La Mente en Movimiento

La Mente en Movimiento

Una aproximación integral al crecimiento personal a través del baile, movimiento, meditación, psicología y expresión creativa.

Integrar la espiritualidad en la vida cotidiana.

27/08/2020

Buscamos respuestas.

Muchas veces, de entre las posibles opciones para encontrar esa respuesta, elegimos un libro. Creemos, sentimos -'sabemos'- que nos proporcionará una respuesta. O al menos un alivio. Quizás un algo para comprender.

¿Y si no buscásemos respuestas? Ahora mismo escribo esto porque ahora mismo he cogido un libro de mi librería buscando... ¿qué? ¿Consuelo? ¿Guía? ¿Respuestas? ¿Una explicación? ¿Un consejo, "haz esto, piensa aquello"?

Tal vez antes de lanzarnos a buscar las respuestas en un libro (o en un maestro, una enseñanza, una doctrina, una corriente de psicología...) esté bien que dejemos ese espacio para la angustia, la duda, la incertidumbre. Ni siquiera hablo de 'sostenerla' (a esa palabra y lo que conlleva hay que meterle mano). Es estar, nada más. ¿Podemos estar sin resolver, o estamos condicionados (otra palabreja que nos suena, ¿verdad?) a saltar a buscar la respuesta?

Voy a dejar el libro sobre la mesa. Tal vez luego lo lea, alguna página, un párrafo, un capítulo... Pero antes quiero observar a ese que salta a por una respuesta en cuanto surge una angustia.

***

Hacía mucho que no escribía nada aquí. Gracias a todas/os por estar ahí y pretendo escribir con más frecuencia. Un abrazo,
Óscar.

04/10/2019

Dos años sin compartir nada por aquí.

En estos dos años han pasado cosas, buenas y malas y toda la gama que queda en medio.

Ahora mismo siguen pasando cosas. El movimiento no cesa. Siempre hay algo que se está iniciando, algo que está finalizando. También algo que se está manteniendo; la quietud, la pausa, son parte del movimiento.

Justo en estos días contemplo cosas que parece van a llegar a un final. Son cosas de cualidad diferente, pero eso no importa: importa que están acabando. ¿Para siempre? Tal vez. No lo sé. Yo podría empujar para que algunas de esas cosas no se detuviesen, se extinguiesen, pero me sorprendo dejando que ocurra.

Dejando que esas cosas se conviertan en ceniza, porque tal vez hace ya tiempo que empezaron a serlo.

Y después de las cenizas, ¿qué? Pues después habrá espacio. Silencio. Quietud. Tal vez vuelva a construirse lo mismo sobre ellas, o algo diferente. Pero hoy pienso que ese pasar por ser cenizas es necesario. Y si no necesario, tal vez pueda ser provechoso.

Esas cosas que van hacia convertirse en cenizas (en mi caso) son muy diferentes entre sí, ya digo. Una es un proyecto vital de muchos años y mucho esfuerzo. La otra es algo tan simple como una cuenta de correo. Cada una representa una cosa. No hay cositas pequeñas, todo lo que tiene que ver contigo es grande.

31/10/2017

Ausencia.

La última vez que compartí algo fue en mayo. Hace casi seis meses.

En este tiempo han pasado cosas, como a ti y como a cualquiera. Algunas "buenas", otras "malas" y otras "otras". En este tiempo ha habido presencias y ausencias, cosas que han llegado, cosas que se han ido y cosas que no se han movido.

Y por "cosas" me refiero tanto a gente, ideas, proyectos, pensamientos, emociones, sentimientos, etc.

Sin embargo, desde mayo hasta ahora es justo decir que he estado ausente aquí en la página. Es innegable. Y aún así la página ha recibido nuevos "me gusta", visitas..., lo cual me alegra mucho, no por una cuestión de egoísmo, sino porque me da la impresión de que hay algo construido que se sostiene, al menos en parte, por sí sólo. Esa es mi impresión, tal vez no sea correcta, desde luego.

Pero es cierto que ha habido una ausencia. La página ha estado aquí, pero yo no he escrito nada. No me he olvidado, no es eso.

Y hoy la veo en el lateral de Facebook y de pronto pienso en esto: en la ausencia. La mía con respecto a vosotros/as y esta página, pero también en las ausencias, así en general, en abstracto para que cada cual la lleva a las suyas propias.

No sé si ha habido gente que ha dejado de seguir esta página en estos meses sin compartir nada. No miro esas cosas. Pero me pregunto: ¿alguien ha sentido la ausencia? Y si es así, ¿seguís aquí? Y si es así: ¿es por tanto la ausencia de algo razón para abandonar algo?

Intento explicarme mejor: si hay algo que falta, que no está presente durante un tiempo, ¿abandonamos todo lo que conlleva? Si tenemos ausencia de "intimidad" (personas, trabajo, relaciones), ¿abandonamos para siempre la opción de experimentar intimidad con alguien, por ejemplo? ¿Ocurre igual con el amor? ¿Con la ilusión? Elige cualquier otro asunto, tema o palabra.

En el fondo, es una cuestión de confianza, tal vez. Confiar en que la ausencia de algo durante un periodo de nuestra vida no agota de forma definitiva la opción de vivir eso en otro momento.

Explora tus ausencias. Emocionales, sociales... aficiones, sueños, proyectos, locuras. ¿Y si vuelven?

Parece que perdemos el camino, pero de pronto... lo tenemos de nuevo bajo los pies.

Un saludo,
Óscar

(Imagen: muralswallpaper.co.uk)

Timeline photos 09/05/2017

Mucho tiempo sin escribir nada aquí. Quizás porque no sabía qué poner, buscando crear un texto perfecto, trabajado. Pero al hacer eso me olvido que esto no es un escaparate personal, sino un lugar de encuentro y comunicación con gente que comparte ideas, modos de ser, de estar...

En todo este tiempo, como en cualquier otro impasse en la vida, hay un movimiento interior y otro exterior. El exterior no suele detenerse: rutinas, plazos, el mundo en sí mismo. Como una canción de rock marcando el ritmo, un ritmo que a veces lo acompasas y a veces no llegas.

Y junto a él, el movimiento interior. El mundo personal, el modo de ver, entender y afrontar el movimiento exterior en el que estamos sumidos. A veces uno nos pide detenernos y el otro saltar adelante, y no sabemos a cuál hacer caso. Cuando se sincronizan nos deslizamos sin esfuerzo. Pero cuando no lo hacen estamos como en un continuo arrancar y parar, caminar y quedarnos quietos.

A veces forzamos esa sincronización, buscando cierta calma, o incluso cierto sentido. Pero si nos movemos en el territorio, como he propuesto otras veces, eso no siempre es alcanzable: encontrar sentido, digo. Es como bailar de un modo que no parece un baile, pero que en definitiva no deja de ser movimiento.

A veces queremos estar sentados y a la vez en movimiento, conjugando diferentes energías porque ellas mismas conviven en nuestra vida, ya sea en diferentes ámbitos (familiar, personal, laboral, sexual, espiritual...) y a veces incluso en partes de nuestro cuerpo: la cabeza parece que va a explotar y quiere parar mientras que los pies quieren moverse, andar, avanzar...

¿Qué hacer entonces? La acción es algo concreto, da forma. Estamos continuamente impelidos a actuar, es como un mantra: "muévete", "ponte las pilas", "haz algo". La acción, la palabra, son herramientas de lo concreto, en general. La divagación interior, la sensibilidad de observar cómo discurre "la cosa por dentro" es abstracto, no lineal. Y esos dos mundos no se integran con facilidad. Pero, ¿es necesario integrarlos?

Es el impulso lógico. Hallar un movimiento fluido, una decisión, una vía de acción que aúne los diferentes ciclos y movimientos, que de por sí siguen ritmos y pautas distintas. Pero nos encontramos con que vivimos el día a día combinando tango con rock and roll, pop con música clásica. Esperando el compás perfecto donde todo encaje.

Pero a veces no llega. Y mientras lo buscamos o esperamos a veces dejamos de hacer otras pequeñas cosas. Como por ejemplo, no escribir algo aquí para compartirlo con vosotros.

Lo que eres está por encima (o por debajo) del caos en el que estés. Y dentro, justo en el centro, también.

Un saludo,
Óscar

(Imagen: http://www.econoce.com/lava-vs-agua/)

Timeline photos 13/09/2016

Mi propuesta es que la experiencia es el mapa.

No es una propuesta original, seguro. ni novedosa. Pero es una idea a la que he llegado después de recorrer, con mayor o menor profundidad, otros mapas y acabar prestando siempre atención a lo mismo: los espacios vacíos, sin cubrir, que quedan entre un mapa y otro. Los huecos, las superposiciones. Y sobre todo, las contradicciones.

¿Puede la experiencia ser el mapa? Un mapa es una herramienta que nos ayuda a encontrar un camino, de ida o de vuelta; cada cuál va hacia donde quiere. Estamos hartos de oír que "el mapa no es el territorio". Es cierto. El mapa no es la realidad. Puede ser útil para moverte por la realidad, pero nunca la sustituye. De hecho, puede haber varios mapas que cubran diferentes aspectos de una misma realidad y que sólo nos sirvan en determinados momentos, y no para otra cosa.

Cuando daba los cursos/talleres sobre introducción a la psicología transpersonal comenzaba utilizando un mapa de la red de autobuses de la ciudad. Les pedía a los alumnos que señalaran edificios de la zona monumental y turística, que aparecían en el mapa. Todos estábamos de acuerdo en que la Alhambra estaba "aquí" en el mapa, pero si me ponía de pie encima del papel no estaba "en" la Alhambra. Mapa y realidad son distintos. Luego les pedía que me dijeran dónde estaban las farmacias o las tiendas para comprar comida. No podían, porque no aparecían en ese mapa. Era necesario otro. Pero ir a buscar otro mapa no inutiliza el mapa turístico; nos sigue sirviendo para buscar monumentos, recorridos de autobuses...

Aferrarse a un mapa, el que sea, puede resultar muy satisfactorio. Un mapa alcanza así el estatus de respuesta; casi respuesta definitiva. Pero si el mapa no nos devuelve continuamente a la realidad a verificar lo que allí pone, no es un buen mapa. Es decir, si vas andando por la ciudad mirando el mapa y no miras al suelo, puedes caer en el hueco de una obra que ha empezado hace poco y no aparece en el mapa - incluso aunque sea un mapa de obras!

Al final, trazamos sobre la experiencia. Un mapa, el que sea - o los que sean - ayudan. Pueden ofrecer una guía, un modo de comprender o incluso un modo de actuar aunque no se comprenda. Pero el mayor mapa, el más inclusivo, es la propia experiencia.

Por mi experiencia creo que cuando entramos a un espacio abierto, despejado y seguro, un espacio que puede ser una consulta de psicólogo, una sala para bailar o en mitad de un bosque, se pone en marcha todo nuestro mapa personal. Defensas, miedos, qué mostrar primero y qué ocultar. Patrones, ideas, expectativas... y de esa experiencia podemos comenzar a construir un mapa actualizado que, como todos los mapas, probablemente estará obsoleto antes incluso de acabarlo. Por eso el mapa ha de estar en continuo movimiento. Es la guía que nos dice por dónde ir, y en ese sentido queremos que sea estático, fijo, inmutable. Pero es también el proceso de explorar y cartografiar, y eso por fuerza ha de implicar movimiento e incertidumbre.

"Me gusta practicar cuando sólo estoy yo y la posibilidad de una pista de baile vacía." Satomi Itohara (en la foto)

Imagen extraída de http://www.rachellowry.com/firstposition/

Timeline photos 14/03/2016

Mueve algo...

Ante el colapso, ante la desesperación, mueve algo. Siempre puedes mover algo. Puedes mover una mano, abrirla y cerrarla, sintiendo todo el movimiento: huesos, músculos, piel, la sangre fluyendo. Quizás el resto del cuerpo no quiere moverse, no puede moverse, pero tú puedes mover la mano, o quizás un hombro, o abrir y cerrar la boca. O sólo respirar - como si no fuera ya un gran movimiento ese.

Mueve algo, también en tu mente. Cuando parezca que no hay manera ni camino, puedes leer un relato, puedes ver una película. Puedes buscar una receta en Internet. Puedes hablar con alguien por teléfono aunque sea de tonterías. Mueve algo, no dejes que toda tu mente se paralice (por la razón que sea).

Mueve algo, mueve una emoción. Mira vídeos de humor, o prepárate un buen café o come algo que te guste arropado en una manta (si es verano, mejor sin ella!)

Ante la inercia de cualquier tipo que va hacia un lugar conocido que no queremos visitar ahora, mueve algo, lo que sea. En cualquier dirección. No para llegar, sólo para moverlo. Que todo tu sistema sepa - por experimentarlo, no sólo por pensar sobre ello - que a pesar de todo, siempre hay algo que se puede mover. Y ese movimiento hacia nada en especial estará mostrando a todo el sistema que esa quietud, esa inercia, esa desazón, esa parálisis - si es que estás ahí - no es la realidad ni el final; es sólo una pausa.

Y mover algo no es sólo moverlo "cuando lo sientas". ¡No! A veces toca moverlo aunque no quieras. Olvídate de las ideas de movimiento orgánico, "en su momento"... ante el colapso mental, emocional, corporal, espiritual... mueve algo aunque no quieras. Como una red, como una tela de araña, el movimiento en un punto acabará afectando a otros puntos. Mueves sólo una mano, o una idea... pero estás moviendo mucho más.

04/12/2015

Leyendo sobre espiritualidad y psicología, en especial sobre la espiritualidad sana y el trabajo psicológico necesario, y en ocasiones previo e imprescindible, antes del desarrollo espiritual (otro concepto al que llevo tiempo re-examinando); leyendo sobre todo esto me asalta un pensamiento: imaginad un taller no para el crecimiento, la integración, la trascendencia, la exploración... sino un taller para la tristeza, simplemente. Dar espacio a la tristeza. Quizás sea porque hoy estoy triste y aquí donde me encuentro, en una cafetería, noto de pronto que necesito expresarla y que no me vale cualquier modo: quiero honrarla por lo que es, darle su tiempo y su espacio. Sin que esto se convierta en regodearse porque sí.
¿Cómo vivís vuestras tristezas?

Timeline photos 28/10/2015

Cartógrafos de lo incompleto.

Buscamos lo completo. Quizás sea otra forma de verlo es que buscamos lo definitivo. La explicación completa y última. La persona definitiva, total, que sea perfecta y a quién podamos admirar y poner en un altar. La práctica completa que lo explique todo, tenga las respuestas a todo. Sin resquicios, sin fisuras.

El mapa no es el territorio. El territorio es el territorio. Y esto se nos olvida con frecuencia. Porque un mapa ofrece comodidad. Un mapa nos anima a salir a nadar sin tener que levantar la cabeza, porque sé lo que viene a la vuelta de la esquina, sé lo que hay detrás de esa montaña. Un mapa nos dice qué va a pasar y cuándo, cómo, y qué hemos de hacer para que pase aquello que queremos que pase. Un modelo puede ser una práctica o una persona que ejemplifica esas verdades acerca de la vida.

A veces no vemos los vacíos, huecos, incoherencias o contradicciones. Aún así, los mapas suelen ser muy sinceros. Hay mapas topográficos, planos de metro, callejeros de ciudad, etc. Un plano del metro te señala las paradas del metro, y no te dice por dónde hay un bar o dónde hay un hotel. No usas solamente un plano de metro para buscar una farmacia, por ejemplo. Necesitas además un callejero, y entonces te toca combinar dos mapas.

Esto es clave en mi trabajo, en mi forma de entender el crecimiento personal. No basta con un mapa, ni con todos los mapas. Es también, soy consciente, la sombra del interés por el conocimiento, expresada en casi una obsesión por conocerlo todo.

Buscamos modelos que nos den todas las respuestas. En ocasiones, es normal querer respuestas. Es duro caminar por el desierto sin tener ni idea de adónde vamos, de dónde venimos o si ya hemos pasado por aquí – o cuántas veces lo hemos hecho. Los mapas ayudan y los buscamos, consciente o inconscientemente.

Lidiar con lo incompleto requiere coraje, fe y quizás un tanto – o un mucho – de locura. No de locura patológica, sino de locura cotidiana, que son dos locuras distintas. Caminar entre mapas, desplegarlos todos y superponerlos, y enfrentarnos a que uno nos diga que vayamos a la derecha y el otro que vayamos a la izquierda. Buscar las contradicciones y explorarlas.

El primer taller que ofrecí como parte de este proyecto se llamaba, precisamente, “Explora”. Porque de eso se trata, de explorar. De ser cartógrafos de nuestra propia experiencia.

Timeline photos 01/08/2015

Deja que el río pase
porque no puede ser de otro modo.
Deja que el río fluya
porque no puede ser de otra forma.
No retengas, no detengas.
No hay nada que arreglar,
que comprender o que sanar.
No tienes tantas heridas.

Olvida la sanación que mantiene la herida
No trates de mantener el agua para poder reflejarte en ella;
Cuando estancas el agua para reflejarte, comienza a pudrirse.
No hay nadie a quien sanar.
No hay nadie que se refleje en el agua.
Deja que el río fluya
porque no hay otra manera.

Si detienes el agua, la hoja se frena.
Si detienes el agua, hay más río que fluye que el que detienes.
Olvida la hoja, tu mano y el río.
No puedes frenar el río
no quieras reflejarte en él
porque será un reflejo irreal
de algo que parece quieto pero que nunca se detiene.

Como el río
Como tú.

(Óscar Iborra)

Timeline photos 15/07/2015

"¿Por qué es tan difícil vivir la vida despierta y llena de significado del guerrero, sintiendo y siguiendo los impulsos del cuerpo?

Quizás el espíritu no sólo te ilumina sino que también se dedica a tu realidad ordinaria. ¿Qué otra explicación puedes dar a por qué estás más a menudo centrado en la realidad cotidiana, dudando, reprimiendo, y sintiéndote avergonzado por tu temor a lo desconocido? ¿por qué te comportas como todo el mundo cuando estás en un grupo, incapaz o reacio para admitir tu acceso a los sueños, al mundo que sueña?

Después de todo, ser una persona ordinaria no es divertido. Te tomas todo muy seriamente y de manera personal. Siempre buscas algo significativo con lo que guiarte, esperando sueños o experiencias iluminadoras. Como persona ordinaria sufres, esperando lo peor y asustado por ello, y eres inconsciente del poder de lo desconocido. Siempre estás defendiendo tu identidad y tu historia personal. Como un fantasma, te preocupas constantemente sobre cómo te van a juzgar los otros, o sobre qué te traerá el futuro. Niegas el impacto de las fuerzas inexplicables, viviendo la vida como si todo dependiera de ti."

Arnold Mindell, "The Shaman's Body"
Imagen: sam&kosmos (Flickr)

Timeline photos 27/06/2015

"Las puertas al mundo del Yo salvaje son pocas pero preciosas. Si tienes una cicatriz profunda, eso es una puerta; si tienes una vieja, vieja historia, eso es una puerta. Si amas al cielo y al agua tanto que casi no puedes soportarlo, eso es una puerta. Si anhelas una vida más profunda, completa y sana, eso es una puerta"
-Clarissa Pinkola Estes

Somos ya más de mil personas con la mente en movimiento. Muchas gracias. Si cada uno de nosotros tiene una puerta al mundo de lo salvaje, tenemos más de 1000 puertas. Y con cada puerta que una persona abre y cruza, deja el camino más fácil para que otra persona lo haga detrás. O al lado.

Timeline photos 27/04/2015

A veces necesitamos descanso, nutrición, contemplación; otras veces necesitamos acción, dirección, expresión. La velocidad con que alternas una y otra es importante, pero también lo es ser conscientes de qué necesitas en cada momento. Empeñarnos en sentarnos a meditar, respirar y hacernos receptivos con el mundo puede ser lo menos acertado si todo nuestro organismo (mental, emocional, espiritual) nos está pidiendo lo contrario. Entonces sal, baila, grita, expresa tu opinión y deja que otros las refuten o las critiquen; discute, o limpia tu casa a fondo. Mueve toda esa energía hacia fuera (enfadarte, gruñir, contactar, echar algo de tu vida fuera o ir en busca de algo). Igual al contrario: si necesitas silencio, ve a por él, no lo compenses con conversaciones extra, con más y más lecturas. Aprende a descansar. Si es momento de introspección, busca los modos en que puedas incluirlo en tu vida. Procura ser fiel a las demandas de tu interior en la medida que puedas.

(Imagen: Metal Art by Van)

22/04/2015

Algo debe estar pasando, y debo ser consciente de ello. Hace tres meses daba las gracias por los 300 seguidores de esta página. Hoy somos más de 800. Apenas puedo creerlo. Este es un proyecto que nació sin un plan específico, pero con un deseo muy claro: buscar el modo personal de unir psicología y movimiento, danza y creatividad, inspirado por todo aquello que estudio y que me ha aportado algo, convirtiéndose en algún momento (puntual definitivamente) en práctica personal: la psicología (profesión y elección que voy reafirmando cada día, a pesar de los momentos de dudas), danza (5 ritmos, ecstatic dance, horas y horas de disco), movimiento (antigimnasia, meditación en movimiento, bioenergética), meditación, creatividad... Viendo tanta gente que ha dedicado un momento a ver esta página y decir "me gusta", me siento feliz de poder expresar y muy contento del trabajo que me queda por hacer. Gracias por el apoyo.

Timeline photos 19/02/2015

"Las ideas son como olas. También las explicaciones tienen ciclos de vida. parece que todo se expresa en ritmos cíclicos. El sistema nervioso debe ajustarse a un vaivén entre consciencia y sueño, entre un ciclo de permanecer vertical y reclinarse horizontalmente, y dentro de los límites del pulso de corazón y los pulmones. También la mente parece seguir estas ideas y venidas. La mente capta una idea, y luego la suelta."

Steve Lankton, en el prólogo al libro "Practical Magic: A translation of basic NLP into clinical psychotherapy" (1980)

(Imagen: Ireartstudio)

Timeline photos 15/01/2015

Parece increíble, pero ya somos 300 en esta página!! Muchas gracias a todxs por el apoyo y el interés, y un saludo a todas las personas que se han unido recientemente. ¡Bienvenidos! Un abrazo.

Timeline photos 20/12/2014

En mitad del océano, una tabla puede suponer la salvación. En situaciones así, cualquier cosa que nos "mantenga a flote" es algo a lo que nos agarramos sin pensar. Si eso desaparece, nos hundimos. Estamos rodeados de prácticas espirituales, de crecimiento, psicológicas... La gente suele acudir a ellas cuando se haya en mitad de una tormenta, y esas prácticas pueden convertirse en tablas para un náufrago. No siempre el mejor momento para iniciar un camino de crecimiento es cuando estamos perdidos en el océano, ya que ese camino - esa tabla - puede convertirse en nuestro sostén de náufrago, y quedarnos fijados a ella aún cuando la tormenta ha amainado, hemos llegado a una isla o incluso hemos aprendido a nadar. Tu práctica - sea la que sea - ¿es una tabla de náufrago? ¿Sirve sólo para mantenerte a flote, o es capaz de enseñarte a nadar?

Timeline photos 24/09/2014

"El otoño es la estación idónea para arrancar de raíz cualquier cosa que no quieras que vuelva a molestarte. En los meses de primavera todo está demasiado lleno de vida. En verano está demasiado fuerte y no hay manera de soltarlo. El otoño es el momento idóneo. En otoño todo está cansado y más dispuesto a morir"

(Patrick Rothfuss, "El nombre del viento")

Timeline photos 02/09/2014

Spiritual Bypassing: cuando lo espiritual evita que te ocupes de cosas que requieren tu atención. Es el uso de creencias y prácticas espirituales (Yoga, Zen, danza, etc.) para evitar cuestiones dolorosas, es decir, se convierten en un bypass que "salta" esas cuestiones. Como dice Pema Chödron, "el viaje espiritual no consiste en tratar de llegar al cielo y acabar accediendo a un lugar magnífico". El viaje espiritual, cuando es enraizado, dirigido a lo cotidiano, no al escape o la evitación, deja de ser un bypass para convertirse incluso en algo muy jodido. Una amiga dijo una vez, cuando tenía que ir a una reunión con gente que no le caía bien, del mundo académico, "yo iré a mi bola, ¿sabes?, así muy mística por encima de la gente sin que me afecte". Esto es muy triste. El viaje espiritual de autoconocimiento y crecimiento, siga la senda que siga, te lleva precisamente a sentir más en el mundo, no a despegarte de él. Y aunque el término "bypass espiritual" tiene ya tiempo (John Welwood lo menciona en su libro"Psicología del Despertar, de 2002; creo incluso que él acuñó el término) todavía hay mucha gente actualmente que tiene este "bypass espiritual" instalado. Deben quitárselo, aunque duela. La espiritualidad como escape, a la larga, es muchísimo más dañina y dolorosa. Si tu práctica lo único que te permite es evadirte, "desconectar"... entonces revísala. Y también todos los que somos "agentes del cambio" en cualquier forma (psicólogos, instructores de Yoga, meditación, etc.) tenemos la obligación de evitar que nuestro trabajo ofrezca un bypass espiritual.

24/08/2014

Realmente, no tengo nada que decir ahora mismo. Es decir, tengo muchas citas preciosas, inspiradoras, etc., que podría poner aquí acompañada de alguna foto, como he hecho otras veces, y como seguiré haciendo. Pero me siento ante el ordenador, quiero escribir algo, y me doy cuenta de que no se me ocurre nada. Se supone que debería escribir una frase profunda, que inspire, que consuele o que remueva. Pero no, hoy prefiero escribir esto: no tengo nada especial que decir. Quiero decir justo esto que estoy diciendo. Porque son más los días templados que los días fríos o cálidos; porque son más los caminos llanos que las subidas y bajadas. Y me gusta honrar esos días y esos momentos. Así que aquí está: el post más aburrido e intrascendente que pueda haber en una página de facebook. Abrazos.

Timeline photos 01/08/2014

Hablando con una amiga sobre el crecimiento personal, se me ocurrió pensar en un árbol. Un árbol no crece continuamente, o mejor dicho, no crece al mismo ritmo siempre. Por ejemplo, en función de las estaciones, puede acelerar su crecimiento o ralentizarlo. Nuestro propio crecimiento personal es muy similar: no podemos estar creciendo siempre, continuamente. Igual que el árbol necesita periodos, ciclos, cambios de estación, también nosotros para crecer y cambiar necesitamos ritmos, periodos o momentos que vienen determinados por todo lo que vivimos, o sea, por lo que hay fuera de nosotros. Pero no hemos de estar “creciendo” continuamente. A veces lo que hemos de hacer es sólo mantener la llama de ese deseo de crecimiento. Y hemos de aprender a mantenerla viva sin tener que irnos a una cueva en lo alto de la montaña. Mantenerla viva en mitad de lo mundano, lo rutinario, lo cotidiano. Mantener una llama requiere prestar atención a cuándo necesita aire para que no se apague, y cuándo demasiado viento puede apagarla. A veces requiere no hacer nada, sólo esperar. No fuerces la llama cuando es suficiente con el resplandor de una vela; no asfixies el fuego cuando necesitas una hoguera. Estate atento.

(Imagen: Lloyd-Blindman)

Timeline photos 02/07/2014

Altares vacíos.

Un fragmento de la novela que estoy leyendo ("El temor de un hombre sabio") dice: "Existen dos tipos de poder, el inherente y el otorgado. El poder inherente lo posees como parte de ti mismo. El poder otorgado te lo prestan o dan otras personas". Luego los personajes discuten acerca de qué poder es mayor. Y yo me pregunto: ¿a quien otorgo mi poder? ¿Soy realmente consciente de cuál es mi poder inherente? ¿Conozco sus fuerzas y debilidades? ¿Sus límites?

Hace algún tiempo leí una frase - no recuerdo de quien - que decía mas o menos "elimina todas tus estatuas/figuras/imágenes de tu altar, y pon una imagen de ti mismo".

¿A quien tienes en tu altar? No solo tu altar físico - si lo tienes - sino tu altar mental y tu altar espiritual. ¿Hay un gurú? ¿Un maestro? ¿Una doctrina? ¿Una práctica? ¿Ideas, valores, creencias? ¿Una persona? Ya sea alguien a quien nunca has conocido, salvo por sus obras, su mensaje... o una persona de tu vida, un amigo, tu pareja, tus hijos, tus padres, tu jefe, un famoso... ¿Por qué está ahí? ¿Cuando lo pusiste? ¿Cuánto tiempo lleva ahí? ¿Debe seguir o es momento de cambiarlo? Si tuvieras que vaciar ese altar, ¿qué quedaría? Y es más: ¿dónde quedaría? Lo que fuera debiera quedar en ti; no hay más lugar. Si quedase en otro sitio, estarías construyendo un nuevo altar. Quedar en ti: en tu mente, tu cuerpo, tu alma. Ante ese altar vacío, ¿qué queda?

Si no eres tú el depósito de todo cuanto se ha transmutado en ese altar, entonces, ¿qué has hecho todo ese tiempo frente a él?

Ante un altar vacío recuperamos el poder otorgado, nuestro, con suerte, transmutado.

Timeline photos 21/05/2014

Lo salvaje.

Gabrielle Roth decía que hay que tener disciplina para ser un espíritu libre. A todos nos gusta, en un momento u otro, ser salvajes. Libres. ¿Sabemos serlo? No me refiero a irte al campo y tirarte como un perro. No me refiero a ser un borde, un maleducado, un rebelde sin causa. Hablo de alimentar un espíritu salvaje de forma tranquila y disciplinada. Es fácil gruñir y “ser/hacer el salvaje” por un momento. Es más difícil mantener ese latido, ese espíritu salvaje, de manera íntegra y continuada. Isadora Duncan dijo: “fuiste silvestre una vez; no te dejes domesticar”. Hay una gran parte de nosotros domesticada por la rutina, las cargas, las costumbres. A veces esa “domesticación” es necesaria para sobrevivir – para llevar una vida “doméstica”. Pero a veces reaccionamos, estallamos y de pronto somos como un perro rabioso. ¿Hay otra forma de mantener esa parte salvaje – que no necesariamente rabiosa – de modo que pueda estar ahí siempre, como algo de lo que nutrirnos constantemente? Propongo contactar conscientemente con esa zona íntima y salvaje; adentrarse en la oscuridad, ir en su búsqueda y mantenerla viva. Y para eso vas a necesitar disciplina, no para ser salvaje, sino para mantener y dejar esa zona íntegra, dejar esa parte del jardín sin tocar.

Ser salvaje no significa necesariamente morder, arañar, atacar. Creo que esa es sólo una imagen de lo que puede significar ser salvaje. Salvaje es lo no domesticado. Mantener tu lado salvaje intacto y poder nutrirte de él no es ladrar a todo, ir contracorriente por el mero hecho de hacerlo; mantener tu lado salvaje es dejar que no lo domestique nadie, ni siquiera tú mismo, con tus miedos, tus conformismos, tus debería, tus esfuerzos por compararte, etc. Necesitarás una fuente de energía pura, limpia y salvaje en algunos momentos de tu vida. Asegúrate de que está ahí para cuando te haga falta.

Timeline photos 02/05/2014

Creo que debemos recuperar y fomentar, una cultura de conexión colectiva. Conexión no significa necesariamente amistad, “buen rollo” o cualquiera de esas cosas. Hablo de conexión auténtica. Conexión significa darse cuenta de que somos agentes y víctimas de las relaciones mutuas. La auténtica conexión trasciende la amistad o la enemistad, el amor o el odio; es el reconocimiento de que nos amemos o nos odiemos, nos conozcamos o no, creamos y compartimos una cultura, una sociedad.

Recuperar una cultura de danza. No sólo en sentido literal, sino también en su sentido de celebración, individual y colectiva. Celebración de la alegría y de la pena, de la rabia y del dolor, de la angustia y la esperanza. Una cultura colectiva que atienda al individuo y al grupo, que permita la sana expresión de las luces y las sombras, tanto individuales como colectivas, para que pueda sanar así el conjunto y no sólo el individuo; de hecho, para que sanemos no sólo los individuos, sino nuestras relaciones, así como las estructuras y los sistemas en los que estamos inmersos.

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