y naiden me acompaña...
pero aquí mero en mi pensamiento,
tú andas conmigo.
Ansina te quiero,
como la mañana cuando se asoma el sol,
como la llovizna que moja la tierra,
como el campo que me gusta ver todo el día...
como la muina que tengo si no te miro.
Dizque así es el cariño
un poco rejego...
y se dilata en llegar,
pero tengo harta calma,
yo lo vide llegar primero...
pero tú ya lo vites en mis ojos.

BIEN HAIGAN LOS LEIDOS...
Las palabras Haiga, Vistes, Naiden, etc. no son errores gramaticales, ni inexactas, son simplemente formas de hablar que vienen de muy antiguo.

Por lo tanto quienes las aprendieron a usar es porque vienen de poblaciones dónde alguna vez así se habló, era un español antiguo.

Y es triste que mucha gente con títulos universitarios y supuestamente educada tiende a burlarse de quienes aún lo usan; cuando ellos son los primeros que deberían entender es parte de un lenguaje antiguo que muy probablemente sus abuelos, y más allá usaron normalmente.

P.D.: El libro es de Daniel Escorza Rodríguez y se llama “Ansina se dice, Ansina se escribe: historias e histerias del habla popular”

Texto de la imagen
El autor es Daniel Escorza Rodríguez, investigador y académico del INAH, México.

19/04/2024

Los vaqueros Mexicanos enseñaron a montar caballo a los Afroamericanos, a los indios nativos y a muchos gringos.
También les vendían rifles, pistolas, caballos y todo tipo de mercancías.
Los Mexicanos era los únicos que se atrevían a introducirse en territorio indio.
Mexicanos, Comanches y Afro-Americanos.
Formaron familias, crearon descendencia, intercambiaron su cultura, su música y sus cantos y de esas raíces tan profundas y diversas, también se nutrió el blues.
Adicionalmente se unieron para luchar por sus derechos y en contra de un enemigo común, el blanco intolerante y ra***ta del sur de los Estados Unidos.
El comanchero era sobre todo el comerciante Mexicano del norte y centro de Nuevo México, que hacía su vida comerciando con las tribus nómadas de los llanos, en el nordeste de Nuevo México y el oeste de Texas.
Los comancheros eran así nombrados porque los Comanches, en cuyo territorio comerciaban, eran considerados sus mejores clientes, pero no sus únicos clientes.
Intercambiaban productos manufacturados (herramientas y paños), instrumentos musicales, ropa, harina, tabaco y pan por pieles y ganado.
En el libro New Mexico Book of the Undead Gobin & Ghoul Folklore del autor Ray John de Aragón, se narra como existían dos grupos de Mexicanos Comerciantes:
Los Ciboleros, Mexicanos rudos y Horsemen, gente de a caballo, que cazaban bufalos, pumas, osos y ciervos, muy populares a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX.
The fearless Comancheros, los temerarios Comancheros, era el otro grupo, gente de caballo que se adentraba en el territorio Indio, para comerciar con los Comanches.
Los Comanches respetaban el valor de los Comancheros Mexicanos y su habilidad para la lucha, las armas y los caballos.
Muchos Corridos Mexicanos fueron compuestos en honor a los Comancheros Mexicanos.
Los Mexicanos residentes de la zona tocaban violín y guitarra y componían sus famosos Corridos Mexicanos.
Mexicanos, Afro-Americanos y Comanches hicieron alianza, convivían, mezclaron sus culturas e intercambiaron sus costumbres, comida, música y tradiciones.
Músicos como Charlie Patton, se estima tenían sangre Mexicana, India y Afro-Americana. Así lo afirmaba Howlin´Wolf.
Lo mismo dice Ron Wood, acerca de Hendrix, que tenía sangre Mexicana, India y Afro-Americana.
Lo cierto es que Mexicanos, Indios Comancheros y Cherokees y Afro-Americanos, formaron familias, crearon descendencia e intercambiaron su música y sus cantos.
De esas raíces tan profundas también se nutrió el blues.
En la Villa de El Duende (Goblin Town) cerca de Taos, los violinistas tocaban Folk Music.
Canciones como La Entrega de los Difuntos.
Variaciones de la historia de La Cenicienta y de La Llorona. Juan Verdades y La Hija del Diablo.
En México, varios investigadores estiman que la Llorona, como personaje de la mitología y de las leyendas Mexicanas, tiene su origen en algunos seres o deidades prehispánicas como Auicanime, entre los purépechas; Xonaxi Queculla, entre los zapotecos; la Cihuacóatl, entre los nahuas; y la Xtabay, entre los mayas lacandones.
Junto con La Adelita y La Cucaracha, La Llorona se convirtió en un canto popular muy utilizado pero, a diferencia de las demás, existen muchas versiones, cada una con letra distinta.
The Comanchero Frontier: A History of New Mexican-Plains Indian Relations.
This is a history of the Comancheros, or Mexicans who traded with the Comanche Indians in the early Southwest. When Don Juan Bautista de Anza and Ecueracapa, a Comanche leader, concluded a peace treaty in 1786, mutual trade benefits resulted, and the treaty was never afterward broken by either side. New Mexican Comancheros were free to roam the plains to trade goods, and when Americans introduced, the Comanches and Mexicans even joined in a loose, informal alliance that made the American occupation of the plains very costly. Similarly, in the 1860s the Comancheros would trade guns and ammunition to the Comanches and Kiowas, allowing them to wreck a gruesome toll on the advancing Texans.

17/04/2024

SITIADO - última fotografía vivo de Maximiliano. Murió fusilado en el Cerro de las Campanas junto con los traidores a la Patria Miramón y Mejía, el 19 de junio de 1867, tras el sitio de Querétaro realizado del 6 de marzo al 15 de mayo del mismo año de 1867, con su fallido intento de imperio napoleónico en México.

17/04/2024

MORELOS - Zapatistas en la locomotora núm. 739 del Ferrocarril Central de México rumbo a Cuernavaca. 1911
ph - Hugo Brehme

17/04/2024

TORREÓN, 1912 - Pancho Villa y Raül Madero, en vísperas del plan de ataque contra las tropas de Pascual Orozco, sublevadas contra el gobierno democrático.

17/04/2024

ZAPATISTAS - Desfile triunfal abanderado de las tropas frente a Palacio Nacional en la ciudad de México. 6 de Diciembre de 1914

17/04/2024

REVOLUCIÓN - Pancho Villa y sus tropas en la toma de Ojinaga, contra la usurpación. 1913

17/04/2024

El General Inés Chávez Garcia y su Estado mayor

Uno de los bandidos más brutales en la época de la Revolución Mexicana fue, sin duda alguna, José Inés Chávez García. Tan solo escuchar que el forajido estaba cerca, provocaba un gran temor entre los pobladores del Bajío michoacano y del sur de Guanajuato en aquellos días. Por eso comenzaron a llamarlo “el terror de Michoacán”.

General José Inés García Chávez fue un militar y bandido mexicano que participó en la Revolución mexicana. Se le conoció como el "Atila de Michoacán" o el "Atila del Bajío".

Debido a su baja extracción social sus orígenes son difíciles de localizar. Se sabe que nació en el rancho Godino, en el municipio de Purepero de echaiz Michoacán, el 19 de abril de 1889. Hijo de Anacleto García y de Bartola Chávez. Algunas versiones indican que fue soldado de leva en el Porfiriato y así combatió a Santana Rodríguez Palafox en Veracruz (México). Aunque otras indican que abandonó su lugar de origen para mudarse a Zacapu, a buscar empleo e ingresó al cuerpo de rurales maderistas. Allí conoció a Gertudris Sánchez, Joaquín Amaro y Anastasio Pantoja con quienes estaría ligado.

Se levantaron contra Victoriano Huerta. Durante 1913, Pantoja y Chávez García estuvieron juntos en la toma de Pátzcuaro. Para 1914, se encontraba operando en Michoacán bajo las órdenes de Francisco Cárdenas. A finales de ese año ocurre un hecho trascendental en su carrera.

En diciembre, los carrancistas y villistas toman la Ciudad de México, lo que obliga a los carrancistas de las zonas aledañas a replegarse, por ello el general Francisco Murguía, que estaba en Toluca se debía dirigir a Jalisco y en ese trayecto tendría que pasar por Morelia, ciudad sitiada por sus compañeros Gertudris Sánchez y Anastacio Pantoja. El enfrentamiento entre ambos grupos se pudo evitar, firmándose un pacto en donde Sánchez reconocía a Venustiano Carranza como Primer Jefe. Sin embargo, al momento que Murguía abandonó la ciudad fue emboscado por Amaro y Pantoja. Amaro no fue fusilado pues se pasó al bando constitucionalista y terminó culpando a Pantoja por el incidente. Chávez García y Pantoja fueron aprehendidos, el segundo fue fusilado sin miramientos pero cuando los carrancistas iban a ultimar a Chávez García, este fue salvado por la intercesión de uno de los amigos del general Alfredo Elizondo, gobernador de Michoacán.​ Posteriormente se levantó en armas como villista sin serlo (de 1915 a 1918). Operó en la abajeña de Michoacán y en los límites con Jalisco y Guanajuato, y llegó a contar con miles de hombres. Sus procedimientos eran de guerrillero y de bandido, sus mayores éxitos los alcanzó en 1917.

El ejército de García Chávez fue temido en las regiones de Michoacán, Jalisco y Guanajuato, por las carnicerías de las que eran autores, además de su total falta de misericordia por mujeres y niños. Entre 1915 y 1918, Inés Chávez, dejó en cenizas los poblados de Apatzingán, Paracho, Cotija y Degollado, dándose a conocer como "El Atila de Michoacán, Jalisco y Guanajuato", al mando de su ejército, conocido como "Los Leopardos Pintados", que a su paso dejaban un ola de violencia y destrucción, incendiando los poblados que se le resistieran y asesinando o torturando a aquellos que no estuvieran de acuerdo con ellos.​ Entre algunos de sus compañeros se encuentra a Rafael Narés "El manco", Jesús Zepeda "El tejón", Luis Gutiérrez "El chivo encantado" y Jesús Cintora. Este grupo fue uno de los grandes problemas que tenía que enfrentar el constitucionalismo para restablecer el orden en la región de Michoacán. Para 1917, García Chávez dominaba grandes regiones de este estado. Sus ataques se hicieron más fieros, pues también se dedicaba a asaltar haciendas.

A finales de 1918, García Chávez sufre su primera derrota en Peribán, donde pierde a su compañero Rafael Narés. A este suceso se agrega el empuje del entonces coronel Lázaro Cárdenas en contra de los alzados, así como las campañas encabezadas por el general Enrique Estrada con fuerzas provenientes del norte del país y el azote de la gripe española, lo que terminó por diezmar a las fuerzas restantes de García Chávez.

Hay varias versiones en torno a su muerte. Se apunta que murió en 1918 en la batalla de Huandacareo, el 8 de enero de ese año, después de haber asaltado varios poblados de la región. Otra versión es que murió en la Presidencia de Purépero Michoacán, el 11 de noviembre de 1918 a las 5:30 de la tarde. El padre Francisco Esquivel en su libro "Inés Chavez Mu**to" relata la historia de la muerte del bandolero, de la cual él fue testigo ocular. En el mismo libro nos da cuenta de las razones por las cuales Inés Chávez nunca causó desmanes en Purépero, algunas de las cuales eran que familiares de su estado mayor tenían familia viviendo en Purépero. Otra historia en el mismo libro cuenta acerca de sus visitas al poblado cada vez con más de sus seguidores. En una ocasión el integrante de la orquesta de Purépero Pedro Ortega, relata de cuando habían regresando de terminar una "tocada" en Panindícuaro se toparon con Inés Chávez quien les pidió unas canciones para él y su tropa. También se apunta a que murió en Uriangato, Guanajuato, donde fue derrotado el 24 de junio de 1918. Quizás fue el principio del fin del bandolero aunado a la influenza española que contrajo.

Contrario a lo esperado, su muerte no fue resultado de alguna de sus andanzas sino que fue víctima de la epidemia de influenza española. Fue esta enfermedad la única que consiguió derrotar al bandido.

Antes de morir, según narran quienes estuvieron presentes, el bandido dijo: “Yo no creo que alcance perdón, dicen que soy un diablo [de igual forma] díganle al señor cura que venga”. El 11 de noviembre de 1918, después de su hacer su confesión y de recibir los sagrados óleos, el bandido murió en Purépero, Michoacán. Tenía solo 29 años de edad. Al mes siguiente de su muerte, la dispersión de la gavilla chavista era casi absoluta.

Fragmento narrado
El niño se frotaba los ojos de cansancio, escondido tras el grueso tronco del árbol en un promontorio. No debía dormirse para poder cumplir su misión, pues desde ahí podía observar el llano tras un maizal.

En el horizonte rosado la oscuridad terminaba con los primeros rayos del amanecer. Y entonces los vio, silenciosos en filas compactas acompañados por el relincho de los caballos, eran los “Tigres pintados”, las tropas del general michoacano José Inés Chávez García, a quien los periodistas de Morelia habían bautizado con el mote de “El Atila del Bajío”, el cual combatía y saqueaba bajo la bandera del villismo.

El niño corrió todo lo que pudo para dar la voz de alarma. Las campanas de Huandacareo repicaron y los pobladores sabían qué hacer organizados en el Cuerpo de Defensores. Las familias se concentraron en cuatro puntos del poblado, donde habían construido unas torres en las que guardaron municiones y en dos de ellas unos pequeños cañones hechizos construidos por un improvisado ingeniero de la localidad. Desde las mirillas de las torres, como de un castillo medieval, se iban a turnar los tiradores.

La campaña chavista era implacable. Después de pelear en la batalla de Celaya al lado de Pancho Villa, atacó La Piedad en 1916 y después tomó Paracho, Tacámbaro, Numarán, Monteleón, asaltó Degollado, Tangancícuaro, Santiago Tanganmandapio, Sahuayo, Moroleón, Santa Ana Maya, Cuitzeo, Zamora, Jiquilpan, Pátzcuaro, innumerables haciendas, y a principios de 1918 incluso llegó a amenazar la ciudad de Morelia.

Siempre que las tropas del general Chávez atacaban los pueblos de esas regiones, la defensa era desesperada e inútil. Este hombre de cuerpo enjuto, feroz y silencioso, había demostrado no tener ninguna clase de piedad.

Con sus hombres acostumbraba el saqueo, el incendio, la tortura a los vencidos, las mutilaciones, las violaciones a las mujeres de los pueblos caídos, tan acostumbradas por los villistas, eran singularmente crueles al ser cometidas de manera tumultuaria por los “Tigres pintados” de Chávez quienes se caracterizaban por su sadismo, por el resentimiento exacerbado que demostraban.

Las imágenes eran horrendas. Pedía que le dieran de comer después del fragor del combate. Y así Inés Chávez comía con tranquilidad sus alimentos en una mesa improvisada de la plaza en medio de los incendios, frente a los colgados de los árboles, oyendo los alaridos salvajes del saqueo y los gritos de súplica de las mujeres.

Después de que hizo prisioneros a los integrantes de un cuarteto de música clásica que atrapó en el asalto a un tren, los obligaba a tocar sonatas de Mozart ahí, en la plaza de sus victorias. Y también “La Adelita”, que le gustaba especialmente y tarareaba.

En su Estado Mayor estaban Macario Silva, de quien se decía era hijo de un coronel del Ejército de Maximiliano, Manuel Roa, que cabalgó con Villa en el norte, el Manco Nares, Fidel González, el más sanguinario de todos apodado el "Chivo Encantado", vestido con su traje de charro con adornos de plata y cuya cabeza sería exhibida para mostrar la muerte de un bandido; también su verdugo personal, Trinidad Ávalos. Chávez tuvo a su enano, como Villa a su Fierro, como Zapata a su Coronela, un psicópata que disfrutaba torturando prisioneros y llevaba la cuenta de los hombres que personalmente había ahorcado en los árboles de Morelos.

A veces los “Tigres pintados” amarraban a sus prisioneros en estacas a lo largo de un camino. Y las tropas apostaban con algarabía a ver a cuántos mataba Trinidad Ávalos, el enano de Chávez, con su sable, montado a pelo del caballo y a todo galope.

Y en los atardeceres ociosos de la guerra, Inés Chávez se quitaba las botas polvorientas y sentado en una piedra ante el crepúsculo estiraba las cortas piernas y descansaba mientras el enano le hacía leves cosquillas en las plantas de sus pies con una pluma de gallina.

Chávez atacó Huandacareo. Los defensores no llegaban a cien. Chávez se desconcertó. Sus jinetes eran abatidos y los pequeños cañones hacían daño en sus filas. Siguió mandando al estilo villista oleadas de atacantes y desde las torres, disciplinadamente, heroicamente, los defensores mantenían la resistencia. El combate duró varias horas. Un arriero le avisó a un regimiento de federales: “Chávez no puede con ellos, pero ya van a caer porque se les acaban las balas”. Los federales decidieron ir al lugar del combate y atacaron por la espalda las tropas de Chávez. Esta ayuda inesperada hizo vencer a los defensores.↵Chávez nunca regresó a tomar venganza de ese pueblo. Con él cabalgaron más de dos mil demonios. Murió por la influenza española.↵Un cura se acercó en su agonía y él le dijo: “Váyase, padre, yo soy el Diablo”. Y le hicieron corridos como a su aliado Villa. Durante muchos años los defensores y los hijos de los defensores conmemoraron esa batalla en Huandacareo donde la gente, no los mitos, pelearon en una época de revuelta y caos, por su libertad, por su honor, por su paz.

Yo conocí a ese niño —el que le avisó a su pueblo la presencia de los tigres pintados—, convertido en un anciano de pelo blanco y vestido con su mono azul como mi abuelo materno, también un arriero de la región. Aunque durante muchos años olvidé su historia.

Dos torres persistieron muchos años como ruinas, muros con hierba en el silencio de las estaciones, enhiestos ante el tiempo, los imagino como un monumento.

Referencias:
- Contreras Tirado, B. (1986). Muerte y fulgor del general José Inés Chávez García. México, D.F: Editorial Polis.

- Esquivel, Francisco, Ines Chavez Mu**to, Purepero Michoacán.

- Galván López, R. (1976). El verdadero Chávez García. México: Talleres de Imprenta Arana.

- Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. (1990). Diccionario Histórico Y Biográfico De La Revolución Mexicana.

- Ochoa, A. (2011). Chávez García, vivo o mu**to... (Cuarta edición ed.).

- Ochoa, A. (1990). La violencia en Michoacán : Ahí viene Chávez García. Morelia, Michoacán, México: Gobierno del Estado de Michoacán, Instituto Michoacano de Cultura.

17/04/2024

Emiliano Zapata y su Estado mayor en el Hotel Alvarez hoy Mesón Zapata Municipio De Chilapa de Álvarez, Guerrero en Marzo de 1914

Fotografía: Amando Salmerón

06/01/2024

El rostro de la inocencia. Nuestra niñez mexicana. Ca 1890.

14/12/2023

AMADOR SALAZAR.

Nació en Cuernavaca, Morelos el 30 de abril de 1868, primo hermano de Emiliano Zapata, estudió la escuela primaria en Yautepec, Morelos, al igual que la mayoría de los campesinos morelenses, trabajó como peón en la hacienda de Pablo Escandón. Entre los años 1903 y 1905 defendió a los campesinos del despojo de sus tierras cometido por Escandón. Debido a este atrevimiento o por hacer uso de su fuerza desmedida contra los uniformados, fue mandado por medio de la leva al cuartel del Campo de Tiro de San Lázaro, de donde lo rescato su padre mediante el pago de una gran suma de dinero.

En abril de 1910 se unió a los rebeldes zapatistas, con su propio grupo armado, para pelear contra el gobierno Porfirista. Participó en la toma de Cuautla del 12 al 19 de mayo, batalla que junto a la toma de Ciudad Juárez, decidieron la renuncia de Porfirio Díaz de la presidencia.

Amador Salazar acompañó a Zapata a Ayoxustla, Puebla, lugar donde se redactó el Plan de Ayala el 28 de septiembre de 1911.

Durante un juego de cartas en mayo de 1912, entre Amador Salazar y Felipe Neri, decidieron que el perdedor se encargaría de retar al jefe de la guarnición federal de Yautepec, Ramón Castro. Amador perdió el juego pero ganó el duelo contra Castro al ser más certero en sus disparos.

Peleó contra huertistas y carrancistas recibiendo el grado de general de división, del 11 de marzo al 2 de agosto de 1915 ocupó el cargo de Comandante Militar del Valle de México.

El 16 de abril de 1916, regresaba de Yautepec después de realizar un reconocimiento de rutina, una bala perdida se le incrusto en el cuello, el tiro fue mortal pero el cuerpo de Salazar se mantuvo en la montura, hasta que el sombrero de charro se le cayó sus hombres se dieron cuenta de que Amador Salazar había mu**to. Jorge Cabrera Vargas.

14/12/2023

"En la vida ni se gana ni se pierde,
ni se fracasa
ni se triunfa.
En la vida se aprende,
se crece,
se descubre;
se escribe,
se borra y
se reescribe otra vez;
se hila,
se deshila y
se vuelve a hilar.
El día que comprendí
que lo único que me voy a llevar es lo que vivo, empecé a Vivir lo que me quiero llevar".

Poesía Purepecha.

Profile pictures 14/12/2023

Pancho Villa In Presidential Chair And Emiliano Zapata Palacio Nacional Mexico City December 6 1914

Timeline photos 14/12/2023

CUANDO UN SUEÑO MUERE ES POR QUE SE HA HECHO REAL

EMILIANO ZAPATA 14/12/2023

GENERAL EMILIANO ZAPATA- Emiliano Zapata Salazar (1879-1919) was a leading figure in the 1910 Mexican Revolution - Emiliano Zapata was born on 8 August 1879 to Gabriel Zapata and Cleofas Salazar of Zacatepillo. His family was of mixed origin, having European and Native American descent. Zapata family was a typical Mestizo family and Emiliano Zapata’s family especially belonged to Nahua and Spanish ancestry. Zapata had nine siblings and he was the ninth among 10 children in his family. Zapata spent a hard and poor childhood having been born to a peasant family. He witnessed severities rampant in his nation since his childhood. Zapata was tutored by his teacher, Emilio Vara and so he had limited education. He had to take responsibilities of his family at a very young age as his father had died when he was 17.

14/12/2023

General Felipe Angeles - on left

Service with Villa

General Ángeles became one of Villa’s principal military and intellectual advisers. He participated as Chief of Artillery in the great military triumphs of 1914: the capture of Torreón, the Battles of San Pedro de las Colonias and Paredón, and the capture of Zacatecas in May 1914. Just before the attack on Zacatecas, Ángeles played a major role in the so-called ‘disobedience of the generals' of the Division of the North, countermanding Carranza’s order to halt their advance on Zacatecas and Mexico City. The generals’ 'disobedience' ensured the defeat of Huerta’s army, but precipitated a split between Carranza and Villa.

After the defeat of Huerta, Ángeles participated in the October 1914 Convention of Aguascalientes as Villa’s representative. The Convention of Aguascalientes, called to bring an end to hostilities, resulted in a complete break between Villa and Carranza.Ángeles remained with the Villa faction as civil war broke out again in early 1915. Ángeles, in his first independent command, captured the city of Monterrey in January 1915.However, Villa's forces were decisively defeated in the spring of 1915 by Carranza’s General Obregón, and Ángeles was forced to flee Mexico and settle in exile in Texas. There he attempted to make a living as a dairy farmer.

While in Texas, he joined the Liberal Mexican Alliance, which sought to bring together exiles of various ideological persuasions linked by the common aim to stop the war and form a coalition government.When World War I ended in November 1918, Mexico under Carranza was still engaged in civil war. Ángeles became convinced that the United States would invade and occupy Mexico if the combatants could not reach a peace accord.In December 1918, Ángeles returned to Chihuahua clandestinely and joined up again with Pancho Villa. Villa at this time no longer commanded an army, but instead was only able to conduct guerrilla raids. He was then being pursued by both the Mexican and American military. Ángeles, a conciliator, pacifist, and philanthropic socialist wanted peace, but he was unable to convince Villa to cease hostilities.

Final year, trial and ex*****on

After Villa’s raid on Ciudad Juárez in June 1919 (in which Ángeles did not participate), Ángeles became despondent that there was no solution to the long and bloody civil war. Tired, ill, and very disillusioned, he departed Villa’s camp. Wandering for a time without funds or support, he was betrayed and arrested by the Carranza government. He was court-martialed in a show-trial in Ciudad Chihuahua. Knowing that Carranza would never pardon him, Ángeles made a heroic and impassioned defense in response to his enemies’ case for the prosecution. At 10:45 pm on November 25, 1919,the court-martial condemned him to death, and on November 26, 1919, in front of the state penitentiary in Chihuahua, he was executed.

Our Story

The Mexican revolution was a period of instability and civil war in Mexico which began with popular rejection of Dictator Porfirio Diaz in 1910 -The Mexican Revolution was a major armed struggle . 1910–1920 radically transforming Mexican culture and government.

Although recent research has focused on local and regional aspects of the Revolution, it was a "genuinely national revolution." Its outbreak in 1910 resulted from the failure of the 35-year long regime of Porfirio Díaz to find a managed solution to the presidential succession. This meant there was a political crisis among competing elites and the opportunity for agrarian insurrection.Wealthy landowner Francisco I. Madero challenged Díaz in the 1910 presidential election, and following the rigged results, revolted under the Plan of San Luis Potosí.Armed conflict ousted Díaz from power and a new election was held in 1911, bringing Madero to the presidency.

The origins of the conflict were broadly based in opposition to the Díaz regime, with the 1910 election becoming the catalyst for the outbreak of political rebellion. Begun by elements of the Mexican elite hostile to Díaz, led by Madero and Pancho Villa, the revolution expanded to the middle class, the peasantry in some regions, and organized labor.In October 1911, Madero was overwhelmingly elected in a free and fair election. Opposition to the Madero regime increased from both the conservatives, who saw him as too weak and too liberal, and from former revolutionary fighters and the dispossessed, who saw him as too conservative.

In February 1913 Madero and his vice president Pino Suárez were forced to resign and were assassinated. The counter-revolutionary regime of General Victoriano Huerta came to power, backed by the United States, business interests, and other supporters of the old order. Huerta remained in power from February 1913 until July 1914, when he was forced out by a coalition of different regional revolutionary forces. When the revolutionaries' attempt to reach political agreement failed, Mexico plunged into a civil war (1914–1915). The Constitutionalist faction under wealthy landowner Venustiano Carranza emerged as the victor in 1915, defeating the revolutionary forces of former Constitutionalist Pancho Villa and forcing revolutionary leader Emiliano Zapata back to guerrilla warfare. Zapata was assassinated in 1919 by agents of President Carranza.

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