Beatriz De Ureta Agüera

Nuestra responsabilidad afectiva: ¡Mucho más que un estado de ánimo constante!

Sabemos que ser consistentes no significa tener el mismo humor todo el tiempo. ¡Es mucho más profundo que eso! Se trata de reconocer que nuestras emociones y acciones impactan a quienes nos rodean. Es importante ser conscientes de cómo nuestras palabras y actitudes afectan a las personas que amamos.
Demostrar cuidado y respeto en nuestras interacciones, incluso cuando estamos pasando por diferentes estados emocionales, es esencial para mantener vínculos sólidos y genuinos.

A veces, el mito de la consistencia nos hace pensar que significa estar siempre de buen humor pero eso puede limitarnos. Ser consistente no significa tener el mismo humor todo el tiempo, sino más bien demostrar a nuestros seres queridos que nuestro amor y apoyo son constantes, independientemente de los altibajos emocionales que experimentemos.

La verdadera clave está en mostrar a esas personas especiales en nuestra vida que, sin importar el humor del momento, seguimos apoyándolos.
Así que, recordemos que construir relaciones sólidas implica ser conscientes de nuestras emociones y las de los demás, sabiendo cómo nos afectamos mutuamente.

La responsabilidad afectiva implica ser auténticos y demostrar nuestro amor a través de todas las facetas de nuestras emociones.

El apego es ese primer vínculo que generamos con nuestros cuidadores y que influirá más tarde en:

👉Tu modo de actuar y relacionarte.

👉Tu forma de comunicarte.

👉Tu modo de gestionar y expresar emociones.

👉La elección y la dinámica de pareja.

El apego ansioso es uno de los apegos inseguros. El mayor miedo de las personas con este patrón es el de ser abandonadas. También se le llama a este estilo «preocupado» porque continuamente están con una alarma encendida localizando los posibles peligros que amenazan la relación.

Si perteneces a este estilo, la pareja será una prioridad en tu vida y el encargado de satisfacer tus necesidades, por lo que cuando no responde o «te falla» puedes enfadarte, experimentar desesperanza, volverte crítico, sentirte traicionado y amenazar con dejar la relación.

Internamente dudas de tu propia valía y te consideras insuficiente.

Estas inseguridades pueden dar lugar a celos y conductas de control.
Además, los adultos de este estilo tienen dificultades para pasar tiempo a solas, desarrollar aficiones propias o pasar tiempo con otras personas que no sean la pareja.

La presencia de tu pareja es como un ansiolítico para el malestar interno que no sabes cómo regular o calmar por ti mismo.

A veces, en la vida, creemos que tenemos todo bajo control. Nos convencemos de que podemos manejar cada obstáculo, cada desafío y cada problema por nosotros mismos. Sin embargo, existe un momento en el que debemos ser valientes y reconocer que necesitamos apoyo adicional para superar nuestros desafíos internos.

Entendemos esa lucha interna y estamos aquí para recordarte que no hay una "vergüenza" en buscar ayuda profesional.
En ocasiones, los problemas que enfrentamos pueden ser abrumadores y extenuantes. Aceptar que necesitamos terapia no significa que seamos débiles, sino que somos lo suficientemente fuertes para admitir que merecemos una vida plena y feliz.

Recuerda que cuando decidimos buscar terapia, estamos eligiendo cuidarnos y priorizarnos a nosotros mismos. La terapia es un acto de amor propio y un paso audaz hacia un crecimiento personal significativo.

Sabes que estás siendo manipulado cuando acabas haciendo o diciendo algo que no quieres… pero no sabes por qué.

Utilizamos la manipulación para conseguir que el otro «haga lo que queremos» sin ser directos y explícitos con ello.

De niños aprendemos a sentirnos culpables por no «portarnos bien» no «ser buenos hijos» lo cual equivale a no merecer amor.

De adultos, podemos desarrollar un patrón complaciente, diciendo que sí a todo por miedo a perder el amor, para manejar la culpa o para no pensar que somos «egoístas».

Sentirte culpable, ansioso, tonto o avergonzado pueden ser señales de que se está dando manipulación.

La mayoría de personas manipulan porque es la forma en la que han aprendido a comunicarse y a lograr lo que desean, pero este comportamiento, a la larga, disminuye la confianza y hace que las relaciones sean más frágiles.

El apego es ese primer vínculo que generamos con nuestros cuidadores y que influirá más tarde en:

Tu modo de actuar y relacionarte.

Tu modo de gestionar y expresar emociones.

La elección de pareja.

Si te suelen etiquetar como una persona fría, distante o aburrida incluso.

Si sueles querer hacer las cosas por ti mismo y te cuesta pedir ayuda.

Si el sentimiento que más conoces es la frustración, porque no entiendes lo que te pasa (ni lo que les pasa a los demás).

Si tiendes a evitar el conflicto distanciándote o apaciguando a otros.

Si tratas de solucionar de forma práctica cuando otros (o tú mismo) se sienten mal.

Es probable que tengas este tipo de apego.

Los límites son el camino a las relaciones seguras y nutritivas.

Muchas veces, desde nuestras heridas, ponemos el foco en el otro y para conseguir el trofeo de su aceptación y validación pagamos el peaje de olvidarnos de nuestras necesidades.

Y luego nos sorprendemos cuando nos sentimos ansiosos, dependientes o indefensos en las relaciones.

Cuando tienes tus límites claros, es como si tuvieras una piel psicológica y espiritual que te protege. Tendrás menos miedo de vincularte si sabes que tienes un NO (y un SÍ) dentro de ti para usarlos cuando sea necesario.

Hemos aprendido que, si pedimos, si nos mostramos, el otro se puede enfadar o marchar, pero si para estar con alguien tienes que pasar por encima de ti mismo, ahí no es.

Ponerte límites es una prueba de fuego para las relaciones, si el otro se va, es que esa relación estaba enferma y tus límites sólo lo han sacado a la luz.
Una relación sana nunca se romperá porque pongas límites, al revés, se estrechará, porque la honestidad y la autenticidad generan intimidad sí o sí.

¡Cultiva tu autoestima y descubre tu verdadero poder! 💪✨

La autoestima es la base de una vida plena y satisfactoria. Se trata de cómo nos valoramos, nos aceptamos y confiamos en nuestras propias capacidades.

Recuerda que eres único y valioso tal como eres. ¡No permitas que nadie te haga dudar de tu valía! 💖✨

Aprende a amarte a ti mismo, reconoce tus logros y acepta tus imperfecciones. ¡Eres capaz de alcanzar todo lo que te propongas! 🌟💫

Autoestima vs. Autoconcepto: ¿Cuál es la diferencia? 🤔💭

¡Aclaremos este tema!
👉 La autoestima se refiere a la valoración que tenemos de nosotros mismos, nuestra confianza y aceptación personal.
👉 En cambio, el autoconcepto abarca cómo nos percibimos en diferentes áreas de nuestra vida, como nuestras habilidades, rasgos de personalidad y roles sociales.

✨ Ambos son importantes, pero mientras la autoestima influye en cómo nos sentimos acerca de nosotros mismos, el autoconcepto se enfoca en cómo nos vemos y comprendemos

¡Trabaja en ambos para alcanzar un equilibrio y una mayor felicidad! 🌈✨

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🤝💔 El poderoso vínculo del apego y su impacto en nuestras vidas 💔🤝
El apego es una parte fundamental de nuestra experiencia humana. Desde que nacemos, buscamos conexiones emocionales que nos brinden seguridad, amor y apoyo. Sin embargo, cuando el apego en la infancia se ve afectado por experiencias traumáticas, su influencia puede perdurar hasta la edad adulta. 🧒💔👧

Es importante recordar que el trauma de la infancia no define quiénes somos. 🌱🙌💚

Recuerda que cada historia es única y el camino hacia la sanación puede ser desafiante, pero no estás solo. Hay esperanza y apoyo disponibles para ti.

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¿Te has preguntado si deberías ir al psicólogo? ¿Cuándo es buen momento? 🤔

A veces la vida nos presenta obstáculos que nos impiden avanzar hacia donde queremos. Estas dificultades pueden manifestarse de infinitas formas: como emociones que nos controlan, o que se quedan más de lo que queremos, dificultades en las relaciones, etc 🥴

Por lo que el mejor momento para ir a terapia es cuando tú sientas que quieres comprometerte con tu salud mental, que ya no encuentras las respuestas dentro de ti y que te sientes dispuesto/a a ser ayudado.

📌 Te invito a conocer más sobre como puedo ayudarte y a suscribirte a mi newsletter en https://i.mtr.cool/rbbudqamyi

Vamos a bajar a tierra un concepto un poquito abstracto como es el de integrar.

Las vivencias no integradas, son aquellas que no se procesan porque están fuera de nuestra ventana de tolerancia, es decir, son demasiado abrumadoras, estresantes y amenazan nuestra supervivencia (física o psicológica).

Esto provoca que nuestro sistema ponga en marcha estrategias de lucha, huida o parálisis.

Cuando no tenemos una experiencia bien integrada, los efectos campan a sus anchas en nuestra vida creando caos y descontrol.

Pueden tener diversas formas: reacciones desproporcionadas que no reconocemos como propias, somatizaciones (dolores en el cuerpo no relacionados con ninguna causa física), emociones desbordantes que nos asaltan repentinamente, pesadillas, miedos, etc.

¿Cómo lo solucionamos?

Es un proceso del que te cuento más arriba.

Muchas veces lo único que podemos observar de nuestro malestar son los pensamientos.

Como oímos que son las creencias limitantes las que nos causan sufrimiento, queremos eliminarlas, sin darnos cuenta de que muchas se han ido construyendo en un millón de interacciones entre millones de elementos…

Al hacerlo en una pirámide, no quiero que de la sensación de que nos construimos de forma secuencial.

Todo es interaccional, somos y ejercemos nuestra influencia en el entorno y este también nos moldea.
Muchas de esas «creencias limitantes» son nucleares, difíciles de cambiar o destruir porque forman parte de nuestra personalidad.

Son las bases de nuestro sentido del Yo, de quienes somos.

Tratar de cambiar esto directamente, distrayéndonos, intentando pensar en positivo o reprimiéndonos internamente, no sólo es inútil, cansado y frustrante, sino que puede tener efectos paradójicos.

No eres tu pensamiento, aunque sea lo único que veas.

Si quieres un cambio profundo, tienes que trabajar más profundo…

La primera vez que alguien cruza la puerta de una consulta de psicología suele venir con unos objetivos muy claros que casi siempre van en la línea de eliminar, cambiar o controlar los pensamientos y las emociones difíciles. 

De hecho, ya han intentado muchas veces cambiarlos, eliminarlos o controlarlos sin éxito. 

Vienen a por más "herramientas" para solucionar el problema de la misma forma: cambiando, eliminando o controlando. 

La terapia es ese camino paradójico, contraintuitivo, en el que abrazas el dolor en vez de rechazarlo, en el que le abres espacio dentro de ti y lo dejas ser para escuchar su mensaje. 

En la terapia encuentras la fuerza de afrontar en vez de la debilidad de evitar.

Por fin, tras meses de estrujarme los sesos (y procrastinar) puedes leer la guía COMPLETA para superar una ruptura de pareja.

Estoy segura de que vas a encontrar cosas que no has leído en ningún otro sitio, aunque sólo sea porque la he llenado de metáforas y humor para que te resulte más fácil recordarlo todo.

La escribí pensando en rupturas de parejas que llevaban mucho tiempo juntas, pero honestamente creo que es extrapolable a cualquier otra ruptura.

Si estás pasando por este difícil momento, creo que es de lo mejorcito que te vas a encontrar por ahí (no es porque lo haya hecho yo).

¿Tienes curiosidad? El link en la BIO. El conocimiento está a tan solo un clic de distancia. 😁

Todas las emociones tienen cabida en el duelo, tanto las desagradables como las agradables.

No sumes más capas al dolor.

¿No tienes suficiente con sentirte triste, vacío, desamparado... Como para sumarle la culpa por no estar mejor o el miedo por pensar que nunca te vas a recuperar?

Ningún proceso humano es lineal y progresivamente ascendente.

Que una semana sientas más tristeza no significa que estés «peor» o que hayas vuelto a la casilla de salida.

«Tente paciencia» .

Mention to , whose original illustration has inspired me to make this one. Follow her!

Antes. Durante. Después de una ruptura.

Una ruptura no «se supera».

Cuando llega, todo lo tiñe, todo lo impregna de dolor.

Y con el duelo, le das un significado y un sentido a ese dolor dentro de tu vida.

No dejas de darle importancia, no lo apartas ni lo entierras.

Abrazas el dolor y la vida crece a su alrededor.

Aprendes a relacionarte con él de otra forma.

Procesar no es olvidar, ni dejar de sentir.

No olvidas porque no tienes amnesia.

Y tampoco que, por tiempo que pase, si te asalta alguna vez el recuerdo y experimentas nostalgia, tristeza, rabia... Significa que «no lo hayas superado».

Superar es dicotómico. Lo tienes o no lo tienes superado.

Y el duelo es integrar, relacionarse, aprender, colocar, reorganizar, adaptarse, aceptar, crecer.

Y vivir.

La vida es un proceso, es una suma de experiencias, no un botón de SUPERADO VS. NO SUPERADO.

Esta viñeta es para todos los que alguna vez han probado soluciones, leído sobre desarrollo personal o ido a terapia y no han encontrado alivio para su malestar.

Las técnicas y herramientas psicológicas son útiles y algunas están muy reconocidas y validadas, pero eso no quiere decir que sean un instrumento rígido en donde te tengas que embutir a la fuerza.

Pedirse a uno mismo encajar en una solución multiusos sólo porque a mucha gente le ha ido bien, es también considerar que uno está desahuciado, roto o que no tiene remedio cuando esa solución termina por no resolver el malestar.

Y OJO también, que algo no haya funcionado contigo a lo mejor sólo significa que no has sabido cómo aplicarlo o qué tu psicólogo no ha sabido cómo transmitírtelo.

Muchas veces no es el QUÉ, sino el CÓMO.

Si esta es tu experiencia, mi sugerencia: quédate en el lado de la solución, acepta la complejidad y el caos inherente a cualquier vida humana y sigue dando pasos hacia el crecimiento.

Porque al otro lado, sólo queda la indefensión y eso nadie lo merece.

La crítica y el sesgo hacia los problemas nos sale tan natural como pestañear. Enfocarse en "lo bueno" requiere esfuerzo.

Esto está muy alejado de sonreír como regla o de la imposición de ser feliz con lo que uno tiene.

La gratitud no es una estrategia para evitar lo desagradable de la vida. Si te sientes enfadado, triste o insatisfecho, como dice mi amiga Carmen "vívetelo".

La gratitud es un ejercicio que te ayudará a traer a la conciencia y expandir esos pequeños y agradables detalles que habitualmente pasas por alto.

Eso es paz y satisfacción que tienes a mano, en tu día a día, como una fuente de la que puedes beber cuando estás sediento...

Un recurso para transformar lo que ya tienes en suficiente.