Torres Laurel

Torres Laurel

En la San Juan y en La Laurel. Y aquí es importante destacar la preposición 'en'. La que advierte que estará en dos sitios: en la San Juan, como siempre, y en la Laurel, desde esta misma semana. Estará por tanto, el Torres San Juan, y el Torres Laurel. Que serán dos espacios con un hilo conductor, el buen hacer tras la barra y en la cocina, pero con evidentes diferencias por un hecho lógico y normal. «Que la Laurel no es igual que la San Juan. Y porque queremos que quien nos visite en la San Juan, también lo haga en La Laurel, y al revés», tal y como lo explica Noelia Binaburo que ha puesto en marcha junto a Mar Díaz-Pedrera, Alberto Rodríguez y José Ángel Acebedo este nuevo espacio que ocupa el lugar donde siempre estuvo en la Casa Pali, justo enfrente del restaurante Iruña, es decir, en el cogollo mismo de la calle Laurel.

Y esto de que sea lo mismo sin que sea lo mismo puede resultar un poco complejo. Pero se aclara en cuanto se habla de la propuesta gastronómica. «Lo único que será igual en uno y en otro local será el bocadillo de calamares, porque creemos que puede tener una gran acogida en la Laurel», apunta Noelia. El resto, recordará al Torres original pero con evidente matices diferenciadores para «no 'canibalizarnos' ambos espacios».

Habrá kobe, pero puesto de otra forma; y el Torres Laurel será totalmente 'laurel' -si es que este término éxiste-. «No llegamos con una única especialidad, pero en un principio no tendremos pinchos puesto en la barra. Saldrá todo al momento desde la cocina para los clientes». Es decir, como fue Laurel y nunca debió perderse. Pedido y hecho al momento. Atención a la crema de patatas con piquillos o a la asadurilla. Es el Torres Laurel.


Una vinoteca de tres metros
«Tenemos una vinoteca de tres metros», presume con alegría Noelia Binaburo. Tres metros para introducir en la calle Laurel una apuesta importante de vinos de diversas denominaciones. «Es evidente que habrá referencias de Rioja. Pero también queremos presentar vinos de otros denominaciones, vinos diferentes...», apunta Noelia.

Nada nuevo, por otra parte, para los visitantes habituales del Torres de San Juan. Desde el principio el vino ha sido un elemento más para acudir a este espacio. «Así que vamos a seguir esta misma línea. Además lo vamos hacer una forma centralizada, coordinados para poder tener vinos especiales», indica Noelia.

De esta forma, la calle Laurel, algo más turística que la San Juan, gana una nueva referencia a la que acudir cuando se trate de reconocer nuevos vinos, ya sea con la cuadrilla habitual o con amigos llegados de fuera.