Centro de sanación integral Nuevo Amanecer

Amarte es elegirte. ¿Qué quiere decir elegirte? Que cada vez que intenten hacerte sentir mal, te retires y te vayas con la mejor compañía: La tuya. Elegirte no es un acto egoísta, es un acto necesario para tu autoestima. Que no te hagan creer lo contrario. Las personas que tienen el mayor escudo emocional para protegerse del rechazo social son aquellas que respetan el alma de su madre y que las personas que tienen el mayor escudo mental para protegerse del juicio social son aquellas que respetan el alma de su padre. Los padres se convierten en escudos para nuestra psique cuando los honramos o bien se convierten en piedras para nuestra psique cuando los juzgamos. Haz la prueba. Visualiza a tu madre detrás de tí. Dile: “Te respeto. Tu alma es mi escudo emocional”.
Luego visualiza a tu padre detrás de tí. Dile: “Te respeto. Tu alma es mi escudo mental”. Por último imagina el mundo frente a ti. ¿Cómo es mirar hacia el mundo cuando dispones de un escudo en tu mente y de un escudo en tu corazón? Estos escudos no son para volverte inaccesible. Estos escudos son para cuidar de ti mismo. Dile al mundo: “Estoy preparado”. Esta es la fuerza que necesitas para tomar tu sitio dentro de la sociedad. No lo olvides: Elígete cuando no te traten bien y marchate las veces que sean necesarias. ¿A dónde? A tu casa interior. Visualiza un lugar, un paisaje que te haga sentir la sensación del hogar. Te dices: “Mi paz es lo primero”.
~Ismael Sanchez

~CONFIA~
Entre más buscas evidencias de tu seguridad, más las encuentras.
Dios y los ángeles cuidan de tí constantemente, siempre guíandote y protegiéndote. Ten fe en Dios, en tí, en tu intuición, en tus sueños.
Afirma que tu y tus seres queridos están protegidos en todo momento, porque tienes fe en Dios.

No tenemos ningún control sobre la vida. Lo único que está bajo nuestro control es decidir la actitud con la que enfrentamos nuestra existencia.
Y en esencia hay dos maneras:
1)Actitud de lucha.
2) Actitud de rendición ante la vida.
¿De qué depende pasar toda la vida nadando contracorriente, o bien a favor de la corriente?
De nuestra colocación interna con mamá.
Muchas personas pasan años y años peleando internamente con su madre: con su destino, con su forma de ser, con sus circunstancias, con lo que hizo o no hizo. ¿Y luego, cómo encaran la vida? De la misma manera, peleando, en modo "lucha"; con el agotamiento emocional y físico que eso conlleva. ¿Qué frase invisible le decimos a mamá, que nos lleva a vivir en el enojo permanente con el devenir de la vida?
“Mamá, yo en tu lugar lo hubiera hecho mejor que tú”. Esta frase nos impide rendirnos a la vida tal y como viene, nos impide aceptar los cambios de la vida. Solo las personas que respetan el alma de su madre pueden inclinarse ante los cambios. Es decir, inclinarse con humildad a que la vida NO nos ha sido dada para vivirla a nuestro antojo; sino para ser vivida como la vida espera de nosotros. Esta rendición hacia la vida nos prepara para tomar y manifestar el plan sagrado de nuestra alma, aunque nuestro ego no esté de acuerdo.
Te propongo un decreto sanador:
Imagina a tu madre frente a ti. Detrás de ella el cambio, eso que la vida desea de ti. Primero dile a tu madre: “Así como me has sido asignada por algo más grande, es perfecto”.
Luego mira el cambio y dile: “Lo acepto aunque no lo entienda”.

Renuncia al miedo, a la ira, a la confusión. Pero no a tu paz, no a tu claridad, no a tu ser.

Hay dos maneras de vivir la vida:

1)Desde la conciencia :
"Hoy es el primer día del resto de mi existencia, y tengo la oportunidad de hacerlo bien."

2) Desde la inconsciencia:
"Hoy es el último día de mi existencia tal y como siempre la he vivido."

-Maestro,
Están pasando cosas terribles en el mundo, y no sé que hacer.
Me pongo triste. No se cómo ayudar. No quiero hacerme de la vista gorda y tal vez me siento culpable por estar bien cuando otros están pasándola muy mal.

El Maestro contestó:

-En la noche, cuando te vas a tu cuarto, apagas todas las luces de la casa, pero enciendes la de tu cuarto.

Ya no estás en la cocina.
Ya no estás en la sala.

Estás en tu habitación.
Donde te corresponde estar en ese momento.
Y ahí enciendes la luz para no estar a oscuras antes de dormir.

Así es en el mundo.
Si, hay guerras; pero si tu no estás ahí, es porque no te corresponde estar ahí.
En el lugar en donde estés, enciende tu luz.

Si tienes algo para compartir, compártelo.

Si tienes algo valioso que aportar al mundo, hazlo.

Si eres sabio y puedes dar consejos, dalos a quien los necesite.

Si, hay muchas cosas feas allá afuera;
tú se parte de la belleza de la vida.

En la Tierra hay desiertos y hay mares.

Si te tocó ser parte del mar,
¿porqué te preocupas por los del desierto?

Si te tocó ser parte del desierto,
¿porque te preocupan los de los mares?

Cada quien está donde le corresponde estar. Llámale karma, destino, propósito.

Si algo no existe en el universo es la injusticia. Todo tiene un orden Divino.
Detrás del aparente caos externo; hay un orden Divino, hay leyes inmutables que nada tienen que ver con las leyes de este mundo ilusorio y pasajero.

Si no estás en un lugar,
Es que no tienes que estar ahí.
Si alguien no está donde tu estás,
es porque le corresponde estar en otra parte.

En la guerra no todos mueren.
Y dónde no hay guerras, la gente también muere de otras causas.

Muere el que tiene que morir.
Vive el que tiene que vivir.

¿Porqué sentirse culpable?
O acaso tú decides quien vive o quién muere?

¿Cuál es tu responsabilidad?
-Solo cumple con lo tuyo.
Que a eso veniste.
Y por eso estás en donde estás.

Enciende tu luz.
Se parte de la solución; no del problema.
-Dijo el maestro.

El mundo, cuando está a oscuras, necesita más luces encendidas.
Enciende tu luz 🎇

Deja atrás todo aquello que significó un aprendizaje doloroso para ti.
Suelta y libera.

Es como pedirte que volteés hacia atrás y veas el camino que ya has recorrido; en esos pasos has tenido la opción y la oportunidad de ir soltando ó no las piedras para seguir recorriendo tu camino más liviano, sin tanta carga.

Te pido que realices este ejercicio para que te centres cada día y te preguntes: ¿Estoy viajando ligero?
¿Cuántos kilos de piedras he estado cargando?
¿Este peso que traigo encima, me ayuda a ser feliz?
¿He podido soltar aquello que ya no me hace bien?
¿He podido dejar atras el dolor del pasado?
Y otras preguntas que puedan llegar a tu mente.

Según lo que repondas a cada pregunta, puede ayudarte a ver qué tanto dolor eres capaz de soltar y ocuparte más por tu felicidad en el presente, que ocuparte por lo que te dañó en su momento y que por lo tanto, has alargado y arrastrado ese dolor al presente, por seguir cargando esas piedras.

No importa la etapa de tu vida en la que se originó cada piedra; lo que importa es el sufrimiento que te ha ocasionado el seguir cargando ese costal de piedras hasta ahora.

Pídeme ayuda para poder sanar y dejar atrás todo aquello que te está atormentando; sea grande o pequeño, eso no importa. Solo enfócate en tu decisión de querer sanar; de perdonarte por el daño que te haces cada vez que vuelves a abrir las heridas con recuerdos dolorosos.

~Zadquiel.

Al perdonar sanamos.
Al soltar lo que nos daña crecemos.

El aprendizaje que te cambiará la vida: Poner límites. ¿Por qué es tan difícil? Porque poner límites nos hace sentir "malos".
El primer límite que transformará tu vida es con los padres. "Separar" aquí se vuelve un ejercicio interior imprescindible y humilde.
¿Qué separas? El dolor de tus padres de tu dolor.
Las cargas de tus padres de tus cargas.
Los bloqueos de tus padres de tus bloqueos.
Las angustias de tus padres de tus angustias.
Te voy a dar un pensamiento alentador: Cada quién encierra en su alma la fuerza y la sabiduría que necesita para afrontar su destino.
Pero de niños, por amor ciego e infantil empezamos a llevar por nuestros padres sus asuntos no resueltos.
¿Ahí, el pensamiento infantil cual es?
- "Puedo salvar a mis papás. Puedo unir a mis papás. Puedo hacer felices a mis papás".
El ego infantil se cree omnipotente.
Un niño no conoce los límites. Un niño se mueve desde el parámetro interior: "todo es posible". Pero el ejercicio interior aquí es ubicarnos en el adulto emocional y consciente. Y con amor decirle a nuestro niño interior una frase sanadora: "Te libero de ocuparte de mamá y papá. Te libero de ocuparte de los demás. A partir de ahora yo me ocupo de tí. Yo te guio".
El siguiente paso es poner límites a los demás. Desde el adulto que se hace cargo de su niño interior, esto si es posible. Asumes que tu libertad interior, tu libre albedrío es decir NO cuando sientes que es un NO y decir SÍ cuando sientes que es un SÍ.
Dices que no, aún con culpa.
Dices que sí, aún con culpa.
El adulto sostiene la culpa.
No retrocede. Se mantiene firme.
Se hace cargo de sus decisiones.
Te dices una frase sanadora:
"Me permito invitar a salir de mi vida a toda persona manipuladora. Me permito invitar a que se quede en mi vida toda persona sanadora".
~Ismael Sanchez