La pila de combustible de agua es un diseño tecnico creado por el estadounidense Stanley Allen Meyer. Y no ha sido el único en atribuirse tal logro.
Meyer invento un automóvil adaptado con el dispositivo para usar agua como combustible en lugar de gasolina y eliminar el el petroleo por completo. El motor de agua
Las negras expectativas de futuro en lo que a combustibles fósiles se refiere, el paulatino encarecimiento del petróleo (el paréntesis provocado por la crisis no va ha frenar la evolución creciente de su precio) son motivos más que s
uficientes para incentivar la búsqueda de alternativas energéticas. Y precisamente es este entorno el que favorece el regreso de un “clásico” de las seudociencias: el motor de agua, es decir el uso del agua como combustible. Dos son las líneas fundamentales que se siguen para defender esta idea, la utilización de un proceso químico para la obtención de hidrógeno a partir del agua, o la electrólisis. En realidad el agua no puede ser utilizada como combustible directamente. Esta verdad de Perogrullo, por increíble que parezca, es ignorada por personas que, por su cultura, no deberían tener la más mínima duda. En realidad el agua puede ser considerado el equivalente a la ceniza de la combustión del hidrógeno y el oxígeno, los reductor y oxidador por antonomasia. Así pues partir del agua para obtener un combustible requiere descomponer el agua para liberar el hidrógeno, que será posteriormente utilizado en una combustión que nuevamente dará como producto final agua. Así pues el motor de agua puede derivarse en dos opciones: un motor de hidrógeno que puede ser de combustión interna (quizás el de más difícil desarrollo puesto que la reacción hidrógeno + oxigeno es explosiva) o mediante la celda de combustible, en la que la reacción de los dos elementos está controlada y genera electricidad, es decir estaríamos ante un vehículo eléctrico. Pero sea cual sea lo opción final, el tema se plantea como el objeto de una conspiración maquiavélica en la que están implicados las empresas petroleras, los gobiernos y todo el plantel científico y técnico.
¿Las pruebas? Las afirmaciones de inventores como Arturo Estévez, ingeniero extremeño que al inicio de la década de los 70 presentaba un supuesto motor que utilizaba agua y un ingrediente secreto (nunca reveló cual era) para su funcionamiento. Recientes investigaciones en varias universidades, ponen de nuevo sobre el tapete la discusión ¿Es o no posible dicha alternativa? Empecemos por la opción basada en la electrólisis. No voy a plantear un desarrollo basado en complicados cálculos que demuestren que la cantidad de electricidad (amperios/segundo) necesaria para producir el suficiente hidrógeno está fuera de los márgenes admisibles en la instalación eléctrica de un vehículo (aunque en realidad así sea). Voy a optar por un análisis más simple, pero también más contundente. Supongamos que fabricamos un vehículo que disponga de un circuito eléctrico (batería incluida) capaz de descomponer el agua en sus dos componentes, hidrógeno y oxígeno (suponemos a nuestro alcance un sistema de alto rendimiento y reducido tamaño y peso que permita su instalación en un vehículo, lo que es mucho suponer), y que utilizamos estos como combustible y comburente en el motor. La salida de gases de combustión estará formada por v***r de agua, que podemos recoger y nos servirá como alimentación de nuestro depósito de agua (precombustible).
¡¡¡Eureka!!! Acabamos de construir un móvil perpetuo de segunda especie. Un móvil perpetuo de primera especie es aquel que viola la primera ley de termodinámica. Sería aquel que, una vez ha recibido el impulso inicial, seguirá en movimiento para siempre, pero no realiza ningún trabajo. Un móvil perpetuo de segunda especie es el que, además de la primera ley de termodinámica, viola la segunda. Es aquel que además de lo expuesto, realiza un trabajo. Y este es el caso. Nuestro hipotético vehiculo se autoabastece. Mediante la electricidad de la batería genera la electrólisis, que a su vez proporciona el combustible y el comburente que hacen funcionar el motor, que alimentan la batería, restituye el agua original y produce un trabajo (nos transporta). Somos magos, creamos energía de la nada.