Mariano Qualeta
Psicoterapeuta. Escritor de artículos de reflexión
Abordaje sistémico - cognitivo - constructivis
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Que encajes no quiere decir que estés en el lugar correcto.
📷 Chema Madoz
¿Cómo continúa ésto? ¿Podré elegir la opción de no poder?
Compartimos un artículo sobre la omnipotencia y cómo esta situación de crisis que se vive nos deja aún más expuestos ante una sensación de no poder.
Los invitamos a compartir opiniones y experiencias. Los leemos!
https://lnkd.in/dVmkJme
“ …Contemplo con curiosidad mi resurrección
después del largo sueño…”
Walt Withman
𝐒𝐄𝐆𝐔𝐍𝐃𝐀 𝐎𝐏𝐎𝐑𝐓𝐔𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃:
El 𝐦𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐠𝐥𝐨𝐛𝐚𝐥 𝐲 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐜𝐮𝐥𝐚𝐫 que estamos transitando en la actualidad nos devuelve, ineludiblemente, la 𝐬𝐞𝐧𝐬𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐫𝐞𝐞𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 y nos enfrenta a la idea de una segunda oportunidad acerca de cómo quisiéramos vivir y vivirnos.
El advenimiento de este colapso planetario nos ha develado un mundo que hasta ahora ha sido vivido por cada uno de nosotros desde una 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐞𝐦𝐩𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐧𝐚𝐫𝐜𝐢𝐬𝐢𝐬𝐭𝐚 𝐚𝐭𝐢𝐛𝐨𝐫𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐩𝐞𝐧𝐝𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬 creadas por el sistema para que sigamos creyendo que somos seres libres
Pero a la luz de lo que está ocurriendo y de cómo y cuánto nos atraviesa este fenómeno global, es muy importante ya no esquivar la pregunta, ¿𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐪𝐮𝐞́ 𝐲 𝐩𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞́ 𝐪𝐮𝐞𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐢𝐫 𝐯𝐢𝐯𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨?
No intenta este breve artículo inclinar al lector hacia el balcón del suicidio, sino más bien señalar el peligro de ese otro tentador vacío al que ciegamente podríamos asomarnos como un recurso de autoayuda para disfrazar de sabiduría una nueva propuesta de 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐦𝐞𝐫𝐜𝐚𝐧𝐭𝐢𝐥..
Intentamos sí inducir a la reflexión de lo que sería una nueva vida, 𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐝𝐞𝐬𝐦𝐨𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐬𝐢́ 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐚 𝐲 𝐞𝐦𝐩𝐢𝐞𝐳𝐚 𝐚 𝐞𝐥𝐞𝐠𝐢𝐫𝐬𝐞 𝐲 𝐚 𝐞𝐧𝐦𝐞𝐧𝐝𝐚𝐫𝐬𝐞.
Para acceder a ella habrá que refundar 𝐫𝐢𝐭𝐨𝐬 que darán estructura a un nuevo sentido del tiempo, 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝𝐞𝐫𝐚𝐬 𝐞𝐱𝐩𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐚, 𝐧𝐨 𝐬𝐨́𝐥𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐢𝐦𝐚́𝐠𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐜𝐥𝐚𝐫𝐚𝐝𝐚𝐬 que nos devuelven un “like” de confirmación.
Es un hecho que las experiencias que vamos acumulando en la vida bastarían como prueba suficiente de 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐥𝐚𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐲 𝐥𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐫𝐞𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐬𝐞 𝐨𝐩𝐨𝐧𝐞𝐧 𝐚 𝐥𝐚 𝐟𝐮𝐠𝐚𝐳 𝐞𝐟𝐞𝐜𝐭𝐢𝐯𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐜𝐫𝐞𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐯𝐢𝐯𝐢𝐫𝐥𝐚.
Es inevitable pensar como analogía a la 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐞𝐣𝐚, ese momento en el cual se puede comenzar un amor 𝐪𝐮𝐞, 𝐥𝐞𝐣𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫 𝐛𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐩𝐫𝐨𝐩𝐢𝐞𝐝𝐚𝐝, 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐨𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐟𝐢𝐧𝐢𝐭𝐮𝐝 𝐝𝐞 𝐥𝐨 𝐢́𝐧𝐭𝐢𝐦𝐨...y se anime a todos aquellos laberintos que estamos dispuestos a recorrer.
Evoco unos versos de Pessoa: “Me siento nacido a cada instante para la eterna novedad del Mundo…”
Y tal vez en sus palabras subyace esta idea de la vida no como algo que hay que transformar, sino como un 𝐜𝐚𝐦𝐢𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐞𝐱𝐢𝐬𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐫𝐞𝐭𝐨𝐦𝐚𝐫.
𝐌𝐚𝐫𝐢𝐚𝐧𝐨 𝐐𝐮𝐚𝐥𝐞𝐭𝐚 es Psicoterapeuta y Consultor Organizacional - Especialista en Intervención en Crisis y Procesos de Cambio a personas, grupos e instituciones.
𝐌𝐚́𝐬 𝐢𝐧𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐞𝐧: www.mqasociados.com.ar
Les comparto una nota que nos hicieron de la y que tuve el placer de compartir con mis estimadas colegas Andrea Saporiti y Patricia Feldman
𝐀 𝐯𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫 𝐦𝐚𝐥… 𝐞𝐬𝐭𝐚́ 𝐛𝐢𝐞𝐧
Permitirnos ser y estar en forma diferente a lo que nos pide el contexto, respetando nuestro ritmo y la salud de nuestro ser en el mundo.
Según los especialistas, muchas veces estar mal es la antesala que garantiza un auténtico bienestar.
“Está bien no estar bien”, nos dice esta nota y esa certeza, mientras tanto, puede darle un poco de abrigo al corazón.
PARA ACCEDER A LA NOTA COMPLETA CLIQUEAR ESTE ENLACE:
http://www.sophiaonline.com.ar/a-veces-estar-mal-esta-bien/
𝐌𝐚𝐫𝐢𝐚𝐧𝐨 𝐐𝐮𝐚𝐥𝐞𝐭𝐚 es Psicoterapeuta y Consultor Organizacional - Especialista en Intervención en Crisis y Procesos de Cambio a personas, grupos e instituciones.
𝐌𝐚́𝐬 𝐢𝐧𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐞𝐧: www.mqasociados.com.ar
Atascado en avanzar
"Oscuridad, de la que yo desciendo, más que a la llama que limita al mundo yo te amo, en tanto arde para un círculo cualquiera, fuera del cual no la conoce ser alguno" —Rainer Maria Rilke
Como un hámster en una rueda sin fin, a veces perdemos de vista u olvidamos nuestros propósitos personales, ante el ritmo desenfrenado que nos impone la diaria relación con el medio.
Siempre me asombró ver cómo estamos disconformes con nosotros mismos y cómo, a partir de ello, cautivos de contextos hambrientos de éxito y de gloria, intentamos comportarnos de manera diferente a lo que somos.
Nos sometemos entonces a elaborados planes de formación y capacitación que nos ayudan a desarrollarnos(en aquellas exiguas características que no representan la amplitud de lo que somos), rápidamente, pues no hay tiempo.
Esta carrera envilecida deja atrás la vocación y hasta al propio sujeto, quedando ambos rezagados en una cadena desesperada de producción de sordos sentidos.
Insaciable necesidad de aprobación, constante ratificación de la existencia, búsqueda de uno mismo en el otro o a través del otro. Tal es la situación adictiva que se irradia en todas direcciones. El ocio y los momentos más íntimos quedan atrapados en este collage multicolor.
Gritos propios enmudecidos ante voces ajenas que distraen, aturden y no permiten la aparición del Sí Mismo.
Personajes de ficción arrebatados de la propia personalidad. Los pensamientos, las obsesiones, los deseos y las ambivalencias discurren en nuestro interior, mientras nos vemos impelidos por un derrotero descarriado e infructuoso hacia la complacencia. Somos hombres “a sueldo”, alquilados por la voluntad del otro.
La multitarea, entendida como una capacidad en ciertos campos del ámbito laboral, se ha vuelto un monstruo de diez cabezas, que arrasa con todos los espacios que nos habitan. Nuestro cerebro adoctrinado busca siempre qué hacer, de todo aquello que hay por hacer.
Censurarse o bloquearse cognitivamente a la hora de estar haciendo algo, para comenzar a hacer otra y otra cosa, y otra, detrás de un fondo sin fondo, es una carrera por alcanzar al tiempo, llamada también enfermedad del tiempo (Larry Dossey, 1982). No tiene otro motivo que fomentar una ilusión de control, de previsibilidad por lo que está por ocurrir. Es como intentar llegar antes de que las cosas sucedan, sorprender lo inesperado.
Cuesta mucho romper esa ilusión de poder con todo, de analizar todo, pero esa quimera sí puede rompernos a nosotros. El cuerpo se cansa yendo detrás de la cabeza, y a veces quisiera que la mente frene para lograr alguna armonía.
Esta carrera oprime y comprime todo lo que tenemos por expresar, por sentir y por vivir. Mucho de lo que llevamos dentro queda encerrado en un suspiro interrumpido.
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𝐌𝐚𝐫𝐢𝐚𝐧𝐨 𝐐𝐮𝐚𝐥𝐞𝐭𝐚 es Psicoterapeuta y Consultor Organizacional - Especialista en Intervención en Crisis y Procesos de Cambio a personas, grupos e instituciones.
𝐌𝐚́𝐬 𝐢𝐧𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐞𝐧: www.mqasociados.com.ar
𝐕𝐢𝐝𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚𝐥𝐞𝐥𝐚𝐬
“Me despierto por las mañanas alarmado, sin saber porqué. No me reconozco. Nada de lo que creía que tenía sentido en mi vida lo tiene hoy para mí”.
Esta es una condición que muchas personas experimentan hoy día. Y por angustiante que sea, la sensación remite a un proceso de integración que se está desenvolviendo.
La realidad no tiene una sola vía. Estamos atravesados por diferentes niveles de información, que coexisten en nosotros, aunque solamente logramos registrar algunos de esos espacios: nuestro cerebro no puede captar todas esas dimensiones.
Algunas zonas quedan expatriadas en nuestro inconsciente.
Vivimos fragmentados, pulsados y tironeados por diferentes identidades.
Las grandes crisis vitales y globales despiertan estos monstruos dormidos. Y lo hacen a modo de tormentas sensoriales (ansiedad, júbilo, palpitaciones y temblores del cuerpo) que no encuentran control.
Esas vidas paralelas piden a gritos ser escuchadas…
¿No es hora de que les prestemos atención?
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𝐌𝐚𝐫𝐢𝐚𝐧𝐨 𝐐𝐮𝐚𝐥𝐞𝐭𝐚 es Psicoterapeuta y Consultor Organizacional - Especialista en Intervención en Crisis y Procesos de Cambio a personas, grupos e instituciones.
𝐌𝐚́𝐬 𝐢𝐧𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐞𝐧: www.mqasociados.com.ar
𝐒𝐚𝐭𝐢𝐬𝐟𝐚𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐥: 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐚𝐩𝐚𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐞𝐛𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐜𝐮𝐥𝐭𝐢𝐯𝐚𝐫
Innumerables veces, me he encontrado con pacientes, que a pesar de reconocerse en un logro realizado, tienen en lo más profundo de su ser, una sensación de insatisfacción que no se pueden explicar.
Denuncias silenciosas de una sobrevalorada atribución a lo externo y una mirada retraída sobre lo interno. Todo esto desencadena una avalancha de cosas por hacer, promesas de disfrute pleno, que creemos estar aptos de sentir.
La satisfacción personal es una capacidad que se posee cuando se cultiva. Culturalmente existe la sesgada tendencia a entender que está determinada por algún factor externo o que es un atributo adquirido. Pero esa idea está cimentada en que nuestra satisfacción no es nuestra, sino que está sujeta o condicionada a una acción por fuera de mi.
Por un lado, solemos decir “Me hacés o no me hacés feliz “, lo cual es una verdad a medias, porque olvidamos que estas sensaciones (placer o displacer) no responden solo a una cosa/persona, sino también a aquella parte de nosotros que busca alimentarse de esa sensación. Es decir, por ejemplo: nosotros amamos y nos dejamos amar, cuando reconocemos esa necesidad de amar y ser amados, que está en nosotros y que pide despliegue.
También es verdad que consideramos la relación que una persona tiene con la gratificación, como el producto de su contexto histórico (familia y época), a partir de desentrañar las experiencias que le hayan permitido vivir mas plenamente lo que tuvo, que enfocarse en aquello de lo que se privó.
Nuestra realidad está muy influenciada por una idea de escasez. Como respuesta a ello se desarrolla una ambición desmedida por devorarse al mundo cuanto antes. Esto lo podemos ver representado en el aceleramiento por vivir, en personas y grupos sociales.
Ante esas corridas desmedidas, en muchas ocasiones no se hace otra cosa que coleccionar objetos distractivos y sedativos, aplacando o estimulando nuestra necesidad de sentir, aquello con lo que no queremos o queremos establecer contacto, respectivamente. Por lo tanto estos estados de aparente satisfacción, resultan ser solo espacios de conformidad y estancamiento.
Estas premisas de escasez que nos impulsan a hacer en forma exagerada bloquean, cualquier posibilidad de disfrute. Pensar en la satisfacción como algo dado o proveniente, exclusivamente, de afuera, no nos permite considerarla como una capacidad que debamos cultivar.
Te comprendes dentro de este artículo?
Estás cultivando tu capacidad de sentir?
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𝐌𝐚𝐫𝐢𝐚𝐧𝐨 𝐐𝐮𝐚𝐥𝐞𝐭𝐚 es Psicoterapeuta y Consultor Organizacional - Especialista en Intervención en Crisis y Procesos de Cambio a personas, grupos e instituciones.
𝐌𝐚́𝐬 𝐢𝐧𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐞𝐧: www.mqasociados.com.ar
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