Jeanette

Quizá, yo ebria y tú con suerte

Hoy recibí un mensaje de felicitación por mi cumpleaños de un número desconocido.
Lo raro, es que yo sabía la fecha de su cumpleaños, su comida favorita, su olor, lo que le gustaba hacer, conocía sus ojos de memoria, su nombre completo, cuando estaba molesto, en fin, un número desconocido.

No éramos nada pero en días era mi todo.
Era como el arcoíris, que solo aparece de vez en cuando y pone las tardes hermosas.
Me llenaba de cariño, de caricias, de charlas amenas y yo era feliz con ese pedazo de tiempo que me tocaba. No importaba que fuera martes o domingo, abril o diciembre, era la llamada que siempre iba a responder; yo era uno de sus amores y él para mi el amor que quería para siempre.
Nunca hablamos de un mañana, no había tiempo entre nosotros cada día a su lado era irreal.
Hablar de debilidades era su nombre, quizá haberlo conocido era de las peores cosas que me pudieron pasar pero de entre muchos de mis deseos, era el que mejor pude esperar.

Carta a mi ex marido:

De nuevo Julio, con olor a lluvia que me recuerda las lágrimas que un día derrame de felicidad y hoy se lleva las de uno de mis dolores más profundos. Sin duda un mes que marcará mi antes y mi después.
A veces en mis momentos de silencio aún creo que todo ha sido un sueño, que aquel vestido blanco nunca se usó y que no se rompió mi alma. Todo fué tan rápido; como esas ganas de entrar al mar pero tener miedo a nadar, llegar al fondo y no tener la fuerza para salir, así, así fué como todo lo hice y aún estoy buscando las fuerzas para salir.
Me ha dado por renunciar a todo, no sólo a tí, cumpliré todo lo que me prometí contigo aunque ya no estarás en ninguno de mis caminos. Me llevaré a lugares nuevos, me compartiré el tiempo que no me tuviste, me dedicaré canciones y paisajes, haré todos esos sueños realidad y sobre todo me daré el amor que nunca sentiste por mi.
Por lo pronto, te dejo el perdón que me pediste y la despedida de un par de desconocidos que siempre llevarán un recuerdo en común.

-Jeanette

A veces hablo conmigo, de ti 🤍

Hablando de las cosas que no me gustaban, le conté de las flores, creyó que era mentira porque a todas las mujeres les encanta ese detalle más yo nunca he entendido para qué cortar algo que solo durará unos días y aunque viniera en maceta, casi siempre olvido qué hay que regarlas.
Yo no nací para tener flores en mis manos, pero me gusta admirarlas en los jardines y en las praderas, ahí se ven felices, crecen por sí solas, libres y se marchitan cuando el clima lo decide. No sé, quizá en eso veo parte de mi esencia.
Tal vez escucharme le pareció tan extraño que busco semillas y le puso nombre a cada una para que mi afecto por ellas fuera como el de una amiga y así las pudiera cuidar.
Las plantó en el pequeño patio de mi casa y me enseña a regarlas para poder admirarlas más de un día.
Ahora sé que a mi no me gustan tanto las flores, pero yo le gusto a ellas.

Jeanette

🌹

Hay miedos que solo se sienten los domingos

Es probable que no sea un chica muy hermosa, es probable que no sea atractiva, voluminosa. Una de esas mujeres con atributos sensuales o algo en el cuerpo que me resalte, de ojos interesantes o piel exquisitamente suave. Es probable que no.
Que sea más bien sencilla, con poca vanidad sin muchas ganas de llamar la atención en mis llegadas; una chica ordinaria entre la multitud del mundo. Es probable que si, que lo que te atraiga de mi ni siquiera tú sepas que es.

🎄

Te he extrañado últimamente, tal vez la época, los días fríos o mi piel.
Se me ha ocurrido escribirte inventando cualquier excusa pero no tengo idea de dónde encontrarte y además, no sé si haya alguien cuidándote en las noches.
Saque tus recuerdos al bazar de cosas perdidas y aún así he soñado con tu aroma. Es absurdo extrañar a alguien que tú mismo alejaste de tu vida sabes, es cómo quitarle valor al orgullo y yo no soy así, pero le diste vida a algunos sentimientos que ahora te buscan en cada nueva persona que aparece.
¿Y cómo le hago ahora? Si mi único deseo es verte y hacer contigo la noche buena.

La gente no debería de morir en Diciembre, no justo antes de creer que tendrás una cena familiar 🥀

Estaba acostumbrada a vivir rápido, casi siempre en modo futuro, iba tan deprisa que era consciente de mi presente un tiempo después de que hubiera sucedido. Conseguía cada cosa que deseara. Me daba la sensación de que llegaba tarde a todo en el sentido de que creo que a veces no disfrutaba del momento porque no parecía sorprendente o emotivo haberlo logrado, simplemente era algo que tenía que hacer y lo iba hacer y mientras eso pasaba, mi mente ya estaba planeando lo siguiente. Y así sucesivamente. Es como si viviera hoy a partir de mañana.
La gente me dice que es martes y que es noviembre pero hace un tiempo que solo sé que son días.
Siento las manos llenas pero hay vacíos en mí, las noches son eternas por que no se que me falta o quizá si lo sé y me tortura creer que es lo único que jamás tendré.

Despedirme de esta de edad ha sido como despedir a un buen amigo, fue un año que me hizo ver que me he convertido en mujer, algo que quizá paso desde hace más años pero no sabía asimilarlo. Me enseño a ver qué cada decisión puede quitarme el sueño o darme una buena recompensa.
Tuve un ascenso en mi trabajo antes de cumplir el primer el año y sin sonar arrogante, no me sorprende. He conocido bastante gente nueva pero también he conservado a quienes han sido parte de mis mejores momentos. Hace unos días me aleje de un novio, creo que no hubiera sido un buen esposo aunque quizá lo guardare como amante, me queda claro que los amores y el dinero van y vienen.
Me ha dado por cuidar bastante mi cuerpo, mi cabello y mi paz mental, aprendí a decir “no” y a elegirme primero.
La relación con mis padres ha disminuido, creo que es hora de mudarme.
Mis ojeras son más oscuras, mi vida más sencilla y extraño salir de viaje como lo hacía antes.
Si hay algo que me tiene tranquila, es que cumplí la meta nuevamente.
Hoy sé que pensar demasiado en el futuro agobia y que mi yo pequeña pensaría que soy una mujer increíble y bonita.

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Ya quiero encontrarte. La gente me dice que pronto vendrás cada que el mundo se me cae, dicen que es porque vendrá algo mejor y hace tiempo que te estoy esperando. Tengo muchas ganas de que mi corazón lata fuerte cuando escuche tu voz, cuando esté a punto de verte o cuando me abraces. Quiero conocerte, que me tomes de las manos y me digas que también habías soñado con alguien como yo. Platicar de un por siempre mientras recorres mis virtudes, defectos, cicatrices y deseos.
Anhelo tanto el día en que pueda volver a decir “Te amo” , sentir que valió la pena la espera y que cada vez que me rompieron eran los errores perfectos para llegar a ti.

-Jeanette

He vivido con un hombre desde que tengo razón de ser, seguro fueron sus ojos los que vi por primera vez y en sus brazos recibí la manera en que permitiría que alguien me amara. Su manera de ser es reservada, pocas veces lo he visto enojado, triste o decepcionado, siempre me ha mostrado que la alegría es parte del desayuno todas las mañanas y sin duda, tiene la sonrisa más bonita que en ningún otro lugar he conocido.
Ese señor que me dice "Nane", me ha metido en la cabeza que soy valiente, terca y muy audaz, probablemente en mí vea su reflejo o algo que lo haga sentirse orgulloso.
Hoy que tengo la edad suficiente para comprenderlo, me doy cuenta de que quizá conozco más de su apariencia que de su alma, creo que no se cuál es su color favorito ni cuántas veces ha ido a la playa o qué pasa por su mente cuando las cosas no le salen bien. Hay veces que olvido preguntarle como estuvo su día y solamente en su cumpleaños le digo lo mucho que amo que este a mi lado y pensarlo hace que el corazón se me apague un poco porque no sé que tantas oportunidades me queden para recordárselo.
Vienen a mi los recuerdos de niña cuando me llenaba de juguetes y de abrazos a cambio de quitarle sus botas de trabajo, ahora que tiene dobleces en sus ojos y algunas mechas blancas le empiezan a adornar su cabeza, deseo que me alcance la vida y me de tiempo para regresar aunque sea un poco de lo que me ha dado; demostrarle que valió la pena cada esfuerzo que dio por mí sin omitir que poder decirle "papá" es la dicha más grande que se me ha concedido.

Jeanette

Me dijo que a veces el pecho le ardía al pensar que me conoció hasta ahora porque nunca sería el primero en nada conmigo.
Yo le conteste que si le parecía poco ser la primer persona que no me rompía.