El Templo del Placer

Tal vez lo nuestro era conocernos pero no estar juntos. ¿Qué hacer cuando la única persona que nos puede hacer felices, es precisamente la que nos hace llorar?

Están por venir mejores tiempos.
Con mejores sonrisas, mejores trenes a los que subirse, mejores destinos a los que llegar. Lo bueno tarda en llegar.

No es necesario golpear para hacer daño. Una palabra, un silencio, una decepción, una traición, la indiferencia, estas cosas también duelen.

Quiero un abrazo de esos en los que sientes que la ropa estorba. Quiero un beso de esos en los que terminamos desnudos. Quiero sentir el calor de tu piel y tu respiración encima de mí. Quiero que desnudes mi cuerpo y perviertas mi mente. Yo a cambio te ofrezco mi piel para que pases ahí la noche, toda la noche.

Lo prohibido es la tentación más deseada; y lo más deseado es prohibido…

A veces no es necesario cruzar una puerta para entrar en la vida de alguien; basta con que se crucen dos miradas.

Quiero planes improvisados. Ser la sonrisa cómplice de alguien.

Él no era el indicado pero era mi favorito...

¿Por dónde te gusta que te pasen la lengua?

Uno de los mejores sentimientos del mundo es cuando abrazas a la persona que quieres y ella te abraza aún más fuerte.

A lo mejor sólo se trata de encontrar a alguien que te valore, te cuide y que le encante estar contigo.

Las parejas que duran para siempre son las que se dan cuenta de que la fidelidad y la libertad siempre tienen que ir cogidas de la mano.

- ¿Puedo quedarme unos días?
- Quédate para siempre.
- Ni siquiera me conoces.
- Tengo el resto de mi vida para conocerte.

Por esos polvos que echamos en cualquier lugar porque no nos podemos aguantar las ganas.

No siempre volvemos a los lugares donde fuimos felices. A veces volvemos a los lugares donde nos hicieron mal. Y nos rompemos un poquito más solo para ver si nuestro ego al fin acepta que no sabemos elegir.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo.

No eres perfecta, pero en el sofá, cuando te escurres entre mis brazos, casi distraída, y te acomodas así con la cabeza sobre mi pecho, para ver una película, casi desnuda, hasta quedarte lentamente dormida, creo que tengo derecho a asegurar, que estás cerca de serlo.