Dr. Bernardo Valenzuela Bariatria Clinica

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Reducir los carbohidratos es una de las formas más simples y efectivas de perder peso. Los estudios ilustran que las personas que siguen dietas bajas en carbohidratos pierden más peso y más rápido que las que siguen dietas bajas en grasas, incluso cuando estas últimas restringen activamente las calorías.

Esto se debe a que las dietas bajas en carbohidratos eliminan el exceso de agua de su cuerpo, lo que reduce los niveles de insulina y conduce a una pérdida de peso rápida en la primera o segunda semana. (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/12430970)
(http://ajprenal.xn--fisiologa-n5a.org/content/293/4/F974)

En estudios que comparan dietas bajas en carbohidratos y bajas en grasas, las personas que restringen sus carbohidratos a veces pierden de 2 a 3 veces más peso, sin tener hambre.

Un estudio en adultos obesos encontró que una dieta baja en carbohidratos es particularmente efectiva hasta por seis meses, en comparación con una dieta convencional para perder peso. Después de eso, la diferencia en la pérdida de peso entre dietas fue insignificante. (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/12761365)

Dr. Bernardo Valenzuela
Céd. Prof. 4897985
Bariatría Clínica
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Durante la digestión, los alimentos se metabolizan para ser convertidos en sustancias más sencillas de asimilar. Después, estas son absorbidas en un proceso llamado gluconeogénesis. Es decir, se produce la formación de glucosa, que actúa como una fuente de energía para las células. Esta glucosa es captada por los receptores de la vena porta, situada cerca del intestino, que a su vez envía una señal al cerebro para que se inicie la sensación de saciedad.

De esta manera, tras una comida rica en proteínas, las moléculas que se obtienen de ellas son liberadas en el torrente sanguíneo. Esto hace que se bloqueen los receptores opioides mu (μOP). Estos son unos receptores que están en las paredes de la vena porta, un grueso vaso sanguíneo que transporta la sangre desde el intestino y el bazo hasta el hígado, lo que da lugar a la metabolización de los nutrientes.

Así es como se genera la sensación de saciedad tras las dietas ricas en proteínas, especialmente si incluye carne roja o blanca, pescado, huevos y algunos vegetales. De hecho, hasta no hace mucho tiempo, se desconocía que los receptores μOP eran los encargados de regular la sensación de hambre y de saciedad.

Aunque antes se evitaba la grasa en la dieta y se la consideraba un importante contribuyente a las enfermedades cardíacas, los investigadores han descubierto que puede ofrecer algunos beneficios.

Las grasas monoinsaturadas y las grasas poliinsaturadas se conocen como "grasas buenas" porque son buenas para el corazón, el colesterol y la salud en general. Estas grasas pueden ayudar a:

- Reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
- Disminuir los niveles de colesterol LDL malo, al mismo tiempo que aumenta el HDL bueno.
- Prevenir ritmos cardíacos anormales.
- Reducir los triglicéridos asociados a enfermedades del corazón y combatir la inflamación.
- Presión sanguínea baja.
- Prevenir la aterosclerosis (endurecimiento y estrechamiento de las arterias).
- Agregar más de estas grasas saludables a su dieta también puede ayudarlo a sentirse más satisfecho después de una comida, reduciendo el hambre y, por lo tanto, promoviendo la pérdida de peso.

Algunos estudios encuentran que consumir una cantidad de proteína más alta de lo habitual en su dieta puede ofrecer beneficios. Por ejemplo, comer o beber productos con alto contenido de proteínas puede ayudarlo a reducir la grasa corporal, mantener los músculos magros, sentirse lleno y perder peso.

Reemplazar las comidas con licuados de proteínas puede ayudarlo a reducir sus calorías diarias, lo que puede ayudarlo a perder peso. Pero con el tiempo necesitará comenzar a comer alimentos sólidos nuevamente. Comer alimentos sólidos puede hacer que regrese el exceso de peso si no elige alimentos de manera inteligente. Y si depende demasiado de los licuados de proteínas para reemplazar las comidas diarias, se perderá los beneficios saludables de los alimentos integrales.

El cuerpo absorbe los MCT más rápidamente que los triglicéridos de cadena larga (LCT), que contienen más carbonos en sus cadenas de ácidos grasos.

Debido a su longitud de cadena más corta, los MCT viajan más rápido desde el intestino hasta el hígado y no requieren que la bilis se descomponga como lo hacen las grasas de cadena más larga.

En el hígado, las grasas se descomponen para usarse como combustible o almacenarse como grasa corporal. Dado que los MCT ingresan fácilmente a sus células sin descomponerse, pueden usarse como una fuente inmediata de energía.

La proteína de suero de leche también es muy eficaz para perder peso, reduciendo la grasa del cuerpo, pero manteniendo al mismo tiempo el músculo, un objetivo que suele ser muy difícil de conseguir recurriendo solo al ejercicio o a la dieta.

La proteína de suero de leche también es muy eficaz para ayudar a perder peso, es decir, cuando buscamos reducir la grasa del cuerpo, pero manteniendo al mismo tiempo el músculo. En ese escenario, la proteína de suero, contribuirá en aportar un extra de este nutriente, reduciendo la pérdida de masa muscular que pudiera ocurrir.

Además de lograr una significativa pérdida de peso, tomar un batido de Whey Protein o cualquier otro suplemento compuesto de esta proteína, tiene un efecto saciante, por lo que ayuda a mantener un peso estable, reduciendo los antojos entre comidas.

08 Marzo 2023
Día internacional de la Mujer

Comer es un acto deliberado, por lo que suponemos que comer es decisión y que el hambre solo juega un papel menor Pero numerosos sistemas hormonales superpuestos influyen en la decisión de cuándo comer y cuándo parar.

Decidimos conscientemente comer en respuesta a las señales de hambre que están en gran parte mediadas por hormonas. Dejamos de comer conscientemente cuando el cuerpo envía señales de saciedad (plenitud) que están en gran parte mediadas hormonalmente.

Por ejemplo, el olor a fritura le da hambre a la hora del almuerzo. Sin embargo, si acabas de terminar un gran buffet, esos mismos olores pueden hacerte sentir un poco mareado. Los olores son iguales. La decisión de comer o no es principalmente hormonal. Nuestros cuerpos poseen un intrincado sistema que nos guía a comer o no. La regulación de la grasa corporal está bajo control automático, como la respiración. No nos recordamos conscientemente que debemos respirar, ni recordamos a nuestros corazones que laten. La única forma de lograr dicho control es tener mecanismos homeostáticos.

Como las hormonas controlan tanto las calorías entrantes como las calorías salientes, la obesidad es un trastorno hormonal, no calórico.

Tradicionalmente, las condiciones mentales y psiquiátricas han sido tratadas como distintas de los trastornos del cuerpo. Pero una nueva investigación argumenta que esto está mal. Esto señala lo que es un hecho establecido: que las personas con obesidad, diabetes y otras afecciones metabólicas tienen muchas, muchas más probabilidades de desarrollar enfermedades mentales como depresión, ansiedad y trastorno bipolar.

“No es una coincidencia que a medida que se dispararon las tasas de obesidad y diabetes, las tasas de trastornos mentales también se dispararon”, dice. “Están interrelacionados porque todos son trastornos metabólicos”.

Específicamente, dice que la salud de las mitocondrias, las llamadas centrales eléctricas de las células, son "la vía común" que vincula los trastornos mentales y metabólicos.

Las mitocondrias producen la energía que impulsa la actividad celular (de ahí el apodo de "central eléctrica"). Pero hacen mucho, mucho más que eso: ayudan a regular el metabolismo; ayudan a producir y regular los neurotransmisores; ayudan a coordinar el funcionamiento del sistema inmunológico; ayudan a manejar el estrés; y juegan un papel importante en la expresión génica.

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La diferencia entre la prediabetes y la resistencia a la insulina
La prediabetes significa que sus niveles de azúcar en la sangre son más altos de lo normal. Pero no han alcanzado niveles lo suficientemente altos como para ser diagnosticados con diabetes. La prediabetes es causada por la resistencia a la insulina.

La prediabetes y la diabetes ocurren cuando el páncreas no produce suficiente insulina para mantener niveles normales de glucosa en la sangre.

La resistencia a la insulina ocurre cuando las células de su cuerpo no responden bien a la insulina. La insulina es la clave que permite que la glucosa pase de la sangre a las células, donde se utiliza como energía. Con la resistencia a la insulina, se necesita más insulina para completar este proceso. Para compensar la resistencia a la insulina, el páncreas secreta más insulina. Esto ayuda a mantener los niveles normales de glucosa en sangre.

Puede tener resistencia a la insulina antes de que le diagnostiquen prediabetes. Eso se debe a que, inicialmente, su cuerpo intentará compensar la resistencia a la insulina. Lo hace al producir más insulina para mantener niveles normales de glucosa en la sangre. Sin embargo, con el tiempo, es posible que su páncreas ya no pueda producir suficiente insulina para superar la resistencia a la insulina. Esto puede conducir a niveles de glucosa en sangre más altos de lo normal. Cuando esto sucede, usted tiene prediabetes.

Reconocer la obesidad como enfermedad permite mejorar el acceso al tratamiento y estimular el avance de nuevas estrategias terapéuticas. Sin embargo, el término obesidad asocia una gran estigmatización tanto pública como por parte del propio paciente.

Consideramos que la decisión de declarar la obesidad como una enfermedad per se es un esfuerzo bien intencionado, tanto para legitimar la afección como para conseguir cambiar el discurso público de la culpa y el estigmatismo respecto a la terapia médica de esta patología. El hecho de ser reconocida como enfermedad implica asociar a las modificaciones en el estilo de vida un tratamiento costoso en forma de medicamentos, tecnologías médicas, incluso cirugía bariátrica.

Considerar la obesidad una enfermedad implica tener en cuenta las limitaciones existentes en las herramientas de medición, y su consecuente impacto en el pronóstico y manejo de la patología.

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Nos vemos la próxima semana en vivo y en directo. Pueden dejarme sus preguntas para despejarlas ese día. Salduos

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Un vistazo a lo hongos

Antioxidantes
Los antioxidantes ayudan a proteger el cuerpo de los radicales libres dañinos que pueden causar enfermedades como enfermedades cardíacas y cáncer. También lo protegen contra el daño del envejecimiento y estimulan su sistema inmunológico. Los hongos son ricos en el antioxidante llamado selenio. De hecho, son la mejor fuente del mineral en el pasillo de productos.

Beta glucano
El beta glucano es una forma de fibra dietética soluble que se ha relacionado fuertemente con la mejora del colesterol y la salud del corazón. También puede ayudar a su cuerpo a regular el azúcar en la sangre, reduciendo el riesgo de diabetes tipo 2. Se cree que los hongos ostra y shiitake tienen los betaglucanos más efectivos.

vitaminas B
Los hongos son ricos en vitaminas B: riboflavina, niacina y ácido pantoténico. La combinación ayuda a proteger la salud del corazón. La riboflavina es buena para los glóbulos rojos. La niacina es buena para el sistema digestivo y para mantener una piel sana. El ácido pantoténico es bueno para el sistema nervioso y ayuda al cuerpo a producir las hormonas que necesita.

Cobre
El cobre ayuda a su cuerpo a producir glóbulos rojos, que se utilizan para transportar oxígeno por todo el cuerpo. El mineral también es importante para otros procesos en el cuerpo, como mantener huesos y nervios saludables. Incluso después de cocinarlos, una porción de 1 taza de champiñones puede proporcionar aproximadamente un tercio de la cantidad diaria recomendada de cobre.

Potasio
El potasio es extremadamente importante cuando se trata de la función cardíaca, muscular y nerviosa. Hay tanto potasio en 2/3 de taza de hongos shiitake cocidos como en un plátano mediano.

Si ha visto a sus amigos en el gimnasio tomar un par de batidos de proteínas por día y pensó que eso no es para usted, no está solo.

Si no está haciendo ejercicios vigorosos, incluso su día requiere energía y combustible para su cuerpo, que proviene de tres macronutrientes principales: carbohidratos, grasas y proteínas. Por cada kilogramo de peso que tengas, necesitas 0,8 gramos de proteína. Aunque los atletas tienen necesidades elevadas de proteínas, incluso las personas promedio no logran alcanzar ese objetivo diario adecuado a través de sus comidas. Un batido de proteínas puede satisfacer sus necesidades de proteínas, en diferentes niveles e intensidades de ejercicio.


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Este tipo de grasa, más común en los hombres, se encuentra más adentro del estómago, debajo de los músculos abdominales y alrededor de los órganos vitales. Este peligroso tipo de grasa se ha relacionado con enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, colesterol alto, ciertos tipos de cáncer y accidentes cerebrovasculares. La grasa visceral es peligrosa porque está relacionada con la liberación de proteínas y hormonas que pueden causar inflamación.

Esta inflamación puede dañar sus arterias, ingresar a su hígado y afectar negativamente la forma en que su cuerpo descompone los azúcares y las grasas. La proximidad de la grasa visceral a su hígado es importante ya que puede aumentar la producción de colesterol malo. A medida que pasa el tiempo, la placa se inflama, lo que a su vez estrecha las arterias debido a la hinchazón. Estos pasajes angostos aumentan la presión arterial, sobrecargan el corazón y aumentan el riesgo de coágulos sanguíneos.

¿Qué causa la grasa visceral? Tu composición genética puede tener algo que ver con la cantidad de grasa visceral que llevas, aunque esto solo juega un papel pequeño. Tu dieta y nivel de actividad tienen un impacto mucho más profundo en tu nivel de grasa visceral.

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