Artits_project
En Artits recuperamos tablas de skate en desuso y otros materiales y les damos una segunda vida, tra
Hay gente que va una vez a Marrakech y no vuelve más. Hay gente raruna. Esa gente se pierde lo mejor, porque es en la segunda vez, en la quinta y en la décima cuando más brilla. Sin presión. Ahí ya entramos en el terreno del amor.
Es domingo y en Rissani se celebra mercado desde tiempos inmemoriales. Su emplazamiento, junto al oasis de Tafilalt, fue clave para convertirse en una importante parada de las caravanas que conectaban el centro oeste de África con el Mediterráneo a través del Sáhara.
La atmósfera de este mercado no la he encontrado en ningún otro lugar de Marruecos. Una luz onírica, provocada por los rayos del sol filtrados en la techumbre de cañas, explosión de colores chillones, pasteles y una mezcla hipnótica de olores sobresaliendo la combinación de especias preparadas.
Tan ocre y tan áspera, como si no hubiera oasis en su desierto. El Sahara. Un sitio en el que, como pocos me siento como en casa .
Tan ocre y tan áspera, como si no hubiera oasis en su desierto. El Sahara. Un sitio en el que, como pocos me siento como en casa.
La primera vez que vine a Marruecos tenía 21 años. Llevaba todo el verano currando. Era septiembre y eran días de Ramadán. Luchamos contra el calor seco y las largas horas en autobuses que oscilaron entre chungos y muy chungos.
Comimos cuscús, tajine, pastilla, sopa harira, kefta y muchos dulces, tantos como para alimentar a un regimiento de osos de la miel. Corrimos muchas veces en mitad de la calle para llegar a un baño y aferrarnos a él muy fuerte, porque desoímos los consejos amigos, comimos y bebimos todo lo que pillamos y…luego ya se sabe…🤮💩
Nos habían dicho: que parezca que habéis estado aquí muchas veces, pero eso no era posible ni de broma. ¿Qué mi**da de consejo era ese? Perdidos en las medinas + sentidos colapsados de estímulos = cara de fliparlo todo el rato que nos delataba, y aun así, intentábamos fingir saber qué hacíamos.
Llegamos con la mochila a cuestas, casi de casualidad, pero sin duda ha sido uno de los azares más dichosos de mi vida. Disfruté perdiéndome en la Medina de Fez, y quede obnubilada por el espectác**o de Yamaa el Fna de Marrakech. Pero sobre, como dirían los mariachis me tentó a volver, volver, volveeeer.
Entre esa primera vez y esta novena, todo ha cambiado mucho. Se entremezclan un poquito de nostalgia y un algo de vértigo. Efectos secundarios del querer ir al revés y vivir hacia atrás.
Pero sabes que hay algunos lugares a los que estás condenada a regresar. Volver sobre tus propias huellas para encontrarte contigo misma, con tus recuerdos, olores e imágenes y ver cómo todo y nada ha cambiado, sobre todo tú.
La primera vez que vine a Marruecos tenía 21 años. Llevaba todo el verano currando. Era septiembre y eran días de Ramadán. Luchamos contra el calor seco y las largas horas en autobuses que oscilaron entre chungos y muy chungos.
Comimos cuscús, tajine, pastilla, sopa harira, kefta y muchos dulces, tantos como para alimentar a un regimiento de osos de la miel. Corrimos muchas veces en mitad de la calle para llegar a un baño y aferrarnos a él muy fuerte, porque desoímos los consejos amigos, comimos y bebimos todo lo que pillamos y…luego ya se sabe…🤮💩
Nos habían dicho: que parezca que habéis estado aquí muchas veces, pero eso no era posible ni de broma. ¿Qué mi**da de consejo era ese? Perdidos en las medinas + sentidos colapsados de estímulos = cara de fliparlo todo el rato que nos delataba, y aun así, intentábamos fingir saber qué hacíamos.
Llegamos con la mochila a cuestas, casi de casualidad, pero sin duda ha sido uno de los azares más dichosos de mi vida. Disfruté perdiéndome en la Medina de Fez, y quede obnubilada por el espectác**o de Yamaa el Fna de Marrakech. Pero sobre, como dirían los mariachis me tentó a volver, volver, volveeeer.
Entre esa primera vez y esta novena, todo ha cambiado mucho. Se entremezclan un poquito de nostalgia y un algo de vértigo. Efectos secundarios del querer ir al revés y vivir hacia atrás.
Pero sabes que hay algunos lugares a los que estás condenada a regresar. Volver sobre tus propias huellas para encontrarte contigo misma, con tus recuerdos, olores e imágenes y ver cómo todo y nada ha cambiado, sobre todo tú.
Fez es aún la más virgen y menos modernizada medina del mundo árabe y uno de los mayores espacios libres de vehíc**os del planeta, aunque eso está cambiando.
Al entrar en ella hay que dejarse invadir por las sensaciones y flotar con ellas. Olores, colores, formas, palabras y cantos que sirven para llamar a la oración. Los mismos cantos que llevan retumbando en las paredes de las mezquitas y en las piedras de las murallas desde hace más de un milenio. Perderse aquí no es una opción, lo difícil es encontrarse entre sus laberínticas calles.
Los mercaderes arrastran los carros por las intrincadas calles de la Medina, dejando a su paso un anestesiante aroma a fruta; los curtidores tiñen a mano las pieles apestando las calles con su olor hediondo pero dibujando una hipnótica paleta de colores en su paisaje crema; y los burros aún son capaces de parar el tráfico. Lo bonito entre medias de lo atroz.
Complicada. Confusa. Caótica. Intensa. Por eso, aun no ha desaparecido su alma y su corazón. Cierro los ojos y me traslado a un mundo medieval ✨
Fez es aún la más virgen y menos modernizada medina del mundo árabe y uno de los mayores espacios libres de vehíc**os del planeta, aunque eso está cambiando.
Al entrar en ella hay que dejarse invadir por las sensaciones y flotar con ellas. Olores, colores, formas, palabras y cantos que sirven para llamar a la oración. Los mismos cantos que llevan retumbando en las paredes de las mezquitas y en las piedras de las murallas desde hace más de un milenio. Perderse aquí no es una opción, lo difícil es encontrarse entre sus laberínticas calles.
Los mercaderes arrastran los carros por las intrincadas calles de la Medina, dejando a su paso un anestesiante aroma a fruta; los curtidores tiñen a mano las pieles apestando las calles con su olor hediondo pero dibujando una hipnótica paleta de colores en su paisaje crema; y los burros aún son capaces de parar el tráfico. Lo bonito entre medias de lo atroz.
Complicada. Confusa. Caótica. Intensa. Por eso, aun no ha desaparecido su alma y su corazón. Cierro los ojos y me traslado a un mundo medieval ✨.
Fez es aún la más virgen y menos modernizada medina del mundo árabe y uno de los mayores espacios libres de vehíc**os del planeta, aunque eso está cambiando.
Al entrar en ella hay que dejarse invadir por las sensaciones y flotar con ellas. Olores, colores, formas, palabras y cantos que sirven para llamar a la oración. Los mismos cantos que llevan retumbando en las paredes de las mezquitas y en las piedras de las murallas desde hace más de un milenio. Perderse aquí no es una opción, lo difícil es encontrarse entre sus laberínticas calles.
Los mercaderes arrastran los carros por las intrincadas calles de la Medina, dejando a su paso un anestesiante aroma a fruta; los curtidores tiñen a mano las pieles apestando las calles con su olor hediondo pero dibujando una hipnótica paleta de colores en su paisaje crema; y los burros aún son capaces de parar el tráfico. Lo bonito entre medias de lo atroz.
Complicada. Confusa. Caótica. Intensa. Por eso, aun no ha desaparecido su alma y su corazón. Cierro los ojos y me traslado a un mundo medieval.
África nos nos recibe verde y con lluvia. Siempre sorprende. Todo parece más limpio y recogido que la última vez, aunque todo sigue en obras. La vida al borde de la carretera es efervescente: personas comprando, vendiendo, esperando, cruzando, caminando. Niños jugando al fútbol. Perros durmiendo en ella. Burros. Cabras. Vacas. Camellos. Algunas chilabas pasan a ser rápidamente muchas. El humo de barbacoas. La policía controlando las entradas y salidas de los pueblos. Mientras, miro el bullicio desde la ventana de la furgo y pienso por qué he tardado tanto en volver, Marruecos ❤️.
África nos nos recibe verde y con lluvia. Siempre sorprende. Todo parece más limpio y recogido que la última vez, aunque todo sigue en obras. La vida al borde de la carretera es efervescente: personas comprando, vendiendo, esperando, cruzando, caminando. Niños jugando al fútbol. Perros durmiendo en ella. Burros. Cabras. Vacas. Camellos. Algunas chilabas pasan a ser rápidamente muchas. El humo de barbacoas. La policía controlando las entradas y salidas de los pueblos. Mientras, miro el bullicio desde la ventana de la furgo pienso en por qué he tardado tanto en volver, Marruecos ❤️.
África nos nos recibe verde y con lluvia. Siempre sorprende. Todo parece más limpio y recogido que la última vez, aunque todo sigue en obras. La vida al borde de la carretera es efervescente: personas comprando, vendiendo, esperando, cruzando, caminando. Niños jugando al fútbol. Perros durmiendo en ella. Burros. Cabras. Vacas. Camellos. Algunas chilabas pasan a ser rápidamente muchas. El humo de barbacoas. La policía controlando las entradas y salidas de los pueblos. Mientras, miro el bullicio desde la ventana de la furgo pienso y por qué he tardado tanto en volver, Marruecos ❤️.
África nos nos recibe verde y con lluvia. Siempre sorprende. Todo parece más limpio y recogido que la última vez, aunque todo sigue en obras.
La vida al borde de la carretera es efervescente: personas comprando, vendiendo, esperando, cruzando, caminando. Niños jugando al fútbol. Perros durmiendo en ella. Burros. Cabras. Vacas. Camellos. Algunas chilabas pasan a ser rápidamente muchas. El humo de barbacoas. La policía controlando las entradas y salidas de los pueblos. Mientras, miro el bullicio desde la ventana de la furgo y pienso por qué he tardado tanto en volver, Marruecos ❤️.
Jesucristo debería haber tardado por lo menos ocho días en resucitar ¿Por qué tanta prisa? 1000% de bajona.
Qué queréis que os diga, a mi en cuatro días no me da tiempo q recargar las pilas. Jesucristo debería haber tardado por lo menos ocho días en resucitar ¿Por qué tanta prisa? 1000% bajona
Qué queréis que os diga, a mi en cuatro días no me da tiempo a recargar las pilas. Jesucristo debería haber tardado por lo menos ocho días en resucitar ¿Por qué tanta prisa? 1000% de bajona.
Otro año en ARCO, con su poquito de admiración, de inspiración y de buenas risotadas. Nuestro collar YOKO estaba en su salsa entre tanto color 💙💚💛❤️ Por favor, que no pase desapercibido mi jersey negro impoluto, sin un solo pelo de bicho, un p**o milagro digno de admiración.
Otro año en ARCO, con su poquito de admiración, de inspiración y de buenas risotadas. Nuestro collar YOKO estaba en su salsa entre tanto color 💙💚💛❤️. Por favor, que no pase desapercibido mi jersey negro impoluto, sin un solo pelo de bicho, un p**o milagro digno de admiración.
Tong! C**o, está tiene pepitilla!. Tong! Arcadita. Tong! Esta…también. Tong! Escupo. Tong! Jajaja Tong! ehh…¿no las habías comprado sin pepita? Tong! Jajajajaja Tong! Jajajajajajaja Tong!! Gomito. Tong! Que le den a las uvas. Abandonó mi cuenco. Tong!!! Y mi suerte! Tong!!!! a tomar por c**o también el 2023!
Este verano en Sicilia mientras miraba las estrellas un búho blanco se cruzó y me miró fijamente durante unos minutos. Voy a aferrarme muy fuertemente a ese extraño suceso que, por lo visto, según forocoches y otras fuentes de probada solvencia, es un buen augurio, porque como en este 23 mi suerte dependa de las uvas que me he comido estoy pero que bien jodida. Feliz todo 🥴🤞🏾🤞🏾🤞🏾.
Lo mejor de la navidad son los regalos. Es lo es así y lo tenemos clarísimo desde que repetíamos “me lo pido”, “me lo pido”, “me lo pido” mientras repasábamos el catálogo de juguetes de El Corte Inglés que nos sabíamos de pe a pa. ¿Lo recordáis? Yo disfruto como una enana haciendo regalos bonitos pero todavía más (para qué engañarnos) disfruto autoregalándome caprichos porque sí, porque me lo merezco. Nos lo merecemos 😜
Por eso he añadido el código “MELOPIDO” con el que obtendréis un 10% de descuento en toda la web: vintage, home, jewelry y eyewear. Sólo 24 horas. Podéis acceder directo desde mi bio 👆🏾
Our story
Una forma diferente de ver las cosas. Un nuevo concepto, una forma de hacer las cosas diferente, con ingenio, estilo y pasión. Rediseñamos y transformamos objetos haciendo creaciones únicas e irrepetibles. Recuperamos la artesanía tradicional para hacer artículos de diseño hechos a partir de tablas de skate recicladas. Piezas exclusivas, sostenibles y hechas a mano.
Si quieres ver qué es lo que hacemos puedes visitar nuestra web y/o contactar con nosotros a través del correo electrónico para plantearnos cualquier proyecto o duda: [email protected]
¡Os damos la bienvenida al universo Artits!