Corvalán Minoldo Quain abogados

En España hay una preocupación creciente en la designación de jueces que responden al partido político gobernante. Algo parecido sucede en nuestro país y particularmente en nuestra provincia. Para el análisis interesante y profundo nada menos que un filósofo del derecho de aquellas latitudes., Juan Antonio García Amado. Ver en su blog https://garciamado.blogspot.com/2024/08/en-cuanto-tengan-los-jueces-ya-seran.html

Sin opinar sobre aquellas puntuales realidades políticas que les toca vivir, el enfoque es conceptualmente muy válido. Es que el poder es único, aunque se dividan las competencias como lo pretenden las ideas post Revolución Francesa, para terminar generando cuatro, como ocurre en la reforma constitucional de 1994 cuando se separa al poder de los fiscales para darles la autonomía que reclama el Estado Constitucional y Social de Derecho, (no de derecha).

En cuanto tengan a los jueces, ya serán como reyes La identificación doctrinal, teórica, de qué puede ser Derecho, de qué contenidos pueden tener o no las normas jurídicas, viene marcada ...

En realidad tener el título de abogado es en todo caso, un punto de partida. El tema es llegar a tener el oficio de defender casos jurídicos. El título es una enorme ficción creada por el derecho (una de las tantas) que permiten suponer que quien lo posee, sabe, tiene suficientes conocimientos adquiridos en su paso por la Universidad. Además de que ponemos en crisis a las currículas de los estudios de abogacía, como presupuestos válidos para que el profesional pueda atender eficazmente su trabajo, lo cierto, lo que aprendimos con la experiencia, es que el oficio de defensor penalista en nuestro caso, se fue incorporando a una práctica que todavía no ha concluido. Hoy con el nuevo sistema procesal penal, se impone tener capacidades para estar en una audiencia, para argumentar sobre el derecho, pero fundamentalmente sobre los hechos y sus interpretaciones. Con más de cuarenta años de ejercicio profesional, y con el acompañamiento indispensable de jóvenes que se capacitan diariamente, el estudio está a pleno trabajando en todos sus casos. Sea como defensores o como representantes de las víctimas, nuestro compromiso es el mismo y se relaciona con lo que consideramos la verdad de lo ocurrido y la solución justa que se espera conseguir.

NUNCA MAS. Pertenezco a una generación que en la década de los setenta, veíamos con enorme preocupación que jóvenes de nuestra edad se embarcaban en la lucha armada, como objetivo para llegar al poder frente a tanto golpe de Estado militar. Siempre creímos que estaban equivocados y el camino era trabajar en democracia. En aquellos lejanos años nos reuníamos clandestinamente con los compañeros de la Democracia Cristiana, primer partido al que pertenecí. Luego descubrimos el horror de la aplicación de la política de desaparición de personas, y no dudamos en abrazar la lucha por la verdad y la justicia, trabajando duramente con políticos ejemplares como lo fuera Augusto Conte y toda la juventud de Humanismo y Liberación del PDC. Lo pasamos mal, con atentados y amenazas por nuestro trabajo profesional de abogado por los DDHH. LLegó Alfonsin y con él el pacto democrático al que todos los demócratas adherimos. Pasamos a sus filas y desde aquél entonces no abandonamos los ideales progresistas que hoy encarnan figuras como Leopoldo Moreau oficial. Desde esa síntesis de mi historia personal, es que hoy en este nuevo aniversario del nefasto golpe cívico militar, no puedo aceptar las voces que niegan lo ocurrido. Desde entonces mi límite es ese, no puedo tolerar que vengan a reivindicar a militares que deshonraron su uniforme, que fusilaron, que hicieron desaparecer niños, torturaron, arrojaron personas al río, robaron sus bienes que consideraban botín de guerra, en nombre de la doctrina de la seguridad nacional dictada en los EEUU. Todo para instalar un programa económico al servicio de los poderosos que se autoproclaman como liberales y lo único que persiguen es aumentar sus ganancias, sin importarles para nada las personas, a las que incluso hoy institucionalmente las denominan "capital humano". No obstante, al ver tanta juventud hoy movilizada en las plazas del país, de todas las ideologías, comprometidas con la democracia, veo esperanzado el futuro.

Estamos ingresando a una nueva etapa, donde la litigación va camino a ser dominada por la virtualidad electrónica. Conseguimos instalar un procedimiento penal adversarial, desarmando el modelo inquisitivo y donde las personas tanto víctimas como imputadas, pueden tomar contacto con los jueces y los fiscales en forma directa. Además pueden ver a sus abogados en pleno ejercicio de la defensa que realizan en sus nombres. Las ventajas de la oralidad, sea presencial o por zoom, son innegables y requieren de los profesionales que se capaciten para enfrentar audiencias públicas desarrollando alegatos de apertura y cierre, formulando interrogatorios y haciendo objeciones para impugnar la actividad de la otra parte.
Mediante esta página pretendemos abrir un canal de comunicación de la actividad de nuestro estudio, dedicado especialmente al ámbito del derecho penal, preservando los derechos de nuestros clientes.