Shoshin dojo. Karate Isshin Ryu Seishin kan, San Pedro de la Paz

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Dos mujeres particulares. Parte 2

La semana pasada les hablé de la más pequeña de las mujeres del dojo. Hoy hablaré de la mayor. La señora Heidie es una alumna de mi sensei. Entró a entrenar por amor a sus hijos, por hacerles compañía y hoy, con sus hijos adultos y lejos de la escuela ella sigue con nosotros.
Hubo un tiempo que la señora Heidie estuvo alejada del dojo, estuvo en otras actividades y al volver, el comienzo fue complejo.
Por horario le costaba estar en alguna clase completa así que llegaba al dojo central a entrenar lo que podía al costado y Sensei Osvaldo la guiaba cada vez que podía. Más de una vez yo mismo me daba un receso en mi entrenamiento para entrenar con ella. Me daba cosa que se desmotivara.
Un día en seminario se dio cuenta de que le servía, por horario y ubicación, entrenar en nuestro dojo también y, tras hablarlo con sensei, comenzó a trabajar su entrenamiento en ambos dojos. Eventualmente logró arreglar sus horarios con el dojo central y entre ambas prácticas su nivel comenzó a subir y subir.
Dio su primer examen de grado, su revalidación de grado antiguo. Logró pasar su examen con dificultades. Comenzamos a entrenar tarde, era la única que llegaba a ese horario, la que mantuvo el dojo abierto hasta tarde y, por lo mismo, la que terminó motivando a mas gente a quedarse por un rato de entrenamiento extra.
Hoy en día, a sus 65 años, asiste a clases regulares de karate en Hombu Dojo y Shoshin Dojo, Tai Chi y preparación física en Llacolén, aparte de asistir a las clases de kobudo el Shombu dojo.
Cada vez que algo me hace flaquear, cada vez que mi motivación baja, me acuerdo de todo lo que hace la señora Heidie y, por sobre todo, que ella nunca falta. Siempre está ahí.

Saludos a todos y que tengan buen entrenamiento.

Dos mujeres particulares. Parte 1

Les voy a contar la historia de dos mujeres en este dojo. La primera, es una de las menores de todo el alumnado. Sofía, antes del Covid, solía ser de las primeras en llegar a clases y de las últimas en irse. Le gusta entrenar en la clase de niños y quedarse entrenando junto a los grandes después.
Hoy, con el Covid, el reto del entrenamiento telemático ha sido un desafío particular para alguien que no tiene la mejor conexión. Por lo mismo, me ha pedido entrenar conmigo aparte, en horarios en la mañana en los que le puedo prestar más atención y estar más pendiente de cómo va su conexión.
Nos juntamos (por llamada de Whatsapp) en las mañanas, a Sofía le es difícil despertar por lo que muchas veces, al llegar la hora de entrenamiento, me pide que la espere porque no ha desayunado o no tiene su Karategi listo.
Hoy, Sofía se despertó temprano producto de una pesadilla. Vió tele, desayunó y, sin que nadie en la casa se lo dijera, ordenó su pieza, se puso su equipo y tres minutos antes de la clase, me estaba llamando por teléfono para comenzar a entrenar. Pero esto no termina aquí.
Hemos estado repasando un kata complejo para alguien menor. Hoy le corregí un error puntual y, en base a ese error corregido, mejoró casi todo el resto de su kata porque supo extrapolar mi observación a todo lo que venía y, para terminar, luego de repasar un poco la parte teórica en la que ha estado flaqueando me preguntó. Senpai, ¿me va a mandar tarea hoy?
Me es imposible no llenarme de orgullo, con Sofía ha demostrado ser una de las personas más disciplinadas del dojo y, con solo 9 años, ser un ejemplo a seguir para todas y todos.
Hay muchas otras cosas que puedo contar de ella. El cómo cuándo no puede entrenar, ella misma me pide un horario en el que recuperar su entrenamiento y otros temas así. Pero esas historias las contaré más adelante.
A veces hay situaciones que nos dificultan y nos sobrepasan. Somos seres frágiles y hay condiciones o instancias que en ocasiones nos pueden superar y esto no es algo que deba avergonzarnos, nuestros tropiezos son la materia prima para nuestro desarrollo. Que el ejemplo de Sofía nos sirva cómo motivación y cómo ejemplo de responsabilidad.
Saludos cordiales y felicitaciones a Sofía por su diligencia. Sigue así y serás una gran senpai, sensei y sobre todo, una gran persona.