Senillosa 854 - Directorio 29. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.Teléfonos: 4922-0502/0992/3304 A comienzos del año siguiente se traslada a la Av. Av.
El Colegio Calasanz se abrió en 1892 con el nombre de "Escuelas Pías" en la calle Suipacha 1373. Santa Fe 2729 donde funcionó durante tres años. En 1896 se mudó nuevamente a Av. Rivadavia 5602/18 (en Primera Junta). Justamente ese año se colocaba la Piedra Fundamental del edifico actual en la manzana ubicada entre las calles Directorio, Av. La Plata, Senillosa y José Bonifacio. Ese mismo año comie
nza a sentirse en el corazón el bullicio de los chicos corriendo y jugando por los patios del nuevo y soñado Colegio. Las obras continúan y en el año 1900 todo el alumnado se instala en el flamante edificio.
¡Vienen a caballo hasta las puertas del Colegio! Donde está la actual boca del subterráneo había una pileta de piedra con agua fresca para abrevar los caballos, que se llenaba con una canilla a la que había que apretar para que saliera agua. Los chicos del Colegio que pasaban por allí la usaban para beber. Por la Av. La Plata pasaba el tranvía 27, que se usaba para ir hasta Rivadavia a tomar el Subte para ir al centro. En el medio de la calle había un cantero con grandes árboles y bancos donde la gente se sentaba a tomar fresco en los calurosos días de verano. La calle José Bonifacio no se llamaba así, su nombre era "Convención", y era lugar de reunión de muchos pobres que venían al Colegio a buscar comida. Directorio estaba como hoy ... pero sin tanto tránsito y sin tanto ruido. Al frente del Colegio (es decir, desde la calle Tejedor hasta Asamblea) había un gran baldío donde venían los soldados a hacer maniobras, con gran alegría de los alumnos que se entretenían mucho viéndolos.
¿Y por dentro? Sin lugar a dudas el lugar más solemne, más multifacético, más serio del Colegio era el Patio de Honor. Rodeado como está hoy de una hermosa galería que comunica a las aulas, siempre presentó igual aspecto. Salvo el deterioro por el paso del tiempo, fue mantenido por los sacerdotes del Colegio como el lugar privilegiado para los actos escolares, entregas de premios, fotos de conjunto de todo el alumnado, misas al aire libre, representaciones artísticas, esquemas de gimnasia, acrobacias... ¡cuánta historia guardan esas paredes! Allí se hacía la apertura del año académico y la solemne distribución de premios de fin de año. Se armaba un estrado con una tarima y allí solo subían los PP. Provincial, Rector y Superior de la casa, el secretario del Colegio y los alumnos que lograban "medalla de oro".
¡Todo un evento de solemnidad! Al principio no tenía el mástil que hoy lo corona. Lo hizo construir el P. Eugenio Alfaro y el Maestro Covas consiguió la donación de la columna que sostiene la bandera. Era el patio de Primaria, pero no estaban los cursos que hoy hay sino que por ejemplo, donde esta la Capilla era el comedor de los sacerdotes, donde está el kiosco era el comedor de los medio pupilos, donde están los quintos años el comedor de los pupilos, y lo más curioso era que cerca de la escalera que sube al primer y segundo piso, había un aula donde se guardaban los fusiles que había donado el ejército para que los alumnos mayores practicaran tiro y para que en los actos escolares los mejores alumnos portaran armas para escoltar a la bandera de ceremonias que se guardaba allí también.
¡No existían timbres en el patio! Se utilizaba para los recreos la campana que hoy todavía está junto a la Capilla. El portero del Colegio venía desde la portería a tocar la campana cada vez que correspondía clase o recreo...
En años posteriores, la Unión de Padres arregló el patio poniendo cerámicos venecianos verdes y rojos, que hoy vemos todavía en excelente estado. El tiempo y los recuerdos nos enseñan muchas cosas de nuestras raíces. Por eso la comunidad religiosa del Colegio resolvió con la ayuda incondicional de la Comisión Directiva de Upayac, restaurar ese patio. Primero se llevó a cabo la restauración y pintura de las aberturas y de las paredes de las galerías que lo rodean. Luego se cambió a nuevo la escalera que sube al primer piso donde están los cursos de 1º y 2º año; finalmente la pintura general de todo el patio. Nunca dejemos que el olvido borre nuestra memoria... Si dentro de estas paredes está un pedacito de tu corazón porque en ellas te escondiste, corriste, lloraste o simplemente jugaste... este patio de honor es tu honor, ese patio de historias, picardías y recuerdos es tuyo, de tus antepasados, de tus papás, de tus profesores... y sobre todo de los escolapios que hoy honramos contigo a San José de Calasanz y a la vida. Gracias por hacer realidad la memoria.