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Experiencias, Artículos y más información sobre AA Tradicional Alcohólicos Anónimos (A.A.) El único requisito para ser miembro de A.A. Para ser miembro de A.A.

es una comunidad de personas, que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo. es el deseo de dejar la bebida. no se pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias contribuciones. A.A., no está afiliada a ninguna secta, religión, partido político, organización o institución alguna; no desea in

22/09/2024

Queremos la intervención divina para que, como por arte de magia, nuestras vidas sean más sencillas

¿𝗣𝗼𝗿𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗽𝗲𝗱𝗶𝗿 𝗙𝗼𝗿𝘁𝗮𝗹𝗲𝘇𝗮 𝘆 𝗩𝗮𝗹𝗼𝗿, 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘁𝗶𝗲𝗻𝗲𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿?

¿𝗣𝗼𝗿𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗯𝘂𝘀𝗰𝗮𝗿 𝗰𝗹𝗮𝗿𝗶𝗱𝗮𝗱 𝘀𝗼𝗯𝗿𝗲 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗼𝗹𝗮𝘀, 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗱𝗲𝗻𝘁𝗿𝗼 𝗱𝗲 𝘁𝘂𝘀 𝗽𝗼𝘀𝗶𝗯𝗶𝗹𝗶𝗱𝗲𝘀?

Entonces, tal vez descubras que tus oraciones se han cumplido.

19/09/2024

𝗟𝗮 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿 𝗵𝗼𝗿𝗮 𝘀𝗶𝗻 𝗯𝗲𝗯𝗲𝗿
𝘆𝗮 𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗮

17/09/2024

En AA la puerta está abierta para todas las personas que consideran tener un problema con su forma de beber alcohol. ¡Y la entrada es siempre libre y voluntaria!

Mensaje ÁREA Sinaloa 3

17/09/2024

Hoy iniciamos la Semana Nacional de Alcohólicos Anónimos para los Jóvenes 2024. El alcoholismo es una enfermedad que afecta a todas las personas, incluidas las jóvenes. Si estás buscando ayuda porque quieres dejar de beber, en la comunidad de AA encontrarás el apoyo que necesitas para recuperarte.

ÁREA Sinaloa 3 669 986 18 64

16/09/2024

𝗖𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗹𝗹𝗲𝗴𝘂𝗲 𝗽𝗼𝗿 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮 𝘃𝗲𝘇 𝗮 𝗔𝗔 𝗻𝗼 𝘁𝗲𝗻𝗶𝗮 𝘂𝗻𝗮 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮

𝙷𝚊𝚋𝚒𝚊 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚊𝚜 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚘𝚍𝚒𝚊 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚊𝚛: episodios de borrachera, todos los problemas que el mundo me había dado, todos mis problemas. Pero ninguna historia que fuera mía, ninguna línea coherente a lo largo de mi vida. Nada de dirección, ningún principio, medio y final, feliz o no. Todo lo que tenía era un confuso lío de viñetas, ahogado en ira, soledad y autocompasión.

No llegué a AA a través de ningún centro de rehabilitación ni de ninguna recomendación. Cuando me puse tan mal que ya no podía soportarlo más, llamé al número de la guía telefónica (¡guía telefónica! ¿Eso me data o qué?) y fui a la primera reunión que me ofrecieron. Así que entré sin casi ninguna expectativa, solo con un conocimiento vago por los periódicos de que AA era el lugar para dejar de beber.

Alguien me saludó, me ofreció una taza de café, me dijo algunas cosas agradables y me guió hasta un asiento, cerca del frente. Cuando comenzó la reunión, estaba completamente perdida. Preámbulo, pasos, tradiciones y todo lo que leyeron: no podía entender nada. Una canasta apareció en mi regazo; creo que puse un dólar en ella.

Entonces alguien fue al frente, dijo que era alcohólico y comenzó a hablar.

Mis oídos despertaron antes que mi cerebro. En algún momento, durante los primeros minutos de la charla del tipo, mis oídos agarraron mi cerebro, lo sacudieron con fuerza y me dijeron: “¡𝗽𝗿𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗮𝘁𝗲𝗻𝗰𝗶𝗼𝗻! 𝗘𝘀𝗰𝘂𝗰𝗵𝗮 𝗲𝘀𝘁𝗼”. No tenía idea de por qué había empezado, pero de repente estaba prestando atención. Este extraño me estaba contando exactamente cómo me sentía por dentro. Por primera vez en mi vida, otro borracho estaba llegando a mí. Ahora no tengo idea de lo que dijo en ese primer encuentro, pero cuando lo pienso recuerdo muy vívidamente cómo me sentí. Algo dentro de mí se derritió, o se rompió, de ambas cosas, y comencé a llorar como un bebé.

También era divertido, y recuerdo reírme entre lágrimas, toda la sala se rió, y simplemente parecía imposible pero maravilloso.Cuando terminó, mi amable recepcionista me empujó hacia adelante para que me diera una moneda de aluminio brillante y alguien dijo lo inevitable: “Chúpate esto y cuando se derrita podrás tomar algo”. Cursi, pero me hizo sentir bien. También me vendió un Big Book al salir; vendedor astuto.

Cuando llegué a casa, le mostré orgulloso a mi esposa la moneda, le conté acerca de un tipo increíble que contó su historia sobre cómo salió de debajo de la botella y le dije: "Sabes, creo que esto podría funcionar". 𝗙𝘂𝗻𝗰𝗶𝗼𝗻𝗼. Dos veces.

Pasaron varios años, algunos de ellos negros por la bebida; a pesar de ese comienzo esperanzador, no era mi primera vez aprendiendo.

Estaba de viaje de negocios en el Medio Oeste y asistí a una reunión en un pequeño pueblo agrícola, una visita única. Casi nunca recibían visitas allí, así que me pidieron que les contara un poco sobre quién era yo, en el momento de la presentación. Así que les di una pequeña charla de diez minutos sobre cómo llegué allí esa noche: sobriedad inicial, la recaída, cómo regresé, luchas actuales, cómo estaba trabajando en mi sobriedad en ese momento, lo bien que estaba... y miré al otro lado de la habitación y vi a un tipo todo encorvado y secándose los ojos.

¡Flashback! De repente, volví a mi primera reunión y me derretí por dentro. Solo que ahora tenía una historia para compartir.

Hablé un poco con ese tipo después de la reunión; era su segunda reunión. Me dijo: “𝗘𝘀𝘁𝗮𝗯𝗮𝘀 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗺𝗶 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮”. No podía superarlo. Alguien como él, sobrio, empleado, exitoso, que apareció de repente en una noche fría en ese pequeño pueblo en un auto lujoso, y él sabía que yo había estado donde él estaba entonces.

Estábamos a kilómetros de distancia según las medidas sociales habituales de educación, dialecto, ocupación, vestimenta, lo que sea, pero esa pequeña historia nos hizo como hermanos esa noche. Dijo que le di más esperanza de la que había tenido en años... y lo que él me dio no tenía precio: la sensación de alegría de ayudar a otro borracho, la más poderosa de todas las medicinas para nuestra enfermedad. La historia, como ves, estaba avanzando.

Los seres humanos cuentan historias desde que aprendieron a hablar. Durante eones, las historias han sido la historia, la ley, la esperanza y la educación de todas las sociedades. Están tan arraigadas en nuestra conciencia social que todavía respondemos a ellas con toda nuestra atención. Tienen el poder de conmovernos emocionalmente como ningún otro medio. Ciertos temas han existido durante tanto tiempo que, por ejemplo, la búsqueda de un héroe es inmediatamente reconocible: anticipamos el desafío, los obstáculos, las trampas, las traiciones, las luchas y el éxito final. Llegamos a querer ser el héroe, actuar como el héroe.

𝗔𝘀𝗶 𝗲𝘀 𝗲𝗻 𝗔𝗔. Un borracho puede empatizar inmediatamente con la historia de las luchas de otro borracho; ningún otro mensaje puede llegarle tan fácil y rápidamente. Y a medida que el tema del éxito de AA se vuelve familiar, el miembro más nuevo puede identificarse con el "héroe", el narrador de historias de sobriedad más exitoso, y puede imaginarse a sí mismo siguiendo sus pasos, y eso le da esperanza, coraje y energía para continuar un día más. La narración se le mete en la mente, quiere actuarla, convertirse en un héroe, convertirse en el sobrio.

Una medicina poderosa, sin duda. Y una verdadera medicina, porque cuando cambiamos nuestro comportamiento (emulando a un héroe, por ejemplo), ahora sabemos que en realidad estamos cambiando nuestro cerebro, reprogramando la materia gris a nivel celular, allí donde reside nuestra adicción, en lo profundo de nuestro sistema interno de recompensa.

𝗔𝘀𝗶 𝗾𝘂𝗲, 𝗰𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝘀𝗲𝗮𝘀 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗼 𝗲𝗻 𝗔𝗔, 𝗲𝘀𝗰𝘂𝗰𝗵𝗮 𝗹𝗮𝘀 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮𝘀. Intenta vivir de acuerdo con las que más te impacten. Y luego, cuando tengas algún éxito, cuéntaselo a los demás. Esta es una de las muchas cosas que puedes hacer para ayudar a vencer tu adicción... y no la más pequeña. ¿Y todas esas lágrimas? Eso es catarsis. Eso es tu cerebro cambiando, reparándose a sí mismo.

Mi historia va cambiando y sigo contándola, sabiendo que en algún momento alguien se identificará con ella. Todas nuestras historias lo hacen. Así que, a medida que tu historia se desarrolle, empieza a contarla, observa cómo crece y sigue contándola.

𝗬, 𝗽𝗼𝗿 𝘀𝘂𝗽𝘂𝗲𝘀𝘁𝗼, 𝘁𝗮𝗺𝗯𝗶𝗲𝗻 𝗲𝘀𝗰𝘂𝗰𝗵𝗮 𝗹𝗮𝘀 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗱𝗲𝗺𝗮𝘀.

16/09/2024

𝗟𝗮 𝘃𝗲𝗿𝗱𝗮𝗱? 𝑁𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑒𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑜.

No le hace quienes sean o que posición tengan en la vida. Nadie, y queremos decir, 𝗡𝗔𝗗𝗜𝗘 𝗘𝗦 𝗣𝗘𝗥𝗙𝗘𝗖𝗧𝗢

¿𝐷𝑒𝑠𝑒𝑎𝑛 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑛𝑎𝑠 𝑝𝑟𝑢𝑒𝑏𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑎𝑠 𝐸𝑠𝑐𝑟𝑖𝑡𝑢𝑟𝑎𝑠?

• "𝙎𝙞 𝙖𝙡𝙜𝙪𝙞𝙚𝙣 𝙚𝙣𝙩𝙧𝙚 𝙪𝙨𝙩𝙚𝙙𝙚𝙨 𝙙𝙞𝙘𝙚 𝙦𝙪𝙚 𝙣𝙤 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙥𝙚𝙘𝙖𝙙𝙤𝙨, 𝙚𝙨 𝙪𝙣 𝙢𝙚𝙣𝙩𝙞𝙧𝙤𝙨𝙤 𝙮 𝙡𝙖 𝙫𝙚𝙧𝙙𝙖𝙙 𝙣𝙤 𝙚𝙨𝙩𝙖 𝙚𝙣 𝙚𝙡"

Esta es solo una forma mas larga de decir: no hay nadie perfecto.

El motivo que está detrás del perfeccionismo que hemos mencionado es el orgullo. Dios dice "𝑠𝑒𝑑 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑜𝑠", pero el no dice: Ahora mismo. Quiere decir que hay que caminar hacia la perfección. "𝐶𝑟𝑒𝑐𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑎 𝑡𝑟𝑎𝑣𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑖𝑛𝑒𝑎𝑠 𝑒𝑠𝑝𝑖𝑟𝑖𝑡𝑢𝑎𝑙𝑒𝑠". El libro de A.A. dice: "𝑁𝑜 𝑠𝑜𝑚𝑜𝑠 𝑠𝑎𝑛𝑡𝑜𝑠". Pero el orgullo dice: "𝙉𝙤𝙨𝙤𝙩𝙧𝙤𝙨 (𝑙𝑜𝑠 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠) 𝙎𝙤𝙢𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙛𝙚𝙘𝙩𝙤𝙨".

Por el otro lado, la humildad dice: "𝘚𝘰𝘮𝘰𝘴 𝘮𝘶𝘺 𝘪𝘮𝘱𝘦𝘳𝘧𝘦𝘤𝘵𝘰𝘴, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘋𝘪𝘰𝘴 𝘯𝘰𝘴 𝘱𝘦𝘳𝘧𝘦𝘤𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘳𝘢, 𝘢 𝘴𝘶 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘺 𝘢 𝘴𝘶 𝘮𝘰𝘥𝘰.

"𝗔𝗱𝗺𝗶𝘁𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮 𝗶𝗺𝗽𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻, 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝗼𝗱𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗰𝗿𝗲𝗰𝗲𝗿 𝗵𝗮𝗰𝗶𝗮 𝗹𝗮 𝗽𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻".

14/09/2024

Conocí la existencia de Alcohólicos Anónimos en el otoño de 1963, através de un grupo que se reunía en la ciudad de Oxford (Inglaterra) y
tenía contacto con el hospital en el que yo me formaba en Psiquiatría.

Durante meses me empapé de su filosofía y fueron ellos quienes de unaforma más humana y cercana me introdujeron en el mundo del
alcoholismo, con todas sus miserias y sus grandezas. Fue su sabiduría y lade Horton Jenillek –plasmada en su libro señero “El Alcoholismo: unaenfermedad” – lo que me permitió imbuirme de todo lo que estapsicopatología conlleva.

Unos meses más tarde, primavera de 1964, tuve la ocasión de compartir charla con Bill, y quedé impresionado por su madurez humana y su
extraordinario sentido común.Considero que el alcoholismo es una enfermedad difícil de controlar y quepor ello es necesario recurrir a cualquier ayuda que pueda contribuir a su
remisión, sin caer en protagonismos estériles o en descalificacionesinjustas. Por eso, no soy de los que piensan que existe una solución única
y universal para el problema. Cada existencia es única e irrepetible, y cadaser humano debe buscar los cauces más idóneos para el logro de su
felicidad y de su plenitud.

Rechazo la endogamia y el triunfalismo, e intento ser ecuánime en misapreciaciones. Por eso manifiesto claramente que, en mi opinión, el
camino propuesto por Alcohólicos Anónimos es uno de los másprometedores y eficaces para alcanzar el control de la enfermedad.

La razón es obvia: no busca, como objetivo último, “dejar de beber”, sinorehacer a la persona y ayudarle a buscar el camino para que su vida tengasentido, y su razón de ser, sin alcohol.

Es por esto, que mis cuarenta y cuatro años de profesión como psiquiatra,siempre he mantenido un fructífero contacto con diversos grupos de
Alcohólicos Anónimos. Han sido muchas las personas a las que herecomendado acudir a la Comunidad y muy numerosas/os mis amigas/os
pertenecientes a A.A. que me han “echado manos” con enfermos de estapatología, en momentos difíciles, idóneos para salir al encuentro de ese
ser humano “despistado” en la vorágine confusa del caos intrapersonalque produce la dependencia del alcohol.

Pertenezco a un grupo profesional. Fundación Argibide, que constituimosotros compañeros y yo en 1968, a mi regreso a España, orientado a la
promoción de la Salud Mental en la población general. Actualmente,trabajamos en la Fundación cuarenta y tres profesionales de distintas
disciplinas relacionadas con los problemas psicológicos y psiquiátricos.

Todos mis compañeras/os han ido convenciéndose por sí mismos, al igual
que yo, de las virtudes y posibilidades de la Comunidad de AlcohólicosAnónimos y, por su propia iniciativa, la tienen muy en cuenta a la hora deayudar a personas adictas al alcohol.

Al margen de esta relación clínico‐asistencial, algunos de los miembros dela Fundación Argibide colaboramos con grupos de A.A. participando en susreuniones abiertas, así como en algunas convenciones provinciales yregionales.
Debo decir que, aunque no soy un alcohólico declarado, me considero –como todo ser humano‐ un alcohólico en potencia y me identificoplenamente con el programa de crecimiento personal propugnado yprocurado por la Comunidad. Por ello, cada vez que me reúno con susmiembros aprendo, crezco y me siento “como en casa”.

Y todo ello, sin fanatismos ni emotividades absurdas. Con la sinceridad y elsaber que me da la experiencia de muchos años y la vida de muchaspersonas.

Para mí, no hay duda, el camino de Alcohólicos Anónimos es una muybuena ruta para salir de la enfermedad y mantener, posteriormente, la
salud.

La Psiquiatría actual apoya, sin fisuras, la filosofía y el papel de A.A. y secongratula de su existencia. La colaboración entre ambas instancias esmuy fructífera. Ojalá se cultive cada vez más, sin dependencias inútiles ycon verdadera solidaridad.

12/09/2024

En la primavera de 2017 sentí por primera vez la cálida acogida de Alcohólicos Anónimos. Me puse en contacto con el grupo de AA de León (España) y quise asistir a una reunión abierta para conocer cómo funcionaban y entender mejor la enfermedad del alcoholismo. Pocos meses
después me invitaron a participar en calidad de profesional en el trigésimo aniversario de Alcohólicos Anónimos de León y tuve la suerte de poder disfrutar con ellos dicha celebración.

Tras compartir nuestro tiempo he de decir que valoro con absoluto respeto su valentía y sinceridad. Su capacidad humana de transmitir de manera cercana las vivencias más profundas y dolorosas e incluso de tomárselas con humor. Un grupo de enfermos alcohólicos que, muy lejos de
presentarse como víctimas, se muestran como personas que se atreven a expresarse y escuchar sin juzgar, y este es a mi parecer el punto clave.

Cuando decidimos compartir nuestras experiencias queremos alguien que nos escuche, no buscamos jueces ni consejeros. Es uno de los muchos aspectos que presenta Alcohólicos Anónimos y cuyo valor es incalculable:
poder compartir cualquier hecho o emoción, por muy vergonzosa o despreciable que parezca, porque nadie va a por ello.Considero que para afrontar el monstruo del alcoholismo la ayuda
profesional desempeña un papel esencial, pero también reconozco que la fuerza que tiene Alcohólicos Anónimos como grupo no la tiene un único profesional en su despacho. Por eso nos necesitamos mutuamente, por este motivo hay que trabajar codo a codo, no somos excluyentes sino complementarios. Podemos aprender los unos de los otros, profesionales que nos esforzamos por apoyar en el proceso de rehabilitación y enfermos alcohólicos que luchan por dejar el alcohol a un lado un día más.

A todas aquellas personas que lleguen a leer estas palabras quiero decirles que no están solas, que somos muchos expertos de la salud y alcohólicos anónimos los que estamos dispuestos a brindar nuestra escucha y compañía. Si eres un enfermo alcohólico ofrécete a ti mismo la oportunidad
de cambiar, y si eres un familiar o persona cercana a alguien que padece alcoholismo no dudes en pedir ayuda.

Llevar el sufrimiento en soledad no es sinónimo de valentía y fuerza, enfrentar el dolor y pedir ayuda sí lo son. Como seres humanos necesitamos
compartir nuestros sentimientos e inquietudes, tenemos derecho a expresar nuestras emociones, todas y cada una de ellas son valiosas en sí mismas.

Es importante permitirnos abrir la puerta a nuestros sentimientos, ponerlos en palabras, tal y como defendía Freud “la cura llega a través de la palabra”.

Por todo ello considero que Alcohólicos Anónimos hace una gran labor en la batalla contra el alcoholismo, ha supuesto un salvavidas para millones de personas alrededor del mundo, y a día de hoy sigue ayudando a muchos a encontrar una salida. Los profesionales de la salud no podemos olvidar que existe este recurso como vía de apoyo a nuestras intervenciones. Debemos recordar que no somos omnipotentes ante el desafío que supone esta enfermedad y que la unión entre todos logrará sin lugar a dudas una mejora
en las posibilidades de recuperación de los enfermos alcohólicos.

11/09/2024
10/09/2024

Alcohólicos Anónimos y el mundo sanitario.

"El alcoholismo es una enfermedad reconocida en todas las clasificaciones psiquíatricas modernas y poco a poco ha sido siendo aceptada por las sociedades más desarrolladas.
Sin embargo, pesa sobre él un estigma negativo, en sectores incluso como la propia medicina. Los Grupos de Alcohólicos Anónimos, desarrollan una importante labor en la rehabilitación de todos los alcohólicos, más allá de donde la medicina y los
dispositivos sanitarios pueden llegar y contribuyen de manera no sólo a la recuperación de los enfermos, sino a borrar el estigma que pesa sobre la enfermedad.

Por otra parte, los Alcohólicos Anónimos son un modelo que se está extendiendo a otros grupos de autoayuda”

10/09/2024

REPORTAJE SOBRE AA

Una organización que a sido un Faro de Esperanza para millones de personas en el mundo

10/09/2024

Decide...

09/09/2024

Ceder a las ansias de consumir dr**as puede parecer el fin del mundo, pero es importante reconocer que la recaída no es un fracaso, sino una parte natural del proceso de recuperación de la adicción. A pesar de lo que puedan hacerte creer algunos conceptos erróneos obsoletos, la adicción no es una falta de fuerza de voluntad, sino una enfermedad crónica y, como cualquier otra enfermedad crónica, pueden producirse reveses. A continuación, se indican cuatro cosas que puedes hacer para volver a la normalidad después de una recaída en la adicción.

Cómo recuperarse después de una recaída

1. No te castigues a ti mismo

En la vida, a menudo nos presionamos para actuar de cierta manera o alcanzar ciertas metas. Esto es especialmente cierto para las personas en recuperación que tienden a tener expectativas altas después de pasar por la rehabilitación. Pero la recuperación no es una línea recta; es un camino con muchos zigzags. Después de un revés como una recaída, la decepción puede golpear fuerte y dejar a la persona increíblemente desanimada.

Lo primero que hay que hacer después de una recaída es luchar contra el impulso de castigarse por el error. La vida continúa después de la recaída y usted puede seguir su camino. Su progreso hasta este punto no ha sido en vano.

También puede resultar reconfortante recurrir a tu red de apoyo. No solo puede ayudarte a superar tus sentimientos, sino que también te brinda apoyo práctico, como lavar los platos, cuidar a los niños o llevar a alguien a tu casa mientras te recuperas.

2. Piensa en lo que desencadenó la recaída.
Si bien la recaída puede parecer un retroceso, también es una oportunidad perfecta para comprender mejor los factores desencadenantes de su adicción. Piense en lo que estaba haciendo cuando sintió el deseo. ¿Estaba en un estado emocional particular? ¿Estaba privado de sueño, estresado o hambriento? ¿Fue una situación específica la que desencadenó esta sensación? ¿Dónde estaba cuando sintió el deseo? Comprender estos factores puede ayudarlo a desarrollar estrategias de afrontamiento efectivas y mejorar sus posibilidades de éxito a largo plazo.

Algunos de los desencadenantes más comunes son…

• Estrés y agitación emocional
• Exposición a dr**as o parafernalia de dr**as
• La presión de grupo en situaciones sociales
• Aburrimiento; falta de propósito
• Traumas no resueltos o problemas de salud mental

3. Piensa en lo que podrías haber hecho de manera diferente

Una vez que hayas identificado el quién, qué, dónde y por qué de tu recaída, es una buena idea considerar acciones alternativas que podrías haber tomado en su lugar. Esta es una parte importante del desarrollo de tus estrategias de afrontamiento. La clave para esto es ser realista . En lugar de promesas generales de que nunca volverás a hacer lo A o lo B, es mejor pensar en contingencias ante la probabilidad (muy real) de que no siempre tengas una fuerza de voluntad de acero. Usa esto para crear un plan de prevención de recaídas para el futuro y compártelo con tu sistema de apoyo.

4. Priorizar el autocuidado

Una recaída puede hacerte sentir que has perdido el control por completo. Recupera algo de tu poder y esfuérzate por ser más consciente de tu bienestar físico, mental y emocional. Cosas como una nutrición adecuada, ejercicio regular, sueño adecuado y prácticas de atención plena no solo te ayudarán a centrarte emocionalmente, sino que también son importantes para sanar el daño que una recaída pueda haberte causado.

Si antes tenías un programa de cuidado personal, vuelve a retomarlo como si nunca te hubieras desviado de él. Tus avances anteriores no han sido en vano y volver a retomar el ritmo es una excelente manera de demostrártelo a ti mismo. Si no lo tenías, ahora es el momento perfecto para hacerlo.

5. Sé honesto contigo mismo

¿Qué tan en control se siente sobre su adicción a las dr**as? Si las recaídas, físicas o mentales, se están volviendo algo cada vez más común, tal vez quiera considerar volver a rehabilitación. No sería el primero. Un estudio que analizó a casi 40.000 adultos estadounidenses con problemas de abuso de sustancias descubrió que el número promedio de intentos necesarios para recuperarse fue casi 6 veces mayor . Y dependiendo de cuánto haya durado su período de recaída, existe una gran probabilidad de que necesite desintoxicarse nuevamente.

Incluso si no crees que necesitas ir tan lejos como para volver a rehabilitación, es probable que te beneficies de un apoyo y una responsabilidad adicionales. Un buen lugar para encontrarlos son los grupos de apoyo y las reuniones de 12 pasos . Allí puedes conocer a compañeros que entienden por lo que estás pasando y pueden ofrecerte consejos prácticos y una perspectiva valiosa.

Obtenga ayuda para la recaída en la adicción
La recaída en una adicción es una experiencia desafiante y emotiva, pero no tiene por qué definir su proceso de recuperación. Si comprende los desencadenantes comunes, reconoce las señales de advertencia e implementa estrategias efectivas, puede tomar medidas proactivas para prevenir la recaída y mantener la sobriedad que tanto le costó conseguir.

09/09/2024

NUESTRA GRAN RESPONSABILIDAD

08/09/2024

Completar un programa de rehabilitación de dr**as es un paso importante para recuperar su vida después de la adicción. Es emocionante, pero la transición del entorno estructurado de rehabilitación al mundo exterior donde tiene una libertad casi total también puede ser un poco estresante. Aquí hay seis cosas que debe hacer para apoyar su recuperación después de la rehabilitación, además de consejos de expertos para superar cualquier desafío que pueda enfrentar en el camino.

Tenga la mentalidad adecuada

Tenga en cuenta que la recuperación es un viaje que dura toda la vida y que puede tener sus altibajos. Deberá ser indulgente consigo mismo cuando cometa errores, dar marcha atrás y mantenerse flexible cuando se enfrente a aspectos de su antigua vida que ya no se ajusten a su versión más saludable y feliz. Esto también le ayudará a mantenerse motivado en la recuperación y le dará mayores probabilidades de éxito.

Desarrollar un plan de prevención de recaídas
Prepárese para el éxito creando de manera preventiva estrategias que lo ayuden a mantener su sobriedad frente a los factores desencadenantes, los factores estresantes y los antojos. Estas pueden incluir formas de distraerse, como aprender mecanismos de afrontamiento saludables como técnicas de atención plena, hacer ejercicio o participar en pasatiempos, que pueden brindar formas alternativas de lidiar con el estrés o los antojos. Puede implicar pensar en formas de involucrar a las personas o lugares asociados con el consumo de dr**as en el pasado u otras medidas de responsabilidad.

Tener una red de apoyo social

Rodearte de personas que comprendan tu recorrido y estén comprometidas con tu sobriedad puede tener un impacto significativo en tus posibilidades de éxito a largo plazo. Todo plan de prevención de recaídas también debe incluir una lista de contactos de emergencia a los que puedas recurrir en caso de necesidad. Esta persona podría ser tu terapeuta, un patrocinador de Alcohólicos Anónimos o un amigo de confianza. Asegúrate de que conozcan esta responsabilidad para que puedan ayudarte cuando llegue el momento.

Sin embargo, su red de apoyo no tiene por qué limitarse a quienes saben que usted se está recuperando o que ellos mismos se han recuperado. Su sistema de apoyo puede incluir amigos, familiares, grupos de apoyo y cualquier persona que contribuya positivamente a su recuperación.

También es útil rodearse de influencias positivas y buscar inspiración en otras personas que han superado con éxito una adicción. Leer historias de éxito, asistir a eventos relacionados con la recuperación o escuchar podcasts motivacionales pueden ayudar a aumentar la motivación.

Desarrollar hábitos saludables

Hacer ejercicio de forma regular, comer alimentos nutritivos y descansar bien contribuirá en gran medida a mejorar el bienestar general. La actividad física ayuda a reducir el estrés y libera endorfinas, que pueden mejorar el estado de ánimo y la sensación general de bienestar. Tampoco es necesario realizar ejercicios extenuantes para obtener estos beneficios. Incluso una caminata corta puede ser suficiente para mejorar el estado de ánimo.

La nutrición y el sueño van de la mano. Es común que las personas con un trastorno por consumo de dr**as también tengan cierto nivel de desnutrición, lo que impide que el cuerpo pueda funcionar con normalidad o repararse a sí mismo. El sueño también desempeña un papel vital en la recuperación del cuerpo y es cuando se producen la mayor parte de las cosas, como la reparación muscular y el crecimiento de los tejidos. También desempeña un papel importante en la regulación de las emociones, sin mencionar que la falta de sueño puede perjudicar la cognición, el estado de ánimo y elevar los niveles de estrés.

Priorizar el autocuidado

La recuperación puede dejar a una persona en un estado de sensibilidad, tanto física como mental. Es importante minimizar las actividades que causan estrés y, al mismo tiempo, buscar activamente personas, lugares y cosas que te hagan sentir seguro, a salvo y relajado. Esto es particularmente importante porque las dr**as se usan a menudo como un mecanismo de afrontamiento para lidiar con situaciones estresantes, y dejarte vulnerable a cosas estresantes puede ponerte en un mayor riesgo de recaída.

Celebrar los hitos

A pesar de los altibajos, tómate un tiempo para reconocer todo lo que has logrado y lo lejos que has llegado en tu camino. Celebra tus logros, ya sea completar una cierta cantidad de días sin beber o alcanzar una meta específica. Reconoce tu progreso, recompénsate y continúa estableciendo metas para mantenerte en el buen camino.

No tengas miedo de pedir ayuda

Incluso después de haber terminado el programa de tratamiento, puede resultar muy beneficioso trabajar con un consejero o terapeuta. Muchos centros de rehabilitación de dr**as tienen programas de apoyo para exalumnos que pueden ofrecer recursos y oportunidades para conectarse con otras personas que han pasado por el programa.

Si sientes que estás perdiendo el rumbo, siempre puedes encontrar apoyo en las reuniones de Alcohólicos Anónimos y Narcóticos Anónimos . Son personas que han estado en tu situación, o que todavía están en ella. No atravieses la vida solo después de la rehabilitación. Encuentra una reunión cerca de ti hoy mismo.

07/09/2024

Un suicidio como pretexto
Por Juan H.

Recuerdo a mi padre con un cuchillo de cocina en la mano haciendo ademanes mientras me decía que yo quedaría a cargo de la casa cuando él no estuviera. Me recuerdo aterrado en una esquina del comedor. A mis doce, aquello era tan confuso como aterrador.

Me daba miedo el cuchillo en su mano aun cuando no me amenazaba con ensartármelo, pero sus ojos estaban inyectados de enojo, de ira y de una agresividad que no le había visto nunca. Empezaba mi padre a desvariar por el consumo de una bebida que él se preparó en una botella de tíner: mezcló aguarrás, algo de tíner, agua y alcohol. Aquello prácticamente lo enloqueció de un día para otro. Durante años, me pregunté si tomarse aquello había sido un suicidio o un acto de desesperación, acaso un delirium tremes. El caso es que aquella bebida lo condujo a la muerte. La noche buena de 1976, se lo llevaron de emergencia al hospital donde murió.

Pasé aquella Navidad confundido y aterrorizado. Mi padre era buena persona, un gran músico, actor teatral y también buen carpintero. Conmigo era cariñoso. ¿Qué lo había llevado a perder así el control? La respuesta la sabía yo perfectamente: había sido por su consumo de algo raro, pero prefería pensar que se había equivocado de bebida, o que solo había experimentado hacer esa mezcla con sus productos para reducir los barnices con los que trataba los muebles que fabricaba. En mi casa, mi familia optó por decir que había sido un infarto y eso repetimos hasta a los vecinos que estaban bien enterados de todo.

Dos años después empecé a beber cada vez con más frecuencia. Siempre negué que la bebida fuera capaz de transformar a nadie. Lo de mi padre había sido una casualidad nefasta de las muchas que se dan en la vida. Yo era un muchacho simpático, bueno para escuchar a las personas, atento con los amigos, creo que era algo así como un joven capaz de comprender a los otros jóvenes de su misma edad. Se llegó el momento en que esos amigos me reprochaban mis excesos al beber alcohol. Los creía injustos y malagradecidos porque olvidaban mis esfuerzos por escucharlos, por “guiarlos”, pues lideraba grupos religiosos juveniles. Dejaron de importarme como amigos y me entregué de lleno a la felicidad. Al consumo. Aquello me hacía bailar hasta el amanecer, dormir y comer poco, a divertirme como joven, según me parecía.

A mis veinte años de edad me sentía jefe de mi hogar materno, tal como me lo había encomendado mi padre aquella vez. Me sentía hábil para trabajar, bueno en los estudios, estricto con mis hermanas y, además, algo muy importante, bueno para beber alcohol. Bien podían admirarme por todo eso, especialmente por beber y no caer, como sucedía a otros. Me quedaba hasta el amanecer y era capaz de seguir bebiendo aquella misma noche.

Cuando dejé de sentirme alegre y fuerte como un cosaco, cuando sentí que ya no tenía fuerzas ni para levantarme al día siguiente y, lo que era peor, aumentaron considerablemente mi vergüenza y mi tristeza, endosé a mi padre aquella desgracia. Repetía, “en confianza” a medio mundo, que yo bebía porque mi padre se había suicidado y, aunque yo no quería hacerlo, esa era mi condena.

Ni psicólogos, ni rezos, ni amigos, ni regaños, nadie pudo evitar que me convirtiera en una persona insoportable. Corría borracho desnudo por las calles, conducía vehículo en estado de ebriedad, a gran velocidad; hacía tantas cosas riesgosas, pero siempre me dije que no tenía yo la culpa de nada, sino mi padre, mi ambiente, mi familia, mis amores no correspondidos, además de que celebraba de igual forma los muchos amores bien correspondidos.

Se llegó el día en que no pude más con los calambres, la anemia, la desnutrición por no comer adecuadamente, perdí peso, autoestima, dinero, credibilidad, confianza, amigos y esposa.

Una noche, en pleno consumo de alcohol y dr**as, pedí a una amiga que me llevara a su grupo de recuperación. Lo hizo a los dos días. Levanté la mano para decir que necesitaba ayuda. Aquella noche dormí tan lleno de esperanza que tuve miedo de que fuera solo una emoción. Había una esperanza para mí. Recuerdo que me dieron estos consejos desde los primeros días, los cuales cumplo hasta la fecha lo mejor que puedo:

No mantenga el estómago vacío, coma; si tiene sed, beba agua; venga al grupo todos los días, todos los días, también los días festivos (reiteraban esto como medida primordial); si tiene ganas de beber, o si se siente triste, o solo, o vacío, llámenos a cualquiera de nosotros; lave las tazas del grupo, barra, trapee, y ante todo no se tome un primer trago.

Mis deseos de volver a beber fueron muchos, tantos que hasta lloraba por no poder hacerlo, pero sabía que si lo hacía no podría parar y que mi sufrimiento era intenso. También, me dijeron que un día se me iría la obsesión por beber. Y así fue. No recuerdo cuándo, ni cómo, dejé de sentir esa compulsión, ese deseo desesperado por beber.

Alguna vez tuve la tentación de hacerlo, claro, pero sentir tentación y sentir obsesión con cosas muy distintas. Eventualmente, en estos 19 o 20 años de sobriedad (sinceramente, no recuerdo el año exacto), he sentido tentación, pero es más fuerte y grande lo que ahora tengo: Pagué un precio demasiado alto, llegué derrotado, hecho una desgracia. Gané pensamiento crítico, autoestima, sobriedad. Aquí estoy, sobrio, feliz de no beber. Esa es otra historia. Un día compartiré cómo tuve la fortuna de dar con este, y por qué ha sido algo tan alentador como importante en mi vida.

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