Estefanía Araya

No nos importa el éxito. Se trata de ser grande y no parecerlo.

Dios, al crear al hombre, sobreestimó Su habilidad.

Divide las dificultades que tienes que examinar en tantas partes como sea posible para una mejor solución.

El éxito es fácil de obtener. Lo difícil es ganárselo.

Nuestros padres nos aman porque somos sus hijos, es un hecho inalterable. En tiempos de éxito esto puede parecer irrelevante, pero en tiempos de fracaso ofrecen una comodidad y seguridad que no se encuentran en ningún otro lugar.

No es posible ser medio bueno.

El orador más grande del mundo es el éxito.

La fuerza no viene de la habilidad física. Viene de una voluntad indomable.

Saber cuándo esperar es el gran secreto del éxito.

El secreto del éxito en la vida de un hombre es estar preparado para aprovechar la ocasión cuando se presente.

La única manera de lograr lo imposible es creer que es posible.

El valor no es la ausencia de miedo; es persistencia a pesar del miedo.

Lo más desesperante no es lo imposible. Pero lo posible no se logra.

Querer ganar significa estar ya a mitad de camino.

Siempre que sea posible, sea claro. Pero que tu claridad no sea motivo para herir a los demás.

Lleva un puñado de tierra todos los días y harás una montaña.

Solo se puede lograr un gran éxito cuando nos mantenemos fieles a nosotros mismos.

El éxito es un maestro malvado. Seduce a las personas inteligentes para que piensen que nunca caerán.

La clave del éxito de Sony y de todo lo demás en los negocios es... no seguir a los demás.

La impaciencia es un gran obstáculo para el éxito.

Sed como los pájaros que, cuando se posan un momento en ramas muy ligeras, las sienten ceder, ¡pero cantan! Ellos saben que tienen alas.

La inteligencia es la capacidad de adaptarse al cambio.

Ten cuidado con el destino y cree en ti mismo. Pasar más horas realizando que soñando, haciendo que planeando, viviendo que esperando porque, aunque los que casi mueren están vivos, los que casi viven ya han mu**to.

La vitalidad se demuestra no solo por la persistencia, sino también por la capacidad de empezar de nuevo.

Hay pocos hombres capaces de rendir homenaje al éxito de un amigo sin ningún tipo de envidia.