Asociación Internacional para el Estudio y Desarrollo de la Mentalización

Asociación Internacional para el Estudio y Desarrollo de la Mentalización

La creación de la Asociación Internacional para el Estudio y Desarrollo de la Mentalización posee algunos antecedentes y diversos objetivos.

La Asociación Internacional para el Estudio y Desarrollo de la Mentalización tiene como objetivo reunir a todas aquellas personas interesadas en la psicoterapia basada en la mentalización. Entre los antecedentes se encuentra el trabajo que varios de los fundadores venimos haciendo, hace ya algunos años, en torno a este constructo, su teoría y su aplicación a la clínica. Hemos visto que este movimi

11/10/2024

Sueños de los niños y conflictos de los padres

“Los sueños de los niños pequeños a veces son muy claros y a veces muy difíciles; cuanto más inconscientes sean los niños más sometidos estarán a la influencia de lo inconsciente colectivo, o quizás absorban los problemas inconscientes de sus padres.
En una ocasión tuve grandes dificultades con un paciente que no soñaba nunca, pero un día mencionó los sueños de su hijo de 9 años. Inmediatamente le pregunté por ellos.
El chico soñaba con los problemas de su padre, de modo que analicé al padre por los sueños de su hijo, un chico inusualmente intuitivo.
Al cabo de cuatro semanas el padre empezó a tener sus propios sueños, y los sueños del chico dejaron de ocuparse de los problemas de su padre”

Carl Gustav Jung: Seminario sobre sueños 1928-1930

27/09/2024

Trauma y procesos de representación

En determinadas situaciones particularmente desfavorables tienen lugar influencias tan extremadamente traumatizantes que la capacidad de pensar, imaginar y simbolizar de la víctima es destruida casi por completo.
El pensamiento se detiene y emerge un ser mecánicamente obediente (según ya señaló Ferenczi) y un estado de embotamiento toma el lugar del pensar.
Por otro lado, en tanto la representación de la situación traumática, así como la experiencia de las emociones abrumadoras despertadas en ella, serían insoportables, son sustituida por la concretización: el sujeto espera aliviar, deshacer o facilitar la desmentida de los horrores de la realidad, así como su propia experiencia emocional, a través de acciones, ya que la acción concretizante crea una situación que parece estar bajo su control.
De este modo podemos entender el recurso de muchos pacientes límite a actuaciones destructivas contra su cuerpo.
Así, una paciente límite dice:
“Tenía 12 años cuando comencé a tallar adornos en la mesa (y en mi brazo) con la punta de mi compás en clase. No creo que hubiera podido explicar por qué hacía eso a esa edad. Era sólo un impulso al que tenía que ceder.
En cierto modo, este dolor punzante era bueno para mí. Lo que funcionaba era que se trataba de un dolor que podía controlar. Estaba en mi poder ponerle fin. Cuando ponía la punta en mi piel, comenzaba el dolor. Y si volvía a quitar la punta, el dolor cesaba.
No podía decir lo mismo del dolor que había dentro de mí, en el que no podía pensar, con el que no soportaba conectarme y que cuando empezaba a aparecer me obligaba a recurrir al compás, y más tarde a cuchillos, hojas de afeitar, etc. para que desapareciera”.

29/08/2024

Los traumas tempranos y la búsqueda de indemnización

En toda una serie de pacientes que han sufrido traumas tempranos, relacionados en general con una madre distante, rechazante o inaccesible y con un padre inconsistente, retraído u ocupado en exceso en su trabajo, encontramos una particularidad que complica sus vidas y el trabajo analítico.
Me refiero a una posición según la cual consideran que los culpables de todas sus desdichas son sus padres, quienes no supieron amar, no escucharon, no entendieron, despreciaron, prefirieron a los otros hijos, etc.
Los pacientes sienten que “les han arruinado la vida” y desde aquí surge un fuerte anhelo vengativo y el sentimiento de tener derecho a ser indemnizados.
Estas dos variables suelen conjugarse y reforzarse mutuamente, de modo tal que los pacientes pueden ponerse en posición de ser mantenidos económicamente por los padres, con lo cual fracasarán en todo intento de lograr un trabajo bien remunerado, o no llegarán a intentar conseguirlo.
Es habitual que tampoco lleguen a emprender un estudio universitario, ya que suponen que tal cosa agradaría a sus padres (lo mismo que el conseguir un trabajo) y esta posibilidad los enoja y los lleva a abandonar una y otra vez los proyectos que habían emprendido (si es que tal cosa había llegado a suceder).
De este modo, se sienten detenidos en la vida y se deprimen por ello, a la vez que envidian a quienes sí pueden hacer las actividades que ellos no logran llevar a cabo. Pero no pueden hacer nada para modificarlo, ni alcanzan a ver con claridad las razones (ya mencionadas) de esta parálisis, o es tan fuerte el anhelo vengativo que se aferran denodadamente a él.
Esta posición reaparece en la transferencia y dichos pacientes suelen reclamar un trato especial, sea en relación a los horarios, honorarios, disponibilidad del terapeuta, etc., a la vez que boicotean su labor.
No es infrecuente que los terapeutas, llevados (al menos conscientemente) por su deseo de proporcionar a su paciente una “experiencia emocional correctiva”, se muestren solícitos en extremo y accedan a tales exigencias, con lo cual sólo se agudiza el problema.
¿Cuál es, entonces, la forma de abordar esta problemática?
Creo que no alcanza con llevar con claridad a la conciencia este estado de cosas, por más indispensable que sea, sino que es preciso poner el acento en lo que los pacientes han hecho con aquello que les hicieron y, especialmente, en el grado en que se dañan a sí mismos y desperdician sus vidas en aras de una venganza inextinguible.
Esta toma de conciencia, reiterada una y otra vez, favorecerá que los pacientes hagan el duelo por una venganza a la que podrán, eventualmente, renunciar y reorienten sus esfuerzos en pos de dejar de dañarse, de modo tal que puedan llegar a intentar realizar algo constructivo para sus vidas.

25/07/2024

Trauma en la infancia - violencia adolescente – funcionamiento mental

Es sabido que las perturbaciones de carácter externalizador, que incluyen comportamientos violentos, son habituales en la adolescencia.
Entre las causas que diversos autores han propuestos como determinantes de dichos comportamientos, se encuentran en primer término los traumas experimentados en la infancia.
Estos traumas se relacionan con el maltrato parental, la violencia ejercida hacia el niño, la desatención e inaccesibilidad de los padres, el abuso físico y sexual, las conductas agresivas en la familia, etc.
Sin embargo, en estudios recientes se constató que la relación entre los traumas y los comportamientos adolescentes violentos no era lineal, sino que se encontraba mediada por el funcionamiento mental de los adolescentes en cuestión.
De un modo riguroso y sistemático, se estableció que, con igual o equivalente trasfondo de traumas infantiles, había una relación inversa entre funcionamiento mental y conducta agresiva.
Pero, ¿qué es el funcionamiento mental?
Dicho de un modo muy esquemático podemos decir que incluye tres tipos de capacidades:
1) La capacidad para crear un espacio mental en el que tenga vigencia la “realidad psíquica” (Freud), esto es, cuyo contenido sean pensamientos, fantasías, creencias, afectos, etc., y en el cual se puedan simbolizar y tramitar los diversos traumas y conflictos intrapsíquicos e interpersonales.
2) La capacidad para simbolizar los afectos, de modo tal que sean identificables y denominables, cualitativamente diferenciables entre sí y regulables por medios mentales, en lugar de que permanezcan como estados globales difusos e indiferenciados, en un nivel protomental (Bion), difíciles de identificar y de regular, tendientes a traducirse en acciones en el mundo exterior, o alteraciones en el cuerpo (somatizaciones).
3) La capacidad para establecer relaciones interpersonales a predominio de empatía, lo cual implica la posibilidad de aprehender la subjetividad ajena como diferenciada de la propia, con su propia identidad, deseos e intereses
Se vuelve ahora tal vez más comprensible que la vigencia de estas capacidades haga las veces de mediadora entre los traumas infantiles y la violencia adolescente, y que cuanto mayor sea el desarrollo de las mismas, menor será la violencia actuada y mayor la capacidad de tramitarla simbólicamente. Por el contrario, cuanto menor sea dicho desarrollo, mayor será la tendencia al comportamiento violento y a las conductas externalizadoras.
Los datos encontrados en las investigaciones mencionadas, indican que un adecuado funcionamiento mental puede interrumpir el desarrollo del comportamiento agresivo, que es consecuencia del abuso y los traumas tempranos.
Este resultado tiene implicaciones clínicas importantes para la prevención y tratamiento del comportamiento agresivo, en tanto muestra la importancia central que posee el trabajo enderezado a promover el funcionamiento mental en los jóvenes y en los niños, sea que se realice en la práctica privada, o en instituciones (escuelas, hospitales, etc.).

NOTA: he desarrollado con mayor detenimiento estos conceptos en el siguiente artículo:

www.revistamentalizacion.info

18/07/2024

¿Por qué el síndrome borderline tiene lugar predominantemente en las mujeres?

Diversos estudios llevados a cabo con cientos de pacientes internad@s y ambulatori@s, con un diagnóstico de trastorno límite de la personalidad, han demostrado que aproximadamente dos tercios de l@s mism@s son mujeres.
Como consecuencia de ello, se han propuesto varias hipótesis para dar cuenta de este estado de cosas, que aluden a cuestiones culturales, a modos “femeninos” de resolución de conflictos (por ej. internalización de la agresión) o a modos “femeninos” de vincularse (dependencia, aferramiento al objeto), etc.
No obstante, las propuestas mencionadas no parecen ser particularmente esclarecedoras del interrogante en cuestión.
Otro enfoque, en cambio, resulta más útil para comprender este estado de cosas, así como para incidir en un abordaje clínico que resulte más eficaz para el trabajo con estas pacientes.
Este enfoque se pregunta cuáles son los conflictos que típicamente conducen al trastorno límite de la personalidad y pone el acento en que un número cada vez mayor de estudios ha señalado últimamente una fuerte conexión entre el desarrollo de este trastorno en la edad adulta y las experiencias de abuso grave en la infancia, particularmente de abuso sexual.
En estos estudios, las mujeres alcanzaron una puntuación de trauma que fue más del doble que la de los pacientes masculinos: informaron muchos más abusos físicos y sexuales en la infancia que los entrevistados varones.
Por lo demás, determinadas características del trastorno límite de la personalidad a menudo pueden entenderse en detalle como reacciones que se atribuyen al procesamiento de traumas como los mencionados.
Esto se aplica en particular a la tendencia de las pacientes límite a la automutilación y al suicidio manipulativo, a la configuración de sus relaciones objetales y a desenlaces como
disfunción sexual, promiscuidad, depresión, trastorno general de identidad, reacciones de ira inapropiadas e impulsividad autodestructiva, etc.
Por último, la defensa de la escisión, predominante en tales pacientes, puede referirse a la necesidad de la niña abusada de escindir la imago del abusador (generalmente el padre) para poder continuar manteniendo un vínculo con él, a pesar del intenso odio que el abuso le ha desencadenado.
Estas hipótesis sobre una posible etiología traumática del trastorno límite de la personalidad tienen importantes consecuencias relacionadas con el tratamiento, que tendrá como objetivo fundamental detectar en primer término la existencia de dicho trauma (lo cual no es tan evidente, ya que en toda una serie de casos la paciente no lo recuerda y el profesional tampoco investiga al respecto) a los efectos de propiciar su elaboración e integración en el curso del trabajo terapéutico, sea mediante una psicoterapia psicoanalítica, sea mediante la terapia del trauma desarrollada en los últimos años.

04/07/2024

Sobre el espacio mental en los pacientes borderline

Una característica fundamental de un nivel estructural bien integrado, tal como es habitual encontrar en los pacientes neuróticos, es que el sujeto posee un espacio interno en el que puede conectarse con afectos que poseen un buen nivel de simbolización, diferenciarlos y regularlos.
De igual forma, en ese espacio será capaz, tanto de desarrollar sueños diurnos y fantasías, como de poner entre paréntesis la inmediatez de la experiencia vivida, a los efectos de interrogarse sobre las interpretaciones (eventualmente problemáticas) que ha hecho acerca de la realidad interpersonal, guiado por conflictos y traumas de diversa índole.
En ese espacio podrá, entonces, reflexionar sobre el modo en que ha sido afectado por determinadas actitudes de tal o cual persona significativa para él, lo que le permitirá tomar distancia y relativizar el modo en que ha comprendido lo sucedido, así como plantearse conjeturas alternativas al respecto. De este modo, esta capacidad le permitirá una relación con el otro en el que predominen la empatía y el diálogo.
Pero cuando el nivel de integración estructural es bajo, como en los pacientes borderline, el sujeto deja de contar con este recurso.
En estos casos el espacio mental se reduce a un mínimo y los estímulos externos (actitudes de los demás) son interpretados de modo automático por medio de “esquemas interpretativos”, generalmente disfuncionales, que suelen atribuir al otro malevolencia, desinterés o rechazo, sin que esto sea tampoco muy claro para el sujeto, que sólo registrará -ante la actitud del otro- una intensa angustia, o una ira que lo llevará a una acción hostil. Esto se debe a que dichos esquemas desencadenan intensas emociones que no suelen estar adecuadamente simbolizadas, ni pueden ser claramente identificadas ni reguladas, sino que suelen traducirse en algún tipo de acción, habitualmente impulsiva y problemática.
De ahí que en estos casos encontremos en la clínica pacientes que no presentan como problemas conflictos intrapsíquicos, sino relaciones interpersonales inestables y problemáticas, en las que recaen una y otra vez, sin que puedan amortiguar dichos conflictos interpersonales mediante un trabajo elaborativo (para lo cual necesitarían contar con ese espacio mental del que carecen).
En esos conflictos es lo habitual que atribuyan al otro ser la causa del mismo y que hagan depender de un cambio en el comportamiento de su partenaire, la posibilidad de tranquilizarse, de regular sus emociones (ya que suelen tener fallas en la capacidad de autorregularse) y de dejar de sufrir.
El trabajo clínico tendrá entonces, como uno de sus objetivos, favorecer la simbolización y regulación de las emociones y de la acción, así como incrementar la posibilidad de pensar y de ampliar el espacio mental, mejorando el nivel estructural. De este modo, las relaciones consigo mismo y con los demás podrán ir cambiando favorablemente.

27/05/2024

La afección normótica

Hablando de lo que denomina “afección normótica”, Christopher Bollas dice que hay personas que tienen un particular impulso de ser normales y que se caracterizan “…por la parálisis y eventual cancelación de la personalidad en favor de un self que es concebido como un objeto material entre otros productos manufacturados del mundo de objetos”
En ellas hay una eliminación parcial del factor subjetivo y un “self blanco”
Experimentan una sensación de vacío y una ausencia del sentimiento de sí “…y buscan asistencia analítica para encontrar un camino que les permita sentirse reales, o simbolizar una pena que tal vez experimenten sólo como un vacío o una añoranza”
Pero hay otras personas que van más allá y logran neutralizar el elemento subjetivo de la personalidad. Pretenden ser “objetivos”.
“Una persona normótica es alguien anormalmente normal. Es demasiado estable, segura, tranquila y socialmente extravertida. En lo fundamental se desinteresa de la vida subjetiva y se inclina a reflexionar sobre la cosidad de objetos, sobre su realidad material, o sobre datos referidos a fenómenos materiales”.
Estas personas evacúan sus estados anímicos subjetivos y los alojan en objetos materiales, sin que sean reintroyectados.
Son incapaces de experimentar en su interior el despliegue de elementos subjetivos y, en lugar de ello, se interesan en los “hechos”.
Para ellos la vida se define por la acción y en lugar de experimentar tristeza, decaen físicamente.
No se viven como sujetos, sino como un objeto, idealmente productivo y sociable.
En términos de Bion, hay un ataque a la función alfa, por lo cual la persona nunca llega a estar verdaderamente viva y en consecuencia, ha nacido sólo en parte y en gran parte es un nonato.

Psicoanálisis y Psicoterapia 10/05/2024

Ya está on-line el último número de Mentalización. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia, con una serie de interesantes artículos.
De libre acceso en la web puede verse en:

Psicoanálisis y Psicoterapia Sujeto y subjetividad entre la modernidad y la postmodernidad. El problema del narcisismo Peter V. Zima   Nuevas aportaciones acerca del tratamiento psicoanalítico del paciente borderline Eduardo Braier   Procesar o no procesar, esta es la cuestión. La perversión narcisista según Racamier Pere...

EL TRABAJO CLÍNICO EN LA ACTUALIDAD | CEFOP 09/09/2023

SEMINARIO: EL TRABAJO CLÍNICO EN LA ACTUALIDAD

El 11 de octubre comenzaré a dictar un seminario de 12 clases, cuyo título completo es:
El trabajo clínico en la actualidad. Funcionamiento mental, estructura y mentalización en su relación con el conflicto inconsciente, las perturbaciones narcisistas precoces y el trauma temprano.

El dictado será por zoom en CEFOP (Centro Formador en Psicoterapia Psicoanalítica)
Más información en:

EL TRABAJO CLÍNICO EN LA ACTUALIDAD | CEFOP Centro Formador en Psicoterapia Psicoanalítica

25/07/2023

Asociación Internacional para el Estudio y Desarrollo de la Mentalización La Asociación Internacional para el Estudio y Desarrollo de la Mentalización tiene como objetivo r

04/11/2021

El próximo miércoles 10 de noviembre a las 19:30 (hora española) tendrá lugar online, de manera gratuita, el segundo encuentro de la VIII edición del Ciclo de sesiones clínicas de Forum para graduados/as en Psicología y/o Medicina. Estará a cargo de Gustavo Lanza Castelli con el tema "El uso de la mentalización en la psicoterapia psicoanalítica". Si estás interesado en acompañarnos, puedes inscribirte en [email protected] indicando nombre y apellidos, DNI, teléfono, titulación y año de graduación

Diplomado Internacional Clínico en Mentalización - ADIPA 26/07/2021

Diplomado Internacional Clínico en Mentalización - ADIPA El Diplomado Mentalización es una continuación del trabajo internacional en educación y formación en mentalización de AIEDEM presentando un modelo integrativo entre Mentalización y Psicoanálisis que busca articular los desarrollos habidos en el terreno de la Mentalización con conceptos traba...

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II Jornadas AIEDEM