Mamma Pazzo

Sabemos que los últimos días han sido devastadores para muchos, y eso nos ha hecho recordar que no siempre se trata de celebrar, sino también de acompañar.

Volvemos a este espacio, no con el bullicio habitual, sino con un profundo respeto y una gran necesidad de ser un hogar para quien lo necesite. Queremos que encontréis en nuestra mesa un lugar donde respirar hondo y sentir que el peso se aligera, aunque sea tan solo un poco.

A nuestros trabajadores, proveedores y a cada uno de vosotros: gracias por seguir con nosotros. Seguimos adelante, con el corazón lleno de amor y esperanza, y con la certeza de que juntos somos más fuertes.

- El equipo de Mamma Pazzo -

Si le preguntas a La Mamma cuál es su zona favorita del restaurante, te dirá que no puede elegir. Todas tienen su historia.

Giardino, Circo o Club. ¿Te será posible elegir a ti? ➡️

El aperitivi era el momento favorito de La Mamma. El acompañante La Mamma tiene un don especial, el de convertir un simple reloj en un maestro del placer. Si ella dice que es la hora del aperitivo, hasta el tiempo se detiene, rendido a sus encantos.

Imagínate, sus ojos chispeando como el Aperol recién servido, su risa llenando la trattoria mientras alzáis las copas. Chin chin, bella Mamma!

Si tú también quieres brindar con una copa de Aperol en cualquier momento del día, recuerda que las puertas de la Mamma están siempre abiertas.

Que no se te olvide una cosa: la persona favorita de La Mamma es ella misma. Si ha dedicado parte de su rezetario a amores perdidos, ¿cómo no iba a dedicarse algo a ella misma?

En efecto, su cocktail es una oda a si misma. Vodka, zumo de limón y albahaca. ¿Sabrán a eso sus besos? 💋

El aperitivi era el momento favorito de La Mamma. El acompañante podía variar, pero no su .

Imagínate, sus ojos chispeando como el Aperol recién servido, su risa llenando la trattoria mientras alzais las copas. Chin chin, bella Mamma!

Si tú también quieres brindar con una copa de Aperol en cualquier momento del día, recuerda que las puertas de la Mamma están siempre abiertas.

Hay algo mágico en la Mamma. Y solo ella consigue que con un bocado de su comida te sientas como si hubieras sido parte de su mundo desde siempre.

Numerosas aventuras, risas bajo el sol siciliano y noches de desenfreno en su zona Club.

Si has estado aquí, sabes de lo que hablo. Este lugar no es solo un restaurante; es un viaje por los recuerdos y sueños de una mujer libre. La Mamma.

Alfredo era, para La Mamma, un lujo. Estar con él era sinónimo de pasión, desenfreno y, probablemente, noches inolvidables. Y es que nada en la carta de la Mamma es arbitrario y, por ello, cada plato cuenta una historia de amores pasados y algún que otro corazón roto.

Alfredo, decía, no iba a ser menos. Era tan perfecto e irresistible que, en su honor, La Mamma ideó esta creación digna de los más opulentos paladares. Mortadella, burrata, pistacho... Una obra maestra tan sublime como inalcanzable. 🍕

Por ahí dicen que hay un joven pizzaiolo que le ha copiado la receta. Bah, a La Mamma no le importa nada de ese .

En el Giardino de la Mamma, el romance florece. Aquí, bajo las enredaderas, es más fácil caer rendido ante los encantos de l'amore.

Un paraíso secreto donde las promesas se hacen al calor de la pizza y la pasta... ¿O solo me pasa a mí?

Ahí estaba La Mamma. Con esa gracia innata con la que cortaba las finas capas de gamba para el carpaccio. Mientras el sol se colaba por la ventana y daba el último sorbo de su espresso, buscaba con qué acabar el plato. "Che cosa manca?" se preguntó, y en un abrir y cerrar de ojos, ¡pistacchio! El toque de magia que faltaba.

Y, como ya deberías saber, La Mamma no conoce de horarios ni de prisas. Su cocina es un refugio y sus puertas siempre están abiertas. Así que -ya te lo advierto- siempre encontrarás una excusa para volver. Y ella lo sabe.

El espíritu aventurero de la Mamma la ha llevado a tierras lejanas, donde ha recogido secretos y recetas que ahora comparte con todos los que la rodean.

Las tardes en su trattoria son un viaje a través de la historia de la mia Pazzo. Estas tortitas, dulces y esponjosas, son el resultado de sus andaduras por el continente americano. Solo ella ha conseguido una perfecta fusión entre la brisa fresca de su Sicilia natal y la jungla de asfalto llamada Nueva York.

Era una noche de verano en Nápoles cuando, en un pequeño rincón de la ciudad, la Mamma y Diego se encontraron por primera vez. Y como no podía ser de otra forma, él no pudo resisitirse a sus encantos.

"La vita è bella, Diego", le dijo en un susurro. Y así comenzó su historia. Fugaz, como todo lo que le gustaba a la Mamma. Y por eso, tan irresistible.

"Mangiare non è un peccato carnale", clamaba La Mamma con una sonrisa que prometía más que cualquier palabra. Entre el aroma de la pasta al dente y las pizzas dorándose al fuego, había algo más.

Una declaración de intenciones en forma de carne empanada, pero no cualquiera. Estábamos hablando de su Milanesa de Ternera. Y yo no pude hacer más que rendirme ante su encanto -¿el de La Mamma o la Milanesa?-. 💋

Mamma 🤝🏻 il suo equipo.

Ella sabía que no podría mantener sola su Extravagante Trattoria (sobre todo, porque nunca sabría cuándo tendría que volver a huir), así que se rodeó de grandes amici. Sin ellos, nada podría funcionar. 🍝

El aroma embriagador de la mafaldine con salsiccia, portobello e tartufo flotaba en el aire aquella mañana. Y yo sabía que lo que se estaba cociendo en la cocina de la Mamma era algo muy grande.

No me equivoqué. Al primer bocado, la magia se desató. Había vuelto a conquistar corazones, uno por uno, con aquello que tan bien se le da. No era solo comida, era toda una experiencia. Ah, Pazzo, siempre supiste cómo dejarnos queriendo más.

Cuando La Mamma veía se aburría, sus labios siempre pronunciaban esta expresión tan veramente italiana.

Un segundo después, reía. ""La pizza è noiosa, caro mio?""

Claro que no, Mamma. La pizza nunca podría ser aburrida. Sobre todo, si la ricetta viene de tus manos. 🍕

Sé que ese de te está retando, pero no hagas caso, Mamma. Sei sempre il migliore. 🤌🏼

La fiesta favorita di La Mamma era, cómo no, el carnaval. Adoraba ponerse su disfraz y máscara y pasear por el Palazzo Ciampoli sin ser reconocida.

Aunque lo que más le gustaba de esta época era, sin duda, los Chiacchiere. Este dulce, elaborado con masa de cannolo con ricotta y pistacho era la perdición de la Pazzo. Los comia sin parar y, como el solo hecho de permanecer lejos de ellos la hacia extremecer, deció aprender la ricetta e incluirla en la carta de su Extravagante Trattoria. 🛵

"Ay, caro mio! Si tú supieras la cantidad de hombres que se han cruzado por mi camino... Todos ellos con sus historias y encanto, se comportaban como auténticos cavaliere en mi presencia. Aunque, ¿sabes una cosa? Mi favorito siempre fue él, il vero Cavaliere.

Nunca fue nada serio y, aunque su era controvertido, le guardo cierto cariño. Cuando se fue, mezclé sus ingredientes favoritos para nunca olvidarle. Aperol, zumo de lima, azúcar, fruta de la pasión y el toque especial, Magic Velvet. Sabe justo como sabía él". 🍸

está tocando y la mesa está servida. ¿Qué haría la Mamma en esta ocasión?

Probablemente, contonear sus caderas y, con esa elegancia que solamente ella podría tener, mancharse los dedos y comer un trozo de al mismo tiempo que canta su canzone favorita. ¿Cómo podría desviar mi mirada de ella? Era única y deliziosa.

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is playing and the table is set. What would Mamma do on this occasion?

Probably wiggle her hips and, with that elegance that only she could have, smudge her fingers and eat a slice of while singing her favourite canzone. How could I take my eyes off her? She was unique and delizioso.