Escuderia APOLO XIII Videos
Videos by Escuderia APOLO XIII. Participación en Spain Classic Raid ... y cualquier evento Ricardo Barrasa y Manuel Hernandez
"Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia"
No hay película de ficción que no incluya esta célebre sentencia en sus títulos de crédito. Y está bien que aparezca la frase porque ficción y realidad son, han sido siempre y siempre serán, las dos caras de una misma moneda. Luego también está el canto de la moneda. Pero eso es otro cantar.
Digo esto porque en el raid Pandemonium, desde el momento en el que comienzas con la preparación hasta que terminas tu participación en él con los efusivos abrazos y besos a la familia a la vuelta a tu cotidianeidad, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Para lo bueno (creo) y para lo malo, claro.
Por lo pronto, es un viaje en el tiempo. Te metes en un coche de los noventa, o de los ochenta, abarrotado de paquetes y cachivaches, (qué pequeños éramos entonces) y te recorres media España a 90 por hora de media porque, sí, en las cuestas abajo llegas a los 110 pero, claro, en las pendientes aquello languidece sin remedio.
También se te plantean exigentes dilemas morales. ¿Bajas las ventanillas para mantener la temperatura corporal en un rango compatible con la vida y dejas de comunicarte con tu compañero? ¿O mantienes las ventanillas subidas y hablas pero en estado febril?
Así mismo, sometes a tu cuerpo a tensiones dignas del entrenamiento de un programa espacial. Los traqueteos y vibraciones te vapulean de tal forma que, cuando paras el coche y te bajas, la vibración de tu cuerpo podría hacer que te desplazaras sin mover los pies.
Recuerdo que dijo Ricardo un día, en otra edición:
- ¿No notas una vibración extraña un ruido raro?
Me lo quedé mirando con perplejidad.
- ¿Una vibración extraña? ¡Si vamos montados en un martillo neumático!
Así eran nuestro viajes en los ochenta y noventa. Haber llegado hasta aquí con un mínimo de cordura dice mucho del temple con el que está forjada nuestra generación.
Lo de los que repetimos, ya tiene una explicación más dificult
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"Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia" No hay película de ficción que no incluya esta célebre sentencia en sus títulos de crédito. Y está bien que aparezca la frase porque ficción y realidad son, han sido siempre y siempre serán, las dos caras de una misma moneda. Luego también está el canto de la moneda. Pero eso es otro cantar. Digo esto porque en el raid Pandemonium, desde el momento en el que comienzas con la preparación hasta que terminas tu participación en él con los efusivos abrazos y besos a la familia a la vuelta a tu cotidianeidad, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Para lo bueno (creo) y para lo malo, claro. Por lo pronto, es un viaje en el tiempo. Te metes en un coche de los noventa, o de los ochenta, abarrotado de paquetes y cachivaches, (qué pequeños éramos entonces) y te recorres media España a 90 por hora de media porque, sí, en las cuestas abajo llegas a los 110 pero, claro, en las pendientes aquello languidece sin remedio. También se te plantean exigentes dilemas morales. ¿Bajas las ventanillas para mantener la temperatura corporal en un rango compatible con la vida y dejas de comunicarte con tu compañero? ¿O mantienes las ventanillas subidas y hablas pero en estado febril? Así mismo, sometes a tu cuerpo a tensiones dignas del entrenamiento de un programa espacial. Los traqueteos y vibraciones te vapulean de tal forma que, cuando paras el coche y te bajas, la vibración de tu cuerpo podría hacer que te desplazaras sin mover los pies. Recuerdo que dijo Ricardo un día, en otra edición: - ¿No notas una vibración extraña un ruido raro? Me lo quedé mirando con perplejidad. - ¿Una vibración extraña? ¡Si vamos montados en un martillo neumático! Así eran nuestro viajes en los ochenta y noventa. Haber llegado hasta aquí con un mínimo de cordura dice mucho del temple con el que está forjada nuestra generación. Lo de los que repetimos, ya tiene una explicación más dificult
Etapa 5: Pesaguero - Sto. Toribio de Liebana. 23 km. El sobre esfuerzo de ayer ... nos pasó factura. Pero llegamos. Nos dio la bienvenida Marga Pereda y nos contó toda la historia del santo, de la comarca... Después vimos y besado, ... el “Lignus Crucis”. Además de recibir unas bendiciones.
Las vistas del camino han sido espectaculares... sobre todo los bosques de hayas... y desde las cumbres
Etapa 3 y 4: Nos hemos venido arriba y hemos realizado 2 etapas en un día: San Salvador de Cantamuda (ya sabemos por qué se llama así) - Pesaguero Cantabria, 33 km 1000 metros de subida y 1500 metros de bajada... y muchos de ellos por prados y aguachinales. Nos ha llevado casi 12 horas ( incluidos descansos)...por caminos de montañeros, trochas, cortafuegos... pero no de Peregrinos. Nuestros pies siguen inmaculados.
Etapa 3: Cervera de Pisuerga - San Salvador de Cantamuda. 23 km Empezamos en la iglesia de Santa Maria del Castillo y cogimos la ruta del oso... muy bonita y agradable por la ribera del PISUERGA después por unos bosques de robles muy espesos hasta que la abandonamos para ir hacia Vañes ... nos desviamos para ver el “roblon”, un árbol de más de 800 años, pero estaba en lo alto de un monte... después pusimos rumbo hacia el bosque fosilizado que también estaba en un alto... vamos que por carretera subes unos 100 metros y por este camino 735 m ... esto es una ruta turística ...
Etapa 2. Perazancas - Cervera de Pisuerga, 21 km (el camino mira que da vueltas y revueltas). A las 7:30 h descubrimos que estábamos vivos, y os preguntaréis el motivo: cuando nos acostamos uno pensó que esa casa era la versión española de la casa de psicosis, y el otro que sin duda habría fantasmas, pero no dijimos nada. Yo perdí el sentido en cero coma... contentos y sorprendidos de levantarnos vivos y descansados. Ni un peregrino, ni por el camino ni en destino... sólo un zorrillo nos ha amenizado el camino... y las críticas al trazado del camino, que para enseñarnos el entorno nos ha dado vueltas y subidas ...
Etapa 1. Aproximación a los altos valles palentinos. Mañana fresca de forrito polar. Habíamos quedado con @Alberto Abia en Olmos... que amablemente nos invitó a desayunar ... Camino de subidas y bajadas suaves y sobre las 15 llegamos a Perazancas... ni encontrábamos alojamiento ... ni que nos dieran de comer. Lo último lo resolvimos muy rápida y satisfactoriamente (garbanzos con mondongo y un plato de carrilleras)... pero dormir nos costó un rato... hasta que hablamos con las fuerzas vivas del pueblo, e alcalde D. Oscar y la Dña. Felisa que muy amablemente nos ofrecieron una casa ... en la que pernoctar. Un 10 para ellos!!!