Misioneras del Señor

EL AMOR HACIA DIOS Y EL PRÓJIMO

Hay una frase muy popular que dice: “no hagas lo que no te gusta que te hagan”; yo agregaría: “haz para los demás lo que te gustaría que te hagan”; este es uno de los principios del primer y gran mandamiento.

Dios decidió poner el amor hacia Él y hacia el prójimo como primer y gran mandamiento para probarnos, y cuánto en realidad le amamos, ya que el mandamiento está acondicionado.

"Bueno, si realmente me aman, también amarán a su prójimo, cuidarán y respetarán a sus pares, entonces entenderé y veré que realmente me aman".

Hoy en día muchos estamos con las cosas de Dios en la boca, pero nos cuesta sacar un poco de nuestros bienes para darle al necesitado, sembramos rencor y odio por aquellos que no comprenden nuestra manera de vivir, o porque no compartimos su manera de vivir etc.

Nos quejamos si alguien obra mal con nosotros, pero al instante hacemos lo mismo con otros, ¿y cuál es la diferencia?... Lo que criticamos de uno, lo terminamos haciendo con otro.

El Padre nos enseña en este mandamiento que hay una sola manera de demostrarle amor, y es respetando el amor que tenemos hacia Él, siendo bondadosos, hospitalarios, dadivosos, no escarneciendo a los más débiles y necesitados, porque este gran mandamiento encierra otros mandamientos que no superan a este, pero son parte de este. Si no cumplimos este gran mandamiento, mucho menos cumpliremos el resto. Así demostramos que realmente amamos con el alma, mente y todas las fuerzas, concentrándonos en agradarle al único Dios que nos ha dado estos grandes mandamientos. ¡AMÉN!

«Jesús le contestó: "El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Pero hay un segundo: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Ningún mandamiento es más importante que éstos"», (Marcos 12:29-31).

VIVIENDO PARA EL MUNDO O PARA DIOS

El mundo postmodernista está tratando de que nuestros principios y creencias pierdan todo valor, decir no, a lo que el mundo dice sí, nos convierte en personas retrógradas, anticuadas y fanáticas.
El ataque de las nuevas minorías es cada vez más alto y ahora ser cristiano no es tan atractivo para las nuevas generaciones.
Sin embargo, la palabra de Dios dice que no hagamos amistad con el mundo, vivimos en este mundo, pero no pertenecemos aquí, nuestra ciudadanía está en el Cielo, por lo tanto, no debemos dejar que el mundo, la cultura, o las modas influyan en nosotros, sino que nuestra luz transforme al mundo.
Para marcar la diferencia debemos permitir que Dios, por medio de su Palabra, nos transforme en nuevas criaturas, que cambie nuestra vieja manera de pensar, que borre esas ideas erradas que impiden que desarrollemos el carácter de Cristo en nuestras vidas, y nos llene de sus principios de sabiduría.

Nuestro mundo está en crisis y está en nuestras manos el trabajar en él para dejar a nuestros hijos un mejor lugar para vivir. Sé luz que ilumine, sé sal que condimente, haz tu parte y el Señor hará la suya.‭‬

No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.
Romanos 12:2 NTV‬

La paradoja de la Navidad es que aunque el salvador vino en humildad, se trata del Rey de reyes y Señor de señores; y aunque fue menospreciado y no estimado, es el tesoro y bien mayor que Dios ha otorgado a la humanidad – Sorprendentemente “el mayor”, el Hijo eterno del eterno Padre nace no para ser servido sino para servir, para dar su vida en rescate por muchos; que no lo merecen y no se lo pueden ganar – para que se sepa que Dios es grande en misericordia y poderoso para salvar.

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. (Isa 53:3)

INPM

Cuando Dios se hace presente en un punto de la historia, viene a traer juicio o viene a traer misericordia. En Babel se desató su juicio, en Belén se manifestó la gracia; LA PALABRA SE HIZO CARNE, vino a nosotros la verdad que nos hace libres y conocimos al santo ser que nos dará vida y paz a perpetuidad.

INPM

Este es el patrón de la redención; Dios buscó al hombre pecador, Dios llamó con palabras de verdad y amor, Dios descendió a rescatar lo que se había perdido – él es Santo, severo con el pecado y furioso con el pecador. Pero es solidario y salvador; dispuesto al sacrificio y generoso en compasión. Nosotros le amamos porque él primero nos amó.

Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. (Luc. 19:10)

INPM

JESÚS CALMA TU TEMPESTAD

Ante las pruebas y desafíos que enfrentamos, la calma que representa estar bajo la cobertura del Padre Celestial no tiene comparación.
Como hijas del Dios Todopoderoso, necesitamos reconocer el privilegio de despojarnos de toda carga y caminar bajo el llamado y la intervención divina; esa confianza plena nos genera la paz para sobrevivir, enfrentar y obtener la victoria en medio de cada situación.

La historia de la tempestad en el mar mientras Jesús dormía, es una verdadera ilustración para nuestros tiempos, porque los discípulos se atemorizaron por la densa marea y lo llamaron con desesperación, pero Jesús estaba lleno de esa paz que sobrepasa todo entendimiento y con poder y dominio detuvo la opresión y los fuertes vientos.

Debemos recordar lo que dijo Jesús: “Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros”, (Filipenses 4: 9). La forma en que Jesús enseñó a sus amados amigos en aquel momento de tormenta, debería ser un ejemplo para que conservemos la calma y enfrentemos los desafíos que nos presenta la vida, reconociendo que no estamos solos, y que estar con Jesús, trae PAZ Y CALMA NUESTRA TEMPESTAD.

La armadura de Dios
(Efesios 6:10-17)

Vivimos en una batalla espiritual constante; el enemigo nos ataca por todos lados y sin tregua. Muchas veces creemos que es imposible ganar, y claro, sólo en nuestras fuerzas no podríamos, pero Dios nos ha dicho en su Palabra que busquemos su fuerza.

Porque no estamos luchando con fuerzas de este mundo, sino con poderes malignos espirituales, por eso Dios, nuestro Señor, nos ha dado las armas para poder combatirlos y obtener la victoria de su mano... ¿Y cuáles son esas armas?

• 💖 Cinturón de la verdad

• ⚖️ Coraza de justicia

• 📖 Proclamar el Evangelio de la paz

• 🛡 Escudo de la fe

• 🪖 Casco de la salvación

• ⚔️ La espada del Espíritu Santo

Nos dice en su Palabra: "Usen la Armadura de Dios". En ese pasaje, el Señor nos confirma que no nos ha dejado desprotegidos, que Él nos ha dotado de armas espirituales para luchar contra el mal y combatirlo de frente, pero sobre todo, para ganar y mantenernos firmes en la fe.

Usemos cada una de estas armas y no dejemos desprotegida ningún área de nuestra vida, no demos cabida a que el mal ataque ningún punto débil; preparémonos y estemos siempre listos, porque en el Nombre de Cristo Jesús, ya somos más que vencedores. La Gloria sea para Él. 🙌🏼💓

"Y ahora, hermanos, busquen su fuerza en el Señor, en su poder irresistible. Protéjanse con toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan estar firmes contra los engaños del diablo. Porque no estamos luchando contra poderes humanos, sino contra malignas fuerzas espirituales del cielo, las cuales tienen mando, autoridad y dominio sobre el mundo de tinieblas que nos rodea. Por eso, tomen toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan resistir en el día malo y, después de haberse preparado bien, mantenerse firmes", (Efesios 6, 10-13). 🙏🏼❤️

Un corazón confiado en Dios

Muchas veces nos encontramos en situaciones que nos hacen sentir temor, desaliento, nos sentimos derrotados antes de comenzar la batalla, pero Dios se especializa en dar fuerzas al que no tiene ninguna, siempre tiene una salida y nos provee aliento por medio de su Palabra.

"Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo", (Juan 16:33).

Cristo nos dice que habrá tribulación, problemas y pruebas en el mundo físico, pero uno de los muchos beneficios del cristiano, es el de disfrutar LA PAZ DE DIOS, pese a las adversidades, y esto es un don que Dios nos da, y no es por nuestros propios méritos, sino por los méritos de Jesucristo.

Dios no te dice que estarás exento de problemas, pero sí te da una hermosa promesa, diciendo que debes confiar, pues Él venció el mundo; eso te garantiza que tomada de su mano, pasarás tribulaciones, pero Jesús estará contigo; así es la PAZ de Dios: sobrepasa todo aquello que nosotros no podemos entender.

Prostituyendo los dones

"Aun esto más me hicieron: contaminaron mi santuario en aquel día, y profanaron mis días de reposo. Pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entraban en mi santuario el mismo día para contaminarlo; y he aquí, así hicieron en medio de mi casa",
(Ezequiel 23:38‭-‬39).

Este escrito está enfocado a la corrupción en el altar, específicamente los adoradores de los coros. Es preocupante lo que vemos en estos días, es decir, algunos ministros de adoración (en nuestras iglesias): antes se escondían para escuchar y cantar música secular y luego subir al altar a ministrar a Dios, como si nada pasara.

Pero actualmente vemos que muchos grupos de coristas, se dedican a cantar música secular, con la excusa de que sólo es "arte", el lenguaje universal; que le cantan al amor, y Dios es amor, o ayudando en causas benéficas o de apoyo a la comunidad... ¡NO! Si para apoyar a la comunidad debo corromper los dones, (que no son míos, sino que son un préstamo que Dios me hizo), entonces no ayudaré a la comunidad, o al menos no de ese modo.

No es posible que una fuente dé agua salada y dulce a la vez, esa fuente debe dar únicamente un sabor. Si Dios nos da el don de cantar o tocar un instrumento o aún danzar, lo justo es que lo usemos exclusivamente para glorificarlo a Él.

Hermanos, démosle la debida importancia a esto, y no únicamente los ministros del altar, también nosotros los que decimos que adoramos a Dios, definamos a quien vamos a adorar, a Dios o al príncipe de este mundo.

"Prenderán fuego a tus casas, y en presencia de muchas mujeres dictarán sentencia contra ti, para que dejes de prostituirte y no vuelvas a prodigar tus favores", (Ezequiel 16:41

SI LO SOLTASTE NO LO VUELVAS A TOMAR:

Cuántas veces hemos querido retroceder el tiempo, volver atrás, aún sabiendo que no es lo conveniente. Parece que nos acostumbramos a repetir la historia y a no querer salir de ella. La historia se repite una y otra vez, le pasó al pueblo de Israel en el desierto, le pasó a un hombre que no escuchó y reedifico la ciudad que Dios había dicho que no debía reedificarse: Jericó la ciudad de la "diosa luna".

Esto guarda un significado profundo pues se creía que la luna influía sobre las emociones de las personas, podríamos entender que Jericó hacía alusión a vivir sujetos a las emociones, lo que el apóstol Pablo llama como "viejo hombre", viciado a los deseos engañosos de la carne, es por ello que fue el primer lugar que Israel debía destruir y no volver a construir.

Esto indica la destrucción del viejo hombre clavado con Cristo en la cruz, la cruz marca el final de nuestra humanidad caída para llevarnos a resucitar a la verdadera vida en Cristo.

Levantar Jericó significa volver a la antigua vida de la cual Dios me sacó, lo cual traería grandes consecuencias que no solo tienen que ver con nosotros, sino con nuestra descendencia. Pablo menciona el siguiente texto "Si uno vuelve a edificar lo que antes había destruido, se hace transgresor".
(Gálatas 2:18 NVI)

¿Por qué retroceder y volver al lugar o la vida de la cual Dios me sacó y me hizo libre?, me hace recordar al pueblo de Israel en el desierto, quejándose y queriendo volver a Egipto cuando ya habían sido sacados a vivir en libertad.

¿Por qué querer revivir lo que ya fue clavado en la cruz?, es tiempo de soltar y no volverlo a tomar.

En estos tiempos tan difíciles para la humanidad entera, recordamos hoy esta Palabra, donde el profeta Habacuc nos cuenta de un tiempo donde la higuera no florecía, no había uvas en los viñedos, escaseaba el producto del olivo (principalmente el aceite) y las ovejas y las vacas habían sido quitadas.

No existía una razón para que el pueblo de Israel estuviera alegre, ni para que tuvieran esperanza. Sin embargo, Habacuc les hace una invitación: "Con todo, yo me alegraré en Jehová, y no sólo eso, ¡sino que me gozaré en el Dios de mi salvación!"... Esa invitación es para nosotras hoy también. Puedes tener o estar viviendo el cuadro más desalentador, pero Dios hoy te invita a confiar en Él una vez más; a alegrarte y gozarte recordando su maravillosa salvación. ¡Un milagro Él puede hacer! Renovemos hoy nuestra fe y pongamos nuestra esperanza en aquel que nunca nos abandonó.

Primero, el Reino de Dios

“Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas", (Mateo 6:33).

Actualmente, en nuestro mundo reina el estrés, la ansiedad, la angustia y la depresión, y todo esto ya Jesús lo sabía. Nuestro amado Señor se contrista al ver a sus hijas preocuparse por los afanes de esta vida, le duele ver cómo este mundo nos desgasta y nos va apagando, haciéndonos creer cada una de las mentiras que Satanás nos dice al oído, mientras la realidad de este mundo destruye nuestra familia, economía, autoestima y cada una de nuestras emociones.

Pero gloria sea a nuestro Dios que es fiel y nos habla mediante su Palabra con revelación. En Mateo 6:33 nos dice: “Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas”.

¡Qué hermosa promesa! Pero para comprender un poco más, vamos a desmoronar este pasaje, y nos enfocaremos donde dice “mas buscad primeramente el Reino de Dios...” Con estas palabras, nos insta a que nosotras seamos las que busquemos, es decir, que debemos decidir buscarlo; Dios no nos va a obligar, debe ser nuestro anhelo.

▪️“Primeramente”: debe ser nuestra prioridad buscar.
▪️"El Reino de Dios": esta frase nos muestra que Dios es Rey, es decir, que tiene autoridad, que tiene poder de lo que le pertenece, y si nosotras ponemos como prioridad buscar este Reino donde, estamos diciéndole a Dios que establezca su Reino en nuestra vida, que ponga su trono en nuestro corazón, y es ahí donde le estamos permitiendo toda autoridad y gobierno en nosotros. Si Dios gobierna, podremos ver cumplido lo que resta del pasaje.
▪️ “Y todas estas cosas os serán añadidas”: si Dios es el Rey y tiene autoridad y gobierno, va a darnos "TODO" lo que necesitemos, porque es su deber velar por el bienestar de la tierra que gobierna. Si le damos el trono a Dios, va a tener autoridad en cada área de nuestra vida.

Mi amada hermana, basta ya de preocuparse, basta ya de pelear batallas que parecen nunca terminar, es momento de darle el trono a Dios en su vida, y Él promete que "TODO" lo que necesite lo añadirá; sólo debe anhelar buscarlo, Él es fiel y cumple lo que prometió.

Volver a la Fuente de Agua Viva

La Palabra nos dice que el corazón es engañoso; por ese motivo, muchas veces nos sentimos divididos entre las obligaciones de nuestra propia vida, de la sociedad y de la relación con Dios. Las preocupaciones del mundo nos invaden y nos vamos olvidando de nuestro primer amor: el Señor.

Además, debemos considerar al orgullo, a través del cual, construimos muros en la relación íntima con nuestro Padre, alejándonos de su propósito. Creemos que todo lo podemos, que no necesitamos su guía. Por eso, es importante preguntarnos quién o qué está gobernando nuestra vida: ¿el trabajo, los anhelos, las pruebas, la familia, nuestro yo? Si el Señor no es el centro de nuestra existencia, ¿quién es el que reina?

Mateo 6:21 nos hace reflexionar sobre este aspecto, cuando nos interpela escribiendo “pues donde esté tu tesoro, allí estará también corazón”. Si nuestro corazón está entre Dios y todos los motivos antes citados, oremos por su ayuda.

Volver día a día a la Fuente de Agua Viva es necesario, debe ser una actitud constante en nuestra relación con el Señor. Entregar emociones, deseos, nuestro yo, rindiendo nuestra voluntad a Dios, pidiendo su dirección y auxilio. No olvidemos doblar cada día nuestras rodillas ante Jesús para que Él sea el Kyrios de todo nuestro ser.

Culto Especial por el día de la Misionera, en la Escuela Bíblica Central para Misioneras.
Deseando que Dios siga bendiciendo el ministerio de cada una de ellas en el lugar donde están sirviendo a nuestro Dios.Felicitaciones para todas.

El limonero Seco

María había comprado una planta de limonero. Estaba entusiasmada pensando en el momento de la cosecha de los limones. Imaginaba cuántos tendría, qué haría con ellos, pero tiempo después, la planta comenzó a secarse. La mayoría de sus ramas se quebraron y las hojas se volvieron cobrizas, así que decidió que sacaría el tronco del árbol cuando comenzara la primavera.

Esperaba el cambio de estación para concretar su cometido. Se preguntaba qué planta podría poner en el lugar de este limonero que ni siquiera había crecido para darle frutos, pero lo que ella no había tenido en cuenta era la bondad y la soberanía del Señor para toda la creación, y eso marcaría su corazón.

Una tarde, mientras el sol acariciaba las flores, María regaba a sus aromáticas. En un momento, algo la sorprendió, porque creyó ver una hierba mala en la maceta del limonero seco. Se acercó, volvió a mirar y comprobó que unas pequeñas hojas verdes habían comenzado a nacer de esa planta, que ella pensaba que estaba al límite de la muerte.

Ese día ella aprendió una lección profunda de parte de Dios... ¿Cuál fue? Que no podemos dar por sentado lo que vemos; siempre nuestro Padre Celestial tiene la última palabra, ya que "El Señor hace todo lo que Él quiere en los cielos y en la tierra, en los mares y en los abismos profundos",
(Salmos 135:6).

NO TRATES DE ENTENDER, SÓLO OBEDECE

“Después Jesús ordenó a sus discípulos que subieran a la barca y cruzaran el lago en dirección al pueblo de Betsaida, pero Él se quedó en la orilla para despedir a toda la gente", (Marcos 6:45).

Nos gusta tener el control de todo y saber los por menores de todo lo que va a suceder. Siempre, cuando vamos a participar de algo o el ser obedientes, queremos que se nos explique a qué debemos esa obediencia, pues de lo contrario no estaremos dispuestos.

Déjame decirte que las cosas en Dios no funcionan de esa manera, creer y seguir a Cristo está determinado por la obediencia sin cuestionamientos, confiar en el Señor nos llevará a obedecer sin restricciones ni prejuicios.

Jesús le dio una orden a los discípulos y fue “cruzar al otro lado y ellos obedecieron”. Esta orden no fue para todos los que estaban en la orilla, pues algunos no estaban interesados en seguirle.

Debemos aprender a obedecer y confiar que Dios tiene el control de todas las cosas y que Él nunca se equivoca. No pierdas el tiempo en preguntar lo que Dios, en el momento, no va a responder; sólo ten fe, confía y avanza.

Enfriamiento Espiritual
(Efesios 6:11-18 DHH)

Actualmente vivimos un sin sentido, nos hemos convertido en una masa moldeable y maleable. A lo bueno se le llama malo y a lo malo bueno (Isaías 5, 20). Han hecho de la tolerancia una bandera para que a los cristianos se nos pisoteen nuestros principios y valores ¡Hay un enfriamiento espiritual generalizado!

A veces me pregunto, ¿será por desidia, apatía, indiferencia, o por el simple hecho de encajar en una sociedad "progresista" en decadencia?

Prueba de ello son las "nuevas formas" de dirigirnos y de llamar a los demás, todo para no "incomodar", por ejemplo: hoy ya no se aconseja orar, hoy se aconseja "meditar y hacer yoga". Ya no se le pide a Dios, se le pide al "universo", se "decreta". Ya no somos hechura única de Dios, hoy somos un grupo con características similares dadas por los "signos zodiacales" e influenciadas por los "astros".

Ya no somos hombre y mujer, ahora somos lo que queramos ser, si se quiere ser un animal así debe ser tratado. Ya no es "él", "ella", "nosotros", ahora se le pone una letra "e" o una "x" a los pronombres, haciendo palabras impronunciables, sólo por un capricho o moda.

Ahora ya no existe el "nosotros" como bien común, ahora el "yo" es el centro de todo. Yo exijo, yo quiero, yo merezco; los demás deben "suplir" mis necesidades, carencias y caprichos.

Ahora ya no se dice "descanse en paz", ahora se dice "vibra alto" o "vuela alto". Mucho menos se puede desear "feliz Navidad" ahora es "felices fiestas", porque podemos ofender a alguien. Tampoco se recomienda llevar niños a la iglesia porque ellos NO están en edad de decidir, pero si esos niños dicen ser perro, gato, o que su "identidad" no es la que su cuerpo representa; SÍ pueden decidir y hacerse cirugías, donde los mutilan para revelar su verdadera "esencia"...

Y así podríamos seguir con las muchas aberraciones que el hombre está cometiendo hoy en día, y nosotros como "cristianos light" lo estamos permitiendo ahí en nuestra familia, en el trabajo, en el lugar donde nos desenvolvemos; incluso en la iglesia hemos dejado que pequeños grupos con ideas tergiversadas controlen y cambien todo en nombre de la "tolerancia", porque ¡cuidado con lo que decimos y pensamos! Pues puede herir susceptibilidades y no queremos ser señalados por "discriminar". El mal ha sido astuto y poco a poco, lentamente, ha ido metiendo su veneno; ha sabido ser paciente, como esa gota insistente que permea y termina quebrando lo que se creía sólido.

Por eso hermanas, hoy más que nunca ha llegado la hora de revestirnos con la Armadura de Dios, y prepararnos para mantenernos firmes en la fe; cubrámonos con la oración y defendámonos con la espada de la Palabra.

Voluntad de Dios

Algunos años atrás cuando aún no conocía el inmenso amor de Dios, hacía las cosas por inercia y confiada en mis propias fuerzas.

Siempre hacía mi voluntad, y la verdad es que algunas cosas en cierta manera me salían bien, pero otras no como esperaba, sin embargo, jamás pedí que sea la voluntad del Padre Eterno.

Llegó el día que conocí el amor de Dios, en un encuentro muy especial, pero aún desconocía lo que significaba hacer su voluntad, y cuando lo descubrí, todo cambió, para gloria de Dios.

Las cosas se ponen difíciles al pedir que en cada plan que tengamos se haga la voluntad de Dios, pero siempre saldremos victoriosos de toda circunstancia, siendo obedientes a su voluntad que es buena, agradable y perfecta.

Deseo con todo el corazón que a pesar del ruido del mundo, siempre podamos escuchar la voz de Dios.

"Enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me guíe por un terreno firme", (Salmos 143:10 NVI).

PERDIENDO EL RUMBO

Hebreos 2:1
"Por esta causa debemos prestar mucha más atención al mensaje que hemos oído, para que no nos apartemos del camino".

Cuando por alguna razón, llámese apatía, pruebas, rutina, dificultades, enfermedad, quitamos nuestra mirada de Jesús y la ponemos en situaciones o personas, comenzamos a ir por caminos diferentes a los que Jesús quiere que transitemos.

Esto poco a poco y muy silenciosamente nos lleva a un enfriamiento espiritual que ni nosotros mismos percibimos. Nos paraliza, evita que avancemos llevándonos a apartarnos del propósito celestial.

Debemos avivar cada día el fuego del Espíritu Santo en nuestra vida por medio de la Palabra de Dios (devocionales, adoración, tiempos de oración). Nos ayudará a no perder el rumbo. Caminar de la mano de Dios nos evitará caer en un invierno espiritual. 🥶🥶

El Jardinero de tu Edén

Génesis 2:15 RVA2015
"Tomó, pues, el SEÑOR Dios al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivara y lo guardara".

Aquel que es Constructor de nuestras vidas y nuestros destinos proféticos, también desde el principio del Génesis, colocó al hombre como semilla en un paraíso.

Si bien Adán tenía la encomiable labor de “cuidar el Jardín del Edén”, la primera plantita era él; Dios lo plantó allí con un propósito y un destino, donde era el jefe y cuidador de tan hermoso lugar.

No permitamos que nuestros yerros, pecados y desobediencia nos saquen del sitio donde Dios nos ha plantado para florecer. Seamos como semilla en buena tierra, que da el fruto y las flores esperadas por nuestro Jardinero del alma. Dejemos que el Señor pode las ramas secas y nos bendiga siendo nuestra “Vid Verdadera”; no rehusemos a ser los pámpanos rebosantes de frutos.

Por el contrario, dejemos que nuestro Jardinero por excelencia cuide de las flores de nuestro porvenir, abonemos nuestro camino con la obediencia a nuestro Padre. Nuestro floricultor quiere colocarnos en un terreno firme y fructífero, pero necesita que estemos dispuestos a que Él pode todas las asperezas que poseemos en nuestro carácter.

¡Recuerda, Dios coloca, pero tú tienes que tener el cuidado adecuado de lo que se te entrega!

"Creciendo en el invierno"

Romanos 8 nos da una cátedra de lo que es vivir en el espíritu. Su explicación es clara y maravillosa, pues nos está mostrando que la dependencia de nuestra vida en el Espíritu debe ser una prioridad.

Aun cuando este pasaje de las Escrituras está lleno de esperanza y ánimo, existe un momento, una etapa, permitida por nuestro Señor en su voluntad, en donde aprendemos a vivir en el Espíritu: el terrible "enfriamiento espiritual", momento en la vida donde perdemos el sentido y nuestro espíritu gime, aun sin saber qué pedir.

Veamos la naturaleza en invierno... Es muy similar a nuestro espíritu enfriado. Nos secamos, sentimos que nada tenemos; ni don, ni un fruto del espíritu; crees que ya el Señor no está. Llega la lluvia y el viento, y este "arbolito" es puesto a prueba. Se prueba la profundidad de sus raíces, se ve cuán firme está.

Aquí es donde nos rendimos al proceso, y enfrentamos la lluvia y el viento confiando en la obra que Dios ha hecho en nuestras vidas, y aun sin verlo, nuestras raíces siguen creciendo.

No es lo que vemos, lo que nos sostiene, es su Palabra, sus promesas, lo cual, es lo más real que podemos tener. Sus promesas alientan y abrazan, logrando entibiar nuestro frío espíritu.

Si estás en este proceso, busca cada día más de nuestro Padre Celestial, Él siempre está ahí. Ora y espera su respuesta, Él siempre responde. Lee su Palabra, conocerás en realidad al que sostiene tu vida. Espera con Fe, ya llegará el sol. ❤️

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 8:38‭-‬39 RVR1960

📖 “Así que, el que crea estar firme, tenga cuidado de no caer”, (1 Corintios 10:12).

El enfriamiento espiritual es progresivo, no aparece de un día para otro. Podría compararse con un pequeño desliz o distracción, por ese motivo es desapercibido en nuestra vida cotidiana. Es probable que se esté en la iglesia, trabajando para el Señor, pero que nuestro corazón comience a estar lejos de Dios. ¿Ser un miembro activo pasando por un enfriamiento espiritual? Parecería una contradicción.

Sin embargo, las actividades en la iglesia no nos definen, ni nos dejan libre de que nuestro corazón se aparte del Señor. Además debemos considerar que la amistad con el mundo es un peligro latente y no ayuda en esta circunstancia.

A medida que nos enfriamos, nuestro corazón se desliza hacia la desobediencia a la Palabra. Poco a poco, se contristará al Espíritu Santo y la falta de una relación íntima con el Señor nos llevará a alejarnos. Debemos considerar que como seres humanos, somos vulnerables, por eso es importante recordar la exhortación: “Así que, el que crea estar firme, tenga cuidado de no caer”.

Eso nos lleva a reflexionar sobre la relación que tenemos con el Señor. La oración, el estudio de la Biblia, nuestra amistad sincera con los hermanos, así como lo más importante, la comunión íntima con el Señor (siendo Él el kyrios de nuestra vida), son los pilares para mantenernos firmes en la carrera de la fe y alejarnos del enfrentamiento espiritual.

Desconectarse para conectarse

"Queridos hijos, aléjense de todo lo que pueda ocupar el lugar de Dios en el corazón", (1 Juan 5:21 NTV).

Hoy en día estamos rodeados de muchas cosas que se han convertido en distracciones que roban nuestra atención, nuestro tiempo, y ocupan nuestra mente y corazón.

Estas se disfrazan de manera muy atractiva y si caemos en su trampa y no lo identificamos a tiempo, nos llevan a un enfriamiento espiritual.

Llegan a ocupar el lugar que le corresponde a Dios en nuestro corazón. Tienen como objetivo alejarte y separarte de la presencia de Dios.

Las distracciones nunca desaparecerán, pero eres tú quien tiene el poder de tomar la decisión de desconectarte de lo que te lleva a la muerte espiritual o conectarte con la fuente de la vida, que es Cristo Jesús.

Pegados a Jesús

Es interesante notar que en la Biblia se nos compara en innumerables ocasiones con semillas, plantas y árboles. En esta ocasión (Juan 15:5), Jesús nos compara con pámpanos y nos dice que Él es la vid. Los pámpanos tienen como función principal permanecer pegados a la vid, con el fin de nutrirse para poder dar un buen fruto.

¡Qué gran enseñanza! Como cristianos debemos mantenernos pegados a Jesús. Porque dice en ese mismo versículo “… porque separados de mí nada podéis hacer”. Si yo como cristiana no permanezco pegada a Jesús, no voy a poder dar un buen fruto y mi vida espiritual va a ir perdiendo fuerza.

Así como el pámpano obtiene lo necesario de la vid, yo voy a poder sostenerme cuando mi fe flaquee, voy a poder vencer la tentación cuando el enemigo quiera verme caer, si paso pegada a Jesús cada día por medio de la oración en intimidad, derramando mi alma al Señor y dejando en sus manos mis debilidades, mis sueños y mis habilidades, el Señor va a proveer todo lo que necesito para dar el buen fruto, el fruto a tiempo.

Si no permanezco diariamente en intimidad con Dios, no puedo hacer nada y mi vida espiritual se apagará, quizás no hoy, pero poco a poco se notará que nuestros frutos no son buenos. No permitamos que nuestra vida se aleje ni un minuto de la única Fuente que la puede sustentar, nuestro amado Jesús.

"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer", (Juan 15:5).