David Babunski

ás se he inclinado en organizaciones religiosas, filosofías ideológicas, doctrinas espirituales o cualquiera de esas distorsiones de la verdad y, en la mayoría de los casos, perversiones comercializadas de la espiritualidad que siglo tras siglo han demostrado no ser eficaces en ayudar al Ser Humano a trascender su sufrimiento, a resolver su desorden y los conflictos existenciales con los que lleva milenios batallando, ni a establecer la paz en el mundo. Mi vocación por entender los procesos del vivir tampoco ha encontrado fruto en obras de otros pensadores, escritores o denominados maestros espirituales. Pues el hecho de que de niño ideas, conocimientos y revelaciones esbozaban de manera espontánea en mi mente a medida que me iba planteando toda clase de preguntas hizo que también prescindiera de la lectura de libros. Evitando toda influencia externa, siempre he orientado mi mirada hacia dentro en la búsqueda de las respuestas esenciales de la vida. La propia experiencia, la observación, la auto consciencia, la imaginación, el pensamiento crítico, la introspección y la reflexión siempre han sido mis principales fuentes de aprendizaje -son nuestros instrumentos para la iluminación-. Confiando en la Inteligencia que todos traemos consigo de manera innata, me he sumergido en un indescriptible espacio interior descubriendo un océano de sabiduría inagotable y autosuficiente. Hace tiempo llegué a la noción de que lo que soy se extiende infinitamente más allá de las limitaciones de mi ser físico, de mi personalidad, de mi mente, de mi actual experiencia de vida y de cualquier definción o etiqueta que pueda utilizar para describirme. Sorprendido por la manera tan mediocre y discordante con su naturaleza en la que el ser humano ha estado viviendo desde tiempos inmemoriales y, motivado por descubrir si éste puede trascenderse a sí mismo para vivir conforme a una consciencia que le permita liberar todo su inconmensurable potencial, he ido atravesando diferentes etapas evolutivas en mi vida en las que yo mismo he sido víctima de la limitada estructura del ego, de la ignorancia, del enorme poder de nuestro subconsciente y del condicionamiento ambiental al que, en mayor o menor medida, todos nos vemos sometidos desde nuestro nacimiento. Pero mi curiosidad insaciable, mi afán por cuestionarlo todo -sobretodo a mi mismo- y mantener siempre una inapagable pasión por aprender, por ahondar en la comprensión de todas las cosas -internas y externas- me ha permitido despertar conocimientos cada vez más profundos y evolucionar a dimensiones más elevadas de mi ser, comprobando que el hombre es mucho más grande y capaz de lo que la ignorancia que lleva milenios arraigada en nuestra mente nos haya permitido saber, y que la iluminación está al alcance de cada individuo que habita la tierra, pero solo en la medida en la que esté dispuesto a rechazar toda forma de autoridad y seguimiento de alguna disciplina ajena para aventurarse seria, apasionada y profundamente en el conocimiento de si mismo. A día de hoy, mientras no dejo de aprender a cada instante y disfrutar de ésta maravillosa vida desde un estado de felicidad ininterrumpido, sigo utilizando todas las herramientas y virtudes que estén a mi disposición para contribuir en el progreso de la humanidad hacia una dimensión de Consciencia más elevada." - David Babunski