Consultoría Psicológica

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¿Es posible tener una relación abierta?

Como muchas cosas dentro de nuestra vida de pareja, el tener una relación abierta es posible. Pero tenemos muchas cosas que entender antes de que esto sea viable para nuestra relación. Si hablamos de las relaciones abiertas entramos en un escenario mucho más complejo, no por ello imposible.

El concepto de una relación abierta parte del punto en que una o ambas partes de la pareja tienen como opción tener una relación sexual y/o amorosa con otra persona ajena a la dinámica de la dupla principal. Es un concepto muy parecido a las relaciones poli-amorosas, sin embargo, las relaciones abiertas logran tener un equilibrio en donde ellos y únicos DOS, son el núcleo. Es decir, a pesar de que las partes tienen intimidad con otras personas, el acuerdo promueve que siempre se regrese con la pareja actual para su rutina específica.

Y si, hasta aquí suena en teoría maravilloso. La dinámica de la monogamia para algunas personas y desde hace tiempo, es retrograda y un poco aburrida, sin embargo ha sido una práctica que tiene muchos años, mínimo conceptualmente.

La decisión de abrir la pareja puede formarse, o bien desde el inicio de la relación o ser, sencillamente, una nueva forma de enfocar su camino juntos. Lo único importante es que para que la relación abierta funcione, se necesita comunicar al otro de forma sincera las inquietudes, problemas y otros factores que puedan hacer que la relación abierta acabe con el núcleo de la pareja.

Para conseguirlo es muy importante aceptar la nueva perspectiva, llegar a acuerdos fundamentales, hablar constantemente para comprender qué tipo de vínculo es el que se tiene con la pareja actual y cuáles serán los lazos con los terceros. Nunca se debe iniciar una relación abierta si una de las partes de la pareja no está convencida de ello.

Comenzar una relación abierta no significa que ambas partes tengan plena libertad individual. Se deben establecer normas y límites que dependen de cada pareja (Todas las parejas son diferentes, tienen diferentes antecedentes, etc.). De esta forma, se consigue que, mediante el acuerdo de los miembros de la pareja, se cubran las necesidades afectivas de ambos. Los secretos desaparecen y existe la posibilidad de reforzar lazos de confianza y compromiso.

Los llamados celos toman un concepto diferente, cambia al ser ambos plenamente conscientes de lo que haga el otro miembro de la pareja. Este tipo de tensiones propensas en las parejas monógamas acaban de raíz en las parejas abiertas.

En este caso, la pareja asume que necesita a otro, respetando la decisión de su pareja y sabiendo que, por mucho que esta pueda compartir sus sentimientos con una tercera persona, sigue siendo parte de algo mucho más sólido y durable.

Asi que, como pueden leer, las relaciones abiertas son posibles y llevaderas, pero tener la comunicación, el seguimiento apropiado siempre será importante. Así como en la monogamia, pueden surgir problemas de comunicación, lo mismo en este tipo de relaciones.

Lic. Psic. C. Xiomara Bueno Arámburo
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¿Es o no es depresión post-parto?

En algo muchas mamás están de acuerdo y es en que, aunque les llena de amor sus corazones, la maternidad es difícil, pesada y estresante.
El ser mamá además de ser un desgaste físico, en muchos sentidos es un desgaste emocional. Por eso, cuando surgen estos tipos de historias en donde una madre de familia trata de liberar esas cargas, tiende a ser apoyada por unas partes, pero criticada por otras.

La maternidad tiende a ser muy romantizada y ¡ojo!, no estamos diciendo que no sea algo hermoso, gratificante, y que día a día nos ayude a tener esas experiencias maravillosas que corresponden al ser mamá, sin embargo también tenemos que empatizar con aquellas experiencias que muchas de las mamás sufren y pocas veces es tratado.

¿Cómo saber si sufriste o sufres una depresión post-parto?
La depresión post-parto es una afección clínica que debe ser diagnosticada y tratada por profesionales. Las mamás que sufren de esta afección.
Tiende a ser minimizada por confundirse con el cansancio digno de convertirse en mamá por primera vez, la carga por tener un segundo hijo, o simplemente por recibir a un nuevo miembro en la familia.

Los síntomas incluyen:
·CAMBIOS DE ÁNIMO:
Que se manifiestan con pérdida de interés o placer en hacer actividades, altibajos emocionales, ansiedad, ataque de pánico, culpa, desesperanza o enfado
·COMPORTAMIENTO:
Que usualmente se manifiesta con agitación, irritabilidad o llanto
·SÍNTOMAS FÍSICOS:
De los más comunes fatiga o pérdida de apetito, aumento de peso o pérdida de peso
·PSICOLÓGICOS:
Depresión, miedo, falta de concentración o pensamientos no deseados o insomnio

Es muy importante que entendamos también que la depresión NO es como una gripe. No es si la tienes o no y DEBES tener todos los síntomas. A veces son sólo algunos, otras veces otros, no en todas las mamás se manifiesta igual y lo importante es, obviamente, tratar los síntomas. Los lazos que tienes con tu bebé en sus primeros meses son muy importantes y pueden determinar muchas situaciones futuras. Lo mejor es atenderte con un profesional y tratar esos síntomas.

-Lic. Psic. C. Xiomara Bueno Arámburo
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Mi pareja me fue infiel ¿Ahora qué?

Primero que nada, lo más importante es TRANQUILIZARTE. El sentimiento que usualmente nace desde que sabemos la noticia tiende a ser algo incontrolable. El miedo, la rabia, el enojo, la decepción tienden a ser lo primero que sentimos, y es tan grande en algunas ocasiones que surge siempre en nuestra cabeza la frase “no sé qué hacer”. Esto seguido de las mil y una cosas que pueden pasar a continuación: una separación, un divorcio, peleas, peleas por custodia, tristeza, etc.

¿Qué estoy sintiendo?
La mejor manera de tranquilizarse es identificando qué es exactamente lo que sientes. Por ejemplo, el enojo puede venir de diferentes puntos: Pensar que te han visto la cara, saber que esto estuvo pasando debajo de tus narices, etc.
Por lo general, al saber lo que ha sucedido, se tiende a pensar en qué es aquello que la otra pareja tiene que no tengas tú mismo/a. Cuestionar la propia valía, pensar en lo que pudimos haber hecho y que no hicimos, sentirse superado/a por la situación son parte de la normalidad cuando entramos en el shock de enterarnos algo que nos moverá a gran escala nuestra vida.

¿Qué voy a hacer?
La PRIMERA PREGUNTA QUE DEBES HACERTE es ¿QUÉ ES LO QUE QUIERO HACER?. Una vez que has logrado tranquilizarte (aunque sea un poco), decidir lo qué quieres es lo más importante de todo este tema. Si a pesar de esta situación tu deseo es:
· Continuar con la relación y arreglar las cosas.
· Tener una separación en buenos términos.
· Tener una separación en malos términos.
· Separarse y tratar de arreglarlo con el espacio personal antes de pensar en continuar.
· Cualquier situación entre cualquiera de las anteriores.
También toma en cuenta que el que decidas esto, no quiere decir que posteriormente no puedas cambiarlo.

UNA VEZ QUE HAS LOGRADO tomar una primera determinación debes pensar ¿Qué sigue?
Pensar en el siguiente paso determinará cómo continúa ésta travesía. Gestionar con tu pareja es lo más recomendable, de ser posible. Hablar acerca de lo que ha pasado y comunicar tu decisión de qué es lo que quieres hacer es lo principal.
“A pesar de lo que ha pasado, quiero continuar, con estos pasos a seguir, con estas cartas sobre la mesa, con estas condiciones”
“Con lo que ha pasado, creo que lo mejor es una separación, quiero que sea en buenos término, ¿Por dónde empezamos?”

¿Necesito ayuda?
Es entendible que leas estas líneas como si fuera fácil seguir los primeros pasos, y no lo es, es comprensible. Es por eso que debes aceptar cuando es necesario pedir ayuda, reunirte con una red de apoyo familiar, de amistad o incluso de apoyo profesional en una terapia. Tener un espacio en donde poder sacar toda la frustración es IMPRESCINDIBLE, ya que nadie toma buenas decisiones con la cabeza caliente.
Solamente toma en cuenta que todo mundo, a excepción de un profesional, tendrá una OPINIÓN y muchas veces no nos gustará escuchar lo que tienen qué decir porque no están en tu lugar, tal vez hayan vivido algo similar o parecido, pero los sentimientos son distintos en cada caso. Y es importante que sepas que la decisión es tuya y posteriormente, puede que seas juzgada por la misma.
Si tus decisiones te llevan a una separación o a querer recuperar la relación, está bien, porque será una decisión tomada por ti mismo y para ti.
Esto puede ser llevado siempre por un profesional, en donde sea y cuál sea la decisión estarás acompañado/a por alguien imparcial y que ayude a entender ambas partes de esta situación. Toma en cuenta que un profesional no está para juzgarte, sino, para guiarte para tener lo que quieres, QUE ES EXACTAMENTE LO PRIMERO QUE DEBES SABER.

Sólo recuerda, que no debes pasar por esta situación solo/a, aunque pareciera que todo guía a eso. Siempre habrá alguien dispuesto a escucharte, comprenderte, ponerse en tu lugar y empatizar contigo.

-Psic. C. Xiomara Bueno Arámburo
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¿Qué hago si mi hijo pequeño me pega?

Primero que nada vale la pena saber la razón de por qué los niños pequeños recurren a esto, y aunque a muchos de los padres, les rompe el corazón recibir este tipo de trato de sus hijos o hijas, muchas veces el que sean tan pequeños (2-4 años) hace que sea muy difícil saber qué hacer en estos casos.

¿Por qué recurre a la agresión mi pequeño?
La razón tiene que ver con el desarrollo de cada uno de los niños, a esa edad, los niños son incapaces de discernir entre la diferente gama de sentimientos que tienen y además carecen de empatía, ojo, no quiere decir que no sean capaces de demostrar empatía. Tiene que ver con que en el momento del enojo, berrinche o situación en particular, no tienen la capacidad de tranquilizarse solos para poder tomar en cuenta sentimientos ajenos.

Los niños de esas edades tienden a dejar que el sentimiento n particular que tengan ante una situación invada todo su humor, es decir, si están felices, están MUY felices, si están enojados, están MUY enojados.
Es posible también, de acuerdo a la situación, que al ver la reacción de los padres ante esta agresión, el niño concluya que es la mejor manera de obtener lo que quiere, ya sea algo material, atención, o incluso, cariño. Así que es sumamente importante que notemos en primara instancia, cómo es que hemos estado reaccionando nosotros cuando se presentan estos cuadros agresivos.

¿Qué hago cuando mi hijo pequeño me agrede?
Los niños tienden a responder a rutinas y a acciones repetitivas y coherentes. Si algo siempre se soluciona de la misma manera, llegará un punto en el que ellos esperaran esa misma respuesta cuando vuelva a suceder.
Así que es prudente seguir estos pasos. Puede que con cada caso cambie, pero en general, lo óptimo es:

1. TRANQUILÍZATE. Cuenta hasta 10, respira, o repite mantras (o lo que te sirva más) para tranquilizarte, de ninguna manera debes responder agresión con agresión, ni siquiera si es verbal. Es una antítesis el querer lograr evitar algo, haciendo lo miso. No tiene lógica ni para ti, ni para tu pequeño.
2. SÉ FIRME. Ya que no vas a regresar gritos y golpes contra un pequeño, es importante que decidas lo que sigue a continuación. Algunos niños reaccionan mejor a que vean qué, tú cómo papá o mamá, tienes el control y hay otros que reaccionan mejor a empatizar contigo y el dolor que te está provocando con su agresión. Lo importante es que los niños no podrán entender mucho, sino hasta que haya un periodo de calma. Lo más oportuno es desviar los golpes, repitiendo cada vez que lo haces “no me pegues hijo”, pero lo más importante es el tono, tiene que ser un tono firme sin gritar, con una mirada sólo característica de los padres. Detenerle las manos, sostenerlo, abrazarlo para evitar los golpes es posible. Recuerda, hasta que no se calme, no hay manera de que te escuche.
3. SÉ FUERTE. Es muy importante que tampoco cedas si lo que tu hijo o hija quiere es algo material o controlar una situación. Muchas veces la ira aparece cuando decimos “NO” a alguna cosa o porqué no se hará lo que él o ella quieren hacer. Si estás aguantando, desviando golpes, respirando para calmarte y diciéndole que no te pegue de una forma firme. Lo PEOR que puedes hacer, es darle lo que quería en un inicio porque echas todo el trabajo logrado a la basura. Le estás dando el mensaje que quieres evitar, que él o ella tienen el control.
4. EMPATIZA. Una vez que haya cedido a tranquilizarse (te lo advierto, habrá veces que durará mucho al inicio, pero con el tiempo se ira haciendo más corto), ahora SI es momento de hablar con él o ella y que literalmente esté escuchando. Es el momento de explicarle 1. por qué no pueden ir a donde él quería, por qué no se puede comprar algo siempre que lo pide, etc. Y además explicar lo que a ti como padre o madre te hacen sentir sus golpes y que esta no es la forma de conseguir lo que quiere en ningún momento. Esto debe suceder siempre viéndolo a los ojos, sin desviarte a hacer otra cosa, ni viendo el teléfono, ni hablando con alguien más. En ese momento tu hijo es tu prioridad y lograr que entienda esto (por muchos intentos que te lleve) es lo más importante.
5. SÉ CONSTANTE. Si vas a comenzar este proceso, no te detengas hasta que esto quede erradicado o hasta que tú estés conforme.

Por último sólo recuerda que la ira, el enojo desenfrenado y todo este tipo de acciones, son por lo general por la poca capacidad de los pequeños a gestionar sus emociones, pero también hay veces que esto mismo, puede ser síntoma de algún problema familiar importante o bien, algún tipo de situación que el pequeño o pequeña esté pasando, es nuestra labor como padres saber reconocer esto y atender también nuestros problemas antes de juzgar el comportamiento de nuestro hijo o hija.

-Psic. Xiomara Bueno A

"Mi adolescente cambió durante y después de la Pandemia"
Primer entrada de nuestro nuevo blog de temas familiares, individuales y de pareja.
https://cpsicqro.wixsite.com/consultoriapsicqro/post/tu-t%C3%ADtulo-en-qu%C3%A9-eres-un-experto

Mi adolescente cambió durante y después de la Pandemia Una parte de ser un adolescente tiene que ver con cambios constantes. Si nos vamos a la estricta formación de la palabra son cambios que duelen, tanto física, como emocionalmente. La pandemia vino a cambiar todo lo que teníamos como norma, todos nuestros paradigmas tuvieron que verse modificados....

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